Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Te estaba esperando por Yae

[Reviews - 206]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

22.- No hay tiempo que perder

 

 

 

 

Aproximadamente en dos meses deberían realizar el examen de paternidad, Naruto sabe que dependiendo de ese resultado sus problemas pueden resolverse con facilidad o complicarse tanto que su familia estará en riesgo.

El rubio suspira metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón de pie frente a su pequeña cocineta, está recalentando los restos de arroz y pescado que han sobrado del día anterior, si bien luego de salir del juzgado fueron a comer con Nagato, no le pareció que Itachi comiese lo suficiente.

Empieza a silbar una tonadilla mientras espera a que los alimentos estén listos, su azur mirada se pasea por el reducido espacio hasta toparse con la negra mirada de ese lánguido gato.

El minino bate su cola un par de veces, de arriba hacia abajo quedándose justo en la entrada, como si estuviese decidiendo que hacer.

— Eres demasiado desconfiado, ¿sabes? — Naruto resopla cruzándose de brazos viendo el objetivo del arisco gato que solo se deja acariciar por su esposo, la comida del felino se halla justo a sus pies. — ¿Tienes hambre? — Pregunta al aire inclinándose lo suficiente para tomar la pequeña escudilla y acercarla a Kuro-chan quien se ha sentado sobre sus patas traseras sin dejar de verle con atención, — ten.

El felino olisquea con cuidado la leche del recipiente para retroceder descontento y lamer su afelpada pata derecha rechazando la ayuda.

— ¡Serás…

— ¿Naruto?

La vena de enfado floreciendo en sus sienes desaparece en cuanto oye a su esposo asomarse con lo que el felino retrocede.

— Ya casi está listo — ríe nervioso girándose para apagar el fuego de las hornallas retirando la pequeña cacerola con comida.

— En verdad no tengo hambre.

— Humm… aun así quiero que comas — le da la espalda para servir la comida mientras le da un repaso rápido a la pequeña libreta que tiene sobre el mesón donde ha garabateado varios apuntes. Siente como si hubieran puesto un contador hacia atrás, cronometrando exactamente el tiempo que falta para hacer los exámenes y tiene que elaborar un buen plan para cualquier resultado.

— Sasuke no debe tardar en venir — comenta el mayor por un año haciendo respingar al rubio.

— ¿Me estas echando? — comenta en tono de broma.

Itachi niega sonriente, — todo lo contrario — se acerca cauteloso — me gustaría que te quedases toda la tarde.

— También me gustaría pero Clarisse y Shion deben estar llenas de trabajo por mi culpa.

El pelinegro asiente asomándose para ver lo que su esposo a escrito en aquel cuaderno, la desprolija letra poco le deja descifrar, como si hubiese elaborado un laberinto de esos que vienen en los manteles de los restaurantes dirigidos a los niños, solo alcanza distinguir la palabra “salidas” y se muerde el labio inferior unos instantes.

— Listo, vamos a comer.

La voz de Naruto le hace respingar cuando el rubio ya tiene en manos un par de tazones con la comida servida, sin tener el menor apetito debe seguirlo a la diminuta sala sentándose al kotatsu.

 

— Al menos tendremos algo de calma estos meses — sonríe nimiamente más animado, lo único bueno de ese día ha sido la decisión del juez, esa que prohíbe a Madara acercarse a Itachi, — si te llama o te busca no dudes en decírmelo, ya sabes lo que dijo Nagato´ttebayo.

El pelinegro vuelve a asentir tragando pesado cuando le ponen la comida delante, si se fuerza a comer es probable que termine devolviendo los alimentos en un par de horas.

— Vamos Itachi… Dan ya nos hizo la advertencia — tuerce los labios cuando nota que su esposo ni ha tomado los palillos de madera.

— Voy a comer después, — quiere ponerse de pie pero le sujetan de una mano reteniéndolo en su posición.

— No lo entiendo… ¿Por qué no quieres comer? Todos los días es lo mismo, estas demasiado delgado y no parece importarte que eso está poniendo en riesgo al bebé. — Ataca con lo único que sabe afecta al otro, está siendo todo lo paciente que puede pero en ocasiones cree estar llegando a su límite.

Y sin atreverse a responder Itachi se ve forzado a tomar los palillos para empezar a comer en bocados pequeños.

— Todo está bien, Itachi — Naruto se arrima un poco a su lado tomándose la libertad de acariciar la blanca mejilla a su alcance — voy a encargarme de que estemos juntos, confía en mí. Tu solo come que te ves esplendido sin importar como luzcas dattebayo.

Sin querer Naruto ha dado en el meollo del asunto, el de cabellos largos se sobresalta un poco dejando la faena de alimentarse, — ¿lo dices en serio? — cuestiona mordiéndose la lengua después al ver la radiante sonrisa que Naruto puede esbozar sin problemas.

— ¡Por supuesto! — se acerca más rodeándole con un brazo por sobre los hombros y lleva su diestra para darle un par de caricias al redondo vientre. — Siempre te ves hermoso pero si te lo digo todo el tiempo de seguro que te aburro´ttebayo, — musita ligeramente apenado.

Itachi desea oírlo todo el tiempo pero no se atreve a hacer un pedido tan egoísta después de todo lo codicioso que ha demostrado ser al guardarse secreto tras secreto, pensando que las cosas eran más fáciles así.

— Así que solo preocúpate por comer bien y descansar que de lo demás no encargaremos Nagato, Sasuke y yo.

— ¿En verdad no te molesta?

— ¿Uh? — Naruto le mira curioso y más por haber oído un diminuto sollozo o algo así.

— Que este engordando… que ya no me vea como antes…

Y la repentina confesión con tono de desesperación le confunde, — eres hermoso… — traga pesado temiendo equivocarse al hablar — pero si yo solo hubiese querido “algo” hermoso me bastaba con tomarte cientos de fotos como un acosador y pegarlas en las paredes de mi cuarto. Pero… cada parte tuya, lo que piensas, lo que dices… lo que eres… todo es hermoso, — murmura acariciando los cabellos negros atrayendo el rostro compungido de Itachi para colisionar con suavidad sus frentes. — No estas engordando, nuestro hijo está creciendo dentro de ti y eso es maravilloso. Si no crees que te amo voy a seguir esforzándome, porque ese sentimiento no va a cambiar por cómo te veas… yo te amo por cómo eres dattebayo.

Tiene las mejillas rojas luego de confesarse nuevamente, si ya le ha dicho antes que lo ama, tratar de explicar la magnitud del sentimiento que le profesa a Itachi le hace abochornarse.

 

El pelinegro solo atina a encogerse en hombros levemente, contiene la respiración unos segundos ahogándose en las esplendidas palabras que le han dedicado, en como la persona delante suyo era capaz de sincerarse haciéndole sentir demasiado importante, hasta el punto de no creerse merecedor de tan prolijos sentimientos y esa angustiosa grima le impide devolver el sentimiento al menos en palabras.

Porque también lo ama.

Oh como lo ama.

Como no amarlo después de cada día, de cada gesto que hubo desplomado todo rastro de amor idílico y fantasioso hacia su tío.

Siente que va a llorar en cualquier momento pero logra contenerse, acerca sus labios a los de Naruto hasta rozarlos, — tócame… estoy a tu alcance Naruto, espero todo los días por ti — susurra antes de besarlo con anhelo, siendo correspondido de igual manera.

Como desea que los años no pasen y si el tiempo debe avanzar que aquel maravilloso sentimiento no se consuma.

 

 

 

/////////////

 

 

No es fácil, para Nagato tener que lidiar con tantas responsabilidades de golpe no le ha resultado sencillo en lo absoluto.

No obstante actuar como guardián de Naruto e Itachi le resulta más factible que tener que ver a Yahiko cada vez que debe ir a la oficina de Kisame.

— Si me sigues mirando así voy a pensar que te obligué a venir. — El hombre de cabellos anaranjados se cruza de brazos sobre la mesa del restaurante donde pudo arrastrar a Nagato ese día.

— No dispongo de mucho tiempo — responde desviando la mirada para prestar atención a los arreglos florales que decoran el elegante lugar donde están comiendo, — solo acepté porque Kisame me llamó y dijo que demoraría en regresar.

— Si, aja — tuerce los labios — veo que Kisame te está ayudando mucho, — ve al pelirrojo asentir y resopla — no quisiera considerar que evitas hablar conmigo porque sigues molesto por lo que sucedió hace años.

Si bien aquello le ha tomado por sorpresa logra verse inmutable, — pasó hace años Yahiko, ya lo dijiste y ambos somos adultos con vidas hechas.

— He pensado mucho en ti — suelta probando a tomar la blanquecina mano de Nagato que sujeta la servilleta.

De inmediato el otro la aparta para ocultarla bajo la mesa como si el toque le hubiese quemado, — no veo porque…

— Porque eres importante para mí, — interrumpe aun con el ceño fruncido — me guardas rencor, ¿no es así?

— No, Yahiko — sonríe — vivir atado al pasado hubiese sido muy penoso, no tiene sentido hablar de algo que ya no es importante, — no deja de sonreír para sostener su mentira. — ¿Cómo esta Konan?

— ¿Piensas que estamos casados? — arruga un poco más sus facciones.

— Supongo.

— ¡¿Y porque tendría que ser de esa manera?! — eleva la voz pero no lo suficiente para gritar.

— Porque la amabas, desde el primer día en que la viste la amaste.

— ¡Eso…

La cancioncilla que Nagato tiene como tono de llamada interrumpe, aun así el pelirrojo deja que la melodía “Shots-de Imagine Dragons” suene un poco más antes de decidirse a contestar, — Kisame… — es lo primero que dice al ya haber leído el nombre de contacto — voy para allá — finaliza luego de unos segundos.

— No puedes irte.

— Lo siento Yahiko pero es importante, — se pone de pie evadiendo la mirada dolida del otro hombre.

— En verdad me guardas rencor, — afirma.

Nagato guarda silencio un par de segundos deteniéndose de terminar de colocarse su largo abrigo, — ya te dije que no, ¿no me digas que tu si has estado pensando en eso por tantos años? — suelta una risilla divertida.

— Nagato… — se muerde el labio inferior.

— Hablaremos después — con un leve ademán se despide dejando algo de dinero sobre la mesa antes de salir del local, ha estado a punto de desbaratarse en recuerdos dolorosos y más siendo forzados por el mismo Yahiko, debe pedirle a Kisame reunirse en otro lugar porque de seguir viendo a su primer amor en ese bufete en cada ocasión no podrá pretender que ha olvidado todo lo que vivió y sufrió tras ese pésimo romance.

Se apresura a la oficina del abogado golpeando con suavidad la puerta antes de ingresar luego de oír el “adelante”, inspira hondo arreglando su corbata en el proceso.

— Buenas tardes.

— Siento haber demorado tanto Nagato, — el hombre alto se halla de pie frente al escritorio donde cientos de papeles revueltos hacen dudar de que sepa desenvolverse tan bien en su oficio.

— No pasa nada, a veces también mi empleo hace que te deje esperando — ríe a la vez que busca en su maletín unos papeles, — ya hablé con Dan y me dio el informe para la orden de análisis.

— ¿Y bien? — enarca una ceja recibiendo las hojas para leerlas.

— Dentro un mes, Itachi ya recuperó bastante peso y su estado anímico esta mejorando — dice animado, en sus visitas ha ido notando como el pelinegro se ve cada vez mejor y eso le alegra — pero para esa fecha ya tendrá algo más de ocho meses, ¿no es mejor esperar a que el bebé nazca?

— Sería lo ideal pero Madara y su abogado están insistiendo con esto, de todos modos el juez tiene la última palabra.

— Eso no es alentador — bufa rodando los ojos, si algo ha notado en la última audiencia es lo poco empático que es ese hombre, de no ser por la grabación que Menma le dio parecía capaz de creerle solo a Madara y decir que Itachi era un chiquillo mentiroso.

— Descuida Nagato, es mejor saber antes del nacimiento así tendremos algo de tiempo de planear una mejor defensa si resulta que es hijo de Uchiha Madara.

— No sabes cómo estamos deseando todos que no sea así, — resopla ya desanimado.

— No te preocupes — se aproxima haciendo amago de sonreír — no soy tan incompetente como para perder este caso.

El pelirrojo asiente, solo les queda esperar.

 

 

 

////////////

////

///////////

 

 

 

— Ya devuélvemelo — Sasuke bufa molesto tratando de arrebatarle a su hermano mayor su móvil que el pelilargo lleva en manos desde que han llegado al instituto.

— Ya casi esta — divertido extiende su mano cuando el más joven trata de quitarle el aparatillo, una vez logra su cometido le muestra la pantalla donde un video con la música de “Once Upon a December” suena.

— ¡¿Pero qué demonios?! — enojado y abochornado logra quitarle su móvil cortando la reproducción.

— Si no parabas de tararearla.

— ¡Claro que no! ¡Además todo es culpa de madre! — reclama y era cierto. Todo el fin de semana su progenitora se la pasó viendo la película de Disney mal elaborada históricamente y le fue inevitable que la odiosa melodía no se le pegase oyéndola todo el día sin salir al seguir enfadado con Menma.

Debió quedar con Karin y Juugo.

— No te enojes… si suena como una enternecedora nana —Itachi no deja de caminar seguido por su enfurruñado hermanito, le alegra bastante que su enfado ya haya desaparecido, luego de enterarse sobre Madara soltó algunas frases hirientes sin pensar cómo; “como caíste tan bajo” “estas decepcionándome cada vez mas” “si lo imagino siento asco”, sabe que Sasuke es impulsivo en situaciones que lo rebasan por eso se forzó a hacer oídos sordos, porque de otra manera se hubiese sentido fatal cuando su menor se ofreció a cuidarlo por las tardes.

Una vez en las taquillas Itachi abre la suya para cambiar sus zapatos cuando un par de notas caen al piso en cuanto lo hace.

— ¿Cartas de amor? — Sasuke inquiere inclinándose para recogerlas entes de que su hermano pueda hacerlo, la tiene fácil de todos modos su mayor ya no puede inclinarse con rapidez.

— No es nada.

Trata de quitárselas pero el más joven retrocede leyendo los insultos que vienen ahí escritos, palabras despectivas y frases mordaces dirigidas a su hermano, — ¿desde cuándo? — pregunta frunciendo el ceño.

— No tiene importancia Sasuke, ni siquiera las leo, solo las tiro a la basura — Itachi niega tratando de evadir el tema, desde hace mucho que le llegan misivas de ese tipo; tachándolo de prostituta y fácil.

— Claro que la tiene — arruga el papel sin cambiar su expresión, — ¿tienes idea de quien las envía?

— No.

— Itachi…

— Te digo la verdad — resopla — qué más da, son solo palabras, no pueden afectarme porque no me interesa lo que opinen de mí.

— Mientras sean solo palabras — masculla fastidiado, Itachi ya tiene algo más de ocho meses de embarazo, su estómago esta enorme y ya con nada puede ocultarlo. Agradece que su semblante haya mejorado tanto, se ve radiante y porque no decirlo, hermoso.

Ya no luce agotado ni pálido, ahora su piel esta lozana, su cabello esplendido y sus ojos sin bolsas debajo de ellos.

No está seguro pero cree que ya entiende a que se refieren cuando dicen que una futura madre irradia un aura de brillantes innegable.

— Ya va a tocar la campana — Itachi cambia sus zapatos ignorando las miradas curiosas que tiene encima todo el día.

Sasuke solo asiente guardando las notas en uno de sus bolsillos. Cuando deja a su hermano mayor en su salón porque ese día Naruto no pudo asistir debido a su trabajo, suspira sacando sus audífonos mientras va a su clase, si llega escuchando música siempre es más fácil evitar a las chiquillas que le saludan y se le arriman sin permiso.

Mientras busca una pista entre su lista de reproducción no puede evitar buscar un mensaje de Menma, el muy bastardo no lo ha llamado para nada.

Como si esperase que él fuese a buscarlo para resolver su pleito.

Bufa fastidiado dándole play a lo primero al alcance de su dedo, es mejor pretender que le da igual porque si ese Namikaze quiere dárselas de importante no va reventarle la fantasía.

Chasquea la lengua al no sentirse satisfecho.

Menma siempre ha sido más complicado que él mismo.

 

 

 

*

 

 

Debe admitirse entretenido con las absurdas reuniones del concejo de estudiantes, porque desde que el hermano de Naruto también forma parte el ambiente ya no le resulta tan obtuso.

Nunca hubiese considerado que Menma era tan inteligente, si bien desde el día en que lo conoció y este le salvó la vida le ha tenido una especie de diminuta admiración que se forzó a mantener a raya durante años.

Suele quedarse observando de soslayo como esa persona corrige los informes de otros salones, hasta ese momento…

— Esto está mal escrito.

Sasuke casi brinca de su lugar cuando la corrección esta vez va dirigida al informe de su salón y que evidentemente él ha elaborado.

— No. — Es su inmediata respuesta antes de que sus ojos ubiquen el lugar del supuesto fallo. Pero sus negros ojos se abren unas milésimas más al percatarse de que efectivamente ha cometido un minúsculo error en ese kanji.

Y sin esperar que el otro abra la boca le arrebata la hoja poniéndose de pie para irse a otro pupitre para corregir el vergonzoso desliz.

 

Es solo al final de la reunión que Menma vuelve a acercarse con intenciones de hablar.

— Esta…

— Ya lo corregí así que no tienes que venir a echármelo en cara — frunce el ceño interrumpiendo, detesta que le hagan ver sus errores por lo que le es inevitable reaccionar furioso.

— No iba a hacerlo.

Sasuke abre la boca para responder pero no dice nada, si arma una rabieta por algo tan estúpido solo conseguirá sentirse ridículo. — ¿Entonces qué quieres? — inquiere enarcando una ceja.

— Acompañarte.

Aquella palabra le ha tomado por sorpresa y tarda más de lo debido en reaccionar a su significado o al menos buscarlo en medio de toda la curiosa situación.

Pero los ojos azules clarísimos que lo enfocan con atención le dificultan por instantes responder como lo hace habitualmente, — ¿a dónde?

Sasuke nunca se sintió tan estúpido en su vida.

 

*

 

 

Suelta un bufido escondiendo su rostro entre sus brazos mientras continua escuchando música casi recostado sobre su asiento, al parecer su profesor está demorando demasiado.

Cuando eleva su mirada unos instantes puede ver a Suigetsu haciéndole señas con las manos para que se quite los audífonos y le preste atención. Pero no tiene mucho ánimo para eso.

Quizá debería pensar en cómo reorganizar su vida, puede que solo tenga quince años pero las cosas en su familia han cambiado tanto que a veces le parece buena idea irse de esa casa porque está decepcionado de sus padres y verles todos los días con esas expresiones hipócritas que le crispan los nervios.

 

 

 

/////////

 

 

 

Ha tenido que cambiar de turno por ese día porque en cuanto se reúnan con Dan y los demás de seguro que no podrá ir a trabajar.

— ¿Ya no piensas asistir a clases? — la aguda e insistente voz de Shion escucha justo cuando ha terminado de cambiarse para poder irse.

— Solo fue por hoy, tengo cosas que hacer dattebayo.

— En la escuela dicen cosas horribles de ti por culpa de Itachi — ella se cruza de brazos apoyándose en el casillero a su lado.

— ¿Por qué tendría que ser culpa de Itachi?

— Apenas tenemos dieciséis Naruto, no entiendo cómo te metiste en este embrollo cuando… — ser muerde el labio antes de continuar, saber que Itachi está esperando un hijo del rubio tan solo intensificó el desagrado que siente por ese Uchiha.

— Oye Shion — sonríe tratando de ser amable — yo ya voy de salida y tu turno recién empieza. Nos veremos después.

— ¿Cuándo vas a devolverme el favor que te hice? — pregunta deteniendo al muchacho cuando pasa a su lado dándole la espalda.

— Claro… a — duda unos instantes — tú dime.

— Hoy… sal conmigo el día de hoy — lleva sus manos detrás de su espalda para dejar más atención en sus curvas y rostro aunque no la estén mirando.

— No puedo.

— No vamos a acostarnos Naruto, solo es una cita — aclara cada vez más enfadada.

— Pídeme otra cosa — no se ha girado en ningún momento para verla de frente, — además el día de hoy es imposible.

— Itachi no es tan maravilloso, no entiendo que le ves.

— Shion, por favor ya basta.

— ¡Podrías al menos mirarme! — furiosa le toma de un brazo queriendo voltearlo pero al hacerlo la mirada gélida de Naruto es lo que recibe.

— En verdad ya estas hartándome dattebayo— masculla con frialdad.

Ella frunce el entrecejo igual o quizá más molesta, siempre ha tratado de ser amable con ese muchacho, nunca ha intentado nada en contra de Itachi que pueda fastidiarlo del todo y aun así… espera demasiado de quien está enamorado de alguien más. — ¡Eres un idiota! — Grita enardecida sobresaltando al rubio por el repentino insulto — ¡idiota, idiota!

Antes de esperar si quiera una respuesta es ella quien se aparta corriendo, sintiéndose rechazada.

Como si le hubiese dicho a Naruto que estaba enamorada y él hubiera respondido de manera despiadada, como si jamás fuese a tener oportunidad.

— ¿Shion?

Se detiene abrupta al oír la voz de su prima y antes de chocar contra ella.

— ¿Qué paso? — la mayor le pregunta preocupada limpiando el par de lágrimas de humillación que ha derramado sin razón.

Nada.

No ha sucedido nada que ameritase su reacción pero se siente fatal, así que abraza a su prima escondiéndose en su regazo por unos instantes.

¿Es que esta imaginando un cuento que jamás sucederá?

 

 

//////////

 

 

 

Tsunade resopla cruzada de brazos sentada en la silla del consultorio de su esposo, allí se han reunido un montón de personas y la mayoría de desagradan.

Su mirada afilada esta entornada hacia Jiraiya su ex esposo, lo poco que ha hablado con ese hombre solo resultó en discusiones por la precipitada boda de Naruto, ella estalló en furia cuando supo que ese bebé no podría ser de su nieto.

— Se supone que los resultados se deben leer mañana delante del juez, — Kisame suspira buscando entre los papeles que lleva en su portafolios.

— Si… pero creo que puedo saltarme un poquito esa orden — el médico sonríe algo incómodo en la situación, — por eso los cité hoy.

— Creo que es evidente la razón — Fugaku  masculla molesto junto a su esposa, apenas ha salido del hospital y aun esta en recuperación.

Dan carraspea ante las miradas curiosas de los presentes, en especial la de Itachi y Naruto. Los muchachos se mantienen en silencio tomados de la mano, cuanta simpatía le despiertan los chiquillos pero Tsunade no comparte su punto de vista.

— Cielos ya estoy imaginando lo peor — esta vez Nagato habla suspirando.

— No voy a estresarlos más — el de cabellos celestes toma la hoja de papel que contiene el resultado y se la entrega al padre de Itachi, — si quieren podemos repetir el examen pero las probabilidades de que falle son…

— ¡Maldición! — el señor Uchiha interrumpe casi tirando los resultados que Kisame sujeta antes.

 

 

Itachi se encoge en hombros deduciendo lo que allí dice, sus ojos comienzan a escocer y solo atina a sujetar con más fuerza la mano de Naruto quien sigue sin cambiar su expresión esperando expectante que lo hagan oficial.

— Efectivamente; Madara Uchiha es el padre del bebé — el abogado dice en voz alta ocasionando un silencio sepulcral en el lugar.

Y entonces no lagrimear se le hace imposible, Itachi siente la mano de su hermanito sobre su hombro pero no es suficiente, más cuando su esposo no ha hecho el menor movimiento.

 

— ¡Esto es espantoso! — Mikoto suelta cubriéndose la boca — ¡¿y ahora qué?!

— ¡Ese matrimonio se tiene que anular!

— ¡Esto ha sido por completo inútil!

— Por favor no les notifiqué esto antes para que reaccionaran así.

 

 

Son los adultos quienes empiezan un pleito entre vociferaciones, Itachi solo quieres salir de allí para no romper en llanto, todas sus esperanzas se están desvaneciéndose para ser sustituidas por una negra bruma que terminará por destruir todo lo que tiene, todo lo que ama.

¿Por qué Naruto no dice nada?

— Mejor salgan un momento — Nagato se acerca y le habla al rubio — esto no le hace bien a Itachi, llévalo a los jardines Naruto.

El nombrado asiente encaminado al pelilargo fuera del lugar sin dejar de oír frases tontas e insultos al aire, es seguido por Menma y por Sasuke que tampoco han dicho nada.

Llegan a unas de las bancas y cuando Itachi se sienta es que puede notarle los ojos llorosos y la expresión marchita, — Itachi… — le llama poniéndose de cuclillas delante para verle con detalle.

— Lo siento Naruto… lo siento tanto — entonces comienza a llorar casi temblando.

— Ahora tengo que hacer un par de cosas… ¿te parece si nos vemos en casa más tarde?

El pelilargo ha callado repentinamente mirándolo con los ojos empapados y aterrado.

 

— Naruto, — oye a Sasuke llamarle en tono de advertencia pero lo ignora.

— Llévalo a casa por favor — dice poniéndose de pie echándole una mirada fugaz a su esposo y luego a Menma quien solo guarda silencio.

 

Se aparta a grandes zancadas antes de que la grima que se come su pecho termine por hacerle llorar también.

¿A quién engañaba?

Si bien sintió la hermosa ilusión de ser padre tan real, saber que todo solo era una quimera que Madara no tardaría en deshacer era espeluznante. Solloza quedito saliendo del hospital pensando en que hacer.

Desde el inicio siempre tuvo las de perder pero si tenía aunque sea un ápice de oportunidad de ser el verdadero padre de ese bebé ahora todo eso ya no importaba.

— ¡¿A dónde crees que vas?!

Se traga sus sollozos cuando Tsunade le da alcance junto a Jiraiya.

— Regresa a la oficina, vamos a solucionar esto de una vez — su abuelo le mira severo tratando de transmitir autoridad por una vez.

— Ya le llamé a mi abogado — ella prosigue — no creo que sea muy difícil anular el matrimonio, aun no tienes edad para casarte y todo este fraude ya no te concierne.

Guarda silencio presionando los puños.

— Estas quietándote un peso tremendo de los hombros, considérate afortunado.

Por el contrario se sentía como la persona más desdichada.

— Ese muchachito resultó todo un estuche de sorpresas, mejor saberlo ahora que en treinta años, de no ser porque su tío hizo público todo a saber cuánto tiempo vivirías engañado.

No se siente engañado pero aun así duele demasiado.

— Naruto — Jiraiya se acerca y lo sujeta por los hombros, — sé que te afecta pero es mejor así, tú no tienes la menor responsabilidad con ese bebé o con Itachi.

— Naruto…

— ¡¿Quieren callarse?! — al fin grita apartándose del todo sorprendiendo a sus abuelos — ¡ni siquiera intenten decidir por mí!

— ¡Aun eres un niño! — Tsunade también eleva la voz — y te guste o no aun decidimos por ti. No pienses seguir prestándote al juego de ese muchacho, tienes que preocuparte por ti.

— ¡Claro como tú te preocupaste por nosotros! — Reprocha — ¡no tienes derecho a decirme nada, te fuiste para casarte con otro hombre olvidándote de tus nietos, no puedes venir ahora a querer preocuparte por mí´ttebayo!

Grita de corrido quedándose sin aire después, inhala y exhala profundo.

— No importa lo que digas, cuando seas mayor entenderás porque hacemos esto, — la rubia le sostiene la mirada sin parecer afectada por el reclamo.

— Hacemos lo mejor por ti Naruto.

Lo mejor.

Si se olvidaba de Itachi podría volver a su vida de adolescente…

Dormir hasta medio día cuando no tenía clases, regresar a casa en las tardes para salir con amigos o ver televisión y dormir tarde por desvelarse viendo una película y no por estar terminando los deberes que el trabajo no le permiten.

Sin duda sería mucho más fácil.

— Si tan solo intentan anular mi matrimonio les juro que jamás voy a perdonárselos.

Pero esa decisión solo le corresponde a él.

No quiere oír más, da media vuelta para irse corriendo aunque le llaman a gritos, no necesita más contras que ya está harto de ellos. Se los conoce a la perfección.

No detiene su carrera hasta que llega a su trabajo, respira apresurado recobrando el aliento justo en la entrada donde algunos clientes lo observan curiosos.

— ¿Naruto estas bien? — Clarisse se acerca preocupada saliendo del establecimiento para poder hablar, — creí que hoy tenías muchas cosas importantes que hacer.

— Necesito hablar con el jefe. — Murmura cuando el cansancio va menguando, no tiene tiempo que perder.

— ¿Pasa algo Naruto? — ella extiende sus delgado dedos para limpiar la brillante lagrima que se ha escabullido de los azules ojos. — Puedes confiar en mí.

El rubio retrocede limpiándose con el dorso de la mano los lagrimones que se le escapan sin querer, se ha cansado de ser fuerte y pretender que nada de lo que sucede le afecta… que no hace mella en sus sentimientos y en sus desesperados intentos de no perder a quienes ama.

Es un niño comportándose como adulto

Y esa es una tarea agotadora.

— No es mi hijo, Clarisse… — confiesa en un murmuro entristecido —…ya me lo imaginaba pero… no sabes cómo duele…

Ella aguarda llevando una de sus manos para cubrirse la boca, — hablas de… Itachi-san.

Asiente acongojado, — tenía la esperanza… no sabes cómo rogué todos los días para que fuese hijo mío…

Clarisse parece anonadada por lo que acaba de escuchar, sus ojos claros apenas si parpadean. — Tú… tú eres muy bueno, Naruto…

— ¿Y dime a dónde van los hombres que son buenos? — cuestiona conteniendo un sollozo — estoy poniendo lo mejor de mi… y solo siento que me arrinconan más, estoy cansado… no sé si pueda seguir con esto… con todo lo que viene dattebayo.

Ella también quiere llorar al verle tan triste y desesperado. Alguien que desborda alegría y entusiasmo sumido en tremenda tristeza la ha contrariado tanto que no sabe cómo consolarlo.

— Naruto… yo…

— No te preocupes… — traga pesado comiéndose su angustia, — sé que… — enmudece cuando su amiga lo abraza con fuerza.

Permanecen así por varios segundos hasta que el rubio se aparta con cuidado.

— Necesito hablar con el jefe… — susurra forzando una sonrisa — te veo al rato.

Solo cuando Naruto entra al lugar y la deja sola es que ella parece entender la razón de la súbita tristeza en él. Desde que lo conoció supo de ese bebé que esperaba entusiasmado y lleno de amor, fantaseando con llevarlo a cientos de lugares cuando naciera, solía preguntarle por cosas básicas como pañales y demás. Tan lleno de alegría.

¿Cómo Itachi pudo hacerle algo tan despiadado?

No lo entendía, si bien apenas cruzó palabra con el pelinegro no se imaginó que fuese capaz de algo así y aun así Naruto continuo esforzándose.

¿Por qué las personas que no merecían tanta fortuna se hallaban rodeadas de ella?

¿Por qué no pudo ser ella la madre del hijo de Naruto?

Él no la habría abandonado, el jamás la hubiese dejado embarazada olvidándose de su hijo.

Sin desearlo comenzó a sollozar quedito sintiéndose desdichada, estaba enamorada de Naruto pero era feliz viéndolo contento junto a quien amaba… alguien tan bueno como él no merecía sufrir de esa manera.

Ella nunca lo hubiese hecho sufrir de esa manera.

— ¿Clary? — Shion hace tintinear la campanilla de la puerta de cristal al salir preocupada porque no halló a su prima por ningún lado. La mayor la abraza en cuanto se acerca gimoteando esta vez ella en brazos de la más joven. — ¿Por qué lloras, algún cliente te hizo algo?

— Tenias razón… yo también me enamoré de Naruto — confiesa. — ¿Por qué Itachi debe hacerlo sufrir así?... Naruto me dijo que ese bebé no es su hijo…

Shion se sobresalta el escucharla, al sentir de nuevo a su prima llorar por tener el corazón roto, del mismo modo que ella. Sufriendo el mismo tipo de rechazo sin siquiera poder confesar sus sentimientos perdiendo por alguien que no vale la pena.

Porque al parecer Itachi no merece todo ese amor que Naruto siente por él.

 

 

 

///////////////

 

 

 

Nagato ha tenido que volver a su trabajo diciendo que le llamaría a Naruto después y técnicamente huyendo de sus padres Sasuke se llevó a Itachi del hospital junto a Menma.

No está muy seguro de que vaya a suceder el día de mañana cuando el juez sepa de los resultados del examen de paternidad pero espera que no sea para empeorar las cosas.

— De seguro que Kisame logra resolver esto — le murmura a su mayor sentado en el tren rumbo a la pequeña casa donde vive, —para eso le están pagando.

El pelilargo asiente sin mirarle, sumido en sus ideas fatalistas que han hallado combustible en la actitud de Naruto, no quiere imaginar que su esposo va a dejarlo tan fácilmente después de todo lo que han vivido. Sus manos cubren su vientre mientras se encoge en hombros gimoteando bajito, lo imaginaba… sabía que podía resultar de esa manera, que era demasiado pedir que Naruto fuese el padre de su hijo. Ahora Madara podrá seguir hostigándolo sin que puedan impedírselo, que quizá dejará de estar casado con Naruto si sus abuelos ponen una demanda en su contra.

Si su tío logra quitarle a su bebé y le da la gana no podrá verlo nunca.

No puede permitirlo.

Pero no quiere aceptar que si Naruto lo deja y su única oportunidad de estar con su bebé es volver con Madara tendrá que hacerlo.

Un sollozo más alto se le escapa.

— Ten más confianza — Sasuke le susurra — necesitas mantenerte firme — hace amago de sonreír.

 

— Ya llegamos — Menma anuncia antes de que el tren se detenga y deban bajar.

El camino de la estación es algo largo y ya no falta mucho para que anochezca. El menor de los Uchiha espera que Naruto ya esté en casa porque no es momento de esconderse, ni de lamentarse.

 

— Naruto… — Itachi murmura esperanzado cuando al llegar nota las luces encendidas.

— Ese dobe — masculla entre dientes suspirando con ligero alivio.

— Sasuke quiero hablar con él a solas — de inmediato el mayor se gira deteniendo a su hermano y cuñado antes de que lleguen a la puerta.

— No me parece buena idea.

— Te prometo que voy a estar bien… necesito… si algo sucede te llamaré — casi le suplica.

Sasuke se muerde el labio inferior unos segundos decidiendo, le da una vistazo fugaz a Menma quien apenas ladea un poco el rostro. — Bien… — acepta no muy convencido — no importa qué hora sea, promete que me llamarás.

El pelilargo asiente abrazando a su hermanito, — gracias por todo Sasuke, lamento que tengas que preocuparte tanto por tu hermano mayor.

— De vez en cuando no está mal — corresponde el gesto algo apenado, como desea poder hacer más para socorrer a Itachi.

— Te veré mañana — trata de sonreírle, — gracias a ti también Menma-kun — le habla al gemelo que se ha mantenido al margen en toda la situación.

— A mí no me agradezcas nada — habla y de inmediato Sasuke de dedica una filosa mirada.

 

Aun con cierta aprensión es que se van dejando a Itachi en su pórtico, el hermano menor camina inquieto a medida que van alejándose.

— Sasuke… — el gemelo le llama.

— Debes estar feliz, al parecer el torpe de tu hermano se acobardó a último momento — refunfuña enfadado por la actitud del rubio.

— Pareciera que no conoces a Naruto.

Se muerde la lengua por la tranquilidad del otro.

— Prometí no entrometerme, de todos modos lo que mi hermano haya decidido será imposible hacerlo cambiar de opinión y yo no quiero seguir complicando las cosas entre tú y yo por ellos.

Sasuke se detiene para observar mejor a su “novio”, han dejado de hablarse por semanas pero en ningún momento han terminado oficialmente, — no me buscaste.

— Ni tu a mí, dime Sasuke… ¿Por qué debo ser yo quien siempre vaya detrás de ti esperando solucionar nuestros problemas? ¿Tan poco es lo que sientes por mí que no valgo el esfuerzo?

Traga pesado sin estar seguro de que responder.

— Si es así no entiendo porque aceptaste salir conmigo.

Pero él si se entiende perfectamente, sabe porque accedió a todo aquello.

Desde luego que lo sabe.

 

 

 

 

.

 

 

 

Inspira hondo un par de veces antes de abrir la cerradura de la puerta principal, se ha limpiado las lágrimas derramadas, quiere verse lo mejor posible para su esposo. Porque no quiere perderlo, no quiere hundirse en su desolación así este haya decidido dejarlo.

Niega con entusiasmo, debe tenerle confianza, confiar en ese amor que le demuestra todos los días.

Un nuevo suspiro he ingresa con cuidado rechinando la puerta sin querer, se quita los zapatos con cautela mientras cierra, se asoma a la sala y no ve a nadie. Pero algo de bullicio proveniente del dormitorio le hacen evidente donde se encuentra.

— Naruto… — susurra mientras se acerca casi arrastrando los pies, sabe que debe estar dolido por lo que acaban de enterarse pero quiere consolarlo, quiere decirle lo que siente, hacerle entender que quiere permanecer a su lado sin importar nada más.

Está forzando una sonrisa diminuta que desaparece en cuanto llega a la puerta abierta, el rubio se halla dentro metiendo su ropa en una maleta.

— Na… ¿Naruto? — vuelve a llamarle algo más angustiado, aquello no podía ser verdad.

— Ya estás aquí, — responde sin verle y sin detener su labor.

— ¿Qué haces? — pregunta sintiéndose como el mayor idiota del mundo, sus ojos empiezan a anegarse pero los cierra los segundos necesarios para guardarse su llanto.

— Empaco.

La lacónica respuesta hace que Itachi gimotee sin querer, está sucediendo, Naruto va a dejarlo porque no quiere saber nada de un hijo que no es suyo.

Su corazón se estruja y le hace sentir fatal.

Y lo peor de todo es que no puede culparlo. Fue su culpa por haber ocultado tantas cosas desde el inicio, si tan solo hubiese sido claro nada de aquello estaría pasando. Se maldijo a si mismo por guardar silencio, por ser incapaz de suplicarle que no lo deje, porque hacer eso sería más egoísta que cada mentira con la que embarró al rubio en todo ese embrollo.

— ¿Me ayudas?

Solo puede asentir acomodando la ropa del rubio para que pueda irse, para que pueda dejarlo como el castigo que se tiene merecido. Está llorando y no puede evitarlo, sus lágrimas están cayendo en esa camiseta blanca mientras oculta su mirada.

Que patético se siente al no poder contenerse, no quiere armarle una escena innecesaria.

Debe dejarlo ir estándole agradecido por haberle hecho sentir amor sincero, por demostrarle que una ilusión platónica no se compara con sentimientos reales y recíprocos.

Solloza de nuevo sin poder contenerse.

— Itachi…

— Lo sien… lo siento… no es tu culpa… no te… — no te sientas culpable quiere decir pero el hipar ocasionado por su llanto se lo impide, no tiene derecho a complicarle esa despedida.

— Sonríe… no estés triste… — el rubio se aproxima tomándole del mentón para verle a los ojos.

 

¿Cómo podía pedirle aquello? Si le está rompiendo el corazón.

 

— Es la única solución que se me ocurre, — Naruto le sonríe con suavidad haciendo que Itachi no pueda dejar de llorar. — No quiero que nos separen, te prometo que voy a cuidarte no importa dónde estemos´ttebayo.

— ¿Qué? — apenas lograr susurrar en medio de su llanto.

— No hay tiempo que perder, las salidas de los trenes ya van a terminarse — sus azules ojos se desvían a la ropa que el pelinegro estaba guardando, — no lleves muchas de mis cosas, guarda las tuyas y lo que vayas a necesitar.

No estaba entendiendo a que se refería, si va a dejarlo no tiene por qué pedirle que empaque también.

— Vamos Itachi, no me mires así… yo tampoco quiero que nos vayamos de aquí pero el malnacido de tu tío va a jodernos la vida si nos quedamos y no quiero que nos quiten a nuestro hijo dattebayo.

Sus negros ojos titilantes han dejado de derramar lágrimas, — Naruto… entonces…

— Nadie debe enterarse, ya hablaremos después con Sasuke y mi hermano. Dime que vas a acompañarme mi Itachi — sonríe un poco más — no se bien a donde iremos pero mientras más lejos mejor.

Solo entonces el pelinegro siente que su corazón vuelve a latir, abraza a su esposo riéndose ahora de su paranoia y estupidez. Naruto no piensa dejarlo.

— Démonos prisa — le musita apartándose con cautela dándole un beso en la frente.

Itachi asiente, — si… — susurra más que aliviado como si su cuerpo volviese a funcionar correctamente — vámonos lejos… — no quiere detenerse a pensarlo porque de momento es la mejor solución a sus oídos.

Naruto se acerca para darle un casto beso en los labios  y una suave caricia sobre el abultado vientre antes de regresar a empacar.

Solo después de unos segundos confirmando que no está soñando Itachi también va por sus cosas, algo de ropa y todo el dinero del que disponen será necesario, el maullido de su gato negro le llama la atención cuando el felino ingresa a la habitación, se inclina como puede tomando al minino entre sus brazos.

— Habrá que meter a Kuro en una caja o algo no vaya y se la pase chillando todo el camino en tren. — Naruto le mira de soslayo seguro de que no abandonará a su mascota.

— Si — Itachi asiente feliz, la terrible angustia que sintió hace poco le ha hecho considerar que la solución de Naruto es las más apropiada.

Irse lejos, tan lejos para que nadie los reconozca.

Para que nadie pueda alcanzarlos.

 

 

 

Continua.

 

 

 

Notas finales:

 

Saludos, siento la demora, este capítulo es el más largo de todo el fic… estoy algo agotada, además me lastime los dedos medio e índice de mi mano derecha, escribir está haciéndome sufrir un poco porque mi anular es muy torpe!

Espero el capítulo les haya agradado, de nuevo siento el retraso pero tuve algunas complicaciones, ya vamos por la recta final de este fic, mis cálculos estiman que cuatro capítulos más. Supongo que much@s ya se imaginaban el resultado del examen, eso ya estaba planeado desde el inicio del fic así que no hice ningún cambio y tampoco quise dramatizarlo de más, no suelo modificar cosas tan importantes. Naruto esta asustado y quien no lo estaría, son jóvenes al fin y al cabo.

Gracias por las lecturas y los bellos comentarios, cuídense mucho y nos leemos en el siguiente.

Yae.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).