Elizabeth se dirige a las escaleras y con un mutis de desprecio le dice a Clío:
- Imagino que disfrutaste mucho de mi querido Saba, al igual que tu Alfa. Sabía que les traicionaría el parecido que tiene conmigo. – sonríe y se va por las escaleras
Clío completamente devastado comienza a llorar, mientras que Alfa forcejea con las cadenas. Después de un rato mientras se tranquilizan ambos, Clío le dice a Alfa:
- ¿Cómo pudimos ser tan ciegos?, ¿Cómo pudimos olvidar lo egoísta y manipuladora que era Elizabeth?
- Simple hermano mió. El Amor que sentíamos hacia ella nos hizo idealizarla, como a una ninfa… como a un sueño. Y desgraciadamente la buscamos en Saba con tanta insistencia que destruimos su corazón. Y a Dark… lamento tanto lo que hice.
- Es tonto…
- ¿Qué?
- Por un breve instante sentí alegría cuando la vi.
- Para ser honestos hermano, también yo.
- Entonces…¿esto se justicia del destino?
- No lo se. Pero para ser honestos, he de confesarte que lo de Saba fue diferente, hay algo extraño en el.
- ¿Te refieres al parecido con Elizabeth?
- Mas que eso. No solo era el parecido físico, sino también en su forma de ser. Las manías, los caprichos. ¿Recuerdas como le gustaban las cerezas?
- Si, recuerdo que le obsesionaba mordisquear el rabito de la cereza… se veía tan cómica.
- Saba también hace eso. Y me pareció tan raro.
- Cierto, creo que lo que nos fascino fue eso.
- ¿Observaste detenidamente a Dark?, ¿no te recuerda a Amanda?
- Pensé que estaba loco. Y más cuando la vi cocinar, aunque para ser honestos tiene un carácter muy extraño.
En ese instante ambos guardan silencio cuando ven a Saba frente a ellos totalmente consternado al escuchar su conversación. Una lágrima escapa de sus ojos mientras se recarga en la pared. Alfa, totalmente desperado trata de zafarse de las cadenas, pero Saba sale corriendo por las escaleras hasta la recamara donde esta Dark y le cuenta lleno de dolor lo que sucedió. Saba recarga su cabeza en el regazo de Dark y le dice entre sollozos:
- No… no puede ser posible.
- No es tu culpa Saba – dice tiernamente Dark intentando consolarlo.
- No entiendes… ellos eran como mi familia. Pensé que ellos me querían por mí, y no por que me pareciera a ella.
- Pero ellos no nos quieren – dice Dark mientras acaricia su roja cabellera – ellos nunca nos vieron como su familia, solo fuimos objetos para ellos…
- No lo se. Pero entonces… ¿no lo somos también para ella?
- Para mí que ella quiere darles motivos a ellos para no defenderse. Desea utilizarnos tanto en su contra.
- Pero yo me parezco tanto a ella. No lo se, hay algo que no entiendo.
- ¿Por qué insistes en eso?, ¿En que son parecidos?, ¿solo por que ambos son pelirrojos de ojos verdes?, ¿solo por que tienen manías parecidas?... para mi no es suficiente eso. Entiende esto… para todos solo somos piezas de un juego, de discordia para Alfa y Clío, y de destrucción para Elizabeth. A ninguno de ellos les importamos. Solo nos tenemos a nosotros mismos.- dice Dark mientras lleva el rostro de Saba muy cerca del suyo- Entiende que todo a sido manipulado, todo ha sido ajustado a sus recuerdos, es por eso que le costo tanto a Elizabeth encontrarnos. Y la verdad yo ya me harte de este juego…
- ¿Por qué dices eso?
- Por que estoy cansado de ser el juguete de todos. Estoy seguro que ella solo busca nuestra destrucción, no le interesa si sobrevivimos o no.
- ¿Y que crees que debamos hacer?
- Dejar que crean que seguimos su juego y esperar a que se maten entre ellos – dice con una voz seria Dark.
Saba se queda callado, pero una sonrisa ilumina su rostro y deja que Dark lo bese tiernamente acariciando su roja cabellera. Después lo lleva de nuevo a su regazo mientras el susurra al oído un plan para librarse de todos.
Mientras tanto, Elizabeth hace los preparativos para destruir a Alfa y Clío. Ella ríe histéricamente mientras bebe una copa de vino y baila sola en un gran salón. Tasuke aparece, evidentemente fastidiado y le dice:
- Es una lastima que hoy concluyan dos mis más grandes obras.
- Al contrario mi querido Tasuke… las cosas evolucionan, ahora tendrás a mejores mascotas a tu servicio. – dice Elizabeth con una sonrisa cínica, mientras juega con el borde de la copa.
- Verdaderamente estas loca. ¿Te das cuenta la magnitud de las criaturas que creaste?, no se pueden controlar, te adelantaste mucho.
- Tal vez. Tantos años he esperado mi venganza, que quizás he enloquecido de ira y rabia.
- Jamás me explicaste por que los odias tanto. Ambos te teñían completa devoción.
- Al principio ambos eran un capricho para mí. Me encantaba que Clío me viera como una diosa incansable…era noble, tenía una posición social muy acomodada, pero… jamás tuvo el valor de declararme su amor y yo la verdad, me canse de esperar. Fue cuando conocí a Alfa… era tan audaz y varonil que me encanto. Sin embargo era tan vulgar… - dice Elizabeth mientras sonríe observando la luz del atardecer que atraviesa una gran ventana – al principio pensaba casarme con Clío y tener como amante a su hermano. Pero con el tiempo me enamore de Alfa… claro, hasta que apareció la tonta de Amanda.
- Fue cuando te acostaste Clío por despecho.
- Así es. No soportaba que Alfa me hubiese traicionado con tan poca cosa.
- Dime la verdad… ¿Qué hiciste con el hijo de Amanda y Alfa?
- Me deshice de él … por supuesto – dice Elizabeth con una sonrisa cruel. – lo hice desaparecer, de todas formas nadie conocía su existencia, ¿te imaginas la humillación si alguien se enteraba?
- ¿Y tu hijo?
- Haces demasiadas preguntas Tasuke.
- ¿Acaso era hijo de Clío?
- No… ni tampoco de Alfa. Cuando desaparecieron los hermanos, me case con un noble de la región, tuve un hijo con él y me asegure de darle una buena educación al lado de su padre. Más tarde me fui.
- ¿Qué hiciste con mi hijo bruja?, ¡Contesta! – dice Alfa aproximándose con ira hacia Elizabeth.
Elizabeth y Tasuke se quedan estupefactos al ver a Alfa. Y detrás de él se encuentra Clío quitándose su saco y arrojándolo al suelo. La noche se encuentra muy próxima y no hay manera de salir del lugar. Elizabeth, sin perder la confianza grita:
- ¡Saba!, ¡Dark!, ¡Vengan!
- Siento decirte que no lo harán… -dice Clío.
- Dime, ¿Qué hiciste con mi hijo? – dice con tono amenazante Alfa.
- Lo mate – dice Elizabeth de forma tajante sin perder de vista a los dos.
- ¡Mientes! – grita furioso Alfa.
- Jajaja… morirás al igual que tu estirpe. – grita histérica Elizabeth.
La noche comienza, al instante en que muere el sol las criaturas se transforman y comienzan a luchar. Clío se abalanza sobre Tasuke que intentaba volar y huir, provocando que este se desplome pesadamente en el piso. Mientras tanto Alfa tratando de contenerse, le pregunta por última vez a Elizabeth:
- Mi hijo… ¿Dónde esta? –
- Jamás lo sabrás… si he de morir será con el secreto.
- ¿Por qué?, ¿Por qué te ensañaste con él?
- Tonto, la verdad es que nunca sabrás su destino… jajajaja, mi venganza permanecerá en su sangre y en la de mi hijo.
- Que así sea… - fue lo ultimo que dijo Alfa al transformarse y abalanzarse sobre Elizabeth.
La batalla entre Clío y Tasuke parecía interminable, Tasuke hundía sus afiladas garras en la carne de Clío y este desgarraba la piel de él hasta el hueso, con fieras mordidas y rasguños. Elizabeth trataba de dominar a Alfa a base de conjuros y hechizos, pero eso no impedía que este la tratara de atacar y herir su delicada piel… al fin de cuentas alguno tendría que ceder. La noche parecía eterna y fue hasta el amanecer que Tasuke perdió poder y su cuello fuera desgarrado por Clío. Elizabeth tampoco pudo mantener mucho tiempo sus hechizos y con un solo movimiento de Alfa, su sangre salpico todo el lugar. Clío y Alfa sentían que con el último respiro de Tasuke se extinguiría con su poder. Al dejar de existir Tasuke, ambos, después de mucho tiempo, se transformaron nuevamente en mortales. Todo el lugar se encontraba lleno de sangre. Alfa se encontraba mal herido y Clío muy débil, pero ambos sentían que todo había terminado… hasta que escucharon que alguien les aplaudía. Era Morgan, que antes sus ojos se transformo en Dríade, y bajaba lentamente una escaleras frente a ellos manteniendo una amplia sonrisa. Alfa, tratando de no desmayarse le dice:
- ¿Qué quieres?
- Felicitarlos por supuesto. Nunca imagine que fueran capaces de eliminar a mi hermano.
- ¿Por qué perdí mi poder? – pregunta agitado Clío.
- Por que Tasuke llevaba dentro de si el poder que los convirtió a ambos en lo que eran. Incluyendo a Elizabeth. El era demasiado egoísta, y se daba su importancia como guardián de algo que no existía. Los creo a ambos para divertirse, para satisfacer su egolatría. A Elizabeth le ayudo por que ella juro ser su sirviente por siempre.
- Dime… ¿tu sabes que le hizo a mi hijo? – pregunta con debilidad Alfa.
- ¿Para que quieres saberlo?... ahhh, entiendo, te sientes culpable por que piensas que tienes un linaje perdido por ahí, ¿no?. Lamento que no sea así. En realidad nunca existió linaje alguno de ninguno ustedes…
- No te creo. – dice al borde del desmayo Clío.
- Puedes creer lo que quieras – dice Dríade.
- ¿Por qué nos dejaste ir? – pregunta Alfa - ¿Dónde están Saba y Dark?
- Muertos. Como en un principio debió ser. Ustedes dos sabían que tanto Saba como Dark fueron rescatados de la muerte para ser sirvientes de Tasuke y Elizabeth. – dice Dríade mientras camina alrededor de los dos hermanos. – si los deje ir, es por que necesitaba librarme de Tasuke. Después de tanto tiempo me canse de estar bajo su sombra.
- ¿Qué piensas hacer? – pregunta Alfa con gran esfuerzo.
- Nada. Tan solo estarán aquí y morirán lentamente… jajaja.