Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Algodón de Azúcar (YoonSeok) por Futuristic lover

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 6. Parte 1

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

02:00 AM. Local Violeta de Prada.

 

 

¿Realmente ese maldito se iba a encontrar con el algodón de azúcar? ¿De verdad Yoongi iba a permitir hacer lo que había planeado?

¿Por qué no paraba con esto? ¿Por qué Min Yoongi tenía una vida tan complicada? ¿Era un puto mafioso o algo que estuviera involucrado en la cruda realidad que hay detrás del mundo del porno? ¿Narcotráfico? ¿Camello? ¿Contrabando? ¿O era un simple actor que se divertía con otros "amigos"?

 

 

Solo soy un juguete.

 

 

¿Qué significaba eso?

 

Hoseok apretó los puños mientras caminaba con pasos fuertes y ligeros hacia la parte trasera del local. Ya veía el movimiento de personas que se encontraban cerca de la entrada a punto de disfrutar una noche agradable, lo que él había hecho minutos antes. Cuando estuvo a unos metros de la entrada, donde vio días antes a Yoongi con unos matones, respiró y guio sus pasos hacia allí. Sin embargo, cuando divisó aquella puerta de metal, acabó deteniéndose, ya que unos chicos vestidos de negro, fornidos y cuyo semblante tampoco era de felicidad absoluta, escoltaban esa entrada, no deseaba enfrentarse a ello por lo que se mentalizó que no iba a escoger ese camino. Por tanto, no tuvo de otra que intentar ir a la entrada principal.

Pretendía aparentar sobriedad, ante todo, pero cuando vio que la entrada principal también estaba siendo gentilmente escoltada por otros dos chicos de la misma escuela que los otros pensó que no lo conseguiría. Hoseok sintió tal rabia e incompetencia en su corazón que no pudo acobardarse en ese momento. No, no podía. Debía ser valiente y buscar a Yoongi. Sabía que estaba ahí y no podía permitir que se encontrara con el ex de Samantha. No podía. Era peligroso y muy bien lo sabía él.

Tenía miedo, no obstante, debía asegurarse y contemplar con sus propios ojos que Yoongi no corría peligro.

Sí, se metía en donde no le llamaban.

Por consiguiente, los pies de Hoseok acabaron al lado de uno de los escoltas. Tragó saliva.

 

—Lo siento, no puede pasar, chico. Es una fiesta privada. —soltó el segurata como si de un robot se tratara.

—Os daré todo lo que tengo. —Hoseok rápidamente saco su cartera para ofrecerle una cantidad pobre de dinero, pero era lo que poseía a cambio de entrar en el local. —Venga, tío, tengo que entrar. Por favor.

—Aléjese de la entrada. —le dio un duro empujón que desplazó al menor dos pasos atrás.

Hoseok guardó la cartera y le regaló una sonrisa al hombre para después hacerle una reverencia como muestra de cortesía. Al instante, Hoseok descubrió que el otro escolta dejaba entrar a una mujer por lo que, rápidamente y a grandes zancadas, aprovechó colarse con esta sin percatarse de que el de seguridad, de un movimiento, detuvo el objetivo de Hoseok. Este comenzó a dar pataletas mientras gritaba que debía entrar. El hombre lo atrapó fuertemente para empujarle lejos de la entrada.

Hoseok no hizo caso y le empujó para correr nuevamente hacia la puerta, sin embargo, su objetivo se vio obstaculizado cuando sintió un fuerte impacto en su boca. Percibió el caliente y resbaladizo líquido que escurría por su labio debido al golpe provocado por su estupidez.

—¡Vete de aquí! ¡Fuera! —bramó el hombre que le pegó.

Llevo su mano temblorosa al labio, dándose cuenta de la gravedad del asunto. Comenzó a toser y escupió sangre en un lado de la carretera. En el momento que alzó la mirada, se encontró con una persona que parecía mucho a Yoongi, pues tenía la misma estatura, la misma contextura, la misma esencia. Llevaba una gorra con un cubrebocas y se dirigía con cierto paso apresurado hacia la entrada trasera. Desapareció repentinamente ante los ojos de Hoseok.

No tardó en seguirle.

—¡Eh! ¡EH! ¡PARA! —gritó Hoseok, al tiempo que corría para alcanzarle, observando únicamente su espalda. —¡Estate quieto!

Estaba seguro que era él. Era igual a él. Esas piernas, esa estatura, esa espalda, sus brazos erguidos, y cabizbajo. Era Yoongi.

 

 

 

<<<< 16 HORAS ANTES >>>>

 

 

 

 

 

—¡WA! ¡Hoseok! ¡¿Qué te ha pasado?!

 

El nombrado saludó a sus amigos que se encontraban en una mesa de la enorme cafetería de la facultad. Seokjin tomaba un simple té negro y Jungkook un café americano acompañado de algunos bollos de crema y chocolate. Hoseok se acercó con una botella de agua y tomo asiento en frente de ellos. Intentó cubrirse con maquillaje el hematoma que tenía en un lado del rostro, específicamente en la mejilla derecha, pero su trabajo no valió de nada, puesto que, sus amigos se dieron cuenta en seguida.

 

—¡Hyung! ¿Otra vez te has metido en una pelea? —inquirió Jungkook con los ojos como platos.

—No.

Sólo un actor porno me dio un puñetazo por haberle robado un beso.

 

—No me metí con nadie.

 

Bueno, dos.

 

—¿Entonces? —preguntó Seokjin igualmente preocupado. —¿En qué otros líos te has metido Hoseok? —esa frase iba con otras intenciones a lo que el aludido las captó perfectamente. Ignoró la mirada seria de su amigo.

—No es nada del otro mundo. Discutí con... un viejo amigo. —dijo convencido, mientras sonreía nervioso. Se quedó quieto mirando a un punto fijo, sabía que, si se quedaba inmóvil, sus amigos no sospecharían de sus gestos porque pues era muy malo mintiendo.

—Ten cuidado, hyung. —dijo Jungkook después de un largo silencio. Con Hoseok era fácil sospechar, pero decidió no hablar más del asunto.

—Lo tendré.

—Hoy vamos a visitar a Namjoon. —indicó Seokjin cambiando de tema. —¿Te vienes?

—¿Utilizáis de excusa el ver a Namjoon para salir de fiesta?

—No. —confesó Seokjin con cierto tono tajante y serio. —E-es buen amigo y me gusta hablar con él. Jungkook solo me acompaña. ¿A que sí? —disimuladamente le dio un leve codazo a un entretenido Jungkook que mordía gustoso su bollo de crema. Asintió mirando a Hoseok con una sonrisa sospechosa manchada de crema en el labio.

—Entiendo el porqué este chico te acompaña. —dijo Hoseok refiriéndose al menor. —Jungkook tiene ganas de fiesta.

—Jin-hyung se lleva bien con Namjoon-hyung y yo solo le hago el favor de acompañarle. No tiene nada de malo.

—Sí, pero te conozco. —sonrió Hoseok.

—Jajajaja.

Seokjin parecía no escuchar la conversación de sus amigos, puesto que su mente estaba centrada solamente en una cosa. Hoseok captó la tímida sonrisa que repentinamente apareció en su amigo mientras daba vueltas al té negro ya frío. Las miradas de ambos chocaron. Hoseok descubrió el rubor que maquillaba las mejillas de Seokjin y este se sintió totalmente atrapado.

Algo había entre Namjoon y Seokjin. Algo que estaba ansioso Hoseok de descubrir.

—Acepto entonces. Iré, pero con una condición. —dijo, captando inmediatamente las miradas curiosas de sus amigos. —Iré si me dejáis invitar a un amigo.

Jungkook y Seokjin enarcaron una ceja confusos pues Hoseok nunca, desde que se conocieron, les había presentado algún amigo o familiar. Asintieron ante su petición.

 

 

 

 

<<<<…>>>>

 

 

 

 

La fiesta que se iba a celebrar esa noche sería una buena oportunidad para conocer a Taehyung, fortaleciendo así aquel lazo que comenzaba a nacer entre ambos. Deseaba ver al chico en otro ambiente que no sea en su labor profesional. Hoseok estaba ilusionado por exponerle el plan y ver cómo el chico aceptaba igualmente animado.

Debía avisarle cuanto antes.

Hoseok, seguidamente, cogió el móvil para mandarle un mensaje, pero al encenderlo y desbloquear el teléfono, se encontró con el historial de llamadas que olvidó cerrar el día anterior.

Samantha.

Esta le envió un mensaje de voz cuando él se hallaba en la casa de Yoongi, cuidando de él. Olvidó contestarle o simplemente darle señales de vida con alguna llamada perdida. Suspiró, pues a veces era bastante despistado. Se llevó el teléfono al oído después de marcar el número de la pelirroja. Los tonos largos y aburridos siempre le ponían algo nervioso, pero sobre todo tímido. Miro al suelo sin dejar de caminar lento y tragó saliva.

¿Sí? —escuchó la voz de Samantha cuando descolgó la llamada.

—Samantha, soy Hoseok.

¡OPPA! —chilló la chica sorprendida y feliz. —¡Por fin hablamos! ¿Escuchaste mi mensaje?

—Me alegro también de escuchar tu voz. —sonrió. —¡Sí! Por eso te llamaba. No pude contactarme antes contigo. Perdóname.

—¡No digas eso! Siento yo haberte molestado, pero no he podido ocultar mi felicidad al saber que trabajaremos juntos. Aunque es un mundo nuevo para ti, puede resultar ser algo incómodo, intentaré que sea un ambiente ameno.

—¡Samantha! Eres muy amable. Gracias.

Sí... —dejó de hablar por unos segundos. —¿Te gustaría que nos viéramos la noche antes de la grabación? Tengo un hueco libre y me gustaría ofrecértelo. ¿Te viene bien cenar juntos?

Tal propuesta impresionó a Hoseok, ya que no pensaba volver a ver a Samantha hasta el día clave. Sin querer, tal plan le hizo sentir un cosquilleo por su piel, sonrió y aceptó encantado.

—Déjame invitarte, Samantha.

—¿Cómo? No, no, no. ¡Ni hablar! Además, sé el lugar a dónde iremos.

—No me importa porque pagaré yo. —rio. Hoseok se mordió el labio, reprimiendo una sonrisa juguetona. Anduvo cerca de su parada de autobús. 

Lo haré yo, porque tú pagarás el postre. ¿Verdad? —Hoseok sintió que aquella frase iba con segundas. —Seguro que eres bueno pagándome el postre.

Escuchó una leve risotada de Samantha. Le gustaba jugar, y a él también. Disfrutaba estar con la chica porque gracias a ella sus sentidos despertaban sin una mínima señal de confusión provocada por un estúpido algodón de azúcar.

—No lo sabes bien.

Hoseok tenía la cabeza hecha un lío por Yoongi, específicamente lo que causaba en él unas simples palabras susurradas cerca de sus labios, o cuando le regaló una honesta sonrisa tras tocar una armoniosa y pegadiza melodía en el piano. Sí, debía admitir que esas cosas, entre otras, le dejaban más confuso que antes. No sabía del motivo por el que se lanzó a sus labios antes de que el otro le propinara un puñetazo. Se lo merecía por ser tan idiota y apresurado.

Pasados unos minutos, terminó de hablar con la pelirroja acordando la hora y lugar donde se iban a encontrar. A continuación, apagó el teléfono y se lo guardó en el bolsillo no sin antes sacar su cartera para coger la tarjeta de transporte, elemento con el que iba a viajar en el autobús, sin embargo, su acción se vio interrumpida cuando un cuerpo que se encontraba detrás de él lo empujó lanzando su cartera a un metro de distancia desde su posición.

—¡HOSEOK! —saludó una voz demasiado conocida al tiempo de darle un abrazo por la espalda. —¡Te encontré!

Taehyung rodeó los brazos de Hoseok que intentaba sobrellevar tal estupor y sobresalto. Se giró encarando a un chico que conocía bastante bien.

—¡Taehyung! Me has dado un buen susto. —dijo incrédulo para después alejarse del chico y coger su cartera. —Mira lo que has provocado. —agitó el objeto.

Cuando Taehyung vio el hematoma y la herida en el labio en el moreno, se llevó las manos a la cabeza, preocupado.

—¿Qué te ha pasado? ¿Has tenido una pelea?

—Jajaja, algo así. No hay nada de qué preocuparse. Borra esa cara, por favor

—Está bien, pero ¿ten cuidado vale? —Hoseok asintió. — Por cierto. ¿Me has venido a visitar? —cuestionó con esa sonrisa tan peculiar de él. —¡Estás cerca de mi lugar de trabajo! Aunque te vi hace unos momentos entretenido con el móvil, no quise interrumpir tu llamada. ¡Dime! ¿Has venido a visitarme? —De repente, Taehyung llevó su mirada a la mochila que poseía Hoseok colgada en un hombro y ato cabos. —Aaah~ ¿Has ido a clases hoy? Claro, tu facultad está muy cerca de esta zona. —terminó de decir con cierto gesto de desilusión.

—¿Decepcionado? Hyaaa~ Taehyung. —Hoseok pasó su brazo por el cuello del más alto para posar su mano sobre el hombro del otro. —Borra esa cara de limón. He venido a verte. —ladeó una leve sonrisa. —Quería estar con mi estimado amigo, Kim Taehyung.

—¡Oh! ¡Hoseok! Hyung~ —Taehyung, borrando ese gesto triste de antes y pasando su brazo por la espalda de Hoseok, comenzó a agitarle feliz y recuperando esa sonrisa olvidada. —¿De verdad? ¡Eres el mejor!

—Lo sé. —Hoseok observó la tienda cerrada. —¿Acabas de cerrar?

—Sí, hoy cerramos por la tarde. Antes de verte me dirigía al trabajo, ¿te toca trabajar hoy?

—Sí, más bien, iba justo ahora a casa para dejar la mochila, comer y salir hacia la oficina.

—¿Eh? ¿Ahora? ¿A casa? —abrió los ojos de par en par. —¿No vamos a comer juntos?

—¿Cómo?

Inesperadamente, el ambiente fue interrumpido por el ruido del autobús que debía coger Hoseok para volver a casa. Le señaló el bus mientras preparaba su tarjeta de transporte, se colocó detrás de la cola de las personas que entraban con parsimonia al vehículo. Antes de que las grandes y largas puertas verdes se cerraran siendo Hoseok el último pasajero en entrar, Taehyung atrapó la muñeca del moreno y tiro de él para llevarle fuera del autobús. Comenzó a correr con Hoseok detrás.

—¡Taehyung! ¡Maldito loco! ¿Qué haces? ¡Suelt...

—¡Comerás conmigo! ¡VAMOS! —sin soltar su muñeca, corrió hacia un restaurante que tan bien conocía, ya que era su favorito. Sonrió cuando lo visualizó a lo lejos. —¡Comeremos aquí!

Hoseok observó el local, reconociendo aquellas letras de la marca del restaurante.

—¿B-Bur...—intentó tomar aire pues la carrera había agotado todas sus energías. —¿Burguer King?

—¡Pago yo! —lo miró con aquel brillo en los ojos. —Vamos entra.

 

 

 

 

 

<<<<…>>>>

 

 

 

 

 

—¿Te gusta? —interrogó Taehyung tras ver cómo Hoseok le daba un bocado a la hamburguesa que le había recomendado. Su favorita. —¿Eso es un sí?

—S...mmph...Sí. —habló con la boca llena. —Está buena, aunque...mmphgg... no soy un gran fan de las hamburguesas. —sonrió con algo de dificultad.

—¡Yo nunca me canso de comer aquí! Y saben distinto cuando la buena compañía está junto a mí. —le dedicó a Hoseok una de sus sonrisas encantadoras, atrapando la atención de este.

—Déjame estar más veces contigo, Tae.

—¡Acepto! —pegó un golpe a la mesa feliz y confiado. Ignoró las miradas hacia su persona por el impacto que había dado.

—¡Bien!

—Hoseok, ¿qué estudias? —preguntó al tiempo que se echaba más kétchup en la carne.

—¿No te lo dije? ¡Filología Clásica!

—¡¿Cómo?! —abrió los ojos de par en par. —¿Cómo puede ser eso? ¿No eres cámara?

—Sí, bueno, pero antes estudié audiovisuales y jajajaja. ¡Ahora estoy aquí! La de vueltas que da la vida. —posó su pajita en los labios para absorber el líquido que subía rápidamente ante el vacío. Miro a Taehyung que aún seguía, sin pestañear, observándole sorprendido.

—Wow. Siempre acabas sorprendiéndome, Hoseok.

—Gracias, supongo. —sonrió con hoyuelos incluidos robando un leve sonrojo por parte de Taehyung. —Tampoco soy de Seúl. —continuó.

—¡¿No?! ¡Hoseok! Me asombras.

—Vine aquí por los estudios. Llegué solo. —dijo mientras llevaba su mirada de vuelta a la hamburguesa a punto de acabar. —Tengo 25 años, mmm estoy soltero, nací en febrero. Jajajajaj Creo que no me olvido de nada más.

—¡25! ¡Un año mayor que yo!

—¿Cómo? ¿Sólo un año? —inquirió confuso el mayor.

—¡Hey! ¡No soy tan pequeño como aparento!

—¡Ni yo debería cumplir años!

Ambos se rieron ante sus bromas. El ambiente entre ellos mejoraba a cada segundo, se llevaban tan bien y sentían estar tan cómodos con el otro. Iban a ser grandes amigos.

—Hey, Taehyung. —llamó de repente Hoseok. Cuando captó la atención del aludido, le miró sonriente. —Esta noche saldremos de fiesta unos amigos y yo, y quería saber si... ¿te gustaría venir? Ellos son muy simpáticos y te caerían bien. ¿Qué me dices? ¿Te apetece?

—¡WA! ¡¿QUIÉN?! ¡¿YO?! —los ojos se le iluminaron adaptando la luz simbólica del mismo sol. Estaba ilusionado y eso hizo feliz a Hoseok. Este asintió. —¡Claro! ¡Me gustaría! ¿No molesto? ¿No causare ning...

—¡No! —le cortó al ajeno. —Además tengo muchas ganas de presentártelos. Creo que haríais buenas migas.

—Hace mucho que no salgo de fiesta.

—Pues ya tienes a un compañero de fiesta aquí. —Hoseok se señaló así mismo.

—¡Oh! Que hyung más atento. —le guiño un ojo coqueto.

—Y tú eres raro y adorable. —rio provocando que su amigo hiciera aegyo.

Después de unos minutos emprendieron su camino hacia la oficina, con buen humor y recién alimentados. Hoseok no quería perder ese ambiente tan enternecedor y Taehyung, en cambio, no quería separarse del mayor.

 

 

 

 

 

 

<<<<...>>>>

 

 

 

 

 

—¡Chicos! ¡Me alegro que hayáis llegado juntos! Aquí os entrego los apuntes de la grabación de hoy. —Sujong les dio la bienvenida nada más poner un pie en la oficina. Sujetaba una carpeta llena de papeles ordenados. —Aquí tienes el tuyo, Hoseok —le entregó un par de hojas y, a continuación, volvió a buscar para proporcionarle otro par de hojas a Taehyung. —Tú no lo necesitas, Taehyung, pero debes saber lo que vamos a grabar hoy. No hagas esperar a Minwoo. Tiene mucho trabajo para ti.

Dicho eso, se marchó dejando a los chicos con unos papeles en la mano y con el humor apagado. Hoseok reprimió un puchero y Taehyung comenzó a quejarse en silencio con muecas y movimientos extraños.

—Estamos a tiempo de volver a casa. —mencionó Taehyung, intentando convencer al mayor. —No quiero ver a Minwoo.

—Ni yo ver a Sug... Eeh... Sujong. No tengo ganas de ver a Sujong.

—¿Sujong? Pero... —señaló Taehyung la oficina de esta, abriendo los ojos anonadado. —...si la acabamos de ver.

—Trabajar con ella en plató, me refería. Es muy pesada. —susurró ante la última frase.

—Comprendo. —sonrió Taehyung.

Antes de llegar a las escaleras que daban al segundo piso, debían cruzar el largo pasillo que se asomaba a continuación. Comenzaron a desearse suerte y mucha fuerza en esos momentos para soportar con buen humor el día. Sin parar de caminar y pasar por la esquina del pasillo y poder cruzarlo, se encontraron con las dos personas que Hoseok no deseaba ver en mil años.

 

 

Yoongi y Jimin.

 

 

La mirada de desconcierto proveniente en Hoseok ante la imagen de una pareja que hablaban animada, hizo notar a Taehyung del sentimiento agridulce que desgraciadamente manifestaba en el rostro del chico sin apartar la vista de esas dos personas. No entendió del porqué la situación dio un giro brusco para llegar a una tan incómoda como la que estaba, por desgracia, siendo testigo.

Quería decir algo, pero llevo su mirada al objetivo que robo la atención de su amigo.

Suga y Jimin hablaban cerca del otro. Jimin le tocaba el hombro, acariciándolo sutilmente siendo acompañado de una sonrisa sincera y divertida en los labios. Suga le miraba a los ojos, inexpresivo, pero con cierto carisma que solo él podía crear. Volvió a contemplar a Hoseok que continuaba paralizado en su sitio, sin despegar, siquiera, la mirada en esos dos.

 

—¡AAAAAAHHHH! ¡HYUNG! ¿Por qué eres tan adorable? Vamos a llegar tarde por tu culpa. ¡Deja de entretenerme! —alzo la voz Taehyung al tiempo que se colgaba de la espalda de Hoseok, quien se asustó por el comportamiento extraño del castaño. Taehyung comenzó a ser cariñoso y empalagoso inesperadamente. —Vamos, vamos. —guio el menor a Hoseok empujándole ligeramente con el fin de volver a retomar sus pasos. Notó que la atención de la pareja recaía ya en ellos.

—¿Qué te pasa ahora? —inquirió en un susurro Hoseok.

El menor no tardó en abrazarle por delante, enrollando sus brazos por el cuello y acercar sus labios al oído del ajeno.

—A veces, eres encantador. —susurró Taehyung.

Aquella frase arrebató un intenso sonrojo en las mejillas del mayor, que sólo se dignó a sonreír y colocar su brazo sobre la espalda del castaño correspondiéndole al apretón. Estaba tan sumido en ese extraño gesto de cariño que no fue consciente del par de ojos que observaban esa escena.

—Entonces, ¡nos vemos esta noche, Hoseok! —soltó Taehyung después de separarse y estar a unos metros lejos del otro. Alzó el brazo, caminando por el amplio pasillo hacia las escaleras que daban al segundo piso. Antes de desaparecer, echó una ojeada a Yoongi, que aún observaba a Hoseok serio y con una mirada extrañamente irritada, mientras tanto, Jimin solo vislumbraba a este último. Hizo una reverencia como señal de saludo y partió.

Hoseok no dejó de mirar a Taehyung hasta desaparecer por las escaleras. Le había dejado solo y peor aún en compañía de ambos chicos. No deseaba ver a Yoongi, no deseaba recordar la noche anterior cuando, por un estúpido acto sin sentido, se lanzó a sus labios consecuencia que recibió segundos después en forma de golpe. Tenía el hematoma aún en la mejilla y la herida en el labio que cicatrizaba poco a poco.

 Tímido, miraba el suelo y empezó a caminar hacia las escaleras ignorando la presencia de la pareja.

—¡Hoseok! ¡Hola! Nos volvemos a ver. —sonrió Jimin, obstaculizando el objetivo del aludido. —¿Qué te ha pasado ahí? —señaló a su mejilla.

Hoseok le observó y sonrió al tiempo que agitaba su cabeza confirmando que no le pasaba nada. De repente, echó una ojeada a Yoongi, que silencioso, continuaba mirándole.

—No es gran cosa. Tuve una pequeña disputa con un estúpido cabeza hueca. —hizo un leve puchero dedicado al chico que seguía lejos de ellos. —Gracias por preocuparte, Jimin.

—Me alegro de haberte encontrado aquí, además no sabía que te llevabas tan bien con Taehyung.

Yoongi, que anteriormente había posado sus ojos en él, giró la cabeza.

—S-sí, nos hemos hecho buenos amigos.

—Eso es lo mejor. —sonrió Jimin. Guio su vista a Yoongi que yacía quieto y en silencio. —Estuve cuidando esta noche de Yoongi. Se puso enfermo y me llamó para cuidarle. Así que, menos mal que estuve ahí porque si él no hubiera venido, la grabación se habría cancelado. No me puedo creer que haya estado solo estos días sin que nadie le socorriese. Ahora he venido con él para asegurarme de que ha llegado bien.

Hoseok se sorprendió ante tal revelación. Se sintió estúpido, inútil y ridículo. Había estado preocupado por Yoongi, incluso fue él quién le salvó la vida, gastó su poco tiempo disponible en cuidarle toda esa noche, en preocuparse y velar por su bienestar y seguridad. ¿Por qué ahora se sentía defraudado y frustrado?

No divisó al protagonista de sus pensamientos, ni siquiera le dedicó un saludo. Terminó de hablar con Jimin, Yoongi acabó a su lado, le acarició gentilmente la cabeza revoloteando algunos cabellos y le regaló una sonrisa que Jimin respondió de la misma forma. Hoseok sintió que sobraba, no ansiaba estar más en ese pasillo junto a la parejita que desprendía felicidad de recién casados. No, no quería. Era tan idiota porque no tenía el derecho, ni era nadie para sentirse de esa manera y tal como llegó ese pensamiento, actuó rápido. Con pasos largos y ágiles, salió disparado de ahí, encontrándose unas escaleras que no tardó en subir saltando algunos escalones a su paso.

Yoongi no le dijo nada a Jimin de que fue él quien le cuidó. Nada. ¿Tan irrelevante era en su vida que no merecía ni una mención o agradecimiento por su parte? ¿Pensó que Yoongi había cambiado? ¿Que era más honesto con él solo por intercambiar un par de sonrisas? ¿Tan estúpido fue para creerle? ¿Tan estúpido fue, él mismo, en crear una esperanza de tener por fin una amistad con el susodicho?

Cuando Hoseok alcanzó el segundo piso, se colocó mejor la mochila que empezaba a ser una molestia. Continuó caminando hacia el plató algo más calmado.

 

—¿Aún estás en secundaria para llevar mochila?

 

Mierda

 

Hoseok no se dio la vuelta al escuchar la ronca voz de Yoongi, que sin explicación apareció detrás de él.

—Déjame en paz. —contestó Hoseok.

—Eso es un sí.

—Estoy en la universidad, idiota.

—¿Tanto te ha jodido el puñetazo de ayer en el orgullo? Deberías agradecerme por darte tu merecido. No debes ir por ahí repartiendo besos a cualquiera. ¿No tienes dignidad?

Hoseok se quedó quieto, retrocedió dos pasos, enfrentó a Yoongi y, a continuación, le cogió de la manga del cuello para alzarlo un poco. Sin retirar ese ceño fruncido en su rostro, se acercó lentamente.

—Vete a la mierda. Si quieres, puedes empezar yéndote por dónde has venido. Quizás, vuelvas a encontrarte con Jimin. —Hoseok le soltó y volvió a caminar entrando en el plató destinado para la grabación.

Yoongi sonrió.

Miro al suelo sin perder la sonrisa. Notó que Hoseok realmente estaba mosqueado y se comportaba como un imbécil. Y sin darse cuenta, algo había despertado en su interior, algo que no percató de lo significativo que sería en el futuro. Tal sentimiento como de un capullo a punto de florecer se tratase, se abría ante la luz resplandeciente del sol.

Su interés había despertado por fin.

 

 

 

 

 

<<<<…>>>>

 

 

 

 

 

 

 

 

—¡Muy bien! ¿Estamos todos listos? ¡Genial, comencemos! —Sujong preparaba y confirmaba que todo estaba listo para la grabación.

Hoseok contemplaba ensimismado las características de la cámara, abriendo y cerrando continuamente el menú del visor. No tenía ganas de trabajar, ni de grabar otra toma con el famoso actor Suga, no deseaba verle, ni mucho menos cómo chupaba una polla. Quería irse a casa.

Suspiró cansado y aburrido antes de presionar el botón de grabar después de recibir la señal de la regidora.

La grabación comenzó.

Minwoo no tardó en indicarle algunos planos demasiados previsibles que, rápidamente, Hoseok había conseguido hacer sin problemas. En el encuadre de su cámara se podía apreciar a Yoongi lamer el miembro de un nuevo compañero. Repentinamente, a Hoseok le surgió la duda de cuantas pollas habrá chupado en su vida.

Se deshizo de ese pensamiento.

El semblante del rostro del camarógrafo era serio, sin vida apenas. Sentía que no sería capaz de aguantar ese incómodo momento cuya duración era eterna e insoportable

—¿Te gusta? —preguntó en un tono ronco Suga a su compañero. Este, entre nuevos gemidos, asintió.

Yoongi continuó succionando los testículos de una manera sensual y erótica. Hoseok se dio cuenta de la diferencia que resultó ser el Suga de ahora al Suga de hace unos días. Era diferente. Ahora parecía al actor que conocía, hábil, sensual y pícaro. Por fin era aquel que había captado su atención, en cambio, el Suga que había visto antes era simplemente un chico asustado y sin ganas de experimentar el sexo no consentido, pero que no tenía de otra que aceptar.

¿Se habrá recuperado de la cadera totalmente? ¿Por eso no se arriesgaba a un acto más sexual?

Yoongi, de repente, le miro a los ojos sin dejar de chupar la longitud del miembro, o mejor dicho a la lente de su cámara. Hoseok no reaccionó, ni siquiera se sonrojó como muchas veces había pasado cuando el actor le observaba sumiso.

Le ignoró y prestó atención a otro punto fijo que quedó interesado en observar.

Yoongi noto ese cambio irracional de Hoseok. No existía ese rubor interesante en sus mejillas, ni tan solo un incómodo movimiento como el simple desplazamiento de su mano cubriendo su entrepierna como había visto en grabaciones anteriores. Fue consciente que Hoseok seguía molesto. ¿Por qué? Ni él mismo sabia. ¿Fue duro con él?

Cuando Minwoo le dijo de hacer zoom a la boca de Yoongi, dio un paso adelante para realizar dicha acción, pero al acercarse a la cámara, tropezó con la pata del trípode provocando que el equipo cayera hacia adelante y él también. De un acto reflejo, Hoseok consiguió levantar la cámara y estabilizar su equilibrio con la máquina. Se maldijo a sí mismo por ser tan descuidado. Por su culpa había jodido el plano, la grabación, y su reputación.

—Mierda. Lo siento.

—¡Hoseok! ¡Ten cuidado! —bramó rápidamente Sujong incluso a la vez que Minwoo. —Bueno, bueno. Volvemos a hacer este plano. No te preocupes. —intentó tranquilizar al chico.

 

 

 

Pero…

 

 

 

 

 

—¿Qué falta de responsabilidad es esta? —hablo Yoongi con voz molesta —¿Sabes que nunca hemos cometido errores? —le miró a los ojos serio.

La sala se quedó totalmente silenciosa, tanto que, ni siquiera, escuchaba a Minwoo por los cascos. La habitación del control se había quedado igualmente muda.

—¿C-cómo? —Hoseok enarcó una ceja sin comprender.

—¿De verdad que Victoria ha contratado a este personaje tan insensato? —miró a Sujong mientras señalaba a Hoseok. —Hasta una rata podría haberlo hecho mejor.

—Suga. —llamó Sujong intentando calmarle.

—No, no, no. ¿Es que todavía hay gente en este mundo que no sabe quién soy? ¿Y que conmigo trabajan las mejores personas del ámbito técnico? Esta es una producción costosa que no merece tener estúpidos que tropiezan con una simpleza como esa. —Yoongi señaló al trípode para después observar a Hoseok con el ceño fruncido. —Un perdón no es válido, tu puesto de trabajo, sí.

—Suga, tranquilo. Vamos a hablar de esto más tarde. Tenemos que terminar la grabación. —dijo Sujong pretendiendo llevar la situación incómoda a una menos tensa.

—Venga, no te preocupes. —dijo su compañero mientras acariciaba la espalda de Suga. —Conti...

—¿Pues sabes lo que pienso de ti, estimado y “honrado” Suga? —habló Hoseok sin poder aguantar tal humillación. —Que eres un estúpido narcisista, engreído, y egoísta. Solo miras por tus estúpidos y brillantes zapatos. ¿Acaso sabes de los problemas que tenemos que pasar nosotros? ¡No solo tú tienes problemas de niño mimado! Si me he tropezado con la pata del trípode por grabar tu estúpida cara, es porque fue un maldito accidente. ¡Un jodido accidente! ¿Es que tú no has cometido errores en tu vida? ¿No eres humano? ¡Gilipollas!

Hoseok, furioso y a punto de llorar de la rabia, salió despedido por la puerta del plató ante la atenta mirada de los presentes no sin antes recoger sus cosas y marcharse de ahí.

Ya está, la había cagado y mucho.

Corrió hasta llegar fuera del edificio, respiró el aire fresco, asustado y con los impulsos de adrenalina como si de haber cometido un delito se tratara, pero, sobre todo, con un peso menos de encima, comenzó a caminar de vuelta a su casa.

 

Definitivamente, perdería su trabajo.

 

 

.

.

 

.

 

.

 

.

 

.

 

Continuará

Notas finales:

¡Hola!

¡Espero que hayais disfrutado! La historia, poco a poco, cogerá la forma adecuada para mostrar el drama en todo su esplendor. Sed pacientes :)

Muchas gracias por leer, por acompañarme en esta historia (esto ya lo había dicho, pero lo vuelvo a repetir), y gastar un rato de vuestro tiempo para votar y comentar durante el capítulo. Sois lo mejor porque me dais las energías para continuar con esta peculiar historia.

 

Lil B~~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).