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ChoiLee del odio al amor (2min) por Aerin

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Notas del capitulo:

Hola hola mis lectores favoritos… sé que estuve un poquito desaparecida desde el ultimo capitulo, pido disculpas. Tuve muchos problemas personales y, además, este capítulo era tan largo que lo tuve que separar en dos. No lo van a notar porque transcurren en dos momentos distintos, pero originalmente eran uno.

Espero que les guste.

Nos leemos en los comentarios.

Saludos Aerin

Minho y Taemin llegaron al aula corriendo, ya casi no quedaba nadie en el colegio, así que no tuvieron que dar explicaciones. El salón estaba vacío y las cosas del alto estaban ordenadas y guardadas en su mochila. Tenía un pequeño cartel pegada en ella:

Rana estúpida ¿dónde te metiste ahora? No contestas los mensajes. Le dije al profesor que estabas en la secretaria, no le importo mucho tu ausencia. Espero que estés agonizando para desaparecer así sin avisarme.

Besos Key  

-Tengo que admitir que la diva tiene actitud – reconoció Lee riendo – deberías llamarla y decirle que estas bien.

- Va a matarme – dijo el castaño asustado – odia que desaparezca y se lo hago todo el tiempo.

- Yo te mataría – analizo el morocho – llámalo.

- Después de dejarte en tu trabajo lo llamo, sino vas a llegar tarde.

- oooohhhh que consideradooo – dijo el joven acercándose para besarlo corto – sigue así y tal vez a la noche te recompense – los ojos de Minho se abrieron de par en par impresionado.

- CHOI COCHINO… pensaba en comida – lo reto golpeando levemente su hombro.

- Yo también pienso en comer – acoto inocente, pero nada de su pensamiento era inocente.

- Minhooooo – se quejó el chico separándose para continuar agarrando sus cosas

- Te dije alguna vez que me encanta cuando dices mi nombre – comento mirando al chico guardar sus cuadernos, un pequeño sonrojo se formó en las mejillas del níveo, pero rápidamente cambio de actitud disimulando.

- ¿Entonces ya no puedo decirte Choi? – pregunto no muy contento con la idea

- mmmmm – el alto lo analizo unos segundos – también me gusta cuando me llamas Choi. Solo tú me dices así – una sonrisa se dibujó en Taemin - y eso lo hace especial, pero cuando me dices Minho…- su cuerpo tembló por el recuerdo - algo adentro mío se estremece.

- ¿Te hago estremecer? – lo miro confundido, era raro verlo así y el alto se percató de que el joven no era muy consciente de lo que provocaba en él. Ya era el segundo comentario que hacía de ese estilo.

- Haces mucho más que estremecerme  - reconoció tranquilo mirándolo. Cada vez le parecía más y más hermoso si era posible. – no te das cuenta como me pongo cuando estas cerca de mí – El chico negó mirándolo a los ojos. Ya había terminado de juntar sus cosas, el alto tomo una de sus manos y la puso sobre su pecho – ¿Lo sientes? No es normal que este así…  Es por ti – Taemin no hablo, pero se quedó sintiendo ese latir. La sensación del corazón de Minho era algo inexplicable para él. Lentamente la retiro notando que estaba temblando - creo que es hora de irnos – dijo el castaño con su voz grabe y profunda, el níveo asintió aún sin recuperarse.

- Si… Vamos – sonrió tratando de parecer relajado, pero todo su cuerpo temblaba. Salieron por la puerta del fondo, como era su costumbre y fueron hablando alegres. Pasadas las diez cuadras, el alto tomo la mano del joven – ¿las venias contando? – cuestiono impresionado el morocho.

- claro que las contaba – respondió el castaño indignado por la pregunta. Siguieron hablando y riendo y a las catorce cuadras Taemin empujo al joven a un callejón y lo beso profundo. – ¡Faltaba una cuadra! – se quejó Minho cuando se pudo despegar de esos adictivos labios.

- No aguante – le dijo guiñándole un ojo y continuando con el camino. El alto empezó a hiperventilar “Tiene que dejar de guiñarme el ojo o voy a tener un accidente” pensó preocupado recordando todos los episodios donde lo había hecho. Hasta cuando le era indiferente eso lo hacía aturdir.

El resto del camino siguió igual, entre risas, abrazos y algunos besos furtivos cuando encontraban un buen lugar. Llegaron al instituto y los jóvenes se quedaron mirando, ya no estaban de la mano por razones obvias, pero cualquiera que los viera podría saber que algo había entre ellos.

-Tengo que irme – decía Taemin sin moverse ni un centímetro, mirando al chico a los ojos.

- Lo se… vas a llegar tarde – le advertía el castaño

- ¿vas a venir por mí a la noche? – cuestiono algo triste

- Claro… a las nueve en punto voy a estar aquí…

- Supongo que adiós entonces – dio un paso adelante para unir sus labios, pero recordó donde estaba y se detuvo – creo que no podemos hacer esto aquí aun

- no… creo que no – respondió algo cabizbajo.

-Bueno adiós – el níveo puso una cara sonriente y saludo con su mano al aire y Minho lo imito. El morocho se dio media vuelta y empezó a caminar. Tenía un paso lento con la cabeza baja, el alto lo miraba alejarse mientras su pecho se comprimía “Lo mejor va a ser que me valla” pensó dando la vuelta, si se quedaba viendo estaba seguro que lo correría y no lo dejaría ir, pero antes de que diera dos pasos sintió que lo jalaban de la cara y lo besaban. No fue profundo ni pasional, pero si intenso. Se separó aturdido y agitado tratando de entender bien que había pasado – lo siento – se disculpó el níveo levantando sus hombros en símbolo de inocencia - no podía irme así – acoto riendo – ahora si me voy – acomodo su mochila y corrió hasta arriba de las escaleras frenando en la puerta – ¡ah! – exclamo como si se hubiera olvidado de algo – perdiste la apuesta – se burló y sin esperar respuesta, entro corriendo al edificio. El castaño se quedó paralizado sintiendo mariposas en su estómago “¿Salir con Lee Taemin siempre se siente así?”

Camino un par cuadras sintiendo que flotaba, nada en toda su vida lo había hecho sentir así. Las cosas parecían tener más color, los olores eran más intensos y hasta la más leve briza hacia erizar su piel. Su mente repetía una y otra vez escenas de ellos dos juntos y se reía solo por alguna ocurrencia del morocho. Parecía un loco y no le importaba, porque era así… estaba loco por Lee Taemin y no le importaba nada, por primera vez en años, esa angustia que siempre llevaba había desaparecido. Y no era como con Luna que solo la había cubierto, realmente se había evaporado y era feliz.  Decidió ir a ver a su amigo al hospital, estaba muy cerca de ahí y tenía muchas cosas que contarle. Camino un par de cuadras más y entonces recordó la nota de Key. Lo mejor era que lo llamara lo antes posible o lo mataría. Tomo su celular viendo los cientos de mensajes y llamadas perdidas del joven. “Realmente va a matarme” pensó aterrado. Obvió lo que decían los textos y directamente lo llamo. El teléfono sonó solo dos veces.

-¿DONDE ESTABAS? –le grito al otro lado su amigo

- Keeeeeeyyyy holllaaaa ¿Cómo estás? – dijo evadiendo el reto de su amigo – gracias por juntar mis cosas

- NADA DE GRACIAS RANA DEL INFIERNO ¿TIENES IDEA DE LO PREOCUPADO QUE ESTABA? –no se iba a calmar

- Lo siento Kibumi, realmente tuve que hacer algo y no pude volver al aula –

-¿Qué? – cuestiono aun enfadado, pero ya no tan preocupado. Minho analizaba que responder y nada se venía a su mente “¿Cómo voy a explicar esto si no puedo explicar esto?” pensó. El silencio entre ambos fue abismal y cada segundo sus nervios aumentaban más y más “no puedo mentirle otra vez, es mi mejor amigo” decidió que, aunque no le gustara mucho al morocho, tenía que ser sincero, aunque sea con él.  

- Estaba con Taemin – corto, sencillo y real. El silencio que siguió a esto fue aun peor al anterior. Key lo sabía, solo que no espero que pasara tan rápido, sabía que ellos iban a arreglar las cosas porque los veía, los conocía y no necesitaba que se lo dijera. Desde el momento en que el alto y el níveo no habían vuelto al salón lo supo, solo quería que se lo negara, que le dijera que había sido una extraña coincidencia solamente, pero ahora se lo confirmaban y no podía actuar como un buen amigo que apoyaba su nueva relación. Quería hacerlo, pero no podía. 

- ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? – pregunto muy serio.

- Si – respondió el joven con voz segura. El corazón del de Key se quebró y no como siempre lo hacía, realmente se quebró en miles de pedazos. Pudo sentirlo. Respiro tratando de mantener la compostura hasta terminar la llamada. Minho estaba siendo un buen amigo sincero, no podía culparlo.

- Espero no salgas herido de esto – dijo  cortante – Tengo que irme.

- Yo también… voy a ver a Donghae – acoto tratando de distender la situación.

-Mándale mis saludos – respondió un poco más relajado.

- Claro… le diré –

- Aaaahhh y me debes una salida a comprar por cubrirte hoy – amenazo Key tratando de relajar la situación

- Claro Key, cuando quieras y donde digas – contesto un poco más animado el alto

- Mi agente se comunicara contigo – el castaño rio de la broma.

- Eres único Kibumi, gracias por ser mi amigo – otra patada a su corazón…

- Gracias a ti – respondió sintiendo que no aguantaría mucho más sin llorar – realmente tengo que irme ¡rana tonta! Deja de parlotear. Nos vemos mañana

- Hasta mañanaaaa – el morocho corto y Minho se sintió animado, era bueno ver que las cosas con su amigo empezaban a mejorar después de ese beso “Debería aprender de Key” pensó sin saber que al otro lado del teléfono a su “amigo” le caían lagrimas por su mejilla.

Guardo su celular en su bolsillo y entro al hospital. Fue directo al hombre de seguridad que le dio su pase. Subió los pisos en el ascensor recordando el último beso con Taemin, cada uno era único y lo hacía sentir cosas diferentes.  Salió de él sorprendido por lo rápido que había llegado arriba. Golpeo la puerta y por suerte para él, hoy no había nadie más.

-Holaaaa – saludo el alto animado ingresando al cuarto.

- ¡Hola Minhooooo! – Saludo animado el castaño, sus ojos se iluminaron al verlo – no te esperaba hoy – acoto mientras el castaño se sentaba en una de las sillas

- Te sorprendí ¿no? – El joven de la cama afirmo mientras sonreía  - fui a dejar a mi compañero al instituto y decidí venir.

- ¿Tu amigo el de los sueños? – pregunto perspicaz el mayor. El alto asintió – parece que las cosas están mucho mejor de la última vez que nos vimos – el chico volvió a asentir mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

- Estamos en algo – dijo completamente rojo, por recordar cómo era ese “algo”.

-¡Felicitaciones! – Se alegró Donghae – pero cuéntame ¿cómo fue? La última vez que te vi parecías un trapo viejo

- eeehhhh – se defendió el alto

- ¡pero es verdad! No despegabas la mirada de esa ventana y parecía que el mundo se había destruido – el castaño tenía razón.

- la verdad, yo no hice mucho, fue él el que vino a mí – recordó como había aparecido y lo había besado y se volvió a sonrojar – me dijo que tenía miedo y que no creía que fuera a funcionar – se rio – pero que igual quería que lo intentáramos – sus ojos brillaron con las últimas palabras

- wwwooowwww – exclamo el joven que escuchaba – eso fue todo una declaración de amor

- no lo creo – analizo el alto – dijo que quería que vayamos lento para que descubriéramos bien que sentíamos – Donghae no estaba tan seguro de eso que le decía el castaño, pero decidió dejarlo pasar. No quería ilusionar a su amigo sin fundamentos y lo importante en ese momento era saber cómo estaba él.

- ¿Y tú cómo te sientes? – pregunto curioso

- Es extraño… - respondió  tratando de analizar sus sentimientos – siento el estómago revuelto y quiero salir corriendo a gritar que salgo con él. Nunca me sentí así antes. – el mayor rio, conocía muy bien esa sensación.

- realmente te gusta – le dijo feliz por su amigo

- más de lo que pensaba – reconoció el alto – ni siquiera sé cuándo empezó esto, pero creo que soy adicto a él.

- no quiero saber tanto – se burló el castaño.

La conversación se extendió entre risas y anécdotas de ambos hasta el final del horario de visita. Minho se sentía tan bien de poder hablar abiertamente con alguien de Taemin que no se dio cuenta de la hora que era hasta que se tuvo que ir.

-Creo que tengo que irme – dijo el alto alterado viendo el reloj. Eran las 7.30 y aún tenía que ir a su casa a buscar ropa y comida y volver por el níveo – debería haberme ido hace media hora  - Donghae se rio de él. Los despistes de su amigo lo divertían mucho.

- Gracias por venir… y trata de no golpearte con nada en el camino – se burló el a mayor.

- Voy a intentarlo – se acercó y le dio un abrazo – gracias por escucharme – le dijo cerca de su oído – realmente lo necesitaba.

- Gracias por alegrar mis tardes – se separaron con una sonrisa – adiós –

- Adiós - Minho sacudió su mano en el aire en forma de saludo y se fue.

Los jóvenes no se conocían hacía mucho, pero Donghae se había ganado un lugar muy importante en el corazón del alto y estaba muy feliz de poder tenerlo es su vida. No tenía mucho tiempo así que se tomó un colectivo para ir a su casa, en el camino le escribió a su mamá diciendo que se iba a quedar en lo de Taemin y que quería llevar comida. Ella gustosa acepto prepararles algo y cuando llego la mujer tenía tantos tappers preparados que el castaño no sabía cómo iba a hacer para cargarlos.

-Maa… era solo una comida – se quejó el joven mientras los metía a su mochila

- Tonterías – dijo su madre – tu comes muchísimo y a nosotros nos sobra comida, no me costaba nada hacer un poco de más.

- pero mama – intento replicar, pero la mujer lo detuvo en seco.

- Te conozco mucho Choi Minho, seguro que vives molestando a ese pobre chico ¿¡Cuántas veces te quedaste en su casa sin llevarle nada!? – exageraba como siempre - Vaya a saber cuánto te quedaras ahora, además, el necesita la comida más que nosotros. No puedes llegar con las manos vacías… no no no… No seas insensible y llévale esto – “el encanto Lee Taemin” Conocer un poco más al joven había hecho que entendiera un poco más sobre él y vivía en carne propia sus efectos, pero ver a su mamá bajo ellos lo molestaba un poco.

-Esta bieeeenn –se quejó cargando otra de las bolsas – pero va a pensar que lo queremos engordar

- y mal no le vendría – recalco – viste esas piernitas, ese chico necesita comer más – pero Minho ya no podía escuchar más a su madre, en su mente solo veía las largas y tersas piernas del níveo. Se sonrojo.

- supongo que tienes razón – dijo tratando de disimular su sonrojo

- ¡Eso es! – Respondió feliz sacando una bolsa más, los ojos del castaño se abrieron de par en par “¿Cuánta comida preparo en media hora?”. Cuando su madre termino de cargarlo Minho parecía un equeco. La mujer sonreía orgullosa y feliz  - Es una pena que me hayas avisado con tan poco tiempo... Abría echo más – los ojos del joven se abrieron aún más. Prácticamente no podía moverse y le estaba diciendo que hubiera hecho más… “Jamás tengo que decirle que voy con anticipación”

- Si ma… es una pena – la mujer sonrió al ver el buen corazón de su hijo.

- Eres siempre tan bueno, mándale mis saludos por favor y dile que puede venir cuando quiera. Que esta es su casa también y pregúntale su comida favorita así se la preparo – Su mamá siempre era sobreprotectora y exagerada con todo, pero con el chico parecía tener algo especial.

-Claro ma, se lo diré – dijo tratando de abrir la puerta con un dedo que le quedaba libre

- Avísame cuando llegues – le grito desde la puerta

- Si mama – respondió obediente mientras se iba

- Y no se queden hasta muy tarde – era de las personas más buenas que existía, pero a veces era insoportable. Igual Minho la amaba, realmente estaba agradecido por tener una madre así.

 

-Si ma… nada de desvelarnos

- CUIDENSE – grito casi cuando estaba a mitad de cuadra y su cara se volvió completamente roja “¿Qué quiere decir con eso?” se preguntó sin querer averiguar realmente la repuesta. Asintió con la cabeza y siguió caminando. Su madre tenía un sexto sentido muy potente y seguramente ya se hubiera dado cuenta de que algo raro pasaba entre ellos, pero de ahí a que le dijera eso. Jamás le había dicho tan explícitamente algo así.

Camino hasta la parada del colectivo, tenía que admitir que, aunque lo hubiera cargado con mil cosas, realmente lo había hecho rápido, recién eran las ocho y veinte, tenía tiempo de sobra para llegar.  El colectivo llego y después de unas cuantas maniobras logro subirse y sentarse. Pensar en que iba a ir a dormir a la casa del chico comenzaba a impacientarlo. A esta altura la idea de estar en su casa con el no debería ponerlo así, pero lo hacía. Su estómago estaba peor que nunca. Cada cuadra se hacía eterna y sus nervios aumentaban. Si no hubiera tenido todas esas cosas estaba seguro que se hubiera bajado y corrido. El vehículo por fin llego a su parada y con un poco de ayuda logro bajar “la próxima pido el auto”. Fue a la puerta del lugar y reviso su reloj: ocho cuarenta y cinco. Había llegado temprano. Se debatía si entrar o no, después de todo verlo ahí no sería tan raro, era alumno, pero luego cambio de idea, con todo eso nadie le creería que había ido a una clase y su curso no empezaba hasta dentro de una semana. Quince minutos espero afuera, fueron solo quince minutos pero Minho los sintió eternos.

-Hola – saludo un Taemin animado parándose en frente del alto, tenía su mochila a la espalda y unos pantalones de gimnasio, no hubo beso ni miradas incomodas, solo el níveo con su mejor cara de felicidad - ¿esperaste mucho? –pregunto pero cuando el castaño estaba por contestar un grupo de jóvenes se acercaron a ellos.

- Muchas gracias por la clase profesor Lee – le decían haciendo una reverencia. El morocho puso su mejor sonrisa compradora, con la que se ganaba a los adultos y les devolvió la reverencia.

-  Que bueno que les gusto – respondía cortes y alegre “¿Cuántos Taemines existen?” se dio media vuelta para volver a hablar con el alto y nuevamente fueron interrumpidos

- Es el mejor profesor Lee – le grito un grupo de muchachos altos. El níveo se rio de esto y asintió

- Gracias – exclamo viéndolos irse. Minho comenzaba a enojarse. Y nuevamente fueron interrumpidos

- Disculpe Profesor Lee… – una joven con los cachetes colorados y mirada baja se aproximó a ellos - Queria entregarle esto – dijo con tono de vergüenza

- ¿para mí? – pregunto Taemin paciente y delicado. La chica afirmo, no se animaba a mirarlo a los ojos – gracias – respondió poniendo una sonrisa “¿que a todo el mundo le sonríe?”. La chica no espero respuesta y salió corriendo a encontrarse con un grupo de chicas que la esperaban ansiosas.

- ¿Qué es eso? – cuestiono el alto tratando de no sonar enojado.

- creo que una carta de amor – contesto mirándola de todos lados, era rosa y tenía corazones por doquier. La acerco a su nariz y la alejo rápido – huélela – se la acerco al castaño y un perfume fuerte lo inundo.

- Mierda – acoto tratando de respirar aire limpio

- La leeré en casa – dijo poniéndola en su bolsillo, no parecía sorprendido para nada. Comenzaron a caminar rumbo a la casa del morocho. 

- ¿Cuantas de esas recibiste? – sabía que era una especie de celebridad, pero no había tomado conciencia lo que eso implicaba.

- Unas 10 o 15 – las cejas del alto se alzaron “¡diez o quince personas estaban enamoradas de él!” – todo depende la semana -“LA SEMANA”

- ¡Recibes 10 declaraciones por semana! – se alarmo el castaño.

- Cuando no salgo a bailar o tengo una presentación si – pensó para sí mismo – cuando salgo pueden ser unas cuarenta o cincuenta. Todo depende de si me arreglo – los ojos de Minho estaban por salírseles. Sabía que era popular, pero no tanto.

- ¿Cómo es que en el colegio no te persiguen entonces? – cuestiono extrañado, era obvio que llamaba la atención de todos.

- Lo hacen… - contesto extrañado de que nunca lo hubiera notado – otra de las razones para ser un brabucón – confeso rodando sus ojos – cuando llegue aquí ya lo había descubierto, pero en mis otros colegios no me dejaban dormir. Mi mal humor por no descansar empezó a asustar a la gente y descubrí que así me dejaban en paz  – Miro a Choi de reojo con su cara mala y puso su tono con el que espantaba a todos - Y NO ME HACIAN PREGUNTAS- el alto sintió tanto miedo que se alejó. – jajajajajaja – comenzó a reírse el morocho – ves que funciona.

-¿puedes no volver a hacer eso? – pregunto tratando de recuperarse

- jajajaja oooohhhh lo siento Choi, pero es demasiado divertido molestarte – “este chico va a matarme”- por cierto… ¿porque tienes tantas cosas? – las mejillas del alto se colorearon.

- mi mamá no quería que mueras de hambre – confeso avergonzado. Estaba esperando una burla, pero en vez de eso Taemin tomo dos de las bolsas ayudándolo

- Dile que muchas gracias, no tenía por qué molestarse – “jamás voy a adivinar sus reacciones”

-También me dijo que fueras cuando quieras a comer, que te haría tu comida favorita – la mirada del joven se volvió cálida y una sonrisa se dibujó en su rostro.

- Dile que cualquier cosa que me haga va a estar bien y que iré pronto – Minho estaba confundido, era cierto que el chico trataba diferente a los adultos, pero nunca lo había visto actuar así con alguien – creo que mejor va a ser tomar el colectivo – decreto parando a estirar los dedos – no vamos a llegar sino

- me parece bien – fueron a la parada y esperaron solo unos segundos hasta que llego. Era la tercera vez que se tomaba el mismo colectivo en el mismo día –prometo que la próxima vez que mi mama decida usarme de burro de carga traeré el auto – afirmo mientras se sentaban al final del colectivo, casi no había gente en el transporte

- mmmm mi… - lo dudo unos segundos - Choi con auto – dijo el morocho dejando las bolsas en el suelo de sus asientos, miro a todos lados cerciorando que no conocieran a nadie y recostó su cabeza en su hombro.

- ¿tu Choi? – pregunto confundido. Taemin tomo su mano entre las suyas y cerró los ojos disfrutando de estar sentado junto a él.

-Claro… ya que no tenemos títulos y solo yo te digo Choi ere MI Choi – decreto, levantando un poco la mirada para verlo. Minho pasó uno de sus brazos por detrás del joven para poder abrazarlo y acercarlo a él.

-Entonces si yo soy TU Choi tu eres MI Lee – El níveo se incorporó para mirarlo más de cerca con una media sonrisa dibujada en su rostro

- Trato – dijo afirmando con su cabeza, mientras lo miraba a sus ojos.

- Trato – repitió el castaño que no recordaba de lo que hablaban. Le resultaba sumamente difícil mantener la concentración cuando lo miraba así. Lo acerco inconscientemente con su brazo – ¿Ya puedo besarte? – pregunto a un centímetro de sus labios. Taemin sintió su aliento sobre su piel. Afirmo sintiendo todo su cuerpo estremecerse y se besaron. Al principio fue tranquilo y superficial, saboreaban sus labios deleitándose con ese simple rose, pero pronto las cosas se pusieron más intensas. Sus lenguas empezaron a danzar una con las otra haciéndolos volar y sus brazos envolvían sus cuerpos acercarse cada segundo un poco más. Parecía que hacía meses no se vieran y solo habían sido unas horas. Se separaron unos centímetros para recuperar el aire. Su respiración ya estaba agitada.

- Te dije que te comportaras en lugares públicos – lo reto el morocho que agradecía que poca gente viajara a esa hora y que todos estuvieran demasiado lejos para notar como estaban.

- Tú tampoco ayudas – le replico el alto volviéndolo a besar. Su mano comenzó a deslizarse por la pierna del níveo avanzando hasta su parte sensible. Lee se separó violentamente mirándolo con ojos asesino, pero Minho lo ignoro y comenzó a masajear la zona. El níveo tomo su muñeca con fuerza tratando de frenarlo, pero el castaño volvió a besarlo distrayéndolo. El agarre del joven se hizo más débil y el alto aprovecho para liberarse y volver a tocarlo. Esta vez no hubo resistencia, Taemin se dejó llevar por las caricias que recibía cuando un gemido ahogado en un beso los hizo reaccionar. El castaño detuvo sus movimientos y separaron sus labios – De verdad – decía un agitado Lee – detente - Choi asintió sabiendo que se había excedido. Lo abrazo tratando de calmarlo y miro por la ventanilla para ver por dónde estaban, solo faltaban cinco cuadras para llegar así que juntaron las bolsas y se bajaron. Caminaron una cuadra en silencio lanzándose miradas matadoras, se podía sentir la tensión entre ellos. El morocho tenía la llave en su mano así que no tardo en pasar el portón, subir las escaleras y abrir la puerta de su casa. Las bolsas cayeron al piso ni bien pusieron un pie adentro. Minho no tardo ni un segundo en tomarlo por el trasero y alzarlo para que sus piernas se enredaran en él. Con lo último de cordura que le quedaba al níveo, le pego un manotazo a la puerta y logro cerrarla. El alto lo llevo hasta el pasaplatos y lo sentó ahí. Las prendas comenzaron a volar por el lugar, primero las camperas, luego las remeras y por último el pantalón y la ropa interior de Taemin. Choi atacaba su cuello y le separaba las piernas mientras  el níveo le desabrochaba el pantalón. El castaño ya estaba más que listo para lo que estaban por hacer. Bajo su ropa hasta los muslos liberando su miembro. Paso dos de sus dedos por la punta de este y acerco al morocho al borde de la encimera. Sin previo aviso los metió en su entrada haciéndolo gemir. Los movió de arriba abajo y hacia los lados ayudando a prepararlo. Y tres movimientos después estaba introduciéndose en el joven. Lee mordió su hombro por la brusquedad. Minho se detuvo, se sentía condenadamente bien estar dentro del chico, pero no queria lastimarlo. Tardo solo unos segundos acostumbrarse y cuando sintió que el morocho se relajó comenzó el vaivén. Queria ser delicado, pero la excitación era demasiado grande. Rápidamente el lugar se llenó de sus gemidos y gotas de sudor empezaron a cubrir su cuerpo. Se besaban, se tocaban, se abrazaban y el ritmo se volvía cada vez más y más salvaje. Taemin enredo sus piernas alrededor del cuerpo del chico para aumentar el contacto y todo se salió de control. El alto le dio en su próstata haciéndolo ver las estrellas.

- sssiiiiiiiiiiiiiii – gimió el morocho retorciéndose. Choi siguió dándole a ese punto profundo de su ser y cada vez que lo hacia podía jurara que iba a morir de placer. Nunca nadie lo había echo sentir así. El alto lo beso con intensidad, no le faltaba mucho para acabar y quería que se vinieran juntos. Lee lo tomaba del pelo para que no se despegara de él y rasguñaba inconscientemente su espalda haciendo que el castaño se excitara aún más si era posible. Sintió los dedos del morocho clavase a sus hombros y supo que no le faltaba mucho tampoco. Volvió las embestidas aún más violentas ayudándose con sus manos y Taemin libero un grito de placer. Su esencia comenzó a salir ensuciando sus abdómenes. Las paredes del joven se contraían por el orgasmo provocando que Minho se viniera también. Sus respiraciones estaban tan agitadas que no podían hablar. El níveo desenredo sus piernas y se tiró para atrás quedando semirecostado apoyado solo en sus antebrazos y el alto dejo caer su cabeza en su pecho, aun sin poder respirar bien. Se quedaron unos segundos en esa posición cambiando el aire. Aún seguían agitados, pero el alto se incorporó un poco para mirarlo y el morocho también lo hizo. Aun no salía de él. Lee lo miro a los ojos y comenzó a reír contagiando al castaño. Todo era tan surrealista entre ellos que no podían evitarlo. El alto lo tomo con delicadeza de las caderas del joven y salió de él como si hace un rato no hubiera estado penetrándolo con salvajismo. El níveo cerró los ojos haciendo una mueca al sentir el vacío. Se acomodó mejor en el pasaplatos y lo abrazo cariñosamente. Choi no dudo en seguirlo, le gustaba sentir su piel contra la suya. Se quedaron unos minutos así tratando de recuperar su respiración normal.

- ¿Cerramos la puerta? – pregunto preocupado el alto separándose un poco mirando hacia ella.

- Si, yo la cerré – dijo el morocho tomándolo del mentón para que lo mirara. Aún tenía una sonrisa en su rostro. Lo beso profundo y lento pasando sus brazos por sus hombros. Se movía lentamente deleitándose en cada toque y cada rose. Se separó viéndolo a los ojos, le encantaba hacerlo – me encanta tu mirada - confeso sin desviar la vista. Probablemente Minho hubiera podido decir algo si no hubiera estado igual o más hipnotizado con sus ojos. Su corazón que aún no se recuperaba de lo que habían hecho y comenzó a latir rápido de nuevo “Debía estar prohibido poder estar con alguien así” pensó el alto perdido en él. Acaricio su pálida mejilla ahora rojiza y cálida por lo que acababan de hacer. Su piel siempre era suave, pero seguía sorprendiéndolo. Se sonrieron y el morocho volvió a la realidad. Miro a su alrededor viendo las bolsas, su mochila y su ropa esparcidas por su casa – creo que tenemos que ordenar – dijo pícaro y el alto vio el desastre que habían hecho. Asintió separándose del chico y se subió los pantalones. Taemin  bajo de la encimera y tomo la primer remera que encontró. Era la del castaño, la llevo a su nariz y sintió su aroma. Automáticamente se la puso, el castaño lo miro de reojo y maldijo “mierda”. La remera le llegaba hasta los muslos haciéndolo ver totalmente tierno y sexy. Su ropa le quedaba mil veces mejor que a él – ¿te gusta cómo me queda? – pregunto inocente sin ser consciente de su apariencia. Minho asintió sin ser capaz de decir nada – creo que perdiste una remera Choi – le advirtió mirando sus piernas debajo de la tela y “mierda que deje de hacer eso” pensó el alto que comenzaba a sentir su cuerpo reaccionar otra vez.

Ambos comenzaron a levantar las cosas que habían tirado y a poner a lavar la ropa que estaba sucia.

-perdón por el desastre – se disculpó el alto guardando el último tapper en la heladera. Lee se aproximó a por la espalda rodeándolo con sus brazos mientras apoyaba su mentón en su hombro.

- Nada de disculpas – dijo con una sonrisa – los dos desordenamos y me gusta que estés aquí – beso delicadamente su cuello y se separó. Minho cerró la heladera y se dio vuelta para verlo.  – Es extraño tenerte aquí así – se reía el joven moviendo su cuerpo ansioso. Casi todo el tiempo Taemin parecía más grande de la edad que tenía, pero cuando se relajaba parecía un niño pequeño.

- Si quieres me voy – acoto el alto levantando sus manos

- Nooooo – dijo asustado el morocho acercándose cuando fue atrapado por la cintura.

- Era un chiste – le respondió pegando su frente – no vas a librarte de mí tan fácil.

- Choi estúpido – lo empujo molesto por haberse visto tan expuesto.

- Creo que deberíamos bañarnos – acoto el alto tocando su abdomen, aun tenia restos de la esencia del níveo. Las mejillas del joven se colorearon y afirmo.

- Creo lo mismo… - Lee fue hacia su habitación y el castaño lo siguió por detrás. Su cuarto era grande con una cama de dos plazas en el medio, una tele en la pared y un armario empotrado gigante. Taemin abrió una de las puertas y saco dos toallones. Le arrojo uno a la cara sin ninguna consideración y saco dos remeras.

- Traje ropa de más – recordó el alto y fue a buscar en una de sus bolsas. Escucho el agua correr y comenzó a organizar sus cosas, en cuanto saliera el níveo, entraría él y luego comerían. No quería desvelarlo tanto o mañana estaría cansado en su trabajo

- ¿no vienes? – cuestiono un Lee reposando su cabeza en la pared del pasillo. Minho no había entendido que el baño seria compartido y se puso nervioso - ¿te incomoda? – pregunto el morocho sin creer lo que pasaba. Revoleo los ojos y se acercó al joven tomándolo por la muñeca – casi me rompe el culo y le da vergüenza bañarse conmigo – negaba sin creer lo que tenía que soportar. Entro al baño despojándose de su única prenda, la remera del alto – puedes dejar tus cosas ahí arriba – señalo Lee para luego entrar a la ducha. El castaño nunca se había bañado con nadie en la vida y la idea de hacerlo con el níveo realmente lo avergonzaba. Se sacó sus zapatillas, sus pantalones y por ultimo su ropa interior – ¿vas a entrar? – pregunto amenazante Lee, su cuerpo estaba cubierto de agua haciéndolo ver aún más sexy si era posible. La vergüenza comenzó a ser remplazada por excitación, así que entro a la ducha con él sin dejar de mirarlo lascivamente. Taemin tomo la botella más cercana a él y puso el producto en su cabeza. Se la paso al alto para que lo siguiera sin percatarse la mirada que tenía sobre él. El morocho se dio vuelta para tomar el jabón y comenzó a pasárselo por los brazos. Era la visión más sexy y porno que había visto Minho en toda su jodida vida y el chico no parecía darse cuenta. Su miembro en ese punto ya se encontraba totalmente despierto. Se acercó por la espalda del joven apoyando toda su extensión en el cuerpo del chico y el morocho detuvo sus movimientos sorprendido. Choi tomo la mano que tenía con el jabón y empezó a guiarla por su cuerpo. Su pecho, su abdomen, su cintura… cada movimiento era lento y torturante. Con su otra mano le paso el jabón por su mano y luego se lo saco. Guio la mano jabonosa a su propio miembro que comenzaba a excitarse por la situación y lo hizo envolverlo con ella. Puso su propia mano encima y comenzó a masturbarlo. Todo era en un ritmo demasiado lento, disfrutando de cada caricia. Minho subió su mano libre a uno de sus pezones y comenzó a jugar con él. El níveo se deshacía por los toques y sus piernas comenzaban a fallar, apoyo su cabeza en el hombro del alto tratando de sostenerse y este aprovecho el ángulo para atacar su cuello. Literalmente lo tenía atrapado por todos lados.

-aaaahhhhh – comenzó a gemir lento mientras su pecho subía y bajaba por la excitación. El castaño dejo los pezones para tomar su extensión en su mano y perfilarla en la entrada del joven. No necesitaba prepararlo por lo que había hecho hacia minutos en la cocina. Coloco la punta en el chico y se detuvo. Taemin lo miro confundido y salió un poco de él. Entró y salió un par de veces haciendo lo mismo. El morocho comenzaba a desesperarse, jamás en toda su vida le habían hecho algo así. Generalmente todo era demasiado rápido y salvaje, pero esta nueva tortura era algo para lo que no estaba preparado. El castaño siguió con esto un poco más y cuando Lee no pudo aguantar más apoyo su mano libre en la pared delante de él y se autopenetro violentamente.

-aaaaahhhhh – gimieron a la par, Minho comenzó a entrar y salir por completo de él dándole en su punto dulce, la espalda del níveo se curvo por el placer que le causaba y esto le dio un mejor acceso al alto.

- me encantaaaaas – le gimió el alto al oído mientras seguía masturbándolo. El agua ayudaba a que todo fluyera mejor. Se sentía tan bien todo que parecía irreal. El morocho giro su cabeza para poder besarlo y este lo hizo. Taemin empezó a sentir los espasmos que ya bien conocía, estaba por terminar y con el ritmo del castaño no iba a poder contenerse mucho tiempo. El vaivén había dejar de ser tranquilo y certero y se había transformado en algo más desbocado. Una, dos, tres embestidas más y el níveo se vino en la mano del chico. El castaño soltó el miembro del joven y puso sus manos en sus caderas. Profundizando aún más las estocadas – mieeerrrdaaa – insulto el alto dejándose llevar y acabando adentro de Lee. Apoyo su frente en el hombro del morocho mientras el agua seguía golpeando sus cuerpos. Los ojos del castaño se cerraron un segundo dejándose llevar por la cálida sensación.

-Tenemos que terminar de bañarnos – dijo Taemin sin moverse ni un centímetro de donde estaba. Choi lo rodeo con sus brazos en un claro acto de protesta – Minhoooo – lo reto y se aferró aún más a él.

-nooooooo – se quejaba como un niño pequeño.

- Vamos Minho, me dijiste que ibas a dejarme dormir algo – le recordó riendo de la actitud del muchacho

- mentiiiii – decía aferrándose aún más

- no puedes ser así Minhooooo, por lo menos tienes que salir de mí – se quejó aun sonriendo

- si me dices Minhoooo con esa voz menos te voy a dejar –

-jajajajaja – se reía de las ocurrencias del joven – Ya Choiiiii, tenemos que terminar de bañarnos y comer algo o nos vamos a desmayar – tenía razón, era la tercera vez que lo hacían desde la última vez que habían comido. De muy mala gana, salió del chico y comenzó a bañarse como gente normal.

- Un día vas a tener que dejarme dormir adentro tuyo – dijo pensando en voz alta y los ojos de Lee se abrieron grandes

- ¿de dónde sacas esas ideas? – Cuestiono espantado – la semana pasada eras virgen – sus mejillas se colorearon – es más hace 4 días ni siquiera nos habíamos besado – cada vez estaba más avergonzado.

-  ¿Tan extraño es lo que digo? – pregunto mientras se enjuagaba.

- mucho… eres la persona más extraña que conozco – analizo el morocho

- no es cierto – su ceño se frunció

- si lo eres… - decreto haciendo deprimir al alto, Lee se dio cuenta que había sido un poco rudo  – eeeuuu, extraño no es malo – dijo acomodando uno de sus mechones – me gustas extraño – el corazón del castaño salto con este acto – si no fueras así, probablemente nunca te hubiera mirado – reconoció admirando su perfecto rostro.

- ¿Cuándo empezaste a gustar de mí? – Taemin retiro su mano algo asustado por la pregunta, pero continuo con su movimiento tratando de disimular ese momento de colapso. Una sonrisa se dibujó en su rosto recordando ese día.

- No quiero que esto se te suba a la cabeza – lo amenazo con su índice – pero fue cuando nos conocimos por primera vez –

- ¿Cuándo chocamos y te tire? – Lee rio por la ironía, había algo muy gracioso en todo eso.

- Si, cuando chocamos por primera vez y me tiraste. Aún recuerdo ese momento y todo parece en cámara lenta – reconoció sintiendo lo cursi que era.

- tal vez me gustas desde ese momento también – hablo el alto y Lee negó

– ooohhhh nooooo, tu ni me mirabas en ese momento – rio viéndolo sin poder creer lo que vivía.

- pero si me llamaste la atención, aun cuando pensara que eras una mujer me pareciste sexy – el níveo rio sin poder contenerse por la confusión del castaño. 

- No sabes nada de nada Choi – se aproximó a besarlo lento y profundo, disfrutando de sentir su piel bajo el agua, de sentir ese cuerpo por el que había suspirado tantas veces, de estar junto a él sin ser rechazado. Y volvió el beso posesivo recordando el pasado que el alto había olvidado, recordando el tormento que vivió y las decisiones que tomo. Una lagrima comenzó a deslizarse por su mejilla y antes de que el castaño se percatara se separó y le dio la espalda. Agradecía estar en el agua o tendría que dar explicaciones por eso y no queria – ahora apresurémonos a comer – dijo en su tono más casual. Minho se quedó extrañado, ese beso no había sido como el resto. Parecía desesperado. Acerco su mano para voltear al joven delante suyo, pero antes de alcanzarlo lo ataco lanzándole agua de la ducha.

-eeeehhhh – se quejó el alto tirándole agua también. Iniciaron una pequeña guerra de agua hasta que el morocho volvió a su centro y decidió detenerla. Salieron de la ducha y se pusieron cada uno su ropa cómoda. El castaño había traído un pantalón gris y una remera negra y Taemin se puso una remera blanca holgada y unos pantalones negros de gimnasia. De repente esas ropas le hicieron acordar a alguien… - ¿esa ropa la usaste en alguna competencia? – pregunto mirándolo con detalle. Los ojos de Lee se hicieron grandes por el comentario.

- Si Choi… ¿Cómo lo supiste? Use esto en una competencia de baile contemporáneo hace dos años, la verdad no me gusta mucho, pero es muy cómodo, así que lo uso para dormir – la imagen de Baekhyun y su desfile de ropa igual en su primer examen vino a su mente

-jajajajaja – se reía sin parar el alto ante un confundido Lee

- ¡¿queeeee?! – pregunto entre confundido y molesto

- lo siento lo siento… es mi compañero – de repente la confusión desapareció y solo quedo el enojo –

- ¿Qué compañero? – cuestiono mirándolo de reojo mientras se dirigían a la cocina.

- El del curso… el que elegiste como pupilo también – Eso lo relajo un poco, esa reacción no era propia de él, pero cuando se trataba de Choi era irreconocible. Saco unas servilletas - esta total y completamente obsesionado contigo y para nuestro primer examen hizo un desfile de ropa igual y dijo que se había inspirado en tu vestuario de esa competencia – puso los sandwichs, las servilletas, unos vasos y una jarra en una bandeja y los llevo a la mesa ratona.

- pero es solo una remera y un pantalón – dijo confundido. Se sentó en el sillón y el alto lo siguió.

- lo se… pero creo que te cree su dios o algo así. Se pasa todo el día hablando de ti – El comentario lo hizo sentir bien y mal a la vez. Comenzaron a comer.

- ¿Cómo no descubriste antes quien era si estabas con él en el curso? – pregunto confundido

- Jamás te llamaba por tu nombre de pila, era el prestigioso profesor Lee para él – negaba pensando en lo cerca que había estado de descubrirlo siempre.

- ¿y tú… hablabas de mí? – la pregunta hizo que se atragantara y tuvo que tomar un poco de líquido para no ahogarse - ¿estás bien? – cuestiono preocupado

- si… sí. Lo siento – se disculpó tratado de recobrar el aire – no esperaba esa pregunta.

-Crees que tu solo tienes dudas… - se quejó Lee revoleando los ojos.

- no para nada, es solo que me tomo por sorpresa… yo… yo te investigue Taemin ¿eso no denota bastante cuan interesado estoy en ti? – dijo mirándolo.

- Es verdad, no debería dudar – se auto convencía el morocho “¿porque duda tanto de que me gusta?” se pregunto el alto

- Aun tengo miles de cosas que quiero saber de ti – acoto el castaño aprovechando el momento

- lo se… y espero poder decirte todo algún día – acaricio su mejilla haciéndolo temblar “Tengo que empezar a acostumbrarme a su toque”

- podrías empezar por algo simple – señalo animado

- ¿Cómo qué? -cuestiono el níveo

- mmmmm ¿cuál es tu árbol favorito? -

- de verdad Choi, de todas las preguntas del mundo me haces esa –

- Cuando empiezo por las difíciles nunca respondes, voy a empezar con las simples… -aclaro sintiendo un poco de vergüenza por su pregunta - responde

- mi favorito es el de la plaza principal – la respuesta lo sorprendió, esperaba que fuera uno del colegio o alguno de otro país. Jamás lo había visto cerca del de la plaza.

- ¿de verdad? ¿Por qué? – pregunto curioso

- cuando era chico vivía trepado en él, mi mama siempre me llevaba allí y yo me pasaba horas subido a sus ramas – su mirada se volvió otra vez calidad, cada vez que hablaba de ella cambiaba-  En realidad, fue el primer árbol que escale.

- ¿y porque ahora no lo usas más? – indago tratando de entenderlo un poco más.

- creo que soy muy pesado para sus ramas ya… y, además – sintió un nudo en su garganta - una vez me caí de él. Desde ese día no pude volver a subirlo -confeso triste

- ¿porque te resbalaste? – Inquirió confundido el alto - nunca te vi tener problemas con ellos

- Ese día llovía demasiado -explico dejando su servilleta en la mesa - no debería haberlo intentado… - su mirada se perdió en ese recuerdo y una mueca inconsciente se formó en su rostro.

- ¿por eso odias las tormentas? – cuestiono el castaño hilando información

- odio las tormentas por ese día – respondió tratando de ser lo más sincero que podía. Minho se quedó procesando la nueva información. Algo de la historia le hacía sentir perturbado, pero podría deberse a sus pesadillas con las tormentas, así que le restó importancia.

- Debiste asustarte mucho – analizo poniéndose en el lugar del pequeño Taemin

- En realidad si… me dio muchísimo miedo – confesó viéndolo desde un lado que jamás lo había hecho – Nunca lo había pensado así, pero sí. Estaba aterrado en ese momento.

- Yo no me hubiera vuelto a subir nunca más a un árbol si hubiera sido tu – se rio el alto – eres mucho más valiente que yo

- Era algo que amaba… ¿Cómo iba a dejar de hacerlo? – analizo sintiendo que la pregunta no tenía mucho lugar.

- Pero no solo porque te guste algo vas a arriesgarte – contesto un Choi cauteloso

- Tener miedo o no tenerlo no hace que las cosas te lastimen menos. Por ejemplo, si no hubiera superado mis miedos no estaríamos comiendo juntos ahora – confeso tranquilo. Minho aún no estaba del todo seguro sobre eso, le encantaba el morocho, de eso no tenía duda, pero había una parte de él que dudaba.

- Entonces no tienes miedo de que esto no funciones – Taemin comenzó a reír

- Te lo dije hoy, estoy aterrado y creo que es el peor plan del mundo, pero eres como los árboles para mí. Voy a dejar de estar contigo solo por miedo… no tiene sentido. Si un día no estamos juntos que sea porque fallo, no por no intentarlo. Me canse de huir de ti – se acercó y beso sus labios. El pecho del alto se llenó de un sentimiento cálido. Realmente lo hacía sentir feliz. Paso sus brazos alrededor de él tratando de trasmitirle todo lo que le generaba. Se separaron mirándose fijamente y Lee sonrió, el corazón del alto dio un vuelco “De verdad Minho, tienes que acostumbrarte a él” se retó – ¿quieres ver algo en la tele? – consulto el morocho y el alto afirmo.

Se quedaron viendo una película, el castaño tenía su cabeza en el hombre del chico. Y cuando Taemin miro él se encontraba dormido. Lo sacudió delicadamente para despertarlo.

-Minhoooooo – le decía lento – Minhooo, tenemos que acostarnos – sonrió entre sueños y lo abrazo acomodándose más sobre el níveo – nooooo Minhoooo nooo –lo sacudía – en la cama, aquí es incómodo.

- ¿Dónde estoy? – pregunto confundido. Y abrió los ojos grandes viendo al níveo - ¿Taemin? – Los restregó - ¿no fue un sueño? – Sonrió feliz besándolo – quiero despertar siempre al lado tuyo – confeso volviendo a acostarse en su regazo. Lee lo detuvo

- Minhooo tenemos que movernos – de mala gana se levantó y empezó a caminar arrastrando los pies. Atino a abrir la primera puerta de la izquierda para el cuarto de huéspedes, pero Lee lo freno tomando su mano.

- Hoy duermes conmigo – le guiño un ojo y las mariposas se volvieron locas dentro suyo. Lo guio dentro de su cuarto y lo hizo acostarse a uno de los lados, rodeo la cama y se acostó del otro lado, automáticamente Minho se abrazó a él y beso su mejilla con lo último de conciencia que le quedaba.

- Hasta mañana Taeminnie – dijo sonriendo y se perdió en la inconciencia. El níveo se quedó petrificado con su comentario “Taeminnie” Su pecho subía y bajaba y sus ojos se llenaron de lágrimas “¿Por qué no sabes quién soy? ¿Por qué no te lo digo y ya?”  Trato de tranquilizarse para no despertarlo, pero su presencia ahí no lo ayudaba. Acaricio su rostro entre lágrimas.

-Realmente quería odiarte… lo intente tanto… todo hubiera sido más fácil así – hablo sabiendo que el otro no lo escuchaba - ¿Qué es lo que sientes por mí? ¿Lo sabes acaso? – Admiraba su rostro dormido sin poder creer que estuviera ahí. Había soñado tanto con esto que parecía irreal - ¿sabes que te amo? ¿Qué te amo desde la primera vez que te vi?... no, claro que no lo sabes. No sabes nada de mí – beso sus labios y se relamió – lo siento – se disculpó acomodándose para dormir abrazado a él – prometo tomar valor y decirte todo… - sus ojos comenzaron a cerrarse también y con el ultimo resto de conciencia hablo - …Te amo…


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