3. Eros
Apenas empezó la música sus pensamientos entraron en aquella línea que debía estar sin duda podrida y pérdida. En todo momento su mirada se clavaba en el niño que, completamente sonrosado miraba con nerviosismo y alegría que patinara algo que hasta ahora nadie había visto. Sin embargo a cada movimiento y salto su imaginación se disparaba, llenándose de ideas que reflejando el amor sexual podía plasmar en el inocente cuerpo del cerdito, queriendo verlo sonrosado, sollozante y lagrimeando de placer más sin embargo, todo esto sin hacerle ninguna clase de daño
—Podría embarazar a un hombre con tanto Sex-Appeal que se carga—murmuró Yuri sin apartar la mirada tampoco, cuando de entender la música se trataba, Viktor lo lleva a otro nivel, no había duda de eso, tan solo quería saber o más bien rogaba que, el niño que estaba a su lado, no fuera el que produjera el Eros de Viktor
Finalmente termino, con una sonrisa más que satisfecha en el rostro y sin mostrar demasiadas señales de estar cansado. Patino tranquilamente hasta Yuuri que contenía un pequeño ataque de alegría su cuerpo
—Espero que te haya gustado, Yuuri —pudo saborear cada letra de ese nombre, que pesar de ser el mismo a quien le estaba jodiendo un poco la existencia, era uno sumamente especial en su cabeza
—F-fue perfecto —tartajeo impactado, queriendo brincarle encima y abrazarlo
— ¿Eso es lo dirás?—preguntó Yuri ladeando un poco la cabeza, aunque le doliera la perfección que Viktor había demostrado, debía admitir que no podía comparar en nada el Eros a su Ágape aun cuando, extrañamente había sido incluso mejor que en la final del GPF. Yuuri volteo a verle
—Pu-pues... Y-yo...—fijó su vista a sus manos que apretaban los protectores
—Viktor gana obviamente pero Yuri lo hizo tan lindo—exclamó Yuko dando saltitos
—Al menos Yuri no parecía una perra—comentó Takeshi de forma casual, recibiendo de inmediato y por sorpresa un golpe de Yuuri que le miraba con ojos acuosos, puñitos apretados y mejillas rojas—¡¿PERO QUE TE PASA GORDO!?—bramo
—Él no... él no parecía ninguna..—parecía estarse complicando por no querer decir la palabra, eso a Viktor le causo mucha ternura—...Perra... él estaba patinando amor... un amor que no conozco y eso no lo hacen las perras—explico rojo y en tono elevado. Viktor pensaba abrazarlo y darle un pequeño besito, hasta que vio a Takeshi con intenciones en empujar a Yuuri... actuó por instinto
— ¿¡Estás loco!?—casi gimió Yuri atrayendo al de gafas hacia su cuerpo
Viktor había hecho una especie de giro que alzando la pierna como en un salto, casi corta tanto a Takeshi como a Yuuri, aunque esto estaba a discusión por la distancia que había con el menor. El robusto niño le miró asustado
—Lo siento, quería salir pero aun no tengo los protectores—se excusó con sonrisa amable pero mirada extraña. Yuuri sin prestar la más mínima atención a lo que había pasado le tendió los protectores—Thank You~—tarareo— ¿Y bien? ¿Cual te gusto más?—preguntó inclinándose levemente hacia el asiático que aun estaba en brazos del rubio ruso
—Pu-pues...—miro al piso, ambas presentaciones le fascinaron, la de Viktor aún más perfecta que la de Yuri pero no había forma de decir que no le gustara. Aunque bien podía decir que el Ágape le gusto, eso significaría alejarse de Viktor que, aunque fuera su amigo, en Rusia podría olvidarle, además de todo que el peli plata recalcara que aquella presentación era robada tan solo aumentaba el enredo en su cabeza
—Ganaste tu—afirmó Yuri en un suspiro, Yuuri alzó la mirada para verle—Ibas a decirlo de todas formas, lo hizo mejor que yo, es mejor saber admitir la derrota—aclaró penumbroso—Quizás me ganaste esta vez pero te aseguro que yo te venceré —concluyó con confianza. Soltando muy lentamente a Yuuri le dio un beso en la cabeza—Me iré a las aguas termales... estoy muerto—dijo empezando a caminar al vestidor
—Y entonces... ¿Qué harán ahora? Podemos...—antes de que Yuko hiciera su pedido Viktor sonrió ladinamente
—Yuuri y yo iremos a comer Katsudon, pero debe ayudarme con algo. Ven—le incitó empezando a caminar hacia el vestuario
—Moo~ Yuuri lo tiene solo para él, que triste...—se quejó Yuko
—Al rato se aburrirá, solo es Yuuri—dijo Takeshi restándole importancia al tema
—Viktor...—le llamó viéndole desatar los patines
—Dime—respondió tranquilamente
—Es malo... ¿Que solo estés conmigo?—preguntó apretando los labios. Viktor se le quedo viendo
—Por supuesto que no, yo puedo estar con quien quiera y quiero estar con Yuuri —afirmaba con bastante naturalidad, casi como si fuera obvio
—Pero...
—shhh—le calló suavemente poniendo un dedo en los suaves y finos labios—No pasa nada, ahora solo tengo ojos para Yuuri porque es mi... amigo especial—no sabía cómo nombrarlo sin que Yuuri pensara mal de él, hasta ahora el término "amigo" funcionaba muy bien
— ¿Porque? Yo solo soy un niño que apenas sabe patinar y que es aburrido... ¿Porque te gusta estar conmigo?—pregunto decaído, su lista de amigos se cortaba casi por antonomasia en su familia -lo cual aun a su edad era patético- y Yuko así como Takeshi tenían sus propias amistades como para pensar en un niño menor a ellos
Con todos estos factores no comprendía como su más grande ídolo y ejemplo a seguir en la vida podía querer su amistad y pasar más tiempo del debido a su lado, era sencillamente absurdo en su forma de pensar, Viktor ya tenía amigos más importantes que un simple niño que conocía hacia un mes más o menos
—Solo porque eres tu—concluyó sonriendo de forma dulce y dándole un besito en la frente. No sabia que necesitara tanto a alguien como Yuuri, con confianza ciega hacia el y un cariño que ya se había desligado por completo de la admiración , sentía más amor de ese pequeño cerdito que en más nadie que haya conocido hasta ahora—Deja termine de cambiarme e iremos por el Katsudon ¿Vale?
—Está bien...—dijo mirando al suelo apenado, no estaba para nada acostumbrado a las muestras de afecto de Viktor fueran las que fueran
***
— ¿Estas molesto de nuevo?
Giro sobre su cuerpo en el futon, mirando a Yuuri que le miraba con preocupación mientras dejaba algo en la pequeña mesa de la habitación. El de gafas se sentó frente al rubio que suspiro
—No estoy molesto, solo frustrado
— ¿Porque? Ya eres un gran patinador, muy famoso y haz patinado con Viktor—ladeo la cabeza curioso, Yuri sonrió de forma leve
—Mi meta es superarlo, debo practicar mucho...—explicó en tono algo desilusionado, Yuuri bajo la mirada y luego le miró de forma determinada
—Sé que podrás hacerlo algún día, Nee—sonrió ladeando la cabeza, Yuri le miro algo impresionado por el voto de confianza, sonrió de forma fingidamente prepotente
—Y supongo que después tu llegaras a superar cuando crezcas ¿no?—comento juguetón, Yuuri se sonrojo y asintió de forma frenética—Aceptaré que me superes solo cuando puedas hacer esto
Se levantó del futón y apoyándose de la pared estiró su pierna totalmente hacia arriba, quedando con la pantorrilla al lado de su rostro, Yuuri se puso azul sin poderse creer lo que tendría que hacer según Yuri
—P-pero yo no puedo hacer eso—chillo con las manos en su cabeza
—Deberás hacerlo, cerdo—aclaró bajando la pierna y llegando hasta el, tomando su pierna e intentar hacer que se partiera, abriendo los ojos sorprendido—Eres más rígido que un puto roble, como piensas ser patinador así—regaño
Empezó a estirar el cuerpo del japonés que chillaba cómicamente de dolor, al final de una forma que no recordaba término haciéndole cosquillas al de gafas y viceversa. Mientras jugaban Yuri tropezó, causando que Yuuri cayera sobre él debido a que le iba persiguiendo, al estar uno sobre otro empezaron a reírse como idiotas por lo que habían hecho. Finalmente, con cierto calor en el rostro Yuri se volteo y le dio un pequeño piquito a Yuuri que le miró con ojos esperanzados
—¡También quieres ser mi amigo!—le abrazó con fuerza y cariño, celebrando el logro y el rubio no hizo más que devolverle el abrazo, sintiéndose un poco mal por aprovecharse de la inocencia del menor pero... Si Viktor lo hacía para estar junto a ese cálido y adorable cerdito ¿Porque no hacerlo también?
Aun entre estas risitas no se percataron en lo absoluto de quien les miraba por la pequeña abertura que había en la puerta, observando en silencio y haciéndose sangrar por lo fuerte que apretaba sus puños. Plisetsky pretendía ganarse a su cerdito, bien, que lo intentará pero ya no tenía siquiera aspirar a ser importante, se aseguraría de ser todo su mundo con un simple acto...
***
— ¿Viktor?—pregunto adormilado al verle a medias y borroso sobre él— ¿Qué pasa? es muy temprano—pregunto lánguidamente y bostezando de forma adorable. El ruso sonrió tranquilamente, acariciando con un dedo el suave rostro del adormilado japonés
— ¿Recuerdas lo que patine hoy? Eros—Yuuri asintió perezosamente —Es una forma de amor... dijiste que no lo entendías... ¿Quieres que te ayude a entenderlo?—preguntó ladeando la cabeza suavemente, causándole cosquillas al pelinegro por la cascada de cabello plateado que caía en su rostro
—Si quiero—afirmó entusiasmado por recibir una "clase" del peli plata que, ahora mucho más sonriente se acercó al oído del menor
—Este será nuestro secreto, no lo olvides... Yuu-ri—susurro causándole un escalofrío. Mordió suavemente el lóbulo de la oreja que se ponía rojo al igual que el resto del avergonzado rostro—Solo tú y yo debemos entender Eros... ¿Está claro?—pregunto alejándose un poco y ahora pegando su nariz con la contraria de forma suave
—Pe-pero...—q quería preguntar si podía explicarle el Eros a Yuri, era su nuevo amigo y quería compartir ese amor con el también
—Si lo haces me molestaré—se apartó haciendo un puchero junto a una mirada vacía—Y tendré que irme... ¿Quieres que me vaya?
— ¡NO!—Viktor sonrió ampliamente, satisfecho por la expresión nerviosa que tenía Yuuri en el rostro
—Muy bien... Ahora, debes hacer mucho silencio, hay gente durmiendo y si nos oyen se van a enterar —haciéndole un gesto de silencio con el dedo en los labios bajo hasta la ropa de dormir del niño, abriendo los botones sin problema y dejando el pecho plano y suave al descubierto
Empezó a repartir besos suaves por toda la extensión de piel tierna e infantil, desde el cuello hasta besar delicadamente al mismo tiempo que chupar un poco cada pezón rosadito de Yuuri que se tapara la boca para no armar escándalo tal como Viktor le había dicho. El ruso bufo algo frustrado de no poder dejar marcas, nadie podía enterarse, quizás Yuri para dejarle las cosas en claro pero solo cuando no pidiera hacer nada para que le alejaran de su cerdito. Seguido del camino de besos que concluyó en la pequeña y esponjosa barriga empezó a lamer los tramos de piel, disfrutando el sabor que en su mente era la misma gloria
Ambos estaban bajo un grueso edredón, nadie se daría cuenta que estaba sobre él a menos que se fijaran demasiado. Se desató el nudo que mantenía la yukata que estaba usando, tirando el trozo de tela por ahí junto a la camisa de Yuuri para luego con ambas manos y de un solo tirón quitarle el pantalón juntó a la ropa interior, ganándose un pequeño chillidito de vergüenza fe parte de Yuuri
—Por-porque...—no pensó que el Eros tuviera que hacerse sin ropa, no estaba acostumbrado a estar desnudo frente a nadie, irónico considerando que vivía en un lugar donde habían aguas termales -que no le dejan usar pero son detalles mínimos -
—Shhh... No pasa nada...—le calmo suavemente acariciándole las piernas, cosa que incomodaba de sobremanera al japonés siendo honestos, el toque le era extraño, ciertamente agradable pero hasta cierto punto... incómodo
Sin embargo y como Viktor le había pedido no se quejó más, tapándose la boca para no dejar salir unos sonidos extraños producidos por la sensaciones nuevas en su cuerpo. Finalmente la mirada del patinador llegó a su destino, aquella parte que Yuuri pensaba aun solo era para ir al baño, se relamió los labios y empezó a dar besos en el pequeño miembro dormido, sintiendo el respingo de sorpresa en el pelinegro por esta acción
Esto le enterneció, empezando a dar más besos en la pequeña hombría que lentamente despertaba, Yuuri estaba empezando a jadear y su cuerpo se peleaba lentamente en sudor que Viktor disfrutaba inmensamente oler, no pensó que el simple juego previo fuera tan jodidamente satisfactorio, tendría 17 pero con nadie lo había disfrutado tanto -tampoco es que su historial fuera tan largo como otras personas que conocía por desgracia del destino-. Se apartó un poco para ver el resultado de su pequeño disfrute encontrándose con un muy excitado Yuuri que desesperado, apretaba las piernas para calmar la extraña y dolorosa sensación en su miembro.
Viktor volviendo a su "zona de juegos" se metió a la boca tranquilamente el miembro de Yuuri, empezando a barnizarlo con su saliva y chupándolo con un poco de fuerza, causando gritos ahogados en Yuuri, que intentaba de forma bastante satisfactoria callar sus vergonzosos sonidos. Finalmente sintió el líquido blanco en su boca, saboreándolo un poco y tomando el que se resbalaba por su mentón entre sus dedos, no le sorprendía que se corriera tanto, quizás era la primera másturbación -o bien sexo Oral- que Yuuri tenía... no tenía cómo estar seguro pero eso no importaba de momento, liberándose de la Yukata apenas sudada por el calor que tenía en su cuerpo, quedó apenas en boxers negros que permitían ver un gran bulto
Llevo los dedos húmedos por su propia saliva y restos del semen de Yuuri -que estaba perdido en las nebulosas por el orgasmo- hasta debajo del cuerpo del pequeño, metiendo los dedos entre las nalgas de este y tanteando el pequeño además de seguramente virgen agujero que pretendía profanar. Al sentir que le tocaban en esa parte de du cuerpo espabilo
—E-eso... umpf... es suc-sucio..—balbuceo a duras penas, con la cara roja y los ojos acuosos que seguramente derramarían lágrimas pronto.
—Silencio—le calló muy suavemente, acercándose a su rostro—Prometí enseñarte el Eros y eso haré, solo relájate—murmuró suavemente dándole un beso ligero en los labios a la vez que metía lentamente un dedo en el apretado canal, la expresión de Yuuri se deformó en una de completa incomodidad y sorpresa
—E-es asqueroso—balbuceo nervioso por la sensación que jamás había sentido antes—Vi-Viktor—gimió apretando los ojos y aferrándose al peli plata
—Se sentirá mejor pronto—le aseguro un poco nervioso también, jamás lo había hecho con un hombre, menos con un niño y si con las mujeres era brusco había un claro problema, intentaba seguir lo que vendría siendo el sentido común para lograr que su cerdito también disfrutará la experiencia
Arrugó un poco el entrecejo, ligeramente molesto de lo difícil que estaba resultando que Yuuri se dilatará. Metió otro dedo y escucho un chillido agónico e incómodo, callado a duras penas, alzó la vista encontrándose con el rostro empapado en lágrimas del niño que no entendía cómo algo tan extraño y doloroso pudiera ser amor. Viktor comenzó a dar pequeños besitos por todo el rostro compungido, hasta finalmente llegar a los labios y comenzar un beso suave que, de forma paulatina se profundiza hasta el punto que se encuentra jugando con la lengua de Yuuri, el cual gime de forma ahogada por tan pasional beso
Finalmente metió un tercer dedo y la aun estrecha cavidad, que vamos, debía ser estrecha de todas formas, parecía negada a ensancharse. Yuuri sin querer le mordió la lengua sacándole un poco de sangre por la sorpresa de otro intruso en aquel lugar, en su mente eso de ahí servía para una sola cosa y más nada, tal parecía que el Eros le sumaba otro uso que hasta ahora no entendía. Viktor no se molestó en lo absoluto por la mordida, comprendía que tal vez le había tomado muy por sorpresa al pequeño que gemía pasito y bajito
—Yuu-Yuuri—jadeo sonriendo, llevando su mano libre hasta su bóxer y bajándolo, quedando casi todo su cuerpo apoyado sobre el niño que tenía pequeños espasmo—Mi Yuuri—gimió excitado sacando los dedos del interior ya lubricado de milagro, aunque claro que no se podría evitar que doliera
Como pudo se sentó, atrayendo a Yuuri con él y poniéndole sobre su regazo, pegando ambos cuerpos para sentir la piel del otro. Yuuri estaba tibio y perlado en sudor, Viktor por el contrario no había soltado ni una gota de sudor aún, al menos no de forma tan evidente. Yuuri se ruborizo enormemente al sentir entre sus nalguitas lo que según su cabeza debía estar ahí tomando en cuenta donde estaba sentado, miro a Viktor con ojos temerosos, asustado por lo que estaban haciendo. Pero al ver la mirada tranquila y feliz que tenía Viktor se calmó un poco, permitiéndose a si mismo disfrutar las leves y suaves caricias que el rudo le proporcionaba para apaciguar ese miedo
Le dio un suave beso en la frente, tomándole por la cintura con fuerza y delicadeza a la misma vez, alzándole hasta ubicarle sobre su miembro erecto—Esto... dolerá un poco pero... Si quiero mostrarte mi amor, mi Eros... debes aguantarlo ¿Si?—pidió con ojos esperanzados, Yuuri asintió levemente, algo nervioso por tener la punta del miembro de Viktor presionando contra su entrada—Muérdeme si te duele mucho—término de instruir
Empezó a hundirse en el pequeño cuerpo, desvirgándolo de forma más delicada que su cuerpo ansioso le permitía, sentía los pequeños espasmos así como la mordida en el hombro que Yuuri le proporcionaba, todo para que el grito de dolor que quiso dar no saliera junto al llanto inevitable. También estaba rasguñando sin querer la espalda del albino, que jadeando aceptaba el dolor de forma placentera, encontrándolo entre erótico y una reacción adorable de parte de Yuuri. Espero un poco a que se acostumbrara a la intromisión y no causarle más dolor del necesario, empezó a acariciar el miembro dormido del japonés que pronto inicio una ahogada sinfonía de gemidos, lástima que no fuera más alto como para gemiele en la oreja, pensó el ruso fugazmente
—Ahora eres Mi Yuuri—jadeo abrazándolo con fuerza, notando un líquido carmesí cayendo por entre las nalgas de Yuuri que sollozaba y gemía pasito—YA lyublyu tebya, Yuuri—dijo en tono algo ronco, Yuuri gimió en una especie de ronroneo, siempre le gustaba cuando Viktor hablaba en Ruso aun cuando no entendía que decía, sin embargo no podía ser nada malo
El peli plata tomo el rostro del japonés entre sus manos para luego dirigirle hacia sus labios y comenzar un beso profundo y apasionado, distrayéndole del dolor que reflejaban las lágrimas que seguían cayendo. De forma lenta y quizás impaciente comenzó a hacer ligeros movimientos pélvicos, apenas deslizándose por el apretado y apenas acostumbrado canal pero la emoción estaba pudiendo más que su sentido de la razón
Algunos sonidos llegaban a escucharse, no muy fuertes pero ahí estaban, excitando más de ser posible al peli plata que había vuelto a recostar al niño contra el colchón, anclándose con los codos pues aún sujetaba el suave rostro entre sus manos. Yuuri se apartó un momento para tomar aire, ronroneando más que gimiendo por la sensación tan extraña que Viktor dentro de su cuerpo moviéndose cada vez más rápido, causaba. Le miró con ojos suplicantes y dudosos, sin entender del todo que pasaba, Viktor casi todo movimiento haciendo gala de un autocontrol que no tenía, acariciando suavemente las mejillas llenas de lágrimas
—Ahora somos uno Yuuri... Aquí ¿Lo sientes?—preguntó llevando una mano del menor hasta donde ambos cuerpos se unían
—Es... ung... extraño—gimió apenas rozando aquella zona— ¿Viktor no... Me olvidará porque somos uno?—preguntó ladeando su cabeza, el cabello negro yacía pegado a su frente y su cadera recostada de los muslos del ruso. Su mayor temor era ese, ser olvidado, tener una relación tan bonita y única pero que al final le olvidará
—Jamás olvidaría a mi cerdito—aseguro empezando a moverse de nuevo, hasta un punto en el que el sigilo le importó poco o nada, pues el movimiento se volvió tan constante que la cama chirriaba levemente y sus pieles sonaban por el choque—Mi Yuuri...
La mayor parte de su cabello plateado yacía pegado a su espalda y cara, pero no impedía ver la cara de goce que mantenía Yuuri en su rostro, aún seguía llorando, sin saber específicamente porque pero no le importo, siguió repartiendo caricias al pequeño y sudado cuerpo, dando besos alfo fugaces a la boca del otro hasta que Yuuri gimió un poco más alto
—E-eso ya... viene...—llevó las manos a la zona de su vientre, apretándolo por la rara sensación, Viktor supuso que se refería al orgasmo por no saber cómo nombrarlo. Entrelazo sus dedos con los del niño, tomando la cadera del contrario con la otra mano y empujándose lo más fuerte que podía contra el cuerpo, causando gemidos constantes y algo agónicos de Yuuri que decía claramente su nombre de forma algo repetitiva, con la cara más ruborizada que nunca
Finalmente y pegándose lo más que podía, rasguñándole un poco la cadera termino de venirse dentro de Yuuri que al sentir el líquido caliente dentro suyo se vino también, cayendo exhausto al colchón, sintiendo los párpados pesados y sin poder distinguir la sonrisa de satisfacción que tenía Viktor en el rostro
—Mi cerdito—jadeo uniendo ambas frentes, sintiéndose ganador y por sobre todo feliz de lo que acaba de hacer.
***
— ¿Y el cerdo donde esta? —pregunto Yuri con la boca llena, notando a Viktor en las nubes, excesivamente relajado pero adormilado
—Durmiendo, creo que no durmió muy bien anoche—sonrió tontamente, con mirada derivada y que sin duda le escondía algo al rubio que le miro curioso
—Claro... como sea—murmuró siguiendo con su desayuno, hubiera seguido el ambiente tranquilo de no ser porque gritos de regaño inundaron la estancia así como sollozos
—¡GORDO IDIOTA! ¡Ya te dije que no puedes comer en tu cama! ¡Ahora tengo que lavarte las malditas manchas de salsa! —ambos se asomaron para ver qué pasaba, encontrando a Yuuri encogido y moqueando mientras Mari tenía un montón de sábanas en la mano. Viktor chasqueo la lengua, debió acordarse de ese detalle... Pero había caído como plomo a dormir apenas volvió a su habitación de limpiar un poco a Yuuri y a sí mismo—¿¡Y bien!?
—Y-yo no comí nada anoche...—dijo con voz pañosa y el ceño fruncidito
— ¿Entonces como coño se ensucio esto? ¡¿Eres una niña acaso?! —quisquillo muy molesta, Yuuri no entendió que quiso decir pero se ofendió
—No soy una niña, soy niño—dijo inflando los mofletes
—Eres el niño más putamente llorón que he conocido y a menos que me digas la verdad, Mama te castigara otra semana sin patinar. Tú decides—amenazaba moviendo las sábanas frente al de gafas que bajo la mirada de nuevo, quedándose en silencio, no iba a decirle en lo más mínimo que había hecho algo muy especial con Viktor—Como quieras, que maldita desgracia con este hermano que me tocó—refunfuñaba yéndose, casi tumbando el niño al suelo al empujarle
—Mari tonta—bufo aguantándose las ganas de seguir llorando, secándose las lágrimas con los dedos
—¡Yuuri~!—Viktor desde donde estaba asomado empezó a hacerle señas, sonriendo tontamente como casi siempre hacia, Yuri rodó los ojos, se suponía que no debían saber que habían oído ese extraño y casi absurdo regaño al pequeño. Yuuri con paso lento y algo extraño a ojos de Yuri llegó hasta ellos—Buenos días~
—Buenos días...—murmuró sonrojándose un poco, Yuri entrecerró los ojos, algo muy extraño había pasado entre esos dos en la noche, estaba casi seguro pero no podía estarlo al 100% del que... Después de todo Viktor no era tan ¿Depravado? —Buenos días Yuri—saludo ahora mirando al rubio que bufo haciéndose el desinteresado
—Buenos días...
—Ya que hoy no tienes tarea, vamos a practicar ¿Quieres? —ofreció Viktor tomando la mano del japonés, entrelazando los dedos, este le asintió animado, Yuri se les quedo viendo, siempre había visto que Viktor hacía constante contacto físico con quién estuviera hablando, pero por lo general era algo menos íntimo
Más por Yuuri que por la curiosidad a lo que harían les siguió, viendo que Viktor le instruía en lo que vendría siendo danza, intentando que aflojara el cuerpo e instándole a que intentara saltos. Yuuri se veía adorable imitando todos los movimientos de Viktor, además de inflar los mofletes y hacer pucheros por caer de culo al suelo por intentar girar en los saltos
— ¿No es mejor que practicara este tipo de cosas sobre el hielo? —preguntó dándose a notar
—Si no puede hacerlo sin los patines, mucho menos podrá con ellos. Sabes que el inicio es la danza, tiene el cuerpo rígido para saltar—dijo algo ensimismado casi sin prestarle atención al rubio
—Pero es pequeño—bufo arrugando un poco la nariz, Viktor le miro algo burlón
— ¿Y tú no lo eres? —Yuri enrojeció
—Ya voy a cumplir los quince, cállate canoso—rechisto mirando a otro lado
—Creo que me rompí algo...—lloriqueo Yuuri y ambos fijaron su vista en él, muy bien que estaba roto pero quizás no de la mejor manera
—Y-ya te ayudo—Viktor se acercó y le enderezo, empezando a masajearle un poco los muslos—No seas tan ansioso, todo será a su tiempo, debes aflojar el cuerpo—le medio regaño y Yuuri solo asintió dejándose tocar
Yuri frunció el ceño, Viktor estaba tocando más de donde debía...
Una adorable semana paso, instruyéndole a Yuuri el cual podría hacer –supuestamente- un doble Axel, lo extraño de todo este tiempo es que Yuri se sentía odiado a cada que hablaba para ayudar al japonés, Viktor siempre intentaba hacer parecer que no le miraba furibundo o el hecho de que fingía golpearse con algunas cosas para llamar la atención del niño
Ahora en la pista de patinaje intento atarle los patines a Yuuri pues le había quedado muy flojo, pero Viktor le había literalmente empujado a un lado para hacerlo el, Yuri no podía evitar pensar que enserio Viktor le miraba como si quisiera que se muriera en ese instante y más importante... Que se alejara, dejará de atraer la atención de Yuuri hacia su persona, en serio que rogaba equivocarse con todo lo que parecía la situación
—Yuuri~ Intenta lo que hemos practicado—dijo Viktor desde donde estaban, saludándole con la mano y aquella sonrisa tonta que el rubio empezaba a odiar
Yuuri le asintió arrugando un poco el entrecejo, pues apenas distinguía algo moviéndose. Para asombro de ambos –además de un casi paro cardiaco para Viktor- empezó la coreografía de Ágape, no lo hacía perfecto y le estaba saliendo un poco lento pero que la estuviera imitando tan bien siendo tan difícil era una completa rareza
Y finalmente lo que fueron teóricamente a ver paso, logrando hacer un doble Axel, no del todo bien pero por primera vez aterrizando de pie. Al hacerlo Viktor empezó a aplaudirle, mirándole de forma algo extraña, el rubio que estaba a su lado estaba deseando poder leer mentes, porque no comprendía que pasaba ahora como para que Viktor tuviera esa mirada tan terrorífica
—Anda~ Que no es esa tu coreografía—casi como si su cuello fuera una maquina oxidada volteo a ver quién le hablo, Viktor puso los ojos en blanco, notando que ahora Yuuri se aproximaba hacia ellos con expresión emocionada
—Tiene talento el pequeñito—comentó el otro
Yuri miraba con supremo fastidio al pelinegro que había hablado primero, mientras Viktor miraba a ambos recién llegados con indiferencia, tirando a fastidio por interrumpir lo que su adorable Yuuri estaba haciendo. Por otro lado Yuuri que había llegado hasta ellos miraba con suma emoción al par de patinadores profesionales recién llegados: Christhope Giacometti y Jean-Jacques Leroy