Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mafia por mistdowner

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Otro capítulo más

En cuanto llegó, cerró la puerta y se llevo ambas manos al rostro. Nunca en su vida se había sentido tan…idiota. Sí, esa era la palabra. Tragó en seco, mientras trataba de controlar su respiración. Había hecho el ridículo. Ahora… De seguro Hiccup también pensaría que era un bueno para nada, irresponsable. Sonrió amargamente ante la idea. ¿Por qué nadie se ponía en sus zapatos? Aunque, bueno… No había caso. Hiccup si quiera sabía lo que había ocurrido tiempo atrás. Suspiró sonóramente, como si con aquello pudiera sacarse de adentro todo lo que sentía. Una vez se sintió un poco más calmado, caminó hasta su cama y se tiró sin reparos en ella.

-¡Auch!- se quejó al sentir algo duro tocar su cuerpo con rudeza. Se incorporó un poco, y de entre las sábanas, sacó el diario que había encontrado. Lo miró serio por unos instantes, antes de encender la lámpara que había a un costado de la cama, sentarse y comenzar a leer con esfuerzo.

                                                                                                                Xx/xx/xx

“Nunca pedí ser lo que soy, sabes? Siempre me dicen que realmente no llegaré lejos siendo como soy. Bocón menciona que debería tirar la toalla y dedicarme a la pintura o la herrería. Ja.  No es tan fácil.”

Suspiró. Era tan …Extraño. Fuese quien fuese el dueño del diario, realmente pasaba ( o mejor dicho, había pasado) por lo mismo que él. Eso solo le hacía sentir más empatía con el dueño del diario. Siguió leyendo otra pequeña entrada.

                                                                                                                      Xx/xx/xx

“ Cuando le he dicho a Punzie como me sentía, me sonrió y me consoló con un abrazo. Como adoro a esa chica. Me dijo que era un chico valioso tal cual, y que no debía escuchar las cosas negativas que dijeran de mi. Le dije que no era tan fácil cuando todos esperaban tanto de mi. Pareció pensarlo, y me dijo que tenía una gran idea. Y… No es una muy buena idea. Mencionó que lo mejor sería desahogarme dibujando. No lo sé. Yo nunca he hecho más de veinte trazos en una hoja…”

De cierta manera, Jack se sintió algo celoso del chico que había escrito eso. Por lo menos él tenía alguien con quien pasar el tiempo y contarle las frustraciones. Él, desde que tenía memoria, había vivido encerrado en su mansión, sin posibilidad de conocer a otras personas, simplemente consolado, de vez en cuando, por la visita de sus primas. Suspiró, y se recostó, dejando el diario abierto sobre su rostro. Por lo menos…No se sentía tan solo, leyendo aquellas declaraciones escritas en el diario.

+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+

Otro día se levantó grandioso en la mansión Haddock. Jack lo supo bastante temprano, puesto que había madrugado. Estaba decidido a dar algo más de si para impresionar al castaño. Aunque siendo sincero, no sabía muy bien hasta donde iba a poder soportar. Sin llenarse de pensamientos negativos, decidió sonreírle al nuevo día, alistándose con uno de sus trajes y tratando de verse pulcro, pero no en exceso. La hora se iba acercando. Sabía que en cualquier minuto, una sirvienta iría a por el. Por ello, se sentó en el colchón de su cama, y sacó el diario de debajo de ésta. Lo abrió en una página al azar, de nuevo.

                                                                                                                         Xx/xx/xx

“ Voy a enseñarles de lo que soy capaz.”

 

Sonrió. Decidió no seguir leyendo. Eso era todo lo que necesitaba para sentirse seguro. Así, el toque en su puerta, llamándolo, llegó.

Cuando bajó por las escaleras, sin poder reprimir su deseo por deslizarse por el pasa manos, lo vio de lejos. No se veía tan calmado como siempre. Aun así, dispuesto, caminó a su encuentro con un buen humor y predisposición.

-Buenos días.- le dijo. Pero Hiccup no contestó de inmediato. Al parecer, estaba absorto en su lectura. Jack enarcó una ceja, para pasar a sentarse a su lado, como siempre. Una vez allí, vio como las facciones de Hiccup se notaban tensas y propensas a demostrar molestia y enojo. No pudo evitarlo. Estiró un poco el cuello, y vio de qué tanto se enfurecía el castaño. Tenía un periódico entre manos, y el titular…Era digno de preocuparse.

                                                 “Cinco nuevas desapariciones de infantes”

Jack tragó en seco. ¿Qué rayos? Se sintió confundido, sin saber muy bien qué pensar sobre el asunto. Sin más, pasó a tomar su habitual desayuno, sin molestar al ojiverde. Todo marchaba “normal”, hasta que una llamada interrumpió el ambiente en la sala. Hiccup dio un respingo, soltó el periódico y atendió.

-Sí. Lo he visto. No, no tenemos idea. Lo sé, estamos en ello. ¿Él? Bueno él…- el castaño miró a su alrededor. Se sorprendió al ver al albino a su lado, mirándolo curioso.- Está bien. ¿Su entrenamiento? Estamos en ello. – terminó con el tema.- Bien, sí, hablamos luego.-Jack sabía que se trataba de su abuelo North. No mencionó nada, y continuó comiendo sin reparos.- ¿Cuándo llegaste?

-Hace unos minutos.- contestó Jack.

-Oh. Debo prestar más atención.- se dijo a sí mismo el castaño.- ¿Por qué estas vestido así? Pensé que odiabas los trajes.

-Los odio.- afirmó.- Pero… Supongo que es lo que alguien como yo debería hacer.

-¿Alguien como tu?

-Un futuro jefe.- mencionó a secas Jack. Hiccup se dejó ver impresionado por la declaración.

-Vaya.- habló.- Entonces… Supongo que estarás listo para el entrenamiento de hoy.

-Claro.- respondió.

-Genial, porque no será algo muy sencillo.- advirtió.- Es decir… Sino estas listo…

-Lo estoy. – Lo interrumpió.

-Genial. Porque será una prueba decisiva.

+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*

                                                                                                                             Xx/xx/xx

“He comenzado con lo de dibujar. Punzie dice que soy talentoso, aunque a mi me parece que soy un asco. Me dijo que dibujara a su camaleón, Pascal. No…marchó como lo esperaba. De igual modo, Punzie me felicitó por el esfuerzo. Vaya, siento como mi masculinidad se pierde en el fondo de mis trazos.”

No pudo evitar sonreír por el dibujo. Era un tanto chistoso y adorable, además de curioso. ¿Quién rayos tiene por mascota un camaleón? Ahí, tirado en su cama, se dejó llevar por las risas. Había pensado que lo mejor sería estar se tranquilo ese día, y no ir a husmear en la biblioteca. Después de todo, suficientemente mal hacía leyendo ese diario. Pero bueno, no es como si pudiera parar. El tipo que lo había escrito, ya le caía de maravilla. Sentía una empatía con él, que no podía describir. ¡Era tan gracioso!

                                                                                                        Xx/xx/xx

“Hoy no fue un gran día. La práctica grupal fue peor de lo que esperaba. Por algún motivo, supe que no estaría bien desde el principio. Punzie estaba allí, pero como no tenía la obligación de practicar, solo se sentó a un lado a dibujar. Suertuda. Mi padre estaba allí, observándonos. Yo solo me preparaba como lo dicta el manual, despacio. Y…Fue un desastre. Creo que el cielo tiene menos estrellas que el piso de tiro de la mansión, gracias a mi. No podía calmarme. Disparé, una y otra vez, pero no estuve ni cerca de darle a nada. Todos se burlaron. Mi padre solo suspiró. Me fui del lugar, siendo seguido de Punzie. Al final, ella de nuevo terminó consolándome, mientras me mostraba su nuevo dibujo. Era yo, preparándome para ir a entrenar… Me lo regaló, diciendo que podría aprender un poco de sus trazos.”

Jack se incorporó como un resorte en la cama. ¡Al fin una pista! Tal vez si hubiera prestado más atención a los dibujos, hubiera sabido eso del principio. Miró la obra de un lado a otro. No ganó mucho, a decir verdad. El chico no se le hacía parecido. Ni siquiera lo había visto rondar por la mansión. ¿Será que se había marchado? Sin mucho más que deducir, se quedó viendo a la figura por un largo rato. Tal y como lo decía la entrada, realmente se notaba que el pobre estaba triste y tenso. Aquello le mandó un mal presentimiento, al  recordar las palabras de Hiccup. Un entrenamiento difícil. ¿Qué sería? Por mas que trataba de anticiparse a los hechos, no podía pensar en nada.

*+*+*+*+*+*+*+

Las horas pasaron pesadas, tanto como podrían tardarse los minutos danzando en el reloj antiguo que colgaba de la pared. Pensó en algún momento loco de su aburrimiento, prender el televisor y mirar alguna tontería que se le cruzara por los canales. Claro que no llegó a hacerlo, debido a que el bendito control se encontraba muy lejos de él. Y, jamás había sido muy apegado a la televisión.  Suspiró de nuevo, y se sentó en la cama. Ese tonto presentimiento que lo acechaba, advirtiéndole sobre un peligro que consideraba inexistente, no lo dejaba en paz. Luego de unos quince minutos, decidió calmarse de una manera un tanto extraña. Se cambió, y sin más decidió portar su querida arma. Una vez las correas disimularon la existencia de su compañera, se tranquilizó. Debajo de su cama, pudo ver una esquina de la caja de municiones. Podría haber recargado cápsulas rojas. Pero la sola idea lo hizo negar una y mil veces.

-¿Jackson?- escuchó una voz. Al instante la reconoció como la de Heather.

-Ya voy.- contestó. Así salió fuera de su habitación. Se sorprendió cuando notó aquel rostro serio y algo preocupado en la chica. Quería preguntar. Quería sacar todas sus dudas de su cabeza. Pero por más que su boca comenzara a dudar sobre si soltar sus palabras, lo sabía. Nadie contestaría. Por ello se forzó a sonreír, siguiendo a la chica en silencio. Luego de llegar cerca del campo de entrenamiento, lo supo. Podía sentir el ambiente pesado cernirse sobre sus hombros. La única compañera que tenía en ese momento era su fiel arma. No sabía que iba a suceder. Tampoco tenía en conocimiento de qué se trataba la prueba. Pero con el simple hecho de llegar y ver a la gran mayoría de los integrantes de esa familia reunidos, lo supo. Aquello iba a demandarle un gran esfuerzo.

A pesar de que se sintió intimidado, sonrió como estaba acostumbrado a hacerlo cada vez que pasaba por aquellas situaciones tensas: como si nada le afectara, como si no cayera en la cuenta de todo el rollo que se le vendría encima. Miró a todos los presentes con aparente desinterés: Allí estaba Patán, Brutacio y Brutilda… Y Valka, sonriéndole, tratando de tranquilizarlo… Jack ya lo había captado. Luego llegó a ver a un hombre, con la peculiaridad de la falta de una pierna y un brazo. Más y más personas…

-Oh, llegaste.- le comentó Hiccup, yendo a encararlo.

-Claro, no me gusta hacer esperar a nadie. – asintió. Y fue entonces que preguntó sin más.- ¿Se puede saber a qué se debe todo esto?

-¿Lo dices por ellos?... Bueno. Estaban preocupados.- sonrió tenuemente Hiccup. Jack no supo como interpretar aquello.

-Claro…- agregó.- ¿Y qué hacemos en este lugar?

-Aquí tendrás tu prueba definitiva.- aclaró. Jack enarcó una ceja sin saber a lo que se refería.

-…Explícate.- ordenó. Su voz salió un tanto más seria de lo normal. Hiccup notó aquello, tragándose con esfuerzo palabras de ánimo.

-Bueno, verás…- en ese momento, Jack pudo entenderlo. Su pecho se hinchó de aire, alerta, sintiendo como su cuerpo reaccionaba al peligro. Lo sabía. ¡Rayos, lo sabía! Se trataba de un enfrentamiento y no cualquiera. Las señales que difícilmente Hiccup podía ocultar se lo decían: sus miradas no se conectaban, puesto que Hiccup la desviaba. Apenado quizás de saber lo que próximamente pasaría. Eso, sin contar que tenía pequeños movimientos erráticos y nerviosos.

-Me niego.- interrumpió rápido. Su resolución estaba firme. No pelearía con nadie, aun si eso significaba “fracasar” de nuevo. Ya estaba acostumbrado a ello.  – No pelearé con nadie y menos si es de tu familia.- Aquello sirvió como estímulo para que el castaño lo observase ahora sorprendido, para luego pasar a estar serio. Lo había temido. No, de hecho… Lo había sabido desde el momento en el que planeó la última prueba. Jack no lo haría. No era como el resto de mafiosos, que sin dudarlo atacarían para ganar el respeto y estatus frente  al jefe de otra familia. Lo sabía. Pero de todos modos, debía hacerlo.

-No es una sugerencia.- comentó “calmado”- No lo entiendes. Has fallado en todas las pruebas. Incluso en las más insignificantes. Esta es la última.- con un pequeño gesto de manos, un hombre desconocido para Jack se acercó con una funda… De espada. ¿Pelearía contra ese hombre? Al fin cuando este terminó de acercarse, Hiccup volvió a hablar.- Gracias, Eret.- el aludido asintió, dirigiéndole una última mirada de pena al albino.

-He dicho que me niego.- comentó cortante, sintiéndose amenazado al ver al tal Eret alejarse. No. No podía ser. – No voy a pelear …

-No pelearás con nadie de mi familia. Pelearás contra mí.- sentenció, quitando la funda de su vieja espada y adoptando una pose de pelea. Pudo verlo por microsegundos: miedo. El miedo que corría por las venas de Jack. Se sintió horrible al verse reflejado en aquellos dos zafiros como un idiota violento. Pero tenía que hacerlo, por su bien. Solo sería un pequeño encuentro. Si él podía derrotarlo, todo estaría bien. No cuestionaría más su fuerza, y seguiría con las enseñanzas simples. Sí, era el plan. Por su lado Jack se odió por haberse vestido formal. Ingenuamente había previsto que la prueba se trataría de alguna tontería más de etiqueta y relaciones. Pero no, y solo hasta esas alturas podía entenderlo. Con un traje, no podría moverse con facilidad. O eso pensó.

Sus ojos se abrieron de impresión. Jack si quiera pudo terminar de procesar las palabras, cuando notó como Hiccup se abalanzaba contra él. Aquello sirvió para hacerle volver a la realidad. Las cadenas de sus pensamientos tan fuertemente forjadas de dudas y miedos se rompieron, dando paso a los reflejos que ahora controlaban su cuerpo a merced. La primer estocada pasó cerca de él, accionando en el albino todas las alertas para esquivarla. Enseguida el cuerpo de Jack reaccionó. Ya conocía esa sensación: la adrenalina correr por su venas, todo su ser esquivando golpes... Dos pasos alejado de él, tuvo la intención de parar esa locura. Pero no pudo, debido a que su cuerpo como un reflejo, bajó dramáticamente hasta el suelo, esquivando el filo de la espada de Hiccup. Era en ese  tipo de momento que agradecía sus buenos reflejos, mecanismos de auto defensa que le guiaban como un maestro durante las peleas. Por su lado, sería mentir descaradamente si se dijera que Haddock no estaba sorprendido: en primera, a pesar de que había dicho que esperaba una reacción por parte del albino, en el fondo había creído sinceramente que no se movería de su lugar; en segunda… ¿Qué tipos de reflejos eran aquellos? En su vida se había enfrentado a diferentes personas, todas y cada una de ellas con un estilo diferente de ataque y defensa. Pero con tan solo dos movimientos, Jack había captado su atención. Todo lo que hacía parecía un fino baile, salvaje pero a la misma vez calculado y certero, con una gracia hipnotizante. Por unos segundos, deseó poder ver más de aquel despliegue de movimientos…

Jack nuevamente, y con agilidad, trató de tomar distancia del castaño. Lo estaba logrando, hasta que un golpe en uno de sus pies lo hizo perder el equilibrio. Hiccup no iba a dejar que su oponente le tomara ventaja por unas buenas esquivas, por ello, tan ágil como solía ser,  adivinó su próxima acción y la bloqueó con una fuerte patada. El albino torpemente se tambaleó sin equilibrio, momento que fue aprovechado por Hiccup para tratar de asestar un golpe definitivo y no alargar más aquella situación. Justo cuando pensaba que era el fin, falló. Con movimientos que jamás había visto, Jack retomó el control de su cuerpo, y con una hábil mortal giró hacía atrás en lo que pareció un instante en cámara lenta. Claro, no se quedó allí, sino que aprovechando la sorpresa del castaño, ni bien consiguió estabilidad, trató de quitarle la espada.  Un tosco golpe lo hubiera conseguido, sino hubiera sido por los rápidos reflejos del jefe de los Haddocks, que se escudó con sus antebrazos. Ambos se separaron unos metros luego de eso.  Jack estaba agitado. No por el esfuerzo físico, sino que más bien por el mental. Había sido toda una odisea para él no tener que sacar su arma. Y es que se negaba rotundamente a lastimar al castaño: no por nada en especial, simplemente porque repudiaba la violencia, y no pensaba gastar cápsulas… Y, aunque quisiera negarlo hasta la muerte, le tenía cierto cariño al ojiverde.

-Lo estas haciendo bien, solo...- agregó Hiccup, tratando de animar a Jack. Pero no pudo continuar al ver el rostro del albino. Se lo veía abatido, enojado, frustrado y… arrepentido?. Se dio cuenta en ese instante que su atención no estaba puesta en él, sino que en la salida, que él mismo había mandado a cerrar ni bien el chico había entrado en la arena. ¿Podría ser que sus acciones solo fueran el fruto de simples reflejos? Su pecho latía a punto de detenerse. No quería seguir con aquella tontería. Pero North había sido firme con su pedido, casi una orden. Y él mismo lo sabía. Debía saber de que estaba hecho Jack. No solo por su bien, sino que por el de toda su familia. Un jefe no podía ser débil. Un jefe… no podía…

-Basta.- ordenó enojado el menor, llevándose una mano a sus cabellos despeinados- No pienso seguir.- mencionó, sin siquiera dignarse a verlo al rostro. El castaño paró, solo para verlo con detalle su rostro,  unos segundos.

-No puedes ser un digno jefe así.- comentó tajante. Jack apretó la mandíbula totalmente enojado. Él no sabía nada de él. De nuevo, era subestimado. No era un inútil. No era un bueno para nada. ¡No lo era! …Y, sobre todo… No era como ellos. Volvió su mirada a la familia de Hiccup. Todos y cada uno de ellos miraban el enfrentamiento expectantes, con caras puras de preocupación. Todos allí, por Hiccup. Nadie allí, para él. Suspiró. Podía demostrarles a todos de lo que estaba hecho. Podía, de seguro, acabar con el castaño. Pero no quería. No iba a hacerlo. Aun si con eso, era catalogado de fracasado, una vez más. No tenía la menor importancia.

El ruido de las pisadas apresuradas de Hiccup acercándose a él le hizo volver su atención al enfrentamiento. Aquello iba a doler, pero no le importaba. El castaño llegó a él rápidamente, y blandió su espada. Fue difícil contenerse, pero lo consiguió. Ni un solo músculo se movió. La espada de Haddock se detuvo a centímetros de su rostro. Por unos instantes, Jack no logró comprenderlo. Miles de veces había accionado su cuerpo sin el menor control sobre él: era, literalmente, un estado de frenesí que le obligaba a pelear. Pero esa vez no, a pesar del aparente peligro que corría. Solo fueron segundos. Pero Jack pudo jurar que por su cabeza, algunas palabras perdidas y susurrantes llegaron, afirmándole sin dudas que no corría un riesgo real.

-¿Es así como vas a obrar?- le escuchó decir. Sus miradas se encontraron. Estaban muy cerca, a decir verdad. Cualquiera que tuviera un mínimo de atención se daría cuenta de la tensión que invadía el lugar. Incluso Brutacio y Brutilda contuvieron la respiración.

-Me niego a lastimarte.- le soltó sin más. El castaño sintió algo removerse dentro suyo. Algo… Extraño, y doloroso que no podía explicar con palabras. Sin más, se apartó, guardando su espada con lentitud.

-Ve a tu cuarto y empaca tus cosas. – le ordenó. Jack no apartó su mirada de aquellos dos ojos verdes que lo observaban por un largo rato. Como si con ello, buscara empezar una pelea de miradas, completamente dominante.- Ahora.- Finalizó el jefe. Y con ello, Jack solo pestañeó, saliendo de la sala hecho una furia. 

Notas finales:

Gracias por leer


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).