Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mafia por mistdowner

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Voy a comenzar una maratón de algunos capítulos para equilibrar lo que tengo publicado en wattpad con ésta página. Lamento la demora :c 

Espero les guste. 

Al llegar a su habitación, dejó ambas cajas sobre su cama. Rápidamente buscó entre aquellas maletas que no había dejado a nadie cargar. No se tardó mucho en encontrarla: una pequeña maleta con combinación. Luego de poder abrirla, la abrió en el suelo. En seguida se dejó ver una especie de arma de color azul oscuro. La tomó, quitando el cargador. Aun quedaban unas dos municiones. Fue por la caja, la dejó en el suelo igualmente, y con cierto placer, comenzó a cargarla con aquellas cápsulas. Llenó los cuatro cargadores que tenía. Una vez esto hecho, devolvió todo a su lugar. Suspiró. Por unos simples momentos, se preguntó si sería buena idea equipar una munición roja en algún cargador. Sin embargo luego negó ante la idea. No, lo mejor sería solo apegarse a sus ideales.  Se levantó del suelo, guardó todo, y pasó a sentarse en su cama. Tomó la última caja sobrante, llena de chocolates. Sin mucho interés la abrió, y comió una unidad del interior. Eran los mejores chocolates que jamás hubiera comido. Sonrió. Tal vez…Solo tal vez…Podría llegar a entenderse con Hiccup. Tal vez él no era como el resto de jefes que lo tuvieron como alumno. Tal vez, si le explicaba…

*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*++*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+

Al otro día, la situación que anteriormente se había dado, volvió: aquel toque en su puerta, la voz de una sirvienta, sus pocas ganas de levantarse de la cama y su consciencia diciéndole que debía asistir a desayunar con Hiccup. Se levantó solo al quinto llamado. Y partió. Si quiera se preocupó un poco en arreglarse. Al fin cuando llegó al comedor, lo vio: como siempre estaba tan sereno, leyendo, tomando su café. Caminó sin mucho drama hasta el lugar. Cuando Hiccup lo notó, volteó a verlo.

-¿¡…!?- exclamó el castaño. Jack no hizo caso de él. Solo se sentó, y se dispuso a tomar un buen vaso de jugo de naranja y un sándwich, que era lo que hoy le tocaba como desayuno. – J-Jackson…- lo llamó.

-¿Hm?- contestó apenas el aludido, tomando un sorbo de su jugo.

-Entiendo que no te gusten los trajes. Seré sincero, a mi tampoco me agradan del todo, pero.. Mostrarte así es algo que no puedo permitir.- explicó. Jack ladeó un poco la cabeza.- ¿Me dirás que no te diste cuenta de que tienes la camisa sin abrochar?- solo en ese momento Jack lo entendió. Se atragantó con el jugo, y se miró. Efectivamente, su blanquecino pecho se revelaba en todo su esplendor debajo de la fina tela de su camisa. Rayos. Había olvidado prenderla antes de bajar. ¡Por eso nunca se despertaba temprano!

-Por la Luna. ¿Por qué no me lo dijiste antes?- renegó. Hiccup desvió la mirada.

-Pensé que lo sabías.-se excusó.

-Oh. ¿A cuantas habré enamorado en el camino?-bromeó. Hiccup se masajeó las sienes.- Oye. Espera. Tu me viste. ¿Ahora serás mi amante o algo así? ¿Por eso fueron los chocolates de anoche?- fue de lo más divertido ver la expresión del ojiverde. Jack sonrió triunfante al verlo incomodarse.- Porque déjame decirte que no soy tan fácil. Primero debo presentarte a mi abuelo para entregarme, ya sabes.-siguió. Hiccup terminó por tomar un leve tono carmín en las mejillas. Jack reventó en risas.- Bromeo.

-Ya veo porque Norte mencionó que tus bromas eran algo pesadas.

-Ah. No, no has visto nada. Aun no he tenido muchas ganas de ponerme a pensar en una.- comentó. Ya había terminado de prender el último botón. Hiccup tomó otro sorbo de su café. De nuevo, ambos quedaron en silencio, mientras comían. Jack ya comenzaba a disfrutar de esos pequeños momentos a su lado. Claro, no es como si fuera algo muy extraño, pero… Para ser sincero, no era muy corriente tampoco. Incluso su abuelo nunca tenía mucho tiempo para pasar a su lado. Y el que Hiccup se esforzara por presentarse a su lado, en las mañanas y noches… Le agradaba. Era un lindo detalle. De repente la atmósfera tranquila y silenciosa se vio interrumpida por una llamada. Hiccup atendió.

-¿Hola? Hey. Que bueno escucharte. ¿Eh? No. No puedo, lo siento, tengo algunos asuntos pendientes. Se acerca la fecha y aun sigo organizando algunos detalles. De todos modos, ¿si quiera sabes si está en la ciudad? Sino mal recuerdo, iba a viajar al exterior. Oh. Vamos. No te pongas así. En unas semanas podremos vernos. ¿Cómo que no es lo mismo? Claro que lo es. P-pero… Espera, no… Yo no dije que… ¡Claro que me gusta! No. No perdí la cabeza por ser el líder de la familia. E-escucha. Ah. Mira, la buscaré, sí? Si logro encontrarla, me haré un espacio en la agenda, y …¿Hola? ¿Hola?...- Jack no pudo evitar sonreír. Fuese quien fuese quien llamó, si que logró frustrar al calmado chico. No comentó nada. Supuso que no era el momento. Terminó de comer, al igual que Hiccup, y se levantó. En seguida algunas sirvientas aparecieron, para levantar los servicios. Jack se perdió sin despedirse.

+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+

Ese día, le pareció buena idea matar algo de su tiempo nuevamente en la biblioteca. Aun tenía curiosidad por ese curioso libro que había encontrado hace tiempo. Tomó su celular de su habitación, y con cuidado de no ser visto, salió rumbo a su objetivo. Una vez llegó, lo primero que hizo fue llamar al tonto lobo/perro/ lo que fuera mascota de Hiccup. No estaba cerca, al parecer. Entró con más confianza, y esta vez, a sabiendas de que nadie lo encontraría, se tomó su tiempo para revisar el enorme lugar. Empezó de a poco. Le pareció lo mejor husmear primero por el fin. Con suerte encontraría algo interesante. Pero no. Habían puros libros de abogacía o matemáticas y la gran mayoría, realmente toscos y sin gracia. Aburrido. Siguió caminando, en busca de algo que pudiera entretenerlo, hasta que se topó con un pequeño libro tirado en el suelo. Lo levantó sin mucho interés y le echó un vistazo. Dentro, solo había bocetos de lo que parecía un pie humano, dragones y…¿Armas? ¿Una espada? Meh. Aburrido. Dejó el libro de nuevo en la estantería. Miró a su alrededor. Ante no había caído en la cuenta, pero ahora, se admiraba de un par de pinturas que se encontraban colgadas de las paredes.  Se acercó para verlas mejor, solo por simple curiosidad. Al parecer representaban a alguna chica… Pelirroja, con un arco y con un oso negro detrás de ella. Una pintura estaba bellamente coloreada, hecha con paciencia y esmero.  La otra por su lado,  era un tanto menos fina, pero igualmente atrayente, hecha a base de pinceladas fuertes y decididas. Jack se acercó a verlas con más detalle, puesto que le llamaban la atención. Tal vez la protagonista de las obras fuese alguna princesa de un cuento o un personaje de una leyenda. Viendo que en esa mansión todos parecían adorar a los dragones, no se le hacía muy extraño algo de arte “normal” para variar.

“ R.C” decía en la más colorida. Había un  pequeño uno dibujado con dorado. Jack enarcó una ceja tratando de buscar algún detalle sobre el autor. Pero no había nada más. O mejor dicho: no quedaba nada más. Al parecer, alguien había estropeado la fecha. Jack bufó.

En la otra pintura, ya no tuvo tanta suerte. A pesar de que la obra era perfectamente visible, si uno se ponía a buscar errores con atención, notaría que al pie de ésta, el nombre del autor había sido borrado. Incluso tal vez golpeado y arrancado. Jack no sabía mucho de arte. Algunas veces había dibujado por ocio, y nada más. Pero hasta él podía darse cuenta de que alguien había querido atentar contra la belleza de esa pintura.

-Rayos.-balbuceó Jack. Ahora sentía un tanto de curiosidad por saber quién en la mansión dañaría las obras de arte de otra persona. Se quedó pensativo, solo por  unos segundos, para luego rendirse y alzarse de hombros.– Bueno… Mejor buscarlo. – se dijo en un tono bajo, terminando por dejar aquellas pinturas detrás. La verdad era que quería encontrar el libro que le había llamado la atención, de nuevo. Tal vez  pudiera sacarle una fotografía y enviársela a Elsa. Aunque sabía que sería regañado. No por andar de chismoso en la biblioteca de una familia ajena, sino que por el simple hecho de usar el celular como medio de comunicación. ¿Por qué? Elsa era muy paranoica, según su punto de vista. Solía decir que las líneas de los teléfonos, los mensajes y demás eran en exceso fáciles de ser interferidos. Por ello, mayormente se manejaban en cartas. Ya nadie en su sano  juicio usaba cartas…Pero Elsa y él sí. Era como… Un trato entre ellos.  Dejando de lado eso, ¿quién mejor para respaldarlo en sus “investigaciones”? De nuevo, llegó al centro de la biblioteca. Vio el gran sillón, la mesa…Todo estaba en su lugar. Excepto el libro. Maldijo. Se acercó a buscarlo con mucho empeño, pero por más que buscaba y buscaba por los estantes aledaños, no lograba dar con el. Luego de media hora, se rindió. Tomó asiento, molesto. Genial. Miró los estantes un rato. De arriba hacia abajo. Nada. Ya cuando estaba por rendirse, vio algo que le llamó la atención.

-¡Allí!- dijo emocionado, pegando un salto del cómodo sillón. Al parecer, el libro que buscaba estaba debajo, literalmente del propio estante, escondido. Se agachó, casi pegando la cara al suelo, y lo retiró. La decepción que tuvo al darse cuenta de que no era el libro que buscaba fue enorme. Maldijo. Solo era un libro viejo de tapa de cuero, rústico, y mucho más nuevo que él que el buscaba. Lo abrió solo para verlo. No tenía nada mejor que hacer.

“Todos piensan que soy un fracaso.”

Leyó. Jack enarcó una ceja. Continuó con la lectura.

                                                                                                              Xx/xx/xx

“Hoy papá se lamentó tenerme como hijo. Mencionó que no era más que un pescado parlanchín. ¿Solo porque no soy muy bueno peleando? No es mi culpa ser un enclenque y tener piernas y brazos tan fuertes como el rugido de un gatito.”

-Por la Luna. Es un diario. – se dijo Jack. Algo se removió dentro suyo. Tal vez no debía ser un entrometido. Tal vez…Debería solo alejarse y hacer como que no vio nada. Pero ya era tarde. La curiosidad burbujeaba dentro suyo. – Bien, solo…Leeré un poco más. Por hoy.- aclaró. Tomó asiento de nuevo en el gran sillón, y comenzó a abrir las páginas aleatoriamente.

                                                                                                        Xx/xx/xx

“Ella me ha reprendido. Dijo algo así como que no me tomaba en serio la ocupación de nuestros padres. No es mi culpa. Supongo que todos tienen razón cuando dicen que soy un blando. No podía lastimarlo. El pobre tipo me miraba asustado. “

                                                                                                      Xx/xx/xx

“Papá me llamó la vergüenza de la familia. Fallé patéticamente todos los tiros en la práctica grupal. Los chicos se burlaron de mi. Ya verán. ¡Pronto le enseñaré a todos lo que puedo hacer!”

 

Jack ni siquiera pudo seguir leyendo. Su interior se estrujó. La vida de quién fuese quien había escrito el diario no sonaba muy fácil. Quiso sacar conclusiones, por puro ocio y curiosidad, pero se negó. Ya luego, leería un poco más, y de seguro se enteraría quién era el dueño. De algún modo se sentía identificado con aquellas pocas palabras expresadas en ese libro, lo cual solo lo motivaba. Buscó el nombre del dueño por todos lados. No lo encontró. Maldijo, gruñendo. Las páginas pasaron ante sus ojos. No podía creerlo. Había muchos bocetos, dibujos y una que otra pintura entre las páginas. ¿Sería este el diario del pintor de los cuadros?  Pensó en leer un poco más. Sin embargo, se dio cuenta de la hora en su celular. Lo mejor sería salir de allí antes de levantar sospechas. Escondió el libro entre sus ropas, de la mejor manera que pudo, y antes de marcharse, le dio un último vistazo a las pinturas de aquella chica pelirroja. Hiccup tenía razón. En esa casa, no tendría tiempo de aburrirse.

Notas finales:

Ni qué decirles. Amo esta historia. 

Sin embargo estoy pasando por una situación complicada.

Mi computadora anda fallando. Y el teclado... Ni se diga.

Letras como la "g", "h", signos de exclamación e interrogación se perdieron...

Y temo que la computadora falle y no prenda más.

¿Por qué será que justo cuando al fin tengo tiempo, las cosas no van como las deseo? :c

Literalmente, estoy escribiendo desde dos teclados, usando letras de uno y otras de otro. Es incómodo. Pero bueno. Todo sea por esta historia <3  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).