AHNELO
Pestañeas varias veces como gruñir un poco al sentir la luz que entra a la habitación por la cortina a medio cerrar, tratas de volver a dormir pero solo abres un poco los ojos para soltar un suspiro y levantarte aunque quisieras volver a dormir, meterte en las suaves cobijas y dejarte llevar al mundo de los sueños porque solo Dios, sabe que es la primera vez que duermes en una cama suavecita, calientita pero al reaccionar te levantas de un solo movimiento para estar alerta porque es algo ilógico que estés durmiendo en algo así de suave.
—Me alegra que se encuentre en perfecto estado jovencito —hablo una anciana entrando a la habitación viendo al joven acostado pero alerta en la cama, inspeccionando todo a su alrededor y la vieja ama de casas no pudo contener una pequeña sonrisa, porque de un momento a otro le hizo recordar al niño Anthony pero solo negó con la cabeza porque aun cuando se haya levantado alerta podía contener alguna herida en su cuerpo, se fue acercando viendo como el otro retrocedida hasta caer en la cama—¿te encuentras bien?— pregunto acercándose con una muda de ropa para el joven que solo tenía abierto completamente los ojos viéndola como si le hubiera salido otra cabeza causando que esta vez sí, riera con buena gana.
— ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? ¿Por qué me ayudaron? —Exigió saber el joven sintiendo un fuerte dolor de cabeza como mareo iba a caer pero fue sostenido por la anciana que le ayudo a sentarse en la cama, como examinar esa área con suma cuidado.
—Sí, que te diste un buen golpe en la cabeza jovencito, estoy segura que si mi pequeño niño no te hubiera encontrado es de seguro que hubieras muerto de frio, por lo otro donde estas en la mansión Banner, me llamo Casandra y trabajo como ama de llaves en este lugar o mejor dicho donde viva mi pequeño Bruce, aunque ya es todo un hombre no puedo dejar de pensar que es mi niño, mi pequeño científico —empezó hablar la anciana, limpiando como curando la herida de la cabeza del joven que solo trataba de comprender la situación lo último que recordaba era que estaba robando y luego un golpe y todo oscuridad hasta que despertó al día siguiente en ese lugar, pero al parecer el tal Bruce era alguien importante pero sobre todo amado por la anciana que le estaba ayudando por la forma que se expresaba.
Entre charla con la ama de llaves pasaron las horas, principalmente de los logros de Bruce como un tal Anthony que era como un hermano menor del dueño de la casa en parís pero por los negocios de su padre el joven Banner estaba incomunicado con Anthony, logrando que el doctor luchara para solucionar todo los problemas para ir con su pequeño Tony y solo hasta que se retiro no sin antes darle la libertad de que conociera la mansión porque habían sido las ordenes del señor Bruce para que no se sintiera como un prisionero haciendo que se sintiera la peor persona del mundo porque mientras hablaba con la anciana recordó que él, un canalla un simple ladrón había querido robar porque con todas las señas que la ama de casa dio del joven supo que era el mismo que había intentando robar pero al parecer algo había salido mal porque con el golpe que poseía no debió ser nada bonito la caída pero la pregunta era porque el pelinegro no lo denuncio, no lo llevo a la cueva y lo dejaba a su suerte, era de seguro que otra persona lo hubiera hecho pero en cambio el de lentes lo ayudo, le brindo un techo para resguardarse pero ¿Cuál era el precio?
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Se levantó de la silla en la que estaba sentando firmando unos papeles como verificando algunos contratos que tenía su padre en sus diferentes empresas, logrando que se sintiera frustrado como molesto y lo que menos quería era que su “otro yo” apareciera, y solo imaginarse la risa de Anthony si lo escuchara hablar así, lograba que saliera una pequeña sonrisa pero sus ojos estaban agotados, como su cuerpo era un desgaste tanto físico como emocional porque necesitaba escuchar esa voz llena de sarcasmo, de arrogancia pero con un tono de preocupación de calidez que te envuelve y sabes que todo saldrá bien, pero también la inteligencia como astucia de Stark era de seguro que su padre amaría a Stark como lo hacia él, como un hermano por supuesto porque era la única forma que lo miraba, porque Stark era algo que merecía ser apreciado pero necesitaba alguien fuerte a su lado, que pudiera caminar junto a él, que lo enseñara a ser guerrero como doncella aunque si, su hermano de ciencias estuviera a su lado ya le hubiera hecho una llave.
—Yo una doncella, Bruce lindo estás loco, tanto trabajo ya te está cobrando fractura, mejor deja de pensar en idioteces y dime como ¿Qué doncella? No señor yo primero muerto a necesitar alguien que me cuide de eso me encargo yo solito —
Soltó una risa al imaginarse la voz, como el berrinche que haría pero no es que fuera algo malo, si no lo que quería era que alguien, que ese alguien que conquistara el corazón de Tony, fuera alguien capaz de estar ahí, de ayudarlo a ser mejor que aun cuando se mostrara fiero, también fuera esa persona que le diría “hey Tony, ven a mi lado y miremos la estrella”, esa persona especial que de un abrazo protegiera a su Tony y a la vez dejara que su pequeño hermano estuviera montando en un caballo como todo un macho pero mientras no llegara ese tipo, que por Dios una vez llegara deberá pasar la inspección severa de un hermano mayor.
—A no, señor te dejo un solo segundo solo y que haces Bruce, no te comes tu desayuno —entro al despecho Casandra viendo a su niño-hombre pensando saber qué cosas con un documento en la mano, y viendo esa mirada era de seguro que su pensamiento era con el joven Anthony pero al verse descubierto por no comer su desayuno solo se medio ruborizo para comer algo pero con la mirada supo que le estaba preguntado por el joven que salvo logrando que se enterneciera por la bondad que tenía su protegido.
—El jovencito se encuentra en buenas condiciones, lo deje en la habitación de invitados pero sí, mi experiencia no me falla y solo Dios sabe cuánta experiencia tengo en eso, lo más seguro que tendrá curiosidad de saber en donde esta exactamente y saldrá de la habitación para dar un pequeño Tour —informo para ver directamente a su protegido que solo asintió pero ella no era tonta, no por nada había tenido sus experiencias a lo largo de su vida, era anciana pero no tonta como dirían los jóvenes y su pequeño Bruce que ya era todo un hombre, sentía cierta curiosidad por el joven que salvo, pero había un brillo, algo pequeño pero estaba ahí y no era cariño de hermandad como lo poseía con Anthony, porque ella llego a pensar que ese par estaría juntos por la forma que ambos se protegían, y ella estaba agradecida con el doncel, porque ayudo mucho a Bruce cuando se sentía solo en la mansión y es que sus padres no eran malos sino que a veces preferían mas el trabajo que otra cosa para darle una mejor calidad de vida a su único hijo.
Solo cerró por un momento sus ojos recordando cómo era antes su pequeño Bruce, tenía miedo, solo porque los demás niños lo miraban como bicho raro por su interés a saber el funcionamiento de las cosas, de desarmar cualquier juguete para conocer el mecanismo de ellos, recordaba ver la carita llena de ilusión de anhelo de Banner cuando lo podía volver a armar, pero también la risa burlona de los niños que preferían solo jugar con sus juguetes y lo hacían a un lado, otra cosa que tenía el pequeño era el amor a proteger, cuidar a los más débil sin importar que lo dañaran. Ella como sufrió cuando miraba un morete en los ojos, mejillas de su niño y el indicaba que se había caído que por favor no informara a sus padres porque eran de seguro que estarían ocupados y no necesitaban perder el tiempo con el débil de su hijo, ella acepto con un nudo en la garganta hasta que un día, un glorioso día su niño entro a la mansión de nuevo con un ojo morado pero con los nudillos de sus manos levantados y una enorme sonrisa que parecía brilla como mil soles
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—Nana, nana encontré a un amigo y entre los dos le dimos una paliza a esos niños que me molestaban —grito emocionado el pequeño viendo la cara angustiada de su nana pero esta al verlo con esa sonrisa solo lo observaba pero soltó una exclamación cuando su protegido se acerco a la puerta y tiro a un pequeño niño que solo sonrió con el otro ojo morado y ella supo que debía traer unos pañuelos agua tibia y un enorme cuenco de frutas en conserva. Porque sus entrañas le indicaban que ese niño, ese pequeño doncel traería luz a la vida de su niño
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Y no se equivoco con el pequeño Tony, ese niño que no había tenido la vida fácil pero aun así, luchaba con todas sus fuerzas, que valoraba lo que tenia y amaba como nunca a su pequeña familia había logrado lo que ella deseaba para la vida de Bruce, lo hizo un niño fuerte que no se quedaba callado con las injustas pero sobre todo que logro que sus padres se preocuparan por el pequeño Bruce, nunca olvidaría la vez que le grito a la madre del joven que ella debía tener como prioridad la vida de su único hijo, que si ella y el padre hubieran estado alerta hubieran sabido las veces que niños más grande golpean a Bruce, solo porque este le gustaba experimentar, aprender como funcionaba todo a su alrededor, que no le importaba ensuciar su traje fino por agacharse, si es posible arrastrarse en el lodo solo por salvar a un pajarito que se cayó del nido. La madre de Bruce lloró, abrazo a su hijo y le prometió que lo cuidaría cosa que hizo, pero también su protegido encontró alguien con el cual se convirtió en su hermano, que los dos hablaban de cosas que ella no entendida y era de seguro que no solo ella estaban en ese dilema que los únicos que podían entender esas charlas, debían ser genios como los niños, ver a ese par de diablos desarmando todo, armando todo solo por la sencilla razón que tenían curiosidad no lo cambia por nada del mundo.
— ¿nana en que estabas pensando? —preguntó Bruce acomodándose sus lentes, viendo que su nana se había quedado viendo un lugar fijo para mostrar a veces una risa, otra solo suspiraba logrando que despejara su atención de su desayuno como averiguar sobre su huésped que en esos momentos se encontraba explorando su mansión.
—En el pequeño Tony, hace mucho que no tenemos noticias de ellos en especial del doncel —contestó Casandra acomodándose mejor el vestido para tomar la bandeja de desayuno de su protegido alegrándose al verlo vacio.
—Pronto terminaré mis asuntos en Paris como otros países Europeos nana, y regresaremos a la mansión principal de los Banner. No creas yo tambien necesito saber que se encuentra bien, y sobre todo una vez que sea mayor de edad, mi padre y yo hemos pensando en darle un trabajo en nuestra empresas, la inteligencia de mi pequeño hermano es única y de verdad se que será de mucha ayuda para nosotros y no para esa familia, excluyendo a Peggy que solo lo explotan, mi hermano será libre de eso me encargo personalmente —hablo emocionado Banner imaginándose el rostro iluminado de su hermano cuando le informaría que se iría a vivir con la familia Banner a Paris.
CONTINUARA…