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LUNA NUEVA por Dark Amini

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Clío sale de la habitación y baja a recepción con Morgan. Cuando están solos en la habitación, Saba se dirige a Tasuke confundido:

-         ¿De que voy a hacer mis maletas si no tengo nada?

-         En el armario hay ropa y una maleta que Morgan te compro. Date prisa, a Clío no le gusta esperar.

-         ¿Cómo fue el primer día de Clío?

-         Ja... mira que atrevido eres... pero por otro lado será mejor que lo sepas, para que veas lo que te espera. – dice Tasuke sentándose cómodamente en la cama y viendo a Saba prepara su maleta – cuando Clío despertó se sentía muy sensual, irresistible...  como te habrás dado cuenta, Clío es bien parecido.

-         Es cierto – contesta Saba mientras mete la ropa en la maleta y termina de vestirse.

-         Bueno, esa misma noche sedujo a cuanta mujer se le cruzo por el camino, inclusive jóvenes hombres. Estaba desatado. Tenía un libido insaciable. Pero todo acabo cuando una horda de padres enfurecidos lo persiguió durante varios días... jajajaja.

-         ¿Eso sucede siempre?

-         Generalmente.

-         ¿Cómo adquirió Clío el poder de transformarse?

-         Bueno creo que ya fueron muchas preguntas. Baja pronto antes de que se impaciente.

-         Fuiste tu también el guardián de su poder...¿eh? – decía suspicazmente Saba.

Tasuke se sonrojo en extremo y se negó a contestar, se levanto y salió por la puerta; inmediatamente Saba lo siguió con la maleta. Aun en las escaleras insistía en saber como obtuvo su poder Clío:

-         No creo que sea vergonzoso decirme por que  lo dejaste ir.

-         Mira niño – dice Tasuke volteando con mirada amenazante – Clío es peligroso, muy peligroso. Es un gato de dos colas y si lo haces enojar no habrá nada que lo controle.

-         Si es tan peligroso... ¿por qué no acaba con Alfa?

-         ¡Date prisa que no tengo toda la noche! – grita interrumpiendo Clío.

Tasuke ya no responde, baja hasta llegar con Morgan y Clío. Saba se siente confundido y contrariado... ¿qué es un gato de dos colas?, ¿por qué él tenía que enfrentar a Alfa y no Clío?. Clío toma la maleta de su mano y se despide cortésmente de Morgan y Tasuke. Al momento de despedirse Saba le dice al oído a Morgan:

-         ¿Me vas a dejar solo con este sujeto?

-         Créeme que es el más apropiado. Pero ten cuidado, es muy temperamental.

Morgan ya no dice más. Saba y Clío parten en un auto muy elegante conducido por un chofer. Ambos discuten sobre su nueva vida, hasta que Clío nota algo extraño en el chofer y se da cuenta que lo llevan a otro lugar. Sin decir nada, Clío se transforma completamente en un felino, asustando a Saba, pero sabe que solo puede limitarse a observar lo que hace él. Sin decir nada Clío se abalanza contra el chofer y le desgarra el cuello, un borbotón de sangre roja baña el parabrisas y el auto sin control choca contra un muro. Apenas reacciona Saba cuando ve a Clío trepar por el techo del vehículo. Repentinamente el lugar se llena de sujetos con gabardinas que gritan:

-         Clío, entrega al muchacho...

-         De ninguna manera... –responde

No dicen nada más y comienzan a retorcerse y a emitir escalofriantes rugidos mientras se transforman en gárgolas. Clío se mueve velozmente y ataca al primero. Brinca con agilidad detrás de uno de ellos y desgarra su cuello salpicando todo de sangre. Y dando una voltereta salta al otro y le rompe el cuello. Mientras pasa eso una gárgola lo golpea con gran fuerza con un mazo y lo estrella contra un muro de tal ímpetu que una pila de tabiques cae sobre él.  Saba trata de salir del auto para auxiliarlo, pero ve asombrado como Clío se levanta entre los escombros y se sacude el polvo diciendo:

-         Esta era mi mejor ropa... verdaderamente me están haciendo enojar.

En ese momento es cuando Saba observa que la cola de Clío comienza a bifurcarse. Las gárgolas bufan y retan a Clío para enfrentarse con ellas. Pero Clío no hace nada más que observarlos y esperar el ataque. Las gárgolas comienzan a cerrar un círculo alrededor de él y otras alrededor de Saba. Saba comienza a alterarse y de un brinco espectacular Clío llega al auto, desgarra el techo y jala a Saba hacia él. Saba respira agitado, pero Clío trata de tranquilizarlo:

-         Tranquilo o perderás el control... – voltea hacia las gárgolas y les dice - ¡No me convienen esta clase de juegos chicos!...

No dice más, carga a Saba y de un brinco salta la barda donde se estrellaron. Es tan rápido y ágil que deja atrás a las gárgolas que los buscan furiosas. Pero Saba se siente cada vez más agitado y agresivo, Clío se detiene en una azotea y le da un golpe tan fuerte que lo deja inconsciente y continua la huida. A la mañana siguiente, Saba se despierta sin poder recordar nada y completamente aturdido, en una habitación alumbrada por el alba a través de dos grandes ventanales cuyas ligeras cortinas juegan con el aire. Se levanta pesadamente y se asoma por un balcón solo para darse cuenta que se encuentra en el ultimo piso de una gran casa situada muy cerca de la playa. Su mente se torna confundida y no tiene idea de cómo llego ahí. La voz de Clío interrumpe su pensamiento y lo hace reaccionar:

-         Vaya, pensé que nunca despertarías. – Clío esta recargado en el marco de la puerta vestido con una camisa ligera y holgada, un pantalón y con una copa de vino en la mano.

-         ¿Qué ocurrió? – dice Saba incorporándose lentamente de la cama.

-         Te desmayaste.

-         ¿Qué eran esas cosas que nos perseguían?

-         ¿Las gárgolas?, son solo bestias que merodean por ahí. Sirven a un solo amo y este no necesariamente es alguien agradable...

-         ¿Son sirvientes de Alfa?- Pregunta Saba mientras se acerca a donde esta Clío.

-         Así es. Veras, cuando es de día las gárgolas son tan solo criaturas de piedra, pero al llegar la noche cobran vida y se convierten en feroces guerreros.  No son malos, pero son fieles hasta la muerte a su amo.

-         ¿Tuviste en tu poder tales criaturas?

-         Sí. Cuando era un mortal era hijo del noble de la región. El castillo estaba adornado con estas criaturas, pero fue solo hasta que me transforme que pude invocar su poder. Con el tiempo tuve que irme del lugar y ahora es propiedad de Alfa.

-         Vaya. Es increíble. ¿Qué sabes de Alfa?, ¿cuál era tu relación con él?

-         Conozco perfectamente a Alfa. Él y yo teníamos una relación muy cercana.

-         ¿Eran amantes?

Clío hace un mutis de molestia, no contesta y solo se concentra en el paisaje que se observa en la ventana. Saba insiste en saber cual era su relación con Alfa:

-         ¿Aún lo amas?, ¿es por eso que no lo enfrentas?

-         Mira niño, si no tienes idea de lo que dices mejor guarda silencio – decía Clío sin prestarle la menor atención.

-         Necesito saberlo...

Clío voltea ver a Saba, el viento juega con su roja cabellera y el sol le da un brillo semejante al fuego, sus ojos verdes parecen esmeraldas... sin embargo su piel se nota pálida y cerosa. Suspira y voltea a ver de nuevo el paisaje. Su mirada se concentra en un par de niños jugando en la arena y le dice a Saba:

-         Mira a esos dos niños. Alfa y yo siempre jugábamos cerca del mar, nos encantaba escondernos entre las rocas y lazarnos arena. A veces nos quedábamos hasta el anochecer viendo las estrellas. En ocasiones capturábamos luciérnagas para mamá – suspira y en sus ojos se refleja una gran nostalgia -  El padre de Alfa había sido un soldado que murió en combate. Mi padre era dueño de una propiedad muy grande y conoció a nuestra madre cuando Alfa era un bebé. Él nunca mostró diferencias entre Alfa y yo. Pero nuestra abuela paterna solía hacer hincapié en que Alfa era hijo de un plebeyo y yo era un noble. Desafortunadamente nuestros padres murieron en un viaje en barco. Cuando nuestra abuela nos adopto convirtió la vida de Alfa en un infierno. Aun así, en nuestra adolescencia, convencí a nuestra abuela de mandarnos a un internado lejos de ella. Éramos muy unidos... hasta que un día,  por intrigas de mi abuela intentaron matarlo y él desapareció.

-         No puedo creer que ustedes dos sean hermanos.

-         No me importa lo que Alfa haya hecho. Es mi hermano y nunca haré nada en su contra y él lo sabe.

-         ¿Entonces por que estoy contigo?

-         Es una deuda que tengo con Tasuke. Le prometí que solo te ayudaría a aprender a controlarte y a dominar tu poder. Lo que hagas o no, es tu problema. – mira a Saba con cierto desprecio – aunque tengo entendido que tratan de utilizar lo que hubo entre ustedes para matarlo.

-         ¿Qué quieres decir?

-         ¿Tú lo amas?

-         No lo sé. – dice Saba ruborizado y mirando hacia el paisaje.

-         Un día Alfa decidió adquirir un poder que lo haría inmortal, pero los guardianes del lugar no se lo permitirían tan fácilmente, así que utilizo su encanto para enamorar a una de ellos y convencerla de darle ese poder. Cuando Alfa se transformo, dejo de ser la persona que yo conocía. Sedujo a cuanto joven encontró y lo convirtió en un lobo de su manada. Es muy probable que contigo haya pensado lo mismo... eras su favorito, ¿no?.

Saba se consterno al escuchar eso. ¿Su favorito?, ¿qué quería decir eso?.

-         ¿Qué quieres decir con que yo era su favorito?, ¿él te dijo algo?

-         Alfa y yo rara vez nos comunicamos. Pero es obvio que eras el favorito, ya que te llevaba a todas partes y te presentaba con gente importante.

-         Pero... eso no quiere decir que me amaba, ¿verdad?

-         Desgraciadamente eso no te lo puedo afirmar. Cuando uno se transforma pierde la capacidad de amar.

Saba mira el rostro de Clío. Su cabello negro brilla y se ondula como olas de mar. Sus ojos azules se perdían en el paisaje mientras sus labios apenas rozaban la copa y el vino. Una idea asalto su mente, por primera vez contemplaba con inquietud la delicada curva de su rostro que bajaba por el cuello, hasta mostrar parte de la piel de uno de sus hombros que se asomaba en la holgada camisa. Sentía un terrible deseo de besarlo, hasta que la mirada de Clío se poso en sus ojos y de forma cortante le dijo:

-         Ni lo pienses. A mi no me gustan los varones.

Sonrió y camino hacia la puerta, pero Saba se abalanzo sobre él sujetándolo firmemente por la cintura y con respiración agitada le dijo al oído:

-         ¿Cómo sabes que no te gustan si no me has probado?

-         Suéltame.

-         No. Me gustas. – decía Saba aferrándose con más fuerza a su cintura, pegando provocativamente su cadera a la suya.

Clío sonríe y le da el último trago a su copa. Toma la mano de Saba y en un rápido movimiento lo lleva contra la pared y le susurra:

-         ¿Qué edad tienes?

-         Veintidós... me estas lastimando.

-         Yo tengo más de 200 años. Créeme, he probado de todo y te aseguro que no me gustan los varones.

-         ¿Por qué? – pregunta insistentemente Saba.

-         Mmm... quizás la respuesta más acertada es por que esa es mi naturaleza.

Suelta a Saba y sale de la habitación. Saba lleno de frustración golpea la puerta y se pone a llorar. No comprende por que trato de seducir a Clío si apenas lo conoce.

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