Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dernière Danse por Killary

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Puedo soportarlo

Hasta que haya tenido suficiente

Porque sólo soy  humano

Y sangro si caigo

Sólo soy humano

Un pequeño humano

(Human – Christina Perri)

 

 

 

 

Especial: Nice to meet you, Harry Anderson

 

 

 

Stella conoció a Enrico cuando entró al instituto. Ambos tenían 13 años y cursaban el mismo año, en la misma aula y, luego de conocerse… compartieron la misma carpeta.

Se graduaron, Enrico fue a la universidad y Stella busco empleo. Sus realidades eran diferentes. Ella necesitaba trabajar para ayudar a su familia, acababa de perder a su padre y lo que conseguía su madre como recepcionista de un hotel más la pensión de viudez no alcanzaba para mantener a sus 5 hermanos.

Hicieron lo posible para mantenerse en contacto.

Los años pasaron, Enrico se graduó con honores y consiguió empleo inmediatamente en uno de los bufetes más prestigiosos de la ciudad.  Stella logró que sus hermanitos vayan a la universidad.

Enrico tenía 27 años cuando un domingo tocó la puerta de la casa de Stella y frente a su madre y sus 5 hermanos, le pidió matrimonio.

Claro que le dijo que si.

Se mudaron a una bonita casa, con jardín y una cerca blanca. Tuvieron 3 niños, Jessica, Piero  y Luigi.

Un perro llamado Kosmo.

Y vivieron felices por siempre…

 

 

Así puedo resumir la historia de mis padres. Una historia de amor que dura hasta hoy. Porque siguen juntos, queriéndose y dándose de besos… Es tan traumático encontrarte a tus padres en medio de uno de esos “arrumacos” un viernes por la madrugada cuando te levantas porque mueres de sed y vas a la cocina y ¡zas! Mi infancia destrozada en segundos. ¿Es que no hay una ley que prohíba hacer cochinas fuera del dormitorio cuando hay menores de edad en la casa? ¡Sólo tenía 10 años,  dammit!

 

 

Obvio que luego vinieron las explicaciones.  Por supuesto que ya me sabía la reproducción humana al derecho y al revés… pero era gracioso ver a mis padres matándose por explicar a su inocente niñito sobre que cuando un papá quiere mucho a una mamá pone su semillita de amor dentro de la mami para que crezca un bebé… ¿No es un poco espeluznante?... Sobre todo en la parte cuando preguntas cómo sale el bebé…

 

 

Con todo, adoro a mi familia.

 

 

Cuando les dije que era gay, ni se inmutaron. Me dijeron que ya lo sabían. Y yo que pensaba que me darían una regañada. Pero bueno…

 

 

Mi vida en el instituto no fue la gran cosa. Tenía a mis grandes amigos, Mateo, Stefan y Etienne, con los que compartía el gusto por los chicos. Aunque sus vidas eran mucho más interesantes que la mía. Y es que ellos eran chicos hermosos cada uno a su manera. Mateo era un maldito diablo sexual, cada paso o movimiento era tan sensual. Y su mirada… Esos ojos azules cautivaban a cualquiera. Pero tenía un carácter de mierda. Y era muy… digamos “sociable”… Y le encantaba hablarnos de eso… Stefan era la otra cara. Un ángel destilando inocencia. Tímido hasta la médula. Precioso. Con ese aire andrógino que le traía problemas, que era la causa de que algunos idiotas lo molestaran.  Con  esos ojitos llenos de lágrimas cuando sentía la impotencia. Cuantos problemas nos ganamos por defenderlo de cada estúpido. Pero lo valía. Su sonrisa era un deslumbrante regalo por el que cualquiera mataría...  Etienne… con ese cuerpo de infarto, esa mirada fiera y ese acento francés que lo hacía sonar tan erótico… ¿Por qué el acento francés se oía tan sensual? … Le aconsejamos muchas veces que trabaje en esas líneas eróticas, seguro se volvía millonario…  Y yo… pequeño,  regordete, con gafas… sin nada especial… me sentía un lunar entre ellos… uno muy feo, grande y lleno de pelos…

 

 

Cuando terminé el instituto y luego de algunos meses, nos mudamos a Norteamérica… Mi padre consiguió un muy buen trabajo aquí y la familia no tuvo problemas… Claro que Jessica, que ya estaba casada, se quedó en Italia.

 

 

Decidí estudiar gastronomía por mi afición a la cocina. Me independicé, con ayuda de mis padres compré un departamento, claro que iba a devolverles el dinero que me prestaron, y empecé a trabajar. En mi primer empleo de medio tiempo, en una cafetería, fue que conocí a Harry Anderson.

 

 

Él y otros 3 amigos entraron y se sentaron en una de las mesas que me tocaba atender. Me puse nervioso al ver a ese chico alto, de cabello castaño brillante, de sonrisa encantadora, de ojos ámbar rasgados tan exóticos… Me  sentí cautivado inmediatamente. Fue un flechazo… Amor a primera vista… Totalmente unilateral… Lógicamente no se fijó en mí… Todo se limitó a tomarles el pedido, llevarlo a su mesa y alcanzarles luego la cuenta. Quise llorar. Y eso fue lo que hice esa noche, cuando estaba solo en mi departamento, sintiéndome miserable y poca cosa…

 

 

Sin embargo, a partir de ese día cada tarde a las 6pm, ese chico alto de lentes ovalados y ropas oscuras llegaba a la cafetería, a veces solo, a veces acompañado, se sentaba en la misma mesa y pedía lo mismo… un café y tres galletas de avena… Cumplía la misma rutina: pedido, servir, cuenta… sin miradas, sin palabras… Era una tortura…

 

 

Un mes después, uno de mis compañeros de estudios me dijo que había un restaurant que contrataba estudiantes de gastronomía, la paga era poca pero podíamos poner en práctica lo que nos enseñaban, y aprender en el mismo campo y sobre la marcha… Postule y logré hacerme de un puesto.

 

 

Renuncié a la cafetería.

 

 

Durante 2 duros meses me dediqué a lavar platos, limpiar mesas, fregar pisos… Y observar, tomar nota, preguntar… Después empecé a servir mesas… Luego por fin  tuve oportunidad de ayudar a los chefs… Poquito a poquito… Estaba tan feliz que dejé de pensar un poco en  el chico alto de ojos exóticos que jamás me miró… Mi crush…

 

 

Un tiempo después, en uno de mis días libres, estaba recorriendo librerías como era costumbre, buscando nuevas revistas de cocina, nuevos libros, leyendo artículos… Hasta que un flash me sorprendió… Y lo vi. Parado a menos de un metro, con una cámara fotográfica en la mano, mirándome fijamente…

 

—Lo siento…

 

— ¿Me tomaste una fotografía? — Estaba asombrado… Y totalmente embelesado nuevamente…

 

—Si… Realmente lo siento, es que no pude contenerme… Estabas tan… — Hace un ademán como señalando lo obvio… Pero no entendía a qué se refería… — Bueno, soy Harry Anderson… — Se presenta. Veo su gran mano de dedos largos estirada hacia mi… La tomo en automático… — Y tú…

 

—Piero Giordano… — Su mano sostiene firmemente la mía… Es suave, cálida, agradable… Mis ojos viajan de los suyos a nuestras manos unidas… La mía pequeña de dedos rollizos… La retiré inmediatamente avergonzado, escondiendo ambas dentro de los bolsillos de mi chamarra. Mantiene la mano tendida y ahora una expresión de desconcierto.

 

—Lamento haberte molestado, Piero Giordano… — La mueca de desilusión mientras baja la mano hace que se me revuelva el estómago… Se va a ir… se va a ir y no voy a volverlo a ver… va a desaparecer…

 

— ¡No me molestas! — Exclamo en un arranque de valentía… No sé ni de dónde salió pero más vale que sirva…

 

 

Y funcionó.

 

 

Me invitó a tomar un café. Era tan fácil hablar con él… Quedamos para otro día… Y otro… Y de pronto ya éramos amigos, visitándonos en los días libres, ayudándonos con las asignaciones o los trabajos… Aunque él estudiaba fotografía y yo gastronomía era de gran ayuda las opiniones e ideas que nos dábamos mutuamente…

 

 

Aprendí muchas cosas sobre él…

Su color favorito era el negro.

Le encanta el rock antiguo.

Sabe hablar español.

Le gusta tomar té helado con unas gotitas de limón y una hoja de menta  en verano.

En invierno sólo café y una cucharita de azúcar.

Le encantan las galletas de avena.

No sabe manejar bicicleta ni nadar.

Le gustan las películas de terror.

No sabe ni hervir agua.

Comparte departamento con dos de sus mejores amigos que estudian con él. Han abierto un pequeño estudio fotográfico.

Su madre tiene ascendencia japonesa (por eso sus ojos rasgados)

Tiene el color de ojos de su padre (y su altura también)

Cuando se concentra suele morder el lápiz o lapicero, lo que tenga en la mano. O  la uña de su pulgar.

Es despistado.

Se le hace un hoyuelo cuando sonríe.

Sus manos son cálidas.

Su voz es profunda.

Todo en él es perfecto…

 

 

Tuve la pequeña esperanza de que quizá pudiésemos ser algo más… Si ponía empeño en cambiar… Así que me puse a dieta, cambie mis lentes de pasta gruesa por lentillas, comencé a preocuparme de la ropa que usaba, de mi cabello… Pero él no parecía notarlo. Siguió tratándome como siempre, sin decir nada respecto a mi aspecto…

 

 

Y entonces vino la puñalada. Una tarde en que estábamos en mi departamento, lo había invitado a cenar, estaba probando un platillo nuevo y quería su opinión…  Estuvo hurgando un poco por mi salita y encontró mi anuario de promoción… La imagen de Stefan llamó totalmente su atención…

 

— ¿Quién es él? — Se acercó a la cocina, con el álbum en la mano y un brillo en los ojos que nunca le había visto…

 

—Stefan, uno de mis mejores amigos desde el instituto… — Lógico… ¿Quién no quedaba enamorado de Stefan sólo con verlo?... Si era perfecto…

 

—Me encantaría fotografiarlo… ¿Vive cerca? ¿Puedes preguntarle? ¡Oh mi dios! ¿Puedes llamarlo ahorita?... Sería genial lograr hacer un book de este ángel como trabajo de fin de ciclo… — Y allí se fueron mis esperanzas por el drenaje…  

 

—Claro, lo llamaré y le preguntaré… — Forcé una sonrisa mientas tragaba el nudo que se me formó en la garganta.

 

 

Al terminar de cocinar y ante la mirada anhelante de Harry tuve que tomar el teléfono y llamar a Stefan.  No esperaba encontrarme con mi rubio amigo ahogado en llanto… Me centré tanto en averiguar qué pasaba que olvidé hasta que Harry estaba frente a mi, observando atentamente.  Sólo podía preocuparme por la voz rota de Stefan mientras hablaba atropelladamente de su madre y lo que pasaba con sus abuelos. Traté de calmarlo, de que sienta que no estaba solo… Teffy era muy frágil, las cosas le afectaban más que a cualquier persona, y temí por él… Sólo una solución rondó por mi cabeza… Le pedí que viniera a vivir conmigo…

 

 

Quince días después fuimos a recogerlo al aeropuerto… Ver a Harry reaccionar ante una foto fue doloroso… Verlo brillar al conocer a Stefan fue devastador… En un momento tuve que escabullirme, pretextando la necesidad de los servicios higiénicos, para correr y encerrarme a vomitar… Y luego regresar y pretender estar como si nada pasara…

 

 

¿Han escuchado ese dicho “siempre dama de honor, nunca novia”?  Pues así me siento.  Just like that.

 

 

Los siguientes 5 días se la pasaron  saliendo, con el pretexto de las fotos, claro.  Casi no hablábamos, y si llamaba era para que le pase a Stefan y acordaran cómo harían el siguiente día.

 

 

Me sentía horrible. All sucks…

 

 

Hasta que como llamado por el destino, Mateo me pidió venir a pasar las fiestas. Y a los 2 días Etienne hacía lo mismo.  Por supuesto que accedí. Salir a divertirme y olvidarme del estúpido fotógrafo era lo que necesitaba en este momento. Y con suerte, conocería a algún tipo lo suficientemente ciego o lo suficientemente borracho para fijarse en mí y con el que pueda por fin perder mi jodida virginidad.

 

 

Oh si, acabo de revelar mi gran vergonzoso secreto. Shame on me…

 

 

Soy completamente inexperto en lo que a sexo se refiere… Mucha teoría, cero practica… Ni siquiera he dado un beso con lengua… Pero eso no tiene por qué saberlo el resto…  It´s our secret now, you know…

 

 

Llegó Etienne y Mateo. Harry desapareció de la noche a la mañana. Las cosas se encaminaban bien.  Una semana de relajo, sin pensar en esos ojos ámbar, ni en esa voz profunda…

 

 

Entonces llegó el book de Stefan, lleno de las fotos que Harry le había tomado. Los chicos enloquecieron emocionados. Y yo también. Era increíble. Me sentí lleno de orgullo al escuchar alabar el trabajo de Harry. Nada podía arruinar esa sensación. Ni siquiera el escuchar que Harry tenía una fiesta por la noche, y  se lo había dicho a Stefan. Nada.

 

 

Así que cuando lo vi parado en la puerta, salté a sus brazos emocionado. Y corrí a presentar al famoso autor de tan perfecto book. Mateo, para no perder la costumbre, empezó a coquetearle descaradamente. So slut…

 

— ¿Puedo llamarte míster Anderson? — Pregunta con esa sonrisa de depredador que ya le conozco bien.

 

—No, no puedes… — Me pongo frente a Harry de forma inconsciente…

 

—Wow… Tranquila Barbie, no pienso quitarte a tu Kent… — Reacciono y me doy cuenta de lo ridículo que me veo… 

 

—Hola Harry — La dulce voz de Stefan

 

—Hola ángel… — Responde Harry con suavidad… Me estrello contra la realidad… Cierro los ojos con dolor tratando de disimular lo más que puedo y huyo hacia la cocina.

 

— ¿Qué sucede? — Etienne me había seguido.

 

— ¿Puedes sacar las tazas, por favor?... — Intento sonar despreocupado.

 

— ¿Él lo sabe? — Sabía que de todos, él se daría cuenta. Niego con la cabeza sin girarme. — ¿Cuándo piensas decírselo?

 

—Nunca… ¿No ves como mira a Stefan?... Desde que lo conoció, él… Mírame Eti… — Le doy cara sin poder ya disimular mi tristeza — ¿Qué tengo de especial o extraordinario?

 

—No digas eso…

 

—Oh vamos,  por favor no hace falta mentir… — Cierro los ojos con rabia. Estoy actuando como un estúpido, lo sé — Me rindo, ya estoy cansado — Saco mis lentilla y las lanzo por el drenaje del lavabo — ¿Puedes llevar el café a la salita? Voy a buscar mis anteojos…

 

 

No escucho más. Salgo disparado a mi habitación. Mis ojos pican. No quiero llorar. No quiero ser tan patético.  Tengo que controlarme.  Total, no es la gran cosa. Sólo lo usual. Debería estar acostumbrado.  En vez de mortificarme y sentirme desdichado debería ya ir buscando los nombres para los diez gatos que criaré de por vida para no sentirme tan solo.

 

 

Busco mis antiguos anteojos. Me los pongo y miro mi reflejo en el espejo… Parezco un niño, enano, pecoso, con las mejillas arreboladas, el cabello alborotado, los grandes ojos tras los lentes de pasta gruesa… Cambio la chaqueta por una polera ancha que me cubra hasta los muslos, de esas que dejé atrás cuando bajé de peso…  Mejor… Mientras más común, más invisible, es mejor…

 

 

Más tranquilo me dirijo nuevamente a la cocina. Puedo escuchar la voz profunda y melodiosa de Harry.  No. Enfócate.  No debes perder la compostura.

 

 

Tomo la cafetera y junto a una bandeja me acerco a ellos, justo en el momento exacto en que Harry pregunta por mi… Posiblemente la costumbre de verme pululando por allí fue la razón…

 

—Estaba preparando café… — Me arrodillo sobre un cojín que está en el suelo y coloco la bandeja con la cafetera sobre la mesita de centro.  Mateo agradece usando ese apodo que no me gusta nada.  Me llama Barbie sólo por el hecho de vivir en Norteamérica… Me molesta que me diga así… Y me molesta aún más cómo toma una taza y sirve café para alcanzársela a Harry sonriéndole y haciendo ojitos… Bajo la vista y me concentro en servirme la bebida, tratando de hacerme más invisible… respondo con monosílabos cada que alguien me pregunta algo, me dedico a observar mi taza como si fuera lo más interesante del planeta. Me gustaría hacerme minúsculo y ahogarme en el líquido negro. Pero sé que mi familia sufriría horrores… Además no soy así… Siempre encaré la vida con la frente en alto. Aunque la sentía una mierda, igual. Total, no necesito a un hombre para ser feliz. Están mi familia, mis amigos… Están mis sueños de convertirme en el mejor chef del mundo… Y están esos 10 gatos que adoptaré y criaré…

 

—Creo que es hora de retirarme.  — Escuchó decir a Harry e inmediatamente levanto la vista. Me sonríe de esa forma que me derrite y acaricia mis cabellos como suele hacer. Intento devolverle la sonrisa pero pobremente puedo hacer una mueca — Espero verlos por la noche…

 

—Claro que allí estaremos — Etienne contesta al ver mi incapacidad de formular palabra. Harry asiente, se levanta y desaparece tras la puerta principal. Suspiro. Escucho a Eti carraspear y antes de que abra la boca lo detengo.

 

—No digas nada… — Le doy una mirada que pretende ser asesina, tomo la bandeja de sus manos y me alejo.

 

 

Los chicos estaban entusiasmados con la fiesta. Ellos, porque lo que es yo sólo quería meterme en la cama y dormir por unos 10 años.  Pero aquí estábamos, frente a esta casa majestuosa de los suburbios.

 

 

Entramos sin problemas al dar el nombre de Harry.  Una vez dentro la cosa se ponía mejor. Si por fuera la casa te quitaba el aliento, por dentro casi te producía un paro cardiaco. Era un paraíso.  Mateo estaba alucinando. Stefan se encontró con una chica con el cabello lila a la que ya había visto alguna vez de lejos en una de las anteriores reuniones de Harry… Cuando sólo éramos él y yo y pensaba que tenía una pequeña oportunidad de ser algo más…

 

 

Giré y allí estaba. La barra del bar a mi entera disposición. Hoy tendría un romance de colores. Bebería cada trago de nombre extraño hasta perder la conciencia. Si caía en coma etílico, mejor.  Eti, Mateo y Stefan se acercan.

 

—Acabamos de llegar, ¿no sería mejor buscar a Harry? — Eti preocupado susurra en mi oído. Levanto los hombros restándole importancia.

 

—Es una fiesta, hemos venido a divertirnos. Si él quiere vernos, nos encontrará. — Me acabo el contenido del trago… ¿Cómo me dijo que se llamaba?... Bah, a quien mierda le importa… Me pido otro trago, especificando que ya probé el azul, que cambie de color… Que me quería beber el arcoíris esta noche…

 

—Ya deja de beber Piero… — Luego de un largo rato… Un par de horas quizá… Escucho a Etienne a mi lado. No me importaba mucho, a estas alturas la mitad de mi capacidad de raciocinio se había ido de paseo y la otra mitad andaba contando los colores que me faltaban por beber…

 

— ¿Por qué te importa tanto? ¿Qué más da si me emborracho y termino tirado en algún rincón?... No es como si alguien se fuera a dar cuenta, ¿sabes? — Escupo. No tengo ganas de ser considerado o cuidadoso. Ni tampoco de jugar al amigo perfecto y educado que está para todos… Cuando nadie está para él…  — Mira… — Señalo con el vaso hacia  un lado, donde Mateo está bailando ahora con un moreno que le susurra cosas al oído que parecen ser muy divertidas porque no para de reír. So bitch…— Siempre es tan fácil para él… Escoge a alguien, le sonríe y ya está… Caen como moscas… — Giro y señalo hacia el otro lado donde Stefan conversa con la peli lila — Y él es un maldito ángel… No hace falta ni que mueva un dedo, ya tiene a todos completamente embelesados… Mujeres, hombres, qué más da… Y lo que me jode es que ni enterado… — Si no mira a Harry que anda babeando por él quisiera agregar, pero me callo.  — Y tú… Con ese cuerpo delgado, esbelto, perfecto… Esa cara de muñeca… ¿Qué haces aquí? Ve y fóllate  a quien quieras, ¿no notas como te miran?... — Arrugo la nariz al sentir la bebida de Eti… Está mierda no tiene ni una gota de alcohol…

 

—No me interesa como me miren, me preocupas… — ¿Preocuparse por mi? No puedo aguantar la risa.

 

—Oh si, pobrecito de Piero, tan buen amigo, tan comprensivo… Tan poca cosa…

 

—No digas eso, sabes que no es verdad…

 

—Vamos, ¡mírame!... ¿Quién se fijaría en mi? — No puedo controlar mis palabras. Sé que es el alcohol el que produce esta especie de confesión valiente.  Una lágrima se escapa, La limpio con rabia. No puedo seguir aquí. Lo último que quiero es que todos me vean llorar.  — Me voy… — Salgo sin mirar atrás. No tengo idea de cómo llegaré a mi departamento pero eso no importa. Necesito salir… Trato de alejarme de todos, así que sigo un sendero que va hacia un lado… Quizá una puerta lateral… Comienzo a sentirme mareado…  Mi vista se nubla y todo gira… Me topo con algo duro y rugoso… Creo que es un árbol… Debo estar en el jardín… Me sostengo del tronco y cierro los ojos intentando que el carrusel se detenga… Un toque en mi hombro hace que me sobresalte…

 

—Déjame… Te dije que me iba…. Deja que se deje de mover el piso y ya… — Le digo a Eti…

 

—Vamos, te llevaré — Pero no era Eti… La voz de Harry suena aún más grave de lo que suele ser.  Abro los ojos girándome y pegando la espalda al árbol… Su imagen baila frente a mi.

 

— ¿Harry?

 

—Vuelve dentro Etienne, yo me ocupo de cuidarlo… — Veo a Eti unos pasos tras él… Wait a minute… ¿Dijo cuidarme?...

 

— ¡No necesito una niñera! — Le grito intentando alejarme — Lárgate con tu ángel, Sarah te lo está cuidando bien… — Logro recordar el nombre de la chica lila…

 

—Estás borracho, deja de decir estupideces… — Excuse me?

 

— ¿Son estupideces? ¡Pones cara de idiota cada que lo ves!... Me enferma… — Y hace que dé vueltas más rápido mi cabeza…

 

—Sólo es un modelo más, me cae bien es todo…

 

—Si claro, como no… No me trates como idiota… — Aunque lo sea…

 

—Entonces deja de comportarte como tal… — Nos miramos fijamente. Harry danzante avanza un paso… Apoyo más la espalda contra el árbol... Avanza otro paso con una media sonrisa en el rostro… Estúpido egocéntrico… Un paso más… Lo tengo, a escasos centímetros.  Maldita jirafa, tengo que inclinar la cabeza hacia arriba para poder seguir viéndole la cara… Harry apoya un brazo en el árbol inclinándose… — No entiendo cómo puedes ser tan ciego…

 

—No soy ciego, veo perfectamente como lo miras y… — No puedo terminar de replicar… Siento la boca de Harry sobre la mía… Me está besando… ¡Me está besando!... Debo estar soñando… Si… Sólo puede ser un sueño... Me cuelgo de él como un koala, sosteniéndome con mis brazos y piernas enredadas en su cuerpo… Voy a aprovechar bien esta fantasía… Abro la boca y su lengua se introduce… ¡Un beso francés!... Si hubiera sabido que iba a tener este tipo de sueños tan eróticos con Harry al emborracharme, hace tiempo lo hubiera hecho… Froto mi cuerpo contra el suyo… Estoy excitado y tengo una tremenda erección para probarlo… Alguna vez escuché que era difícil tener una erección estando borracho… Pero este es un sueño y aquí es todo posible, ¿verdad?

 

—Vamos a otro lado… — Murmura Harry mientras muerde mis labios y yo gimo como una puta… Asiento repetidas veces sin querer separar mi boca de la suya.

 

 

Viajamos en auto, o eso parece. Me entretengo dando lamiditas al mentón de Harry que está algo rasposo mientras mis manos intentan desatar el botón de sus pantalones y él lucha por impedirlo.

 

 

Llegamos a mi departamento. Puedo reconocerlo. No me he despegado de Harry ni un segundo. Sigo bien sujeto a él y eso parece causarle gracia. Entramos a mi habitación y caemos sobre la cama.  Entre risas me apresuro a quitarle la camiseta.  Su torso delgado con algo de vello se muestra ante mi.  Lo acarició. Estoy cumpliendo una de mis más grandes fantasías.  Me incorporo un poco y empiezo a repartir besos por su pecho.

 

—Espera… Tranquilo… — Susurra al notar mi entusiasmo. Pero no quiero ir con calma. ¿Y si despierto? ¿Si llega Eti o Mat o Teff y me arruinan el sueño?  No way!

 

Me levanto de la cama ante su desconcierto y sin apartar mis ojos de los suyos, empiezo a desvestirme, moviéndome al ritmo de una melodía que suena en mi cabeza.  

 

 

Puedo hacerlo de arriba abajo, puedo hacerlo en círculos

Soy como un gimnasta y la pista es mi circo

 

 

En mi fantasía puedo convertirme en el ser más sensual del planeta. Y exactamente así me siento. Como un actor porno de esos que he visto en las movies.  Harry está con los ojos muy abiertos, sentado al filo de la cama, como espectador en primera fila la noche de estreno…

 

 

Quito mi última prenda y me acerco despacio.  Sonrío mordiéndome el labio. Voy a hacer todo lo que siempre imaginé. Caigo de rodillas frente a él y en un movimiento rápido que hasta a mi me sorprende, abro su cremallera y libero su miembro viril…

 

 

 ¿Miembro viril?... Oh my godness, ni en sueños puedo ser alguien normal…

 

 

Verga Piero, es una verga… Grande, pulsante, caliente… Mis manos la acarician sintiendo eso y más… Mis ojos no pueden apartarse de ese pedazo de carne gloriosamente erecto… Me relamo… Acerco mi rostro al objeto de mi deseo y me detienen…

 

—Piero… no deberías… — Harry me tiene de los cabellos impidiendo que cumpla mi cometido.  Really?

 

—Pero quiero hacerlo… — Replico con un puchero… — Por favor… — El agarre se afloja y sin esperar respuesta, introduzco hasta donde puedo el pene de Harry.

 

 

Duro… Salado… Amargo…

 

 

Un jadeo ronco… Nuevamente se tensa la mano que coge mis cabellos… Me empuja suavemente… Hago mi máximo esfuerzo, quiero hacerlo venirse en mi boca… Intento ir más profundo pero una arcada hace que me separe bruscamente… Toso unas cuantas veces y respiro profundo hasta calmarme…

 

—Dios, discúlpame, discúlpame por favor… — Las manos de Harry me levantan. No lo miro, me siento avergonzado… ¡Ni en sueños puedo hacer las cosas bien! — Dejémoslo así, vamos a dormir… — ¿Dormir? ¡Si ya estamos en un sueño!

 

—Pero quiero… — Me subo a horcajadas sobre él y lo beso. Meto la lengua en su boca con necesidad. Empiezo a mecer las caderas haciendo que se toquen nuestros penes… Creo que voy a llegar…

 

— ¡Basta Piero! — Me separa tomándome de los hombros… Me congelo… No puedo creerlo… ¡Hasta en sueños me rechaza!...

 

— ¿Es porque no soy Stefan?

 

— ¿Qué?

 

— ¿Qué? ¿Estás sordo? ¡Te pregunté si me rechazas porque no soy Stefan! — Me levanto de su regazo bruscamente… Esto se convirtió en pesadilla… — Dammit… Quiero despertar… — Le doy la espalda y cierro los ojos con fuerza… ¿Servirá que me pellizque?... Ouch… Abro los ojos… Sigo desnudo en mi habitación… Miro sobre mi hombro… Harry sigue sentado en la cama con gesto de asombro e incredulidad…

 

— ¿Piensas que Stefan me gusta?...

 

—No sólo lo pienso, sino que lo afirmo, lo aseguro, lo confirmo, lo garantizo, lo certifico… ¡¿Por qué sigues aquí?! — Giro y me acerco hasta ponerme nuevamente frente a él — ¡Desaparece! — Golpeó su pecho desnudo con el índice — ¡Esfúmate! — Otro golpe — ¡Evapórate! — Lo empujo sin lograr moverlo. — Go away! — Golpeo el piso con el pie y me cruzo de brazos frustrado… Nada me sale bien… — ¿Por qué tuve que enamorarme de ti?...

 

— ¿Estás enamorado de mí?...

 

—Hello! Es obvio, ¿no?  — Sonríe y me da más rabia… Antes de que pueda insultarlo me toma de los brazos y jalándome me sienta en su regazo. Toma con su mano nuestros miembros medio duros ya y los une. Un jadeo se me escapa. Eso parece ponerlo de mejor humor. Me coge del cuello y me empuja hasta que nuestras frentes están pegadas.

 

—Pues es mutuo… — Susurra contra mis labios antes de besarme. La mano que tiene juntos nuestros miembros empieza a moverse. El placer me llena. Gimo dentro de su boca. Mis uñas clavadas en sus hombros, sosteniéndome… Wait a minute… ¿Dijo que era mutuo?... Dijo… Oh shit… Acelera el movimiento… Sus gemidos se mezclan con los míos… Se me nubla el pensamiento… Dijo… Ah… — Dámelo gatito… — Ese susurro me lleva al paraíso. El orgasmo me sacude y siento como acelera un poco y se derrama junto a mí.  Sonrío con los ojos cerrados.

 

Que buen sueño

 

El mejor

 

Quiero soñar así todos los días

 

No quiero despertar

 

No quiero

 

 

Abro los ojos y los cierro casi inmediatamente. La luz me molesta de sobremanera. Tengo el estómago revuelto y mal sabor de boca. Qué asco… Bebí demasiado… ¿Qué hora será?... Ah, no importa… Quiero quedarme un poco más en cama… Tuve un sueño estupendo… El mejor… Estiro mi cuerpo… Mis brazos se topan con algo cálido… Esta vez abro los ojos espantado, sentándome en el acto…

 

 

For god's sake…

 

 

¿Harry?

 

 

 

 

 

Notas finales:

Holas :)

Hay palabras en ingles q creo son muy obvias para traducirlas... Como el titulo: un placer conocerte, Harry Anderson

La canción q Piero baila es Ride de Ciara

Me estaba quedando súper largo así q lo dejo alli y ya se vera q pasa en los prox, claro desde el punto de vista de Eti porq es su fic xD  Piero es una drama queen imaginen como reaccionará

 

XOXO


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).