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MALOS ENTENDIDOS por reydelosPK2

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Notas del capitulo:

Aquí llega el final de la historia. Espero les agrade. 

Después de ti. II

 

-Ya es suficiente- dijo Naruto mirando las ventanas de su habitación rotas. Sadara le lanzó piedras cuando lo vio en casa. Pues valla que si era fuerte y tenía puntería la mocosa.

Piedra en mano Naruto se aventuró a esa casa. A cada paso que daba mil recursos lo molestaban. Los Sasukes pequeños, los Sasukes adolecentes. Los Sasukes adultos. Todos ellos acompañados por su persona, todos ellos llamándolo insistentemente por su nombre o algún insulto, preguntándole tantas cosas que no podía responder.

Respiro con más calma antes de tocar ese timbre.

A fugaku casi le da un ataque cardiaco al ver a Naruto en su puerta. Sin duda cada que lo veía  también a él lo aquejaban los recuerdos y los rencores. Allí estaba el causante de tantos dolores de cabeza, la razón de que su hijo cometiera tantos errores antes de morir, la razón por la cual Sasuke se aferraba a la vida… Era frustrante verlo.

-¿Qué quieres?-Interrogo con la cara de enfado

-Su nieta acaba de romper las ventanas de mi casa- mostro las piedras- y a decir verdad…- hizo una breve pausa. La expresión de sorpresa y preocupación de fugaku y Mikoto supuso que ellos no le fueron con el chisme a Sadara- Desde hace más de tres semanas que no deja de insultarme o mostrar un claro desprecio por mi persona… Incluso me llamo destructor de hogares.

Tanto Mikoto como fugaku no dejaban de verse y comenzaban a comprender que pasaba con su nieta.

-Pasa- dijo Fugaku mientras Mikoto se aventuraba  a la habitación de Karin, la cual seguía igual. Negó con la cabeza. Como se había enterado Sadara de pasado y que tanto había entendido el pasado. Entonces hizo lo que jamas pensó hacer. Comenzó a buscar en el cuarto de Sadara cualquier cosa que le diera pista de donde Sadara descubrió el pasado entre Sasuke y Naruto.

Sus ojos se quedaron abiertos al descubrir los cuádrenos donde Sasuke escribía cuando se quedó sin habla. Solo quedaban tres. Corrió nuevamente a la habitación de Karin y saco las tablas del piso y no hallo ningún otro cuaderno. Todos habían desaparecido. Preocupada bajo las gradas y miro seriamente a los presentes

-¿Qué pasa?-Interrogo Fugaku, pero Mikoto no respondió, solo se acercó con los cuadernos a la sala  y ambos la miraron

El corazón de Naruto saltaba al reconocer esos cuadernos, al tomarlos entre sus dedos y reconocer esa letra.

-¿Cómo? ¿Cuándo?

-No lo sé. Pero estaban en el cuarto de Sadara

-¿Y el resto?

-Solo quedan esos tres- dijo Mikoto

Naruto sintió la rabia en su interior. Había una razón por la cual esos cuadernos estaban escondido de esa manera. Una razón por la cual aún existían. Eran los recuerdos más preciados que Sasuke dejo en sus últimas semanas.

Después del incendio que provocó Orochimaru lo que acelero la muerte de Sasuke, pues este estaba solo con Karin y Sadara en esa casa y uso los dos tanques de oxígeno que tenía en la habitación para que Sadara y Karin resistieran hasta que los bomberos los salvaran, quedando expuesto al humo que causo la muerte de sus pulmones. Mientras Naruto era sujetado por la policía pues al igual que Itachi y Fugaku trataban de entrar a la casa en llamas sin éxito.

No hubo muertos, pero fue el fin de Sasuke, sus pulmones no se recuperaron y al cabo de tres semanas murió.

Tomo el último cuaderno. Ese que Sasuke solía escribir mientras Naruto fingía dormir. Ese que jamas le dejo ver. Aun seguía intacto, quizás eso le calmo, ahora podría leerlo. El resto de cuadernos eran simples conversaciones que tuvieron.

Tuvo miedo de abrirlo. Tuvo miedo de tantas cosas. Solo sus yemas acariciaban la tapa.

-¡¿Qué hace ese hombre aquí?!- Aparecía Sadara que llegaba de la calle y descubría al amante de su madre en su hogar- ¡¿qué hace el amante de mi madre en mi casa?!-Dijo furiosa y todo la miraron choqueados

-¡¿Perdón?!-Dijo Naruto- ¿cómo que el amante de esa loca?-Se quejó pues la sola idea le parecía asquerosa- ¡Yo soy gay!- se defendió con orgullo, pues ni loco tocaría a Karin, ni siquiera Sasuke fue capaz de tocarla. Esa mocosa nació de cultivo in-vitro, nada más y nada menos que de un tubito que metieron a la loca de Karin, pues solo una loca aceptaría tal estupidez.

-¡No mienta! ¡Yo descubrí la verdad!- Señalo los cuadernos que Naruto tenía en mano- Descubrí los cuadernos en los que mi madre y usted se mandaban mensajes y…- se quedó quieta al analizar lo que ese hombre dijo “Gay” y al ver los cuadernos en las manos de Naruto se sintió insultada, como podía negar lo evidente y aun con los cuadernos en mano.

-Ni loco. Odiaba a esa mujer- dijo Naruto- yo jamas me fijaría en ella. Yo amaba a

-Cállate- dijo Fugaku esperanzado en salvar la situación y mantener esa verdad oculta. Pero fue imposible

-Naruto kun nunca fue el amante de tu madre- dijo Mikoto- Naruto kun era la pareja de tu padre… ambos eran gay

Sadara casi se caia al suelo y choco contra la pared por el golpe de aquella noticia.

-¡MIENTES!- grito aferrada a su fantasía de que al menos en algún momento su madre y padre se amaban y eran felices, que ella nació en un matrimonio amoroso y fue ese sujeto el que destruyo su familia.

-No es mentira- dijo fugaku derrotado- Este hombre engaño a mi hijo y lo llevo por el mal camino. Tu madre solo trato de corregirlo pero fue demasiado tarde para salvarlo…

Naruto crujía los dientes al oír a Fugaku, ese hombre hasta la fecha no dejaba de echarle la culpa de todo y de nada. Es decir ser gay no era una enfermedad y hasta parecía aceptarla, pero el que Sasuke se volviera su pareja nunca lo supero. 

-¡Deje ya de decir idioteces!- Se defendió Naruto- Sasuke y yo nos amábamos, éramos felices yd e no ser por…- Cayo, brevemente todos callaron ese incendio, esas semanas fueron difíciles para todos- Nadie engaño nadie…- miro a Sadara- Tu madre sabia de nuestra relación y aun así quiso casarse con Sasuke. El jamas le mintió y ella aceptaba nuestra relación… pero- se forzó a sonreír- Tenia una enfermedad terminal y ocurrió un incendio… Tu madre y tú salieron sanas y salvas del incendio porque él les dio el oxígeno que tenía en la habitación… Quizás tu madre pensó que había matado a tu padre de forma indirecta, siempre dijo que no pudo salvarlo… quizás solo quería olvidar- se peinó el pelo con una mano- ¡Yo quiero olvidar y apenas soporto estar aquí!… Ella debe estar igual mal al verte todos los días… ¿Por qué naciste tan parecida a él?

El silencio nuevamente invadió el lugar. Sadara sentía su pecho dolido. Jamas vio las cosas desde ese punto. Era verdad… Era idéntica a su padre, era como un fantasma que lastimaba a los presentes. Su abuela siempre le dijo que le recordaba a su padre, su abuelo a veces la miraba fijamente con esa mirada melancólica. Siempre pensó que era normal, lógico. Pero ahora que lo analizaba  era doloroso. ¿Cómo puedes dejar el pasado si este te mira diariamente a la cara?

-Esto es peor de lo que era antes…- concluyo Sadara tapándose los oídos y corriendo a su habitación para encerrarse.

-Creo que no lo asimilo bien…-repuso Mikoto parpadeando, mientras fugaku que regresaba de su dojo con la catan en mano comenzaba a correr detrás de Naruto.

-¡Por qué incluso ahora cada que vienes a mi casa causas problemas!-Dijo conteniendo las ganas de matar a Naruto

-¡Regrésenme mi felicidad!- Gritaba Sadara a medida que destrozaba su habitación.- ¡Regrésenme mi vida!

Mikoto suspiro pesadamente. Como calmaría a su pequeño demonio cuya juventud le impedía asimilar la realidad de otros y ser comprensiva y tolerante.

Los siguientes días no fueron mejores. Sadara apenas si iba al colegio y se despedía de sus abuelos. Su amargura era llenada por su incomprensión de la realidad. Cada que alguien trataba de explicarle el pasado solo se cerraba en los hechos que nadie negaba: su padre engañaba a su madre con el señor Uzumaki, su madre sabia del engaño. Ella era la causa del sufrimiento de su madre y sus abuelos. Su madre la abandono.

La única explicación que Sadara hallaba era una: Su existencia era un error.

-¿Quién diablos soy?... ¿Qué soy…?- dijo en un susurro lastimero, para luego seguir su camino al colegio.

Sus amigos la saludaban preguntaba sobre si estaba  bien. Le decían que perdía peso… se preocupaban y ella no era capaz de responder claramente, solo decir: es tu imaginación… no tengo ganas, déjame en paz.

Naruto se paraba frente de la tumba de Sasuke y sin podérselo creer al fin decía lo que de vivo no pudo decirle

-¡Vez todo lo que provocas con tus estupideces!. Esa niña era una mala idea, ese matrimonio era una estupidez. ¡Cómo es posible que después de muerto aun sigas…- cayo pues incluso ahora no podía enojarse seriamente con Sasuke - ¿cuándo dejaras de atormentar mi vida?!- le reclamo. Cuantos años más debían pasar para superar su muerte.

Sadara sin duda era una chica orgullosa y rencorosa cuando le tocaba el talón de Aquiles y la verdad eso había echo. No tenía a los culpables cerca, solo a uno pero si analizaba mejor el que debió procurar respeto a su madre era su padre y el maldito estaba muerto: ¿Qué hacer?

Dirigía su rabia al engaño que su padre formo. Pero en el fondo no dejaba de sentirse como la única responsable de todo, pero… ¿Acaso ella pidió nacer? No, no lo hiso. Esa fue idea de su padre y su madre. Su padre el gay que tenía un amante. Su madre la tonta enamora que accedió. Quien le pregunto si deseaba nacer en esa familia de locos?. Quien les dijo que la salvaran del incendio para ser causa de la tristeza de sus abuelos. 

Se detuvo. Al fin debía preguntarse lo más importante ¿Qué quería de su vida?: Seguir destruyendo su vida en represaría. Negó con la cabeza. Acabaría con esto de una maldita vez. Subió por su ventana y bajo por la enredadera.

Quizás fue el maldito destino el que hizo que Naruto entrara a dormir más temprano, quizás la suerte o solo coincidencia. Entro a su recamara y sin evitarlo miro la figura de una Sasuke bajando por la enredadera. Agito su cabeza. Sasuke estaba muerto, no era momento de confundirse en los recuerdos. Volvió a ver con más detenimiento y descubrió a Sadara escapándose de casa. Suspiro: ¿Debía informarles a los Uchiha que su pequeña era más diabla que Sasuke?, y lo peor era que estaba sanita… demasiado sana para su gusto

De haber sido Sasuke un chico sano quizás hubiera sido igual o peor que Sadara, no se hubiera vuelto tan aplicado y extremista, quizás hubiera sido más despreocupado y osado y sin duda ahora mismo estaría a su lado.

Tomo su celular para marchar a Fugaku, pero este simplemente no el respondió.

-No es mi problema- dijo Naruto para convencerse a si mismo de que no debía interferir. Se sentó sobre su cama y miro los cuadernos que Sasuke dejo. En especial el ultimo que Sasuke jamas le dejo leer. El último que nunca tuvo en mano hasta ahora.

“no te rías. Simplemente no hagas tonterías o vete a un cuarto a hacer tus idioteces. Te juro que si me avergüenzas una vez más… ¡terminamos!”

Naruto arqueo las cejas. Que era eso. ¿Qué forma de empezar era esa?. Una amenaza. Pero si ya estaba muerto.

Negó con la cabeza

“Yo… Lo siento.

De verdad lo lamento tanto. Parece que no podre cumplir mi promesa.

Tengo tanto que decir y ya no puedo. Solo puedo escribir y no sé qué debo escribir… no hallo las palabras o el sentido común. Solo puedo disculparme.

¿Alguno de ustedes puede algún día llegar a perdonarme?

De verdad lo siento, lo siento, lo siento… siento haberles hecho perder tanto tiempo, robarle tantos sueños. A ti a mi familia… causarle tantos problemas. Debí haber muerto cuando nací… hubiera sido lo mejor. Nadie lloraría no podría ver sus caras desgastadas por mi culpa. Incluso ahora sigo cometiendo tantos errores. Me voy llenándome de dudas. He lastimado a tantas personas ya un sigo lastimándolas… soy una persona horrible de seguro arderé en el infierno y aún sigo pensando en mí. Un egoísta.”

Naruto cerró el cuaderno y cerro sus ojos. Aún era doloroso, cada recuerdo que dejo Sasuke era doloroso. Era volver a abrir las heridas del pasado. Abrir las culpas y la impotencia.

Se puso su chamarra y salió. Mejor buscaba a Sadara antes que se metiera en problemas y Fugaku intentara molerlo a golpes echándole la culpa de todas sus desgracias.

A ser sincero, el también se odiaba. Si se hubiera dado cuanta a tiempo. Si hubiera llegado a tiempo… Quizás Sasuke hubiera permanecido más tiempo con esa niña y ambos le hubieran explicado todo. Pero no. No leyó las señales, no estuvo a su lado… Dejo que la rabia y los celos lo llenaran y le dejo solo con esa mujer y esa niña. Dejo la puerta abierta y se perdió por horas…

Ese día ambos pelearon por culpa de Karin y Sadara. Lo más tonto que hizo Naruto era largarse reclamándole que no parecía amarlo, pues todo su mundo se enfocaba en Sadara. Si Sadara se paraba, si Sadara decía sus primeras palabras, si era el cumpleaños de Sadara… en fin estaba celoso de esa mocosa.

Se suponía que pasarían cada segundo juntos. Que nunca se separarían hasta que la vida lo hiciera. Incluso renuncio a su trabajo en Francia para regresar a su pueblo natal con Sasuke y el resto de los Uchiha. Miro como Fugaku reconstruía la casa mientras El permanecía con Sasuke en su hogar que los padres de Naruto les prestaron mientras se iban de viaje a Inglaterra.

Pero eso no bastaba. Sasuke siempre regresaba al hotel para pasar tiempo con Karin y su hija. Casi siempre debía ir a por él y comenzaba a discutir estúpidamente. No podía evitarlo. Cuando no lo veía a su lado desesperaba y creía volverse loco.

Recordó la infinidad de veces que Karin y él casi se iban a los golpes por los reclamos de sus derechos como su esposa y Naruto como su novio. Naruto ganaba con la verdad: tu matrimonio es y será siempre una farsa. Solo eres una oportunista. En término claro: ¡Una puta!

Karin pese a ser fuerte y orgullosa aún seguía con su depresión posparto y solo atinaba a llorar con la niña en manos. Entonces Sasuke les gritaba que era suficiente que se comportaran y comenzaba a discutir con Naruto por ser un inmaduro. Por lo general era fugaku el que cansado expulsaba a Naruto y Karin del hotel. Tanto  Karin como  Naruto se marchaban indignados amenazando con jamas regresar, pero ambos regresaban. Karin por las migajas de Sasuke y por su hija. Naruto por que no podía vivir sin Sasuke. Un círculo vicioso.

En su último ataque Naruto no quiso internarlo en el hospital y lo llevo a casa. Había preparado esa recamara para Sasuke. Tenía dos tanques oxígeno a mano. El equipo necesario para atender un ataque y los medicamentos. Lo mejor era que era su hogar y no dejaría entrar a nadie que él no deseara.  

Quizás como médico debía preguntarse la razón del este último ataque. Desde que regresaron de Francia Sasuke estaba en perfectas condiciones, solo el tedio de las discusiones lo alteraban un poco, pero estaba excelente. Así lo confirmaba Naruto que revisaba cada día su estado. Pero solo fue al hospital a recogerlo y llevarlo a casa. No hizo preguntas y Sasuke no se mostró deseoso de comentarle la razón de este ataque, ya no importaba.

“lo siento…”

Naruto recordó esas palabras que Sasuke dijo con esfuerzo cuando descubrió a la pelirroja al lado de su cama aun con los ojos rojos de tanto llorar y Sadara en mano. Estaba furiosos, pero sabía que no podía estrellarse contra Sasuke en esos momentos, solo salió de casa a ladrar con perro a la cantina. Estaba casado de esa mujer y esa niña.

No se cuestionó la causa del ataque de Sasuke. No escucho sobre la discusión que Sasuke tuvo con ese vagabundo que de la nada aparecía en el pueblo y le reclamaba todas sus desdichas. Ni siquiera en la cantina del pueblo presto atención a esos chismes. Solo bebió para ahogar su frustración y lanzo una que otra maldición contra esa mujer y esa niña.

Esos días Naruto solo pasaba por su casa, pero no se animaba a entrar a verlo, solo se iba al hotel, no se sentía con ganas de verlos. Esos días solo miraba como Karin entraba y salía con Sadara en mano. Esos días Sasuke se quedaba solo esperando a que el cabeza hueca de Naruto dejara su enfado y regresara a su hogar. Sasuke como hábil enfermo que conocía su enfermedad y sus métodos de control procedía a realizarse sus controles y preparar sus alimentos, no era fácil pero Karin lo ayudaba y podía cuidarse solo. Sin mencionar que Naruto solía venir pero lo evitaba. Sacaba su ropa y dejaba víveres y algunos medicamentos, era su forma de decir: sigo molesto pero aun así te quiero.

Sasuke suspiraba, según Karin Naruto se la pasaba en la cantina tomando, fumando y lanzando maldiciones en contra suya. Sasuke negaba con la cabeza y se disculpaba con Karin. Sinceramente el amor de tres no era algo funcional. Aunque él no amase a Karin, pero bueno quien podía con los celos de Naruto.

Una simple mañana Karin salía de esa casa, por unos momentos dejo a Sadara con Sasuke. La niña estaba dormida así que no quiso despertarla. Solo iría al hotel por algunas cosas, no tardaría más de treinta minutos.

Sasuke ya casi recuperado solo miraba dormir a Sadara. Era una niña hermosa. La razón de sus esfuerzos por seguir vivo hasta verla casada y con su propia familia. Pero no pudo ser.

En la casa vecina Un hombre de ropa sucia y rota miraba fijamente esa vivienda. Desde su último encuentro, desde que fue encerrado por 48 horas por escándalo público. Orochimaru solía vigilar quienes entraban y salían de la madriguera donde se escondía Sasuke, el culpable que acabo con su carrera, con su familia, con toda su vida.

Ese día fue casi perfecto, la mujer salía y quedaba solo. Había estudiado a las visitas que por trabajo y obligaciones solo venían a verlo por las noches. Incluso ese hombre de cabellera rubia, solo venia en la tarde algo mareado y volvía a salir, al parecer no toleraba encontrarse con la familia de Sasuke. La mujer parecía que tardaría mucho pues cargaba su pañalera vacía. Giro a ver la construcción de la casa Uchiha con miedo de que alguno de los trabajadores lo descubriera pero estos estaban ocupados realizando el vaciado de la piscina.

Solo se acercó y entro por la puerta principal que siempre dejaban abierta. Quizás eso era lo maravilloso de esos pueblos pequeños. La gente era descuidad y los robos eran nulos. Casi todos dejan la puerta abierta y uno fácilmente podía entrar en esos hogares.

Orochimaru no cometería el error de tratar de matar a Sasuke con sus manos. Comprendió que sus arrebatos no servían de nada y no deseaba pasar el resto de su vida en la cárcel, así lo amenazo Fugaku si es que volvía a acercarse a su hijo. Solo entro a la cocina y dejo prendía las hornillas de gas y se marchó de esa vivienda.

El gas de uso en las cocinas no tiene olor, por lo general se mezcla con otros compuestos para así dar un olor de alarma si existe fuga alguna. Pero Esas cosas no eran algo que Sasuke notará por las heridas en su garganta y las veces que daño sus fosas nasales con algunos tubos en procedimientos médicos.

Ignorante del peligro solo velo el sueño de su hija mientras el tiempo seguía avanzando.

Karin llego a la casa de Naruto y vio la puerta abierta, supuso que el rubio había llegado y no quiso entrar para no ser causa de otra pelea. Regreso al hotel. Sadara tenía un par de pañales y su fórmula estaba en el escritorio. Estaría bien.

Pasaron horas y horas. Se hizo las cinco, aun el sol iluminaba. Karin regresaba con intenciones de recoger a Sadara y dejar a ambos varones solos, pero al entrar sintió el olor a gas. Sin miedo alguno corrió a la segunda planta. Para su suerte el olor a gas era difuso por las amplias ventanas en la segunda planta. Todo lo contrario la primera, el gas estaba concentrado, pero Karin no se alteró, si actuaban con calma todo saldría bien y cerrarían la válvula del patio. Entro a su cuarto y abrazo a Sadara mientas Sasuke la miraba algo preocupado

-¿Qué pasa?

-Hay una fuga de Gas- dijo, debía mantener la calma para que su hija no llorara. Solo debían salir y llamar a los bomberos para que reparan la fuga. Nada malo había pasado.

-Salgamos- dijo Sasuke comprendiendo la agitación de Karin que pese mantenerse calma no podía disfrazar su miedo.

Naruto se aburrió de seguir resentido y tomar en la cantina. Más cuando vio morir la tarde. Eran la cinco. Queriendo o sin querer camino de regreso a su hogar. Debía estar a su lado. Miro de lejos como Karin invadía su morada. Suspiro pesadamente, de seguro venia por la niña, pues la vio con las manos vacías.

-¡Vamos Naruto! no puedes comportarte como un crio- se dijo y siguió avanzando.

Nunca fue su costumbre fumar, pero desde hacía semanas tenía tanta tensión encima que solía fumarse un cigarrillo fuera de casa antes de entrar, se cepillaba los dientes y se quedaba en la primera planta y dormía en el cuarto de sus padres o molesto se marchaba al hotel. Ese día no fue la excepción, mas con lo cargante que seguía. Prendió su cigarrillo y se acercó a su hogar, una simple bocanada más y lo arrojaría.  Pero ante el contacto del gas con el cigarrillo la primera planta exploto.

Naruto solo fue lanzado lejos de la puerta y quedo brevemente aturdido por el impacto.

Al ser la casa de los Uzumaki de madera, las llamas consumían con prisa la primera planta. Solo segundos antes de oírse una segunda explosión en la conexión de gas domiciliario que aviva las llamas. Esa tonta conexión que se hallaba bajo la habitación donde Sasuke habitaba obstruyéndoles su única vía de escape.

Sin hacerse esperar los trabajadores de la construcción que conocían a Naruto y ambas familias acudieron a tratar de ayudar y detener al loco de Naruto que intentaba entrar a la casa al oír el llanto de Sadara, los gritos de Karin y no escuchar nada de Sasuke.

En minutos los bomberos aparecían, los Uchiha también.

-¡Suéltame! ¡Suéltame!-Gritaba Naruto luchando por su libertad sin éxito. Solo miraba como los pilares de la primer planta comenzaba a ceder y de un momento a otro la casa se vendría abajo.

El fuego era aterrador. No solo dentro sino fuera. Justamente  al lado de la ventana de la salida obvia del cuarto de Naruto se hallaba la conexión de gas. Esa zona ardía y ardía alimentad por el gas del ducto principal que pese a mandar la orden de cerrarlo la empresa de Gas demoraría  media hora.

Los bomberos llegaron y comenzaron a apagar el siniestro. Mientras los hombre de la obra buscaban desesperado la llave principal para cortar le gas en la calle. Al hallar la cerraron la fuente de alimentación sin autorización de la empresa.

Con el fuego controlado tanto Naruto, Itachi y fugaku se aventuraron sin importarles su bienestar dentro de la vivienda. Naruto entro primero y un bombero después, apenas subieron un escalón las gradas de rompían e Itachi y fugaku no pudieron subir y fueron jalados fuera de la casa por los otros bomberos. Naruto como mono se colgó de una viga y se dio modo de subir sin importar quemarse las palmas de las manos. La adrenalina le impedía sentir el dolor, solo lo aceleraba la preocupación.  

La casa tembló bajo sus pies. Los pilares de madera tambaleaban como simples cerrillos que soportan el peso de un humano. 

Naruto pateo al puerta de su recamara y allí pillo un montón de sabanas y frazadas cubriendo un bulto. Levanto las telas y diviso a Karin abrazando a Sadara ambas con máscaras de oxígeno. Al lado suyo Sasuke abrazado a ellas en el piso sin movimiento alguno.

Ante el incendio y al ver que no podía salir Karin cerró la puerta para impedir que el humo entrara con facilidad y para dejar que el fuego perdiera su tiempo quemando la puerta antes de invadir el cuarto. Sasuke ponía una máscara a su hija para que no aspirara el intenso humo que se formaba. El oxígeno no duraría mucho, solo veinte minutos. Busco otra mascara. A media que luchaba con sus tontos ataque. Quizás la desesperación de su niña lo ayudo a mantenerse fuerte y controlar sus males. Karin lo miro

-¿Vamos a morir?-Dijo jalándose los cabellos para luego mirar a su hija

-¡No vamos a morir!-Dijo Sasuke tomándola de las manos.

Karin solo lo vio y recordó que ese era el Sasuke que siempre amo. El que misteriosamente tenía una fuerza atrayente que lograba salvar a los débiles aun siendo él el débil.

Sasuke le indico el deposito del segundo tanque de oxígeno.

-Los bomberos no tardaran en llegar. Todo saldrá bien... Solo de debemos esperar- concluyo con su voz ronca y forzada, era raro oírle hablar de esa forma y a la vez toser de forma violenta. Le alcanzó el oxígeno y Sasuke lo tomo tratando de recuperarse. Comenzaban a turnarse debajo de esas frazadas que los protegían vagamente del sofocante calor, pues mantenían su sudor y evitaban una rápida deshidratación, también mantendrían algo protegidos los tanques de oxígeno o sino explotarían.

Pero las cosas tardaban y el humo comenzaba a afectar Karin que se aferraba a Sadara como si aceptara la muerte. No lo lograrían si seguían compartiendo el oxígeno, el gas era demasiado caliente y espeso.

Sasuke solo se sacó el oxígeno y lo puso sobre la cara de Karin que respiraba desesperada y lo miraba. Trato de devolverle el oxígeno, pero Sasuke no negó y siguió tosiendo y mirándola con dificultad.

Esos ojos se clavaron en la ente de Karin, esos ojos suplicantes y casi agonizantes, que abandonaban la oportunidad de vivir por mantenerla salva.

“El me ama… de verdad me ama”

Salió un pensamiento egoísta que sujeto su mano. La idea de que Sasuke muriera por ella la consolaba y daba fuerzas. Ella debía vivir para cuidar  de su hija, ella merecía vivir pues era amada por su marido y su niña. Ella valía la muerte de Sasuke, no Naruto… solo ella y Sadara.

Karin simplemente lo miro y tomo su mano, mientras con la otra abrazaba a Sadara.

Oyeron como festejaban el apagar la fuente de combustible del siniestro. Oyeron varios alaridos y discusiones. El fuego fue sofocado pero el peligro seguía latente por el humo.

Karin se aferró más al cuerpo de Sasuke y Sadara también. Ambas lloraban, peor aún si no aflojaban el abrazo. Solo Sasuke permanecía quieto. Sus pulmones colapsaron por el humo, la falta de oxígeno le arrebató la conciencia.

Miraron impotentes como entraban los bomberos a la casa, como Karin abrazaba de su hija era bajada de la segunda planta con ayuda de equipo pesado, después de ellas un cuerpo inmóvil era bajado por el bombero y Naruto que revisaba sus signos vitales. Al salir Naruto con el resto la casa simplemente se vino abajo.

-Si me hubiera quedado contigo…- dijo Naruto mirando que de la nada estaba en el cementerio. No pudo evitar volver a esa tumba y allí miro a Sadara con pala en mano.

La chica no dejaba de dar golpes a la lápida reclamándole todas sus desventuras. Alardeando de su odio a su persona.

De la nada alguien sujetaba la pala y de un solo jalón la mando a volar un metro y se golpeó fuerte la espalda contra otra lapida

-¡Nunca más!- dijo Hecho furia Naruto mirándola asesinamente-¡Nunca más te atrevas a faltarle la memoria a tu padre!

-¡Callase!- se defendió Sadara- ¡ustedes me dan asco! Incluso a hora… - dijo antes de echarse a correr cuando noto que ese hombre de verdad se le aceraba decidido a matarla.

Corrió y corrió por todo el ya no tan pequeño pueblo.

No comprendía porque todos actuaban como si defendieran a su padre, ¿por qué no eran capaces de odiarlo como ella lo odiaba?. ¿Por qué excusaban a los que se portaban mal y castigaban o dejaban con tanto dolor a los que no rompían las reglas?, entonces por qué ahora que era mala no la felicitan y solo la reprendían. El mundo estaba mal.

Naruto permaneció de pie frente a la tumba de Sasuke. Y como en todo drama la lluvia se hizo presente, pero jamas importo.

Lentamente los sucesos de ese día regresaban a su cabeza y la culpa volvía a atormentarlo.

Recordó:

En el hospital lo vieron despierto y sintieron alivio, pero al hablar con el medico este de forma profesional indico que estaba desahuciado, los daños eran irreversibles y no le dio más que unos días de vida.

Como su nacimiento Sasuke rompió los esquemas y sobrevivió por casi un mes.

Durante ese tiempo escribía a duras penas en sus cuadernos. Ya no podía hablar. Ya no podía comer. Simplemente dependía de unas máquinas para existir. Y si escribía era duras penas.

Todos esos días Naruto se forzó a hablarle con naturalidad al ver que su culpa solo entristecía a Sasuke. Todos montaron su teatro para tratar de hacerlo feliz, para lucir felices.

Pero por dentro la pena mataba a Naruto y Karin. Ambos cargaban sobre su espalda el sentimiento de culpa de la muerte de Sasuke. Naruto por dejarlo solo y fumar ese tonto cigarrillo, Karin por haberse quedado con el oxígeno. Simplemente verse ambos era un recordatorio de la culpa, era como si el accidente dejara de ser accidente y ellos fueran los planificadores de la muerte de Sasuke. Quizás un acto de venganza inconsciente porque Sasuke jugaba con ambos prendiendo y apagando sus ilusiones, prometiéndoles un amor que jamas seria real.

Tras la muerte de Sasuke Naruto se marchó y dejo a los Uchiha en paz. Karin creyó poder seguir adelante. Más cuando Suigetsu regreso a visitarlos y a diferencia de todos que atontados por el dolor no analizaban las causas de la tragedia, este ayudo a la policía con la investigación y dio testimonio de la relación de Orochimaru con Sasuke, Varios trabajadores admitieron ver a un vagabundo cerca la casa de los Uzumaki, incluso el día del siniestro. En la investigación de las cerraduras hallaron marcas de huellas que correspondían con las huellas tomadas a Orochimaru el día de su aprensión por agredir a Sasuke en la calle. De las amenazas verbales de Orochimaru. En fin descubrieron que el hombre estudio el comportamiento de los habitantes de esa casa, que el entro y dejo prendida la llave del gas yd edujo que Naruto llegaría y ocasionaría de forma inconsciente el siniestro.

No existían casualidades, todo fue planificado. Y lo más tonto, era que Orochimaru había marchado del pueblo y seguía libre el resto de su acabada vida.

-Ni siquiera pude apresar a quien te asesino…- renegó, pues si Naruto viajaba por el mundo como médico, en parte era con la esperanza de dar con el infeliz y matarlo con sus propias manos -¿Por qué no le di importancia a ese hombre? ¿Por qué no simplemente lo busque cuando que trato de violarte en la universidad? ¿Por qué no preste atención cuando Suigetsu comento que te lo topaste cuando me fuiste a buscar al fallar en el examen? ¿Por qué no te pregunte la razón de tu último ataque, porque Fugaku no estaba contigo y se fue a la comisaria?- Renegaba consigo mismo- ¿Por qué siempre te deje solo cuando me necesitabas…?

Caia al suelo como esos días. Si solo hubiera sido más detallista. Su hubiera notado que no era normal que un hombre guardara rencor a otro por tantos años, que era raro que al encontrarse aún le reclamara coas del pasado. Era obvio que lo odiaba y si ya estaba acabado, sin nada que perder: era una persona peligrosa.

Una pregunta, el dejar su tonto orgullo e infantilismo, pudo marcar la diferencia. Si no se hubiera dejado llenar con celos erróneos y mantenido a su lado. Nada de esto hubiera pasado

Nuevamente se vio a él tirado en ese sitio de mala muerte hundido por la tristeza de perder el examen de la beca. Sasuke ato los cabos sueltos y fue a por él.

Quizás si el enfermo hubiera sido Naruto y no Sasuke, Sasuke si hubiera atado los cabos sueltos y a diferencia suya no se hubiera escondido en vicios para desahogar su frustración.

Al menos su muerte le dejo una importante lección. Naruto Uzumaki jamas volvió a tomar algol, fumar o hundirse en la melancolía autodestructiva. No podía evitar la tristeza y la culpa, pero luchaba por seguir adelante. 

Sadara  regreso a casa y miro a su abuelo serio esperándola en la puerta. Era de mañana y era lógico que descubrieran que se fugó de casa.

-Tenemos que hablar- dijo Fugaku ablandando cada expresión de molestia de su rostro.

Sadara entro y trato de alegar algo. Pero Fugaku la callo y exigió que escuchara de principio a fin, después era libre de hacer lo que se le diera la gana. No era una niña y cada acción que hiciera seria cosa suya,  era su vida la que arruinaría no al de ellos.

Sadara entro en pánico, jamas creyó que su abuelo le hablaría así, que casi la botara de la casa por su conducta,. Que se desentendiera de su futuro como si fuera un simple trapo viejo.

Se sentó en el sofá al ver que quizás se había pasado de la raya.

-cuando me case con tu abuela y nació Itachi…- Fugaku comenzó a contar la historia desde el principio.

Sadara agacho la cabeza y no supo que decir o que creer. Nadie le dijo que su padre estaba enfermo, nadie le conto la historia de su padre o su madre.

Solo permaneció en su habitación mirando el techo cuando alguien toco al puerta.

Giro buscando hallar a su abuela o a su abuelo. A quien sea menos a esa persona.

-Hola…-Dijo Karin mirándola fijamente

La mandíbula de Sadara tembló sin poder contenerse, se sentó rápidamente sobre la cama y la vio. Tenía tantas preguntas. Tanto miedo, tanta rabia.

-Creciste mucho- dijo Karin sentándose en la silla al lado de su mesa de estudio- tus abuelos me dijeron que ya sabes todo. Que estas semanas y meses te has comportado mal.- agacho la cabeza- parece que hasta ahora no se hacer nada bien…- dijo arrepentida Karin, sabía que no había nombre para el abandono. Pero como iba a criar a su hija si verla la mataba en vida. Si enloquecía y la gota que derramo el vaso fue volver a ver a Naruto y sentir la culpa acribillar su pecho.

-Es… ¿es todo lo que me dirás?-Interrogo Sadara derramando lágrimas de sus ojos.

-Amaba a tu padre. Lo amo. Siempre lo amare

-el jamás te amo. Él era un estúpido moribundo que jugo a ser dios. A dejar un remplazo para llenar su ausencia- dijo cargada de rabia

-Es verdad. Pero lo amaba más que nada en el mundo y aun siendo la madre de su hija era para mí una victoria. Verlo dedicarme más tiempo de lo habitual. Preocuparse por mí, por ti… yo no cambiaría por nada del mundo esos días. Yo…  Amaba a tu padre y claramente también soy culpable de tu existencia y su muerte. Es decir… no era una idiota, ni una santa paloma. Sabía lo que hacía y que lo que hacía estaba mal, pero aun así acepte hacerlo porque quería, quería algo suyo. Algo que fuera nuestro y que matara de coraje a ese estúpido Rubio al que día tras día odiaba por quitármelo, aun sabiendo que no era mío…- dijo secándose las lágrimas…- Sabes que… el día del incendio cuando él me dio su oxigeno… me sentí feliz de verlo morir, pensé que moría por mi… ¡TOME EL OXÍGENO Y PESE A TENER LA OPCIÓN DE INTERCALARLO NO LO HICE PORQUE DENTRO MIO DESEABA QUE EL MURIERA POR MI! !QUE SU ANHELO FUERA MI SEGURIDAD, LA MIA Y LA DE SU HIJA! ¡QUE SE AFERRARA A MABAS Y FUERA SOLO MIO POR UAN VEZ EN SU VIDA! ¡YO LO MATÉ!

Sadara parpadeo sin comprender. Esas eran casi palabras de una asesina

-Por eso su muerte fue sin duda culpa mía. Te robe a tu padre. No deje que conviviera con el más tiempo. Quizás Orochimaru causo el incendio, pero yo lo mate y hasta ahora no puedo superarlo- dijo y saco de sus bolsillos unos papeles que eran una declaración medica de su estadía en una clínica psiquiátrica todos estos años estuvo en esa clínica tratando de superar el trauma y el alcoholismo, pese a ser dada de alta hacia cinco años y ya no ser paciente, era voluntaria. Trabajaba y vivía en ese lugar ayudando a otras personas  y de ese modo sentir que su vida valía algo. Tratando de saldar sus dudas por sentirse una asesina.- quizás no sea un justificativo. Pero tus abuelos insistieron que era hora de contarte toda la verdad y esta es parte de la verdad.

Sadara camino por el pueblo, pese a todo logro alcanzar a la graduación. Al pasar cerca de la casa de los Uzumaki solo descubrió a Kushina y Minato. Bajo la cabeza. Ese hombre había vuelto a desaparecer.

-Se conocieron desde niños. Compartieron una vida y se enamoraron- dijo Itachi- Es lógico que aún no supere el luto, no al verte- le golpeo la frente- Eres su vivo retrato.

Fue un día jueves que Sadara hizo lo que creyó debía hacer para saldar toda esta tonta historia. Fue un jueves que invadió la casa Uzumaki y se coló en la habitación de Naruto. Esa casa que se quemó y fue reconstruida idéntica a la anterior.

Miro la gran habitación. Trato de imaginar el incendio. El tiempo que su padre vivió en ese lugar con ese hombre… tantas cosas cuando miro sobre el escritorio de Naruto los cuadernos que ella no acabo de leer. Se sentó y comenzó a hojearlos. A concluir con todo esto para dejar de sentirse una estúpida. Para dejar de comportarse como la niña boba que hace berrinches por nada.

“Te amo. ” era lo único que decía al penúltimo cuaderno, el resto de las hojas estaban en blanco. Tomo el último cuaderno que decía algunas palabras sobre lo mucho que lamentaba sus errores, su enfermedad y el no poder hacer nada para evitarles la pena. Y concluía con las simples suplicas:

Vive feliz. Como si cada día fuera el último. Que si existe el otro mundo yo también seré feliz y te seguiré esperando hasta que podamos volver a estar juntos como cuando éramos niños y ser nuevamente inseparables.

Te amo Naruto Uzumaki.

Sadara dio un salto al oír voces abajo. Al oír el nombre de Naruto. Al parecer había regresado por unos días. No le intereso saber más. Solo tomo los cuadernos y como gato asustado salió por la ventana y de un simple salto cayó torpemente sobre el pasto y corrió a esconderse a su casa.

Naruto subió y deposito sus maletas sobre su cama. Arqueo las cejas al mirar su escritorio y no hallar los cuadernos que dejo sobre su escritorio. Supuso que su madre los devolvió a los Uchiha o los guardo.

Tomo una ducha y bajo a almorzar.

-Así que te quedarás por días-dijo Minato tranquilo mientras Kushina renegaba

-Por qué no regresas a casa. O quizás podamos mudarnos a Inglaterra… será divertido.

-No-Dijo Naruto- me gusta este pueblo. Apenas acabe de hacer algunas cosas en Inglaterra iré a Irlanda a trabajar, pero quiero regresar a aquí durante las vacaciones. No quiero dejarlo solo mucho tiempo.

Ambos miraron su hijo y asintieron

-Mama- llamo Naruto- ¿Dónde pusiste los cuadernos?- pregunto y esta lo miro sorprendida

-¿Que cuadernos?. Cariño yo no entro a tu cuarto cuando tu no estas

Naruto arqueo las cejas. Esos cuadernos podían desaparecer por arte de magia. Toda la tarde los busco en su habitación como loco, pero no dio con ellos.

Casado y rendido simplemente acudió al cementerio a ponerle nuevas rosas a Sasuke.

Sadara lo miro partir  salir de su casa y como ladrón lo siguió a distancia. Miro como compró un ramo de rosas blancas. Entonces comprendió que quien ponía rosas blancas a la tumba de su padre era ese hombre. Corrió a su cuarto. Debían regresar los cuadernos a su sitio. Sintió que esos cuadernos no eran suyos, esos cuadernos eran de Naruto Uzumaki, era el legado que su padre le dejo.

Claro, si su padre dio su vida por su hija y su madre. Debía dar sus últimos pensamientos al amor de su vida.

-Sadara!-Grito fugaku al verla salir corriendo de casa. Negó con la cabeza, esa niña era un completo remolino.

Cambio las flores y se quedó mirando la tumba rememorando el pasado como siempre lo hacía. Pidiendo disculpas. Reafirmando su amor. Y prometiendo tratar de seguir adelante por él.

La luna remplazaba al sol. El cementerio estaba vacío, pero aun así no dejaba de ser un sitio lleno de ruido. Los fantasmas del recuerdo acechaban a los presentes, más que anda a Naruto.

Sadara al fin se daba el valor de acercarse a es hombre que siempre temió, odio o miro extraño.

-Se equivoca…- dijo mirando al suelo y escondiendo las manos tras su espalda sujetando esos cuadernos- ¡Así no es como mi padre deseara que pase su vida!- le acuso levantando la mirada enfadada- ¡él dijo claramente que viviera cada día como si fuera el ultimo y lo único que hacer es parecer un estúpido con cara de zombi!- concluyo antes de descubrí esos cuadernos y lanzárselos a la cara- ¡Baka!- concluyo antes de darse a la fuga a gran velocidad.

-Realmente odio a esa niña…- dijo Naruto suspirando para luego forzarse a sonreír. Y tomar los cuadernos. Para ver por última vez esa tumba y finalmente abandonarla y seguir su camino.

Sadara miro como esa casa fue puesta en venta. Como ese hombre jamas regreso. Como los Uzumaki desaparecieron de la vida de los Uchiha. Era necesario. Necesario para vivir.

Era un día jueves que ocurrió el incendio. Un día jueves que Naruto se marchó para siempre. Un día jueves que concluyeron los lamentos y el rio dela vida siguió su caudal.

Itachi acompaño a Sadara el di de su boda. También el día que Nacieron sus hijo. Su abuelo murió y ella paso a vivir en esa casa con su abuela y su marido. Los niños fueron una bendición que llenaban la casa de risas e ilusiones. El primero se llamó Sasuke. El segundo se llamó Fugaku y cuando nació el tercero

-Naruto…- dijo Sadara sin pelos en la lengua

-Pero cariño quedamos que esta vez yo le pondría nombre- se quejó su marido

-No me interesa, se llamara Naruto- dijo Sadara y el niño término llamándose Naruto Osvaldo

Aunque no pegara, aunque se oyera extrañamente ridículo, así se llamó.

Ese verano viajó a Inglaterra. Como siempre Sasuke leía sus libros de ciencia ficción y jalaba de la oreja a Naruto que trataba de huir de la revisión odiaba las inyecciones.

Fugaku no hacia más que reclamar y criticar la atención del hospital, estaban parados por horas y aun no los atendían.

Naruto Uzumaki que inspeccionaba que la campaña estuviera en orden no pudo evitar pasar por la sección de prevención de influenza cuando oyó claramente una voz que lo estremeció

-¡Ya me tienes arto!-Grito Sasuke tomando su libro y golpeando a su hermano menor con todas sus fuerzas

-¡Te odio! ¡Ojala te mueras!-Grito el pequeño Naruto saliendo corriendo del lugar chochando irónicamente con Naruto Uzumaki

-¡Naruto!-Grito Sasuke que por ser el mayo si algo pasaba al menor seria castigado. Detrás suyo Fugaku que al ver como el resto los miraba volvió a la fila y fingió no conocerlos.

El menor de los Hyuga de nombre Naruto miro al hombre rubio con el que choco, iba a disculparse pero al girar Miro a Sasuke su hermano mayor que corría como loco dispuesto a acogerlo y arrastrarlo a que le inyectaran.

 

-¡Auxilio!-Grito Naruto Hyuga –¡Un secuestrador!- comenzando a correr nuevamente

Sasuke de 15 años era detenido por Naruto que no pudo evitar retenerlo al ver que pese a ese cabello que era más alborotado que el que Sasuke que amo tuvo. No dejaba de parecérsele tanto…

-¡No corras en el hospital!- dijo forzándose a reír y conteniendo las ganas de abrazarlo.

Sasuke le miro y arqueo las cejas para analizarlos. Al ver su bata blanca supuso que era medico

-lo siento pero el atolondrado de mi hermano no quiere ponerse la inyección y escapo…. De verdad es un fastidio… Ese Baka

Naruto rio nuevamente.

-¡Sasuke!-Llamo fugaku que pese a todo y ya con la inyección puesta decidió buscar a sus hermanos miro al médico que sujetaba del brazo a Sasuke

-Fugaku-Dijo Sasuke ablandado su expresiones y siendo liberado por Naruto- ¡Yo me rindo!. Llama a mamá o papá, que busquen a su hijo. ¡Yo no soy si niñero de nadie!- repuso para luego mirar al médico y disculparse por correr-Gomene- concluyo para volver a la fila, pero Naruto lo volvió a detener con palabras.

-Disculpen- dijo Naruto suponiendo lo evidente- ¿quiénes son sus padres? Puedo llamarlos por el altavoz- escondió su curiosidad.

Ambos se miraron y asintieron.

-Nenji Hyuga y Sadara Uchiha- dijo Fugaku mientras Sasuke nuevamente abría su libro y se dignaba a seguir su lectura.

-Y su hermano… ¿Cómo se llama?

-¡Baka!-dijo Sasuke haciendo gestos de molestia. Mientras Fugaku cansado de la actitud de ambos le daba un coscorrón

-Naruto Hyuga-Dijo fugaku

- Regresen a la fila. Yo los llamaré por el alta voz

-Arigato- dijeron ambos antes de marcharse. Mientras Naruto caminaba en dirección de recepción y descubrió al otro Naruto de 10 años escondido detrás de unas sillas.

-Ne-Le llamo- por favor no llame a mis padres. No los conoces. Mamá hecha fuego por la boca. De seguro me partirá la cara a cachetadas. Sin mencionar a Sasuke. Ese me arrancar  las orejas…-suplico agachando la cabeza- ¿es necesario que nos inyecten?-Pregunto  -no podrían solo darme una de las tarjetas de aprobación… yo no me resfrió- dijo con carita de suplica

Naruto negó con la cabeza.

-Es necesario. A veces es mejor prevenir que lamentar. Además si te enfermas estoy seguro que tu madre lloraría y tus hermanos también- le aconsejo- se ve que sois unidos

-Jajajaja… si tan únicos como los alemanes y los judíos en la segunda guerra mundial

Naruto negó con la cabeza y tomándolo del hombro lo llevo a que le pincharan antes de seguir con su trabajo. El también debía seguir adelante y acabar rápido su turno. Después de todo su esposa y su hija de ocho años también lo esperaban en casa.

La vida seguía su caudal.

Fin.

 

 

  

Notas finales:

Mil gracias por los  Reviews.

El terminar un fic, siempre será una victoria, pues la idea y la historia evolucionan solas y a veces se pierden en el tiempo. Por ello considero una victoria acabar una historia. 

Gracias a los que leyeron hasta el final. Espero poder seguir escribiendo historias que lleguen a una conclusión. Temo fallar como muchas otras historias, por ello me dedicare a escribir y casi al concluir recién las publicare. 


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