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ChoiLee del odio al amor (2min) por Aerin

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Notas del capitulo:

Hola mis queridos lectores, que emoción publicar este capítulo… estamos a un capítulo de saber que paso ese día… estoy tan nerviosa. Por el momento les dejo este, realmente me costó muchooooo escribirlo. Espero que les guste un poco más que el anterior… personalmente me gusta más…

Nos leemos en los comentarios.

Besos Aerin

Taemin salió de su casa ese día sintiéndose un poco mejor después de comer y bañarse. Había tomado su bolso inconscientemente, pero ahora que estaba en el colectivo se daba cuenta que desde el día de ayer no había visto su celular. Cuando lo tomo, observo múltiples llamadas perdidas de Onew y un mensaje de Minho. Sabía que ayer no había tenido la mejor reacción del mundo después de que Jinki llevara a su padre, pero él había sido claro en no quererlo cerca suyo y mucho menos de Hae… “Hae…” suspiró, solo con recordar su nombre empezaba a sentir nauseas. Toda la vida había vivido por y para su hermano y ahora que se encontraba mal sentía que el mundo se le venía encima. Nuevamente trato de despejar esos pensamientos lúgubres, sabía que eso no ayudaba en nada. Miro por la ventana del vehículo observando las nubes negras que cubrían el lugar. Odiaba las tormentas, cada vez que llovía recordaba el día del accidente de su madre “¿Por qué tiene que estar tan inestable el clima justo ahora?” se quejó molesto. Volvió a mirar su celular sabiendo que no podía seguir evadiendo el tema. Tenía que hablar con Onew aun cuando no tuviera ganas de hacerlo. Y marco su número, el celular sonó una… dos… tres veces hasta que el mayor contesto.

-Taemin -sonaba agitado y confundido

- Hola Jinki… me llamaste – acoto directo, no le gustaba dar vueltas, sobre todo con las coas que no le agradaban.

- Si… me quede muy preocupado por cómo te fuiste ayer… intente seguirte, pero cuando llegue ya te habías ido ¿Minho te llevo? – “Minho…” su nombre lo hizo estremecer. Le recordó la noche anterior y lo que había pasado, aun podía sentir el toque por su cuerpo, pero eso no era algo que quisiera compartir con el mayor.

- Si… el me trajo… no quiso que volviera solo – explico restándole importancia

- me alegra oírlo, no me gusto como te fuiste… - un silencio incomodo se produjo entre ambos, los dos sabían que no era por eso por lo que lo había llamado. Luego de unos segundos el castaño volvió a hablar – quería pedirte perdón por lo de ayer – y ahí estaba de nuevo el perfecto Jinki… el níveo estaba muy agradecido con él por como lo había ayudado y como parecía aceptarlo a pesar de su mala actitud, pero a veces le hubiera gustado que fuera un poco menos perfecto para poder odiarlo. Todo hubiera sido más fácil si él hubiera sido una mala persona, o al menos alguien que fuera indeseable, pero no… era tan bueno y considerado todo el tiempo.

-  Mamá… ¿Que es un abogado? – pregunto el pequeño Taemin con sus ojos brillando. Siempre era lo mismo, ella sabía perfectamente a donde iba su pregunta, porque todos los días era igual.

 - Un abogado es alguien que defiende a una persona que está acusada de hacer algo – con sus apenas seis años, el niño trataba de entender lo que le decía la mujer.

- ¿Eso quieres decir que la señora Choi y papá defienden personas? – y ahí estaba otra vez, la cosa favorita del infante en los últimos meses… hablar de su padre.

- Se puede decir que si… pero no todos los abogados defienden personas, algunos simplemente interceden en algún problema – le explico porque últimamente el chico le había gustado imaginar que Soo Man era alguna especie de héroe que vendría a salvarlos y ella sabía que eso jamás pasaría.

- ¿Y siempre defienden personas inocentes? – cuestiono con el ceño fruncido, su pequeño era tan inteligente que a veces se sorprendía, parecía que nunca le alcanzaba con lo que aprendía y ella misma le había implementado algunas lecciones en la casa para que no se aburriera.

- No Taemin… no siempre defienden gente inocente, pero a veces no es tan fácil saber cuándo alguien es malo y cuando alguien es bueno. A veces la gente simplemente comete errores y es por lo que tienen que ser castigados, aun cuando en el fondo no sean malas personas – trato de explicar, pero el niño parecía más confundido que antes.

-  eso no tiene sentido mamá… si uno es bueno, no va a hacer cosas malas – la mujer suspiro, su hijo era muy puro para entender lo que le explicaba.

- Taemin… ¿crees que tu papá y yo seamos malos? – pregunto y el pequeño se horrorizo.

- Noooo mamá ustedes son buenos… tu eres la mejor persona del mundo… - Victoria se ruborizo.

- Bueno, no todos piensan lo mismo… tu papá y yo cometimos errores sabes, incluso algunos por los que podríamos haber necesitado un abogado, entiendes a lo que me refiero – el ceño del pequeño se puso serio.

- Es por la señora Lee… - la mamá del niño afirmo – es por su culpa que papá no está con nosotros – decreto enojado y la mujer respiro fuerte porque ya le había explicado cientos de veces que no era así, pero él estaba convencido de eso.

- No Taeminnie… - respiro profundo – no es por ella que él no está con nosotros

- ¿entonces por qué? Hae dijo que era culpa de ella, que fue por ella y por ese niño – “Jinki” y ahí estaba esa cara de nuevo.  Sus cachetes inflados y su ceño fruncido, le preocupaba un poco la forma en que su hijo despreciaba al pequeño, porque no lo conocía y era su hermano después de todo.

- Ya te dije que no hables así de él… Te guste o no Jinki es tu hermano y que tu papá no esté con nosotros no es por él. Es por un problema entre nosotros, los grandes – le dolía que, por culpa de sus errores, sus hijos crecieran sin un padre, pero Soo Man era su perdición, era débil con él.

- Estoy cansado de sus problemas de grandes – el niño había empezado a llorar de la impotencia… porque con sus cortos seis años no entendía porque no podía ver a su padre, porque prefería culpar a todo el resto a aceptar que él lo había abandonado, porque asumir que no lo amaba, no era algo que pudiera manejar – odio a ese niño, odio a la señora Lee y te odio a ti por alejarme de él… - y el pequeño Taemin corrió a encerrarse a su cuarto y llorar. Una vez más.

- Esta bien Onew, sé que no tenías malas intenciones – dijo cansado, ya sabía lo que le iba a decir y no tenía ganas de escucharlo, no quería escuchar de ese hombre y lo que podía hacer o no, toda la vida había escuchado historias maravillosas de él y siempre habían sido mentiras, lo único que quería era ver a su hermano.

- no… es que no entiendes… quería pedirte perdón por haber llevado Soo Man sin avisarte, pero no me arrepiento de haberlo llevado – y por un segundo la sangre de Taemin hirvió. Quiso odiar a Minho y no había podido, quiso odiar a Jinki y tampoco pudo y hasta quiso odiar a Key y con toda la bronca que le tenía, aun no lo odiaba, pero Soo Man era otro cantar… a él si lo odiaba.

- ¿Qué? – pregunto comenzando a enojarse de nuevo

- sé que no lo quieres Taemin… tampoco es mi persona favorita, pero no estuvo tan mal lo que hice – el morocho sentía como estaba a punto de perder la cabeza cuando unas simples palabras lograron calmarlo – él lo consiguió – y de no ser porque el níveo estaba sentado, se habría caído en ese mismo lugar – el hijo de puta consiguió un donante – de repente sintió como el aire comenzó a entrar de nuevo en sus pulmones y el peso del mundo se hacía más ligero.

- no puede ser… - fue lo único que alcanzo a decir y fue entonces que noto que un par de lágrimas caían por sus mejillas.

- Yo tampoco lo podía creer… en realidad hace tiempo que estaba buscando en secreto, nunca me había dicho nada, pero hoy a la mañana me despertó con la noticia – Taemin se sintió embriagado de emociones que habían estado dormidas, porque había anulado todo, la última semana había sido tan devastadora para él que había tratado de sentir lo menos posible, pero ahora, con esa noticia las emociones parecían atacarlo y la alegría lo invadió por todo el cuerpo, una sensación que hacía mucho no sentía, porque aunque se repetía una y mil veces que no podía perder las esperanzas y siempre mantenía su actitud positiva, cada minuto había sido como el mismo infierno. Había esperado tanto por ese milagro que le parecía sub real saber que ahora estaba pasando y que era gracias a ese hombre al cual odiaba y ahora tendría que estarle eternamente agradecido.

- ¿Como es que consiguió el donante si no lo trasplantaron ya…? – pregunto confundido, esta no era la primera operación de ese tipo en Donghae y el níveo sabía que esas cosas se hacían en cuestión de unas horas.

- El donante aun no… - no sabía cómo decirlo con tacto – el donante aún sigue vivo – explico el mayor – pero no tiene chances de vivir, están preparando todo para hacer la operación… creen que será mañana a la tarde – Taemin sabía todo lo que eso implicaba. Cuando llegara tendría que hacer miles de tramites. Su cabeza le decía que tenía que mantener la calma porque, aunque lo hubieran conseguido, las operaciones podían fallar, pero su corazón no quería escucharlo. Una sonrisa inconsciente se había apoderado de su rostro y las lágrimas de emoción no dejaban de salir.

- Tengo que hacer todos los papeles… - dijo un poco hablando para sí mismo y un poco con el mayor.

- Si… justamente por eso te llamaba. Soo Man está trabajando hoy, así que yo estoy yendo para el hospital a hacer los trámites en su lugar, pero necesito que vengas – El níveo no entraba en su asiento de la ansiedad que sentía

- Claro Jinki… justo estaba yendo para allá – sonrió nuevamente feliz de por fin recibir esa noticia –

- Genial… no vemos – y estaba por cortar cuando el morocho le hablo

- Ah Jinki….

- si… - cuestiono confundido

- gracias por todo… - una pequeña lagrima comenzó a rodar por su mejilla – hermano.

El níveo corto la llamada y se quedó tratando de calmar su llanto, afuera había comenzado a llover y veía hipnotizado las gotas resbalar por la ventana al igual que sus lágrimas. Ya faltaba poco para llegar al hospital cuando recordó que Onew no era el único que le había escrito. Miro su celular nuevamente y vio el mensaje de Minho… “rayos… Minho… tengo que decirle que no podre verlo hoy” rápidamente marco a su celular, quería hablar antes de llegar al hospital en donde seguramente lo tuvieran de acá para allá.

-Hola – respondió el alto con un tono extraño en su voz… parecía nervioso.

- Minho… ¿estás bien? – pregunto preocupado.

- si… estoy bien… ¿tu como estas? – cuestiono nuevamente con voz extraña.

- bien… - dijo dejando las palabras en el aire, tenía tantas cosas que contarle y tan poco tiempo - ¿Dónde estás? – inquirió, no lo había pensado, pero estaba la chance que hubiera vuelto a su casa.

- eeehhhh yo… esto…. – comenzó a divagar y lo puso nervioso “¿en qué lio te metiste ahora Choi?” pensó, sabia como era el castaño y odiaba cuando hacia eso.

- ¿te pasa algo? – pregunto directo el níveo, no tenía tiempo para esas cosas ahora.

- no nada… - hubo un silencio donde solo escucho su respiración - estoy en el aeropuerto… vinimos con los papas de Luna a buscarla – y sintió la bomba… “Fue a buscarla…” una pequeña puntada ataco su corazón… sabía que no debía enojarse con él, sabía que aunque se hubiera quedado durmiendo en su cama, en este momento le hubiera pedido que se fuera porque tenía muchas cosas que hacer y necesitaba concentrarse en su hermano y lamentablemente Minho siempre captaba toda su atención, pero no pudo evitar sentir como si le hubieran dado una patada en el estómago “Tranquilo Taemin… sabes que en realidad es mejor que este allá, sabes que igual le hubieras pedido que vaya” pero aunque quiso convencerse de que las cosas hubieran sido así de todas formas, la parte más egoísta de él se retorcía y odiaba el que la iniciativa hubiera venido del mismo Minho y no por un pedido suyo, porque al final de todo, la verdad era que el morocho solo lo quería con él… lo necesitaba.

- ¿de verdad estas ahí? ¡Qué bueno! – respondió efusivo tratando de disimular sus celos irracionales – Luna me había pedido si podía ir buscarla también, pero si estás tú en realidad me alivias un poco las cosas… - respiro tratando de creerse sus propias palabras - en realidad te llamaba para preguntarte algo… - esto iba en contra de todos sus deseos, pero no podía ocuparse de Hae si Minho estaba ahí. Y ahora su hermano era la prioridad.

- ¿Qué sucede? – cuestiono el castaño

- ¿podemos vernos mañana en vez de hoy…? – pregunto sintiéndose mal.

- ¿paso algo? – dijo preocupado

- en realidad si… - respondió pensando bien sus palabras – me llamo Jinki hace unos minutos… - otro silencio se produjo - su papá consiguió un posible donante… - las palabras seguían pareciendo irreales, como si alguien más las pronunciara.

- ¿estás hablando en serio? – cuestiono atónito y Taemin se sintió ofendido

- ¿crees que mentiría con algo así? – cómo podía preguntar algo así, no lo conocía acaso.

- es una gran noticia – exclamo feliz, pero el morocho trataba de no poner tantas expectativas, aunque estaba fallando olímpicamente.

- si… - respondió dubitativo - igual no quiero hacerme ilusiones aun… como sea, voy a tener que quedarme a hacer unos papeles por esto y después a la noche… - dudo en lo que le iba a decir, pero igual lo hizo – a la noche quería quedarme con Hae y explicarle lo que le pasa y lo del donante. Lo estuve pensando y aunque no recuerde bien quien es, sé que puede entender lo que pasa ¿te molesta que me quede con él? – inquirió algo asustado de su respuesta.

- Nooo Taemin… ¿Cómo podría molestarme que estés con tu hermano? – una sonrisa se dibujó en el rostro del níveo, porque a pesar de que a veces actuaba como un tonto y quisiera matarlo, Minho era tremendamente bueno y dulce y eso lo enamoraba cada día un poco más.

- ¡qué bueno! – se animó contento de saber que las cosas se estaban poniendo lentamente en su lugar, el morocho vio el puesto de diarios y supo que tenía de bajar pronto – bueno… me voy a hacer los papeles… supongo que nos vemos mañana – dudo nuevamente, aun no estaba convencido de decirle que venga o no, pero realmente tenía que hablar con su hermano y esta vez tenía que ser a solas.

- Claro Taemin… nos vemos mañana – respondió risueño y cuando separo el teléfono para cortar escucho un grito – aaaahhh Taemin… - rápidamente volvió a ponerlo en su oreja.

- ¿sí? – contesto asustado

 - Te quiero… - “Te quiero…” Era tan extraño volver escucharlo decir eso después de tanto tiempo… su estómago se revolvió igual que lo hacía antes. Exactamente igual.

- También te quiero Minho – dijo con un tono gracioso recordando sus peleas infantiles. Porque siempre habían peleado por eso, siempre habían discutido por quien quería más, pero la verdad era que Taemin no lo quería… Taemin lo amaba y siempre ganaba…

 …

- Basta Minhoooooo jajajaja– se retorcía el pequeño Taemin en el pasto tirando inútiles manotazos, pero el alto no se detenía, ambos amaban tener guerras de cosquillas y esta vez, el níveo estaba perdiendo.

- Fue tu culpa – le decía sin dejar de atacar sus axilas y cuello – tu interrumpiste mi siesta, yo no te ataque primero – y era verdad, porque el niño estaba demasiado aburrido en su casa y aprovecho que su hermano iba a las clases de baile para pedirle que lo lleve a lo de su amigo, porque cuando llego lo vio durmiendo en ese sillón y sintió esas cosquillas extrañas en su panza otra vez, porque el impulso de tocarlo era demasiado fuerte en él y aprovechaba cualquier oportunidad para hacerlo y porque cuando el niño despertó y lo vio acariciando su rostro el único impulso racional que tuvo para ocultar lo que hacía fue iniciar una guerra de cosquillas. Y ahí estaba ahora, retorciéndose en el patio de la casa de su Minho… tratando de zafar de su agarre, pero era inútil, el alto estaba encima de su panza y era más fuerte, no había forma de escaparse.

- pido pidoooooo – grito mientras pequeñas lagrimas salían de sus ojos y el niño se detuvo – ya entendí… No voy a volver a hacerlo – reía con los espasmos que quedaban de los rastros de cosquillas.

- ¿me lo prometes? – cuestiono regocijándose su amigo.

- si… lo prometo – dijo, aunque parecía más que pedía por clemencia que por determinación.

- así me gusta – Minho salió de encima del chico y se tiró a un costado mirando el cielo. Esa era otra de sus actividades favoritas, porque siempre que estaban juntos una extraña aura de paz y tranquilidad los envolvía, una donde podían quedarse para siempre, una donde el resto de las cosas dejaban de tener importancia y el tiempo y el espacio desaparecían.

- Minho… - se incorporó el pequeño mirando a su amigo, perdiéndose un poco en él, Taemin había conocido muchos niños y niñas, pero nadie le parecía tan lindo. Desde que se habían conocido compartían todo, no había secretos entre, pero en el último tiempo las cosquillas en su estómago se habían vuelto más y más fuerte y eso no era algo que le hubiera contado.

- mmmm – respondió en forma de respuesta mirando al níveo a su lado. Sus ojos avellana brillaban mucho más en el último tiempo y a Minho le encantaba eso. Desde que lo había conocido esos ojos habían llamado su atención, pero últimamente parecían mucho más hipnóticos que antes y él había comenzado un juego personal: perderse mirándolos cada vez que estaban cerca. Taemin nunca lo había notado, sus mariposas nunca lo dejaban pensar bien.

- ¿siempre vamos a ser amigos? – pregunto preocupado el pequeño haciéndolos volver a la tierra, porque pensar en estar lejos del alto lo paralizaba algunas veces.

- Claro Minnie… - se incorporó sentándose y el níveo lo siguió – siempre vamos a ser amigos – le sonrió tratando de infundirle confianza.

- es que… desde que empezamos la escuela siento que ya no es como antes – se quejó el pequeño sincero. El alto se había adaptado muy bien al colegio, había hecho muchos amigos en el salón y estaba contento, pero las cosas no eran iguales para Taemin, él no lograba congeniar con los demás en su salón, algunos hasta habían empezado a molestarlo porque decían que era raro y para poder huir de ellos había empezado a dormir en los árboles que tanto amaba durante los recesos, lo cual había empeorado las cosas, porque ahora creían que era más extraño que antes.

- ¿pero de que hablas pequeño tonto? – revolvió su fino cabello castaño despeinándolo – claro que siempre seremos amigos… nada cambio entre nosotros… - le sonrió como siempre hacia y Taemin sintió las mariposas en su estómago.

 - es que tú y Luna están juntos y tienen muchos amigos, pero yo no y… - se avergonzaba de hacer esos planteos, pero a veces se sentí tan mal y solo – Min… ¿tú crees que soy raro?

- ¿raro? – pregunto sin entender a su amigo

- si… raro… mis compañeros dicen que soy raro y que no quieren que les hable – un pequeño puchero inconsciente se pozo en su boca y el ceño del alto se frunció. Estaba enojado.

- no sé quiénes son tus compañeros ni porque dicen esas cosas, pero tú no eres raro… eres… - busco la mejor manera de describir a su amigo - genial y si ellos no lo ven… problema de ellos – y lo abrazo como siempre lo hacía, porque él era su Minnie y odiaba que alguien le dijera algo que lo entristeciera.

- Gracias Minhooooo – sonrió nuevamente feliz, porque lo único que necesitaba para ser feliz era a él… a su mejor amigo.

- Te quiero… - le dijo con las mejillas un poco sonrojadas. El alto lo separo para mirarlo porque esa discusión en el último tiempo se volvía cada vez más recurrente.

- Si… lo sé… pero yo te quiero más – lo desafío

- nooooo…. Yo te quiero más…. – lo reto

- no Minnie, yo te quiero más de más y punto –

- yoooooo… -

-no, yoooo – y las cosquillas volvieron hacerse presentes, porque Minho no soportaba perder, porque siempre terminaban en alguna guerra de cosquillas, porque, aunque el alto realmente pensaba que ganaba esas discusiones la verdad era que Taemin no solo lo quería… él lo amaba y aunque el níveo perdiera en todas sus discusiones y competencias, eso era algo en lo que Minho nunca podría ganarle.

Taemin llego al hospital y se dirigió al cuarto de su hermano. Necesitaba saludarlo antes de empezar con ese eterno papelerío que le tomaría casi toda la tarde. Cuando llego Eunhyuk aún se encontraba ahí, sentado junto a Hae, sosteniendo su mano, mirándolo fijamente como si su vida se fuera en ello. El castaño dormía.

- ¿Cómo estuvo todo? – pregunto entrando y esto lo hizo saltar. Estaba tan concentrado mirándolo que no se había percatado de la presencia del morocho. Cuando lo miro pudo ver que sus ojos estaban muy rojos “Estuvo llorando… mis ojos deben estar igual”

- bien – dijo soltando al joven y bajando la mirada – durmió toda la noche, a la mañana se despertó y comió algo, luego estuvimos hablando un rato y se volvió a dormir – los ojos del castaño se fijaron en Donghae nuevamente – Desde que despertó, estuvo un poco extraño… parecía más animado que los últimos día – se quedó en silencio pensando en sus propias palabras – ahhh, Onew estuvo aquí hace unos minutos y me conto lo del donante… ¿crees que funcione? – cuestiono preocupado. A diferencia del níveo, Eunhyuk siempre era un poco más negativo y pesimista con las cosas.

- es nuestra mejor oportunidad – respondió el morocho mirando a su hermano. Creía que nadie podía entender completamente su dolor, pero si alguien estaba cerca ese era él.

- Sabes que si algo le pasara me moriría con él ¿no? -  hablaba sin mirarlo, pero estaba seguro de que estaba llorando. Lo conocía lo suficiente.

- Sabes que yo también… - poso una de sus manos en su hombro tratando de darse apoyo mutuo.

- no puedo soportarlo Taemin, trato de ser fuerte, pero no puedo soportarlo más. Lo amo… lo amo como nunca ame a nadie… - esta vez sí lo miro y las lágrimas surcaban sus pómulos.

- Se que lo amas… y también sé que él te ama a ti – le recordó tratando de consolarlo y tratando de consolarse.

- pero ya no me recuerda bien – le dijo angustiado negando.

- no te recuerda y aun así te ama… - le retruco haciendo que el corazón del castaño se sintiera cálido otra vez – crees que no me doy cuenta cómo te mira. El brillo especial que ponen sus ojos cuando vienes a verlo, la sonrisa que no se borra… tal vez no recuerde su pasado juntos, tal vez nunca lo haga, pero eso no borro todo lo que siente por ti – el mayor suspiro volviendo a ver a su novio.

- me gustaría poder decirle tantas cosas… - confeso con el corazón un poco roto

- y díselas – el castaño lo miro confundido – no te reprimas… dile lo que quieres decirle, hazle saber cuán importante es para ti… -

- pero los médicos… -

- al diablo los médicos Eunhyuk… tú lo amas y él te ama… no necesitas nada más que eso – se sonrieron nuevamente cómplice, porque después de tantos años y de todo lo que habían vivido juntos ya no eran solamente amigos… eran familia – aahhhh tengo que ir a hacer los papeles del trasplante -se agarró la cabeza molesto porque odiaba el papeleo - ¿puedo pedirte otro favor?

- El que sea… - respondió dispuesto, habían pasado por tanto juntos.

- puedes quedarte esta tarde con él. Quiero terminar con todo esto y explicarle las cosas cuando termine.

- ¿estás seguro de quedarte esta noche? – cuestiono, sabía que el mayor se moría por quedarse, pero era su hermano y tenían cosas que hablar.

- si… realmente quiero quedarme con él esta noche – bajo la mirada sabiendo que lo que le pedía no era sencillo – puedes venir mañana temprano para hablarle antes de la operación.

- me parece bien – acepto cediendo, ya era extraño que lo hubiera dejado toda la noche anterior con él. Taemin era un gran chico, pero cuando se trataba de Donghae era muy sobreprotector.

- genial… me voy con Jinki – saludo dejando su bolso en el piso

- nos vemos Taeminnie.

Camino rumbo al hall sintiendo que las piernas le temblaban, aun no podía creer que todo esto estuviera pasando. Cuando llego a la recepción se encontró con Onew esperándolo, por años había renegado de la idea de conocerlo y ahora simplemente no podía imaginarse como seria su vida sin él. El morocho se quedó unos segundos admirándolo desde lejos hasta que retomo su camino, sus miradas se cruzaron por solo unos segundos antes de estar uno frente al otro, pero eso solo había alcanzado para decirse tantas cosas que tenían guardadas. Porque desde que se habían conocido nunca habían encontrado la mejor manera de acercarse, porque a pesar de que se hablaran y se acompañaran había algo que nunca se sentía bien entre ellos, pero ahí estaban, a pesar de todo, uno frente al otro apoyándose y aceptándose. Tenían tanto que decirse y tan pocas palabras para hacerlo que las emociones los colmaban. Taemin fue el que acabo con la distancia que el mismo había impuesto desde un principio. Dándole un abrazo, ese que Jinki había quería darle cientos de veces y nunca se había atrevido. Y entre medio de sus emociones solo dos palabras fueron necesarias para saber que nunca más querían estar separados y que a partir de entonces no solo serían amigos… serian familia “perdón… y gracias…”

El resto de la tarde transcurrió sin sobresalto, el níveo miraba cada dos minutos su celular impaciente y el mayor se dedicó a completar todos los papeles que pudiera para aligerar las cosas. No podía creer lo burocráticas que eran las cosas cuando el único pariente legal era un menor de edad. Ya no sabían cuántos consentimientos informados habían leído y firmado y cuantas formas habían llenado. Lo peor era que ningún papel se recibía en el mismo lugar, así que cada uno implicaba un traslado por la ciudad y la lluvia que ahora caía hacia todo más difícil. Las piernas ya le dolían y tenían hambre. Gracia a dios cuando el mayor estaban a punto de rendirse el morocho le informo que ese era el último.

Felices de por fin haber cumplido su misión, volvieron al hospital donde Eunhyuk y Donghae los esperaban. Cuando llegaron ambos jóvenes conversaban animados. Taemin había pensado que quería un tiempo a solas con su hermano para charlar sobre la operación de mañana, pero antes de eso decidieron hacer un pequeño picnic cena en el cuarto como agradecimiento por todo lo que habían hecho por ellos. Fueron a buscar comida al bar y la subieron, las risas y las charlas no faltaron. El ambiente pronto se volvió cálido. Donghae hablaba con todos y por primera vez en varios días Taemin se sintió feliz…

Terminaron de comer y limpiaron el lugar. Entre abrazos y palabras afectuosas Onew y Eunhyuk se fueron dejando a los hermanos solos.

-Eso fue lindo – comento el castaño con una sonrisa en su rostro – deberíamos repetirlo más seguido – el níveo lo observaba tiernamente, porque a pesar de todo lo que estaba viviendo, el mayor nunca perdía la energía y la alegría. Lo admiraba por eso.

- Seria buena idea… - un pequeño silencio se produjo. Ambos sabían que el ambiente de júbilo acabaría en cuanto empezaran a hablar y ninguno quería eso. Finalmente, el menor se sentó junto a la cama, tomo la mano del chico y comenzó – Hae… hay un par de cosas de las que quiero hablarte -  la sonrisa del mayor de repente cambio mostrando una donde la alegría no llegaba a sus ojos, él no era tonto, sabía lo que pasaba, pero le gustaba jugar a pensar que no era verdad, que solo interpretaba el papel de alguien más y su vida era otra.

- También hay cosas que quiero decirte – lo miro a los ojos – pero prefiero que empieces tú – Taemin respeto la decisión y tomo la iniciativa.

- sabes que las cosas no estuvieron pasando como esperábamos ¿no? – el muchacho asintió sabiendo de lo que hablaba – y también sabes que todos estuvimos haciendo cosas para tratar de que mejores – el joven volvió a asentir – Se que nunca te decimos claramente que es lo que te pasa… pero eso no es justo ¿no? tienes derecho a saberlo –

- Se lo que me pasa Taemin… - respondió con la mirada cansada – sé que no me queda mucho tiempo y que necesito un donante pronto – eso era algo que el morocho no se esperaba – pero no te preocupes, sé que estás haciendo todo lo que puedes para conseguirlo… siempre fue así o no ¿Minnie? – el níveo sintió su corazón detenerse “Minnie…” intento balbucear un par de cosas, pero nada salió de él – no recordé todo, si esa es tu pregunta – lo miro con miedo, esa mañana para Donghae había sido realmente extraña. Había soñado con un pequeño niño, uno de cabellos castaños y sonrisa encantadora y desde ese momento imágenes fugases de su vida empezaron a llegar, imágenes de su infancia, imágenes de su adolescencia, imágenes de su vida… y absolutamente en todas estaba él… Taemin – algunos recuerdos volvieron a mi… no todos, solo algunos, pero fueron los suficientes para saber quién eras – se miraron uno al otro emocionados, el morocho no podía creer todo lo que estaba pasando, desde ese accidente su vida había caído en picada una y otra vez, enterrándolo un poco más cada vez. Y cuando todo parecía recobrar su orden original nuevamente volvía a caer, pero nunca como esta vez. Porque todas esas veces había estado acompañado, a pesar de todo lo que ocurría, siempre había estado Donghae para apoyarlo y saber darle su sabio consejo, pero ahora no. Desde que el joven había perdido su memoria, Taemin había empezado a morir junto con sus recuerdos hasta el punto de perderse tanto como él. Y ahora simplemente, un día como otros, donde todas las esperanzas habían desaparecido, la vida parecía darle el mejor de los regalos. Su subsistencia había estado llena de desgracias y lamentaciones y por primera vez se sentía afortunado. Como si la vida tratara de recompensarlo por todas las tragedias pasadas. Sus ojos comenzaron a humedecerse, pero cuando vio al muchacho acostado su cabeza estaba gacha – lamento mucho todo lo que paso – dijo avergonzado. Sintiendo pena de todas las cosas que le había hecho vivir por estar en esa condición.

- ¿pero de que estás hablando? – cuestiono exaltado el níveo – tú no tienes que pedir perdón por absolutamente nada… - tomo el mentón del castaño alzándolo para buscar su mirada - eres el mejor hermano que una persona puede pedir, no quiero volver a escucharte pedir perdón nunca más – los ojos del mayor se llenaron de lágrimas, esas que nunca había derramado, porque siempre había tratado de ser fuerte por los dos, pero que ya no podía ocultarlas, se sentía tan frustrado, avergonzado y asustado que las emociones lo desbordaban.   

- Tenia que cuidarte Taemin… - la voz del castaño se cortaba mientras el menor sentía su corazón latir rápido, porque nunca había visto llorar al chico - esa era mi responsabilidad y nunca pude hacerla y tu… – sabía todo lo que había tenido que hacer el morocho y el solo había sido una carga. Toda su vida lo único que había sido para su hermano menor era solo un ancla que lo hundía junto con él y su estúpida condición.

- Basta – lo freno el níveo, porque no era la primera vez que hablaban de eso y el jamás estaba de acuerdo. El castaño había sido su vida entera desde que tenía memoria, era la persona en quien más confiaba, había sido su soporte en sus momentos de crisis y le dolía que el otro no pudiera verlo – estoy feliz por recuperarte en este momento, no quiero escucharte decir todas esas estupideces, porque eres lo mejor que me paso en la vida Hae y si tuviera la opción de elegir, seguiría prefiriendo esta vida junto a ti, que una lejos con otro hermano – el mayor estiro los brazos para abrazarlo y por fin compartir ese contacto tan íntimo que ambos necesitaban.

-Gracias… gracias por todo – dijo el castaño a su odio.

No supieron cuánto tiempo estuvieron así, porque habían necesitado tanto eso, ese momento mágico donde no existieran enfermedades que quisieran separarlos o frases inconclusas por historias que no podían ser contadas. Solos eran ellos, como siempre había sido, solo dos hermanos que se amaban y que lo único que querían era poder estar juntos sin problemas y disfrutar de la vida. Finalmente, el mayor fue quien corto el contacto para poder seguir con su charla. Había tantas cosas confusas en su cabeza que necesitaba que le aclararan.

-Hay muchas cosas que necesito preguntarte – le confeso un poco avergonzado el castaño.

- Si… lo imagino… pero antes de eso hay algo más que tengo que decirte – respondió limpiando sus mejillas mojadas – Onew me llamo esta mañana… parece que su padre consiguió el órgano que buscábamos – los ojos del mayor se iluminaron, pero luego volvieron a su estado original, fue solo un segundo y el morocho supo que la esperanza había vuelto a él por unos segundos  - hoy estuve haciendo todos los papeles, si todo va como creemos mañana a la tarde sería la operación – el castaño esbozo una leve sonrisa, pero la felicidad no llego a sus ojos - ¿Por qué no estas contento? – pregunto el menor un poco decepcionado y confundido. El había esperado tanto ese momento, que no entendía como no compartía su emoción.

- si estoy feliz – lo corrigió bajando la mirada – es solo que… - medito unos segundos sus siguientes palabras – Estoy cansado Taemin… y no quiero que pienses que soy un mal agradecido ni que no quiero vivir, porque eso no es verdad… - suspiro mirando el techo - pero siento que esto es solo un círculo vicioso, uno en el que solo arrastro a las personas que quiero a vivir cuidándome y preocupándose por mí, y estoy cansado de eso…

- pero… - interrumpió el níveo, pero lo ignoro.

- realmente quisiera dejar de estar así, me gustaría poder salir de aquí y vivir mi vida libre y sin atarlos a esto – hizo un gesto mostrando toda la habitación – pero esto es todo lo que puedo ofrecer y ya estoy harto… - un silencio invadió el lugar, consumiéndolos a ambos con sus propias culpas, porque a pesar de hacer lo que podían, ninguno se sentía satisfecho - ¿puedo hacerte una pregunta? – consulto mirándolo de reojo.

- Claro que puedes preguntarme lo que quieras Hae... para eso estoy aquí – sonrió tratando de animarlo, pero lo único que logro es preocupar aún más al mayor “para eso estoy aquí…” odiaba la forma en la que se refería a él mismo. Como si la única persona que importara fuera él.

- El Minho que viene a verme… ¿es el hijo de Eunji? – cuestiono serio buscando la mirada del menor y extrañamente Taemin comenzó a inquietarse.

- eeeehhh mmmm… si… ¿Por qué la pregunta? – una sonrisa graciosa se dibujó en los labios del mayor y volvió a mirar al techo.

- lo sabía… - dijo ignorando la pregunta – debería haberme dado cuenta en un principio.

- ¿pero de que hablas? – inquirió aún más nervioso.

- uno de los recuerdos que recupere fue de cuando “conocí” a Minho y aun no te había olvidado… - hizo una mueca molesta por lo último – en ese momento no me di cuenta de que él podría ser él jajaja, había pasado tanto tiempo, nunca me imaginé encontrármelo de esa forma, ni todo lo que creció… ¿viste lo alto que esta? – miro a su hermano y las mejillas del níveo se colorearon ligeramente.

- siempre fue alto – contesto avergonzado. El castaño sintió ternura del joven que trataba de ocultar sus emociones y sin poder contenerse se incorporó y le pico uno de sus cachetes.

- Claro… desde tu perspectiva debe ser gigante jajajaja – lo burlo tratando de relajar el ambiente

- eeeehhhh – se quejó riendo

- el punto es… que Minho y yo hablamos mucho cuando venía a verme… - confeso serio nuevamente.

- lo supuse, ustedes dos hablan mucho en general, sería extraño que no lo hicieran…

- pero escucha Taeminnie… el me conto una historia, dijo que todas las noches sueña con un niño pequeño que persigue en una tormenta y que nunca puede encontrar. Lo peor es que me confeso que creía que ese chico era uno de sus compañeros del colegio con el cual empezó a salir – lo miro inquisidor y el morocho desvió la mirada porque sabía a qué punto iba el mayor – Taemin… - dijo directo viendo que no recibía la respuesta que esperaba - Minho sueña contigo y ese día todas las noches... – le dijo claro viendo la evasión del menor – y lo peor de todo es que no recuerda exactamente que paso.

- ¿y crees que no lo sé? – cuestiono molesto… odiaba esa historia y odiaba el hecho de que él alto lo hubiera olvidado, más cuando él había marcado su vida a tantos niveles.

- ¿Por qué no le dijiste quien eras? – pregunto un tanto acusador

- Claro que le dije quién era Hae… pero aun así no me recuerda – levanto sus hombros indiferente - ¿Qué puedo hacer?

- podrías contarle que paso ese día… creo que algo más paso durante esa tormenta Taemin… tú me dijiste que te escapaste y fue la última vez que lo viste, pero él no me contó eso… sé que son recuerdos vagos de un sueño, pero él me dijo que busca a alguien con desesperación en ellos y que está atrapado en la lluvia, eso no es lo que tú me dijiste – el níveo comenzó a sentir su cuerpo temblar levemente y su corazón latir más rápido de lo normal, porque toda su vida se había convencido que a Minho no le había importado nada y había cortado su lazo con él ese día, dejándolo solo en el peor momento, pero esto cambiaba completamente los hechos. Por unos segundos la casa de naipes que había armado comenzó a tambalearse junto con sus creencias, pero se mantuvo firme “¿en que cambia el hecho de que haya intentado buscarme?… igual me olvido e igualmente me dejo solo” orgulloso se metió nuevamente en su coraza.

- y que importa si me busco o no… yo ya lo perdoné por eso… y aun así… - las palabras se le atragantaron porque admitir las cosas en voz alta siempre eran más duras – y aun así no me ama… y nunca lo va a hacer – bajo la mirada deprimido. Desde que lo había conocido lo único que había querido era que lo quisiera de la misma forma que él lo hacía y eso jamás había pasado.

- ¿y no crees que parte de que las cosas no funciones es que vivís 24 horas del día pendiente de mí? – inquirió el castaño y el menor revoleo los ojos molesto porque siempre que podía metía ese tema en el medio.

- ¿vas a empezar con eso de nuevo? – lo miro molesto

-Si… porque es verdad… realmente creo que tienes que hablar con él… - se miraron midiéndose, desafiándose, porque ninguno quería ceder en ese punto, pero finalmente el menor desvió la vista, porque sea como sea, Donghae era el hermano y aun cuando el pequeño se había hecho cargo de todo el último tiempo, seguía teniendo autoridad sobre él -necesito que hagamos una promesa - El menor lo miro de reojo molesto y rendido – necesito que me prometas que si todo va bien y salgo de esta operación, vas a hablar con él – el níveo abrió la boca para hablar pero lo interrumpió – necesitas empezar a centrarte en tu propia vida y felicidad, no puedes vivir resignándote – Taemin nunca lo había hecho, la última vez que había pensado en su felicidad por encima de la de su hermano había sido ese día de tormenta y había sido uno de los peores errores de su vida, en todos los años que había sido el sostén de ambos, jamás había pensado en él. De repente todas las veces que se había negado a hacer algo por cuidarlo, todas las veces que resigno su deseo solo para poder ver una sonrisa más en el mayor, todas esas veces que había empezado a desear ser libre, pero morían en un simple suspiro, lo atacaron. Porque jamás lo hubiera aceptado, jamás aceptaría que su hermano había sido una carga para él, porque lo amaba y estaba feliz de poder ayudarlo, pero una parte de él también estaba cansada y solo quería que todo se solucione. Lagrimas involuntarias comenzaron a caer por su rostro, cuando por fin dejo de ponerlo delante de todos sus pensamientos y se permitió se egoísta. Y no fue porque se arrepintiera que sus emociones comenzaron a desbocarse, sino porque la imagen que apareció… la primer y única imagen que entró en su mente fue la de él… Minho… en todas partes, invadiéndolo. Y lo peor era lo que sentía frente a esa imagen, porque no era amor lo que lo penetraba, sino el miedo… paralizándolo desde adentro “¿Qué le digo…?” “¿Cómo le explico lo que paso…?”

- ¿Qué puedo decirle…? ¿Cómo le explico lo que paso sin hacerlo sentir culpable? – las palabras comenzaron a amontonarse en su boca y la respiración se le dificultaba.

- Euuuuuu tranquilo…. Tranquilo – lo abrazo el mayor tratando de relajarlo – vamos a hacer un trato… - se separó un poco aun sosteniendo sus hombros – por ahora olvídate de esto… solo tranquilízate y cuando salga de la operación ambos vamos a armar un plan para hablar con él y solucionar todo… ¿promesa? – extendió su dedo meñique como forma de cerrar su trato.

- pero no creo… -

- promételo – lo miro suplicante, y el morocho cedió estirando su dedo resignado, porque jamás podría decirle que no a algo que le pidiera.

- lo prometo – y una sonrisa de genuina felicidad invadió el rostro del castaño, porque si, Taemin vivía por Donghae. Y Donghae… él viva por Taemin.  

-Minnie… - lo llamo nuevamente el mayor, pero el niño no contestaba, estaba sentado en su cama demasiado enojado para hablar, el joven golpeo la puerta abierta y entro al cuarto lentamente esperando la respuesta de su hermanito, pero al no recibir un grito supo que podía acercarse. Se arrodillo cuando estuvo frente a él, puso su mano debajo de su mentón para alzar su mirada y encontrar sus ojos. Estaban tan rojos que no necesito preguntar si había llorado   – Minnie… ¿Qué te sucede? – cuestiono preocupado. Cuando se había ido esa mañana el chico se encontraba completamente animado y feliz, pero ahora estaba ahí, con sus ojos rojos y su mirada perdida.

- Ya no somos amigos… - respondió sin dar muchas explicaciones, y el mayor entendió rápidamente, no necesito preguntar de quien hablaba porque cuando Taemin no daba nombre siempre se trataba de él.

- Pero de que estás hablando… ustedes son inseparables – respondió tratando de animarlo y el niño corrió su rostro para dejar de verlo.

- No, parece que ya no le agrado tanto – respondió molesto y dolido. Las cosas entres los chicos habían cambiado un poco en el último tiempo, parecía que a su hermano le había estado costando cada vez más adaptarse a su colegio y sus amigos parecían cada vez más contentos con sus nuevos amigos.

- Sabes que eso no es verdad… Minho te adora, yo los veo cuando están juntos – el niño lo miro de reojo no muy convencido de lo que le decía, porque era verdad que las peleas entre ambos cada vez eran más recurrentes y que cuando se arreglaba todo volvía a la normalidad, pero realmente sentía que las cosas no iban a terminar en un buen lugar, porque la actitud de su amigo realmente estaba cambiando con él y ya no sabía cómo volver las cosas a cómo eran antes. 

- No lo sé Hae… realmente creo que ya no es mi amigo… las cosas cambiaron – el mayor se acercó para abrazar al pequeño.

- oooohhh Minnie, te juro que no es así, es solo un momento, pronto todo va a ser mejor, lo prometo – se separó aun sosteniendo sus pequeños hombros – vamos a hacer un trato… hoy vienes con mamá y conmigo a lo de la tía y te olvidas de todo y cuando volvemos juntos vamos a armar un plan para hablar con él y solucionar todo ¿promesa? – extendió su dedo meñique como forma de cerrar su trato y el niño sonrió por primera vez en la charla estirando su propio dedo.

- promesa…

Se quedaron hablando horas y horas de anécdotas en común, de impresiones de la gente que ahora podían compartir y de sus propios sentimientos hasta casi quedarse dormidos uno junto al otro, pero que el mayor tuvo una pregunta más profunda, una que no lo iba a dejar dormir.

-Minnie… ¿puedo preguntar algo más? – cuestiono mirando al chico acostado a su lado que ya estaba con los ojos un poco cerrados.

- claro – respondió con una sonrisa.

- el Jinki que viene a verme y comió con nosotros… es el Jinki que es nuestro hermano ¿verdad? – el níveo se liberó del sueño y se incorporó un poco para mirarlo mejor, no esperaba que recordara eso también.

- Si… es el mismo… - admitió con una mezcla de vergüenza y orgullo. El castaño había escuchado cada uno de sus discursos de odio hacia el joven y ahora solo tenía palabras de agradecimiento hacia él. Un silencio se formó entre ellos hasta que el mayor lo interrumpió.

- Estoy feliz de que sea parte de nuestras vidas – confeso con una sonrisa en su rostro – en realidad siempre tuve ganas de conocerlo – el morocho volvió a acostarse junto a su hermano.

- en realidad… fue nuestro padre el que consiguió el órgano - desvió la mirada algo molesto y el alto no pudo evitar notar la forma en que lo había llamado “nuestro padre…” hacia tantos años que no llamaba así que le resultaba extraño, pero no quería presionarlo con eso, sabía que era un tema delicado para él.

- veo que Jinki te cae bien… - dijo tratando de tantear el terreno y Taemin supo enseguida que era lo que se proponía.

- no somos mejores amigos si esa es tu pregunta… - lo miro de reojo molesto por el espíritu conciliador de su hermano – pero si… me cae bien… creo que podría ser parte de la familia – y la sonrisa que invadió el rostro de ambos fue tan grande y genuina que ilumino el lugar, porque lo único que querían era eso… una familia.

- Si todo sale bien tal vez podamos organizar algún viaje juntos los tres, como hermanos – lo miro suplicante y el menor se acomodó mejor para dormir abrazándolo como cuando eran pequeños.

- creo que sería lindo – cedió rendido porque nunca podría decirle que no a uno de sus deseos... – cuando salgas de la operación vamos a organizarlo…

-TAEMIN – gritaba su madre por última vez, pero el niño estaba aferrado a ese sillón como si su vida dependiera de eso – que rayos te está pasando.

- No quieroooooooo – gritaba histérico – quiero quedarme solo ¡Váyanse! – todos los presentes se miraron confundidos, porque ese no era el plan, desde en principio él no tendría que haber ido y mucho menos quedarse.

- Te dije que no había espacio para todos y que si venias teníamos que volver antes – el chico encogió sus piernas un poco más como una forma defensiva ante su familia que lo veía expectantes, porque jamás se había comportado así y nadie entendía que le pasaba.

- no quiero… no no no… - el pequeño aprovecho una pequeña distracción y salió corriendo al cuarto de su tía. Todos lo miraron sorprendidos y el hermano mayor fue a hablar con él. Entro al cuarto y se sentó a un costado en el colchón de la mujer.

- ¿Qué sucede campeón? ¿Por qué tan asustado? – pregunto directo y sin pelos en la lengua.

- no quiero volver… - respondió temblando – me dijiste que íbamos a hacer un plan y no lo hicimos, no puedo ver a Minho si no estás, quiero quedarme aquí un día más… tengo miedo – miro suplicante al mayor, se suponía que él y su madre se iban a quedar para que conociera a uno de sus amigos al día siguiente, pero el menor había venido y no podían quedarse todos. Así que su madre lo iba a llevarlo de vuelta y solo Hae se quedaría, pero ahora Tae estaba en ese extraño estado y nadie sabía bien que hacer...

- Sabes que no podemos hacerlo… la tía es muy grande para cuidarte y no tiene espacio para los tres – le respondió tratando de disuadirlo, pero el menor solo quería que se vayan y lo dejaran tranquilo porque ni el entendía bien que le sucedía. Estaba tan molesto y asustado.  

- no quiero… - respondió caprichoso – quiero quedarme, no dejes que me lleven Hae… por favor, déjame quedarme un día más… me portare bien -  lo miro nuevamente con su puchero y el mayor lo miro comprensivo

- Minnie… ¿puedo confesarte algo? – pregunto el mayor cómplice. El menor asintió ganando su atención – la verdad es que no tenía ganas de quedarme – la boca del niño se abrió grande como si le hubieran contado un gran secreto, porque su mamá había estado planeando ese día por semanas y jamás había escuchado a su hermano quejarse.

- penque que querías esto – lo miro confundido y el castaño se dirigió a la puerta del cuarto para cerrarla y volver con el niño.

- la verdad es que mamá no quería que lo supieras – bajo la mirada porque él no coincidía con ella – pero yo creo que tienes tanto derecho como yo a opinar – el pequeño lo miro expectante – Mamá quiere que nos mudemos – los ojos de Taemin se pusieron pequeños de repente, la idea no le gustaba para nada – al parecer nuestro padre…

-el señor Lee – corrigió el menor que en el último tiempo había empezado a desagradarle.

-El señor Lee, ha estado intentando acercarse por alguna extraña razón y mamá está asustada – explicó tratando de simplificar la situación para que el pequeño la entendiera

- ¿y eso que tiene que ver con que te quedes hoy o no? – pregunto confundido

- Mamá no quiere que pierda mis estudios de danza y quiere que conozco a personas de su anterior cuerpo de baile para poder seguir con esto en el exterior… -

- ¿pero eso no es bueno? – cuestiono confundido

- la verdad es que antes de que nacieras, mamá y yo viajábamos todo el tiempo – explico mirando el techo – y no me gustaba eso… fui tan feliz cuando decidió que era tiempo de detener esa vida y quedarnos en un solo lugar… - una sonrisa se dibujó – y luego viniste tu… y nada pudo ser mejor… pero ahora quiere volver a lo mismo y no estoy de acuerdo

- ¿y porque no se lo dijiste? –

- lo intente… pero esta aterrada, no parece ella… - se formó un silencio incomodo, ambos pensando las cosas – en realidad no estoy seguro de lo que estoy pensando y por eso quería hablar contigo – el niño lo miro con su cerro fruncido

- ¿conmigo?

- si… en un principio me emociono el ser parte de una compañía en el exterior… pero ahora pienso que lo mejor es que nos quedemos aquí… ¿tú que prefieres Minnie? ¿quieres quedarte con tus amigos o prefieres que viajemos? – y la respuesta en su cerebro se formó nítida, porque a pesar de sus peleas, la idea de alejarse de Minho parecía la muerte para él.

- Quiero quedarme – aseguro asustado de la idea de irse.

- lo supuse… - sonrió pensando en lo puro que era su hermano – la verdad, es que tengo un plan, no sé si va a funcionar, pero es lo único que se me ocurre.

- ¿Qué? – pregunto curioso y ansioso

- mañana por la mañana se realizarán audiciones en mi academia – explico – y una parte de ellas es para entrar a estudiar en el lugar y las otras para estudiar en el exterior. Voy a decirle a mamá que voy a participar en las del exterior, pero mi plan es entrar a la academia y poder quedarnos.

- ¿mamá no intentara que nos vayamos igual? – pregunto dudando del plan

- probablemente sí, pero no puedo simplemente decirle que nos quedemos sin nada concreto aquí, y este es el único plan que tengo… si tengo alguna chance de que nos deje quedarnos no puede ser simplemente un capricho o un deseo… tiene que ser con fundamentos – Taemin solo tenía 9 años y las cosas que le decía su hermano le parecían demasiado complicadas, pero confiaba en él… porque era la persona más inteligente que conocía.

- sigamos tu plan – dijo el niño sonriendo

- perfecto – sonrió el mayor – pero para eso necesito un poco más de tu ayuda

- ¿en qué? – pregunto confundido

- hasta ahora no sabía cómo convencer a mamá de no quedarme… pero tú me diste la mejor excusa… - el niño no entendía – quiero que sigas con tu posición de quedarte y yo convenzo a mama de que volvamos solo nosotros dos ¿te parece?

- si – respondió el menor mientras le brillaban los ojos, porque era la primera vez que su hermano le pedía ayuda y confiaba en él.

- perfecto… ahora actúa como antes - le guiño el ojo y volvió a abrir la puerta…


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