Mantuvo la vista perdida en el techo mientras hacía hasta lo imposible por respirar lo mas silenciosamente posible, a su lado escuchaba un ligero y tranquilo ronquido, aquel que demostraba que la persona a su lado se encontraba profunda y tranquilamente dormida. En su cintura podía sentir lo que era una mano sostenerlo, aquella que se encargaba de aferrarse y restringir la mayor parte de sus movimientos, ya que apenas por mas leve que fuese el movimiento, su acompañante de aquella noche lo sentía de inmediato. Por lo que no podía moverse como deseaba por miedo a despertarlo.
Aunque tampoco es como si deseara dormir.
Natural Harmonia Gropius había llegado de repente a su casa en Nuvema Town, de esa misma forma repentina en que el llego, sorprendiendo a su madre, la cual al verle en la puerta de la casa no hizo otra cosa más que echarse a reír y permitirle el paso sin siquiera anunciar de quien se trataba.
Verle ahí, pasando como pedro por su casa a la sala de su hogar, había sido tan extraño que no pudo hacer otra cosa más que molestarse con su madre y reclamarle por dejar entrar a gente de esa forma a la casa —aunque la mujer le dijo que otros entraban sin tocar la puerta— aunque después de eso no hicieron otra cosa más que sentarse en el comedor y simplemente ponerse a cenar como si ambas visitas no tuvieran nada de extraño.
Lo cual se entendía. Su madre era una mujer lo suficientemente amable como para quejarse de la falta de su hijo, quien tras algunas pláticas con la profesora de la región descubrió que el joven de cabellos verdes iba de vez en cuando a su hogar para hacerle compañía a la solitaria madre.
Touya no sabía si eso se debía a la falta de una madre, o tal vez porque en ella veía y/o recordaba a Anthea y Concordia, aquellas amables doncellas que se había hecho cargo de él durante una gran parte de su infancia, aquellas que, de una u otra forma también habían terminado siendo arrastras en el camino de Ghetsis.
Parpadeo curioso mientras observaba detenidamente el techo, pensar en el hombre que alguna vez se había hecho pasar por padre de Natural era... Extraño. Mucho más con toda la información que Handsome le había hecho llegar de manera extraoficial y en secreto —pues la agencia se supone, no le permitía compartir dicha información— en donde se hacía la mención de cosas por demás extrañas, en primera, a pesar de que se supone que aquel hombre no era realmente el padre de N —pues a todo esto se supone que era adoptado— tal parecía que el ADN mitocondrial, hasta cierto punto, parecían ser similares. Lo que no solo significa que eran parientes, sino que, además, supondría que la otra persona era la verdadera madre, lo que —según hipótesis a las que se había llegado— explicaría el porque había tenido una idea aproximada de donde conseguir al niño y, muy probablemente, la facilidad que tuvo para quedárselo.
Lamentablemente y debido a que Ghetsis había desaparecido con ayuda del trío sombrío, quienes también informaron del mal estado mental de su jefe, lo que le impediría seguir con sus actos, y posteriormente también le impediría hablar al respecto sobre el tema. No habiendo otra opción más que seguir sacando hipótesis, tras hipótesis.
Como pudo ladeo el rostro para ver al de cabellos verdes, con todo el cuidado del mundo para no despertarlo. A su memoria vinieron las horribles palabras soltadas por Ghetsis en la cara de, quien se supone, durante varios años había llamado su hijo, para terminar llamándolo monstruo por no seguir sus ideales. Hizo una mueca, antes de girarse sin cuidado alguno y abrazarse al cuerpo del mayor —quien reaccionó revolviéndose y reforzando su agarre— viniendo a su memoria todo el tiempo que estuvo fuera de su casa, todo el tiempo que no estuvo presente cuando el de cabellos verdes debió de haberlo necesitado... ¿Y ahora?
Ahora la historia era al revés.
Porque antes de dormir Natural le había dado varias pistas sobre que no se iba a quedar mucho tiempo. Así que no le quedo otra opción mas que aferrarse fuertemente al mayor mientras intentaba no quedarse dormido, con el miedo latente de despertar sin el calor contrario a su lado.
Porque dormir al lado de N significaba... Despertar con el miedo latente de no estar con él.