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Between Angels & Insects Edited por urumelii

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Notas del capitulo:

ya vine otra vez!!! 

 

dejen reviews!! 

 

Aquí lo importante, este es el ultimo capitulo que escribí en la versión anterior entonces a partir de aquí todo es nuevo!! yei!!!! 

 

y por si se lo preguntaban, sí sé como sigue XD

 

Otra cosa, este fic no es muy largo entonces no esperen mas de diez capitulos promedio :D 

en fin lean!!! 

PERSEGUIDOS


 


 


Ryutaro regresó agitado, no tenía idea de dónde se había metido Aoi y mucho menos lo que podría hacerle a Uruha, se dio cuenta que esos dos tenían algo cuando el ángel había entrado casi con desesperación a la mansión de Shou y sin revisar mucho había encontrado a Uruha en un instante, casi como si tuviera un radar. 


Eso sólo ocurría si eran parejas únicas y si era así, Ryutaro no quería ni imaginar lo que pasaría. 


Abrió la puerta de la sala principal y encontró muy juntos a Reita y al padre Kai, parecía haber interrumpido algo. Los otros dos al verlo se separaron bruscamente, rojos hasta las orejas. Ryutaro ladeó la cabeza al mismo tiempo que chasqueaba la lengua. 


-¿los sacerdotes no hacen votos de castidad? – preguntó un poco divertido, en realidad no entendía por qué los sacerdotes hacían aquello, es decir, la naturaleza debía seguir su curso… pero en fin. 


Kai negó rápidamente – no sé qué es lo que estás pensando, pero en todo caso. Sí, sí lo hacemos – se rascó la nuca alejándose lo mas que pudo de Reita. 


-¿Dónde está Aoi? – preguntó el rubio desviando el tema rápidamente. 


Ryutaro cambió la mirada – desapareció con Uruha… – no terminó de decir eso cuando su hermano entró a la sala. 


-¿Qué? – preguntó Kyo – ¿ese ángel bueno para nada conocía a Uruha desde antes? ¿no se supone que tiene fama de ser el mejor cazador de demonios?  – dijo sin entender si estaban en un problema o sólo debían esperar a que el otro apareciera. 


-creo que va mas allá de eso – contestó el menor tomando su tejido, el cual de ser rojo escarlata se había tornado de un gris oscuro. Al menos en su mayoría, pues todavía quedaban unas líneas rojas que estaban perdiendo color. – va cambiando de color a medida que el hechizo pierde fuerza, por eso debo de seguir tejiendo, si se vuelve completamente gris los ángeles desterrados se manifestaran y violentamente – explicó al ver la cara de confusión del sacerdote. 


Reita vio como el demonio hablaba pero no escuchó ni una sola palabra, de pronto se encontraba perdido en sus pensamientos. De algún lado se estaba imaginando una puerta, una enorme puerta con un pentagrama dibujado en ella, sintió la urgencia de abrirla; quería abrirla, necesitaba abrirla. Sin embargo sabía que no podía, necesitaba la llave, a pesar de que la puerta no tenía una cerradura aparente, él sabía que necesitaba la llave. 


>>Uruha, necesitas a Uruha


Fue mas bien como un susurro, uno que le inspiró confianza, puesto que él quería abrir la puerta y la voz le estaba diciendo como. De pronto vio una mano pasar frente a él y despertó de su ensoñación, la mano era de Kai. Se giró de forma brusca, se había olvidado donde estaba, parpadeó varias veces hasta que lo recordó por completo. 


-lo que sea que te estén diciendo las voces, ignóralas – dijo Kyo con voz seria mirándolo de forma acusadora. Reita se sintió diminuto como si su padre lo estuviera regañando por hacer alguna travesura ¿Qué acaso el ángel frente a él sabía lo que estaba pensando?  - no se supone que debería leerte la mente, pero sí, sí sé lo que estás pensando. Es una habilidad que todos los ángeles poseen – Tanto el rubio como Kai se sintieron incómodos de repente – no se preocupen. Es voluntario, así que sólo lo hacemos cuando es en extremo necesario. En este caso lo hice porque tenía curiosidad de que era lo que te decían las voces, pero resulta que las malditas me bloquearon el acceso – sonrió de lado. 


Ryutaro suspiró captando la atención de todos – es increíble lo poderosas que son, es decir, apenas se estaba empezando a debilitar el hechizo y de inmediato se manifestaron. De verdad están desesperadas- parpadeó varias veces sin dejar de tejer. Un pensamiento le cruzó por la cabeza pero lo ignoró de pronto. 


-¿Qué pasa Ryutaro? – preguntó Reita con una voz que no era la suya y una sonrisa maligna. En menos de tres segundos Kyo estaba frente a él con una espada apuntándole al pecho, pero el otro no dejó de sonreír - ¿te diste cuenta que no vas a poder dejar de tejer? Nunca….claro si lo que quieres es detenernos – se giró indiferente hacía Kyo – y tu, sabes bien que no puedes hacernos nada con esa espada tuya. Ni siquiera matando a este chico lograrían detenernos – se burló. El demonio tejió tres nudos mas y Reita cerró los ojos bruscamente, cuando los volvió a abrir una mirada de confusión se había instalado en su rostro. La cual se convirtió en una de miedo al ver la espada de Kyo tan cerca de él. 


>>Nada puede matarnos


>>Miyavi viene a buscarnos….


>>Deja que lo intente, él y yo tenemos cuentas pendientes….


De pronto Reita se llevó las manos a los oídos, las voces dentro de él había comenzado a gritar, gritar de dolor y desesperadamente. De verdad parecía que las estaban matando. Kyo se echó para atrás sin entender que estaba ocurriendo, el rubio ya estaba arrodillado en el piso gritando que se callaran, que lo iban a dejar sordo. 


>>¡¡DILE QUE SE ALEJE DE ÉL!!


>>¡¡QUE NO LO TOQUE!!


>>Esto no era parte del plan…


 


Ryutaro tejía lo mas rápido que podía, era claro que necesitaba una gran cantidad de hilo para soportar el hechizo. Kai por su parte se había arrodillado junto al rubio, incapaz de poder hacer algo mas que sostenerlo fuertemente. Kyo giró hacía todos lados y fue cuando lo vio, por la ventana. 


El cielo se había tornado de color amarillo con naranja y en lo que parecía ser el centro, había miles de nubes oscuras como la noche arremolinándose en lo que parecía un tornado. Incluso a su alrededor se formaban rayos, caían uno tras el otro sin ningún descanso, el ruido que provocaban era ensordecedor, pero no mas que para Reita cuyos tímpanos parecían a punto de estallar por los chillidos de las diferentes voces. Y de pronto, así como había surgido, todo desapareció. El cielo volvió a su color normal, como si nunca hubiera pasado nada. 


Las voces se callaron y respiraban entrecortadamente.


>> ¿Qué pasó?


>>Alguien interfirió con Uruha….


>> ¿Quién fue?


>>Tenemos que frenarlo antes de que….


Y las voces desaparecieron gracias al potente hechizo de Ryutaro. A Reita le costó mucho trabajo permanecer consciente, sentía que la cabeza le estallaba, pero por fin se habían callado, toda su visión le daba vueltas, incluso permaneció de rodillas en el piso sin poder moverse. Sentía los brazos de Kai rodeándolo e imposibilitando su caída, respiraba con dificultad, pero estaba despierto, era un avance. 


-¿Qué carajos acaba de pasar? – preguntó Kyo aun asomado a la ventana. 


Reita se cubría los ojos con una mano – no sé – contestó aun con dificultad – pero a las voces tampoco les gustó – se quitó la banda que rodeaba su nariz, para respirar mejor. Kai abrió mucho los ojos, al ver la marca de nacimiento que el rubio ostentaba en la mejilla y que la banda cubría perfectamente. 


-es real – dijo impresionado y pasando sus dedos sobre la mejilla del rubio por mero instinto. Había oído de ella pero jamás la había visto – es tan clara, que podría pasar por un tatuaje – dijo asombrado. 


-si bueno, si me fuera a hacer un tatuaje no sería en la cara – contestó el rubio irónicamente – ni siquiera sé que significa – resopló. 


-“summone” es llamar –dijo Kai sintiendo un poco de pena por sentirse tan maravillado de algo que a Reita le causaba desagrado. 


Kyo se retiró por fin de la ventana – es más bien, él que llama – corrigió mirando seriamente a su hermano, pero este no le devolvió la mirada, seguía tejiendo como loco. 


-¿o sea que eso que acaba de pasar lo pude provocar yo? – tragó saliva.


-no, quien sabe que haya sido eso, pero no lo hiciste tu. Todo tu poder proviene de las voces, por eso eres quien las llama. Lo que sea que haya sido eso, puede ser la clave para deshacernos de las voces y detener toda esta locura – explicó Ryutaro sin alzar la mirada. 


Kai se mordió el labio – si bueno, pero lo que sea que haya aparecido en el cielo tampoco lucía muy amigable – apuntó dejando a todos en un estado de silencio profundo. 


-Tenemos que encontrar a Aoi y a Uruha -  Kyo se alejó de la ventana acercándose a Ryutaro, quien seguía concentrado - iré yo, ustedes quédense aquí. Sería peligroso si alguien te encuentra - le dijo a Reita. 


Ryutaro negó - no puedes ir solo, tampoco podemos traer directamente aquí a Uruha, se han manifestado, podría….


Reita se aclaró la garganta sonoramente - estoy harto de esto - su visión seguía dando vueltas pero su mal humor era lo que se arremolinaba más fuerte dentro de él - ¿qué carajo está pasando? ¿Quién es Uruha y qué tiene que ver con todo esto? y demando que me lo expliquen bien - casi gritó. 


Kyo giró los ojos - no tengo tiempo para esto, tengo que encontrarlos antes de que alguien más lo haga. Diles lo que pasa, si necesito ayuda regresaré - no lo dijo como opción, fue más bien como que lo iba a hacer sin importar lo que los demás tuvieran que decir al respecto. 


Para hacer la escena más dramática un chico de largos cabellos plateado entró de golpe a la sala, Reita se preguntó cuántas personas había ahí en realidad. 


-Señor - hizo una reverencia exagerada hacia Kyo - hay presencia de arcángeles en la tierra…Miguel, Uriel y Gabriel…


-Tienes que estar bromeando


“Arcángeles” la palabra resonó en la mente de Renta como salida de una película, que rápidamente se estaba convirtiendo en una película de terror. Algo tan inverosímil que se preguntó si en la realidad no estaba en coma y pronto despertaría sin piernas en el hospital o completamente enloquecido en un psiquiatrico. 


-deben de estar aquí por ti - dijo Kyo mirando al rubio severamente - Gackt, Hyde y Miyavi, ellos no salen de su escondite desde hace miles de años. No juntos al menos. - se dirigió de nuevo a su hermano - estar aquí es peligroso, tienen que irse a…


Ryutaro asintió sin dejarlo terminar - nos ocultaremos, estará a salvo…


-Nos encontraremos ahí, llegaré antes del amanecer. Al menos eso espero.


-x-


-¡Besame y salgamos de dudas de una vez! – exigió Uruha, mirando intensamente a Aoi. 


Estaban los dos en un techo, de un edificio bastante alto; el frío podía calar los huesos de cualquier mortal, pero ninguno de los dos estaba consciente del clima a su alrededor, como si una burbuja se hubiera formado entre ellos y el mundo. 


El demonio perseguía gritando a Aoi, sin embargo el ángel le daba la espalda, por supuesto que quería besarlo pero era un demonio, era inconcebible. Sabía que si lo besaba muchas cosas podrían pasar, estarían atados aun mas de lo que ya estaban, tendría que aceptar que un demonio era su pareja única y ¿Cómo podría ser eso? Iba en contra de todo lo que creía, en contra de todo aquello que hacía en su vida. Y por alguna razón fuera de su control, el pensamiento de besar a ese demonio se sentía correcto.  


-¿Por qué me salvaste entonces? – la pregunta de Uruha perforó sus oídos, mientras lo tomaba por detrás del brazo.


-Ryutaro lo iba a hacer de todas formas – trató de zafarse, pero no hizo mayor esfuerzo. El tacto era reconfortante. 


-pregunté por qué TÚ me salvaste, bien podías haberme dejado ahí, pero no lo hiciste – se le quebró la voz, parecía que el tampoco creía lo que estaba diciendo – sabías perfectamente que estaba en peligro, lo sentiste. Sentiste mi necesidad de verte, como yo sentí tu dolor cuando te lastimaron. Estamos conectados, acéptalo…¿tú crees que estoy en un campo de rosas o algo por estilo? Hay mas de diez demonios en los que puedo pensar que serían mejor pareja única que tu….-se calló bruscamente al sentir las manos de Aoi en sus mejillas acercándolo mucho a su cara.


Aoi respiraba con dificultad, parecía estar al borde de tener un ataque de ira – cá-lla-te, jamás menciones que puedes estar con alguien mientras estés frente a mi ¿me oíste? – dijo en un tono por demás molesto – la sola imagen de pensar que estés con alguien mas, me perturba – parecía haberse cegado mas a sus celos que a su negación. Uruha sólo atinó a asentir. 


Estaban demasiado cerca, casi podían sentir el corazón del otro latir sobre su propio pecho; su respiración se entremezclaba en una pelea entre deseo y razón. Aoi no podía evitar ver los labios del castaño, estaban entreabiertos y no se movían. Los dos estaban sumergidos en una especie de trance.


Si no hubieran estado bajo ese trance tal vez hubieran notado como el cielo sobre ellos comenzaba a cambiar de color entre amarillo y anaranjado, en sólo cuestión de segundos. Tal vez hubieran visto como las nubes comenzaban a oscurecerse y a juntarse las unas con las otras justo encima de ellos. 


-bésame – el aliento del demonio chocó contra sus labios, sintiéndolo como una hermosa caricia previa a lo que realmente necesitaba. 


-y nos condenaremos – dijo Aoi en voz baja.


-pagaré el precio – cerraron los ojos y juntaron sus labios, delicadamente. De la misma forma en que las nubes se arremolinaban sobre sus cabezas. 


Y Aoi lo supo, supo que desde ese momento no podría amar a nadie mas, supo que podría dar su vida entera por el demonio que tenía atrapado entre sus labios. No quiso saber mas, sólo quería a ese demonio, no le importaba quienes eran, de dónde venían ni a dónde iban. Lo único que importaba era ese momento, ese beso que parecía entregar mas que sólo un gesto. 


Uruha sintió como parte de su alma era arrancada de su propio cuerpo y era sustituida por la del mismo Aoi, se preguntó por una milésima de segundo si eso también le estaría pasando al ángel; pero los sentimientos se esfumaron tan rápido como vinieron pues lo único que cabía en su cabeza era ese sentimiento que ahora era incapaz de describir. Jamás en su vida se había sentido tan feliz, tan en su lugar, sentía como si después de haberse ido a un largo viaje por fin hubiera podido regresar a casa.


Pronto un simple y cariñoso beso no fue suficiente, pronto ambos necesitaron mas. La necesidad de no dejarse ir nunca y que el momento no terminara jamás; y fue así como el beso comenzó a hacerse mas desesperado, mas profundo. Las manos de Aoi agarradas firmemente a la cintura del castaño, posesivamente; puesto que era suyo y nada mas. Los brazos de Uruha rodeando su cuello, tratando de acercarlos si se podía mas. 


Y entre mas apasionado el beso se volvía, las nubes sobre de ellos parecían perder mas el control. Para ellos no existía nada mas que lo que estaban haciendo, pero para los demás, el cielo había dejado su color natural, las nubes estaban formando una especie de tornado sobre ellos. Ninguno de los dos escuchaba los truenos que provocaban los constantes rayos, era como si hubieran caído en un sueño y no pudieran, ni quisieran, despertar. Fue un rayo que cayó casi a su lado el que los hizo separarse bruscamente. 


No tuvieron tiempo de reaccionar ante el beso, sólo voltearon hacia arriba para presenciar lo que estaba ocurriendo, se miraron confundidos. Sin embargo cuando uno de ellos estaba a punto de decir algo las nubes comenzaron a separarse y el cielo volvió a su estado normal.


Intercambiaron miradas intensas, se olvidaron del cielo de nuevo – te amo – pronunció Aoi. 


Y Uruha sonrió – lo sé – respondió sonriendo ampliamente, rcomo si le hubiera hallado un significado a la vida. Y tal vez así era. 


-mira nada mas, siempre supe que serías una desgracia. Por eso jamás te quise en el ejercito – pronunció una voz detrás de ellos. 


Aoi se sintió desfallecer en el momento que volteó y vio al jefe del ejército de los ángeles, Gackt, parado frente a ellos – estar frente a un demonio y no matarlo es algo Aoi. Pero besarlo y amarlo es considerado alta traición – sentenció. 


-¿Qué haces aquí? – Preguntó desafiante colocándose frente a Uruha, quien temblaba involuntariamente – ¿fuiste tú el qué provoco lo del cielo? – odiaba a ese sujeto, y Gackt lo odiaba a él. Sin embargo no era mala persona, claro que ahorita lo estaba acusando de traición, esto no iba a acabar bien. 


Gackt negó -¿no lo entiendes verdad? Estamos en medio de una crisis, esto…-señaló al cielo – es el principio y tu estás perdiendo el tiempo con un demonio, mátalo ahorita y el castigo no será tan severo – incitó con un movimiento de cabeza. 


El angel pelinegro tragó saliva e hizo algo que jamás hubiera imaginado: negó lentamente – no quiero interferir en tu camino Gackt. Uruha y yo tenemos otras cosas que hacer –dijo con seriedad. 


-¿Uruha? ¿El hermano menor de Sakito? – chasqueó la lengua – vaya, creo que estás metido en mas problemas de los que pensaba. Estás traicionando directamente al concejo y a los de tu raza al aliarte con la liga de los demonios –enunció haciendo una mueca. No tenía ni la menor simpatía por ese ángel, pero jamás imaginó que podía llegar a traicionarlos. 


-Mi hermano y la liga no tienen nada que ver en esto – gritó Uruha enojado. 


El mayor de los ángeles desenvainó su espada, un arma que era legendaria por todo el mundo – tendré que matarlos a ambos – dijo calmadamente. Al menos así quiso sonar. 


Aoi reaccionó mas rápido, tomó a Uruha de la mano y saltó lo mas alto que pudo, abriendo las alas en el cielo. El demonio hizo lo mismo en cuanto captó que estaba pasando, los dos salieron huyendo sin un rumbo definido. 


Gackt sacó las alas para alcanzarlo pero una mano sobre su hombro se lo impidió, se giró molesto para ver quien lo había interrumpido y se encontró con Hyde y Miyavi - ¿encontraste quien pudo haber causado tal revuelo en el cielo? – preguntó el rubio cenizo. 


-no – enfundó la espada y retractó las alas – encontré algo peor – miró a su amante y luego a sus superior – Aoi nos traicionó, estaba aquí con un demonio profesándole su amor – explicó con cierto asco. 


La expresión de Miyavi se desfiguró por completo – eso es imposible ¿Por qué estaría haciendo eso? y ¿el portal? se suponía que estarían juntos –miró hacia el cielo donde no quedaba ningún rastro de lo que había pasado. 


-traición, queda claro que les entregó el portal – contestó Hyde dándole la razón  a Gackt –es obvio que trata de destruir a los humanos. Tal vez le profesaba su amor al demonio para constatar la alianza, porque es imposible que un demonio sea su pareja única – analizó todos los puntos de vista. 


-por supuesto que es imposible – siguió Gackt – sino me hubieran interrumpido los pude haber matado  – dijo un tanto molesto. 


Miyavi salió de su diminuto trance, de todos los ángeles que pudieron traicionarlos Aoi era del que menos lo creía, es decir, el ángel era demofobico, los odiaba con toda su alma o al menos eso es lo que les había hecho creer hasta entonces – Si fue traición o lo que piensa Aoi es el menor de nuestros problemas, tenemos que encontrar al portal- finalizó. 


-eso quiere decir que para encontrar al portal y sellarlo, tenemos que darle caza a Aoi primero – dedujo Hyde. 


-esto se está volviendo una locura – terminó Miyavi negando. Aun sin poder explicarse que había pasado con el cielo. 


-hagámoslo rápido entonces – Gackt interrumpió sus pensamientos – si no lo hacemos pronto, se podría desatar el fin del mundo y es algo que no nos podemos permitir – dijo amargamente. 


-x-


-¡Aoi! – gritó Uruha desde atrás, aun estaban tomados de la mano, pero el ángel continuaba jalando al demonio puesto que era mucho mas rápido - ¿A dónde vamos? – alcanzó a preguntar.


Paró de repente – no lo sé, pero no podemos volver con Ryutaro – dijo mas para sí mismo y el castaño lo miró sin entender una palabra – si Gackt está aquí es que viene por Reita y si toda la palabrería de Ryutaro y su hermano es correcta, se lo van a llevar a la organización – se mordió el labio tratando de pensar que hacer – tenemos que hacer que nos persigan a nosotros – se giró hacia Uruha quien abrió mucho los ojos – es por un bien mayor – trató de excusarse, pero notó que el demonio ya no le estaba poniendo atención. Sino miraba atrás de él con los ojos abiertos en autentico terror. 


El ángel se atrevió a mirar sobre su hombro y sintió que en ese momento podría desmayarse. Una avispa de casi su tamaño estaba volando cerca de ellos, permanecía estática como si estuviera mirándolos y esperando a que ellos hicieran algún movimiento.


-están bromeando – fue lo suficientemente rápido para invocar su espada en el momento en que el enorme insecto trató de atacarlo con el aguijón y varias veces. Todos los ataques sin embargo estaban dirigidos a quitar a Aoi del camino y acercarse a Uruha quien era movido por Aoi puesto que no se habían soltado las manos – esta cosa está enamorada de ti – alcanzó a decir desviando el aguijón una vez mas. 


-lo mismo pasó con el escarabajo, me seguía a donde quiera que fuera – explicó moviéndose al compás de Aoi para evitar al enorme insecto. 


El pelinegro pensó en el escarabajo y como Ryutaro lo había matado con facilidad – carajo ¿Por qué no soy elemental de fuego? – maldijo, sería sumamente fácil si lo fuera. Huir tampoco estaba en las opciones, estaba seguro que la cosa esa los perseguiría donde fuera – dime que tu eres elemental de fuego – miró a Uruha suplicante. 


El demonio negó – de tierra…además, no lo sé usar – se mordió el labio. Y el otro luchó por no maldecir de nuevo - ¿Por qué no usas tu elemental? Podrías hacer un tornado o algo así – se alzó de hombros. 


-para eso se necesita una gran cantidad de energía o un talento natural para los elementales, como tu hermano por ejemplo, el mío es muy débil – dijo esquivando apenas el aguijón. Estaba más que seguro que su veneno tampoco era como el de una avispa normal. 


-¿entonces que sabes hacer? – preguntó con cierta ironía el castaño. 


Aoi lo miró con desdén, parecía querer matarlo – mira niñito – alzó la mano para enseñarle al demonio la pequeña ráfaga que podía generar, sin embargo por la enorme descarga de poder que sintió recorrer su brazo, de su mano salió un potente torbellino compuesto de fuego, el cual alcanzó a rozar una de las alas de la avispa haciéndola descender unos cuantos metros. 


Uruha abrió la boca asombrado -¿no que eras elemental de aire? – el enorme insecto había logrado controlar el fuego aleteando con fuerza, pero ahora parecía furioso, puesto que se lanzó directamente contra ellos dos. 


-lo soy – contestó el ángel esquivando a duras penas el ataque del furioso aguijón, aun estaba tomado de la mano del castaño. La avispa parecía tomar vuelo cada vez mas rápido pues se lanzaba furiosa contra ambos. 


-hazlo de nuevo- incitó el demonio con una voz mas aguda de lo que hubiera querido. Aoi asintió y soltó por primera vez al castaño para dirigir ambas manos hacia el insecto, pero nada pasó y el enemigo volaba directamente hacia él y de sus manos no salía absolutamente nada. La avispa estaba tan cerca que Uruha tuvo que tomar el brazo del ángel y jalarlo para quitarlo del camino del insecto, cosa que resultó en que su mano libre soltara el fuego que necesitaba. Esta vez dándole de lleno a su enemigo, el cual paró en seco y comenzó a descender como la bola de fuego en la que se había convertido. 


Aoi se volvió de inmediato a Uruha y comprendió algo que no sabía como explicarlo, parecía que el otro estaba en la misma posición que él – tenemos que irnos, vienen por nosotros – dijo finalmente el pelinegro al sentir la poderosa presencia de Miyavi – si viene él esto será treinta mil veces peor – volvió a decirse a si mismo sabiendo de por medio que si el ángel de los numerosos tatuajes estaba en su búsqueda, no podrían escapar tan fácil. 


-pero la avispa…


-deja que ellos se encarguen – contestó jalándolo una vez mas para que continuaran el vuelo, sin saber a donde dirigirse. 


-x-


Despertó un poco confundido, se levantó bruscamente al recordar que estaban siendo atacados y todos se encontraban en peligro, pero su esposo alcanzó a tranquilizarlo obligándolo a que se volviera a recostar. 


-Saki…-pronunció con voz ronca y él le devolvió una sonrisa un tanto melancólica - ¿Qué paso? El insecto – se volvió a agitar. 


-shhh – lo tranquilizó – está muerto y ahorita varios lo están analizando para saber de dónde salió – explicó. 


Shou se percató que estaba en su habitación, en su propia cama. Tenía una venda que le cubría el hombro y no traía camisa - ¿todos están bien? – se atrevió a preguntar, pero conocía a su esposo, además de que podía sentir el dolor instantáneo que el demonio guardaba en su pecho. 


Sakito se mordió el labio sabiendo que no podía ocultarle nada –espero – fue su única respuesta –Uru… - la voz se le quebró antes de decir mas. 


-¿Qué pasó? – preguntó realmente alarmado. 


-Aoi, Aoi se lo llevó – dijo con dificultad. 


Shou cerró los puños y miró su herida. Los demonios poseían la habilidad nata de sanarse más rápido que cualquier criatura viviente, así como de curar a quien ellos quisieran; a menos que se tratasen de condiciones extraordinarias, como enfrentarse a las armas de los ángeles. Sin embargo aun no se había terminado de curar, lo cual significaba que el insecto contra el que habían peleado no era cualquier cosa – dame unas horas e iremos por él – sentenció. 


-pero…no sabemos donde está – no quería sonar pesimista pero estaba desesperado, lo mas probable era que su hermanito estuviera muerto para ese momento. 


-lo recuperaremos así tenga que desbaratar la organización entera. Esto ya llegó demasiado lejos. Mataré a Aoi y traeremos de regreso a Uruha, lo prometo – y cuando un demonio hace una promesa, la cumple. Por lo que Sakito le creyó sin chistar. 


 

Notas finales:

Qué les pareció?? 

 

que sigue?? 

 

Aoiha forever <3

 

el cielo?? que paso?? 

 

pronto habrá actu!! :) 


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