Puedo ver como el tal Froilán está agitado, con la respiración acelerada. Y el cuerpo temblando. Puedo escuchar sus dientes rechinar. ¿Tan molesto está?
- ¡Te lo advertí! -Si creo si esta muy molesto. Intento rasgar mi cuello pero antes de que pudiera dar un parpadeo, estoy en brazos de Leto, quien me deja junto con los hermanos Chopra en el porche. Y de la nada, aparece frente al hombre bestia, proporcionando un gran rodillazo en la boca de su estómago. Puedo ver desde aquí la cara de dolor de “Froilán”. Escupe sangre. Antes de que Froilán salga volando por el golpe, lo agarra de la cabeza, y estrelló contra el suelo. Agrietando la superficie.
Rápidamente volteo a ver a Sr. Wiskas, el sigue con aquel semblante de gato digno, como si ya supiera los resultados de la pelea. Vuelvo a fijar mi mirada en “Froilán” y Leto. El hombre bestia arquea la espalda, y enreda sus pies en el cuello de Leto, de un empujón que dio, mando a Leto estrellarse contra un prostíbulo. Por el polvo de la tierra levantada, no puedo ver con claridad cómo está Leto. El hombre bestia se reincorpora. Su rostro es un desastre, los ojos jade llenos de furia. Pero…
- ¿¡?! -Leto aparece detrás de él. Otro rodillazo pero en la espalda, y vuelve azotar la cara de “Froilán” contra el suelo. Pero esta vez toma su brazo, y comienza a doblarlo.- ¡¡AGH!!
- Si quisiera matarte ya lo hubiera hecho, pero tienes un mensaje que entregar. Ahora que lo pienso, con tu agilidad, bien podrías llegar hasta Arabia solo con un brazo. -¿Que estas diciendo Leto?
- ¡¡AHHH!! -Doblo aquel brazo como si de una cuchara se tratara. Los huesos rotos perforando la piel. Para, no sigas.- ¡¡GHH!! -El brazo ya está roto, deja de doblarlo. Para.- ¡¡AGHH!! -De un jalón, le arrancó el brazo, esto es cruel, pero por la impresión no puedo dejar de mirar. Lo tira al suelo como si de basura se tratara.
- Es hora de irnos Allen. -Dijo mientras se levanta. Camina hacia mi pero por encima del hombro mira a “Froilán”.- Munio, detén la hemorragia del idiota, lo necesito vivo para que vaya a dejarle el mensaje al Sultán, no medio muerto.
- ¡S-Si! -Contestó Munio y con rapidez fue hacia “Froilan”.
Leto me desata, al sentir su tacto sobre mi piel, pegue un brinco, casi retrocedo. Dios, acabo de ver algo.. espantoso. Y el perpetrador.. No, era eso o que hubiera sido dañado por el hombre bestia. ¿Porque el mundo funciona de esta manera? Donde el débil obedece al fuerte. Donde aquel que carece se somete al ápice de la jerarquía. Viví quince años en el castillo, pensaba que todo era color de rosa, pero no. Esta es la realidad, es vivir o morir, así de simple.
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P.V.O- Tercera persona.
Desierto de Arabia, caravana con esclavos para la subasta en una ciudad lejana. Unos ojos celestes se fijan en los conductores. Esos ojos celestes que brillan en la sombra. Logra zafarse de las cuerdas, por el sudor. Con cuidado, gatea con sigilo. Ve a uno de los esclavistas, roncando placenteramente. Ve el machete al lado del hombre dormido, y los conductores fijos en el camino. Toma el machete, y de una rajada en hace corta el cuello profundamente. El hombre se levanta exaltado, tapándose la garganta queriendo evitar que la sangre salga, pero es inútil. Los conductores al voltear por el ruido que causa el castaño, quien se ahoga con su propia sangre y asu vez pierde, la chica de cabellos negros de una patada tumba a un conductor, haciendo que su cabeza sea aplastada por la rueda. La chica comienza un forcejeo con el otro, pero por pasar encima del cuerpo, la caravana pierde equilibrio, y se volcó en la arena. Los esclavos se arrastran en la arena, los camellos tratando de volver a levantarse, el esclavista se levanta y busca su arma.
- ¡Hyaa! -La chica de cabellos negros, con la espada árabe del esclavista, le raja la cara y se la clava de una estocada en el corazón.- Ah.. Ah… -Agitada por lo sucedido. Son muchos esclavos como para andar en dos camellos. Trata de no mirar sus ojos pidiendo misericordia.
Empieza a levantar a un camello, y se sube. Les dejara un camello, tendrán que matarse entre sí para quedarse con el último camello. Eso ya no le importa.
- Maldito seas Nasri.. -Maldijo al Sultán de Arabia.- Te voy a matar, yo Sahira Jara le daré tu cuerpo a los buitres.
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- Ah.. Ah.. Nasri.. Nasri.. -El concubino del Sultán montandolo. Sintiendo su cuerpo arder con aquel pedazo de carne penetrando su orto. El Sultán lo mira con desdén, Hassan podrá hacerlo sentir bien. Pero.. no se compara con el deseo de tener a Allen entre sus brazos. Hacerlo suyo de mil maneras, repetirle al oído cuanto lo ama.
Mientras Nasri no deja de pensar en Allen, el rubio sonrojado no deja de mirar lleno de lujuria y pasión al azabache. Su corazón latiendo porque lo tiene ahi consigo, pero a la vez se siente mal porque sabe que su corazón y alma le pertenecen a otra persona, su hermano menor Allen. ¿Porque el, un gordo y feo? El es hermoso, dueño de un candente cuerpo y una seductora mirada. Entonces ¿porque Nasri está obsesionado con Allen, teniéndolo a él a su merced? Le da rabia saber que pierde ante el feo de su hermano menor. Pero ya dentro de poco entra en celo, si, Nasri lo marcara y lo llenara con sus cachorros. Pero sabiendo como es Nasri y su título de Sultán, marcará a todo el harem completo y los preñara. Pero cuando tenga a Allen consigo, a ese maldito lo convertirá en la Sultana. Desea con su alma que Allen está muriendo donde este, si es que sigue vivo.