—Aidou…
— ¿Eh? ¿Pasa algo Kaname? “¿Y porque Zero está contigo? Aunque no soy tan valiente como para preguntarlo en voz alta…”
—Ayúdame un poco ¿Si? Le he enseñado algo nuevo a Zero-kun
— ¿Algo nuevo?...
Los ojos azules del rubio se fijaron en la pequeña figura de Zero que tímidamente se aferraba al pantalón de las piernas del purasangre y lo miraba con unos adorables ojos determinados, pero algo enojados y con sus regordetas mejillas rosas.
—Así es y necesito tu ayuda…
—Puedo ayudarle Kaname-sama, pero ¿Está bien? Zero esta…—el pequeño aun seguía enojado con el vampiro por aquello de haberse reído a su costa.
—No pasa nada, tu solo debes quedarte y ver. Estará bien…—si Aidou hubiera sido una persona (vampiro) más aguda y no estar tan embelesado con el adorable Zero, se habría dado cuenta de la extraña sonrisa perturbadora en el rostro de Kaname
“Zero-chan, incluso tan enojado ¡¡¡Se ve tan lindo!! Su ceñito fruncido…es tan ¡¡Kyaa!!”
Si, Aidou en verdad tenía otras cosas en mente en ese momento.
—¿Y qué debo hacer Kaname-sama?...—dejando de imaginar cosas que no debía el rubio vampiro se concentro en la conversación.
—Solo mantente ahí…. —la mirada extraña aún estaba ahí, pero el distraído de Aidou aún no se había dado cuenta.
—Está bien!... “Zero-chan ya no estés enojado conmigo”
—De acuerdo…—Kaname miro hacia abajo a Zero y con una sonrisa (amable) lo llevo frente al lugar donde la yegua Litith (Porque sip, aún estaban en las caballerías, y la yegua ahí estaba también) y poniendo al chibi Zero justo frente al gran corcel blanco, se alejo un poco, dejando al niño con el caballo blanco.
Luego, como en cámara lenta, la mirada de Zero cambio y esos ojos amatistas se afilaron, de una forma muy similar a la mirada que traía cuando él era mayor y estaba en medio de una caza de Nivel E.
Zero levanto el dedo y señalo a Aidou.
La yegua relincho con una oscura mirada en sus ojos.
Aidou observaba aun sin darse cuenta de nada.
Y luego…
—GUH!!!
La yegua pateo a Aidou con sus patas traseras. Duro.
El vampiro rubio más o menos voló al otro lado del lugar.
Y Zero se miraba muy contento y satisfecho consigo mismo una vez terminado todo.
—K-Ka-Kaname-sama!...—todo el aire había salido de los pulmones del rubio…hasta pudo haberse quebrado algo—… ¿Cómo le enseño eso a Zero?... “Mejor pregunta aun ¿Por qué le enseño eso!?”…—su estomago dolía, cuanto dolía.
—Buen trabajo Zero…—el vampiro castaño recogió de nuevo al pequeño Zero y lo elogio. Causando que el peliplata brillara más intensamente de felicidades silenciosa—…y para responder a tu pregunta Aidou, yo soy Omnipotente…— y lo dijo sin vergüenza alguna.
Y el rubio aun seguía en el suelo gimiendo de dolor.
000
Más tarde.
Había estado lloviendo durante un buen rato ya, obligando a todos a estar en el interior de sus hogares y ciertos vampiros no eran la excepción a ello.
—Che~! Menudo cambio del tiempo…—se quejo Aidou con un puchero de disconformidad—…Y yo que estaba planeando jugar afuera con Zero-chan!...—y las quejas (así como la lluvia) no paraban.
El rubio tenía la intención de seguir quejándose cuando…
—Oh Zero, es sorprendente…—la voz, semi adormilada de Shiki, pero más animada de lo usual, llamo la atención de Aidou de inmediato. El nombre de Zero fue la razón principal.
Así que el vampiro rubio disimuladamente (para nada) volteo a ver lo de lo que Shiki hablaba.
— ¿Qué están haciendo? “¿Qué haces con mi Zero-chan?”—la segunda pregunta, no fue dicha, por supuesto.
—Oh Aidou-sempai, mira, mira…—con su típica cara de “no me importa nada” y con un poki en sus labios, Shiki le señalo al rubio lo que estaba haciendo junto con Zero.
Aidou observo como tanto Shiki como Zero tenían pequeños muñecos Teru en sus manos. Entre esos Teru vio algo que se le hizo extrañamente familiar de una manera poco común.
—¿Ese…ese? ¿Ese soy yo?...—uno de los pequeños muñecos tenia lo que se asemejaba a cabello amarillo y ojos azules casi celestes. Definitivamente era él, de eso no había duda.
—Zero lo hizo ¿A que está bien hecho?...—
Aidou no podía dejar de mirar al muñeco parecido a él.
— ¿Eh? Zero-kun ¿¡Y yo!? ¿¡¡Y yo!!?...—De la nada apareció el otro rubio de la residencia, Takuma, que estaba esperando con ansias ver un muñeco parecido a él.
Zero con una mirada feliz (aunque no se notaba mucho) y casi brillando de orgullo, levanto un muñeco de cabello amarillo y desproporcionales ojos verdes, un ojo era más grande que el otro.
—SUS OJOS!!!....—Pobre Takuma, se fue al rincón depresivo.
Unos minutos después seis muñecos Teru estaban colgando cerca de la ventaba, cada uno con un significativo color de cabello y diferentes tonalidades de ojos a juego. Uno ligeramente más grande que los demás de cabello naranja, uno con ojos bicolores, uno de ojos achocolatados, otro de azules zafiros. Todos diferentes, representando muy bien a sus contrapartes de quienes se inspiraron.
—Sera fantástico cuando el sol regrese gracias a Zero… “Tan lindo”—Aidou estaba embelesado con su muñeco hecho por las pequeñas y delicadas manos de SU niño.
—Definitivamente será soleado…los Terus fueron hechos por Zero-kun después de todo… “A pesar de que mis ojos están raros…” —Takuma supero el shock al parecer.
“Tan lindo”…Zero esta orando…—cómodamente en los brazos de Shiki el pequeño albino tenía sus manos juntas en plegaria con sus ojos cerrados.
“¡¡¡TAN LINDO!!!”
— ¿Por qué no jugamos a algo, mientras esperamos a que la lluvia pare?...—Takuma opino.
— ¿Jugamos a las escondías? ¡Soy muy bueno en ello!...—Esta vez fue Aidou.
—Hay que hacerlo después de la siesta…—Shiki intervino en la conversación.
Y mientras estos tres hablaba y planeaban Kain decidió aparecer y ver a los otros en medio del chisme; digo, planes.
—Ustedes, ¿Qué hacen? Kaname-sama nos llama…—aunque por su tono, el manipulador del fuego no estaba muy preocupado por ello.
Los otros tres solo lo vieron como bobo, y luego de un encogimiento de hombros (al mismo tiempo) asintieron y obedientes como cachorros fuero en busca de su líder de dormitorio.
En su estado delirante de alegría por sus Teru, ellos dejaron la habitación a solas, sin notar, a uno de los Terus del cual no se habían dado cuenta que fue hecho.
El pequeño Teru que estaba alejado de los demás.
Pero aun así se notaba el esfuerzo y dedicación con el que fue hecho.
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—He decidido que todos jugaremos juntos…es una rara ocasión…—el castaño parecía muy orgulloso de si mismo por su decisión de jugar juntos.
—¿Eh, un juego?...
Cuatro pares de ojos lo miraban con curiosidad. Aidou parecía intrigado, Takuma no parecía ver nada malo en ello, Shiki solo estaba ahí con su poki favorito y Zero estando entre las piernas de Shiki solo disfrutaba de una paleta que le habían dado. Pero aun así miraba a Kaname con sus grandes ojos.
—Bueno, solo es un juego normal. Kain ven aquí, tu también jugaras…—el nombrado solo pudo obedecer sin más.
—Yo mejor creo que no, no cuenten conmigo…—Takuma (que fue quien hablo) se levanto y fue hacia donde Shiki, donde sin aviso tomo al pequeño y lo levanto como si este fuera un gatito que era llevado por su madre. El niño aun no soltaba su paleta con sus manitas y miraba impasible todo—…prefiero pasar tiempo a solas y jugar solo con él…—y tenía mucho tipo de juegos en mente.
El rubio vampiro ya se disponía a irse de ahí cuando de la nada.
Slllsshh.
*Sonido de algo silbando en el aire*
Los ojos de Takuma se abrieron cuando algo paso volando frente a sus ojos, y no se dio cuenta de un delgado mechón rubio volando por el aire.
—…—Kaname se limpiaba “inocentemente” una mata de polvo invisible de su camisa de seda negra, mientras todos miraba (Takuma con terror) al cuchillo clavado en la pared, muy cerca de donde la cabeza del rubio estaba.
—Kaname-sama es sorprendente!!...
—Vio las intenciones ocultas de Ichijou-sempai…
Pobre Takuma, vio su vida pasar por sus ojos por un momento.
“No tenia porque aventarme un cuchillo!!! ¿¡¡Y PORQUE ESTAN GRANDE ESA COSA!!?
—Si te atreves a moverte, teñiré toda tu piel de rojo ¿Lo entiendes?...—aura sangre pura enojado, era completamente visible en todo Kaname. Y su mirada oscura y tétrica no ayudaba nada.
—ME QUEDO, ME QUEDO, LO SIENTO!!!
—Como sea…—cambio radical de humor—…todos escúchenme, tu también Takuma…—la voz de Kaname era una muy engañosa, muy engañosa—…Verán, el ganador de este juego…—pausa dramática solo para llamar la atención de todos y lográndolo a la perfección—…puede darle un beso a Zero…—la engañosa sonrisa se hizo presente y mientras las manos del castaño manejaban a la perfección las cartas con sus manos.
Besar a Zero…
Todas las miradas se dirigieron al nombrado que aun estaba en los brazos de Takuma y que les devolvía la mirada con curiosidad, luego Zero estornudo de una endemoniadamente linda manera y…
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—¡¡MUY BIEN KANAME!! ¡¡YO ACEPTO EL DESAFIO!!...—Había llamas de determinación por todo Takuma.
—Yo también quiero un beso de Zero-chan!!...—Aido no iba a perder ¡No lo haría!
—Yo también jugare…—Y Shiki parecía muy interesado en ello ahora.
—Yo igual acepto…—Ni siquiera Kain pudo negarse.
“Ku, ku, ku. Yo sabía que a todos les interesaría una vez hablara del premio”
Si Kaname estaba MUY satisfecho de sí mismo.
—Pero a cambio el perdedor deberá hacer los trabajos de aseo de los dormitorios por cinco semanas…—Y así Kaname mato sin piedad alguna los ánimos de todos.
Cinco semanas…
A los pobres, la depresión les estaba ganando.
—Así es…por otro lado. Takuma ya es hora de que sueltes a mi Zero…—que solo Kaname tenía todo el derecho sobre el pequeño albino.
Porque si, Zero aun seguía en brazos de Takuma.
—Bueno, como sea ¡Comencemos!...—Aidou tenía mucha confianza en ganar, él era bueno con las cartas.
Y la gue- digo el juego dio inicio.
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—Escalera real…—la suave (y satisfecha) voz de Kaname se dejo escuchar por todo el lugar—Y con esto, creo que es mi victoria…de nuevo…—oh si, él estaba muy satisfecho consigo mismo.
Los demás solo podían mirar como el castaño ponía las cartas que los había aplastado (de nuevo) con impotencia y con un aura perdedora rodeándonos. Y no sabían que los deprimía aun más, si no haber ganado ni una mísera vez, frente al castaño, o el hecho de que Zero, el lindo Zero; estuviera cómodamente dormido en los brazos del pura sangre.
Porque ahí, acunado protectoramente estaba el pequeño albino, completamente dormido y pareciendo de lo más contento del mundo en los brazos del mayor.
Y ellos solo podían mirar.
—Kaname! N-No es posible que hayas ganado todas las veces…¡No es posible!...—Takuma se sentía muy valiente como para hablarle así al purasangre.
—¿Lo crees así? Entonces ¿Por qué no revuelves tu las cartas? Kaname estaba demasiado contento con el pequeño en sus brazos que ni le importo el tono del rubio al hablarle.
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—Full House…—Y de nuevo, el ganador era el purasangre.
¡¡Gano de nuevo!!
El grito mental de todos, podía escucharse claramente.
—Je…¿Cómo pueden pensar siquiera en la idea de yo perdiendo?...—recargando uno de sus brazos (en que tenía libre ya que el otro mantenía acunado al chibi Zero) y luego poniendo su mesilla en su mano, una expresión de oscura arrogancia se formó en su rostro—…Cómo podía perder…—y había un aura malévola rodeándolo.
—Kaname-sama es asombroso…—tal parece que el único que no está afectado por la racha perdedora era Shiki,
—Maldición ¡El beso de Zero-kun!...—Takuma no se rendía, él ¡No se rendía!
—Si pierdes otra vez serán otras cinco semanas más…—Aidou advirtió, aunque él tampoco se rendía.
—Yo tengo…¿Cómo se llama esta carta de nuevo?...—Shiki parecía que no se enteraba de nada.
—….— el pobre Kain, tan decepcionado estaba que ni hablar podía.
Y mientras tanto, Kaname muy feliz del mundo, se levanto con el platinado en brazos y lo apretó a su pecho, más que contento. Oculto de la vista de los demás vampiros una pequeña sonrisa cariñosa se formo en su rostro y un pequeño beso fue puesto en la mata de cabello plateado de la personita durmiendo en sus brazos.
“Jeje…El beso de Zero es mío…”
000
Tiempo después, ese mismo día.
El clima era similar, aun llovía, aunque un poco menos que hace unas hora cuando recién comenzaba.
—Aidou, no te esfuerzos a ti mismo…solo admite la derrota…—Takuma, aun estaba en pie de guerra y tenía la intención de ganar este juego aunque sea solo una vez. Sus ganas de ganar casi podían verse saliendo de su cuerpo.
—Me niego, no quiero trabajar esas cinco semanas!...—no Aidou no se iba a rendir ¡No lo haría!
—Me pregunto cuánto tiempo planean seguir jugando…—Shiki y Kain ya habían ganado sus respectivas rondas solo se mantenían alejados del par de idiotas rubios.
—Ya llevan dos horas con eso…—indiferentemente Kain se había puesto a leer un libro, sin prestarle atención a los rubios.
Habían dejado que los rubios tengan su duelo todo lo que querían, pero como aun llovía, todavía tenían que permanecer en el interior y estar aguantando los gritos de ambos, el único al que no parecía importarle nada era a Zero. El pequeño se encontraba recostado en el sofá, con una manta cubriéndolo y aun bien dormido y muy contento.
—Kaname-sama, quiero ir a comprar pokis con Zero ¿Puedo?...—El castaño había regresado y Shiki vio su oportunidad de preguntarle.
—….
—¿Kaname-sama?...—cuando Shiki se voltio a ver, el lugar donde el castaño había estado sentado segundos antes, ahora estaba completamente vacío.
—….
000
El castaño observaba impasible la pequeña figurilla Teru. Su rostro era inelegible ya que él en verdad no sabía que pensar de esto, aunque podía decir que sentía algo así como tristeza y ternura, por quien hizo al muñequito.
—Kaname-sama, me gustaría comprar golosinas…se me han terminado ya…—Shiki, que salió a buscar al castaño en cuanto este desapareció, al fin lo encontró.
—Shiki?...—Kaname volteo a mirar a su primo, quien había recargado su cabeza en el hombro del purasangre—..Ne Shiki ¿Esto fue hecho por Zero cierto?...—le enseño el muñeco Teru en sus manos.
—¿Hmm? Sip, lo hizo…
—Ya veo, supongo que no debe ser sorpresa entonces….—en la mano del castaño estaba un Teru que a diferencia de los demás solo tenía las cejas y ojos morados, así como también un listón con una campanilla dorada en él—…es imposible que olvide a su hermano después de todo…
—Hmm…no lo entiendo…
Kaname seguía mirando el muñequito y Shiki solo por curiosidad lo miro también. Y mientras lo hacían…
La lluvia había parado afuera.
Los dos vampiros observaron la ventana y miraron hacia el cielo.
—Dejo de llover, ahora el sol está saliendo…—a pesar de que no lo parecía, Shiki estaba muy feliz por la noticia.
—Sí, así parece…aún es temprano, podemos salir otro rato, cuando la tierra no esté muy húmeda…—Kaname estaba seguro de que a los demás les encantaría la idea de salir y si era con Zero mejor.
La próxima vez, todos ellos tendrían un pequeño paseo con Zero-chan.
Espera la continuación!!!