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ChoiLee del odio al amor (2min) por Aerin

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Notas del capitulo:

Hola mis queridos lectores… no, no es una alucinación… si, actualicé antes de lo esperado XD… les dije que escribí el capitulo anterior y este prácticamente juntos. Desde ya les voy avisando que el siguiente es un capítulo largo y no se cuanto voy a tardar en escribirlo, pero si les digo que sin contar este que acabo de subir, solo nos faltan 3 capítulos :O 2 de historia y uno de epilogo…

Seguimos con la línea sad, pero no alarmen, es para llegar a buen puerto XD.

Espero que no lo odien y denle amor a esta autora.

Besos Aerin

Taemin se removió con los primeros rayos de la mañana que acariciaban su rostro. Sabía que esa era su señal para despertar, pero era la primera noche en semanas en la que no había tenido pesadillas y el calor de ese cuerpo al lado suyo lo llamaban a continuar en esa posición "Minho" se relamió para sus adentros identificando ese perfumen tan conocido, mientras se acurrucaba un poco más junto a él para poder continuar durmiendo, cuando sus propias palabras lo chocaron como un tren en movimiento.

- ¡MINHO! - grito saltando de su cama mientras se llevaba sus cobijas con él y arrojaba al alto al piso - ¿¡qué haces aquí!? - cuestiono con estupor ante un Choi somnoliento que trataba de entender que sucedía y porque lo habían despertado con tanta violencia. Y entonces lo vio, ese cuarto, ese chico y supo que se había quedado dormido “Mierda”.

- Taemin déjame explicarte – pidió acercándose para poder calmarlo, pero al moverse noto porque los ojos del otro muchacho estaban tan abiertos, solo llevaba ropa interior. Rápidamente tomo una de sus almohadas para taparse - no es lo que parece – trato de excusarse.

- ¿¡Porque estoy desnudo!? ¿¡Porque estas desnudo!? ¿¡POR QUE ESTAMOS DESNUDOS!?  - grito en un ataque histeria mientras tomaba el primer cuaderno que tenía cerca y se lo arrojaba a la cabeza como arma de defensa -

- De verdad Taemin no es lo que parece - trato de explicar nuevamente aproximándose, cuando recibió un golpe por parte de uno de los adornos de la mesita de luz del morocho y se arrepintió. 

- No me hables, no me mires - grito chillón tratando de taparse como si el otro nunca lo hubiera visto en ese estado - y ponte pantalones por el amor de Dios- amenazo cerrando sus ojos para no verlo. Minho no podía creer la actitud del menor, pero no quería recibir otro golpe, así que rápidamente tomo sus prendas regadas por el piso, se sentó en la cama dándole la espalda y comenzando a cambiarse.

- Estas sobre exagerando Taemin - dijo colocándose sus pantalones - dormimos toda la noche así y no es la primera vez que te veo desnudo, no sé porque te alteras - hablo volteando para poner énfasis en sus palabras, cuando recibió un almohadazo en la cara.

- ¡No me mires! – volvió a gritar el chico mientras volvía a taparse con las frazadas en un intento desesperado de ocultar su piel. 

- Esto es ridículo - objeto el castaño incrédulo con lo que pasaba - si me dejaras explicarte sabrías que nada de lo que piensas paso.

- ¿¡QUE...?! ¿qué te aprovechaste de mi borrachera? ¿Qué me sedujiste para que me acostara contigo mientras no era consiente de mis actos? - y esa fue la gota que rebalso el vaso, entendía que debía dejarlo en paz, que despertar desnudo y abrazado a él no era la mejor forma, pero de allí a decir que prácticamente lo había violado había un trecho muy largo.

- ¿Estás hablando enserio? - pregunto ya sin importarle si le pegaba por darse vuelta o si le molestaba su cercanía, porque no iba a permitir que insinuara algo así - ¡Jamás podría hacer algo tan bajo! ¿De verdad me crees capaz de eso? - cuestiono algo herido. Por unos segundos el morocho no dijo nada, pero luego de analizarlo respondió avergonzado.

-No... 

- No vuelvas a decir esas idioteces entonces... jamás te haría eso – lo reto molesto terminado de ponerse su camiseta mientras se incorporaba para encarar al muchacho que lo veía entre culpable y miedoso. Su corazón se hablando al instante, no podía enojarse con él… no si lo miraba así – sé que no me quieres cerca – dijo mientras acariciaba una de sus mejillas y notaba como el bello de su cuerpo se erizaba – y no debería haberme quedado… pero no pasó nada de lo que piensas Taemin, solo nos dormimos, no pasó nada más – concluyo aun cuando se notaba la decepción en sus ojos.

- ¿Por qué estábamos desnudos? – cuestiono aun no muy seguro, no sabía si estar feliz por lo que le decía o triste.

 - No querías quedarte solo, pero no me dejabas tener ropa puesta – respondió simple, perdiéndose por unos segundos en la piel sus hombros que eran bañados por la luz de la mañana “¿puede desagradarme algo de él?... no”

-No tiene sentido lo que dices – concluyo confundido ¿Por qué querría que se quedara si solo quería que se alejada de él?

- Mira, sé que no tenía que quedarme y que no me quieres aquí, pero ayer me pediste que no te dejara solo y lamento si soy débil, pero no pude irme – sus ojos se perdieron uno en el otro, exponiendo esa mezcla de sensaciones tan confusa que les impedía moverse. Ambos aterrados ante la idea de ceder y acercarse o de ser fuertes y alejarse, hasta que las mismas suplicas del níveo la noche anterior trajeron a la realidad al alto “Déjame olvidarte, por favor… no quiero amarte más” casi sin aliento, susurro las palabras más amargas – será mejor que me vaya – desviando su mirada, dejando que su corazón se rompiera un poco más. Taemin ya estaba bien, es su casa y no lo necesitaba. No había razones para quedarse. Por unos segundos Lee se quedó sin creer lo que escuchaba “¿Minho se está retirando?” “¿Tanto efecto tuvo mi canción?” “¿hay algo más?” Una punzada de decepción y dolor se clavó directo a su corazón cuando el muchacho desvió su mirada ¿pero que podía hacer? Era mejor si comenzaba a acostumbrarse a estar solo y dejaba de esperarlo. Ellos ya no eran nada.

-Si… creo que es lo mejor – respondió bajando la mirada decaído… roto.

- tienes que abrirme – le recordó el mayor alejándose un poco para darle el lugar necesario para moverse – Las llaves deben estar en tu ropa interior – dijo sonrojándose un poco y los ojos del morocho se abrieron de par en par por esas palabras – anoche estabas muy empeñado en encerrarme – completo avergonzado. Taemin escaneo el suelo rápidamente hasta detectar lo que buscaba, camino unos pasos aun con las cobijas cubriendo su cuerpo hasta llegar a la pequeña llave y levantarla.

- aquí esta – hablo apenado evitando el contacto visual. El mayor solo asintió retirándose a la cocina, mientras le daba el espacio para cambiarse. Una y otra vez se debatió internamente que hacer. Quería entrar a ese cuarto, tomarlo entre sus brazos como ayer no había podido y decirle que no se iría, que no había forma de que se olvidara de él, porque lo tenía grabado a fuego en su corazón, pero sabía que no debía, no después de lo de ayer, no después de llegar a esa horrible y cruda verdad “no soy lo mejor para él y solo lo lastimo”. Una lucha interna se libraba en su interior en ese instante ¿debía quedarse? ¿debía irse? ¿debía demostrarle que podía cambiar? ¿que estaba dispuesto incluso a renunciar a él, para verlo feliz? pero antes de poder declarar un ganador, la puerta del cuarto se abrió, terminando su duelo interno “fin del juego”. El menor salió ya vestido, su pelo seguía revuelto, pero aun así se veía completamente hermoso y aunque no quiso, la pregunta llego sin aviso “¿Cómo arruinaste esto Minho?” se cuestionó sintiéndose completamente idiota, porque las grandes razones que alguna vez hubiera tenido ahora parecían una estupidez y le dolía. Ninguna culpa podía ser tan grande para alejarse del amor de su vida, tenía que resolver eso – creo que es el adiós – titubeo el níveo notablemente afectado por la pronta partida, aunque intentaba mostrar cierta integridad. El alto por su parte no era tan fuerte, con solo mirarlo se notaba lo contrariado y angustiado que se encontraba. Como si dejara una parte de su alma en ese lugar y a pesar de eso, se reusará a pelear “Tienes que sanar Minho… solo lo lastimaras sino” se dijo dándose valor.

- si… - completo el mayor sin energía. Una y otra vez se recordaba lo ocurrido ayer y la forma desgarradora en la que lloraba el menor tratando de convencerse “tengo que rendirme… tengo que irme” se dijo persuadiéndose de que lo mejor que podía hacer por él era irse de una vez… lo mejor para los dos. Camino hasta la puerta conteniendo las ganas de llorar que lo embargaban. No quería irse, quería quedarse y rogar por su perdón, pero ya había tomado una decisión… o mejor dicho ambos la habían tomado, porque solo cumplía el último deseo que Taemin le pediría. Espero por unos segundos a que le abriera la puerta y cruzo el umbral sintiendo como su corazón se rompía en mil pedazos, pero una vez afuera, en vez de seguir caminando se giró sobre sus talones enfrentando a un Lee sorprendido, que casi había bajado la guardia... casi. Sabía que eso estaba fuera de sus planes y de lugar, pero necesitaba hacerlo, tal vez no lo viera en mucho tiempo, incluso podía ser que esa fuera su última conversación – gracias – dijo dejándose llevar por ese sentimiento que lo invadía. Saboreaba el amargo gusto de la despedida. Quería decirle tantas cosas, tantas que sabía que no si iría si lo hacía y en vez de eso solo podía agradecerle por todo lo que había significado para él, por las múltiples formas de amar que le había enseñado y por todos los sentimientos que había despertado en él. Que en su vida espero sentir y que tal vez nunca más sintiera. El morocho no respondía, no podía entender lo que esas palabras significaban y sin embargo una sensación opresiva cubrió su pecho. Sin esperarlo, el mayor se acercó invadiendo nuevamente su espacio personal y depositando un tierno beso en su mejilla, dejándolo aún más aturdido y angustiado que antes – de verdad, muchas gracias – susurro alejándose de él, sintiendo que, si no tomaba la determinación en ese mismo instante, nunca lo haría. Se separo colocando sus manos en los bolsillos, bajando su mirada para no ver su reacción y sin esperar una respuesta, se fue.

Un mes había pasado desde la última vez que había visto a Taemin y todavía sentía que cada día era una especie de infierno personal. Revivía una y otra vez su despedida. Desde que se despertaba hasta que se iba a dormir lo único en lo que podía pensar era en él. A veces eran recuerdos felices, a veces tristes, a veces se enojaba y quería golpear cosas y otras se deprimía y solo quería dormir. Le parecía un milagro que aún no hubiera caído en la desesperación de ir a su casa, porque más de una vez había sentido que enloquecería si no lo veía, pero cada vez que eso ocurría eran las mismas palabras del menor las que lo retenían ¿cuánto tiempo más aguantaría? No tenía ni la menor idea y lo peor era que no lo estaba superando sino todo lo contrario, cada vez era más y más débil. Era increíble que hubiera pasado todos los exámenes, considerando que no había podido pensar en nada que no sea el morocho el último año y ni hablar los últimos dos meses, en los que se consideraba más un enfermo que un ser humano. Ya ni sus amigos le hablaban y no era porque no los quisieran cerca, era él. Estaba insoportable, solo tenía dos estados de ánimo, odiar al mundo o hablar de Taemin, ninguno muy agradable.

Ese día le había llegado un mail de la academia que le indicaba que los resultados de su examen estaban y que debía ir. Al principio le había sido indiferente la noticia, incluso había considerado mandar todo a la mierda y quedarse en su casa a sufrir en soledad, pero la imagen del morocho enojado le hizo recapacitar. Como mínimo le debía eso, por todo lo que lo había apoyado con ese tema. De muy mala gana se dio un baño y se cambió la ropa, algo extraordinario considerando que prácticamente vivía en pijama desde ese día. Las clases casi habían terminado y solo iban al colegio los deudores de exámenes, así que para lo único que él alto se bañaba era para tomar esas sesiones de terapia una vez por semana y solo iba porque si tenía una mínima esperanza de volver con el níveo, esa era resolviendo sus problemas. Tomo un desayuno ligero y fue a la parada del colectivo. La brisa de primavera comenzaba a soplar y se preguntó en que momento había cambiado tanto el clima, percatándose que ese año su vida había girado solo en torno a Lee y que nada de lo que antes podía llegar a impórtale, como la llegada del calor, ahora le afectaban.

- Taemin – susurro, aspirando ese adictivo nombre para él. El transporte llego y como un zombie se subió. Desde que no se hablaban, la mayoría de sus acciones funcionaban en ese estado, si no es que alguien tenía que indicarle directamente que hacer, porque había veces en que estaba tan sumido, que hasta se olvidaba de comer o dormir. Un muerto en vida. El viaje fue pacifico, permitiéndole perderse en uno de esos hermosos recuerdos junto al níveo que lograban arrebatarle las únicas sonrisas genuinas que daba en el último tiempo, porque todo era Taemin, aun cuando no estuviera. Cuando llego miro el edificio con cierto recelo, desde las audiciones no había vuelto a poner un pie sobre él y recordar ese día le generaba un nudo en el estómago.

- ¿!Minho¡? – cuestiono un sorprendido Baekhyun sin creer lo que sus ojos veían

- Baek – respondió el castaño algo avergonzado, después de su huida de esa fiesta no habían vuelto a hablarle y no por culpa del pelirrojo, porque le había enviado mensajes prácticamente todos los días por dos semanas, pero ante la ausencia de respuesta, el menor se había cansado y había desistido en tratar de saber cómo estaba. El más bajo emprendió una rápida corrida y se colocó al lado de su amigo, mirando su semblante. Sus ojos estaban tan rojos como la última vez que lo había visto y las ojeras ahora parecían formar parte de su rosto, pero había algo más, su mirada que antes reflejaba vida, ahora era opaca y casi translucida y su cuerpo vigoroso, parecía haber perdido tonalidad, como si hubiera envejecido muchos años en tan solo un mes “Minho…” se lamentó el pelirrojo.

 - ¿Cómo estás? – inquirió asumiendo que las cosas no habían mejorado desde la última charla.

- Bien… – mintió descaradamente, dudando de haber sido lo correcto, pero la mirada de su amigo le decía que no le creía nada - hace un mes que no lo veo – suspiro sincerándose con la persona que más lo había ayudado y escuchando con respecto a ese tema, después de Donghae.

- Lo supuse – reconoció el más bajo mientras entraban en el edificio – se nota que no duermes… - una risa inconsciente se escapó de los labios del alto, como si le estuvieran contando alguna especie de chiste.

- Hace semanas que no sé lo que es dormir – explico incrédulo de sus propias palabras – y cuando lo hago hubiera preferido no hacerlo –  reconoció molesto.

- ¿pesadillas? –

- No… ojalá lo fueran – dijo con añoranza de los días en los que las pesadillas no lo dejaban dormir – tengo buenos sueños… en general son recuerdos. El problema es despertar Baek… - explico deteniéndose en la puerta de ese salón al que tenían que entrar – Cada vez que despierto tengo que recordarme que eso es solo un sueño, algo que no es real y que esta es mi verdad y es una real mierda. Estoy harto…

- Minho… - suspiro su amigo sin saber que decirle para hacerlo sentir mejor. Un silencio incomodo se genero entre ellos, donde ninguno de los dos sabía qué hacer, uno muy sumido en él mismo y el otro muy preocupado, pero los debates mentales acabaron casi antes de empezar cuando su profesor ingreso con una carpeta.

- Buenos días – saludo un serio Eunhyuk indicándoles con su cabeza que ingresara al salón. Todos los alumnos estaban muy sorprendidos de ver al profesor Lee mayor ahí, desde el accidente de Donghae, el castaño no había vuelto. Hasta hoy – Se que debe parecerles raro verme después de tanto tiempo, pero tuve muchos inconvenientes. Se que quedaron en buenas manos con el titular de la clase – acoto mientras se formaba una pequeña sonrisa cargada de ternura en su rostro y los presentes afirmaban entusiasmados – De cualquier manera, ustedes son mi clase y quería ser yo el que les diera sus resultados – el bullicio no se hizo esperar y vario de los presentes empezaron a moverse nerviosos – antes que nada, quiero decir que todos lo hicieron muy bien y que el no quedar, no significa que no sean bueno. Todos lo que están aquí son muy talentosos, pero algunos necesitan un poco más de entrenamiento. Si siguen en este camino estoy seguro que un día serán grandes artistas – se podía notar el orgullo en su mirada al hablar de esos chicos con los que había compartido tanto – Aquí esta la lista con los que aprobaron el examen – dijo mostrando una hoja con unos pocos nombres anotados – se que son poco, pero antes de que se pongan mal, quiero enseñarles esto – hablo sacando una nueva hoja con mucho más nombres anotados – estos son las personas que entraron a la academia por audición – el murmullo generalizado entre los presente no se hizo esperar – sí, si… ven, el profesor Lee sabe lo que hace, e hizo un gran trabajo con ustedes. Bueno… ahora sí, tomen – les entrego varias copias a los presentes que en seguida se abalanzaron para saber la respuesta. Baekhyun pudo alcanzar una de las copias rápidamente haciéndose a un lado junto a Minho para revisar. Lo primero que hicieron fue revisar la lista larga y no tardaron mucho en encontrarse. Ambos se miraron entre ellos emocionados por haber ingresado a esa prestigiosa academia y como si lo hubieran planeado, se abrazaron uno al otro saltando de felicidad. Vieran para donde vieran la gente estaba haciendo lo mismo o algunos pocos, felicitaban a los que sí lo habían logrado, con algo de tristeza en su rostro. Por unos segundos, el alto se perdió en esa euforia que lo inundaba, aun incrédulo, pero luego de unos minutos, un poco más tranquilo una pequeña duda inundo su ser.

- Déjame ver la lista corta – pidió el castaño a un desorientado Byun que aún no salía de su estupor. Solo 8 nombres se encontraban ahí, pero grande fue su sorpresa al ver que sus nombres también estaba ahí escrito

 - Felicitaciones chicos – dijo el profesor Lee que se había acercado al par casi con timidez, Minho sabia lo mal que había estado Eunhyuk con la muerte de Donghae y a pesar de no ser amigos, miles de preguntas surcaron su mente, preguntas que nunca le haría, porque cuando sus miradas se conectaron pudo ver en los ojos del mayor el dolor y la resignación, pero algo más había en ellos que el alto no entendía, pero que con un movimiento de cabezas, un simple movimiento fue suficiente para que le indicara que no lo hiciera, que a pesar de que se muriera por preguntar, no lo hiciera, porque estaba bien, lo estaba superando, pero no estaba listo para hablar de eso aun. Y él lo respeto.

-Gracias – respondió en su lugar, con una genuina sonrisa en su rostro.

- me dijeron que sus exámenes fueron increíbles, me siento fatal por habérmelos perdido – explico casi disculpándose.

- No se preocupe – contesto el pelirrojo demasiado animado - la próxima vez podrá vernos – pero algo en su mirada cambio sutilmente, el alto no pudo descifrar que era, pero decidió no darle importancia. El mayor se alejo unos segundos para volver a tomar su lugar de profesor.

- Bueno chicos, muchas gracias por venir, espero que tengan un buen regreso a su casa y a los que lo lograron… ¡felicitaciones! – todos comenzaron a salir del lugar animados, pero cuando los amigos estaban a punto de salir, Lee se volvió a acercar a ellos y toco el hombro de Baekhyun.

- Byun, no te vayas, necesito hablar unas palabras contigo – le dijo indicándole que lo siguiera con la cabeza. El pelirrojo estaba perplejo y rápidamente miro a su amigo que lo miraba igual de desorientado.

- Supongo que nos veremos luego – se despidió con algo de miedo, la última vez el mayor había desaparecido por un mes y no quería que su amigo se volviera a encerrar. 

- Claro Baek – le respondió con una sonrisa tratando de tranquilizarlo – cuando salgas llámame y hablamos – agrego tranquilizando un poco al menor que asintió con su cabeza en forma de saludo y siguió a su profesor.

Minho fue hasta la salida preguntándose porque habían retenido a su amigo. La alegría de su ingreso aun le desprendía sonrisas inconscientes, un estado que hacía mucho no tenía. Camino hacia la parada del colectivo, feliz de que por lo menos eso haya ido bien en ese año, espero por unos segundos hasta que llego el vehículo y subió sentándose en uno de sus lugares favoritos, al lado de la ventanilla. No supo cuanto estuvo viajando, ya que su mente se perdió en una de sus tantas fantasías, esas que lo ayudaban a soportar la realidad. En ella, en vez de ir a su casa, iba a la de Taemin y le contaba que había ingresado, después de tanto esfuerzo, el menor lo rodeaba con sus brazos, alegre por su pareja y lo besaba. Tan simple como eso, pero tan imposible en ese momento.

El vibrar de su celular lo saco de su ensueño, fastidiándolo. Odiaba cuando algo lo traía a la realidad, realmente lo odiaba. Pensó que podía ser su amigo que ya había salido, pero su sorpresa fue grande cuando el identificador mostro ese nombre que hacia mucho no salía: Luna. Confundido y algo asustado, el chico contesto la llama, observando que ya estaba cerca de su casa y parándose para bajar.

-¿Luna?- saludo casi preguntando - ¿Cómo estás? ¿esta todo bien? – cuestiono preocupado mientras tocaba el timbre del colectivo.

- ¡Hola Minho! – contesto la joven animada como siempre -sí, estoy bien jajaja – hablo rápido, riendo por lo asustadizo que era su amigo. El castaño bajo del vehículo y comenzó a caminar hasta su casa.

- Es raro que me llames – hablo defendiéndose, para que detuviera su risa, no necesitaba decir nada para que supiera que se reía de su exceso de preocupación.

- Lo siento, es cierto… - un silencio incomodo de formo entre ellos y la calma que había logrado el alto volvió a desaparecer.

- ¿paso algo? – cuestiono mientras entraba a su casa, el lugar estaba vacío ya que sus padres trabajaban y sus hermanos no estaban.  

- Minho… hay algo que necesito preguntarte – dijo la chica dudo y el joven comenzó a ponerse ansiosa

- ¿Qué Luna? habla de una vez – hablo brusco, sacándolo un poco. El silencio volvió a hacerse presente, pero antes de que el muchacho volviera a replicar, la rubia hablo.

- Me llamo Taemin diciéndome que iba a venir a estudiar aquí conmigo… ¿es verdad esto? – “no” sin poder controlar su cuerpo, el mayor se dejo caer al sillón. Todos sus sentidos se nublaron y dejo de escuchar a la chica, como si no tuviera la capacidad no entender “Taemin se va…” “no puede ser” “pensé que la audición era por ayuda económica” “pero si me aleje” “penque se si lo dejaba en paz él se daría cuenta que cambie” las lágrimas salían inconscientes sin lograr comprender aun ese torbellino de ideas y emociones que lo atrapaban – …y yo no sabia que decirle, porque fue tan repentino, pero creí que lo mejor era decirte – la chica dijo trayéndolo nuevamente a la realidad.

- ehhhh – fue lo único que pudo articular, ante la sorpresa.

- ¿me estas escuchando? – inquirió la muchacha preocupada

-lo siento… la noticia me dejo en shock… no sabía nada – hablo sincero.

-¡lo sabía! – grito la joven molesta – cuando vea a ese chico lo voy a matar – dijo en un tono amenazante.

- ¿Qué te dijo? – cuestiono el alto, tratando de reprimir los bagajes mentales para poder escuchas a su amiga.

- En realidad no me dijo mucho, solo que vendría para acá a estudiar canto por una beca, pero lo más importante es la fecha… me dijo que en menos de dos semanas estaría aquí… - “no falta nada” se dijo anonadado – le pregunte si alguien sabia o por qué venía, pero sabes cómo es él… nunca cuenta nada, así que lo único que me dijo es que le buscara un lugar para quedarse y me corto… supuse que no sabias – agrego avergonzada, recordando que ella misma había hecho lo mismo en su momento y lo mucho que se había arrepentido de no haber manejado mejor las cosas - ¿hice bien? – cuestiono insegura, había dado mil vuelta antes de llamar, sin saber si era lo mejor o no, ya que no quería traer problemas en la pareja, pero tenía miedo a que su silencio la hiciera cómplice de la huida del menor y  finalmente llego a la conclusión de que ya se había callado mucho por Taemin y lo único que había traído era problema entre ellos. Si querían odiarla después lo aceptaría, pero no podía dejar que el morocho huyera de esa manera, no si eso implicaba el final de esa pareja.

- Si Luna… hiciste bien – respondió un anonadado Minho. Miles de idea cruzaban su mente – estoy sin palabras, no sabía que se quería ir… - ¿Qué debía hacer? Sabia que había hecho una promesa interna con el morocho de dejarlo en paz, pero no podía quedarse con los brazos cruzados mientras lo dejaba ir, eso jamás.

- Minho – le llamo la atención nuevamente la muchacha al otro lado.

- mmmm – y como si le leyera la mente respondió a sus preguntas internas

- no lo dejes ir… no sin una explicación. Ambos se la merecen… - le dijo dándole el aliento que necesitaba tomar la decisión.

- Gracias Luna… tienes razón – una sonrisa inconsciente se dibujo en su rostro, porque a pesar de la distancia y de todo lo que habían pasado, ella seguía siendo su mejor amiga y una de las personas que más lo conocía y estaba agradecido por tenerla en su vida.

- De nada… - un nuevo silencio se creo entre ellos, pero este no fue incomodo, sino todo lo contrario – debo irme – confeso la chica nerviosa - ¿luego me dices que te dijo? – cuestiono preocupada

- claro –

- Adiós Minho… suerte

- Adiós Luna – y sin más corto la comunicación.

La conversación se repetía una y otra vez en su cabeza alterándolo “¿Qué debo hacer?” “¿voy a su casa?” “¿Lo llamo?” “¿Le escribo?” pero no llego a ninguna conclusión cundo su celular volvió a sonar, esta vez era un mensaje de Baekhyun

Minho… termine de hablar con el profesor Eunhyuk, me ofrecieron una beca para el exterior… te iba a contar cuando te viera, pero me dijeron algo más y no podía esperar… El profesor Lee vendrá conmigo como mi tutor y como alumno de canto ¿sabías algo? Llámame cuando puedas.

Besos Baek

“Mierda, es verdad” se dijo reafirmando lo que cada vez parecía más innegable, rápidamente tecleo un mensaje de respuesta

Si Baek, me acabo de enterar, no puedo creerlo… voy a tratar de hablar con él. Gracias por decirme… ah y ¡felicitaciones por la beca!

Besos…

El alto se quedo mirando alterado la pantalla de su celular, no entendía bien que hacer o decir, pero sabía que debía hablar con el níveo. Marco el celular del chico esperando que le contestara, pero nada… Repitió la acción tantas veces que estaba a punto de enloquecer.

Necesitamos hablar...

Envió un mensaje cansado de llamar, pero no obtuvo respuesta

¿Como es eso de que te vas?

Volvió a mandar molesto, obteniendo la misma respuesta, volviendo a su estrategia de las llamadas.

Si no contestas me vas a tener en tu casa en cinco minutos y no me importa que te enojes

Escribió arto de intentar comunicarse sin éxito y esta vez si obtuvo respuesta

Mañana a las 5 en la plaza

El corazón del alto dio un vuelco cuando leyó las palabras… quería ir ahora y encararlo, no aguantaba la ansiedad que lo estaba invadiendo, pero luego reflexiono que verlo en ese estado no era lo mejor… debía calmarse y pensar que le diría

Te espero en el árbol

Puso sin necesidad de aclarar, porque ambos sabían a qué lugar se refería.

OK

Taemin camino las cuadras que lo separaban de la plaza pensando en que era lo que iba a hacer. Hubiera hecho todo por evitar ese momento, de hecho, lo había hecho, pero nada había funcionado, y ahora estaba ahí, caminando rumbo a ese encuentro que no quería tener para decir las palabras que jamás pensó que diría. Odiaba todo lo que ocurría, el tener que darle fin a algo por lo que había luchado tanto, el explicarle lo profundo de su dolor y la decepción que sentía por esa relación que jamás pudo ser como la había soñado. Y sobre todas las cosas, se reusaba a ver esa cara de decepción que sabía vería, porque sabía que le rompería el corazón, que sería lo peor que le podría hacer y sin embargo estaba atrapado, porque Minho no quería ver y le dejaba la responsabilidad a él y le dolía como el infierno. 

Llegó al lugar mucho más temprano de lo que quería, pero la ansiedad lo estaba matando.  Se sentó en una de las bancas cercana, el día estaba nublado y ventoso, sin embargo, aún quedaban niños jugando ahí, ignorando la amenazante tormenta que se acercaba "algún día fui así" pensó divertido ante la idea de ser alguien tan despreocupado, que no temía a cosas irracionales como la lluvia. Porque lo fue, en algún momento él fue así y le dolía pensar cuanto había cambiado todo. 

-señor- llamó la atención uno de los niños, sintiéndose casi ofendido por el llamado “señor…”, pero cuando lo vio sus ojos grandes y su pelo revuelto le hicieron recordar inmediatamente a Minho y no pudo evitar sonreír 

- ¿sí? - cuestionó amable

- ¿me pasa la pelota? - desorientado, el morocho miro a todos lados hasta que vio lo que buscaba, debajo suyo descansaba una vieja pelota de fútbol. El nivel se agachó buscando el objeto mientras una voz más chillona se unía a la conversación.

- ¿la encontraste? - 

- si... Si - le respondía el primer niño mientras despeinada los castaños cabellos del que parecía el menor - te dije que me esperaras allá... El señor la tenía - por unos segundos los ojos de Taemin y los del nuevo niño se unieron paralizandolo 

-muchas gracias señor... Señor - respondió el menor con sus mejillas cubiertas de rubor 

- Taemin... Mi nombre es Taemin - respondió entendiendo lo que el pequeño quería.

- muchas gracias señor Taemin y disculpé, no quise tirarle la pelota - y entonces entendió el sonrojó.

- no hay problema, ni siquiera me golpeaste – contesto enternecido

- te dije que no lo habías golpeado - le retruco el mayor volviendo a despeinarlo mientras una sonrisa se dibujaba en sus rostros

- ¿quiere jugar con nosotros señor Taemin? - cuestionó el menor lleno de esperanza. Tan inocente y abierto que casi sintió pena de él. 

- no... Está bien, jueguen ustedes - respondió el morocho con una sonrisa en su rostro. El mayor de los dos se retiró con una reverencia y comenzó a correr con la pelota, pero el menor se quedó ahí, observándolo. No muy seguro que se hacer

- ¿está seguro? – inquirió inquieto

- si... Ve, diviértete - le hablo tratando de tranquilizar al pequeño

El niño se fue y continuó con su extraño juego, una especie de mancha con la pelota, ambos reían felices y no pudo evitar sentirse reflejado en ellos. Sabía que así se debió ver en su momento jugando con Minho… “Minho” suspiro el nombre que se había colado inconscientemente en sus pensamientos. No era algo que se permitía a sí mismo en general, pero en los últimos dos días, él volvía a su mente repetitivamente, sin poder evitarlo “¿Cuándo dejamos se ser así?” “¿Cuándo nos separamos tanto?” se lamentó angustiado, sintiendo las conocidas ganas de llorar. Lo amaba… lo amaba como nunca había amado a nada, pero nada parecía alcanzar para ellos. No podían ser felices, ya no.

Poco a poco el cielo se fue cerrando, dejando el lugar en una pequeña penumbra 

- Lucas es hora de irnos - grito una señora llamado la atención del niño mayor. La sonrisa que ambos niños tenían se desvaneció por ello y el mayor de los dos corrió a buscar su pelota. Despeinó una vez más los cabellos del menor en forma de despedida y marchó para encontrarse con la que Taemin presumió era su madre. La decepción del pequeño era palpable, aun cuando se hubiera despedido con una sonrisa, pudo reconocer en el mismo esa actitud. El menor se quedó dando vueltas en su lugar como tratando de decidir qué hacer y ante la sorpresiva mirada del níveo, el niño le dirigió una mirada y se aproximó para sentarse a su lado. 

- ¿puedo quedarme aquí? - pregunto educado

-claro… - contesto el morocho atónito- ¿cómo te llamas?

- Jungwoo… Kim Jungwoo – respondió animado el menor

- Jungwoo ¿sabes que no deberías juntarte con extraños? - cuestionó regañándolo por su actitud desentendida

-no es un extraño, es el señor Taemin... Lo vi varias veces me esta plaza - contesto seguro el pequeño, dejando sin argumentos al níveo, algo muy extraño para él.

- el día está muy feo ¿no vas a volver a tu casa?

- no puedo irme solo, tengo que esperar a que me vengan a buscar – explico como si fuera una obviedad, pero el día cada vez estaba más feo y no parecía hacer rastros de su familia.

- ¿quieres que te lleve? - cuestiono sintiéndose extrañamente responsable del menor

- no... Está bien, no creo que tarden mucho... – respondió con una sonrisa, pero Taemin conocía mejor que nadie esa actitud, el chico fingía.

- ¿siempre te dejan solo? - inquirió preocupado.

- Mi mamá trabaja todo el día y mi hermano está estudiando, tengo que esperar solo - respondió casual, como si estar solo en esa plaza fuera lo más normal de todo, como si el frío que lo atravesaba fuera una moneda corriente en su día a día. Asumiendo que no era el centro del mundo. Que, aunque lo quisiera, su familia estaba ocupada y no podían estar pendiente de él el cien por ciento del día y Taemin se sintió mal de juzgarlo. El niño no era tan ingenuo como conjeturó en un comienzo.

- puedo quedarme contigo hasta que lleguen - dijo tratando de reconfortarlo cuando una sonrisa enorme se dibujó en los labios del niño. La compañía no le era indiferente, solo se había acostumbrado a estar solo.

- Gracias - contesto el niño mirando ansioso la gente pasar en un silencio agradable

- ¿qué hace en esta plaza señor Taemin?

- Estoy esperando a un amigo - contesto con una mezcla de sensaciones

- ¿su amigo es como Lucas? - cuestiono curioso

- jajaja no.… no sé si es como él ¿cómo es él? 

- ¡Es el mejor de todos! siempre esta cuidándome y juega a todo lo que yo quiero... es mi mejor amigo - se podía palpar el cariño en sus palabras, hablaba del chico de la misma forma que él habla de Minho cuando eran pequeños… “Minho…”  - ¿qué le pasa señor Taemin? - pregunto el niño mirándolo preocupado - sus ojos están tristes... ¿Es por algo que dije?

- no - respondió riendo de las suposiciones del pequeño - tu no hiciste nada... Sólo que me acorde cuando tenía tu edad... yo también tenía un amigo como tú cuando era pequeño y veníamos a jugar aquí.

- ¿qué les gustaba jugar? - pregunto el chico curioso. Hacia tanto que no hablaba con alguien de esta forma que casi le parecía surrealista.

- de todo... - río recordando sus propias locuras - pero mi favorito era subir árboles...- le confesó como si fuera un secreto entre ambos - cuando subía sentía que podía volar alto y que nadie podía alcanzarme

- ¿y qué paso con su amigo? - cuestionó confundido. Una sensación conocida y angustiante se posó en su pecho

- creo que dejó de divertirse con mis juegos - contesto siendo lo más sincero que pudo – aun lo extraño - se sinceró triste de saber que jamás podrían volver a ser esos mismos niños despreocupados

-vaya a hablarle entonces... - contesto como si nada, sin poder comprender la profundidad de los problemas del morocho - cuando extraño a Lucas lo voy a visitar y me siento mejor.

- a veces no es tal fácil - respondió tratando de explicarse, pero el niño no podía comprenderlo

- Jungwoo - llamo una mujer alta y el rostro del menor se iluminó 

- vinieron a buscarme - dijo saltando de la banca en la que se encontraban - señor Taemin... No entiendo lo que le pasó con su amigo, pero si lo extraña vaya a verlo. No se quede triste – aconsejo sin despegar sus pequeños ojos del mayor.

- voy a intentarlo - cedió, viendo como el ceño fruncido del pequeño Jungwoo se relajaba

- espero verlo otro día – hablo esperanzado

- yo también - sonrió amable mientras lo observaba correr hacia su madre y le daba un fuerte abrazo. 

Taemin observo la imagen pensando en cuantas veces había soñado con eso. Con ver a su madre llegar a esa plaza como siempre lo había hecho y abrazarlo, protegiéndolo de todas las amenazas del mundo “Mamá…” susurro para sus adentros, extrañándola más que nunca, porque a pesar de los años, aún era un niño que necesitaba la protección de sus padres. La había necesitado todos esos años en la que se tuvo que transformar en el sostén de su hermano, la había necesitado cuando descubrió que todos sus amigos lo habían olvidado, la había necesitado cuando Hae se había ido y la necesitaba ahora que le habían roto el corazón más de lo que se pudiera soportar “te extraño tanto” pensó dejando que las lágrimas que lo amenazaban salieran, desahogándolo.

 El viento comenzó a soplar mientras los últimos rastros de luz iban desapareciendo, junto a esas densas nubes que cubrían todo. No supo cuánto tiempo estuvo esperando, ensimismado en esos pensamientos nostálgicos hasta que una voz grabe que conocía mejor que nadie lo arranco de su pasado.  

-Hola... – hablo un Minho inseguro frente suyo.

Hola... -  respondió avergonzado el níveo, hacia tanto que no se veía, que casi se había olvidado como se escuchaba. Un silencio incómodo se hizo presente, ninguno de los dos se animaba a tirar la primera piedra, porque sabían que si no elegían bien sus palabras esas podrían ser las últimas que compartirían. Es que todo en ese ambiente gritaba despedida y ninguno estaba listo para eso - ¿cómo estás? ¿Hace mucho que no se de ti? - Minho fue el primero en hablar, tomando todo el valor que requería el estar ahí, fingiendo que no estaba completamente destrozado.

- bien...- mintió con una dulce sonrisa, no quería preocuparlo tanto, aun cuando supiera que se avecinaba una tormenta - ¿y tú? Me enteré de que entraste a la academia... Felicitaciones – hablo genuinamente alegre por él.

- fue gracias a ti - respondió mirándolo por primera vez desde que llegó, harto de fingir indiferente.

- no digas eso... Eres realmente bueno – contesto el menor aun evitando sus ojos.

- no lo digo para halagarte... Realmente no podría haberlo hecho sin ti –

-me alegro de que entraras, sabía que lo harías - respondió mientras una sonrisa inconsciente se dibujaba en sus labios. Tan sincero, tan puro, tan Taemin que Minho sintió como los puñales de la despedida se clavaban directo al corazón. Un nuevo silencio incomodo se genero entre ellos y nuevamente fue el alto el que lo rompió.

- ¿Es verdad que te dieron una beca para irte? -cuestiono sin poder retrasar más el momento, necesitaba saberlo, necesitaba escucharlo de sus labios o jamás podría creerlo

Si... - respondió algo avergonzado, devolviéndole por primera vez la mirada -Lamento no habértelo dicho yo personalmente, no quería que te enterarás de esta forma – acepto avergonzado, aunque la verdad era que no sabía si hubiera sido capaz de decírselo.

-¿Te vas por mi culpa? – inquirió culposo el mayor.

- No - contesto con sinceridad, lo había pensado, lo había analizado bien y aunque quisiera, no podía echarle la culpa, no era por el alto, era por él

- ¿Es por lo de Yuri? - cuestionó el castaño desesperado, había pensado que, si hacía las cosas bien, tal vez en un futuro, tendría oportunidad de retomar lo suyo, si lograba mejorar y dejar de sentirse mal, lo reconquistarla y todo sería como debió ser, pero Lee tenía otros planes y eso lo mataba. - Te juro que no salgo con ella. Ni siquiera quería ese beso. Ella simplemente se me abalanzó y tú nos viste en ese momento. No me interesa nadie que no seas tú - hablo sincero sin importarle si él no era lo mejor para el morocho o si le había pedido que lo dejara en paz, porque tal vez él no fuera lo mejor para Taemin, pero Taemin definitivamente era lo mejor para él.

- Sé que no sales con Yuri, Minho... - hablo conciso y determinante. La boca del alto se abrió de par en par por la sorpresa.

- Pero entonces… - todas las conjeturas que había hecho se fueron a la basura con esas simples palabras

- ni siquiera tu eres tan tonto para salir con ella otra vez… - explicó molestó por tener que recordar a esa morocha petulante

- eeehhii

- lo siento, hablo de ella y siento que se te atrofia el cerebro… - se permitió burlarlo unos segundos. Un nuevo silencio se generó, mientras Minho intentaba entender lo que le decía “Taemin no cree que salgo con Yuri” “Taemin iba a hablarme, pero me vio besándola y todo se fue a la mierda, pero no cree que salgo con ella” “¿porque se va entonces?”.  

- no lo entiendo, si sabias que no salía con ella ¿porque te pusiste así? ¿porque te vas? – las preguntas venían una tras otras sin comprender nada. El níveo respiro hondo, tenia que ser sincero, se lo debía y lo sabía.

- al principio simplemente sentí celos – confeso molesto - quería agarrarla de los pelos y alejarla de ti… pero después de eso, cuando pude analizar las cosas y darme cuenta de que no salías con ella, algo más me paso… - los ojos del menor comenzaron a humedecerse y su mirada se oscureció como el día de las audiciones, cuando estuvo por cantar.

- ¿que? – susurro dejándose llevar por el relato.

- me di cuenta de que en realidad no tenía celos de ella porque te besara o gustaras de ella… lo que me molestaba era que ella si podía hacerlo… - algo en sus propias palabras lo habían quebrado, pero castaño seguía confundido “¿que no puede salir conmigo? De que esta hablando… ¡es la única persona que puede salir conmigo!”

- no entiendo

- no creo que te guste ella, en realidad dudo que te guste alguna mujer en este momento Minho, pero el punto es que con ella si podrías… con cualquier persona con la que salieras sería más simple, con cualquiera podrías tener una relación normal y ser feliz, menos conmigo – las lágrimas se deslizaban lentamente por su rostro, casi como si formaran parte de él - No puedes salir conmigo sin sentirte mal y eso me mata…

- pero eres la única persona con la que me interesa estar, no hay nadie más en mi corazón… - rebatió el alto angustiado ¿Por qué le costaba tanto entender que él era el único?

- por ahora Minho… pero no sabes que va a pasar y salir conmigo es prácticamente una tortura para ti – explico dolido

- yo no quise decir eso – susurro el alto acercándose un poco al devastado chico.

- pero lo hiciste Minho, lo dijiste, y sé que no mentías… - el morocho pensó unos segundos, tratando de elegir de la mejor manera sus palabras - me costó mucho asumirlo, pero tenías razón. Si te culpe en algún momento por todo lo que me paso y aunque ahora te haya perdonado, fue un proceso… sé que tienes que hacer el tuyo y quiero respetarlo, pero no puedo esperarte… - y como si fuera un swich, las lágrimas que antes salían lentamente comenzaron a salir a borbotones, quebrando la voz del menor - me despierto cada día sintiendo que estoy atrapado en una pesadilla. Despertar cada día en esa casa donde crecí sabiendo que mi familia ya no está, es demasiado para mí. Demasiado para hacerlo solo y no puedo pedirte que estés listo para apoyarme porque es injusto.

- puedo mejorar… - suplico el alto desesperado - te juro que puedo, puedo ir a tu casa y quedarme… puedes ir a mi casa y…. – pero no lo dejo terminar.

- ¿y de que serviría? – cuestiono roto, le hubiera encantado poder creer en el plan del mayor, pero no era así, el sabía el final de esa película y había intentado evitarlo de todas las formas posibles, pero lo supo desde el inicio. No eran lo mejor para el otro.  

- Te necesito Taemin, no puedo seguir sin ti… cada día es una tortura lejos de tuyo, creí que lo soportaría, pero cada vez es peor – rogo sin importarle su orgullo.

- ¿Minho no lo entiendes? – cuestiono incrédulo - Me necesitas…. Escuchas tus palabras… - Negaba sin creer hasta al punto al que habían llegado, pero el alto ya no estaba razonando, invadiendo poco a poco su espacio personal, ignorando las lágrimas que ahora salían de él.  Porque estaba desespera y no sabía cómo detener eso que él mismo había iniciado hacia más de un mes - yo también te necesito, más de lo que es saludable ¿Realmente quieres eso? ¿quieres salir con alguien que no puede valerse por sí mismo? ¿Qué te usa como medio para no estar mal?  - “no” pensó para sus adentros - ¿eso es justo para ti? ¿eso es justo para mí? En este punto ya no sé cuánto te necesito y cuanto te amo y eso no está bien…

- pero entonces… - quería rebatir, demostrarle de alguna manera que se equivocaba, que ellos debían estar juntos, pero cada argumento que podía formular era destruido antes de siquiera pensarlo porque, aunque no quisiera admitirlo, Taemin tenía razón… siempre la había tenido, pero el no quiso verla.

- te odie por dejarme – hablo quebrado - pero tal vez era lo mejor para los dos… - el castaño limpio las lágrimas del níveo que caían como un rio - íbamos a terminar lastimándonos más de lo que nos íbamos a hacer bien…

- no digas eso – rogo perdido en esos ojos rojos.

- Es la verdad Minho… tú no puedes perdonarte y yo… - por primera vez después de iniciar el contacto visual lo rompió, perdiéndose en algún punto del espacio – yo estoy roto Minho… mucho más de lo que pensé y no puedo seguir así… - “roto” repitió las palabras del menor, entendiendo perfectamente el sentimiento, porque el mismo ya no era una persona, sino fragmentos de lo que alguna vez fue - Ya ni siquiera me reconozco, viví toda mi vida tratando de hacer feliz a Hae y ahora que no está, siento que no encuentro mi lugar en el mundo… nada es como antes y no sé qué hacer, siento que una parte de mi se murió con él y no puedo llenar el vacío – sus miradas se volvieron a encontrar tratando de transmitirle su sufrimiento - Me ahogo en mi propio dolor Minho… ni siquiera puedo pasar un momento solo sin sentir que el mundo se derrumba y lo peor es que cada vez me siento peor, no estoy mejorando – el mayor tomo las dos mejillas del níveo limpiando su rostro con cada nueva lagrima, tratando de transmitirle algo de consuelo - Viví por Hae y cuando se fue trate de llenar el vacío viviendo por ti, y no está bien, tengo que vivir por mí, tengo que encontrar mi camino y volver a conocerme y quedarme aquí no va a hacer que sea posible, no cuando mire a donde mire todo me hace acordar a él… a él o a ti -

- Taemin… - susurro acercándolo a su cuerpo para poder abrazarlo y consolarlo. Las gotas de lluvia comenzaron a caer, pero ninguno de los dos se movía, necesitaban eso para dejar salir toda la frustración y dolor que tenían acumulado. Dejar que todas las barreras cayeran y ser simplemente ellos. Y no supieron cuánto tiempo estuvieron así, llorando abrazados, repartiendo palabras de amor y cariño, con él único propósito de consolar un poco sus rotos corazones. Hasta que fue el mismo Lee el que se removió rompiendo el contacto.

- Se que hablo solo por mí, pero realmente me encanto salir contigo. No puedo decir que fueron los mejores meses de mi vida, pero me hiciste realmente feliz y estoy muy agradecido por eso, no podría haber pasado nada de lo que pase sin ti –

- no Taemin, por favor… yo te amo – pidió desesperado “no puede ser el final… No no no”

- Lo siento Minho… - se disculpó el menor tratando de recuperar la compostura - yo también te amo, pero nos necesitamos más de los que nos amamos y eso no es bueno para ninguno de los dos…

- Taemin… - murmuro, pero antes de poder seguir los labios del menor se estrellaron contra los propios, comiéndole la boca en un beso demandante. Él rápidamente lo correspondió, aferrándose a esa pequeña cintura que tantas veces había amado, tratando de alargar un poco más ese momento que ahora sabia no se repetiría, sus lenguas danzaban, mientras degustaban sus labios salados por llorar. El clima cada vez estaba peor, pero nada de eso podía importarles menos cuando estaban tocando el cielo para nunca más volver a hacerlo. El morocho se separo lentamente por la falta de aire, dejando a un mareado Minho que aun degustaba su beso. Con cuidado se deshizo del abrazo que él mismo había formado quedando solo conectado por sus intensas miradas. El níveo llevo su mano hasta el cachete del alto dándole una tierna caricia… la última. 

- Adiós Minho… -  susurro mirándolo con todo el amor que albergaba su corazón y sin darle tiempo a reaccionar, se dio media vuelta y comenzó a correr perdiéndose en la lluvia.  

Notas finales:

Llore escribiendo... sépanlo. 


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