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Mafia por mistdowner

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Notas del capitulo:

Hola <3 

Espero la estén pasando bien ( sobre todo porque algunos ya deben estar volviendo a clases)

Siguiendo con las actualizaciones, aquí va otro capítulo. Ojalá y les guste. 

Ah, y lamento ni notan algún erorr :'v Con tantos personajes dando vuelta en un mismo capítulo y tratando de seguir el orden, posiblemente me confundí en algún fragmento. 

Sin más, a leer <3 

Ese día se levantó temprano. Animado, lo primero que hizo fue tomar el diario. Lo abrió donde había dejado la última lectura, y comenzó a leer. 
                                                                                                                                          XX/XX/XX
"Hoy la dibujé. ¿Por qué? Pues, ella suele pasarse el tiempo pegada a mi, sonriéndome y trabajando en sus dibujos . Pero nunca me los muestra, solo para molestarme. Intenté hacer lo mismo, con la esperanza de que a ella le diera curiosidad y pudieramos intercambiar dibujos. Pero al final cedí ante sus "ojos de perrito" y terminé regalando lo que había hecho. Solo me quedé con este dibujo, sin colorear.
 
A pesar de que ya no somos tan pequeños, se me dio por dibujar algo como esto. Realmente quisiera poder pegar otros de mis dibujos, sin embargo...Algunos no volverán nunca.
He estado dibujando más de la cuenta. No quería admitirlo, pero Punzie me abrió un nuevo mundo. Realmente traté de dejarlo en secreto, pero papá terminó por descubrirlo. Y desechó todos mis avances. 
¿Por qué está tan mal querer ser yo mismo, de vez en cuando? Alejado de armas, trajes, y obligaciones. "
 
 Suspiró, entendiendo una vez más al dueño del diario. Lo mismo se preguntaba él cada vez que las ganas de escapar nacían en él, cada vez que extrañaba su vida normal, y a su familia. Dejó el diario de lado, y animado por el pensamiento de que al fin, dentro de unas pocas horas, conocería a quien tanto esperaba, se lavó el rostro, los dientes, se alistó y sin perder más tiempo bajó las escaleras caminando animado por los pasillos hasta encontrarse con Hiccup. Y como no, Astrid. Ambos algo apresurados, tomando su desayuno.
 
Jack se sentó, y al ver una taza de café negro humeando, supo que Valka sabía que se había quedado hasta tarde junto con Hiccup. Sonrió, bebiendo y comiendo todo de un solo tiro. El celular de Hiccup no dejaba de sonar, y el pobre castaño ya no tenía oídos para atender tantas llamadas. Por ello, Astrid atendía y anotaba todo lo que Hiccuo le mencionaba. A veces, solo con gestos se entendían. Jack creyó estar delante de una manifestación mágica o algo así. Era increíble ver como ambos se complementaban tan bien, mientras que él, tan contrario al ojiverde, desobedecía y bromeaba a cada rato, sin poder entenderse realmente. 
 
-Jack, aquí estás.- era Heather quien hablaba, algo cansada. Al parecer lo había estado buscando por toda la mansión.- Ven conmigo al salón. Tienes que aprender a bailar el vals. 
 
-¿Q-qué?- alcanzó a preguntar, mientra Heather lo tomaba presurosamente del hombro. Jack, casi tropezando, alcanzó a ver detrás de sí, viendo por último, los ojos de Hiccup siguiéndole por encima del papeleo y las llamadas.
 
+*+*+*+*+*+*+*+*+
 
-¡La vajilla, la vajilla!- se escuchaba
 
-¿Dónde están los pasteles? - por un lado
 
-¡Las estatuas de hielo, cuiden las estatuas de hielo!- por otro.
 
-Las fuentes de chocolate, ¡que alguien las traiga!
 
-Jack.- lo reprendió ella, sacándolo por la fuerza
 
-Lo siento.- se disculpó
 
-Deja de prestar atención a todo lo que dicen.
 
-Hemos estado practicando demasiado. A este paso, me dolerán los pies para la fiesta. Y solo faltan horas.
 
-Lo sé. Es solo que no quiero que te quedes sentado en esta fiesta
 
-¿Por qué?
 
-Podrías conocer a una chica.
 
-Ja. Sí, bueno. No me hace falta bailar para encantarlas.- bromeó. Heather rió un poco ante eso. 
 
-Creo que estas listo. Solo debes disimular algunas cosas y...
 
-Tranquila. Soy bueno en este tipo de cosas- comentó calmado, de un modo un tanto serio. Heather enarcó una ceja, mirándolo con reproche. Pero finalmente aflojó su expresión y decidió dar por terminada la práctica. Dudaba de que pudiera seguir el ritmo de los bailes que las familias realizaban con euforia, pero bueno. No había otra cosa que pudiera hacerse a esas alturas. 
 
Así, Jack se despidió de Heather. Faltaban solo unas pocas horas antes de que todos los invitados comenzaran a llegar, todos debían alistarse. 
 
Al llegar a su habitación, el albino cogió el diario, animado. Lo miró con cierto cariño y esperanza, antes de dejarlo cuidadosamente sobre su cama, tomar una toalla y entrar en el baño. 
 
*+*+*+*+*+*+*+*+
 
-Tengo nervios.- fue lo que dijo, mientras Astrid le acomodaba la corbata torcida, y arreglaba el nudo. 
 
-Todo saldrá bien.- lo tranquilizó ella, sonriéndole de una manera confortante. Hiccup le devolvió la sonrisa de una manera torpe, como solía hacer cuando era más joven.
 
-Estoy tan ansioso por ver a Punzie...- admitió.- hace tiempo no no vemos. 
 
-Yo solo espero ver el tradicional enfrentamiento entre Norte y Fergus. Me pregunto quién tomará más este año...
 
La charla entre ambos se daba de una manera serena, mientras los integrantes de la orquesta de a poco llegaban, como así también los invitados. La noche se cernía calmada sobre la mansión Haddock, y poco a poco las limosinas, autos y demás transportes aparcaban. La gente vestida de gala entraba en el gran salón, admirada por la belleza de la decoración y las estructuras. No solo mafiosos, sino que también empresarios y hasta uno que otro político amigo de las familias.  Los mozos servían de un lado a otro, sin parar, mientras las criadas, no paraban de servir bebidas de un lado a otro. Hiccup no dejaba de saludar a todos cuantos podía, cordialmente como era su deber. En algún momento se preocupó por no encontrar a Jack por ningún lado. Tuvo la loca idea de que ya había encontrado a aquella persona que tanto le hacía ilusión, y se dedicaban a estar juntos en algún lugar más privado y tranquilo. Y se preocupó. ¿Y si Norte llegaba y encontraba a su nieto en brazos de una persona desconocida, cuando se suponía que debía de estar bajo su cuidado? 
 
Así que se puso a buscarlo como loco. De un lado a otro, subiendo escaleras y bajándolas. Cuando vi a Heather a lo lejos, vestida con un hermoso vestido rojo, la llamó.
 
-¿Has visto a Jack?- fue lo que le preguntó. La pelinegra lo miró algo curiosa. ¿Era su imaginación o Hiccup había comenzado a llamar a Jackson como, simplemente, Jack?
 
-Sí. - habló ella.- Ha estado trabajando de mozo.
 
-¿Qué?- preguntó el sin entender nada.- Pero hay suficientes mozos.- añadió, como si ese fuera el problema. Heather sonrió.
 
-Dijo que era terriblemente aburrido quedarse quieto sonriéndoles a todos, o sentado en una silla sin conocer a nadie. Así que caminó hasta la cocina y comenzó a seguir el ritmo de los mozos. Hay que resaltar que es bueno imitando. Ah. Ahí .- dejó ver, apuntando al albino, que alegre se había quedado charlando en uno de los pasillos con una joven desconocida, mientras le ofrecía uno de los tragos que mantenía encima de una bandeja plateada. Hiccup no perdió tiempo en ir a buscarlo. 
 
-Jack. - lo llamó una vez estuvo cerca. El aludido lo miró tranquilo, dedicándole una sonrisa. Hiccup no supe qué, o por qué. Pero algo le pareció sumamente extraño en el más bajo en ese momento. Al instante lo atribuyó a cómo estaba vestido: llevaba el traje que habían comprado aquel día en la ciudad, de un hermoso azul que hacía ver sus hermosos ojos aun más vivos y luminosos. Eso, sin contar con esa aura distinta que desprendía de su cuerpo. Su cabello rebelde estabaligeramente peinado en esta ocasión, y su informal postura habitual había sido cambiada por una totalmente galante y elegante. - ¿Dónde habías estado?
 
-Haciendo amigos.- dijo con una leve sonrisa, mientras se despedía de la chica, que sonriente se marchaba rumbo al salón.
 
-No te separes de mi.- le ordenó.
 
-¿Qué? Nunca acordamos eso.- comentó extrañado el chico, mirándolo como si hubiera hecho la declaración más fuera de lugar del mundo. Su plan no era estar clavado al lado del ojiverde y su prometida toda la noche.
 
-Pues, te lo aviso ahora. - simplificó Hiccup, como si fuera lo más normal.- Podría pasarte algo.
 
-¿Estas bromeando? ¿Qué podría pasar?
 
-...- incluso el castaño sabía que estaba dando una excusa penosa.- Te necesito a mi lado.- le dijo sincero.- No puedo estar completamente  tranquilo si no te veo cerca.- Aquello dejó sin palabras al albino, quién extrañamente sintió aquella particular sensación de calidez bañarle el rostro. Lo adjudicó a las bebidas. No había tomado más de dos, pero bueno. Tal vez su cuerpo le estaba jugando una mala jugada. Asintió, encargándole la bandeja a una criada que pasaba por allí. 
 
-Bien, yo...- Pero no pudo terminar, debido a que sintió un par de brazos tomarlo por detrás, en un efusivo y sorpresivo abrazo. 
 
-¡Jacky!- escuchó una voz. Hiccup se sobresaltó al ver una joven chica abrazando a su pupilo como si fuera lo más natural del mundo. Pero su reacción no se comparó a la sorpresa que sintió internamente al ver como en un segundo, Jack se daba media vuelta y totalmente alegre, abrazaba a la desconocida con entusiasmo.
 
-¡Anna!- dijo él, tomándola entre sus brazos con cariño, mientras la chica no dejaba de corresponderle de la manera más empalagosa que jamás hubiera visto. ¿Jack tenía novia? ¡Nunca lo había mencionado!
 
-Ujum.- se aclaró la garganta el castaño, interrumpiendo el momento de ambos.
 
-Oh.- volvió a la realidad Jack, aun sin soltar a la chica, con una enorme sonrisa en el rostro.- Te presento a Anna Arendelle.  Anna, el es Hiccup Horrendous Haddock The Third .
 
-¡Un gusto, señor!- dijo "Anna", haciendo una ligera reverencia chistosa.- Usted ha estado cuidado de mi primo, no? Se lo agradezco mucho.- Cuando Hiccup iba a responder, una voz se alzó entre la persistente y tranquila música y susurros. 
 
-¡Anna!- Hiccup llevó su mirada a la dueña de esa voz. Su sorpresa fue palpable al ver a Elsa Arendelle. Había escuchado de ella en varias ocasiones, e incluso  vio alguna que otra imagen de ella alguna vez. Pero era la primera vez que la veía en persona, en aquella fiesta. No lo negaría. Era terriblemente hermosa, casi hipnotizante. Tenía un enorme parecido con Jack. Ambos tenía la piel más blanca que pudiera haber visto en su vida, sin mencionar como sus cabellos pálidos invitaban a cualquiera a imaginar que ambos eran hermanos o algo por el estilo. Las dos hermanas llevaba vestidos hermosos, finos y acordes a su belleza. 
 
-¡Elsa!- el turno de levantar la voz fue de Jack, que soltándose de Anna, se abrazó nuevamente de un cuerpo ajeno. Elsa, sorprendida, le mandó una mirada severa a Anna, antes de corresponder a su primo con sutileza, cuidado y cariño. El contacto fue extrañamente íntimo. A diferencia de lo "infantil", efusivo y alegre del vínculo entre Anna y Jack, este abrazo era más sereno, callado. Hiccup nuevamente sintió algo extraño trepar por su espalda. Quizás era la incomodidad de estar presenciando tal acto íntimo, cuando se suponía que debía estar en el gran salón saludando y haciendo charla con sus aliados.- Seguro ya escuchaste hablar de Hiccup.
 
-Oh.- dijo la rubia.- Claro, el jefe de los Haddocks. Es un gusto.- mencionó, con una sonrisa y un leve asentimiento.- Jack me ha hecho saber que usted lo ha cuidado muy bien.
 
-¿Eso dijo?
 
-Elsa...- se quejó Jack por lo bajo, algo incómodo por esa declaración. Elsa alargó una sonrisa, haciendo que el chico no pudiera hacer más que dejarlo pasar y plantar un beso en la mejilla de ésta. Otra nueva sorpresa. 
 
-No sabía que fueras tan cariñoso, Jack- dejó ver el castaño.
 
-Es amor de verdad. - se adelantó a hablar Anna, divertida.
 
-Por supuesto. - Asintió Jack, sin negarlo. - No hay mujer más perfecta.- añadió. Elsa, sin dejar su sonrisa, negó resignada. 
 
-Bueno, uh, si nos disculpan, Jackson y yo...- comenzó a hablar el castaño. Esa extraña sensación le hacía pensar que necesitaba un momento a solas con el albino. 
 
-¡Ah! ¡Lo olvidé! ¡El abuelo Norte está con los demás en el gran salón! - se alarmó Anna de repente, tomando a Jack del brazo, apurada por marcharse en dirección al gran salón. Hiccup no alcanzó a hacer nada más que balbucear antes de ver la figura de ambos chicos animados perdiéndose entre la gente.
 
-Disculpa. Ambos son algo entusiastas cuando están juntos.- habló Elsa, quién aun permanecía a su lado.- No se han visto en un buen tiempo.
 
-Puedo notarlo.- habló, acomodándose un poco el nudo de la corbata. Elsa lo miró algo curiosa, para luego sonreír.
 
-Acompáñenos. Le aseguro que podrá ver facetas de Jack que de seguro desconocía.- afirmó la rubia.- Supongo que todo tutor desea saber más de sus pupilos.- El castaño solo asintió, un tanto más neutral de lo acostumbrado. 
 
Cuando llegaron al gran salón, Hiccup pudo apreciar que algunas personas nuevas se habían sumado a la fiesta. Pensó en ir a saludar, pero su prioridad era otra. A lo lejos pudo escuchar la estruendosa risa de Norte, y supo que estaban cerca. Entre toda la gente, llegaron a una mesa donde Jack se encontaba parado al lado de ( si no se equivocaba) Aster. Recordaba haberlo visto hace tiempo atrás, en la última fiesta de las estaciones. Ahora se veía mucho más maduro, incluso serio y de aspecto más llamativo. No es que hubieran grandes cambios: su cabello seguía siendo de ese extraño gris ceniza, sus ojos de un verde profundo, y su porte serio y reservado perduraba. 
  
-Vamos Jack, un abrazo. Hace tiempo que no se ven. - lo animó Tiana, una hermosa y amable mujer que ya antes había tenido el gusto de conocer. Todas las familias tenían relación con ella, puesto que era la encargada de administrar varios asuntos históricos de las familias en la que se suponía, era la biblioteca más grande del país, con cientos de referencias históricas, tratados y acuerdos. Sin embargo, hacía tiempo que no la veía, desde...Bueno. La tragedia de su padre. Ella vestía un hermoso vestido multicolor, con predominio del verde. Era casi imposible no caer en su presencia. 
  
A su lado, y vestido con un hermoso traje dorado y extravagante, se encontraba Sandman, como gustaba que le nombrasen. Hombre de estatura baja, aura acogedora y calmada; no había persona en el mundo que no sintiera cierta paz al estar a su lado. Sus cabellos dorados y su sonrisa gentil estaban justo como él recordaba. 
 
 
-Que no.- escuchó a Aster hablar.- Prefiero repintar toda esta mansión a mano. -declaró. 
 
-¿Para llenarlo de colores bellos y cálidos?- se burló Jack. Aster le mandó una mirada de muerte, mientras Anna, detrás del más alto, hacía un mojin. 
 
-¿Qué estas queriendo insinuar?- se ofendió el mayor.
 
-Admite que me has extrañado, después de todo " te preocupas por mi".- aquellas palabras parecieron tensar al ojiverde mayor, quién gruñendo afiló su mirada en dirección al albino. Hiccup, obviamente, no sabía que significaba aquello, pero pudo comprender que era algo que solo ellos dos sabían, debido a que todos expresaron su curiosidad al escuchar ese fragmento de palabras.
 
-Vas a ver, chiquillo molesto...- se hizo tronar los nudillos, mientras Jack sonreía ladino. Sabía que Jack era rebelde. Desde el primer día lo dejó claro. Pero lo que Hiccup no se imaginaba, es que pudiera llegar a ser tan provocativo y busca pleitos. De cierto modo, y descubriendo todas estas facetas del chico, se sintió... No muy conforme. En algún momento loco de sus pensamientos diarios, imaginó que era la persona que más cercanía tenía con él. Pero no era así. Jack nunca le mostró cual cariñoso podía ser, o que tan provocativo se convertía a su antojo. Todo lo habían hecho, más que nada, había sido discutir, comer en silencio y apenas, charlar sobre algunos temas.
 
-¡Vamos, vamos! No peleen. Todos sabemos que se extrañaron- se paró de repente Norte, con su enorme estatura, cogiendo a ambos "rivales" y abrazandolo él mismo, con una sonrisa de oreja a oreja. - ¡Después de todo, no hay pareja más unida que ustedes!
 
Quizás Norte no lo dijo en el sentido en el que él lo captó. Pero no pudo evitarlo. Aquello fue como una revelación, que le hizo tensarse, por algún motivo. 
 
-Es un chiste.- le susurró Elsa, en el momento en el cual el pensaba en irse del lugar para no interrumpir la escena.
 
-Yo...
 
-¡Hiccup! ¡Muchacho!- se dio cuenta de su presencia el enorme albino, soltando tanto a Jack como a Aster para ir a saludarlo. 
 
-Norte, es un gus..¡ugh!- no pudo terminar, debido a que se vio falto de aire por el sorpresivo abrazo que le dio el hombre. 
 
-¡Qué alegría verte tan saludable!
 
-Ah, sí. Ni las balas podrían detenerme.- bromeó. De reojo pudo ver como Jack fruncía levemente el ceño ante esa mensión. 
 
-¡Es una fiesta maravillosa, sin duda! ¡Ya quiero que bailes con nosotros!
 
-Yo, eh...
 
-Lo vas a matar, Norte.- habló Aster desde atrás. El gran hombre albino soltó a un maltrecho castaño, que con una sonrisa forzada por el ligero dolor que sintió por el apretón, asintió resignado. De igual modo, en todas las fiestas de las estaciones, terminaba bailando.
 
Los mozos interrumpieron la escena, con la primera ronda de comida. Tanto Elsa como Anna se sentaron junto con los Overland, dispuestas a charlar un buen rato. El único que se resistió, disimuladamente, a formar de todo eso fue Jack. Hiccup lo observó. Pudo notar como miraba entre la multitud, ansioso, esperando la llegada de alguien. Recordó lo que había mencionado sobre conocer a alguien nuevo. Sin duda, esa fiesta sería diferente a todo lo acostumbrado. Sus miradas se encontraron, causando sorpresa en ambos. Rápidamente Hiccup asintió ligeramente, queriendo expresar que se marchaba. Jack quiso seguirlo, pero al ver a su familia tan junta, dudó. Para cuando se dio cuenta, Hiccup ya se había marchado al lado de Astrid, para continuar con el protocolo de saludos y demás.
 
Una hora pasó entre risas, chistes y carcajadas limpias. Jack pudo saberlo debido al movimiento de los mozos y la orquesta. Todo estaba planificado. Pronto comenzaría la hora del baile. Se paró, pidiendo disculpas de ante mano por su ida, y fue en busca de quien podría ayudarlo: Mérida.
 
El gran salón, justo como su nombre lo indicaba era quizás un poco más extenso ahora que había tanta gente charlando, moviéndose y socialisando. O al menos, esa era su sensación, perdido en ese mar de gente.  Había muchos rostro que no conocía, personas que lo miraban curiosiosas y otras que ni siquiera caían en su existencia. Logró salir rumbo a la entrada de la mansión, cuando sin querer chocó con alguien. No hubiera sido una situación que ameritara mucho más que un : "disculpe, no le vi", de no ser porque una extraña e intensa sensación recorrió su piel, cálida y amigable. Soltó un leve jadeo: no por dolor, ni nada por el estilo. Sino más bien por la sorpresa. La persona con la que había chocado, igualmente ahogó un sonido lastimero, más bien una muestra de impresión. 
 
Ambos se miraron. Jack no pudo evitar sorprenderse cuando un par de ojos verdes, inocentes y hermosos lo miraron de lleno. Era una chica, de cabello rubio trenzado, de tiernas mejillas sonrosadas y piel tersa. Su vestido era morado, con toques lila y algunos detalles curiosos en amarillo, que representaban el sol. Recordó, en algun momento perdido de su aturdimiento, que ese era el emblema de los Corona.
  
-L-lo siento, no...
 
-Ah, yo...- ambos hablaron al mismo tiempo, callando igualmente sincronizados. Rieron avergonzados, y fue Jack quien se decidió a hablar.
 
-Jackson, Jackson Overland Frost.- se presentó.
 
-¿Overland?- repitió ella.- ¿El nieto de Norte?- Dijo ella con una dulce sonrisa.
 
-En efecto.- asintió él. La emoción repentina en la chica se hizo ver.
 
-¡Siempre había querido conocerte!- admitió.
 
-¿En serio? ¿Por qué?
 
-Uh, bueno.- se avergonzó ella, tirando un poco de su vestido.- En las anteriores fiestas de las estaciones, nunca te vimos. Y alguna vez en el pasado escuché hablar de ti. Siempre esperé poder conocer al gran heredero de los Overland, pero nunca se dio.- explicó. De repente, pareció recordar algo.- Oh. Mi nombre es Rapunzel. Rapunzel Corona.
 
-Es un gusto.
 
-El gusto es mio.- los dos se quedaron un rato en silencio mirándose interrogantes. Había algo que llamaba la atención en ambos. Algo que tenían los ojos contrarios. Si les preguntaran en ese momento que era lo que ocurría, ninguno podría justificarse: era como si se atrayeran naturalmente. Rapunzel, algo mareada por la sensación familiar del tacto de Jack,  comenzó a preguntarse si aquello era lo que llamaban amor a primera vista. Por su lado, Jack divagó curioso en sus pensamientos, tratando de justificar esa extraña situación. 
 
-Sé que sonará raro pero... El momento del baile está próxima a empezar, querrías concederme una pieza?
 
Notas finales:

Nuestra niña apareció <3 

¿Amor a primera vista? ¿Jackunzel? ¿Khe? 

Es la primera parte de la fiesta. <3 Quizá se divida en dos o tres. Sigo viendo los detalles. 

En fin, espero y les haya gustado <3 

Nos leemos 


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