Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Al fin te encuentro... ¡Mi agape! por Ina Arishima

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Al llegar la noche Yakov llamó a mi abuelo para pedirle permiso para que pasara la noche con él y de paso me preparara algo de ropa "apropiada" para la ocación.  Pasamos por la ropa, me despedí de mi abuelo con una sonrisa y nos fuimos a su casa, ya que más tarde llegarían nuestros "queridos" invitados. Yakov Preparó algunos platillos bastante elaborados en los que yo sólo pude ayudar pasandole algunos ingredientes o revolviendo algunas mezclas, en cierto punto me sentía como un niño ayudando a su mamá en la cocina.

Sacamos una botella de vino para los mayores y algunas cajas de jugo, supuse que para el mocoso y para mí. En realidad yo ya había tomado con Yakov pero al parecer quería dar la impresión de ser responsable, así como se veía que era el señor Weller. No renegue y seguí con mi labor de acomodar el comedor y la sala, coloqué algunas velas como adorno en la mesa de centro del recibidor, acomode los cojines de los asientos y quite el polvo de algunos cuadros que estaban colgados en la pared. Al dirigirme al comedor puse algunas rosas blancas en el centro de la mesa y suspire con cansancio. Todo estaba perfecto y sólo faltaba de arreglarme yo.

Tomé la pequeña maleta donde mi abuelo había puesto el cambio de ropa y me dirigí al cuarto de huespedes. Suspire al ver lo que había puesto ahí, era una camisa blanca y un pantalón negro que me quedaba algo ajustado, zapatos negros y una loción ¿a caso mi abuelo piensa que voy a cenar con la reina de Inglaterra? Con resignación tome la ropa y comencé a cambiarme, arreglé finamente mi cabello y me puse un poco de la loción; al mirarme al espejo quise saltar por la ventana, pero no había tiempo de cambiarme de nuevo ya que alcancé a oír el timbre y a Yakov recibiendo a los invitados.

Me dirigí al recibidor con pereza y algo malhumorado, al estar ahí no pude reprimir mi sorpresa. El señor Weller estaba vestido como un adolecente rebelde, con pantalón y chaqueta de cuero, camisa negra y el cabello acomodado hacia atrás; sin embargo ¡lo más sorprendente es que le quedaba exageradamente bien! Al salir de mi shock inicial pose mi mirada en Bennett y casi pude admirar de nuevo a ese ángel que vi en la pista de baile y que pareció nunca existir al hablarle. Estaba sonrojado, vestido con un pantalón blanco y un suéter a rayas, su mirada estaba fija al suelo y jugaba nerviosamente con sus manos; al levantar la mirada y verme con los ojos puestos en él, se sonrojo con más violencia y yo sentí como el calor subía a mis mejillas al verme descubierto, pronto ambos desviamos la mirada y fingimos que no ocurrió nada.

-Al fin llegan...- dije, fingiendo molestia en mi voz.
-¿El hadita dorada se molestó?- lo miré con enojo, a punto de responder.
-¡Yuri! No seas descortes
-Thomas... Disculpate- miré a Thomas con cierto aire de superioridad, pero al ver su rostro sentí una opresión en mi pecho.

Estaba a punto de llorar.

¿¡eh!? Digo... Tiene como catorce años ¿de verdad es tan sensible como para llorar por un regaño? ¡Se ve que es el mismisimo demonio! Iba a hablar para decirle que no era necesario cuando escuché en un susurro su voz.

-Lo siento, Plisetsky... T-tengo que ir al baño, disculpen...

Dicho esto se fue corriendo al baño y yo quise seguirlo, pero Yakov me ordenó ayudarlo a servir la cena.

A penas terminé fui al baño, pero él no estaba ahí. Algo extrañado comencé a buscar por toda la casa hasta que me detuve frente a una habitación, de dónde se escuchaban algunos sollozos. Me molestó un poco, ya que recordé cuando encontré a Katsuki llorando en el baño ¿por qué simplemente se ponen a llorar? Cómo si las lagrimas fueran a resolver su vida, como si simplemente quedarse llorando por idioteces lo fuera a volver todo mejor. Simplemente no logro comprender a esos idiotas debiluchos que se dejan morir por cualquier cosa. Cegado por la ira que me producían esos pensamientos, patee la puerta con fuerza, haciendo que se abriera de golpe. Thomas ocultó su brazo derecho detrás de su espalda, visiblemente asustado por mi repentina aparición.

-Y-Yuri... ¿Q-qué haces aquí?
-...

¿Qué hacía ahí? Al inicio estaba dispuesto a gritarle un par de cosas igual que como lo hice con el cerdo; pero cuando lo vi ahí, indefenso, con los ojos hinchados, temblando y sin poder pronunciar palabra alguna sin tartamudear... La situación no era la misma, al menos no para mí. Me acerqué lentamente a él, sus ojos me miraban y seguramente pensaba que iba a agredirlo (¿tan cruel me veo?). Lo rodee con mis brazos en un torpe intento por hacer que las lagrimas dejaran de caer por su rostro, nunca intenté consolar a nadie y por lo tanto no tenía idea de que hacer, sin mencionar que no sabía exactamente que decirle o siquiera qué había causado su llanto.

-Idiota... ¿No estas algo grandecito para llorar por un regaño? Tienes como ¿catorce? Por favor... A tu edad yo incluso le respondía a mi abuelo y...- una risita tímida me calló antes de poder seguir hablando. Me separé y un leve sonrojo invadió mi rostro al ver por primera vez su sonrisa.
-¿Catorce? ¿Cuando tenías mi edad? Por favor... A menos que tu cuentes al revés tus años de vida, nunca has tenido mi edad- ¿eh? ¿De qué habla este mocoso?
-No... Creo que tu no sabes mi edad, yo tengo...
-17... Tengo 17- dijo esto soltando una pequeña carcajada ante mi rostro, que estaba palido por la sorpresa ¡¿ese escuincle tiene 17 años!? ¡¡es mayor que yo!!

Algo atónito lo miré fijamente y él comenzó a sonrojarse, desvío la mirada y comenzó a jugar con sus manos.

-Hey... ¿Q-qué tanto miras, idiota?
-... ¡¡¡¿¿¿tienes diecisiete años???!!!
-Si... ¿Es tan imposible de creer?

Cubri mi rostro con las manos y susurre algunas cosas sin sentido, pronto Yakov nos llamó para cenar.

¿Qué otros secretos ocultas, Bennett?

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).