Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mafia por mistdowner

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Y hasta aquí llega la actualización.

Ojalá podamos leernos pronto <3 

Sin más, a leer.

 

El cuerpo le pesaba horriblemente. Hasta ese momento, no recordaba absolutamente nada. Le era ajeno el saber el porqué el dolor atacaba su cuerpo. Cerró los ojos. La molestia persistía en uno de sus hombros. Suspiró con calma, tratando de recordar, y como si hubiera sido otro disparo directo a su mente, se levantó asustado.

-¡Jackson!- gritó, preocupado a más no poder. Fue entonces que sus ojos enfocaron su habitual habitación, llena de sus  cuadros y el lugar de descanso de Toothless, que por cierto, ni bien vio a su amo levantarse, corrió a lamer su mano feliz. – P-pero…¿Qué …?- se preguntó. Un chillido algo agudo salió de su garganta al sentir que era demasiado para su maltrecho cuerpo permanecer sentado en la cama. Como sabía por experiencia que no podía sacar nada bueno siendo impaciente, se recostó. Claro, esto no significaba que no muriera de impaciencia a cada minuto que pasaba y nadie llegaba a darle respuestas. Se consoló con lo obvio: estaban a salvo. Si él estaba en la mansión, muy de seguro Jack también estaría a salvo. Se preguntaba como habían salido de tal situación. Lo último que podía rememorar era, por muy extraño que sonase, la fría sensación de la piel de Jack apretándose alrededor de su mano. Luego … Bueno. Era algo difícil de recordar. ¿Era su imaginación o lo último que había escuchado era a Jack gritando su nombre? Bueno, no lo sabía. Y tampoco lo sabría, que bochornoso sería preguntar.

-¡Hijo! – de repente la puerta de su habitación se abrió. Toothless, que hasta entonces había sido su fiel compañía, se separó un poco, consciente del hecho de que Valka aparecía para alimentar a su compañero- ¡Me alegra tanto que despertaras!

-Hola, madre.- le respondió con tranquilidad el castaño.- ¿Eso es para mi?- mencionó las bandejas que la mujer llevaba encima, divertido. Finalmente Valka entró completamente, acercó una silla a la cama, y comenzó a destapar las diferentes cacerolas.

-Sí, el doctor dijo que tuviste suerte, y que hay que cuidarte bastante.- fue franca, sin ocultar la gravedad de los hechos.- Perdiste mucha sangre.- agregó. Hiccup sintió un gran pesar. Había estado bastante cerca de la muerte. Quién fuese el que los había ayudado, sin duda había sido un ángel mandado por los dioses.

-¿Cómo…Llegué aquí? No. ¿Dónde está Jackson? ¿Está bien?- al oír las preguntas, Valka sonrió. Su hijo era naturalmente un líder de corazón, dispuesto a preocuparse y dar la vida por cada uno de los integrantes de su familia. Que orgullo nacía en su pecho al ver estos detalles en su “pequeño”.

-Bueno… Tu primera pregunta es algo difícil de responder.- Mencionó. – Con respecto a Jackson, no te preocupes. El está…Físicamente bien.- mencionó. – Norte vendrá por él hoy.- siguió.

-…- Su expresión ahora era de duda. - ¿A qué te refieres con físicamente? – aquello, realmente no lo había pillado. Al menos no del todo. Se sintió algo asustado al ver a su madre suspirar. Eso no era buena señal.

-Hijo, lo que sucedió esa noche es…

-Cuéntame. No me ocultes nada.- le rogó, como solo un hijo podía. Valka lo miró a los ojos, fijamente, buscando en el sus deseos por saber. Y finalmente cedió.

-Es complicado.- suspiró, y dejó la bandeja a un lado. – Esa noche recibimos un llamado en la mansión, la cual nos alertó a todos. Era Jackson. – se aclaró la garganta un poco. El tema le parecía demasiado descabellado y misterioso.- Yo fui quien atendió el llamado. Él se escuchaba totalmente exhausto, jadeante y preocupado. Según sus palabras, estaban en medio de la carretera, totalmente solos, escapando de sicarios de una familia enemiga.

-Entonces… logramos escapar…- mencionó, totalmente sorprendido. Las palabras no lograban colarse en su boca. Estaba…demasiado sorprendido. Jack lo había salvado - Que alivio.

-Bueno…- siguió Valka. El tono que usó hizo que Hiccup borrara su sonrisa.- Fue un poco más que eso. Rápidamente luego del llamado, fuimos a buscarlos en la noche, armados. En medio del camino los encontramos. Jackson se había encargado de aplicar un torniquete en tu herida. – otra pausa. La mujer se veía indecisa.-  Te subimos al auto, mientras que otro grupo siguió la marcha para tratar de dar  con los sicarios.- continuó. Hiccup presintió que su madre le estaba ocultando algo. Sin embargo no preguntó nada. Necesitaba saber lo que seguía a eso.

-¿Y entonces?- preguntó impaciente.

-… Hiccup… ¿Con cuantos hombres peleaste ese día?- la pregunta tomó por sorpresa al ojiverde. Sin esperar mucho respondió.

-Con cuatro.- ni bien dio la cifra, vio como algo del color de la piel de su madre desparecía.- Estaba desarmado. Fui un descuidado.- se justificó, para tratar de calmar un poco a su madre.- Pero estoy bien… Y…

-Hiccup.- lo calló.- Ese no es el problema.

-¿Problema? ¿Cuál problema?

-…Cuando el segundo grupo llegó… Había catorce hombres inconscientes.

La cifra cayó en él como un balde de agua fría. No era posible. ¿Diez? ¿Jack se había encargado de diez hombres? El estómago se le hizo un nudo de la impresión, y sin dejar de verse sorprendido, se tomó la cabeza. Ésta comenzaba a palpitarle. No tenía sentido. ¿Qué clase de arma…? Bueno. Eso era lo de menos. Incuso con una buena automática no podría haberse defendido de diez hombres. ¡Menos aun con la baja de la pantalla de humo! Él bien lo sabía, debido a que la había creado personalmente: cada uno de los autos de su familia tenía un mecanismo especial, en el cual había estado trabajando últimamente con esmero junto con  su mentor, Bocón. Cuando se presionaba el botón indicado, el auto soltaba una poderosa pantalla de humo blanco, lo suficiente longeva para escapar… Luego de pasados unos minutos, un humo verde de combustión salía despedido, capaz de crear una catástrofe con solo un disparo. Que nadie lo culpara: su familia había insistido en agregar ese peligroso detalle, solo como último recurso. Pero ese no era el hecho. ¿Cómo era posible que Jack hubiera acabado con diez hombre, antes de la capa de humo verde? Incluso para él, eso era completamente imposible. Quizás los otros estuvieran impresionados. Pero él, estaba completamente boquiabierto. Ahora entendía porqué Norte insistía en encontrar un tutor digno para Jack. Sí. Ahora lo comprendía mejor. El fracaso no era Jack. El fracaso era de parte de los tutores que no podían controlar el, aparentemente, dormido potencial del albino y explotarlo. Se sintió completamente burlado por el adolescente. Ni siquiera se había percatado de su potencial…

Luego de aquello, su madre le comentó que ahora estaban interrogando a los sicarios, y que por suerte las pertenencias de Jack estaban a salvo. Prosiguieron a comer. Hiccup solo se relajó y comió sin mucho apuro, para finalmente terminar y dejarse cambiar los vendajes de a poco, y con mucho dolor. Sus manos estaban casi inútiles por la hinchazón y los raspones y golpes. Ahora entendía las palabras de su padre a la hora de decir que siempre había que llevar un arma encima. Él lo sabía, pero la decepción de ese día había sido tanta, que simplemente olvidó llevarla encima. 

Así, todo culminó con que su madre se retirara de a poco. Antes de salir completamente de la habitación, la llamó con un claro tono de preocupación.

-Mamá. Quisiera ver a Jackson.

-… Hijo, Jackson no está en condiciones de ver a nadie.

-… pero dijiste que estaba bien.

-Físicamente. Al parecer, toda la situación lo llevó a sus límites.- Hiccup  no pareció comprender en primer instante. Luego de pensar un poco más las cosas, lo comprendió.

-No puede ser. Esto es mi culpa. ¡Tengo que verlo!- se preocupó en seguida. Si su madre no quería decirle directamente lo que sucedía, debía ser malo. Intentó levantarse, pero en seguida el dolor en su cuerpo, como una gran cadena, lo obligó a quejarse inútilmente en la cama.

-Será mejor que lo dejes. El pobre… Ah. Él no ha dejado que nadie se acerque desde que llegó. Se encerró en su habitación, y no sale para nada. Apenas si come. Al parecer todo lo conmocionó. Por eso llamamos con urgencia a Norte. Suponemos que él sabrá que hacer.

-No pueden llevárselo.- comentó con desesperación. La mirada de su madre se tornó en sorpresa pura.- Me retracto. En serio me retracto. Jack no es como pensaba. Es totalmente capaz. Norte…Sabía esto. Y esperaba que yo pudiera ayudarlo. Fue mi culpa. – sentenció.- No me di cuenta del verdadero potencial de Jack. Solo lo vi como un niño caprichoso. Pero…Salvó mi vida. No puedo darme por vencido con él.

Todas las palabras que emitían parecían cargadas de un singular tono determinado. Su madre sonrió ante la mirada decisiva de su hijo. Aun dolorido, era un cabeza dura. Asintió, emitiendo un leve “entendido”, antes de retirarse. Debía de verificar el estado de Jack con Heather.

*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+

Ya había pasado un par de horas desde que la pelinegra se había marchado, dejando en su puerta la comida que se suponía, debía comer. Suspiró desde su cama, envuelto en sus miles de frazadas. La habitación estaba realmente oscura, a pesar de que era completamente de día. Sabía, por boca de algunas sirvientas, que su abuelo pronto llegaría por él. No sabía que sentir. Por milésima vez trató de recordar lo que había ocurrido. Pero nada pasaba. Por más esfuerzos que hiciera, su mente se negaba a mostrarle los recuerdos de ese “ataque”.  

Sus maletas estaban  desparramadas por el suelo. No se había preocupado por recogerlas cuando llegó de nuevo al lugar. Solo tenía una cosa en su mente: calmarse. Su cuerpo seguía temblando, a pesar de que había pasado ya un día entero desde el incidente. Intentó dormir, pero su cuerpo no lo permitía. Seguía completamente alerta, hipersensible, como si en algún momento fueran a atacarlo. Claro, con el pasar de las horas su corazón comprendía que estaba a salvo, al menos un poco. Dejando paso al cansancio total y el frío. No se quejaba, realmente adoraba el frío, debido a todos los hermosos recuerdos que le traía sobre su familia. Pero contrario a ese frío familiar, el frío que ahora sentía no era nada agradable: congelaba sus sentimientos, dando paso al miedo, dormía sus esperanzas y le recordaba el dolor de sus extremidades congelándose en medio de la nieve teñida de rojo.

-¡Ah!- se quejó, enojado consigo mismo por no poder calmarse. Sus temblores de a poco comenzaban a ceder, víctimas de la sobreexplotación de su estado lleno de adrenalina. Tenía que calmarse. Debía conseguir calor. Debía… descansar. Miró una de las maletas. Allí se encontraba el diario.

Sin mucho retraso se levantó de la cama, con esfuerzo. Las piernas le temblaban, y comenzaban a entumirse. Debería haber estirado… No. ¿Qué rayos? No tenía tiempo para estirar en esa situación. Ya luego lidiaría con el dolor de sus músculos agarrotados. No tenía importancia. Al fin cuando tuvo el dichoso libro entre sus manos, volvió a su lecho y se encogió en un montón de frazadas más. Lo abrió con cuidado, y con esfuerzo, comenzó a leer.

                                                                                                          Xx/xx/xx

“Hoy, me he tomado las cosas con calma. Decidí saltearme el entrenamiento, a pesar de las quejas de Punzie. Justamente ayer los chicos encontraron mi diario. Fue totalmente vergonzoso. Me llamaron niña, y amenazaron con romperlo en pedazos. Por suerte no lo hicieron. Esa es una de las razones por las cuales decido desligarme de todo, al menos por hoy. De igual modo, apesto en ellos. No es como si fueran a necesitar a alguien que afile sus espadas o limpie sus armas. Eso ya lo hice, ayer en la noche. ¡Ja! Hombre precavido vale por dos.”

Una suave sonrisa se posó en los labios del albino. Aquello le había hecho un poco de gracia, a pesar del penoso relato.

“Así que ahora escribo desde el patio de la mansión. Sí, ese “pequeño” trozo de tierra que tiene el tamaño de toda una nación. Bien. Exagero. Pero sí que es enorme. Pocas veces me dejan salir a perder el tiempo por aquí. ¿Puedes creerlo? Vivo encerrado en esta torpe casita de mafiosos. Pero podría ser peor. Digo, podrían ser aprendices de mafiosos brabucones que encuentran divertido hacerme la vida imposible y… Espera un segundo. “

Otra risa. El chico sabía realmente como jugar con el humor y la ironía. Siguió leyendo. Al parecer, debido a que se había tomado el día libre, había escrito una entrada mucho más larga que las habituales. Justo lo que necesitaba.

“Punzie se la pasa dibujando a cada rato. Dice que no quiere desaprovechar los momentos a mi lado, porque soy un modelo “ inigualable”. Obviamente, las chicas caen a mis pies con mi sola presencia. Muchas veces le pedía que me mostrara sus dibujos, pero no suele hacerlo, a menos que sean situaciones especiales. Ya me he rendido un poco con eso. Por eso… Me puse a dibujar un poco también. No me juzgues. Estar rodeado de cosas rústicas, referencias a vikingos y esas cosas, me hace desvariar. ¿Tan raro es que adore los dragones? Punzie considera que son realmente atemorizantes. Pero, sin ofender, no es la chica más valiente del mundo… Recuerdo que una vez se trepó a mi, asustada, al ver unos arbustos moverse. Solo era un conejo. “

 La sonrisa en el rostro del chico se hacía imborrable. De apoco sus músculos se fueron relajando, haciendo que sus párpados pesaran demasiado. Cuando se dio cuenta, ya se veía a punto de dormir. Cerró el diario con lo último de voluntad que tenía y lo aprisionó contra sí. Tal vez pareciera cursi, pero intentaba obtener calor de simples hojas, cuero y… memorias olvidadas. Sin más, se dejó caer en la inconsciencia.

 

Notas finales:

Nos leemos pronto. Espero y les haya gustado <3 

Tengan señales (?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).