Kuroko miraba a Kise asustado, estaban en una sala de espera, llena de cuadros y pequeñas figuras de demonios, ángeles y otros personajes espectrales. El peliazul estaba más pálido de lo normal, y sus delgadas manos temblaban, Kise estaba todavía más nervioso, prácticamente aquello era su culpa.
-Entonces… ¿estás seguro que eso fue lo que te dijo?
-Totalmente seguro.
Una señora de aproximadamente 35 años se asomó a la puerta y los vio, les sonrió y le hizo un ademan invitándolos a pasar, ellos hicieron caso sin rechistar y entraron, mirando al momento que en la mesa de la consulta había una bola de cristal, cartas, caracoles, inclusive una Ouija.
-Tu -Le dijo dirigiéndose a Kuroko –Un demonio te está persiguiendo ¿No es así?
Kuroko le asintió y tras explicarle la situación completa todo se fue entendido, la bruja les miraba con el ceño fruncido y cada vez ponía una cara de preocupación más marcada.
-… Y… al final del sueño él me dijo “Invócame”
-Ya veo, Kuroko Tetsuya ¿estabas consiente de que invocabas un demonio?
-Sí, pero no era mi intensión invocar un demonio hombre.
-Tú realmente querías invocar a un Incubus.
-Pero –Intervino Kise –Salió mal.
-Lo que queremos saber es como hacer para que el demonio deje de seguirme, que ya no me pida que lo invoque, quiero que me deje en paz.
-Bueno –La bruja se hecho hacia atrás –La cosa esta así: Kuroko invocaste un Sucubus, la finalidad de esos demonios es satisfacerte sexualmente, es prácticamente como si estuvieras contratando una prostituta oh un gigolo, con la diferencia de que en lugar de pagar con dinero pagas con energía, te hacen pecar, y, su invocación no es un juego, una vez que les invocas tienes que terminar el ritual, es decir consumir el acto sexual.
-¡Pero el demonio es un hombre y yo también!
-Eso en el bajo astral no importa, tú solicitaste el servicio de un demonio, y ahora por respeto y compromiso tú también debes cumplir.
-¿Y si no quiero?
-De lo contrario el demonio te estará persiguiendo hasta que sedas, esto con la durabilidad de un mes exacto, si no accedes después del mes el demonio proseguirá a otros métodos.
-¿Cuáles?
-Actualmente y por este tiempo solo estará haciéndose presente en sueños, pero después del mes si aún no han tenido sexo el empezara a manifestarse mediante el efecto de poltergeist.
-¿Qué? –Eso le asusto
-Incluso podría agredirte, ahora quiero preguntarte ¿Por qué no quieres consumar el contrato?
-¡Porque soy hombre también!
-Bueno, yo pienso que deberías apreciar mas tu vida, y piensa en que solo será una vez y te aseguro no te arrepentirás, el propósito de los demonios sexuales es eso, proporcionarte placer, a tal manera que no lo podrás comparar con ningún otro humano, no volverás a sentirte tan satisfecho en toda tu vida de la misma manera, así que no pienses que será una experiencia mala ¿Un consejo? Simplemente invócalo, termina el contrato y déjalo ir.
-Enserio ¿No hay manera de quitármelo de encima?
-¿Aparte de invocarlo, tener coito y finalizar? No.
Kuroko y Kise voltearon a verse, no había realmente opción más que terminar el contrato y ya, Kise estaba en verdad avergonzado por lo que había pasado.
Ambos agradecieron y se pusieron de pie, antes de salir, la mujer los detuvo.
-Puedo preguntar… ¿A cuál demonio invocaste?
Kuroko le miro preocupado, después ladeo sus ojos y minutos después contesto:
-Kagami…. Eso fue lo que me vino a la mente.
La bruja le miro con los ojos gravemente abiertos y se puso de pie rápidamente.
-¿El aún no se ha presentado ante ti?
-No –Kuroko le miraba consternado –El… yo solo… En mi mente es Kagami.
-Querido niño, no solo te basta su apellido, también necesitaras su nombre… –La bruja le miraba con precaución – Tu Incubus no es Aiperos, ni Zabulón, Leviatán ni mucho menos Belaam… Kagami dijiste… Que tengas suerte.
-¿Por qué? –Kuroko le miraba asustado.
Pero la bruja ya no contesto, solo se dio la vuelta.
Kuroko empezó a caminar a toda prisa, de todos los nombres que le dio anteriormente ¿Qué tenía de diferente el tal “Kagami”? ¿Era más fuerte oh algo por el estilo? No sabía pero que le mirara de esa manera le había enfermado más de lo que ya estaba, además de que no cabía duda de lo que acababan de decirle, solo habían afirmado sus sospechas, debía tener relaciones sexuales con esa cosa.
-Kurokocchi –Kise le llamaba desde atrás -¡Lo siento!.... Por meterte en este lio.
Pero Kuroko no quería hablar con absolutamente nadie, solo el sabia el miedo, el pánico que estaba sintiendo, ciertamente era tan fácil como apretar los dientes, tragarse el orgullo, abrir las piernas y ya. Pero aquí lo verdaderamente aterrador era que aquello fuese un demonio. Y lo más perturbador aún era que se había sentido excitado por él.
Su aspecto.
Su voz.
Su andar.
Dios… su cuerpo estaba para atragantarse hasta la garganta, pero aun así no era su gusto, no quería pensar de esa manera pero tenía un andar tan sexy que era imposible no hacerlo.
La voz de Kise seguía sonando en el trasfondo.
-Kise-kun… -Volteo a verlo con severidad –Sé que no fue tu intensión pero… por ahora realmente solo deseo estar solo y ver cómo debo continuar con este problema…
-¡No estás solo Kurokocchi! Yo…
-Ya hiciste suficiente… yo podre por mi cuenta.
Y sin decir nada más continuo su camino hacia casa, ahora debía pensar… y recordar todo lo que se necesitaba para invocar aquello pero ¿Qué tan malo sería tener aquel demonio encima? Pero después recordó que solo podría un par de semanas… porque al mes se iría al carajo y ahora empezaría las agresiones fuertes. Ok… pasaría al mercado a comprar lo necesario para la invocación, no había de otra.
Tardo bastante en hacerlo, realmente creía que lo mirarían raro pero no fue así, no gasto demasiado y cuando lo tuvo regreso a casa temeroso, no era capaz de hacerlo… Llego demasiado noche a su casa, había estado deambulando de aquí haya y cuando tuvo lo necesario ni así fue capaz de deshacerse del problema…es decir, los demonios eran seres temibles, nada buenos ni amables, ellos todo lo que querían era tu alma, chuparla hasta que no quedara nada…
-Yo quiero chupártela.
Kuroko abrió sus ojos inmediatamente, no se dio cuenta cuando había caído al suelo rendido por el cansancio en la soledad de su habitación, trago saliva… mierda, se había quedado dormido, y no se había dado cuenta.
-¿Quién está ahí? –Su voz sonaba frágil, temerosa… era tan desesperante no poder verlo.
-Bueno –Joder… su voz tan condenadamente sexy –Tú fuiste quien tuvo que ir a preguntar que hacer conmigo ¿verdad? –Nuevamente solo era capaz de ver su silueta –Entonces… termina lo que debes de hacer.
Kuroko no podía con la hipotermia interna que sentía, su cuerpo entero temblaba cada vez más que miraba con ese cuerpo grande se acercaba a él y de pronto… fue levantado con una simpleza que le enojo, pero con el miedo no tuvo tiempo de demostrarlo, solo se dejó manipular, su cuerpo fue alzado en esos fuertes brazos quienes lo aprisionaron en la pared, sentía el cálido aliento ajeno en sus labios, aquel ser respiraba tan tranquilo que le hacía ver ridículo. Lo único que pudo hacer fue cerrar fuertemente los ojos.
-¿Por qué los cierras? ¿No querías verme?
Oprimió más fuerte su cuerpo contra el de Kuroko en la pared, abriendo sus piernas, restregándose en sus nalgas. Kuroko se contrajo hacia adelante agarrándose de sus brazos, no era ni capaz de abarcar toda su musculatura con sus pequeñas manos, abrió sus ojos irremediablemente y pudo ver su cuello, se perdió en los huesos que sobresalían en su fuerte pecho, el hueco de su cuello, su manzana que le hacía ver más varonil, llegando hasta sus labios… temía seguir levantando la mirada… no quería, pero fue imposible.
Se perdió en sus ojos borgoña que brillaban y a la vez lo miraban con demencia, con sed, con lujuria. Joder… así de cerca… ¡Era guapísimo!
-Entonces… ¿Te parece si proseguimos al ritual?
El demonio se acercó tanto que pego sus labios, al simple rose, no los beso, solo los mantuvo juntos. El vibrar del cuerpo de Kuroko le hacia sonreír de satisfacción.
-No te hare nada…. Aun –Mordió suavemente el labio inferior de Kuroko, lenta y vorazmente –Pero llámame… Y te juro que cada orgasmo que tengas lo disfrutaras al máximo –Lo tomo de las caderas y empezó a subirlo y bajarlo haciéndolo sentir…. ¿Qué era eso?
Kuroko se aferraba tanto a sus brazos al grado de encajar sus uñas en estos, aquello que estaba sintiendo… eso… eso era… ¡No! ¡No podía ser!... se sentía condenadamente grande…
-Mierda… –Maldijo el demonio, lo sostuvo más fuerte y lo acostó en la cama dejando caer todo su peso sobre el menor, Kuroko soltó un leve gemido por aquello… pero… era una sensación agradable –No puedo esperar a enterrar mi verga en tu interior.
-¡No! –Kuroko empezó a forcejear pero… era estúpidamente inútil, el ser de arriba solo reía suavemente, de pronto, sintió una mordida en su cuello y después como esa lengua larga y húmeda le recorría el dolor punzante antes dejado.
-Va a gustarte -Le sostuvo del mentón, abriendo su boca y de un momento a otro metió su lengua, como si la estuviera penetrando, mientras movía sus caderas al compás de la invasión en sus labios –Solo dilo… y estaré aquí haciendo que grites mi nombre.
Entonces Kuroko lo recordó… necesitaba su nombre… estaba por preguntarle cuando nuevamente su voz enveneno sus tímpanos, haciéndolo estremecer en menos de un minuto.
-Kagami Taiga…
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Entonces, Kuroko despertó… con una gran erección, y un dolor profundo en su miembro.