Ya había pasado una semana desde el incidente con Cross, y ahora mismo su escritorio se encontraba lleno de papeles, la mayoría de ellos reportes de ataques de hombres lobo, pero lo que en verdad ocupaba la atención del peliplata no era eso, sino una carta que había llegado a su mano por medio de Seiren, pero que no se había atrevido a abrirla, había permitido demasiado acercamiento entre ambos, pero no eran sus sentimientos los que le preocupaban, si no lo que este quisiera pedirle, porque no se sentía capaz de negarle algo, pero si le permitía todo, bueno, era cosa normal si el resto empezaba a dudar de su capacidad racional.
Dejando salir el aire que había guardado inconscientemente, tiro la cabeza hacia atrás, pensando en todos los pros y contras que tuviera, para terminar guardando la carta de golpe entre todos los papeles que estaban acumulados, mientras que Alucard entraba por la puerta con un nuevo reporte.
-Otro más?- le pregunto con un tono pastoso.
-Sí, lo siento, pero debes seguir revisando esto, los alumnos están asustados, creo que deberíamos cerrar la academia por un tiempo- pero apenas dijo esas palabras, el escritorio fue golpeado, tirando algunos papeles en el proceso.
-No digas eso, cuando volví, prometí que no volvería a cerrar este lugar, y pienso mantener mi promesa- respondió Zero.
-Sé que lo hiciste, pero también prometiste mantener a salvo a los alumnos, recuerdas?, además, solo sería por el tiempo que nos tome controlar la situación, además, preocupas innecesariamente a Cross, el otro día lo oí decir que tal vez fuera necesario volver a pelear-
Eso había sido un golpe bajo, y ambos lo sabían, Zero se preocupaba por aquel hombre que le cuido durante tanto tiempo, y que no le dejo solo, incluso cuando Ichiru volvió la primera vez, Cross le apoyo, ahora era su turno de ayudarlo y apoyarlo, por eso, si su sueño era tener una academia donde todos pudieran vivir en paz, el de cabello plata haría todo lo posible por ayudar, incluso si eso le obligaba a asesinar o usar a las personas, pero que no lo comparan con Kaname, él les decía a aquellos que le seguían sus intenciones, era sincero…hasta cierto punto. Por eso, no dejaría que su padre volviera a tomar un arma, no mientras el pudiera evitarlo.
-Dame una semana más, si en ese tiempo no hay avances, bueno, yo mismo me asegurare de mandar a todos a sus casas- termino por responder el chico.
Alucard solo asintió en su dirección antes de regalarle una sonrisa y rodeando el escritorio le obligo a levantarse para poder abrazarlo, antes de usar su fuerza y sentarlo en el escritorio, bajando los besos al pálido cuello. Zero solo se dejaba caer antes de que por el rabillo del ojo viera la carta, y moviendo casualmente su mano, la tiro junto al resto de los papeles, por lo visto tendría que aceptar la ayuda de Kuran si quería mantener el sueño de Kaien.
Miro la puerta enfrente suyo con cierta molestia, si hubieran sido los viejos tiempos le hubiera sido más fácil entrar por la ventana, llamaría menos la atención, o hubiera llamado la atención si el resto de los vampiros se encontraran cerca, pero como no era así, bueno, tenía que admitir que eso le causaba una preocupación menos.
Levantando la mano la acerco con lentitud a la puerta, la verdad sentía cierta desconfianza sobre lo que estaba haciendo, aún tenía tiempo para arrepentirse, dar media vuelta, y buscar una solución el mismo. Soltó una exclamación parecida a una risa ahogada y dejo caer su puño en la puerta tres veces, y a los segundos esta fue abierta por el de cabello castaño que al verlo ladeo una sonrisa de clara burla, pero un poco menos obvio había también satisfacción y alegría de que el otro, un poco tarde, pero haya respondido su invitación.
-Pasa- y se hizo a un lado para enfatizar la palabra, recorriendo al cazador de abajo a arriba, deteniéndose en su cuello, el cual mostraba unos cuantos puntos morados, era obvio de donde habían salido, y eso causo un gruñido en el vampiro que no supo disimular.
-Deja de verme así Kuran, hace mucho que deje de ser de tu propiedad- reclamo con tono mordaz -para que querías verme?-
-Sígueme- fue lo único dicho por el mayor para, tocando un punto específico en la pared, abrir una puerta oculta -date prisa-
Zero solo miro el orificio con cierta desconfianza, pero después respiro hondo, le había avisado a Sayori donde se encontraría, no tenía por qué preocuparse, un movimiento en falso y todos aquellos que estuvieran con los Kuran serían eliminados. Así que con paso firme camino a donde el otro le esperaba, y se topó con unas escaleras, las cuales terminaron encaminándolo a lo que debía ser un sótano, sin poder evitarlo un escalofrió le recorrió, recordando esos viejos tiempos en los cuales él era un prisionero, y hablando de eso, justo enfrente suyo un hombre lobo se revolvía contra las cadenas de plata que le sostenían, recibiendo quemaduras por las mismas.
-Lo atrape rondando por aquí, quería que vinieras antes para poder hacer algo con él, pero no creo resista más- termino de decir en voz baja, pero aun así llamo la atención del prisionero.
-No creo que ahora mismo esté en condiciones de hablar, libéralo, dudo nos ataque- Kaname lo miro con duda, pero termino por aceptar, y sacando una llave de su bolsillo, se acercó a la cadena principal para poder liberarlo.
El cuerpo cayó casi sin vida sobre las duras rocas que cubrían en casi su totalidad la prisión, Zero se acercó con cautela al cuerpo tirado, observando como aun tenia esposas en sus manos y pies, evitando cualquier ataque sorpresa. Miro a Kaname por el rabillo del ojo, un poco sorprendido por el aviso que se le había hecho llegar, aun así, cuando estuvo a una distancia considerable del de pelo castaño se arrodillo, recibiendo un quedo gruñido en respuesta, era obvio que el otro se encontraba en mal estado, pero tenía la fuerza, y el orgullo, suficiente para continuar peleando.
-No sé quién seas, pero ahora mismo no estás en la mejor posición para quejarte- le recordó el de ojos amatistas, los cuales le miraban fijamente.
El otro le devolvió la mirada, ojos amarillos furiosos, pero también con un poco de miedo escondido en lo más profundo de estos, a pesar de la apariencia de adolescente del chico, se notaba que para la edad de un verdadero hombre lobo, bueno, el no sería más allá de un niño, si incluso estaba solo transformado un poco.
-Cuando te ataco, lo hizo como lobo o humano?-
-Un intento burdo de lobo, y se lo que sospechas- afirmo Kaname, alejado de los otros dos -es joven, aun no pasa el ritual de iniciación común en su raza-
Zero asintió a lo dicho, le daba un poco de lástima que alguien tan joven tuviera tan mala suerte, aun así, no podía confiarse, por muy joven que fuera, era un ser acostumbrado a matar, casi como un vampiro criado por las viejas leyes. Levantándose de donde estaba, golpeo levemente al menor con su pie, haciendo que se recostara sobre su espalda, observando las cicatrices que adornaban el cuerpo contrario, un joven guerrero.
-Creo que tenemos mucho de qué hablar- murmuro más para él, y aun así, sonrió al que estaba debajo suyo -gracias por avisarme Kuran-
El purasangre solo sonrió divertido, antes de inclinar la cabeza como rechazando el gesto, acercándose con pasos casi estilizados, contrastando con el lugar, y sacándole una sonrisa burlona en el rostro, dispuesto a ayudar para conseguir información.
Aidou soltó un bufido de molestia, Kaname les había mandado a dar un paseo, y justo cuando él pensaba que todo estaría bien, bueno, su buen humor fue arruinado por unas chicas, es cierto, antes él era conocido por coquetear con cuanta jovencita se le cruzara enfrente, pero una cosa era que intentaran algo con él, y una muy diferente era intentar algo con su primo, eso sí que no lo permitía. Así que con la mejor sonrisa que tenía, se acercó al grupito que rodeaba a Akatsuki, y con las palabras más amables que pudo, arrastro al usuario de fuego lejos de ahí-
-No deberías molestarte tanto-
El rubio solo le regalo una mirada de enojo antes de continuar jalando al otro de la manga, ignorando como se vería esa escena a ojos ajenos, y en su lugar, internándose en lo más profundo del bosque, respirando agitado pero intentando controlarse para que no terminara con un bosque congelado.
-No entiendo, cual es el problema- Kain miro al otro un poco curioso.
-Kaname-sama está pidiéndonos hacer un paseo, eso no es normal- soltó lo primero que se le ocurrió -además, algo raro pasa con esa chica que siempre esta con Kiryuu, me recuerda un poco a Seiren, algo demasiado extraño está pasando en este lugar, investigue un poco y-
Pero el otro le detuvo poniendo una mano en su boca, y haciéndole una seña de guardar silencio, y aunque el otro iba a protestar, pronto entendió la advertencia de su primo, voces, un poco ruidosas, se oían a lo lejos, nunca podías saber quién escuchaba. Asintió con la cabeza y ambos salieron de ahí lo más discretos posible, tenían que buscar un lugar para platicar sin ser vistos.
Se decidieron al final por ir a la ciudad, aún tenían tiempo para no levantar sospechas, y en cuanto se instalaron en una pequeña cafetería, lejos de todos los demás, fue cuando Hanabusa pudo continuar hablando.
-Han sucedido muertes misteriosas, todas ellas tienen en común la academia, de una u otra forma, sospechaban de ella, y ahora simplemente, o están muertos o desaparecidos- termino por explicar.
El pelirrojo hizo una pequeña mueca, su primo era inteligente, no había duda de eso, y era curioso, cosa que le metía en demasiados problemas, pero el también tenía sus dudas respecto a los cambios ocurridos en su ausencia. Y no podía negar sentir cierta curiosidad ante lo que decía el otro.
-Aun así, no podemos hacer nada hasta recibir indicaciones- le recordó.
Aidou suspiro, entendiendo lo que el otro pedía, pero pensaba seguir con sus sospechas hasta que el pedido de ambos llego, solo entonces presto atención a la comida y su alrededor, la mayoría de los que ahí se encontraban eran parejas, solo entonces dirigió una mirada a su primo y se sonrojo un poco, si bien sentía atracción por el otro, bueno, era demasiado apresurado pensar en algo entre ellos, no por ser hombres o familia, sino porque el mayor seguía enamorado de Ruka, o mínimo eso creía el rubio. Mientras que Akatsuki solo miro extrañado la reacción de su primo, pero eso no quito la ternura que su gesto causo en él, bueno, tal vez podría aprovechar el tiempo para declararse después.
-Sigo diciendo que esto es demasiado raro- Ruka miraba a Seiren que se encontraba sentada enfrente suyo.
Seiren solo le devolvió la mirada indiferente, solo se encontraba en ese lugar porque Kaname-sama se lo había pedido, tenía que asegurarse que nadie irrumpiera en la reunión de los dos vampiros, y si para eso tenía que estar a la vista cuidando de la rubia, bueno, haría lo necesario para cumplir su misión. De todas maneras, su atención se dirigió a la escalera, viendo a los dos menores de su antiguo grupo bajar del brazo del otro, Shiki comiendo tranquilamente un poki mientras Rima cargaba un paraguas, aun cerrado, en la mano izquierda.
Cuando ambos terminaron de bajar les dirigieron una mirada curiosa a las dos chicas ahí sentadas para simplemente continuar de largo, o esa era la idea, pero fueron interceptados por Ruka, la cual se había puesto enfrente de ambos, regalándoles una sonrisa tensa.
-Que está planeando Kiryuu?-
Rima ladeo la cabeza a la izquierda y Shiki imito su movimiento pero hacia la derecha, antes de dirigir la vista a la ventana que estaba detrás de Seiren, desde ahí podían ver como Takuma e Ichiru estaban hablando tranquilamente. Claro que ambos chicos sabían de que iba todo, Zero le había pedido especialmente a Takuma que vigilara al gemelo menor, si parecía ser un peligro para el resto, bueno, ellos tomarían cartas en el asunto.
-No entiendo de que hablas-
Ruka le dirigió una mirada furibunda al chico, era obvio que no le creía ni una palabra de lo que decía.
-Hablo de la repentina amistad de esos dos-
-No sé por qué te asombra, Takuma siempre ha sido muy sociable-
La rubia solto un gruñido, pero antes de hacer algún movimiento fue detenida por Seiren, no podía dejar que hubiera algún altercado, el purasangre nunca le perdonaría que cuando ya estaba teniendo avances con el director de la academia, terminara alejándose de nuevo por lastimar a sus preciados amigos, si es que eran amigos.
-Vaya, que sucede aquí?- la voz grave de Alucard se dejó oír.
Todos voltearon a verlos un poco dudosos, no sabían cómo comportarse con el pelinegro, tenían en claro que debían respetarlo, pero al mismo tiempo no era el agrado de su señor, y eso causaba cierto conflicto.
-Tranquilos, solo quería preguntar si alguno de ustedes había visto a Zero-
Todos negaron con la cabeza, no tenían idea de donde podría estar el cazador, pero Shiki señalo las escaleras, Alucard elevo una ceja con cierto tono elegante, antes de mirar a su alrededor y descubrir a Sayori salir de su habitación.
-Sayori, has visto a Zero?-
La castaña volteo a verlo con duda, antes de negar con la cabeza y a los pocos segundos golpear su mano derecha con su puño izquierdo, como si tuviera una idea.
-Dijo que iba a salir a caminar un poco, que tenía mucho en que pensar-
Alucard solo asintió antes de dirigir nuevamente la mirada a los más jóvenes de ahí excluyendo a Sayori, los más tranquilos del grupo solo hicieron una pequeña reverencia antes de irse de ahí, mientras que Ruka mordió su uña nerviosa para finalmente decidirse a también inclinar un poco su cabeza y seguir al resto, quedando la sala vacía.
-Y Tsubaki?-
-No lo sé, de hecho iba a ir a buscarla-
El europeo le sonrió antes de dirigirse a su habitación, no quería presionar a Zero, seguramente había salido a pensar en el ultimátum acerca de la academia, y no quería que lo sufriera aún más. Mientras que Sayori miro como el otro se retiraba, entendía que Zero no quería que se enterara de hacia tratos con el Kuran mayor para poder salvar la academia. Suspiro y negando con la cabeza se dirigió a la caballeriza, pasando a lado del rubio y el peliplata que se encontraban sentados debajo de un árbol, bueno, ciertamente Takuma hacia un gran trabajo acercándose a Ichiru. Cuando llego a su destino se sorprendió de ver a lo lejos tanto a Tsubaki como a la Kuran menor, y curiosa se acercó a ver de que hablaban
-Déjala en paz, ahora está conmigo-
-Eso dirás, pero era mi mejor amiga, fue quien estuvo conmigo en todo momento-
-Pero tú te fuiste y la dejaste aquí, no tienes derecho a reclamar nada-
-Deja de hablar como si la conocieras, yo si la conozco, no tu-
-Segura?, creo que yo la- un tono bajo y lujurioso se hizo presente -conozco mucho mejor-
Suficiente, Sayori se acercó con decisión interrumpiendo la discusión que se estaba llevando a cabo por las dos chicas, cuando ambas notaron sus pasos voltearon a verla, pero la primera en reaccionar, para sorpresa del trio, fue Yuuki, que corrió a abrazarla, y al tomarla de sorpresa, no hubo más que un abrazo no correspondido hasta que Yori reacciono y la aparto.
-Dejen de pelear ambas, es cierto Yuuki, fuimos las mejores amigas, y durante un tiempo que te espere, lo seguí pensando, pero cuando tu no distes señales de vida, bueno, creo que eso no se hace en una amistad- respondió con dureza la chica -y Tsubaki, estamos saliendo, es cierto, pero creo que no deberías usar es como una excusa de por qué no debería molestarme-
Ambas se mostraron un poco apenadas por el regaño, aun así, Sayori invito a Tsubaki a cabalgar un rato, y cuando ambas tuvieron ensilladas a sus caballo, Yori a Lily y Tsubaki a Laila, se alejaron a trote suave, mientras que Yuuri solo las miro irse, su hermano ya había logrado acercarse a Zero, pero ella seguía sin poder tener una conversación decente con Yori, vaya suerte que tenía.