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Mafia por mistdowner

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Notas del capitulo:

¿Tardanza? ¿Dónde? 

Sí, lo sé. :'v 

Sigo sin office, amores. 

Y entro a la universidad.

Pero no se asusten. No creo que mi ritmo cambie mucho. ¿Por qué? Porque siempre me tardo en actualizar :c 

 

Sin más, a leer.

Le había tomado poco más de unos segundos tomar lo necesario e irse. No había sido muy difícil escabullirse, ahora que sabía moverse por la mansión y evadir las miradas. Así que allí se encontraba, caminando con las manos en los bolsillos, sintiendo su arma pegada al cuerpo, su celular (apagado, obviamente) inerte en uno de sus bolsillos y su billetera. 
 
Muchos podrían decirle que era un total inmaduro por reaccionar de esa manera. Incluso él se tomaba por tal en ocasiones. Sin embargo en el momento en el que sintió su cuerpo tensarse y el odio hervir en sus venas, el frío creció en él, así como el pánico, advirtiéndole que debía marcharse y calmar un poco su agitado pecho. Hiccup y su familia no eran el enemigo. Solo eran lo que todos los de su entorno. Solo eran... Lo que él mismo. Mafiosos. Se mordió el labio, escondiéndose más en su capucha azul. De cierto modo, toda la situación le traía algo de nostalgia. No había pasado mucho tiempo desde la última vez que se había escapado de un lugar. No sabría dar una fecha en concreto, pero podía apostar a que unos buenos meses habían transcurrido. ¿Por qué sentía que el tiempo había pasado volando en aquella mansión? Pronto la conocida sensación de decepción fluyó por su cuerpo. No sabría decir hacía quién surgían toda esa clase de sentimientos y emociones: Decepción, vacío, culpa... tanto en tan poco tiempo. Podía, fácilmente, comparar la situación con chocarse de lleno con un gran muro. 
 
Como fuera, prefería no pensar en ello. Solo le quedaban unas horas antes de que lo encontraran, como había ocurrido en anteriores ocasiones. Horas, simples minutos acumulados en los que la libertad lo acogían. ¿De qué estaba hablando? ¡De la luna, la noche, su capucha, sus jeans y convers ! El aire fresco borrando sus cadenas, su apellido, su aburrida existencia detrás de muros que lo encerraban. ¿Por qué llorar? Aun y cuando la sombra del arrepentimiento caía en sus hombros, en ese momento, podía volver a ser él. Jack. Jack Frost. Una sonrisa algo forzada surcó sus labios. Aun y cuando esa libertad conllevara una difícil soledad, estaba bien. Desde el momento en que el rojo tiñó sus ropas, lo supo. Así que resignadamente, borró sus pesares: no iba a ser lo que todos desearan de él. No sería un mafioso, no lideraría ninguna familia. No volvería a caer en dudas. Hiccup lo había confundido con tanta confianza. Las circunstancias torcieron su resolución. Pero ahí estaba de nuevo, libre de responsabilidades. Sin darse cuenta, estaba corriendo. El viento golpeaba su rostro, y el frío corriendo por las calles le hizo pensar por un segundo que éste era parte de sí, y que alegre le invitaba a divertirse.
 
Cuando llegó a las principales calles, miles de jóvenes salían a bailar en medio de la noche, atraídos por la música y la diversión. Su corazón latió alegre al notar que nadie se le quedaba viendo. Y no, no esperaba que lo reconocieran como el heredero a una mafia. Es solo que la Luna, los dioses o el destino ( daba igual) le habían jugado una mala pasada. Una en exceso mala. Con su cabello actualmente blanco, llamaba demasiado la atención. En el pasado pensó que lo mejor sería teñirlo para volver a tener el aspecto que alguna vez  lo acompañó en sus dulces días de “chico normal con familia normal y vida aún más normal”, pero no. Lo dejó a como un recordatorio. Una amarga cicatriz. Además, para ser sinceros y quitarle algo de peso al tema, le gustaba que todos consideraran el albinismo parte de la familia Overland. 
 
-¿Tomas algo?- fue lo que le dijo un chico, cuando despreocupadamente entró en un bar para intentar ganar tiempo. No pudo evitar verlo con detalle. Sí había alguna imagen debajo de la definición "genial" del diccionario, de seguro era una foto de este tipo. De cabello castaño, rapado a los costados y una colita bajando por su nuca, vestido con una chaqueta negra y pantalones algo anchos con botas. Su mirada se le antojó algo extaña, pero de ninguna manera desagradable.
 
-Refresco. Y una pizza. Por cierto, lindos piercings.- mencionó. No era partidario del alcohol. Tampoco de los piercings, pero había que estar ciego para no ver que al tipo le quedaban de lo mejor. Como respuesta, el chico le sonrió ladino, asintiendo a su orden, dejando al albino vagando por el lugar. Dentro, se encontraban variadas personas. Desde muchachos en conjunto, hablando de quién sabe qué de manera casual, hasta grupos de amigas y parejas que parecían no poder despegarse de las charlas animadas y las risas. Todo tan casual. Todo tan... Normal. Suspiró relajándose, mientras tomaba asiento, algo alejado de las ventanas por las dudas. Se dedicó a ver algunas chicas coquetas que, con simpatía, lo saludaban de vez en cuando. Si la gente supiera cuanto podían mejorar el día ( o mejor dicho, noche) de muchos con solo una bella sonrisa, Jack estaba seguro de que habría más personas alegres y menos estirados. 
 
El bar, tan escondido, y nocturno como cualquier otro podía ser, se le antojaba realmente cómodo. No solo por la gente, sino que también por la decoración. Tenues luces led de un lado al otro, que no interrumpian el balance entre la oscuridad acogedora de la noche. Asientos forrados de cuero rojo, negro y marrón, una barra con detalles de madera rústica, mesas perfectamente lustradas... 
 
Estaba en medio de su observación, cuando de repente se escuchó un ruido. Y no, no dentro del bar. Sino que fuera de este. Con tensión en el cuerpo, Jack tragó en seco, tratando de ser optimista con frases mentales como: "Vaya, rompieron su record en encontrarme" y cosas por el estilo. Algunos giraron la cabeza hacia los ventanales que daban con el exterior, tratando de encontrar lo que parecía ser una persona corriendo. De pronto la puerta se abrió, dejando ver  a una joven agitada, con una enorme sonrisa.
 
Ésta, sin perder tiempo y tratando de apartar sus rebeldes cabellos de su rostro, pasó a examinar el lugar, casi por instinto. Caminó sin pensarlo dos veces hasta quedar sentada delante  del albino. ¿Cómo explicar lo que sintió al verla? ¿Un Deja vú? 
"¿Qué?" fue lo máximo que llegó a procesar en su mente , viendo a la chica caminar hacia él, no supo muy bien como reaccionar. 
 
Una vez ésta se sentó , suspiró, riendo de una manera que le fue imposible a Jack no sonreír de igual modo.
 
-¡Uf! ¡Un poco más y me atrapan!- habló entre risas.
 
-¿Te escapaste?- Se atrevió a preguntarle. La chica, conectando su mirada con la de él, asintió, como si hubiera logrado vencer la peor de las pruebas. 
 
-¡Por los pelos!- río, aun agitada, mientras trataba de controlar su respiración. - ¡Han de estar buscándome por todos lados!
 
-No eres la única. - se unió él, posando su rostro en su palma, y su codo en la mesa.
 
-¿Tú igual? Bueno. Ya tenemos algo en común. - Una risa provino de ambos, en el momento en que el "genial" chico desconocido ( como lo había bautizado Jack), apareció. - ¡Jimbo!- se emocionó la desconocida.
 
-¿Otra vez tu? ya te he dicho que no me llames así.
 
-Lo siento, "Jim"- un tono de burla pasó por el nombre de "Jim".
 
- ¿Me traes lo de siempre?- siguió, ignorando por completo la cara no tan animada del chico.
 
-No lo sé.- se cruzó de brazos éste.- Tal vez debería llamar a tus padres y ver cuanto me ofrecen por tu cabeza.
 
-¡No!- gritó ella. Luego se moderó.- ejem. No. Lo siento, sí? No planeaba venir hoy. Es solo que... Mi madre está como loca buscándome un pretendiente y...
 
-Rayos...- la interrumpió el chico, pasando una mano por su nuca.- Lo siento, Mer.
 
-Está bien. - el tono de resignación  en su voz fue palpable.- Con un refresco de manzana y una hamburguesa, mi desdichada vida marcharía mejor.
 
Jim la miró por un rato, sin sonreír, para luego curvar sus labios en apenas, un signo de felicidad. 
 
-Claro. La casa invita.- asintió, para despeinar aun más ( si es que se podía) los rebeldes rizos de la chica. Hecho esto, el castaño se marchó rumbo a la cocina, dejando a "Mer" junto a Jack.
 
-Bueno, creo que te debo una presentación.- se apresuró a hablar la pelirroja.- Mérida. - se presentó, estirando la mano con la intención de un apretón. En ese momento, Jack sintió como si el Deja vú fuera mucho más que eso.
 
-Jackson.- estrechó su mano con la chica.- ¿No nos hemos visto antes?- se atrevió a preguntar.
 
-¿Eh? No. No creo. Lo recordaría.- respondió ella, desviando la mirada. Ahora se le notaba cierta pizca de incomodidad en los ojos.- Tal vez me estas con fundiendo con otra persona.
 
-No lo sé.- sonrió él. - Pero tienes razón. No podría olvidar el hecho de conocer a alguien como tu.
 
-¿Verdad? Soy innovi...- y se travó con la palabra.
 
-¿Inolvidable? 
 
-Eso.- ambos se sonrieron, para luego dirigir sus miradas a Jim, que acompañado de una mujer, traían los pedidos.
 
- ¡Mérida!- habló la mujer, abrazando cariñosamente a la muchacha de rizos.- ¿Cómo has estado? 
 
-Oh, bien. No me quejo.- simplificó ella. Sin embargo Jack pudo notar un deje de mentira en su voz.
 
-Me alegro tanto... No te habrás escapado de nuevo, verdad jovencita?
 
-... No?
 
-Mérida...- habló Jim.
 
-Bueno, sí. - se rindió.- Lo siento. Quería venir y...- La mujer suspiró, sonriendo todo lo cariñosamente lo que podía.
 
-Está bien. Solo, no te metas en líos. Jim, ¿no quieres quedarte aquí a charlar? - el muchacho asintió, algo inseguro.
 
-¿Podrás con los pedidos? 
 
-No estoy sola.
 
-Cierto. Bien, llámame si necesitas algo. 
 
Así, Jim pasó a unirse a los chicos. Los refrescos fueron abiertos, mientgras el gas brotaba junto con el líquido, llenando los vasos. Jack no podía explicar lo bien que se sentía. Como había se había dicho antes, no era raro en él escaparse. Sin embargo, nunca había tenido tanta suerte. Por lo general no duraba el suficiente tiempo como para entablar conversaciones con dos personas a la vez. Aquello poco a poco le hacía olvidar sus problemas, haciendo que su deseo de quedarse fuera mayor. 
 
-No deberías seguir con esto.- habló el castaño, tomando un sorbo de su refresco.
 
-Lo sé.- respondió Mérida. - Solo quiero mi libertad.- añadió abrazándose a sí misma. Se notaba que ni siquiera había tenido tiempo de coger algo de ropa adecuada para escapar, debido a que la noche refrescaba, y ella no estaba muy abrigada. Jack ni siquiera alcanzó a moverse, cuando Jim ya le estaba entregando su chaqueta a la chica.- Gracias, Jimbo.- lo molestó. El castaño solo sonrió ladino, "molesto" por el apodo, de nuevo.
 
-¿Por qué tu madre te buscaría un pretendiente? Estamos en el siglo veintiuno.- preguntó Jack. 
 
-Ella es... estricta.
 
-Oh. Sé de eso, créeme.- asintió, mientras sacaba un trozo de pizza caliente e invitaba a Jim a imitarlo.
 
-No creo que sepas de lo que hablo. Nadie lo sabe.- algo de frustración se vio en su voz. Jack no pudo evitar tragar con pesadez.
 
-¿Que todos esperen que seas lo que no quieres? ¿Que sigas las reglas?- La mirada de Mérida se conectó con la de Jack.
 
-¡Sí, sí! 
 
-¿Que mantengas silencio y no preguntes lo que no debes?
 
-¡Eso! ¡ Y que vistas de acuerdo a la etiqueta, sin  importar qué!
 
-¡Exacto!
 
-Wow.- se burló Jim, sacando otro trozo de pizza.- Y yo que pensaba que Mér era la única con padres estrictos.
 
-Bueno.- suspiró Jack.- Algunos no tenemos la suerte de... esto.- comentó, haciendo referencia a el conjunto que formaban las charlas, la comida, e incluso el mero hecho de estar allí sentado. 
 
-Es un fastidio.- concordó Mérida.- Por cierto, mencionaste que también escapaste. ¿No te preocupa que te encuentren? 
 
-Estoy acostumbrado.- se alzó de hombros Jack. 
 
-Como sea.- Jim hizo una pausa para tomar refresco. Jack pudo notar como su mano temblaba ligeramente.- Sé que deseas libertad. Pero te meterás en serios problemas si sigues escapando así.
 
-Pero...
 
-Mérida... Los Dunbroch...
 
-Cállate.- lo interrumpió. Jack casi se atraganta con el refresco. - Oh, no.- se lamentó la pelirroja.
 
-¿Eres una...?
 
-No lo digas. - rogó la chica.- podría ser peligroso.- comentó con paranoia.
 
-No hay nadie aquí que pudiera hacerte daño.- habló Jim, algo cansado. Por su parte, Jack no salía de la sorpresa.
 
-Eres tú.- habló el albino. Jim le mandó una mirada de muerte.
 
-... Sí...- dijo insegura Mérida.
 
-Por la Luna. ¿Cómo no te reconocí antes?- se rió de si mismo el albino. 
 
-¿Se conocen?- habló el castaño. Mérida negó.
 
-No.- siguió Jack.- Es decir, sí , pero no personalmente... O sea.. Te he visto dibujada.- explicó emocionado.
 
-... ¿dibujada?- replicó Mérida. En unos segundos, su expresión  cambió drásticamente. - ¡Dibujada! ¡ Sí, soy yo! 
 
-¡Es genial!- festejó Jack.
 
-¡Lo es, lo es! - Jim se hundió un poco en su asiento, masticando más de su porción, sin  entender nada. 
 
- Me apellido es Overland.
 
-Oh. ¡Un Overland! ¡Jim, es un...!
 
-Estas gritando.- comentó éste, sonriendo por las actitudes infantiles de ambos.
 
-Ups. Lo siento.- se corrigió la chica, tapándose levemente la boca.- Sí me has visto dibujada...- siguió emocionada, con una sonrisa imborrable.- ¡Eso quiere decir que has estado con Punzie! 
 
Por unos minutos, la información sacudió a Jack de una manera extraña. Debió notarse en su rostro, debido a que Jim, divertido, no pudo evitar burlarse de su cara de desorientado.
 
-Creo que no.- agregó el castaño.
 
-¿Punzie? ¿Rapunzel? ¿...Corona?- el albino pestañeó, dejando su vaso de lado.
 
-eh... sí... Es decir...
 
-No se diga más. ¡Cualquier amigo de Punzie es mi amigo!
 
Mientras la pelirroja seguía hablando maravillas de la tal Rapunzel, alguien entró en el bar de una manera incluso más apresurada de lo que Mérida lo había hecho. Todo el mundo se quedó estático, mirando a la persona agitada que acababa de irrumpir en el sitio. Jim se tensó, Mérida se atragantó, y Jack abrió los ojos a más no poder. 
 
Era Hiccup
Notas finales:

¿Alguien recuerda a Jim? ¿Jimbo? ¿El del planeta del tesoro? :'v 

¿Por qué lo metí? Porque puedo >:v

Ok no, tiene su propósito dentro de la historia, y será de ayuda en un futuro. 

Tal vez hasta lo empareje con Mér (???)

Siento si tantos personajes, líos y misterios los agobian. Sean pacientes, pronto las ships saldrán a flote (?) Y los misterios estarán más que claros. 

 

¿Cómo creen que reaccione jack? ¿Hiccup? ¿Comentarios? ¿Dudas? ¿Teorías? <3 

 

Nos leemos pronto. Feliz día de san valentin <3 


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