—Jongin, soy Changjo.
¿Por qué sentía que todas las cosas se estaban derrumbando al mismo tiempo? Jongin apoyó los codos en el escritorio, molesto porque Tao aun no regresaba. —Ahora no es un buen momento.
—Bueno, entonces seré breve. Dos miembros de mi manada han desaparecido. Quiero que lo sepas solo en caso de que oigas algo o tengas algo de información.
Jongin se sintió hundir. Ellos aún no habían encontrado al doctor que había experimentado con Byun, colocándole al hombre un útero. ¿Podría el doctor estar de algún modo en esto?
—Lamento oírlo. Mantendré los oídos abiertos por ti.
—Lo apreciaría. Estoy perdiendo la cabeza tratando de encontrarlos.
—Te llamaré si descubro algo. —Jongin le colgó al Alfa de la manada del Este.
—Joder, ¿algo más quiere unirse a la fiesta?— Jongin preguntó hacia el techo dejando caer la cabeza hacia atrás.
—¡Tao!— gritó.
El élfico hombre apareció dentro de la oficina con las seis parejas en rastra. —Los pequeños tramposos no estaban en donde les dije que se quedaran. Me tomó una eternidad encontrarlos.
—Eso no hubiera sido un problema si en primer lugar no te los hubieras llevado. —Jongin vio a los guerreros entrar como tromba a su oficina y tomar a sus respectivas parejas.
—La siguiente vez solo di no —T.O.P le gruño a Tao.
Tao rápidamente desapareció, alejándose de T.O.P cuando él lo iba a atacar.
Jongin se frotó las sienes. Su familia estaba creciendo desproporcionadamente. Esto se estaba volviendo más y más complejo para tratar con todos ellos. Pero él no lo cambiaría por nada en el mundo. Aunque tenía la sensación de que la raza Elven haría las cosas más interesantes.
—JiYong, no puedes salir de esa forma. Estaba enfermo de preocupación. —T.O.P lo llevó hacia las escaleras—. Prométeme que no lo harás de nuevo.
—Pero ellos me quieren a su alrededor, realmente me quieren. ¿Cómo puedo decir no? Ellos no van a querer seguir siendo mis amigos si les doy la espalda. ¿Quieres que mis nuevos amigos me odien? No puedo vivir con eso. —JiYong retorcía sus manos en el regazo y se mordía el labio inferior mientras se sentaba en la cama.
—Si son tus amigos, lo seguirán siendo. El que les digas que no, no va a hacer que no les agrades. —T.O.P no se había dado cuenta que su pareja no tenía ni idea de la amistad—. Las parejas en esta casa te aceptan como eres. Decirles que no, no hará que cambien de opinión.
—¿Estás seguro? Porque Baekhyun es mi amigo y no quiero perderlo.
—Estoy seguro. —T.O.P jaló a JiYong a sus brazos, besándolo suavemente en los labios. Él quería reclamar a su pareja, asegurarse de que su bola de fuego estaba seguro entre sus brazos—. Esta cosa de no sexo me está volviendo loco. Necesito encontrar a Jaejoong y ver si ya tiene los resultados.
JiYong se limpió la garganta. —Nosotros podemos tener sexo— murmuró mientras pasaba sus manos de un lado a otro sobre el edredón. Vio a T.O.P y bajó la mirada.
El corazón de T.O.P golpeaba al doble de ritmo contra sus costillas. ¿Su pareja estaba diciendo lo que él creía que estaba diciendo, o era su deseo creyéndolo? —Habla conmigo, calabacita. r13;Tragó duro, su garganta estaba seca ante la idea de ser padre. La emoción y el miedo recorrían su cuerpo y se estrellaban uno con el otro, haciendo que el corazón de T.O.P se acelerara.
—Estoy diciendo que he revisado el tema y que no estoy en contra de eso.
T.O.P acunó la cara de JiYong, viendo el reflejo ónix en los ojos de su pareja. Él podía ver el shock en esa mirada de oscuras pupilas. —¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—¿Prometes que no te vas a enojar conmigo?— JiYong trató de apartarse pero T.O.P lo sostenía fuerte.
—Lo prometo.
Las manos de JiYong cubrían las de T.O.P. —Pensé que amarías más al bebé y te olvidarías de mí. —Las mejillas de su pareja se volvieron carmesí y bajó la mirada.
T.O.P estaba impactado de que su pareja pudiera pensar tal cosa. ¿No le habría mostrado a su bola de fuego lo mucho que significaba para él? Pasó los nudillos bajo el mentón de su calabacita y lo besó ligeramente. —¿Cómo siquiera puedes pensar eso? Eres las estrellas en mi cielo, el latido de mi corazón y un bálsamo para mi alma. Olvidarte a ti sería más difícil que olvidarme de respirar.
JiYong se quedó con la boca abierta. —Wow —dijo asombrado.
T.O.P sonrió. —¿Qué? ¿Crees que porque soy guerrero no tengo sentimientos? Yo lamento profundamente que lo creyeras. Nunca podría olvidarte, calabacita.
—No, no pensaba eso. Pensaba que eso no rimaba.
T.O.P sonrió.
Acostó a JiYong y le bajó los jeans, gruñendo ante el perfecto pene. Le quitó la camiseta a su pareja por la cabeza y la lanzó a un lado. Las manos de JiYong fueron sobre su abdomen tratando de cubrirse, pero entonces apartó las manos.
Amaba que su pareja comenzara a sentirse cómodo con su cuerpo. Nada en este mundo era más sexy que su calabacita, hasta el último centímetro de él. T.O.P no cambiaría nada.
T.O.P levantó la pierna derecha de JiYong y pasó sus dedos por la suave y cremosa piel de su pareja. La pálida complexión era increíble. Sus dedos rodearon el tobillo de su pareja, sosteniéndolo en un suave agarre mientras besaba la planta del pie de JiYong. Su pulgar acariciaba el tobillo de JiYong y bajó la mano por la pierna de su pareja. —Tan hermoso.
T.O.P bajó la pierna y se desnudó, subiendo sobre JiYong y pasando su mano por el lampiño pecho de JiYong. Pellizcó el disco café, logrando que su pareja gimiera. Los ojos de su calabacita viendo los suyos, los oscuros ojos le rogaban a T.O.P que lo jodiera.
El estómago de T.O.P se oprimió al ver el deseo. Tomó el lubricante y preparó a su pareja para lo que podría llevarlo a tener un bebé. T.O.P sacó sus dedos y tomó la base de su pene, empujándolo al interior, y entonces se detuvo. Cerró los ojos, esperando hacer lo correcto, rezando porque JiYong estuviera listo para lo que podría venir.
—Te amo, calabacita. —T.O.P se empujó más profundamente, apoyándose en sus antebrazos y comenzando a mover sus caderas, JiYong envolvió sus piernas alrededor de la cintura de T.O.P, lanzó la cabeza hacia atrás y sus colmillos aparecieron.
T.O.P se perdió en la erótica vista bajo él. Se salió lentamente hasta que sólo la cabeza de su pene quedó dentro y se volvió a empujar tan profundo como podía. Sintió el cuerpo de JiYong estremecerse mientras se movía dentro y fuera.
—Quiero que te corras para mí —dijo T.O.P.
Pasó su mano por el cuerpo de su pareja, deleitándose al sentir su piel. T.O.P encajó suavemente sus uñas en la piel de JiYong, su pareja gemía y se retorcía debajo de él.
T.O.P empujaba sus caderas, penetrándolo más duro, más profundo y más rápido. Su abdomen se tensó y su columna hormigueaba. Tomó en su puño el pene de su pareja, esparció el presemen y comenzó a bombearlo.
—JiYong —T.O.P dijo con desesperación.
JiYong colocó sus manos en la parte de atrás de la cabeza de T.O.P jalándolo para un profundo beso. T.O.P, que era tan fuerte y protector para ser capaz de encargarse de cualquier enemigo, gemía dentro de la boca de su pareja, pegado al toque de su pareja.
JiYong gritó dentro de su boca, arqueó la espalda y se corrió en la mano de T.O.P. El olor de la semilla de su pareja envió a T.O.P sobre el borde. Gimió contra los labios de JiYong, empujando su pene dentro del culo de su pareja mientras se corría con una cegadora fuerza.
Sus nervios estaban desgarrados, expuestos en su ultrasensible pene. T.O.P jaló a JiYong a sus brazos, sosteniéndolo más cerca. ¿Cómo podía su pareja siquiera pensar que él tuviera la menor capacidad de olvidarlo? T.O.P parpadeó y abrió los ojos. JiYong le sonrió. —Hola.
Las cejas de su pareja juntas. —Tus ojos son de nuevo verdes. ¿Por qué?— T.O.P se movió y se enderezó—. No es que me queje, los extrañaba.
JiYong se encogió de hombros. —No sé. También lo noté cuando fui al cuarto de baño.
—Crees que nosotros… —T.O.P colocó una mano sobre el abdomen de JiYong.
—No tengo idea. No me siento diferente. Claro, no soy experto en esto. He oído que las mujeres vomitan todo y lloran por cualquier cosa. No siento naúseas ni ganas de llorar. Si no funcionó, siempre podremos volverlo a intentar, pero después de una noche como anoche, me sorprendería que no lo lográramos. Mi mente explotó y la tierra tembló, francamente caliente. No me molestaría repetirlo de nuevo.
T.O.P le sonrió. —Aún sigo asombrado de que no te desmayaras. —Él se reía.
JiYong lo palmeó. —Deja de burlarte de mí. T.O.P levantó sus manos y se carcajeó. —Juro que no lo haré.
JiYong gruñó y se giró en la cama. —Tengo que ir a ver a Jaejoong por mi insulina.
—Maldición, esa es una linda vista de tu trasero.
JiYong movió sus caderas y palmeó su trasero. —¿Quieres algo de esto, chico grande?
Se rió graciosamente y corrió hacia el cuarto de baño cuando T.O.P apartó las mantas y salió a cazarlo.
JiYong era feliz. Él tenía a alguien a quien darle todo su amor, y un hombre que lo amaba sin que le molestaran todas sus fallas. ¿Qué más podía pedir un hombre?
Los puños de Jongin se cerraron a sus lados, un gruñido desgarró su garganta cuando Kris luchaba por meter a Sa Eun a su oficina.
—No puedes detenerme. Lograré escapar. —Ella dejó de luchar y sonrió cínicamente.
—Terminemos con toda esta mierda y vayamos al punto. ¿Por qué?— Jongin preguntó.
—Bueno, en cuanto a Sungmin concierne, mi tonto culo se enamoró de él. Pero tenía que arruinarlo todo siendo gay.
—Uh, la próxima vez yo revisaría y no trataría de matar a la persona que amo…dos veces —Jongin puntualizó.
—¿Quién dice que el amor es perfecto?— Ella suspiró dramáticamente—. Al infierno con él, ya lo superé. Solo quiero que sepas que tendré a esa pequeña fey.
Jongin le gruñó. Nadie se llevaría a su princesa. —¿Qué infiernos es tan importante acerca de ella?
—Colateral. —Ella se rió, y lanzó la cabeza hacia atrás gritando—. Kiseop.
Jongin no podía creer lo que veía frente a él. Un alto hombre con la piel azul y el cabello tan blanco que parecía nieve, apareció y tomó a Sa Eun. Le dio a Jongin una diabólica sonrisa y un guiño antes de desaparecer con la perra.
—¡Tao!— Jongin gritó.
—Estoy cansado de que me llames, no soy tu mascota — Tao bufó apareciendo.
—¿Quién infiernos era el papá pitufo que se llevó a Sa Eun?— Jongin le bufó.
Los ojos de Tao se abrieron más por el miedo. —¿Estuvo aquí?
—¿Qué es?
—Kiseop, un miserable Elven de las sombras. Oh infiernos. — Tao retorcía las manos—. Eso no es bueno.
—¡Mío!— Kris rugió detrás de ellos.
Jongin vio de Kris a Tao, una gran sonrisa se extendió de oreja a oreja. —Ah, infiernos, esto va a ser divertido. El Karma realmente me ama. —Jongin se detenía los costados señalando a ambos—. La ironía es una jodida madre.
FIN