El agua caliente estaba a la perfecta temperatura, el patito de goma flotaba tranquilamente ¿Y un cierto vampiro que controla el hielo? Él estaba en el cielo.
—Ahora te lavare el cabello Zero…
Si en el cielo.
Había sangre saliendo de la nariz del pervertido.
¿Pero cómo no?
Como no disfrutar cuando tenía un pequeño Zero-chan con solo una toalla cubriendo y con uno de esos sombreros para bebés que se usan para poder bañarlos y que el shampo no entre en sus delicados ojos.
En ese pequeño momento de su vida él era feliz.
Aunque…
—Takuma ¿Cuánto más seguirás fingiendo que te bañas?
—Cállate Aidou, que no vez que me estoy lavando el cabello…debe quedar muy limpio…como si te dejaría solo en el baño con mi Zero…
Que nadie mencione que esta es la tercera vez que Takuma se lavaba el cabello.
Bueno el primer rubio mencionado lo dejo por la paz y siguió aseando al pequeño Zero, echándole un poco de agua tibia quito todo resto de jabón en esa cabecita plateada, esos grandes ojos de Zero mirándolo y parpadeando las pequeñas gotitas de agua en su pestañas.
Malditamente lindo.
—Listo Zero, ya estas limpio…¡Espera Zero!...
El pequeño había comenzado a correr en el momento que habían terminado de bañarlo, por tratar de pararlo Aidou había caído de cara en el piso y ahora sangraba por otra razón menos pervertida, pero el pequeño seguía corriendo en el baño y el piso estaba muy resbaladizo, si seguía así podría…
Zero resbalo…
—¡Zero!
El pequeño cuerpo perdía el equilibrio y se acercaba peligrosamente hacia el suelo, pero el niño fue salvado.
Salvado por Takuma que apareció de repente tomando en sus brazos al bebé y deslizándose por todo el baño hasta parar al chocar su cabeza por la enorme bañera que estaba por ahí.
Eso debía doler.
—Es…¿Estas bien Takuma?
El vicepresidente no se movía, esperaba que no estuviera muerto.
Por otro lado Zero estaba a salvo y eso era lo que importaba.
—Kaname-sama Takuma se golpeó la cabeza…esta desmayado…
—Déjalo por ahí…seguro se despierta luego…—Kaname, siempre tan preocupado por los demás.
—¡Que cruel!
—¿Dijiste algo?
—¡Por supuesto que no Kaname-sama!
—Yo lo pondré a descansar…—Shiki que había aparecido repentinamente tomo al rubio y lo recostó en una banca con una toalla en su cabeza.
—Zero-kun…—el pobre rubio deliraba en su sueño.
Mientras Zero miraba con lo que podía ser preocupación al rubio inconsciente, el rubio lo había salvado y ahora estaba lastimado.
No le gustaba.
Así que ahora estaba deprimido, aunque el agua del pequeño baño termal en el que se encontraba fuera relajante.
—No te preocupes por Takuma, él estará bien…—Aidou trataba de animar al menor pero no parecía estar dando buenos resultados, la triste mirada no se iba. Al final se le ocurrio algo que podría ayudar.
—¡Zero-chan, mira!
Cuando el chico volvió a verlo, un pequeño chorrito de agua salpico su rostro, el rubio tenía una sonrisa, sus manos juntas dando muestra que él había provocado el chorrito de agua en la muy gran y enorme tina donde estaba.
La carita deprimida se fue para dar lugar a un puchero molesto.
Aiodu sonrío disfrutando de lo lindo que era Zero.
Luego él vio como el chico tomo entre sus dos manitas un pato de goma ligeramente más grande de lo normal, luego un gran chorro de agua salió del pico del pato cuando Zero presiono con fuerza.
La presión era demasiado incluso para un vampiro como Aidou.
¿Cómo Zero había conseguido algo así? Nadie lo sabía…era un misterio.
En el otro lado de la habitación dos vampiros observaban la interacción del otro par.
—Eso se ve divertido…jugar con el agua…—Shiki mitad purasangre decía, mientras incluso si estaba tomando un baño él tenía un poki en sus labios.
A su lado estaba Kaname rodeado de una sombra de malas intenciones y rostro de homicida.
—Mañana Aidou hará la limpieza de toda la escuela…y él solo.
La misión…castigo estaba establecida el rubio vampiro sufriría al día siguiente.
Pequeño Zero miro al vampiro rubio y de ojos azules haciendo el ridículo para no dejar que se deprimiera, más allá había otros dos también al pendiente de él, puede que en todo este tiempo no había podido decir o mostrar como apreciaba a estos tontos vampiros.
Pero ahora podía.
Así que sonrió y rio alegremente con sus mejillas rosas y sus ojos brillando de felicidad, porque él estaba feliz, feliz al lado de estos estúpidos pero amorosos vampiros.
Y Aidou observo esa sonrisa y sonrió, al final había logrado su objetivo y eso estaba bien.
Zero siempre debía sonreír.
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—Entonces Zero se desmayó por estar en las termales mucho tiempo…
El bebé se encontraba recostado con sus mejillas rojas por la pequeña fiebre que le había dado, un pañuelo húmedo en su frente, a pesar de que trataron de que estuviera lo más cómodo posible su rostro tenía un cierto grado de molestia.
Kaname no estaba feliz.
—Aidou, no solo limpiaras toda la escuela, sino también todos los dormitorios…
—¡¡¿Por qué?!!
—porque tu dolor me divierte…
—¿Qué?
—Lo que oíste…
Mientras el joven vampiro lamentaba su suerte y su nacimiento, Shiki con otro poki en sus labios miraba al pequeño bebé durmiendo, esperaba que se mejorara, quería jugar con Zero.
—Takuma quédate con Zero debo enseñarle modales a Aidou…
—Espere Kaname-sama ¡¡NOooo!!
—Yo iré por más pokis…
Unos segundos después e Ichijou Takuma estaba solo con un indefenso Zero.
De hecho esos eran sus pensamientos exactamente.
“Oh dios, estoy solo con Zero-kun…oh dios, solos ¡Solitos!”
De repente sintió como su camisa era tomada por una mano muy, muy pequeña, al voltear a ver se topó con la visión de un Zero con algo de fiebre quien había despertado. Las mejillas del peliplata estaba rojas y sus ojos se notaban desenfocados.
—Recuéstate un poco más Zero-kun…Kaname y los demás regresaran pronto…—tomo esas manitas suaves y se acercó más, era para impedir que se cayera se dijo, nada más que eso.
Zero se balanceaba de adelante hacia atrás, se notaba confundido pero para Takuma tal vista era solo entrañable, ¡Zero se miraba tan lindo! Todo confundido y esos ojos brillantes y rostro rosadito.
Takuma no lo pudo resistir más y sin querer ni poder, se acercó al otro y le dio un beso en esa mejilla rosa. Luego abrazo ese cuerpo apretándolo contra el suyo propio.
—¡Eres tan lindo Zero!—cerro los ojos y disfruto de tener a ese chico entre sus brazos—Quisiera abrazarte así para siempre…
Eso sería una vida extremadamente feliz.
Desafortunadamente el momento no podía durar para siempre.
—¿Qué se supone estas haciendo sempai?
Esa era una voz que reconocería en cualquier lugar del mundo.
Cuando se alejó se topó que su pequeño Zero ya no era pequeño, sino que este había regresado a su apariencia de adolescente en todo derecho.
Y estaba desnudo.
—¿¡Como!?
—¿Por qué no tengo ropa?
—¡¡Zero regresaste a la normalidad!!
—¿Regresar? ¿Tomo sangre de dudosa procedencia de nuevo sempai?
—¡¡Zero!! ¿Estas bien? ¿¡Que sucede!?—Rido Kuran, rompiendo una pared y atravesándola llego al lugar para ver aun crecido Zero.
—Oh Zero, has vuelto bienvenido…—entrando por la ventana ahora era Kaname quien llegaba.
Poco a poco los demás vampiros aparecían como por arte de magia, de diferentes lugares para ver al cazador otra vez en su normal edad.
Zero mismo estaba confundido y aun nadie le decía porque estaba desnudo…ni siquiera le ofrecían ropa.
¿Y qué era eso de regresar?
—Recuerdo que estaba con Lyli me dormí y…¿Este es el baño de la luna? —todo era tan confuso para el pobre Zero.
—¿No recuerdas nada Zero?—por alguna razón la pregunta de Rido sonaba algo decepcionado.
—Cuando me di cuenta estaba aquí y Takuma-sempai me abrazaba.
Silencio…
Demonios y almas en penas comenzaron a rodear a dos purasangres muy molestos. Los demás nobles no estaban en mejor condición, todos poseían un enorme instinto asesino que haría llorar a cualquier humano o vampiro.
—¡Takuma! ¿Cómo pudiste? ¡¡Rubio traidor!! —ese era Aidou comenzando a preparar su hielo.
—Espera Hana, si lo quemamos le dolerá más…
—Espero estés preparado nieto de Asato…porque no te gustara lo que te hare…—Rido sabía mucho de torturar a la gente.
—Mi puntería con mi látigo de sangre ha estado fallando…gracias por ofrecerte como voluntario Takuma…
—Debo comenzar a buscar un nuevo vicepresidente…no te preocupes Takuma te dolerá más a ti que a mi…
Y mientras el noble rubio huía desesperadamente para salvar su vida, Kiryuu Zero había encontrado algo de ropa (porque a nadie se le ocurrió darle algo) y comenzó a salir de ese lugar, sin comprometerse en la pelea de los vampiros.
—No sé por qué están tan molestos, pero…primero iré a comer algo, tengo hambre—se detuvo un momento para ver hacia atrás y observar la masacre de los vampiros—Parece que he olvidado algo…
Algo muy valioso.
Siguió viendo a los otros y luego dio una pequeña sonrisa.
Tendré que hacer recuerdos aún más valiosos entonces…