- Itaru… te quiero mucho hermano - abrazándolo - cuida a papi y a papá
Solo pensaba en esas palabras para después ver la silueta de su hermano alejarse antes de perder la conciencia. Cuando despertó, vio a sus padres y a Karin, quienes le explicaron la situación. Si bien le alegro que su padre y su tío se reconciliaran, no podía evitar culparse por caer en la trampa de su hermano, pero no podía culparlo ni culparse.
Dio un suspiro al mismo tiempo que se reincorporaba de su cama, cuando sintió el chakra de sus padres acercarse y alejarse de nuevo. Fuera de la habitación
- No pudieron encontrarlos, ¿cierto? - pregunto Onoki a sus ninjas
- ¿El Arukukage y su grupo no ha vuelto?
- No, pero dijeron que de no encontrar nada, irían a la aldea Nómada para ir por sus ninjas - el anciano cerro sus ojos- creo que esta guerra es inevitable
- Por eso debimos forzar a ese mocoso a hablar - A gruño enfadado- pero todos tenían…
- Por lo mismo - intervino Mei - es un niño al que trataron de poner en contra de su padre
- Pero eso no le impidió seguir siendo leal a Madara - repitió el Raikage - ahora quien sabe dónde estén y que planeen
- No se preocupe - apareció Karin - Itachi-sama le puso un sello bloqueador a Minato-kun, así que no podrá usar ni su sharingan o el Susanoo
- Bien, eso facilitara su captura - comento A - y esta vez no más piedad
El Raikage salto para esquivar un Rasengan, cortesía de Itaru, quien furioso mostraba su Mangekyo Sharingan y en su mano se formaba otra esfera de aire
- Ni crea que le permitiré tocar a mi hermano… porque entonces - surgiendo unas llamas verde negruzcas - yo seré quien lo mate
Las personas se alejaban con miedo del menor al formarse el costillar de su Susanoo, pero lo que más les sorprendía a los Kages, era que el Rasengan no se desvanecía pese a la formación del Susanoo, Karin si bien estaba asombrada, se mantenía seria, por lo que decidió intervenir
- Itaru, tranquilo
- Pero tía Karin…
- No les hagas caso y recuerda lo que tus padres te dijeron - acomodándose sus lentes - deshaz el costillar y ahorra tu chakra
El menor solo asintió, deshaciendo tanto el Susanoo como el Rasengan para luego abrazarse a Karin llorando, quien lo abrazo de forma protectora pero luego le lanzo una mirada dura al Raikage
- Para la próxima vez, guárdese sus comentarios. Si nos disculpan
- En eso tiene razón - Onoki intervino de nuevo- A-sama, debe evitar esos comentarios, no nos conviene tener a los Uchiha en nuestra contra. Como esa chica dijo, tenemos suerte que Itachi-san, haya puesto ese sello en el menor de sus hijos
- Y ojala ese sello solo pueda retirarlo el propio Itachi – expreso Mei
Por su parte, en su habitación, Minato miraba a la ventana de forma seria
- Itaru - pensó
- Minato
- Sensei
- ¿Estás listo?, vamos a probar si puedes usar tu chakra
- Pero sensei, ¿no nos descubrirán?
- No, porque no saldremos fuera del escondite, sígueme
El menor obedeció a su maestro, para sentir la mirada amarilla de Zetsu, que si bien lo puso nervioso se adelantó para caminar junto a Madara, al mismo tiempo que lo sujetaba de la manga; el mayor vio de reojo la acción del menor para solo seguir su camino, cuando llegaron
- ¿Qué?, ¿Qué es aquí? - viendo la cueva
- No importa, aquí no detectaran ni tu chakra ni el mío - alejándose un poco del menor- ahora, ¡prepárate!
Minato activo su sharingan, para esquivar los ataques de Madara, quien sonreía complacido cuando veía que la velocidad del menor se mantenía, después procedió a atacarlo con sus puños iniciando un combate cuerpo a cuerpo
- Bien - Madara defendiéndose- pero necesitas poner más fuerza - lanzando una patada que el menor esquivo - muéstrame tus jutsus
- Katon: Gōkakyū no Jutsu
El menor ni tardo ni perezoso le lanzo la gran bola de fuego que después tomo la forma de un fénix que persiguió al azabache, quien logro deshacerla. Ante esto, Madara sintió más orgullo por el menor. Por su parte, en la cumbre de los Kages, estos esperaban a sus respectivos ninjas de las Cinco Naciones, al mismo tiempo que planeaban estrategias de ataque y contraataque, así como formación de escuadrones y quienes los liderarían.
Por su parte, una muy molesta Tsunade se dirigía hacia los de la Aldea del Rayo, en especial a su líder
- Raikage-sama, ¿me puede decir porque no incluye a los de la Aldea Nómada?
- Porque en esa aldea solo hay criminales y traidores…
- Son gente que puede ayudarnos - apoyándose en la mesa - en este momento no estamos en posición de rechazar ayuda. Además, sus habitantes son ninjas entrenados por Itachi
- Aun así, esa aldea no tiene ni un símbolo ni bandanas que los identifiquen; tampoco clanes importantes o jutsus que puedan garantizar nuestra victoria
- ¡Ya basta! - golpeando la mesa - solo por esta vez olvide su pasado. Lo importante es que esta guerra dure el menor tiempo posible, así como derrotar y atrapar a Madara para evitar lo que sea que este tramando. Así que vuelvo a insistir, incluya a los ninjas Nómades dentro de los escuadrones y no se preocupe, mande traer chalecos extra si desean o no apoyar a Konoha, ¿quedo claro?
- Tsunade-sama, usted no…
- Yo estoy de acuerdo - intervino Mei - los ninja exiliados o prófugos de mi aldea, también serán bienvenidos
- Igual yo - opino Onoki
- Cuenten conmigo - hablo Gaara
- Como quieran, pero no digan que no se los advertí
A de mala gana acepto incluir a los Nómades, estos por su parte, se encontraban reunidos por órdenes de Itachi, acompañado de Koga, Kaede, Naruto e Iruka
- Escuchen hermanos, la cuarta guerrera ninja ha sido declarada y es necesario que nos unamos a las demás aldeas para luchar en ella, y de ser posible, que esta dure el menor tiempo posible
- ¿Pero cómo podemos hacer eso? - hablo uno- el Raikage no acepta a quienes provenidos de la Aldea del Rayo
- Mejor dicho de cualquier aldea - intervino otro
- Lo sé - siguió Itachi - pero no pido que peleen por mí ni por alguno de los otros Kages, que si bien aceptan a sus prófugos y exiliados; les pido que peleen por sus hijos, hermanos, padres y por esta aldea donde reciben una segunda oportunidad para llevar una vida lo más tranquila posible. En mi caso, en de mi esposo y Iruka-san, si bien no podremos evitar ayudar a alguno de nuestros conocidos de Konoha, nosotros peleamos por ustedes y - haciendo un pausa - recuperar a uno de los nuestros, Uchiha Minato, mi hijo y su hermano. Así que…
- Por favor - intervino Naruto al mismo tiempo que tomaba a Itachi de la mano - por favor, les pido nuevamente su ayuda para encontrarlo y también, peleen por proteger a quienes aman. No importa si los demás Kages no nos reciben, si peleamos, será para proteger la paz de esta tierra
Los nómades se miraban entre sí, discutiendo si aceptar o no, pensaban muy bien las palabras de Itachi y Naruto, si bien sabían que no los obligarían a pelear, ellos también tenían hijos por quienes pelear
- ¡Cuenta con nosotros jefe! - dando un paso al frente
- Moegi-san
- Tal vez no ayude en el campo de batalla, pero si lo hare como médico - sonrió la chica
- Entonces, yo seré un buen estratega - apareció Udon
- Chicos
- Cuente conmigo, Arukukage-sama - hablo una mujer
- Y conmigo
- Yo también voy
Uno a uno, hasta que se escucharon más voces aceptando participar en la guerra, como Itachi dijo, no solo por ayudarlos para recuperar a Minato, sino para proteger su hogar y sus familias. Koga sonrió complacido
- Itachi-sama, también cuenta conmigo y Kaede, nosotros
- Con todo respeto, Koga-sama - interrumpió el azabache - lo mejor es que usted se quede aquí y comande algunos ninjas para proteger la aldea, quien sabe hasta donde se expanda el campo de batalla
- Además - intervino Naruto - quiero enviar a Itaru de vuelta, para mantenerlo a salvo
- Pero sabemos que no será así - hablo Iruka- y saben porque
Naruto e Itachi asintieron, si bien la culpa que años atrás radicaba en el corazón de Itaru, de nuevo resurgio por impedir que Minato se fuera de nuevo y ambos sabían, que por más que se lo prohibieran, el azabache iba pelear y recuperar a su hermano. Pero más en Naruto, vivía el miedo de que perder a sus dos hijos y que el saliera vivo junto a Itachi o que Madara de nuevo envenenara al rubio menor en su contra. Seguramente no soportaría eso de nuevo, sintió como su mano era entrelazada junto a la de Itachi, quien lo miraba con el mismo miedo, pero sabía que no podían dejarse dominar por ese sentimiento.
Naruto le regalo una sonrisa para luego asentir, ninguno se rendiría, detendrían a Madara y recuperarían a Minato pasara lo que pasara. Por su parte, el más pequeño de los Uchiha yacía flotando en lo que parecía un rio, su cuerpo permanecía quieto, sus cabellos se movían al compás del movimiento del agua que masajeaba sus músculos.
Sus ojos azules oscuros, escondidos en sus parpados como señal de que su mente se encontraba dentro una completa calma
- Eso es… relájate - escuchaba una voz - no pienses en nada, solo escucha mi voz y siente el agua que toca tu piel
El menor subía y bajaba su pecho con cada respiración, completamente relajado. La persona a su lado, sentado en posición de loto, sonreía al mismo tiempo que lo observaba, vigilando que cumpliera sus instrucciones
- Escúchame bien - hablo de nuevo - primero que nada, quiero que me perdones por lo que tengo que pedirte que hagas, pero es necesario hacerlo, ¿entiendes?
- Si - respondió el menor
- También perdóname porque posiblemente tendrás que enfrentarte a tu familia, pero equivocado o no, evitaras lo que… - al verlo llorar
- Supongo que repetiré las acciones de mi padre, ¿verdad? - aun con los ojos cerrados
- Si - el dueño de la voz le respondió con honestidad, al mismo tiempo que le quitaba las lágrimas - Minato, de verdad lo siento
- Está bien - sonriendo - así le hare pagar lo que hizo
La figura coloco su mano en el pecho del menor, al mismo tiempo que se dejó sentir un suave viento que movía sus cabellos y su ropa, de igual modo que generaba que el agua se moviera un poco más, al su rostro
- No olvides lo que te dije, úsalo cuando el momento llegue - el menor asintió - es hora de despertar. Recuerda, no aceptes nada de él pero si será necesario que sigas las instrucciones de tu maestro
- ¿Crees que pueda…
- No lo sé, no solo depende de ti, ahora, abre tus ojos… despacio
Minato abrió sus ojos poco a poco, hasta que pudo distinguir el rostro de aquel que comenzó a aparecer en sus sueños, le daba una cálida sonrisa misma que le brindo el menor
- Puedes hacerlo
- ¿Puedo saber cómo te llamas?
Nuevamente abrió sus ojos, descubriéndose en la habitación de su maestro, quien observaba la ventana con atención, noto que solo usaba su pantalón y no llevaba su máscara pero solo veía el negro cabello del mayor, el menor se reincorporo en silencio
- Nos has retrasado - hablo el mayor
- Discúlpeme maestro
- Está bien, después de todo, Kabuto me dijo que era un efecto después de librarte de ese sello - suspiro para luego abandonar la habitación - vístete - señalándole un cambio de ropa- te espero donde te lleve
Minato vio a su maestro salir y cerrar la puerta tras de sí, vio lo cuidadoso que fue para impedirle ver su rostro. El rubio noto la ropa perfectamente doblada y encima, unos guantes negros; antes de tomar las prendas, noto que su cabello había crecido un poco, así que tomo un kunai para recortar sus hebras doradas.
En su guarida, Kabuto, Zetsu y Madara esperaban, hasta que escucharon unos pasos acercarse a ellos, causando una sonrisa burlona en el ninja serpiente al verlo llegar
- Vaya, cualquiera que te viera así, diría que es un mal chiste: el cuarto Hokage - acomodándose sus lentes - luchando en contra de las Cinco Naciones Ninja
Madara, aunque usaba su máscara, su mirada no pudo evitar el gesto que se ocasionada cuando se frunce el ceño, hubiera preferido que su alumno jamás se hubiera tocado su cabello o al menos hacerse un corte distinto.
Minato solo veía al trio en completa seriedad, no le importaba mucho si su maestro se encontrara molesto por devolverle la forma original a su cabello, como la del hombre con el que comparte el nombre. Zetsu no dejaba de verlo para luego ver que el menor usaba la misma ropa que Madara
- ¿Uniformes acaso? - hablo el ninja planta - solo que él no lleva mascara
Zetsu señalo que maestro y alumno usaban la misma ropa: un par de pantalones y guantes de color negro con una camisa negra de mangas blancas, sobre esta llevaba una gran túnica púrpura de cuello alto y manga larga y tenía grabado el símbolo Uchiha en la espalda. Alrededor de su cintura llevaba una sencilla obi morado y un cinturón.
- Eso no importa - hablo Madara - después de todo, él y yo somos Uchiha - viendo al menor - ven, Minato - el menor obedeció colocándose a su lado
- ¿Solo pelearemos nosotros, maestro?
- Haz lo tuyo, Kabuto - el mencionado junto sus palmas
- ¡Kushiyose Edo Tensei!
Acto seguido, varios ataúdes surgieron del suelo cuyas tapas cayeron al piso pesadamente, mostrando varios cuerpos, desconocidos para el menor, con una sonrisa Kabuto siguió con lo suyo
- Primero, los miembros de Akatsuki - viendo de reojo al menor - a quienes ya conoces: Sasori, Deidara, Kakuzu y Nagato
Minato no pudo evitar hacer un gesto de desagrado por volver a ver al que fue amante de su padre, causándole burla a Zetsu
- ¿Me pregunto cómo se pondrá Itachi al ver a su antiguo amor?-hablaron las dos mitades - yo digo que se pondrá feliz - hablo la parte negra - ¿o que crees tú, Minato-kun? - el menor solo lo veía de reojo
- Déjalo en paz Zetsu - hablo Madara - continua - Kabuto sonrió
- Después los Jinchuriki: Yugito el dos colas, Yagura el tres colas, Roshi el cuatro colas, Han el cinco colas, Utakata el seis colas y Fuu el siete colas. Solo nos faltaron el ocho y el nueve colas
Minato se mantuvo sereno, aunque por dentro se preguntaría si podría ser capaz de contenerse si su papi estuviera frente él como un cadáver manipulado por Kabuto bajo las ordenes de Madara, quien al ver al menor
- Agradece que tu padre desobedeció la orden de entregar al nueve colas o no estarías aquí - viendo al frente - Kabuto
- Y luego los Kages: el segundo Tsuchikage, el tercer Raikage, el cuarto Kazekage y estilo de la explosión, Gari, el demonio de la niebla, Zabuza. Estilo de hielo, Haku, Hanzo la salamandra. La vieja Chiyo de la arena, Kimimaru del clan Kaguya y de Konoha, Asuma Sarutobi, Dan, Hizashi Hyuga… y otros miembros que tienen habilidades. Eso no es todo, 10,000 Zetsus blanco, incubados por el mejor ninja de todos los tiempos - sonriendo - ¡Magnifico!
En silencio Madara se giró para empezar a avanzar, Minato, Kabuto y Zetsu hicieron lo mismo para seguir al enmascarado
- ¡Vamos! - expreso el Uchiha mayor
- La cuarta gran guerra ninja… - expreso Kabuto
- ¡Comienza ahora! - completo Madara