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Mafia por mistdowner

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Notas del capitulo:


Lo sé, me he estado tardando bastante. 

No crean que he estado de vaga :'v sí, he estado escribiendo. Tengo más capítulos escritos, sin embargo no quiero publicarlos, debido a que estoy llegando al comienzo del gran nudo. Aquellos que escriban fics, entenderán que luego de haber dejado tantas pistas y detalles, es algo complicado seguir escribiendo sin olvidarlos a todos, dando sentido a lo que alguna vez se pensó / imaginó.

Me está costando un poco hacer encajar las cosas de manera fluida y seria, y pues :'v A cada rato me ando editando capítulos anteriores, siendo que ya voy algo adelantada.

Pero ya está, un capítulo (?) Quizás mañana o el sábado tengan más de un capítulo, en compensación por mi atraso y ausencia. Claro,  si no muero en el intento (?)

Sin más, a leer <3 

Jim no tardó mucho en levantarse para imponer orden en el sitio, y en el peor de los casos, echar al desconocido. O al menos, eso intentó, debido a que ni bien hizo un movimiento, Mérida saltó de su asiento como un resorte.
 
-¡Hic!- lo llamó ésta, corriendo a su encuentro. Jack ya no sabía de que más sorprenderse, o como respirar. En una tonta suposición, había esperado que su familia lo encontrase, en un completo desligue de los Haddocks hacia él y las responsabilidades de ser su tutor. Era lo que todos habían hecho cuando se escapaba: lavarse las manos, dejarlo solo, empujar el trabajo en manos de su propia familia que siempre corría a buscarlo. Pero Hiccup no. Por lo visto, él mismo salió en su búsqueda. 
 
-¿Mérida?
 
-¡Tanto tiempo! - le habló ésta, prendiéndose en un  abrazo con  él. 
 
-Eh, sí, yo... - Estaba por corresponder, cuando lo vio. Sus miradas se cruzaron, y Jack casi pudo sentir la sangre caliente arremolinarse en sus mejillas. Fue casi automático. Hiccup acarició levemente a la pelirroja, y se abrió paso hasta llegar a lado de Jack. Jim seguía a la defensiva, sin saber muy bien si podía relajarse o no. 
 
-¿Ustedes se conocen?- rompió la tensión Mérida, que notando como Jack se negaba a verlo a los ojos, unió la información en su cabeza. 
 
-Sí, soy el tutor de Jackson.- respondió el ojiverde, en un intento por hacer desaparecer la tensión.
 
-¿Es tu amigo?- habló Jim.
 
-Oh, sí. Nos conocemos desde pequeños.- habló la pelirroja. - Tranquilo.- añadió. Con eso, Jim volvió a sentarse. Podría decirse que estaba "tranquilo", pero no. Su mirada no dejaba de pasarse por la figura de Hiccup, que inerte, solo se dedicaba a ver al albino a su lado.
 
-No pienso irme contigo.- aclaró por fin éste.- Volveré con mi familia.- sentenció.
 
-Me debes una explicación- contestó Hiccup. Jack casi quiso reír por aquello.
 
-¿Yo? ¿A ti? ¿No crees que te estas confundiendo?- y entonces, cobró coraje. Lo enfrentó, parándose del asiento y soteniendo una guerra de miradas.
 
-No lo sé. Dímelo tú. Hasta donde yo sé, perdiste la cabeza de la nada y huiste.- respiró, tratando de calmarse. Jack frunció el entrecejo. 
 
-Y hasta donde yo sé, tu has estado torturando personas en aquel sitio de mala muerte debajo del suelo.- Si antes todo estaba realmente tenso, ahora no podía desribirse la escena como algo menos que dramático. Mérida dejó caer su mandíbula de la impresión, y Jim miró acusadoramente al desconocido. Por su lado, Hiccup no podía creer lo que escuchaba. 
 
-¿Qué?- alcanzó a decir con impresión.
 
-No finjas. Lo vi. 
 
-¿Hiccup?- preguntó Mérida, mirando al castaño con interrogantes claros.- Tú no eres capaz de...
 
-¡C-claro que no!- se ofendió Haddock- ¡No mandaría a hacer tal cosa!
 
-¡Entonces explica lo que vi!- Hubo un silencio. Mérida no sabía hacia donde dirigir la mirada, Jack no dejaba de ver a Hiccup con su desprecio, y Jim se limitó a sonreír. Le hacía un tanto de gracia que alguien que parecía tan maduro y serio, terminara sin habla al lado de un adolescente tan... ¿Perdido? ¿Solitario?
 
-¿Y bien?- habló el amigo de Mérida. Jack casi pudo sentir apoyo de su parte con esa pregunta.
 
-Bien, yo...Puedo explicarlo.
 
-Dejen a Hiccup en paz.- salió en su defensa Mérida.- Lo conozco desde niños. No haría tal cosa. 
 
-¡Te digo que lo vi!- repitió el ojiazul.
 
-¡E-eso no quiere decir que sea lo que piensas!- trató de seguir la chica. Aunque se notaba que estaba nerviosa y dubitativa, como si no supiera a ciencia cierta lo que debía decir luego. Finalmente Hiccup se pasó una mano por los cabellos, suspirando profundo. Daba la impresión de que al fin tenía un momento para relajarse y dejar de sentir la sangre corriendo furiosa por la adrenalina y la preocupación. Todos le prestaron atención, y aclarando su garganta, decidió hablar mientras se dedicaba a arreglar un poco su traje maltrecho por la corrida. 
 
-El lugar que dices haber visto, sí existe.- habló.- y posiblemente lo que escuchaste si eran sollozos...- No hicieron falta palabras. Mérida se llevó ambas manos a la boca, impresionada.
 
-P-pero Hiccup...
 
-Sin embargo, nosotros no hemos hecho nada más que librarlos.- continuó. Y antes de que alguien pudiera decir algo, miró a Jim.-¿Puedo confiar en él?- la pregunta iba hacia Mérida.
 
-¿Preguntas tal cosa luego de admitir eso?- se indignó el aludido. Mérida asintió segura. 
 
-Bien. - prosiguió, ignorando la mala cara del desconocido.- El día en que sucedió el "incidente", pudimos capturarlos.- Mérida quiso preguntar, sin embargo no llegó a decir nada antes de que Hiccup continuara.- la información no traspasó mi familia, y la de los Overlands. Sí los encerramos en aquel lugar antiguo, pero no para torturarlos. Solo queríamos saber quien los había mandado. Pensamos que se negarían a hablar... Y sí, efectivamente lo hicieron. Pero no por la lealtad que le tenían al contratista o algo parecido. Tenían miedo. Tanto, que rogaron por ser escondidos en algún lugar más secreto. Nos costó bastante hacer que hablaran en medio del espanto y la paranoia. Pareciera que los sometieron a alguna especie de tortura o... peor. - Hizo una pausa, tragando en seco.- Nos enfrentamos a algo grande.- admitió.- algo capaz de usar a hombres como marionetas del miedo.
 
Hubo un corto periodo de tiempo en lo que todos guardaban silencio. Las personas del lugar ni siquiera caían en la cuenta de la charla que se llevaba acabo allí, más entretenidos con la música ligera y la buena comida. Mérida tembló, consternada por la información, y Jack no pudo hacer mucho más que bajar la mirada. ¿Había malinterpretado los hechos? No. Por la Luna. Quería regresar el tiempo y haberse controlado más. 
 
-Yo...- balbuceó Jack.
 
-No importa.- lo cortó Hiccup.- No estoy enojado. Bueno, sí. Lo estoy. Pero para tu suerte, estuve más preocupado que nada. Debemos volver. Si no lo hacemos en media hora, mi madre llamará a tu familia y será un desastre.
 
-¿Realmente quieres que vuelva?- preguntó sorprendido Jack, recordando como había interrumpido en el momento privado del castaño y la que parecía su prometida. - Prefiero volver a donde pertenezco. 
 
-De ningún modo.- Negó Hiccup, apretando un poco los puños. Hubiera querido agregar más cosas a esa simple oración, sin embargo se quedó en silencio. No era momento de revelar nada.
 
-. . . ¿realmente tienen que irse ahora que estamos juntos?- interrumpió el ambiente Mérida. - No quisiera volver.- admitió.
 
-¿Te has escapado de nuevo?
 
-...¿No?
 
-Mérida...- Habló Jim.
 
-Bueno, sí.- se resignó, mirando a su amigo con cara de pocos amigos.Hiccup suspiró, masajeándose las sienes y cerrando los ojos.
 
-Ustedes dos van a matarme.- se quejó. Jack alargó una pequeña sonrisa, y Mérida le dio un pequeño y "amistoso" golpe en el hombro al ojiverde por el comentario.- Como sea, debemos volver. Mérida, Jack, al auto.- Ordenó. El albino dudó un poco, sin embargo terminó asintiendo de mala manera y algo incómodo. No porque estuviera enojado o algo por el estilo. Sino porque, de solo pensar que volvería a estar con aquella chica a la cual había interrumpido abruptamente, se le subían los colores al rostro. Seguía pensando que era mejor volver a su propio sitio luego de tal drama armado, pero no podía evitarlo. Aun incluso cuando quisiera negarselo, estaba... feliz. No solo porque todo fuera un malentendido. Sino que también porque Hiccup no lo dejara marchar. 
 
-...Ni siquiera pude relajarme.- habló Mérida de mala manera, con un rostro más resignado que nada. Bien sabía que debía irse, y volver al lado de su madre y padre que mantenían esas locas ideas de casarla con algun pretendiente. Y no quería, obviamente. Ella era feliz ahí, en ese bar, al lado de Jim, hablando de skates y comida.
 
-No te preocupes. La próxima saldremos, como en los viejos tiempos.- intervino Jim.
 
-Estas bromeando.- afirmó, quitándose el abrigo de Jim y tendiéndoselo con una notable sonrisa.
 
-Para nada.- sonrió él. Aquello bastó para hacer que la expresión de la pelirroja cambiara exponencialmente. Sin contenerse, abrazó al chico, siendo correspondida por éste, y se despidió.
 
La primera en marcharse fue Mérida, seguida de Hiccup, y por último Jack, quien aprovechó para pagar y agradecer a Jim la hospitalidad del lugar.
 
-Gracias por todo.- mencionó el albino.
 
-No hay problema. Lo que sea por los amigos, no?- habló despidiéndose. Aquello heló a Jack por unos minutos de la impresión. 
 
-Sí.- asintió, saliendo de la sorpresa, y siguiendo a Hiccup camino a la salida. La satisfacción de haber sido llamado amigo por alguien como él, no pudo apagarse ni luego de días. 
 
*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+*+
 
-Mi madre va a matarme.- lo había dicho como por quinta vez en todo el viaje. 
 
-¿Ya llegamos?- se quejó Jack desde los asientos traseros.
 
-¿Podrían disfrutar del viaje?- preguntó Hiccup, cortando la llamada que mantenía con su madre.
 
-Aaaaagh.- se quejó Mérida, mirando por la ventana.- es que en serio se enojará.
 
-Hace tiempo que no nos vemos, y se te ocurre solo quejarte por eso.- rió un poco el castaño.
 
-Es tu culpa. Desde que eres el jefe, no has tenido tiempo para nada.
 
-Prefiero el término líder, pero...Sí, es verdad. Lo siento, sabes como es esto.
 
-No lo menciones. Por lo menos nos encontraremos todos en la fiesta...si es que me dejan ir.
 
-Oh, irás. Elinor preferiría todo antes de perderse la oportunidad de verte en un vestido.
 
-Cállate.- bramó la chica. Hiccup comenzó a reír. Por su lado, Jack solo miraba el cielo nocturno por la ventanilla, de vez en cuando observando parte del rostro del conductor por el restrovisor. ¿Cómo le contaría a Elsa todo lo ocurrido? Si ni él podía creer que el castaño llegara a no echarlo de su mansión por semejante situación. ¿Debía de hacer algo para disculparse? ¿Y si limpiaba toda la mansión solo? Bueno, no. No podría terminar nunca. Eso, sin mencionar que Hiccup lo había buscado personalmente. Y mucho más allá de lo que eso significaba para él, era un sacrificio enorme, teniendo en cuenta el estado de salud algo delicado del ojiverde. 
 
Y él que ya había planeado como callar a Aster, los diálogos que tendría con Tiana, y las cosas que haría con Sandy. 
 
Finalmente luego de varios minutos entre charlas, llegaron a una mansión enorme. ¿Cómo no? Jack casi quizo reír por la situación. Y es que conocía muchas mansiones, sin embargo, por alguna extraña razón, la suya, la de los Haddocks y los Dunbroch eran un tanto más...Singulares que las del resto. Comenzaba a pensar que no era una coincidencia aquello de la alianza y todo el cuento. 
 
Fuera de los portones fuertemente adornados con símbolos y el emblema principal de la familia, se encontraban varias personas notablemente preocupadas. Entre ellas y destacadas, una bella mujer y un fornido hombre. Todos giraron la cabeza en la dirección del auto cuando aparcó. 
 
-Oh, no...-Se retrajo en el asiento la pelirroja. Había que aceptar que cualquiera en su situación no habría hecho menos que preocuparse. Incluso Jack, que tenía cierta experiencia fugándose de todos lados, sintió pena por ella. Al instante Hiccup bajó del auto, siendo seguido por Mérida. 
Jack permaneció al margen. Supo desde que el motor se apagó, que no podría decir o hacer nada para defender a la chica de la mirada reprobatoria de su madre. 
 
-¡Mérida!- dijo la mujer, corriendo al encuentro de la adolescente. El gran hombre de barba imponente hizo lo mismo. 
 
-Hiccup, muchacho. Gracias por traerla.- fue lo que salió de boca del hombre.
 
-Mamá, yo...- quiso hablar la pelirroja. Pero la mujer la calló con un gesto de sus manos, y una mirada severa. 
 
-Hablaremos de esto luego. Por ahora despídete de Hiccup y ve adentro.
 
-¡P-pero yo...!- otro gesto de manos, y la chica no tuvo más que cerrar la boca impotente, despidiéndose apenas con un movimiento de cabeza hacia Hiccup. 
 
-No sea muy dura con ella, señora.- trató de decir algo el castaño, rectificando su postura y haciendo de su porte, algo más elegante. Desde el auto, Jack podía observarlo. Obviamente, no era de extrañar que Hiccup emanara de su cuerpo cierto toque llamativo y gentil, terriblemente elegante. Sin embargo, ahora a todo eso se le sumaba otro dato: era realmente alguien respetable y "serio"  a la hora de enfrentarse a otro jefes. Claro, todo el número de elegancia y refinamiento quedó en segundo plano cuando el hombre le dio una "palmadita amistosa" en la espalda, que casi le arranca la cabeza.
 
-No sé que haríamos sin ti, muchacho. ¡ Has estado haciendo un trabajo estupendo con tu gente y las empresas! ¡Ni qué decir sobre las armas!
 
-Sí, bueno. Gracias.- se limitó a decir el de ojos verdes, adolorido y tratando de no verse muy dañado. - Significa mucho viniendo de alguien como usted. 
 
-Tu padre estaría orgulloso.- festejó el hombre.
 
-Gracias.
 
-Hiccup.- lo llamó la mujer.- No me alcanzan las palabras para agradecerte por traer a Mérida de nuevo.  No importa lo que haga, o cuantos obstáculos le ponga, ella siempre consigue marcharse. Ni siquiera necesitó de su auto en esta ocasión...- se lamentó.
 
-No tiene nada que agradecer. En cuanto Mérida apareció en mi puerta, supe que debía traerla de regreso.- mintió. No podía mencionar donde la había encontrado, ni con quién. Mérida era su amiga, y no le quitaría el único lugar donde se sentía a gusto, con una de las pocas personas que estaban al tanto de su situación y posición familiar.
 
-Oh, cielo. Eres un ángel.
 
- No es para tanto, señora.
 
-Hiccup, bien podrías decirme Elinor, simplemente...
 
-Lo sé, lo sé.- se rió, algo incómodo- Me lo ha mencionado desde que nos conocimos, pero nunca he podido hacerlo naturalmente.
 
-¿Cómo van los preparativos, muchacho?- habló Fergus, esposo de Elinor y jefe de los Dunbroch.
 
-Muy bien. Les puedo garantizar que será fantástico.
 
-¡Es de esperarse! Estamos ansiosos por asistir.
 
-Será un placer recibirlos y afianzar nuestros lazos. Ahora, si me disculpan, tengo algunos asuntos que atender, y es de suma importancia para mi volver a mi hogar...
 
-Oh, sí.- asintió Elinor, despidiéndose con un beso en la mejilla del chico.- te haré llegar mis agradecimientos luego.
 
-Pero no...- un nuevo gesto de manos. Hiccup calló, sorprendido, para finalmente sonreír y asentir a la idea. La mujer se marchó, seguida de algunas criadas que estaban aun espectantes y revolucionadas por las ordenes que habían recibido de buscar en los alrededores a la chica.- Bien, entonces, señor Dunbroch...
 
-Fergus.- dijo con simpleza el hombre, estirando confianzudamente su mano para un apretón. Hiccup correspondió, y en el instante en el que estuvieron más cerca, el rostro del pelirrojo cambió dramáticamente a uno serio, con un simple susurro que salió de sus labios.- Ten cuidado.
 
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El sonido del motor, las suaves vibraciones y la ausencia de palabras fue lo que caracterizó el viaje entre ellos dos. No llevaban más de cinco minutos en la carretera, y ya ambos sentían que debían de decir algo. Por su lado, Hiccup se atragantaba mentalmente con miles de preocupaciones, con un aturdidor alivio, y con unas tremendas ganas de reprender al albino por haber hecho semejante estupidez. Eran tantas las sensaciones, pensamientos y emociones, que estaba confuso. Tanto por decir, nada que hacer. 
 
Y por el otro, estaba Jack, sumido igualmente en miles de oraciones y frases que hubiera querido decir, contagiado de la preocupación por saber quién quería a Hiccup herido ( o en el peor de los casos, muerto). Distraído en pensamientos, cosas que debía decir, pero que no se animaba a comenzar a pronunciar. 
 
Ambos en silencio, paranóicamente mirando por los retrovisores, como si alguien los siguiera. 
 
- Lo siento.- fueron las dos palabras que surgieron de boca del albino.- Yo...
 
-Está bien.- lo interrumpió Hiccup, tratando de mantener su mirada en el camino. Aunque quisiera negarlo, quería ver la expresión en el rostro del chico. No porque dudara de sus palabras, sino que, simplemente, tenía curiosidad. Iba a admitir solo por esta vez, que Jack era mucho más favorecido por la ropa común como lo era esa prenda azul con capucha, que por un simple traje negro. No sabría decir qué. Pero había algo simplemente misterioso y agradable en verlo así, tan simple como un chico más de la calle. Excepto porque él no era "alguien" más. Incluso sin su apellido, Jack seguiría siendo un joven intrigante, digno de miradas. Ahora comprendía, más o menos, su disgustos por los incómodos trajes y su coquetería infantil. ¿Quién no tendría por lo menos un poco de repulsión por esas telas oscuras y formales que no dejaban ver lo simple y hermoso que eras? 
 
-No, no lo está. Déjame decir esto.- le pidió. Hiccup se sorprendió, asintiendo. -No pido perdón solo por escaparme. Pido perdón por muchas cosas. Desde que llegué, no he hecho más que causarte problemas. - hubo una pequeña pausa.- Me siento raro, sí? Es decir, ugh.- se estaba enredando en sus pensamientos, todos ansiosos por ser expresados en palabras.- Lo que quiero decir es que, no era mi intención. Esto es nuevo para mi. Es decir...ya sabes. Que alguien confie en mi, además de mi familia.- el tono que usó fue algo melancólico. - todos mis anteriores tutores simplemente tiraron la toalla conmigo, lo cual, era el plan. Nunca pedí ser lo que soy. Y mucho menos está en mis planes ser un jefe, sí? ¿Qué esperan? ¿Que me pase la vida guardando secretos y administrando dinero, con enemigos y paranoia? Lo siento. No quiero. Nunca lo quise. - siguió.- y por eso cuando comenzaste a entrenarme, pensé que arruinándolo, podrías cansarte, o algo así. No te dije que soy bueno con la puntería, ni con la pelea cuerpo a cuerpo. No he mencionado muchas cosas.- suspiró.- Y aun así confiaste en mí. Aun luego de todo lo que hice mal.
 
-Salvaste mi vida.- simplificó, aunque eso no era siquiera un uno por ciento de todas las coas que quería comunicarle. Quería mencionarle cuanto le intrigaba, cómo deseaba saber más de él, de su situación, conocer a fondo lo que significaba ser él,  un chico con tanto misterio y personalidad. 
 
-Fue suerte.- continuó.- Tu no dudaste de mi aun cuando no te aclaré nada de lo que pasó en aquella noche. Y yo me atreví a culparte de algo, sin saber nada. 
 
-Fue un malentendido.
 
-Lo siento.- repitió.
 
-...Está bien, Jack.- respondió. Mentiría si dijese que no se sorprendió a sí mismo llamándolo de aquel modo tan íntimo, con una voz un tanto más dulce de lo normal.- yo igualmente no he estado siendo confiable, negándote información  y estando tan metido en mis asuntos. Soy un pésimo tutor.
 
-¡ No, no lo eres!- se apresuró a aclarar Jack.- es decir, vamos. ¿Quién más podría aguantarme tanto? - Hiccup sonrió, más tranquilo, mientras el auto se desplazaba sereno por la noche, ya llegando a destino.
 
-¿Puedo preguntarte algo?
 
-¿Eh? Sí, claro.
 
-¿Por qué odias tanto a los mafiosos? 
 
-...Yo...- hubo un silencio de  muerte entre ellos. En seguida Hiccup supo que no debió preguntar.
 
-Está bien, no importa. Has de tener tus razones. Pero, si sirve de algo, quiero que sepas que con un poco de esfuerzo y perseverancia, creo que serías un gran jefe de familia.
 
-No, es imposible
 
-No hay nada imposible para Jackson Overland Frost.- afirmó, riendo un poco por la manera chistosa y contundente en la que lo dijo. A partir de allí, Jack se contrajo en su asiento, aturdido, escondiéndose en el fondo de su capucha y tratando de cubrir su rostro. Miró al cielo, contemplando la Luna "perseguirlo" serena y luminosa como siempre. Una cálida sensación se extendió desde su pecho hasta sus mejillas, y supo en aquel entonces que se había abochornado. Era la primera vez que alguien le decía algo como aquello, tan sinceramente, y con tanta convicción. 
 
Notas finales:

En fin, que opinan? ¿Tienen teorías? ¿Alguna idea de lo que está pasando? ¿Alguna pregunta? <3 Un comentario interesándose por la historia, me dan ánimos como no se dan una idea <3 <3 <3 ¿Se dieron cuenta? ¡Le dice Jack! <3 De a poco estos dos van acercándose <3 <3 <3 ¿Por qué creen que Fergus le dijo tal cosa a Hiccup? ¿Qué está callando nuestro cojo favorito? ¡Se acerca la fiesta de las estaciones! ( Lo que más me está costando describir :'v) 


Estaré subiendo capítulos pronto. Comienzo la universidad la próxima semana, y quiero usar todo el tiempo que tenga para ir finalizando la historia e ir subiéndola de a poco. Ni bien quede satisfecha con los detalles, subiré capítulos <3 Quizá mañana, o el sábado. Dependerá de mi lucidez e ingenio para hacer cuadras las cosas (?) 


Nos leemos <3 <3 <3  


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