Estás solo, vas por tu cuenta
¿Y qué?
¿Te has vuelto ciego?
¿Has olvidado lo que tienes y lo que es tuyo?
(King – Lauren Aquilina)
25. Paso veinticuatro: Llamadas
Hicimos planes para año nuevo. Una velada como en noche buena, sólo nosotros, cocinando, bebiendo, riendo. Una reunión entre amigos. Pero una llamada me truncó los planes. Dos días antes, Rebecca me pidió que regresara. Solange había sufrido un accidente, nada de gravedad pero se había roto la pierna y ahora estaba enyesada. Obviamente iba a necesitar mucha ayuda así que partí inmediatamente.
Sol, estaba en casa con el yeso, unas muletas que le costaba horrores usar y una actitud de perros. Claro, llevaba 15 días así y conociéndola podía entender su molestia. No quiso avisarme antes porque no quería arruinarme las vacaciones, al fin y al cabo no era nada de gravedad… Pero Becka tomó la decisión de llamarme. Se veía realmente agotada.
Nos dividimos el trabajo de atender a Sol. Becka se ocupaba del restaurant por las mañanas y hasta el cierre por las noches, mientras yo me encargaba del departamento y de mi tía. Por las tardes iba a dar mis clases y ella se ocupaba. En ese ritmo estuvimos hasta que Sol cumplió un mes. Después de la revisión médica por fin se animó a usar las muletas y salir del departamento. El día que le quitaron el yeso fue casi una celebración. Luego vino la rehabilitación pero para ese entonces el carácter de Sol había mejorado una barbaridad. Estaba animosa y muy cariñosa. Comencé a encontrarlas encerradas en la habitación al llegar del trabajo. Podía escuchar las risas y a veces algo más… Comencé a sentirme incomodo, un intruso, un estorbo…
Y por primera vez maldije el haber usado parte de mis ahorros para el viaje a casa de Piero…
Se supone que había estado ahorrando para comprarme un departamento. Hasta había ido a visitar lugares y todo… Con Gaël… Sol me contó que mientras estuve de viaje, un par de veces volvió a buscarme. Le dijo que me había mudado y no podía darle mi dirección, menos mi número telefónico… No quería volver a verlo…
Y la solución a ese problema me vino del cielo. Un día en que conversaba con Rebecca, le conté un poco mis preocupaciones sobre Gaël y todo; entonces ella me dio la mejor solución del mundo…
“¿Por qué no te vas a vivir a mi departamento? Prácticamente lo tengo abandonado, vivo más aquí que allá… Ya estamos pensando que sería mejor terminarme de mudar en definitiva... ¡Hasta pensaba venderlo!... Podríamos llegar a un acuerdo, algo así como un alquiler venta, ¿Qué opinas?”
Creo que nunca la había abrazado de la forma en que lo hice ese día. Me prometió convencer a mi tía y al día siguiente ya todo estaba decidido. Sol habló conmigo y le dije la verdad. Me entendió y no puso ninguna objeción. Eso sí, mi habitación y la sala de danza permanecerían y podía usarlas cuando quisiera. No me negué.
Ese fin de semana estaba mudándome. El departamento de Rebecca era más céntrico y mucho más pequeño. Tenía un diseño antiguo que me gustó mucho. Se notaba algo abandonado, lleno de polvo y descuidado. Nada que una buena limpieza no solucione. Estaba en un tercer piso así que no tenía la vista privilegiada a la que me había acostumbrado pero era lo de menos. Por fin viviría solo.
Becka me lo dejó completamente amoblado con la excusa de que no tenía donde meter los muebles. No me quejé, a estas alturas toda ayuda era bienvenida.
Un mes después podía decir que las cosas estaban en su lugar. Sol y Becka vivían juntas definitivamente como siempre debió ser. Y yo tenía un lugar acogedor que con esfuerzo muy pronto podría decir que era totalmente mío.
Aumente las clases y volví al bar.
Las clases de danza me dejan muerto. Dos diarias de lunes a viernes. Tres los sábados y por la noche el bar. Un curso que llevaba martes y jueves por la noche. El domingo no había fuerza humana que me sacara de la cama. Pero no me quejo, me encanta enseñar. Cuando bailo me siento único, inigualable, invencible, completo… Me siento feliz. Y sobre el Chameleon, esa única noche se la había prometido a Fabi. Después de todo lo que hizo por mi jamás podría fallarle. A pesar de los recuerdos tristes de aquel lugar. Claro que también tenía muchos recuerdos alegres que atesoraba. Además me encanta estar con los chicos, liberar esa parte de locura que llevo dentro…
Ya eran 6 meses desde que volví de Norteamérica. Piero llama seguido para contarme las novedades y cómo le va con el fotógrafo. Me alegró por él. Se escucha realmente feliz. Por otra parte Mateo y Derrick terminaron… ¿no se los dije?... Aunque me sorprende que hayan pasado los dos meses... Iban a cumplir los 6... ¡6! Increíble... Pero al final Mat no pudo con su genio… Dice que ya consiguió empleo pero no en qué… ¿Es que se metió en algo turbio?... Stefan sigue modelando y contratos no le faltan. Sigue inseparable con la chica lila, que me parece bien así siempre estará acompañado de alguien de confianza durante sus sesiones, sólo por cualquier cosa… Sobre Norman no me dice nada, creo que aún no procesa que nos hablemos como si nunca nada hubiera pasado entre nosotros…
Pero no hace falta que me diga nada de él…
Cada noche desde que regresé recibo una llamada. Siempre lo mismo “¿Cómo estás? ¿Qué tal tu día?” Le cuento lo mío, me cuenta lo suyo. Reímos. Hay días en lo que lo noto molesto, ofuscado con el trabajo y la universidad… Está a punto de graduarse… Lo dejo desahogarse, lo escucho hasta que se calma… A veces no llama, sólo manda mensajes. Le respondo igual. Cuando el que tuvo un mal día soy yo, me tiene paciencia. Soy de las personas que mastican la rabia y no la sueltan por un buen rato. Me aguanta los monosílabos, las respuestas secas, o los simple “ujum”. Los dos teníamos caracteres especiales pero de alguna forma logramos entendernos.
Era una interesante amistad la que habíamos formado.
Los días siguieron pasando, uno tras otro sin detenerse. De pronto nuevamente estaba aquí el invierno, con su clima frío y sus luces multicolores indicando la próxima navidad. Está vez me quedé junto a Sol y Becka. Pasamos la noche buena en su departamento y me quedé a dormir en mi antigua habitación… Al comienzo me negué… No me sentía muy bien en estos días, ya era un año desde que Gaël y yo nos separamos… Prefería mil veces tomar un taxi e ir a mi departamento, pero Solange fue determinante... Quería que me quedara y por la mañana tomar un desayuno tradicional como una familia…
Y aquí estaba, en este lugar lleno de recuerdos de él… Aquí pasamos muchas noches, enredados haciendo el amor como posesos… Aquí me mintió tantas veces diciéndome lo mucho que me amaba… Aquí hicimos planes de mudarnos juntos y empezar una vida… Aquí recibí la maldita foto… Sobre esta misma cama…
Cierro los ojos con fuerza tratando de dejar de pensar… Aun duele… Duele la mentira, la traición…
Sería la primera vez desde que volví que dormiría en este lugar… ¿Les dije que había estado durmiendo en el salón de danza?... Pues si… Cuando vivía aquí cada noche me escabullía a dormir sobre una colchoneta en el suelo de aquel cuarto… No podía permanecer toda la noche dentro de mi habitación plagada de memorias…
Y sin embargo, aquí estaba… Imposibilitado de huir a mi refugio porque Becka y Sol habían decidido armar una pequeña fiesta en aquel lugar, aprovechando que era insonorizado…
Cojo la manta de rombos que está a los pies de la cama y me siento en el alféizar interior de mi ventana, protegido por los cojines que lo decoran, donde tengo una vista privilegiada. Intento despejar la mente, pensar en otras cosas… Tomo el móvil y le marco a Piero… Me envía al buzón… Supongo que no es buen momento, debe estar celebrando junto a Harry su primer año de relación… Intento con Mateo… No tengo mejor suerte… Hace muchos días que este diablillo no me tomaba las llamadas… Ni los mensajes… Debe estar por allí, enredado con dios sabe quién… Sólo me queda Stefan… Un timbre, dos, tres…
— ¿Aló?
—Feliz navidad Teff…
— ¡Eti! Feliz navidad cariño… ¿Cómo estás? ¿Porque no viniste este año? — Puedo escuchar algo de música y risas.
—No pude… Tengo mucho trabajo, además ya te dije que estoy llevando un curso de coreografía…
—Y yo te dije que no te hacía falta…
—El cartón me hace falta Teff… ¿Y ustedes cómo están? Ingratos que ni me llaman…
—No digas eso — Su risa cantarina me llena — Piero y Harry andan de luna de miel, ya te imaginarás a esos tórtolos…
—Prefiero no imaginarlos…
—Bueno, a mi gracias al cielo no me falta trabajo, me he estado capacitando y siguiendo cursos así que no te preocupes… —Ya habíamos hablado de la importancia de certificarse, para que lo tomen en serio y eso — Sarah me ayuda muchísimo… Eti, ¿puedo confiarte algo?... — Baja la voz y el ruido disminuye, parece que se aleja de las personas con las que se encuentra
—Claro
—Hace un par de meses, Sarah se me declaró… Me dijo que le gustaba y todas esas cosas…
— ¿Qué le respondiste?
—Obviamente que no podía corresponder sus sentimientos…
— ¿Y qué dijo?
—Pues que lo intentemos igual… Etienne… Ella m-me besó… Y-y se sintió horrible… Y-yo…
—Stefan, Teff escúchame… — Lo detuve al escuchar la voz temblorosa — Ya pasó, tranquilo ¿sí?... Sabes que Sarah te quiere mucho, no te haría nada malo, ¿entiendes? — Lo escucho suspirar una cuantas veces, se que se está tranquilizando.
—Si, lo sé… — Ya más tranquilo empezó a contarme como se habían dado las cosas. Lo bueno de todo es que Sarah era una buena chica y pudo entender a Stefan. Al parecer realmente quería y se preocupaba por Teff. Eso me dio mucha tranquilidad, saber que Stefan tenía alguien en quien realmente confiar más allá de nosotros. Que se iba abriendo al mundo…
Cuando la conversación se fue desviando por temas triviales, recordé que hace semanas no lograba comunicarme con Mateo, no me contestaba el móvil, no respondía mis mensajes (y eso que los dejaba en visto) y no devolvía mis llamadas…
—Teffy, ¿y Mat? Hace días de días que no logro comunicarme con él… — Silencio — ¿Stefan?
—Eti…
— ¿Está bien? ¿Le pasa algo?... — Silencio — Teff, qué pasa…
—Piero no quería que te dijera nada pero…
—Stefan…
—Mateo no vive con nosotros desde hace un poco más de un mes…
— ¡Un mes!... Pero cómo…
—Llegué un día del trabajo y ya no estaba… Escuché una conversación entre Norman y Piero, algo como que Mat no quiere vernos, no entendí bien… Tampoco me quisieron decir nada… No me he podido comunicar con Mat tampoco… Sarah no le ha logrado sacar nada a su hermano… Estoy muy preocupado, aunque Piero me ha dicho que Mat está bien, que sólo necesita tiempo… ¿Tiempo para qué?... No entiendo nada Eti… — Si Stefan no entendía, yo menos… ¿Qué ocurría con Mateo? ¿Por qué no me lo había contado Piero? ¿Qué tenía que ver en todo eso Norman?...
—Voy a averiguar que ocurre, te lo prometo… Norman está allí, ¿verdad?
—Si pero no creo que sea adecuado que lo llames ahora… Él trajo a alguien, creo que es su novia aunque no nos la presentó como tal… Pamela… A Sarah no le cae bien, se nota; pero Norman ha estado muy pegado a ella toda la noche… Es agradable… — Stefan sigue contándome pero dejo de escuchar… ¿Dijo novia?... Norman no me ha contado nada sobre eso… ¿Cómo dijo que se llamaba?... ¿Pamela?... Tampoco es como si Norman tuviera la obligación de contarme todo lo que ocurre en su vida, ¿verdad?... Somos amigos pero… Nada más… No es como si… Él no… — ¡Etienne! ¿Me estás escuchando?...
—Si, si, disculpa… Empezó a llover y me distraje… — Mentí.
— ¿Qué hora es por allá?... ¡Debe estar amaneciendo! No has dormido nada… — Me reprocha…
—Van a dar las 4… Tengo tiempo suficiente para dormir… Ya ve con los demás, llevamos hablando más de 1 hora, deben estar preguntándose por donde andas…
—Sarah sabe que estoy hablando contigo, los demás están demasiado entretenidos para darse cuenta — suelta una risita — Hay un chico, John, trabaja con nosotros… Es muy lindo ¿sabes?… Está aquí… Sabe cocinar como Derrick…
— ¿Derrick está allí?
—Claro, sabes que Harry, Norman y Derrick son muy amigos… Rick vino con un chico… Daniel, es muy gracioso… Creo que es su nuevo novio… — Guarda silencio, estoy seguro que está recordando lo feliz que se veían Mat y Derrick juntos… Estoy pensando lo mismo… — No sé ni por qué Mat terminó con Rick… Estaban tan bien y de la noche a la mañana Rick se alejó y Mat estaba tan raro… Luego se fue…
—Ya, no pienses más en eso…— Trato de despejarlo, no quiero que piense en cosas tristes, no más… — Ve con los demás, anda y diviértete… ¿John, no?... Hablas muy entusiasmado de él… — Recuerdo lo animoso que habló de aquel chico y le pico un poco
— ¡No! ¿Cómo crees? — Ríe — Creo que John está tras Sarah…
— ¿Crees?... Me parece que es algo que deberías averiguar… — Sigo escuchando sus pequeñas carcajadas. Sonrío también — Luego hablamos, ve que tengo que dormir.
—Sí, cuídate Eti. Te quiero…
—También te quiero Teffy…
Cuelgo y me quedo con el móvil en las manos. Tengo tantas ganas de llamar a Norman y que me explique qué es lo que ha pasado con Mateo… Pero recuerdo lo que me contó Stefan… Me molesta… ¿Por qué me lo ha ocultado?... Hemos hablados todos los putos días, pudo haberme dicho algo… ¿Por qué callar?...
Me levanto y dejo el teléfono cargando sobre la mesita de noche. Regreso al alféizar y me hago un ovillo. El cielo poco a poco empieza a aclararse… Trato de no pensar en nada más, trato de dormir… Pero mil cosas dan vueltas en mi cabeza…
¿Qué será de Donato?... Cuando hablo con Fabi tengo tantas ganas de preguntar… Pero me obligo a no hacerlo… Me obligo a huir cuando escucho a alguno de los chicos nombrarlo… Me repito que no debe importarme… Pero en el fondo… muy en el fondo, quiero saber… ¿Habrá intentado llamarme?... No sabe que tengo nuevo número, no sabe lo que pasó con Gaël, no sabe que vivo solo… ¿O sí?... ¿Fabián le habrá contado algo?... ¿Quizá Gerard?... ¿Me recordará?... Bah, hasta la pregunta es estúpida… Debe de tener a alguien ya, jamás le faltó compañía… Quizá hasta se enamoró…
¿Y Gaël?... Desde que regresé no ha vuelto a buscarme… ¿Se habrá casado ya con Amélie?... ¿Tendrán el hijo que le había prometido a sus padres?... ¿Pensará aun en mí?... ¿Será feliz?...
Y yo… ¿Podré ser feliz? ¿Encontraré a alguien con quien compartir mi vida?... Desde que terminé con Gaël no he tenido nada serio, un par de tipos de una noche, unos coqueteos, unos besos y un buen morreo en el almacén… Nada que valga la pena recordar…
Y pensar que de niño siempre soñé con mi príncipe azul, ese que me amaría y con el que sería feliz toda la vida…
Iluso…
Sacudo la cabeza… Okey, suficiente… No voy a deprimirme más. Nunca me he dado por vencido, no empezaré ahora. Siempre he seguido adelante, esta vez no será la excepción…
El cielo ya está claro. Las calles solitarias. Me he pasado la noche en vela. No quiero ni levantarme… Pero mi móvil suena y a regañadientes voy a contestar. Un nombre parpadea insistente…
—Feliz navidad…
—Feliz navidad Norman…
— ¿Te desperté?
—No, no… ¿Y tú? Pensé que estarías en plena fiesta con tu novia… — Se me sale…
— ¿Novia? ¿Yo? — Guardo silencio, no quiero meter más la pata… — Ah, seguro Stefan te contó de Pamela, ¿verdad?
—Si… No tiene importancia… ¿Por qué me llamabas?
— ¿Estás molesto?... Pam no es mi novia, no tienes que estar celoso…
—No estoy celoso idiota… ¿A mí que me importa si tienes novia o no? Ese es tu puto problema…
—Tampoco me tienes que hablar de ese modo… — Sé que utilizo un tono duro pero estoy demasiado cabreado por lo de Mat… Su voz también se endurece…
— ¿Y cómo quieres que te hable?... Mateo tiene problemas y tu sabiendo que ocurre no me dices nada… ¡Sabes que Mat es como mi hermano! ¡Dime que ocurre!
—No me corresponde a mi contarte que pasa… El mismo Mateo lo hará cuando esté listo…
—Pero…
—Entiende Etienne, él me lo pidió… No te preocupes, está bien… Está viviendo en mi antiguo departamento… Sé lo importante que es para ti, no voy a dejarlo solo… Te prometo que lo cuidaré y ayudaré en todo lo que pueda… — Suspiro sin encontrar que decir… Sus palabras me han desarmado…
—Júrame que está bien…
— Te doy mi palabra… Estaba pensando en que vengas... Mira, sabes que me gradúo pronto y quiero que estés presente… Es importante para mí… Te estoy invitando así que no te preocupes por el pasaje o la estadía, todo estará cubierto…
—Es demasiado…
—Y aprovecharás para conversar con Mateo…
— ¡Faltan meses para eso!
—No es mucho, 4 meses se pasan volando…
—Tu familia…
—Mi única familia es Sarah…
—Tu novia…
—Que no es mi novia… — Replica… De algún modo escuchar eso me tranquiliza… — Vamos, qué dices…
—Te acepto el pasaje, pero de la estadía me ocupo…
—Terco… Está bien… Pensé que te gustaría pasar esos días con Mateo en el departamento, pero si insistes en hacerte cargo…
— ¡Norman! No es justo… — Escucho ese sonido extraño y agradable que es su risa — C’est ok tu gagnes…
—Merci…
—Una cosa más… Por favor cuida de Mat…
—Te he dado mi palabra y no pienso romperla
—Gracias… Y Norman…
— ¿Si?
— ¡Salúdame a tu novia! — Antes de que diga algo corto la llamada. Dejo el móvil a un lado, con una sonrisa en la cara. Esta llamada me ha dejado muy ligero. Saber que Mat está bien, escuchar a Norman comprometerse en cuidarlo me deja tranquilo. Claro que quiero saber que le ha ocurrido… Quizá problemas con su familia nuevamente… Aunque él ya no tenía contacto con ellos… A lo mejor volvió a ver a uno de sus abusivos hermanos… Lo que sea, por lo menos no está solo…
Me acomodo enredándome aún más en la manta. Un bostezo se me escapa… Quizá si ahora cierro los ojos podría dormir algo… Solo un poco…