Kyo sabía que encontrar a Aoi y a Uruha no sería la tarea más fácil que había tenido que hacer, seguramente se estaban ocultando y con justa razón. Lo que no sabía es que encontrar una pista de su paradero sería tan fácil de encontrar, por lo que al ver una bola fuego en el cielo descendiendo a gran velocidad, su primer pensamiento fue que estaba alucinando.
Se encontraba en la calle, caminando como cualquier transeunte, era más fácil así pasar inadvertido. Rastrear a un ángel y a un demonio de los que no sabía nada parecía casi imposible. La única ventaja que tenía era que tal vez no era el único que los estaba persiguiendo. Lo cual pudo comprobar cuando además de la gran bola de fuego, encontró a tres arcángeles peleando contra esta.
Miró a todos lados esperando la reacción de la gente, pero los mortales poco sabían que en ese momento se estaba peleando una batalla más grande que ellos, una batalla que tal vez podría terminar en toda la destrucción de la humanidad.
Y a unos metros más arriba vio a dos figuras moviéndose con rapidez.
-esto fue muy fácil - dijo para si. Sacó las alas y se preparó para alcanzar a Aoi y a Uruha, lo habría logrado a excepción de la bola de fuego que se le atravesó en el camino.
-¡Cuidado! - uno de los arcangeles gritó.
Kyo giró los ojos al entender que era la bola de fuego. Tres malditos arcangeles y no podían contra una avispa, ¿que les deparaba? Invocó su gran espada, que a diferencia de la de Aoi, medía casi metro y medio. Localizó con rapidez el aguijón y se lanzó contra la avispa en fuego. En una milésima de segundo cortó el aguijón y el insecto se desintegró en el aire.
Rápidamente buscó el rastro de Aoi en el cielo pero se habían ido - carajo - maldijo dispuesto a marcharse pero la voz de otro arcangel lo detuvo.
-¿quién eres? - preguntó uno de ellos, tenía los ojos azules y el cabello castaño oscuro. Si Kyo no estaba equivocado debía ser el arcangel Miguel.
-el ángel que les salvó el trasero - fue lo único que contestó. No quería gastar tiempo con ellos tres, pero tenía que darles tiempo a Aoi y a Uruha de mantenerse a salvo de esos tres.
-x-
Para Reita lo más extraño de esa situación no era el estar huyendo de la ciudad junto con un padre y dos demonios. Lo extraño era hacerlo en una camioneta de vidrios polarizados, a toda velocidad. No pensó que los demonios tendrían un medio de transporte tan….común.
Estaba en el asiento trasero con Kai, Ryutaro y un demonio de cabello plateado iban en frente, este último manejando mientras que Ryutaro seguía tejiendo.
-entonces, ¿a dónde vamos? - preguntó Kai después de hora y media de trayecto.
Reita podía adivinar que estaban dirigiendose al sur, pero era complicado pues el camino, no era un camino realmente, parecía que esquivaban todo y no seguían una carretera. Se habían adentrado a un bosque.
-tenemos que escondernos, esto se está saliendo de control. Lo más seguro para Reita es que salgamos de la ciudad y esperemos que Kyo nos alcance para trazar un plan de qué hacer - explicó sin mirarlos.
>>no podemos seguir enviando insectos, tendremos que ir nosotros por él
Escuchó en su cabeza pero no dijo nada, se suponía que con el tejido de Ryutaro las voces no se manifestarían.
>>¿cómo?
>>seguro encontraremos la manera
Reita pudo jurar que la voz sonrió.
-¡CUIDADO! - escuchó a Kai gritar, mientras la camioneta intentaba frenar. Había alguien en el camino, dos personas para ser exactos, las cuales no se movieron al ver el vehiculo acercarse a toda velocidad hacia ellos. Para esquivarlos, el conductor no sólo frenó bruscamente sino movió el volante hacia un lado, lo que provocó que se estrellaran contra uno de los arboles de manera aparatosa.
El rubio sintió un extraño jalón en su espalda y un golpe muy fuerte en la frente contra el asiento delantero.
Fueron solo unos segundos pero todo le dolía e incluso su visión estaba afectada, no podía enfocar bien. Se giró de inmediato para verificar si Kai se encontraba bien. El padre estaba inconsciente a su lado, su vidrio estaba estrellado y haba sangre que caía por su rostro.
-¡Kai! - gritó de inmediato, se quitó el cinturón para acercarse al padre pero el fuerte dolor en la espalda y cuello lo detuvo.
-no te muevas - advirtió Ryutaro
-algo le pasó a Kai - fue lo único que dijo, no podía ver bien sólo las siluetas de sus acompañantes.
Antes de que pudiera decir más, alguien afuera abrió la puerta del conductor, haciendo caer al demonio del cabello plateado al piso, también había salido muy malherido. Ryutaro sin embargo no dijo nada, Reita sentía el pánico arremolinarse en su estomago. Tal vez hasta aquí habían llegado.
-¿Quién eres tú? - una voz suave y sorprendida se dirigió a Ryutaro - eres un demonio, pero….
Reita vio a Ryutaro asentir y escuchó varios huesos tronar, al parecer se había roto la mano y varios huesos, estos se estaban ajustando. Suprimió las nauseas que aquello le provocaba, le habían explicado que el don de los demonios era curarse con facilidad pero lo que estaba escuchando era mas de lo que quería saber.
-es un gusto conocerte Shou - dijo Ryutaro finalmente - si me permites todo esto acaba de malherir mucho a un mortal y necesito curarlo
Shou...el líder de la liga de los demonios estaba frente a ellos. Además de otro demonio con grandes ojos y que para Reita parecía más un ángel que otra cosa: era completamente hermoso, pero su mirada desafiante transmitía cuidado. Seguro era alguien a quien no debías tener de enemigo.
Ryutaro abrió la puerta del copiloto - Voy a salir a curar al sacerdote - levantó las manos en señal de rendimiento - Ni-ya permanece donde estás - le habló al demonio de cabello plateado.
Reita no podía quitarle la vista al demonio que acompañaba a Shou, había algo en él que hacia su interior vibrar con emoción.
>>Sakito…..
Escuchó a Ryutaro hablandole a Kai pero no alcanzaba a escuchar lo que decía, algo dentro de él se removía ansiosamente. Sintió un adormecimiento en el cuello y el dolor disminuyó. Reita caía en un extraño abismo negro mirando a aquel demonio, ya no sentía ningún dolor, pues ya no sentía su cuerpo. Vio su brazo estirarse, pero no era él quien la controlaba, su propia mano había abierto la puerta del vehiculo.
Shou y Sakito se hicieron hacia atrás por mero instinto, pero se tranquilizaron al notar que solo era un humano. Debía ser el portal.
Reita sonrió con una sonrisa que no era la suya, volvió a levantar la mano para acercarse a SAkito, no era el tercer hijo, pero debería ser suficiente para un poco de poder. Sin embargo, Shou se colocó entre ellos.
-¿Quién eres? Y ¿qué quieres? - dijo seriamente, preparado para cualquier movimiento en falso del portal.
-Reita - Kai lo llamó y despertó de una extraña ensoñación. El padre seguía cubierto de sangre pero estaba despierto, parecía estar como si nada - alejate de ellos, puede ser peligroso -.
Tanto el padre como Ryutaro estaban detrás de la camioneta mirandolo con miedo.
-¿Quién eres? - repitió Shou.
-El portal - Ryutaro fue quién contestó - estoy tratando de llevarlo al Monte Fuji - comenzó a caminar hacia su lado de la camioneta para quedarse a un lado de Reita - todo está empeorando o ¿me dicen que no tienen un ejercito preparado?
Shou abrió mucho los ojos - ¿cómo lo sabes?
-Aoi se llevó a Uruha - respondió.
Reita notó que la expresión de Sakito había cambiado a una de preocupación.
-Los ángeles se preparan para otra clase de batalla, no es dificil darse cuenta que el fin de los tiempos no está lejos - decía todo con demasiada calma.
Sakito fue quien se acercó - ¿y tu eres? No te conozco…
>>Sakito….el primer hijo…
Y con esto Reita se abalanzó sobre el precioso demonio que tenía enfrente, no podía pensar en nada mas que en sangre y poder. Caía de nuevo en un gran abismo negro, veía sus acciones pero no era capaz de controlarlas, quiso gritar que se detuvieran, que no era él quien habia rasguñado al demonio en el cuello, quien lo había mordido con fuerza para probar aunque sea un poco de la sangre elegida.
Sintió un jalón, después una fuerte patada que seguro había roto alguna de sus costillas, escuchó al hueso quebrarse pero no sintió nada, solo ese adormecimiento. Se escuchó reír, pero no era él, una de las voces hablaba por él.
-delicioso - dijo lamiendose los labios, esperó el sabor metalico de la sangre pero no sabía a nada.
Shou sostenía a Sakito fuertemente mientras el otro miraba a Reita con los ojos desorbitados - no te estás curando - dijo el lider de la liga.
Ryutaro lo seguía sosteniendo, aunque no estaba haciendo ninguna maniobra para tratar de zafarse.
-la sangre elegida es deliciosa, apuesto que Uruha sabe aun mejor - dijo la voz de Reita mientras se volvía a lamer los labios.
-¿de qué hablas? - Preguntó Shou.
Sakito cayó de rodillas, el cuello aún sangraba lleno de rasguños y dos mordidas - no es cierto - dijo casi en un susurro - ¿dónde está? ¿qué le hicieron? - siguió sin alzar la voz.
-todo el tiempo lo supiste - no fue una pregunta la que hizo Ryutaro.
Sakito asintió - él es el tercer hijo, de la sexta familia, nacido en el noveno día….
-¿qué siginifica eso? - Shou los miró sin comprender.
Ryutaro seguía impasible - antes de que el mundo se separara en ángeles y demonios, existieron las doce familias. Estas fueron las que desterraron a los ángeles herejes y los encerraron, sin embargo antes de que pudieran sellarlos uno de ellos embarazó a la arcangel de la sexta familia y maldijo al tercer hijo de cada generación. Cuando este naciera en un noveno día, los ángeles desterrados podrían regresar a desatar las bestias del apocalipsis - explicó.
-doce familias, eso es un mito - dijo Shou - un cuento de niños acerca de nuestro origen, incluso he oído a Miguel negarlo, he oído a Luzbel diciendo que no es cierto y en todo caso que lo fuera, ustedes tendrían que ser ángeles - le dijo a Sakito.
Su pareja negó - las doce familias de arcangeles son: Uriel, Miguel, Gabriel, Rafael, Chamuel, Jofiel, Zadquiel, Luzbel, Azazel, Beliel, Tamiel, Ramuel y Danel; ellos también fueron ángeles que después decidieron ser demonios para salvar la tierra. Mi familia es descendiente directo de Beliel- se mordió el labio - me criaron para cuidar de Uruha y fallé - cerró los puños fuertemente.
-¿por qué no me lo habías dicho? - preguntó Shou decepcionado - te podría haber ayudado
-yo tampoco creía que fuera cierto hasta que llegó el insecto, hasta que vi a este demonio por primera vez - señaló a Ryutaro quien sostenía con fuerza al portal.
Shou no parecía entender muy bien lo que estaba pasando - ¿y tú, qué tienes que ver aquí? - dijo finalmente.
Ryutaro suspiró - pertenezco a una familia conformada por demonios y ángeles. Cuando fue la separación hubo dos arcángeles que no estuvieron de acuerdo en la cacería contra demonios, ellos descubrieron que ambos podían ser la pareja única del otro y se refugiaron lejos de la liga de los demonios y el concejo de ángeles, donde decidieron acoger a todos los demonios y ángeles que se enamoraban. Mis padres fueron de esos refugiados y por ser parte tan allegada a uno de los arcángeles se les dio el conocimiento que tengo ahora. Se me encomendó cuidar al portal, un humano con la habilidad especial de llamar a los ángeles desterrados y sobretodo mantener a la llave a salvo. El tercer hijo, de la sexta familia - explicó con voz calmada.
-un arcángel dedicado a la comunión entre demonios y ángeles, parece un cuento de hadas. Nunca había escuchado de alguien así…
-es porque tuvo una gran pelea con los demás, pero si has escuchado de él…
En ese momento la tierra comenzó a temblar fuertemente, la agitación fue suficiente para lograr que Reita se zafara del agarre del demonio. Reita comenzó a correr adentrandose en el bosque, no podía perder ese rastro ahora por mucho que doliera, tenía que encontrar a Uruha y ese terremoto lo llevaría a él.
-¡Reita!- gritó Kai detrás de él, fue el único que lo había seguido.
-tengo que encontrar a la llave - era él mismo de nuevo, pero ahora sabía que el dolor no cesaría hasta que no encontrara a Uruha.
-¿qué carajo? - dijo Sakito mirando al cielo, el cual se había vuelto de un color naranja
Ryutaro trató de sacar las alas para perseguir a Reita pero le fue imposible, estaba paralizado y no tardó en darse cuenta que los otros dos también.
-x-
-esto es una tontería - dijo Gackt - nunca en todos mis años de vida había seguido un plan tan estupido-.
Los tres arcangeles seguían al pequeño ángel que se les había aparecido con un extraño cuento del fin del mundo. Pero Miyavi había decidido creerle y ahora volaban a toda velocidad de vuelta a la organización, como si eso fuera a hacer algún cambio
-al menos deberías dejar que siga el rastro de Aoi si tu quieres seguir al niñato está bien - le dijo en voz baja.
-tiene el sello de Rafael….
-podría haberlo robado
Miyavi negó - no creo que sea una coincidencia: la aparición del portal, Aoi huyendo con un demonio, el extraño comportamiento del ejercito. Tal vez si no fueramos tan cuadrados en nuestro pensamiento podríamos haberlo previsto antes - recordó el pentagrama de la puerta de madera.
Escuchó a Kyo reirse; era muy extraño que un ángel mostrara una falta de respeto en contra de alguno de ellos tres.
-bien podría ser una trampa - agregó Gackt
-eso fue lo que me dijeron que dirías - contestó Kyo parando en seco - mira, a mi tampoco me gusta más esto que a ti, entre menos tenga que ver con ángeles de la organización mejor para mi. EL único plan que yo tenía era seguir a Aoi y llevarlo a un lugar seguro, pero tal vez esta sea nuestra única oportunidad e frenar todo y que te des una idea de lo que en realidad está sucediendo - dijo de mal humor - a mi me vale un carajo si eres el general del ejercito de Dios, para mi seguirás siendo un estirado-.
Gack sacó su espada - ¿Quieres repetir eso? - le gritó apuntandole.
-tus truquitos de arcangel no son nada comparado con lo que yo he tenido que pasar - también desenvainó su espada.
-¡basta! - gritó Miyavi - no tengo tiempo para esto, dije que vamos de regreso a la organización. Si esto no es cierto, el muchacho pagará las consecuencias y…
Estaban en el cielo pero sintieron la ola recorrerlos, el inmenso poder que se había soltado en el mundo.
-Ryutaro….- pronunció Kyo - si no nos apuramos esta ola nos va a afectar a nosotros…
El estruendo fue grande, pues uno de los grandes edificios de la ciudad estaba colapsando por el temblor de la tierra. Y el cielo que antes era azul se estaba tornando de color naranja.
-de nuevo. Iré a ver qué pasa - dijo Gackt con voz decidida - Hyde ve con Miyavi, dejenme hacer lo que mejor sé hacer.
Salió disparado hacia la dirección del gran remolino que se volvía a formar en el cielo.
-x-
-¿podemos parar? - gritó Uruha.
Llevaban media hora volando hacia el sur y sus alas comenzaban a resentirlo. Seguían tomados de la mano, con miedo a soltarse y perderse para siempre, el uno al otro. La visión de los arcangeles había sido aterradora, pero ningun pensamiento lo habia sido tanto como el poder perder a Aoi.
El ángel por su parte, paró en seco. No tenía idea de qué hacer, dónde iban, solo se había puesto a volar sin rumbo fijo tratando de huir del mundo. Esperando que de alguna forma Gackt fuera los suficientemente rencoroso para seguirlos a ellos y no seguir buscando a Reita.
Pero no podían seguir ese ritmo por mucho tiempo, tarde o temprano se cansarían, lograrían atraparlos y sin duda los matarían.
-no quieres perderlos - dijo Uruha, suspendido en el aire y muerto de miedo. De alguna forma podía leer los pensamientos de Aoi o al menos percibirlos.
Aoi torció la boca - algo así, prefiero que nos estén persiguiendo a nosotros a que encuentren a alguien
Uruha frunció el seño - ¿A quién? - preguntó con un deje de celos
El ángel sonrió, acariciando la mejilla del castaño - a alguien más importante que tu y que yo para el mundo. Pero nunca mas importante para mi que tu - sonrió ante el puchero del otro y acariciando su mejilla.
Sintió la presencia de un arcángel cerca.
-tenemos que irnos - dijo Aoi un poco asustado.
-no, no tienen - contestó una profunda voz detrás de ellos.
Aoi fue rápido en colocar al demonio detrás de él, listo para protegerlo; pero sus ojos parecían engañarlo ante la visión que tenía enfrente. Pensó que tal vez se estaba volviendo más loco pero la presencia del arcangel frente a él era real.
Era un hombre de larga figura, con cabello chocolate y expresión severa, se veía calmado - es un placer conocerte Aoi - le dijo sonriendo - y a ti también Uruha - el demonio estaba muerto de miedo ante la imagen de ese hombre.
-Rafael….-pronunció Aoi sin poder creerlo.
El arcangel sonrió - me llaman Sugizo ahora. Aunque no pensé que me reconocerías. Vamos, los llevaré a un lugar seguro - ninguno de los dos se movió - pueden confiar en mi, Kyo venía por ustedes pero se entretuvo con los otros tres -.
-¿conoces a Kyo? ¿cómo?
Sugizo suspiró, - soy parte de los ángeles que saben la verdad y no quisieron olvidarla. Los demonios y los ángeles no son enemigos - explicó - ahora mi mayor prioridad es ponerlos a los dos a salvo antes de que los encuentren -.
Aoi no sabía en quién confiar, conocía el nombre de Rafael, era mitico entre la organización pero también un tabú. Rafael había desertado a la organización y se decía que vivía como ermitaño en algún lugar del mundo mortal. Aoi lo admiraba por haber sido capaz de darle la espalda a la organización y sobretodo porque la leyenda decía que Rafael había sido capaz de purificar la tierra de demonios en los tiempos antiguos, él quería ser el siguiente.
-no sé si podemos confiar en ti - contestó finalmente.
-soy lo único que tienen - respondió con sinceridad.
Sintieron la ola atraversarlos y la mano de Uruha se puso tensa.
-Yuu…-pronunció con dificultad antes de caer inconsciente soltando su mano y descendiendo a gran velocidad inconsciente.
Aoi lo miró caer un segundo antes de reaccionar y lanzarse para atraparlo; sintió a Sugizo hacer lo mismo detrás de él.
-x-
Uruha se encontraba en un largo pasillo en blanco, sólo tenía una puerta de madera frente a él con un pentagrama grabado.
-es hermoso ¿no es así? -le dijo una voz a su lado.
Se giró y vio a un chico rubio bastante guapo con una banda en la nariz; le sonreía amablemente y Uruha le devolvió la sonrisa asintiendo.
-La puerta no es lo único hermoso - le dijo acariciándole una mejilla.
Uruha sintió un fuerte sonrojo - ¿qu-que hay adentro? - preguntó en voz baja.
El chico se giró a la puerta - lo que siempre has querido, libertad - le contestó sinceramente.
EL demonio castaño se sorprendió - ¿cómo lo sa-sabes?
-te conozco, sé que siempre te mantuvieron encerrado y a raya, que no te dejaron desarrollar tu máximo potencial, ni aprender a pelear. Siempre te consideraron inútil y te trataron con delicadeza. Sé que no eres así y que quieres demostrarlo, porque soy yo quien en realidad te entiende, quién está hecho para ti - le tomó la mano y se la besó - me llamo Reita…
-Uruha…-contestó sin quitar la mano.
-abramos esta puerta y seamos libres, juntos - le invitó
Vio el gran pentagrama iluminarse al momento que su mano se acercaba para tocarlo; sintió una inmensa emoción.
-¡¡¡Kouyou!!!! - escuchó a lo lejos y lo despertó de su ensoñación
-¿qué fue….
-nada - Reita lo interrumpió sin soltar su mano, esta vez un poco fuerte - sólo toca la puerta y seremos libres, le sonrió pero no se sintió reconfortado - abre - fue casi una orden, le levantó la mano con brusquedad, pero Uruha se resistió - abre, maldita sea -.
Uruha se soltó - no, - trató de hacerse para atrás pero Reita lo tomó del brazo y lo azotó contra la puerta - Yuu - fue lo que dijo.
-abre la maldita puerta - lo amenazó encajando sus uñas en el brazo.
Uruha estaba aterrado - no sé como…
Reita sonrió de vuelta - muere…
-¡KOUYOU!
Abrió los ojos y vio los ojos negros de Yuu hundirse en los suyos, no podía moverse. Tal vez ya estaba muerto, tomó al angel de la mejilla y lo besó. Volvió a caer inconsciente.