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Blood child por JiGoKu nO HaNa

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Notas del capitulo:

Una tarde normal para Richard. No tan normal para los demás.

 
Al día siguiente en casa de Richi Isaac había cumplido con su objetivo, se había levantado lo suficientemente temprano como para conseguir el desayuno antes de que Richard despertara, cosa que no ocurría muy temprano, de todos modos, para cuando él se levantaba ya estaba todo listo.
 
Cuando Richard a medio despertar y a medio vestir se encontraba con ese panorama en la mesa de su sala no hallaba nada mejor que acariciar nuevamente la cabeza de Isaac, aunque le quedara algo alta y decirle que era un buen chico, como lo haría con un cachorro, para luego bostezar e ir al baño a lavarse el rostro a ver si se despertaba un poco más y si se lograba quitar el nido de la cabeza. En la noche había mandado un mail al encargado de recursos humanos de la empresa así que no tenía de qué preocuparse, había apagado el celular por si acaso, no quería que lo molestaran.
 
Ya mas lúcido se unía al desayuno con el menor, agradeciendo esta vez si de buen modo por todo.
 
—Cuantas cosas trajiste, ¿qué tuviste qué hacer?  —se reía revisando el envase de mermelada de buena calidad que venía acompañado con varias cosas más— Un gran favor, me imagino.
 
—Ya te dije que tengo mis trucos. Aunque no sé preparar café correctamente, así que eso te toca a ti —le decía ansioso por comenzar a comer, pero obligandose a esperar a que el otro tomara la iniciativa, por esos buenos modales que nunca tenía oportunidad de usar—. ¿Lograste dormir anoche?
 
—Un poco tarde pero sí, por lo menos podré descansar todo el día —se iba a la cocina a preparar café y veía al otro esperar impaciente, era chistoso verlo hacer eso, normalmente solo atacaba la comida sin preguntar siquiera— ¿Trajiste leche? ¿No quieres que la caliente un poco?
 
—No, así está bien, si la calientas sólo me dará sueño —parte de eso era verdad, aunque lo principal era que no quería tener que esperar por la leche también—. ¿Tuviste pesadillas o algo?
 
—Me desperté un par de veces, pero nada grave —la cafetera terminaba su trabajo, se servía y llevando la azucarera a la mesa se acomodaba mientras Isaac lo miraba impaciente, como esperando su permiso o algo, se reía y le hacía un gesto con la mano de que se sirviera de una vez— Come, no sé para qué me esperas, está bien así.
 
—Hasta yo puedo tener modales de vez en cuando —le informaba en broma, pero era lo que intentaba hacer realmente. Después no podía evitar su felicidad con el primer bocado de la mañana— Conocí a un tipo, que tal vez pueda ayudarme con lo del remolque —comentaba mientras comía.
 
—Qué bien, seguramente es algo muy ilegal, pero bueno...— no creía que pudiera recuperar el vehículo de modo legal de todas formas, mientras se preparaba un pan con las distintas cosas que Isaac había comprado pensaba en que con el remolque de vuelta ya no habría motivos para que el otro estuviera ahí y no le era tan indiferente el tema como quería.
 
—Eh, bueno, no es como que puedas ser una persona muy legal cuando eres como yo. Vamos, ni siquiera terminé el primer grado de secundaria, pero soy muy bueno con las cosas manuales —le guiñaba un ojo. Él siempre estaba haciendo esas cosas, hurtos menores y trabajos que sólo él podía hacer—. Es un ex policía, ahora es un detective privado y un viejo que huele horrible y debería ir al doctor porque tiene un hígado igual de horrible. Él dice que puede ayudarme con eso.
 
—¿Y a cambio de qué? —le preguntaba con la boca llena, curioso, se le ocurrían otras preguntas que no venían al caso pero las hacía de todos modos— Oye, no se supone que los lobos se mueven en manada, ¿por qué estás solo? Mencionaste a un amigo, pero eso no es una manada...
 
—Ah, un poco de allanamiento de morada, quiere que encuentre algo para él en la casa de alguien, algo que obviamente sólo yo puedo encontrar —daba un toque a su nariz y respondida su primera pregunta levantaba las cejas como impresionado ante la segunda—. ¿Estás consciente de que no somos lobos la mayor parte del tiempo, no? Hay gente no muy agradable, es mejor así y además... No quieres tener a más de uno de nosotros durante luna llena. Un lobo normal pelea por su territorio, nosotros, bueno, por eso las "peleas de perros" son tan exitosas, no puedes tener a dos de nosotros en el mismo sitio durante luna llena, la cosa se pone fea... Aunque como dices, es posible, si confías lo suficiente y si la otra persona no representa una amenaza real, como un niño de doce años... Después la costumbre nos permitió estar en el mismo lugar, aunque alguna vez peleamos por un conejo o esas cosas triviales, pero sólo comida, un lobo entiende la jerarquía después de todo...
 
—Eh, si, estoy conciente, lo siento por preguntar estas cosas —se avergonzaba un poco y nervioso jugaba con un mechon de cabello que le caía sobre el rostro, Isaac no tardaría en darse cuenta el poco tacto que Richard tenía en general— Doce años...¿fue muy doloroso lo que sucedió aquella vez? Eras muy pequeño...
 
—Bueno, sí, fue una mordida horrible y me rompí un brazo, pero sanó rápido, eso fue extraño… ni siquiera dejó una cicatriz y hubiera sido una impresionante cicatriz, te aseguro que hubiera ganado muchas apuestas en varios bares ya sabes, cuando llega ese momento de la noche en que todos comienzan a mostrarlas y a contar historias, ¿sabes que no tengo una sola cicatriz en todo mi cuerpo? Puedo mostrarte algún día, si quieres, sólo para que sepas que no miento, claro —lo veía ponerse serio, no quería preocuparlo por sus cosas también ya tenía suficiente con lo suyo−. Además, dejando de lado las maldiciones y la muerte sin fin, me hizo un gran favor, verás, a los doce, ni de cerca me veía como hoy, no era muy feliz de todos modos.
 
—¿Pero estás bien ahora? Digo, ¿si tuvieras que elegir dirías que eres feliz o infeliz? —estaba intrigado por el hecho, seguro vivir así era muy difícil y pensar que la mayoría ignoraba la existencia de seres así.
 
—Diablos, esas sí que son pocas opciones. Pues, si lo pones así de cerrado... Diría que soy feliz. Estoy bien, vivo al día, me gusta vivir y siempre conozco gente interesante, como tú, es difícil aburrirte... Y sí, pasan cosas malas, pero a todo el mundo le pasan cosas malas, como recuerdo mi casa a los doce, no creo que hubiera sido más feliz si me quedaba, todo hubiera sido infinitamente más fácil, sí, con menos muerte y caminar desnudo por el bosque, pero por otro lado probablemente sería gordo —bromeaba, pero era verdad—. Además, pude conocer al viejo, era un tipo realmente agradable, aunque era un poco estricto.
 
—Jajaja, ¿eras un niño gordito? Pagaría por ver eso —no lo imaginaba para nada por como era Isaac ahora, estaba en una excelente y envidiable forma— ¿Era? ¿qué le sucedió?...ah, disculpa si soy entrometido, soy algo chismoso.
 
—Pues, te había dicho algo sobre un encuentro con vampiros, con las "peleas de perros", pues ahí... No sé los detalles, pero al amanecer él tampoco estaba —no era un tema placentero del que hablar pero si Richi preguntaba al menos podía decirle eso— Y sí, era gordito, con las mejillas rojas y la respiración pesada y todo —le decía—, tal vez puedas verlo, si recupero mi remolque, incluso tengo un cartel de "desaparecido", pensé que iba a ser más difícil, pero un par de lunas llenas después y no me parecía nada al niño que molestaban en la escuela... Y por lo de ser chismoso no te preocupes, me dejas estar en tu casa, sin ningún costo o recelo aunque sabes lo que soy, no es un problema, además, poder contarselo a alguien no es un lujo que uno se de todos los días.
 
—¿Recelo? Dices que debería tenerte miedo o algo? Pero la mayor parte del tiempo no eres para nada peligroso, o eso creo —lo miraba bien como evaluandolo, sin duda un peligro a la integridad no era, aunque en otro aspecto sí que lo era.
 
—Eso no importa, se supone que lo que soy yo ni siquiera debería existir, quiero decir, soy un relato de noche de brujas. Ahora no soy peligroso, pero sólo espera a que la luna llena se acerque, creeme que ni siquiera tú quedarías tan indiferente después de verlo.
 
—No me metas miedo, idiota, mientras no vea eso estaré bien entonces, si se trata de eso simplemente nunca te veré como lobo y listo —decía con simplesa aunque entendía que nada podía ser tan fácil con seres así de por medio, aún así prefería tomarse el tema con liviandad.
 
—Entonces no te lo mostraré... Además, es probable que no esté aquí para la próxima luna llena —decía, aún no estaban tan juntos como para que doliera irse, pero esperaba hacerlo antes de que fuera así, antes de que no quisiera irse— ¿Sabes por qué ellos nos odian tanto? A pesar de que en apariencia tienen todas las ventajas contra nosotros...
 
—Ni idea, pero cuéntame ya que estoy en medio de todo esto me gustaría saber esas cosas —iba a la cocina por más café, el desayuno ya había terminado pero sin nada que hacer ese día podían pasar la mañana comiendo y charlando a gusto.
 
—Es por la sangre, todo su mundo se mueve alrededor de la sangre. Verás, así como tú hueles como la cena, nosotros somos todo lo contrario, nuestra sangre es tóxica para ellos y las mordidas no son diferentes, ellos no pueden curarse tan facilmente de algo así. Puedes vaciarles un cargador completo en el pecho y no les quedará un rasguño, pero una mordida nuestra y no hay mucho qué hacer... Algunos son fuertes, pueden curarse, pero la mayoría mueren al poco tiempo, claro, aunque si se acercaron lo suficiente como para conseguir una mordida durante luna llena, no queda mucho tiempo para vivir —contaba con todo el misterio del mundo, creando ambiente, entonces su celular comenzaba a sonar, al simpático ritmo de "i don't care"— Disculpa, debe ser el trabajo...
 
Al escuchar la música cortar el ambiente y la charla seria, Richard se reía sin reparos, Isaac se levantaba para ir a contestar lejos, él se instalaba en el sillón donde dormía el lobo, se envolvía en las cobijas y prendía la tv buscando algo que ver mientras bebía su segundo café. Isaac regresaba minutos despúes viéndose algo inquieto.
 
—Tengo que irme ahora, estaré por aquí más tarde... Llámame si necesitas algo, sino te contesto, bueno, es porque me estoy metiendo ilegalmente a la casa de alguien ya sabes, lo de todos los días —le guiñaba un ojo y tomaba su chaqueta.
 
—Trata de no volver temprano, dejame tiempo a solas —sonreía bromeando pero hablando en serio también, no estaba acostumbrado a tener compañía todo el tiempo, necesitaba su soledad.
 
Richard aprovechaba el día de modo perezoso, salía a comer afuera y hacía las compras, cuando volvía al condominio por la tarde se encontraba con un vecino muy amigo en el ascensor, conversaban y terminaban en el departamento de Richard. 
 
El siempre buen vecino era un tipo de mediana edad, en un matrimonio joven, su esposa había ido a visitar a su madre o algo así, a Richard no le importaban esas cosas, solo sabía que ese tipo siempre cumplía lo que prometía. Una vez sobre el mesón de la cocina, donde habían terminado con la excusa de un café y ahora iban por más en la habitación, podían estar en eso toda la noche pero el lugar no era solo para ellos en esta ocasión. Entonces en verdad esperaba que Isaac llegara tarde...
 
 
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El trabajo no era difícil para Isaac, llevaba su tiempo pero no había cerradura inviolable y definitivamente no había algo que pudiera esconderse a su nariz. Buscaba y encontraba, su parte del trato se había cumplido, lamentablemente su empleador no creía lo mismo, el viejo bastardo decía que eso lo podía hacer cualquiera y que necesitaba un favor más si iban a traer de vuelta su remolque. Isaac estaba acostumbrado a ese tipo de gente aprovechada, aunque nunca era menos desagradable, igual no podía rechazarlo si había una posibilidad de recuperar su remolque. Su trabajo, después de irrumpir en la casa, sería perseguir a alguien, no sabía para qué, su único trabajo era alcanzarlo cuando corriera y mantenerlo abajo, como un perro.
 
Llegaba al anochecer al departamento, un poco más tarde de lo que pensaba, pero estaba bien, Richard había dicho que quería su tiempo a solas y lo tenía. La puerta estaba sin llave lo indicaba que Richi estaba en casa, nada fuera de lo normal.
 
Durante la persecución se había caído un un charco de lodo, algo maloliente, lo que significaba que su nariz estaba fuera de juego en ese momento, sino se hubiera dado cuenta de lo que pasaba apenas cruzando la puerta. Richi no estaba en la sala, llamaba su nombre pero no le contestaban, se preocupaba un poco pues estaba abierto, entonces se apresuraba a la habitación, donde escuchaba ruidos, la voz de Richi y alguien más, iba hasta su cuarto y abría la puerta sin preguntar.
 
Richi estaba en la cama con otra persona, bastante muy lejos de estar en peligro o lo que fuera, ambos desnudos, el desconocido entre sus piernas e Isaac, bueno, estaba un poco impactado.
 
—Ah... Bueno, lo siento, no vi nada, lo juro, me voy, lo siento —decía rápido y avergonzado luego de cruzar miradas con Richi, cerraba la puerta y pensaba qué hacer, lo más sensato era abandonar el departamento hasta que el otro estuviera... ¿Presentable? Bien ya estaba, sin duda muuuuy bien.
 
 
Eso obviamente cortaba la inspiración de la pareja en la cama, justo que estaban en lo mejor, Richard se bajaba de su lugar sobre su vecino, era una de sus posiciones favoritas el controlar desde arriba siendo el pasivo. Despachaba a su visita diciéndole que no se preocupara, ese chico no era bocón ni nada, se metía al baño para arreglarse y enfrentar avergonzado, y algo enfadado, a su inquilino que esperaba en el pasillo poder entrar. Este veía salir al vecino que no le decía nada pero no lo veía de buen modo.
 
Isaac entraba al departamento luego de ver al tipo desaparecer en las escaleras, como perro regañado, casi con las orejas abajo, esperaba ver salir a Richi de su cuarto.
 
—Lo siento... No tenía idea de que tenías compañía —lo decía con sinceridad viéndolo salir del baño en vez del cuarto—... Solo... pensé que necesitabas ayuda o algo... Bueno, está claro que eso no es lo que necesitabas —se rascaba la nuca, viendo un poco hacia abajo, luego a él otra vez.
 
—¿Qué pasó con tu olfato? ¿no que es infalible o algo así? —estar frustrado era poco, andaba por la sala hasta que recordaba el desastre en la cocina e iba a limpiarlo y ordenar, debía hacer algo con toda esa energía acumulada.
 
—Ya te dije que lo siento —lo miraba andar de un lado para el otro, avergonzado—, no es tan simple, verás, hoy me caí en un lugar un poco maloliente, lo primero que huelo cuando intento es eso, así que lo bloqueo, sino hubiera vomitado tu puerta… además, conforme menos se ve la luna, menos cosas puedo hacer —sus habilidades y sentidos estaban a tope durante luna llena, después disminuían hasta casi desaparecer cuando de la luna quedaba poco.
 
—Bien, como sea, ve a bañarte entonces— limpiaba con agua y cloro todo el mesón de la cocina luego de barrer las cosas que se habían roto al caer al piso. Estaba de mal humor y se notaba, aprovechaba el impulso y se ponía a lavar los platos sin hablar mas con Isaac.
 
Isaac hacía lo que Richard le mandaba, iba a tomar una ducha y luego a cambiarse. Lo único que tenía limpio eran un par de pantalones, la playera del otro día estaba en la basura y la que tenía puesta, bueno, esa probablemente correría el mismo destino, pero aún así trataba de limpiarla un poco en el baño, ya se encargaría de ello el siguiente día.
 
Cuando salía del baño veía a Richard aún enfadado lavando platos, ahora que estaba limpio los olores invadían su nariz y podía decir en dónde había comenzado su idilio, no por algún olor romántico, sino por el esmero que había puesto Richi en limpiarlo, trataba de hacerle plática ahora.
 
—Hey, ¿vive en los pisos de más arriba, no? Pensé que tenía una esposa o algo —definitivamente lo había visto antes, después de todo se había quedado en el estacionamiento, había visto a todos los inquilinos salir o entrar por lo menos una vez y él definitivamente iba acompañado y demasiado familiar con una mujer. Obviamente Isaac elegía un tema equivocado para intentar hacer plática.
 
—Tiene una esposa, solo que esta no está en casa —pulía con cuidado los vasos por hacer algo y una vez que terminara con eso no sabía qué mas inventar para distraerse.
 
—Ah, eso es genial —respondía, no porque fuera genial o fuera sarcástico, sólo porque no le gustaban los ambientes tensos y decía cualquier cosa−. Parece que tuviste una tarde bastante ocupada después de todo… seguro que te relajaste un montón, después de todo lo que ha estado pasando, es lo mejor, quiero decir, casi mueres ayer. Después de casi morir, tener sexo es lo mejor, quiero decir yo tengo un montón de sexo cuando he estado en peligro por un tiempo, una vez hasta participé en una orgia en el bosque, en una cabaña, claro y ninguno de nosotros  era un lobo, faltaban dos días para luna llena y teníamos mucha energía, partiría cada quien a un lugar distinto al otro día, así que nos sentamos a beber algo y de pronto nos pareció buena idea ya sabes, hacer una orgía, en el bosque… en una cabaña en el bosque —se le iba la lengua con eso, el olor a sexo lo ponía inquieto, el humor del otro lo ponía inquieto, así que se ponía a hablar y cruzaba los dedos de sus manos.
 
—Pensar antes de hablar es una buena idea, sabes —estaba enjuagando las últimas cosas mientras escuchaba al otro hablar sin parar, eso no ayudaba en nada—. Cerrar la boca también.
 
—Lo siento —se callaba y pensaba que lo mejor era irse a sentar al sillón y en efecto, no hablar más, entonces pensaba—. Si quieres mañana puedo buscar otro lugar, quiero decir, si él va a venir otra vez... Si quieres que los deje solos...
 
—Si quieres busca otro lugar, me da igual, pero no uses excusas —porque tenía sexo casual ahora él quería huir, que broma era esa, con un vampiro acechandolo de verdad que no le interesaba el tema, solo estaba avergonzado y lo cubría con enojo— No sé qué mierda estes imaginando pero ni de cerca tengo una relación con ese tipo, ¿acaso no te lo dije?
 
—Sí, eso, lo siento —volvía a disculparse—... No es una excusa, es sólo... Que estas cosas no son lo mismo para los dos, ¿sabes? Puedes limpiar o lo que sea, pero el olor no se irá tan fácil y estas cosas me ponen ansioso de... Regularmente no sería un problema, pero ya sabes, tú me gustas, así que no es fácil, no es como si yo fuera una persona normal —porque siendo quien era, el instinto y la necesidad lo acribillaban como un hombre común no podría soportar, esa era una de las razones por las que no podía establecerse en un lugar, el territorio y los sentimientos lo volvían loco.
 
—No tenía idea que te gustaba, recién me entero. Y lo del olor, sé que debe ser incómodo, lo lamento, pero estoy acostumbrado a hacer lo que quiero aquí —y donde quisiera, aunque reconocía que había sido una mala idea hacerlo en la cocina en esta ocasión. Con los platos lavados pensaba que lo mejor que podía hacer era ir a bañarse, le daba verguenza pensar en cómo debía oler para Isaac después de lo hecho. Saliendo de la cocina se acercaba a él que estaba en el sillón y algo sonrojado le decía: —La próxima vez toca la puerta.
 
Porque lo peor de todo era que Isaac no solo aún olía lo sucedido, sino que había visto una escena muy descarada.
 
—¿En serio no sabes que me gustas? Llevamos coqueteando descaradamente dos días, pensé que era un poco evidente, bueno, coqueteo con mucha gente, pero eso es regularmente cuando hay comida gratis de por medio y bueno, tú me darías comida gratis de todos modos así que… Dios, esto se parece tanto a la secundaria –decía como broma—. Es tu casa, no tienes por qué lamentarlo… te prometo que tocaré la puerta de ahora en adelante. No es incómodo, sólo, me pone raro, un poco inquieto —porque al otro tipo no lo conocía y no le agradaba, era como una invasión a esa pequeña intimidad imaginaria que había logrado con Richi.
 
—Ambos coqueteamos con gente que no nos gusta todo el tiempo, para mÍ es complicado trazar una línea si es así, pero ya que lo dices lo tendré en cuenta —ponía distancia entre ellos hasta que el otro terminaba de hablar, ahora se daría un necesitado baño— Bueno, seguiré tratando de limpiar todo para que se te pase lo raro.
 
Asentía con la cabeza y lo dejaba ir, miraba la que era su cama actual y suspiraba, luego se recostaba y se cubría. Pensaba en ese momento, que definitivamente se estaba quedando demasiado, que debería tener más cuidado. Al final, antes de quedarse dormido, decidía que se quedaría hasta que el asunto con el vampiro tuviera buen fin, después se iría, tuviera el remolque o no.
 
 
Notas finales:

See, mi Richard tiene poca moral, no esperen mucho de él.


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