JongDae maldecía por lo bajo, sentía que sus brazos se debilitaban cada vez más a causa del peso muerto del lobo herido e inconsciente y apenas habían cruzado los límites del territorio de la manada.
Por fortuna, el destino final era su casa, que era la más la más próxima a la frontera y que se encontraba ligeramente aislada del resto. `Necesito mi espacio´ fue lo que respondió ante las protestas de su padre y hermanos debido a la gran distancia que iba a separarlos y el discurso de `Vas a ser el primero en morir si nos invaden´, pero aquello era un simple pretexto para ocultar en ese entonces el hecho de que las quejas de su madre habían colmado su paciencia y que, aunque jamás lo admita en voz alta, quería alejarse de todos y en especial de Luhan, que descaradamente visitó su casa el mismo día que lo rechazó junto al resto su familia y acabó riendo junto a los demás mientras JongDae derramaba silenciosas lágrimas en su habitación.
Ese imbécil.
Al escuchar un gruñido proveniente del alfa, JongDae no pudo evitar chasquear la lengua disgustado. Lo escuchaba quejarse desde que habían empezado a caminar y, a pesar de que KyungSoo lo había regañado anteriormente por insultarlo en repetidas ocasiones, los quejidos de LuHan estaban comenzando a hartarlo nuevamente.
-¨¿Por qué diablos no te marchas?¨- Cuestionó molesto. -¨Ya estamos en nuestro territorio, no corremos peligro aquí¨.
JongDae observó de reojo a LuHan, que giró la cabeza hacia otra dirección cuando sus miradas chocaron, dejando en claro que iba a ignorarlo. Tan infantil.
-¨Imbécil¨- Masculló el omega sonriendo internamente cuando el alfa lo miró rápidamente y él imitó su previo accionar.
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Cuando su pequeño y humilde hogar apareció a unos pocos metros de distancia, JongDae que había permanecido en silencio debido al cansancio, pareció recobrar un poco las fuerzas perdidas y ¨¡KyungSoo, camina más rápido! Siento que mis brazos están separándose de mi cuerpo¨.
LuHan negó con la cabeza al ver la torpeza con la que ambos omegas caminaban intentando ganar velocidad.
Probablemente al ser el más fuerte de los tres debería haberse ofrecido a llevar al pequeño alfa herido, un peso como el suyo no sería problemas para él. Sin embargo, no podía darse el lujo de ver el rostro disgustado de JongDae al notar la diferencia entre sus capacidades físicas. Es más, ni siquiera debería estar cuidando la espalda de los omegas en ese momento.
Si alguien llegaba a descubrirlo allí en ese momento y lo delataba, su vida dejaría de tener sentido.
Las consecuencias serían terribles por faltar a su palabra y no estaba dispuesto a permitir que lo más preciado que tiene le sea arrebatado. Debe irse, marcharse rápido antes de que sea demasiado tarde...
JongDae frunció el ceño cuando repentinamente los gruñidos cesaron y los pasos detrás suyo dejaron de oírse. Intentó con todas sus fuerzas no voltear para ver al alfa pero la curiosidad ganó la batalla que se desataba en su interior y terminó girando la cabeza.
LuHan simplemente estaba inmóvil en medio del camino pero JongDae fue capaz de notar que estaba totalmente sumido en sus pensamientos. Sus pequeños ojos se clavaron en la mirada perdida del alfa y una extraña sensación se instaló en su pecho.
Volvió a voltear su cabeza, tratando de esa forma ignorar aquella fuerte sensación pero parecía aumentar conforme a cada apresurado paso que daba y un sinfín de preguntas comenzaba a rondar en el interior de su mente.
Llegando a la puerta de su casa, le dió una última mirada al alfa y pudo ver la manera en la que se alejaba a toda velocidad, como si estuviera huyendo de algo. Un comportamiento demasiado extraño y no propio del alfa.
Su lobo insistía en perseguirlo pero el castaño no lo permitió. Jongdae tenía prioridades y perder el tiempo intentando descifrar qué demonios le sucedía al bastardo que rompió su corazón no era una de ellas, no cuando tenía a un pequeño lobo esperando a ser atendido.
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-¨¿Dónde deberíamos dejarlo?¨- Cuestionó KyungSoo al entrar al hogar del otro omega y notar el poco espacio que tenía.
La mirada de JongDae recorrió cada rincón e hizo una mueca con sus labios al notar que no tenía otra alternativa más que su preciada cama. No era tan desconsiderado como para dejarlo en el suelo hasta que sus heridas sanen por completo.
-¨En mi cama¨- Respondió con un suspiro. Solamente esperaba que nadie de su familia descubra la presencia del pequeño alfa o se metería en más problemas de los que ya tiene asegurados con el Beta Kim JunMyeon.
Lo depositaron cuidadosamente en la superficie mullida, como si fuera un ser extremadamente frágil y no un alfa que podría acabar con sus vidas si así lo quisiera.
Sin perder el tiempo, JongDae se aproximó al lobo de espeso pelaje de un color negro casi tan oscuro como el de KyungSoo, intentando averiguar el lugar exacto de la herida y la profundidad de la misma.
Su padre era uno de los curanderos de la manada y demasiados años de su vida se perdieron mientras era obligado por su madre a observar la manera en la que trabajaba para no convertirse en un estorbo en la manada.
¨No importa la belleza que posees, nadie va a reclamarte si tu horrible personalidad no cambia. Al menos has algo útil para no convertirte en un estorbo para el Alfa Kim¨. Y esas eran las palabras dedicadas de parte de una madre a su hijo.
Una vez localizada la herida, sus dientes automáticamente se clavaron en su delgado labio inferior. Rápidamente se puso de pie y comenzó a empujar a un desnudo y confundido KyungSoo fuera del lugar.
-¨Espera, ¿Por qué me echas?¨- Preguntó el muchacho de piel pálida y ojos grandes y expresivos intentando resistirse.
Contrario a JongDae, él no tenía un mínimo conocimiento acerca de heridas pero quizás podía ayudarlo en algo. Por mínimo que sea.
-¨La herida está en un lugar complicado y no puedo concentrarme sabiendo que tu intimidante mirada va a estar siguiendo cada uno de mis movimientos¨- Habló el castaño.
-¨Puedo cerrar mis ojos para no incomodarte” - Propuso el muchacho de cabello corto y negro.
No era la primera vez que incomodaba a alguien debido a su manera de mirar, aunque no lo hacia apropósito. Él no tiene la culpa de haber nacido con ojos más grandes que el resto y que luzca enojado las 24 horas del día cada vez que mira a algo o alguien.
Desde pequeño, KyungSoo tuvo varios problemas debido a que los demás lobos mal entendían su accionar y se quejaban con sus padres.
Por esa razón y para evitar seguir generando confusiones, gradualmente fue dejando de dirigirle la palabra a todos los lobos de la manada e intentaba hacer todo por su cuenta.
JongDae igualmente se negó.
-¨El problema soy yo, no tú. Me pongo nervioso fácilmente si alguien me observa trabajar. Traumas infantiles, supongo.”- Bromeó aunque sabía que que KyungSoo no comprendería a qué se refiere. -”Cuida que nadie se acerque o al menos intenta hacer tiempo si es que ya nos descubrieron¨.
Si lo piensa fríamente, LuHan podría haber huído para delatarlos. Después de todo, no estuvo de acuerdo desde el principio con la idea de llevar al pequeño alfa a su territorio y su padre era parte del Consejo. Sinceramente no cree que los traicione de esa forma pero era mejor prevenir que lamentar.
-¨Pero quiero ayudar de verdad¨- Insistió KyungSoo. -¨Siento que soy inútil al quedarme aquí de brazos cruzados¨
-¨Me ayudarías mucho si haces lo que te pedí, KyungSoo. Si alguien descubre a este pequeño, van a echarlo porque es un forastero, y si para ese entonces no logró extraer la bala, es probable que muera”- Dijo JongDae.-”No deberías sentir que eres inútil porque es debido a ti que ese cachorro va a continuar con vida, ¿Crees que yo habría accedido a traerlo si no fuera por ti?¨- Le recordó, sonriendo levemente cuando el otro omega agachó la cabeza y negó suavemente. -¨Exacto. Cuento contigo¨.
Y con un último empujón, la puerta se cerró en las narices de un resignado KyungSoo.
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Park ChanYeol se encontraba de pie en la frontera, contando mentalmente a cada uno de los lobos que ingresaban de manera ordenada al territorio de la manada. La fresca brisa chocaba contra su pálido rostro y jugaba con sus cabellos rojizos. Sentía el fuerte impulso de cerrar los ojos y dejarse llevar por tal agradable sensación pero mantenía la mirada fija en los lobeznos que seguían pasando frente a él.
Un grupo de viejos alfas habían llevado a los cachorros, que estaban con un pie dentro de la etapa adulta, a una especie de excursión. El objetivo era enseñarles cuáles eran las zonas neutras, las zonas peligrosas y donde comenzaban los límites – que no debían cruzar – de las manadas más próximas a su posición. Era un simple paseo educativo para evitar que se metan en problemas en un futuro cercano cuando salgan a cazar, pero el riesgo de cruzarse con un lobo solitario y salvaje siempre estaba presente y había sido enviado para controlar que nadie haya llegado con heridas.
Los resultados parecían positivos, ninguno había recibido siquiera un rasguño, sin embargo ChanYeol no pudo evitar fruncir el ceño al notar que no quedaba nadie más por cruzar y los números no le cerraban. Se suponía que eran catorce cachorros pero faltaba uno. Extrañado, dirigió su vista al pequeño grupo y volvió a contarlos una y otra vez.
Efectivamente no había sido un error de cálculo suyo, ¿El Consejo se había equivocado al darle la cantidad? No, era prácticamente imposible que ellos se equivoquen de una forma tan absurda.
Rápidamente se aproximó a los responsables cuando una idea bastante descabellada apareció en su cabeza.
-¨¿Perdieron un cachorro?¨- Preguntó.
Los otros lo observaron como si estuviera loco y ChanYeol no los culpaba. La manada nunca había presentado alguna pérdida en ese tipo de viajes precisamente porque los encargados eran experimentados en caza o en peleas cuerpo a cuerpo, algo básico como percibir la ausencia de alguno de los cachorros no debía ser problema para ellos.
-¨Eso es imposible¨- Alegó el más veterano.
-¨Falta uno y no encuentro otra explicación¨- Manifestó el joven alfa, siendo testigo de cómo los demás fruncían el ceño ante su comentario y acto seguido desviaban la mirada al grupo de jóvenes.
-¨Es cierto, falta uno¨- Habló otro, confirmando su sospecha. -¨Eran catorce cuando partimos, ¿Cómo pudo suceder esto?¨
-¨Eso no es importante ahora¨- Intervino ChanYeol totalmente serio, no podían enfrascarse en una discusión sin sentido cuando la vida de uno de los suyos estaba en juego. -¨Informen la situación al Consejo, yo iré a buscarlo¨
El recorrido nunca cambiaba y él lo conocía de memoria, debía ser capaz de cruzarse con el cachorro faltante en algún punto o al menos percibir su aroma y rastrearlo.
-¨Park, no puedes ir solo, ¿Acaso no sabes que la manada del Alfa Kim está a punto de ser invadida?¨- Indagó el mayor, tratando de razonar con el muchacho de piel pálida y orejas prominentes. -¨Tuvimos que tomar otra ruta para evitar chocar con los forasteros que merodeaban por la zona¨
ChanYeol estaba al tanto de la situación de la manada vecina pero lo había olvidado por completo. El Alfa Kim era conocido debido a su fuerza bruta y por tener bajo su cuidado mayormente a omegas. Las noticias acerca de su estado de salud se habían esparcido como pólvora y no le extrañaba que haya lobos esperando el momento oportuno para atacar e imponer su poder, después de todo la belleza de su Beta era innegable y se rumoreaba que los omegas no perdían ante él.
Sería una tarea demasiado arriesgada para él solo, sobretodo teniendo en cuenta que faltaba poco para que la luna se alce en el cielo, pero aún así era su deber ir en busca del cachorro ahora que era consciente del peligro que corría.
-¨No voy a abandonar a su suerte a un mocoso que no tiene experiencia en peleas reales y que nunca salió de los límites de esta manada¨- Argumentó. -¨Lleven a los demás con sus familias y pidanle al Consejo que envíen a MinSeok¨
Y dicho eso la figura del joven pelirrojo quedó atrás, reduciendo su ropa en retazos y dejando en su lugar a un lobo de gran tamaño y espeso pelaje color caoba.
Un fuerte aullido fue emitido de la garganta de ChanYeol antes de salir corriendo a gran velocidad, perdiéndose en la profundidad del bosque.
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Al salir de la casa del Alfa Kim con las manos vacías, el Beta no tuvo otra opción más que intentar hablar con los del Consejo.
El Consejo estaba compuesto por los lobos más viejos de la manada y era a ellos a quien el Alfa Kim recurría muy ocasionalmente para que le ayudaran a despejar sus dudas. JunMyeon no estaba en buenos términos con ellos desde su llegada a la manada siendo un indefenso cachorro. Ellos se oponían rotundamente a que permanezca allí pero el Alfa Kim lo defendió con garras y dientes todos estos años.
A pesar de que los del Consejo le permitieron ingresar al sitio de reuniones, sus intentos de entablar una conversación habían sido nulos para el Beta, que recibió toda clase de improperios al terminar de exponer su idea y ahora caminaba sin rumbo fijo por la aldea.
Prácticamente podía resumir aquella `reunión’ en tres oraciones que repitieron los viejos del Consejo hasta que la paciencia del Beta llegó a su límite y los puso en su lugar.
¨Lo que suceda en esta manada no es asunto tuyo, forastero¨, ¨Apuesto a que estás deseando que el AlfaKim muera¨ y cómo olvidar los incontables ¨Bastardo¨ que recibió.
Seguía con las manos vacías pero está seguro que algo se le va a ocurrir. Mejor dicho, algo se le debe ocurrir. Era su obligación como segundo al mando encontrar alguna manera de llevar a cabo su idea.
JunMyeon caminó hasta que las voces de los demás miembros de la manada dejaron de oírse. Necesitaba silencio para ayudar a despejar su cabeza, ésta maquinaba a toda velocidad y eso no era bueno.
Estaba de pie con los ojos cerrados, disfrutando como la brisa acariciaba su rostro y jugaba con su cabellera, cuando un extraño aroma lo puso en alerta. Podía sentir una fragancia desconocida en el aire y no dudó dos veces en cambiar su forma humana por la de su lobo y salir en busca de aquel que estaba invadiendo su territorio.
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Park ChanYeol se alarmó cuando, percibiendo el rastro del cachorro, se encontró con los restos de dos humanos que habían sido salvajemente devorados por otros de su misma especie . El olor a sangre junto a un sinfín de aromas de otros lobos inundaba sus sentidos logrando inquietarlo ante la posibilidad de que hayan atacado al cachorro sólo por placer, para divertirse con un mocoso indefenso.
Aceleró su marcha y a medida que avanzaba fue capaz de percibir como el aroma que estuvo persiguiendo desde que salió de su territorio, ahora tenía un ligero rastro de sangre y se mezclaba con otros olores más suaves y uno que indudablemente era el de un alfa.
¿Qué diablos le había sucedido al cachorro y dónde se encontraba?
Se extrañó al llegar al límite de la manada del Alfa Kim. Esa manada en particular se caracterizaba por su carácter pacífico y posición neutra ante los conflictos entre otros clanes. Sus alfas eran fuertes y su Beta era respetado por sus capacidades a la hora de luchar sin embargo jamás había escuchado sobre algún antecedente en el que hayan causado problemas por atacar sin motivos a miembros de otras manadas; no obstante, no podía descartar que ellos hayan sido los responsables de herir y retener al cachorro faltante. No podía haber cometido un error al rastrearlo, confiaba plenamente en sus sentidos, por lo que no dudó en ingresar a sus tierras para rescatarlo.
Comenzó a correr a gran velocidad, intentando llegar lo más lejos posible antes de ser descubierto, cuando de repente fue interceptado y arrojado al suelo por otro lobo. Este era de menor tamaño y su pelaje era completamente negro, solamente era visible por la luz de la luna que se alzaba sobre ellos. Si no estuviera gruñendo y haciendo una leve presión sobre su yugular, en modo de advertencia, probablemente podría derribarlo y seguir con su búsqueda, pero un movimiento en falso podría acabar con su vida.
ChanYeol estaba a punto de aullar, como muestra de su rendición, cuando un lobo de abundante pelaje blanco apareció de la nada y embistió al de pelaje negro, logrando liberarlo. La llegada de Kim MinSeok jamás había sido tan oportuna.
Una batalla de miradas desafiantes y gruñidos se desató entre los otro dos lobos, ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. ChanYeol estaba a punto de interferir, cuando un fuerte aullido resonó por el lugar. Corriendo velozmente hacia ellos, apareció un hermoso animal cuyo pelaje era similar al de MinSeok.
ChanYeol reconocía a ese lobo, el Beta Kim JunMyeon había llegado y eso podría complicar aún más las cosas.