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Correspondencia Ilicita por Dtzo

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Un agradable aroma lo despertó de su letargo, se levantó, se estiró y reparó que se encontraba en la habitación de su apartamento; se sentía un poco mejor a comparación de un par de horas antes, a excepción de una ligera molestia en su hombro que, descubrió estaba vendado pulcramente.
Intentó ponerse de pie pero le flanquearon las piernas y se desplomo con un ruido sordo.

-Al fin despiertas, cielos. En verdad estas hecho un desastre ¿Quieres explicarme que hacías ayer en ese establecimiento?

Se apoyó en sus antebrazos y levanto el rostro viendo a un chico de ojos miel, tes blanca y cabello rubio - ¿Y tú eres?

-Joseph Wheeler. Vivo contigo desde hace un par de meses ¿Lo recuerdas? – Yugi negó con la cabeza – Me lo imaginaba. Ahora respuestas.

-Discúlpame Joseph, pero si no lo has notado, no puedo mantenerme en pie, no tengo energías y mucho menos la confianza para darte explicaciones.

-Imagine que dirías eso – Inhalo hondo y lo ayudo a ponerse de pie hasta llegar al comedor – Vamos come, necesitas reponer energías. Pero hazlo despacio que no quiero tener que limpiar el suelo.

Yugi hizo caso y comió lentamente, debía admitir que la comida era exquisita.

-Bien, empezamos con el píe izquierdo. Mucho gusto, soy Jose… - Se vio bruscamente interrumpido por Yugi.

-No es necesario que me repitas tu nombre. Escucha, no me interesa saber nada más ¿De acuerdo? Con tu nombre es más que suficiente.

-Bueno, al menos ten la amabilidad de hacerme saber el tuyo.

-Y-yugi, sólo Yugi – Dijo escondiendo el rostro. No solía ser tan frío y cortante, sin embargo no debía dejar que ese chico supiera más allá de su nombre.

-Mucho gusto Yugi – A pesar de su distante comportamiento, el rubio le respondió amable y cálidamente - ¿Cómo sigue tu hombro?

Por unos instantes Yugi tuvo la necesidad de disculparse por su conducta y ser más flexible, es decir, un chico con quien nunca había entablado conversación alguna lo había ayudado en muchos aspectos y a pesar de todo respetó hasta cierto punto su silencio.

Estaba por responder cuando sonó repentinamente su celular.

Era Pegasus. Sin pensarlo más, fue a su habitación y dejó la caja dorada debajo de su cama.

-¿No te iras a perder de nuevo por la ciudad o sí?

-No es asunto tuyo Wheeler. Agradezco tu ayuda, ahora tengo algo importante que hacer.

-¿Un adolescente de 17 años? ¿Qué tantas preocupaciones puedes tener a esa edad?

Yugi contestó en un leve susurro que Joey logro escuchar:

-Más de las que te imaginas.

Y salió.

 

-Ya le he dicho que hasta que no llegue el emisario, no se puede hacer nada – Pegasus discutía con Bakura que, recientemente había llegado a reclamar el robo de su correspondencia.

-¿Y por qué forzosamente debe estar él aquí? – Decía a regañadientes.

-Ya conoces las reglas. Si él llega y trae el formato firmado, entonces no se puede hacer nada.

-¿Y cómo comprobaras que no fue falsificada?

-¿Olvidas que tenemos un lector de firma? Además, te recuerdo que los emisarios no tienen conocimiento de las cláusulas de los receptores.

En ese preciso instante llamarón a la puerta.

-Adelante – Indico Pegasus.

-Con permiso, buenos días – Saludo Yugi pareciendo completamente tranquilo.

-Bienvenido… - Pegasus logro notar en la mejilla de Yugi una pequeña bandita, estuvo a nada de preguntarle a cerca de, sin embargo no era seguro con Bakura presente. A pesar de ser su subordinado, Maximillian le tenía un dejo de preocupación por el muchacho, si, salió “casi ileso” de su misión pero ¿A qué costo? Se preguntó para sus adentros si debía decirle alguna cosa en caso de algún incidente, más no le pareció el momento adecuado, así que prosiguió – Joven Mutou, tome asiento. Vera, lo llame esta mañana para la entrega del formulario firmado por el señor Bakura.

-¡Ah! Seguro – Saco el documento y se lo entrego – Tenga, lamento que haya tenido que llamarme, justo estaba por venir a dejarlo.

Cuando Pegasus lo cotejó con la firma del contrato de Bakura, no encontró alteración alguna.

-Bonita bandita, niño. – Escupió Bakura con toda la socarronería posible.

A Yugi le hizo un poco de gracia el que lo mencionara - ¿Te gusta? Me da un aspecto más adorable ¿no? Nadie pensaría que no soy tan vulnerable como aparento– Después del comentario, sacó de su bolsa el objeto causante de su herida en la mejilla y la lanzo sin malicia a su dueño que, hábilmente al tomarla en pleno vuelo, la guardo con toda la elegancia de quien guarda un reloj de bolsillo.

Era humillante para el albino, pero Maximillian no pensaba lo mismo. En un inicio le resulto fascinante la confianza y valor del menor para retar de ese modo a un asesino tan brutal como Bakura, quien justo en esos momentos, pensó en múltiples formas de vengarse de aquel demonio con cara de ángel. Claro que se calmó un poco al pensar en otras maneras de hacerle pagar su osadía. Sí. Era un hecho, lo haría plañir por el resto de su corta existencia.

Yugi se volvió a Pegasus esperando su aprobación para marcharse.

-Gracias joven Mutou, puede retirarse. Su cheque puede recogerlo con su supervisor. Buen día.

No esperó más para obedecer la orden sin embargo al girar el picaporte, una mano golpeo la puerta evitando que la abriera.

-Tú tienes que ser el mayor idiota que hay en la faz de la tierra, cuídate Yugi. Esta no es la última vez que nos veremos – Fue una amenaza contundente pero no se iba a dejar amenazar de buenas a primeras así que volteo a verlo a los ojos, esbozo su mejor sonrisa y dijo amablemente:

-Será un placer Bakura.

Una vez que se encontraron solos, Bakura se volteó hacía Pegasus con los ojos envueltos en llamas.

-¿Qué cojones fue eso? ¿Estás completamente seguro que ninguno de esos estúpidos carteritos conocen nuestro reglamento?

-Completamente, además, no puedes negar que es tu firma. Sabes que firmaste. Sin embargo esto acaba de ser una curiosa y emocionante excepción ¿No te parece?

-Ciertamente el mocoso tiene agallas, pero veremos cuanto le dura esa confiancita que acaba de montar. Aguarda… ¡Estas consiente que en verdad me robo!

La respuesta fue una sencilla sonrisa.

-¿Y que si es así? Tuvo las agallas para provocarte ¿Desde hace cuánto nadie te ha podido hacer frente a pesar de tu fama?

CONTINUARA

Notas finales:

holi holi, pues nada el octavo capítulo de este fic. espero que les guste.

quejas, comentarios o sugerencias en reviews :3

<3 besos y abrazos n.n/


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