Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

NUEVO TRABAJO por SkDany

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Ha pasado tiempo... Bueno, según yo ;-; Pues tuve algunos inconvenientes para actualizar D': Pero ¡Por fin! lo hice...

Aquí, nuevo capítulo, y con un poco más de intensidad.(?) 7u7 Espero que lo disfruten ;u; Cada vez se hace menos sencillo el crear un capítulo. ;-; 

Gracias por esperar y seguir la historia.~ Espero sea de su agrado.~

8:00 a.m.… Una hora más tarde de lo que había acordado despertarse para iniciar el día ¡Que desastre para el azabache! Se caracterizaba por crearse un cronograma y así tener todo en orden, pero ahora tenía que modificar todo de nuevo.

Organizó su cama, habitación, y buscó unas prendas  para cambiarse. Se dirigió al baño, tomó una ducha de por lo menos 5 minutos, se vistió y terminó de asear y ya con ello estaba listo. Ahora… A buscar el origen de sus problemas.

Se dirigió a la sala, en dónde se suponía había dejado al castaño, pero lo primero qu e vio, fue un montón de libros alrededor del sillón y sobre él, un chico, dormido, con un libro en la cara. – Enserio ¿Cómo es que éste chico puede dormir tanto?… Hey, Onodera, despierta, es tarde. – Evitando pisar alguno de los libros, se abrió paso por en medio de ellos, acercándose a Ritsu. Sin más le quitó el libro de la cara, mientras que continuaba llamándole para que se despertara, pero sus esfuerzos habían sido inútiles. Posiblemente tendría que zarandearlo de nuevo, pero después de ese golpe que le había dado, ya empezaba a dudarlo. Qué problemático. ¿Qué debía hacer ahora?

Ah, de qué estaba hablando, ya no pasaría por segunda vez, así que ya estaba preparado para defenderse. Por segunda vez, lo tomó de los hombros y empezó a moverlo en repetidas ocasiones, siendo el resultado de éste, positivo. – ¿Hasta cuándo planeas seguir durmiendo? Date prisa y levántate, tenemos muchas cosas que hacer. – Comentó, alejándose un poco de él, esperando a que se levantara.

Se tomó su tiempo para despertar, pero finalmente lo hizo. Bueno, no era como si tuviera otra opción, sin embargo no estaba en sus cinco sentidos, estaba adormilado, así que dudaba sobre qué acción siguiente debía hacer. Con la poca motivación que tenía, se dispuso a ponerse de pie, para ir al baño… Ese era el plan, pero ahora seguía siendo más torpe que antes, y sin mirar en donde pisaba, terminó tropezando, agarrándose de donde pudiera para no caer, pero fue inútil, lo que incluyó llevarse a Takano por delante.

– ¡Agh! ¡¿Por qué demonios eres tan torpe?! – Le gritó el azabache, pero ahora su torpeza era lo de menos. Ese chico era una tentación… por accidente. Ahora le tenía sobre él, apenas vestido con un suéter, que su talla era un poco más grande, las mangas lograban cubrir parte de sus manos, y de paso le quedaba holgado, mientras que ese maldito pantalón no hacía bien su trabajo, y dejaba al descubierto las piernas de ese niño, se veían tan suaves que provocaban marcarlas de todas las formas posibles… Si, su paciencia ya estaba llegando a su límite.

– Escucha… No sé qué rayos es lo que intentas hacer, pero ahora mismo estás agotando con todo el autocontrol que me queda. – Ritsu no parecía entender a qué era lo que se estaba refiriendo, en sí, no parecía prestarle atención a muchas cosas. ¿En verdad estaba jugando a ser un chico inocente?… Bueno, un pequeño test no estaría mal, pero no debía hacerlo… Quizás sólo hacerle llorar un poco para que lo entendiera, no sería mala idea.

Tuvo que acomodarse mejor, sentándose sin dejar que Ritsu se moviera de dónde estaba y con su mano derecha, tomó el rostro del ojiverde, sujetándolo por el mentón. – Si estás tratando de seducirme para tenerme de tu lado… Necesitarás hacer algo mejor que esto. – Sonrió de lado, pues parecía que si estaba funcionando, ese castaño ya estaba empezando a sentir la vergüenza y con ello empezar a resistirse. No, no, no… Aún era muy pronto. Con su mano izquierda, sujetó al chico de la cintura, atrayéndolo un poco más hacia su cuerpo. Ahh, su cuerpo era sin duda una total tentación; cintura delgada, pero caderas un poco anchas… ¿Cómo se sentiría su piel…? Con la duda no se quedaría. Siendo un total descarado, empezó a meter su mano bajo aquel suéter negro y ante ese primer contacto sintió una ligera corriente eléctrica recorrer su cuerpo; esa textura era tan suave, que era casi como tocar seda, además de que desprendía un calor tan agradable y ahora aunque quisiera, no podía dejar de mover su mano, quería sentir más. De arriba abajo, siguiendo esa delicada línea de su cintura, para después pasar a su espalda, haciendo que ese suéter se deslizara más hacia arriba… Qué sensación más placentera… Sin embargo… – Vamos, ¿qué no era esto lo que querías? No deberías estar temblando. – Le susurró justo sobre la oreja, haciendo estremecer al menor. Ya lo tenía entre sus brazos y ahora, la maldad en el azabache, estaba empezando a superarlo… Y lo disfrutaba demasiado.

¿Pero cómo fue que eso terminó de esta manera? Si antes Ritsu no estaba despierto, ahora si lo estaba… Qué pésima broma. No recordaba cuando alguien le había tocado de esa forma tan obscena. Pero de alguna manera se estaba sintiendo extraño; los latidos de su corazón se estaban acelerando demasiado, su cuerpo se estremecía ante cada roce, cada desliz de aquella mano, que casi provocaba que sus sentidos se activaran al 100%. No importaba por dónde pasara, dejaba esa sensación de calor, similar al fuego, y ahora le sumaba que le susurrara en su oído, ese tono vibrante y casi ronco logró hacer que su rostro se encendiera. Esto era malo, tenía que hacer algo… ¡Lo que sea! Sus manos se aferraron sobre esa fina camisa negra, que desprendía un aroma que confundía más sus sentidos, y se dispuso a mirar esos ojos color avellana.– Por favor… Déjame ir… Ngh… No más… – Qué patético debió haberse visto eso ¿Onodera Ritsu suplicando? Eso no se veía todos los días… Y mucho menos si sentía cómo sus ojos querían desbordar algunas lágrimas…

Demonios, ése castaño era quizás diabólico. Tenía intenciones de liberarlo… pero si no hubiera hecho tal expresión: Esas mejillas casi rojas debido a la vergüenza, ojos cristalizados y una innegable súplica, mientras que casi se volvía adicto a esa sensual piel. Su cordura… estaba llegando a su límite, y después de eso, algo en Takano se encendió. Quería atarlo, quería ver siempre esa expresión, hacerle llorar, someterlo, corromperlo… Tantas cosas pasaron por su mente en ese instante, que no pudo controlar su más grande impulso… – Tu…. De verdad no sabes lo que ocasionas… Asume la responsabilidad ahora. – Sentenció el azabache, colocando su mano izquierda, justo detrás de la cabeza del castaño atrayéndolo hacía él, y en cuestión de segundos, y sin importarle nada,  sus labios hicieron contacto, siento éste un beso demandante y un tanto agresivo. Ahh por fin pudo probar de esa boca. Cómo era de esperarse, sus labios también eran suaves y su cavidad era jodidamente caliente y adictiva… así que ¿Por qué cohibirse? Sin más, mordió el labio inferior del avergonzado castaño, para hacer que abriera un poco más su boca, y sin más su lengua entró en aquella húmeda y cálida cavidad; succionaba y recorría hasta dónde más podía, acortando cada vez más el tiempo de oxígeno que aún les quedaba. Ahh, pero qué momento más excitante, y aún más, cuando Ritsu, inútilmente se resistía, pero en su subconsciente parecía no odiarlo,… Eso era lo que le agradaba más. Pudo haber llegado más lejos, si tan sólo el sonido de su teléfono no hubiera dañado el ambiente. Y por más que quisiera ignorarlo… Era imposible ¡Joder! Quería matar al que le estuviera llamando, pero quizás le hizo un favor. Rompió el beso, dejando apenas un hilo de saliva conectando sus bocas. Qué lindo era, y aún más, con ese rostro tan rojo, sus labios húmedos y cómo si su mirada estuviera totalmente desconectada del mundo. – Espero que hayas aprendido la lección. Ahora fuera de mi vista, ve y prepárate para salir. – Murmuró por última vez, soltando una pequeña risita que si bien era maliciosa, no dejaba de ser de burla hacia Ritsu. No dijo nada más, tan sólo quitó a Ritsu de encima suyo, para ponerse de pie, sacar el teléfono del bolsillo derecho de su pantalón y contestar a su llamada.

Mientras tanto, un confundido y avergonzado Ritsu, había seguido su consejo sin refutar nada. De hecho estaba atontado… No era ningún amateur, no había sido su primer beso ni nada, ni siquiera que fuera hombre era lo que le preocupaba. Era el simple hecho de que no le disgustó y lo peor de todo había hecho que su cuerpo se calentara en tan sólo esos minutos. ¡No recordaba cuándo había sido la última vez que le había pasado algo así! Pero qué dolor de cabeza. Enserio, a qué estaba jugando Takano… Tenía que olvidar ese sentimiento ahora, cómo fuera ya qué tenía que reunir valentía para verle por lo  menos a la cara. El sólo pensarlo, sentía su rostro calentarse. – Agua fría… Definitivamente necesito agua fría. –Y no exactamente para beber. Se despojó de sus ropas tan rápido cómo pudo y se metió a la ducha, para abrir la llave únicamente al agua fría… Demonios, quiso gritar, pero lo evitó, sólo cerró sus ojos con fuerza y mordió su labio inferior. Tenía que soportarlo, por lo menos hasta cuando su cuerpo se adaptara a la temperatura, cosa que no tardó demasiado, y con eso había olvidado en un breve periodo de tiempo la vergüenza que había pasado.

Después de los últimos acontecimientos, pasó poco más de 30 minutos, tiempo suficiente para que Ritsu se preparara antes de salir. Con algo de suerte, Takano había encontrado algo de ropa para el castaño, una sudadera negra con una capucha, una camiseta blanca, y un pantalón azul. Sería algo temporal así que estaría bien. Tenía que arreglárselas, ya que necesitaba tiempo para que los padres de Ritsu ayudaran a conseguirle un departamento y por lo menos dejar todas sus pertenencias allí, y se suponía que debía ser esa misma mañana, cuando le entregarían las llaves al azabache, para que el mismo fuera a revisar el lugar y darle el visto bueno. Era tonto, pero tenía que asegurarse que fuera adecuado para Ritsu, y que éste no fuera un riesgo para la sociedad… Además que aún así tendría que mantenerlo vigilado.

La llamada que había recibido antes Takano, había sido de su superior, aquél con complejo de amargado… El mismísimo Yokozawa. Había pedido que se reuniera justo frente a la librería Marimo, en dónde se encontraría con un contacto, que le entregaría las llaves y la dirección del próximo departamento de Ritsu.

Ambos salieron del apartamento, y por lo menos, hasta cuando salieron del edificio, todo había sido un incómodo silencio. Ritsu ni siquiera era capaz de por lo menos mirar a Takano a la cara. En ocasiones podía ser alguien realmente estresante, y eso que apenas llevaban poco tiempo conviviendo.

Ésta vez, Takano había decidido no usar su auto, no les tomaba más de 10 minutos en llegar, además el clima estaba perfecto para caminar: un ambiente fresco, con una suave brisa además de que el cielo estaba parcialmente nublado; no podía ser mejor. En verdad detestaba salir cuando el sol era demasiado intenso. Se volvía sofocante y le provocaba un terrible dolor de cabeza.

El azabache había tomado la delantera de su camino, sin embargo Ritsu le seguía a una distancia moderada. ¿Podría ser más idiota? No había sido algo para dejar traumatizado. Actuaba igual que un virgen… Aunque no le constaba si lo era o no. En todo caso, no iría a discutir por eso.

Cómo era de esperarse, por dónde Takano pasara, dejaba a más de una chica con el corazón flechado. Y no era para menos; a pesar de su horrible carácter, su apariencia era igual a la de un modelo. Su forma de vestir, informal, pero sin perder ese toque de elegancia: una camiseta gris oscuro con cuello “v”, sobre ésta una chaqueta color negra, y un pantalón del mismo color. Cualquiera le confundiría con un Yakuza, pero eso era ya lo de menos, era lo suficientemente atractivo cómo para preguntar a qué se dedicaba.

Sin poder esquivar las miradas e las demás personas, lograron llegar al punto acordado. – Escucha bien, quédate aquí. No tardaré. – Habló al castaño, que aún estaba a por lo menos tres pasos de distancia del otro y sabía que era algo que le molestaba, pero no le importó en lo absoluto. En fin, hizo lo que se le ordenó, y esperó justo bajo uno de los árboles que habían allí. Aún no estaba seguro de si el sol le afectaría, así que era mejor prevenir. Pasaron por lo menos 5 minutos y aún se preguntaba a dónde había ido, o por lo menos cuánto tiempo tendría que esperar ahí parado. Eso ya era algo que estaba empezando a enojar a Ritsu, de verdad que odiaba esperar y lo que menos quería era que alguien le viera en esas “fachas” ya sería más humillante para él…

– ¿Eh?… ¿Ritsu-San?... ¿Eres tú? – Que pronunciaran su nombre fue la peor sensación que pudo haber sentido nunca… y lo peor era que había reconocido esa voz de inmediato. Sólo pudo girarse y encontrar un rostro tan familiar, que provocaba golpearlo; Justo frente a él, estaba un chico con complejo de príncipe azul que desbordaba un aura totalmente rosa y al mismo tiempo enceguecedora…Aquél chico que había robado su corazón, pero que también se lo destrozo… Ese chico, su ex pareja… – Y-Yukina Kou… – Murmuró, tratando de sonreír por lo menos un poco, pero que no parecía para nada algo normal. La sonrisa más forzada que había hecho nunca. Sólo medio levantó un poco su mano derecha, para ondearla un poco, en señal de saludo, pero antes de que pudiera  reaccionar a algo, prácticamente ese chico se le había lanzado a abrazarle, algo que sorprendió bastante al castaño.

–  Hace mucho tiempo que no te veía, escuché que te habías accidentado… Intenté visitarte al hospital pero fue imposible el ingreso. ¿Cómo te sientes? ¿Por cuánto tiempo estuviste internado? Nadie supo algo sobre ti. – Era un show interesante y sobre todo, porque ese príncipe, parecía más una madre preocupada por su hijo que antes se había perdido. Hasta juraría que casi lloraba, después de todo le estaba tomando de los hombros y le agitaba cómo marioneta, exigiéndole una explicación, mientras que le examinaba de arriba abajo. – Tu cabello, está un poco largo, y también algo pálido… ¿Y esas ropas? No creí que te gustara tanto ese color. – Oh mierda, seguía siendo igual de intenso y sofocante, pero había un pequeño tono de enojo en sus palabras después de preguntar por su vestimenta… Casi como si estuviera ¿celoso? Tenía que estar jugando si era así. Definitivamente el castaño nunca le perdonaría por lo que le había hecho, sin embargo, preocuparse por eso ahora era lo de menos… Quien le preocupaba que los viera juntos, era aquél azabache, que parecía como si se lo hubiera tragado la tierra.

– E-escucha… Yukina, es en verdad una larga historia... y no es algo que se pueda decir aquí. Es decir, estamos en medio del andén y es algo incómodo de hecho… Y ahora espero a alguien, así que… – Esperaba poder convencerlo para que se retirara y siguiera con su camino, ya que los dos estaban atrayendo mucho la mirada de los transeúntes.

– Oh, claro, es en verdad incómodo esto… Emm, bueno la verdad me gustaría que pudiéramos hablar en algún momento, sabes, hace mucho tiempo que no te veía, y después de que me enteré sobre el accidente, me preocupé demasiado. Sé que estás ocupado ahora y eso, pero ¿qué hay si nos reunimos? Me gustaría invitarte a comer algo, para celebrar que ya estás libre. – Sugirió aquél chico, que en sus ojos estaba la evidencia de lo esperanzado que se sentía. Sin embargo, los dos no estaban sincronizados con sus pensamientos.

– En verdad aprecio la oferta, y sería algo genial, pero es que… Ya tengo planes. – Tuvo que rechazarlo, y no era por ser una mala persona, sino porque en el fondo recordaba vívidamente ese momento trágico, en que su corazón se quebró, pero aun así, a pesar de todo no sentía odio por Yukina. No se sentía cómodo al respecto, le daba nostalgia y quería evitarlo.

– ¿Estás saliendo con alguien más?…  Si es así, dímelo y no preguntaré algo al respecto. – Esa pregunta atravesó todos los muros que habían en la mente del castaño. Pero qué directo era. Fue demasiado, tanto que no encontraba respuesta para ello. Si decía que no, probablemente Yukina seguiría siendo persistente, pero si era lo contario, tendría que demostrarlo… ¿Cómo carajos iba a hacer eso? Se había prometido no salir con nadie antes de su ‘accidente’ así que había mantenido su actividad social al mínimo… ¡No tenía a nadie que se prestara para sacarle de ese problema! En su interior gritaba ayuda, y por el momento, apenas podía tartamudear algunas palabras… No era capaz de mirar a Yukina a los ojos, siempre desviaba su mirada porque creía que podía ver a través de él. Un milagro era lo que necesitaba ¡Un milagro!

–  Onodera, tiempo de irse. – Ah, esa voz. Totalmente imposible de no reconocer, y que le helaba la sangre ante una situación tan difícil como esa. Ahora sí, ya valía nada.

– Emm perdone, pero por el momento estamos teniendo una charla… Disculpe ¿Quién es usted? – Yukina sin duda estaba bastante curioso por la persona que ahora estaba junto a un paralizado Ritsu. Ese azabache le podía generar cualquier sensación, menos una de confianza y eso estaba empezando a molestarle. Lo hizo aún más cuando no recibió respuesta por su parte, tan sólo una fría mirada y con ello era como si le dijera ‘No es de tu incumbencia’

Maldito fuera el momento en el que Yukina abrió la boca para preguntar eso, por Dios si supiera todo, sería similar al hecho de que no valorara su vida. – “En qué lío estoy metido. ¿¡Qué se supone que deba hacer ahora?!” – Se preguntaba una y mil veces el por qué era un ser tan desafortunado. El ambiente se estaba volviendo realmente pesado, e incómodo y ni Yukina, ni Takano tenían la paciencia necesaria para esto.

– Disculpa, creo que te he hecho una pregunta. Deberías ser más educado y responder. Estoy seguro que no tienes ninguna discapacidad para hablar. – Oh mierda, ya había sido suficiente con la primera pregunta, no tenía que seguir con ello. Ésta vez, Takano dirigió una mirada un tanto más amenazante a Yukina y demonios, parecía que quisiera golpearlo. Pero aun así, hubo algo que cortó por completo ese ambiente, una acción repentina, y que atrajo la mirada de muchos, tan sólo un acto de impulsividad: Ritsu se había abrazado con fuerza, hacia el brazo derecho de Takano, todo para impedir que hiciera algo estúpido, pero ahora tendría que justificar sus acciones.

– ¡E-Es mi pareja! Estamos saliendo… Preguntaste quién era ¿No? – Si, todo el mundo quedó congelado por tal confesión, y ahora Ritsu sólo quería encontrar un agujero en dónde esconderse, para no salir jamás. No tenía planeado aquello, sin embargo, parecía ser que con ello, la agresividad por parte de ellos se había reducido… Y Takano no dejaba de mirar con sorpresa a Ritsu, ni siquiera sabía si pelearle o algo. – Si nos disculpas, tenemos algunas cosas que hacer, así que nos retiraremos. ¿Verdad, cariño?~ – Se retractaba de cada palabra que decía, cada gesto, acto… Todo. Pero si era lo suficiente para ser ‘libre’ entonces estaba… ¿bien? Además necesitaba ayuda, y cobrarle a Takano lo que le había hecho antes, que mejor que un momento de humillación pública. Sin más palabras, y creyendo que había convencido a Yukina con tal show, jaló a Takano de su brazo, por lo menos hasta un punto en dónde estuvieran fuera de la vista de Yukina, y cuando ya se sintió tranquilo, lo liberó, sin dejar de caminar… No mencionaría ni una palabra al respecto, ni una mirada, nada… Quería dejar las cosas de ese tamaño. Siguieron caminando, hasta encontrar el departamento de Ritsu. Un pequeño conjunto de departamentos, estando situados éstos en tres torres diferentes de por lo menos cinco pisos cada uno, zona verde y seguridad privada. Perfecto para una persona soltera.

Según los datos que le habían entregado a Takano, el piso al que debían estar era el tercero, sobre la torre dos. Sin más se dirigieron a la zona acordada y el silencio en el transcurso del camino fue realmente molesto e incómodo. No se sabía si era peor que le preguntara, o ese silencio que los dominaba. Pero a pesar de que los segundos parecían eternos, consiguieron llegar al nuevo departamento en el que se quedaría Ritsu a partir de ahora.

Takano se encargó de abrir la puerta, dándole paso a Ritsu, y luego él. Era un lugar acogedor, una linda sala, tres habitaciones: en una la habitación principal, seguido de la cocina y más allá, se encontraba la habitación de lavandería. Totalmente apropiado para una persona, quizás dos. Mientras que Ritsu exploraba el lugar, Takano se había encargado de cerrar la puerta y revisar el sector, mientras que buscaba algunos puntos en dónde posiblemente necesitaría cámaras de vigilancia. 10 minutos tomó eso, y cuando ya tuvo por finalizado su ‘trabajo’… Se fue a por algunas respuestas.

– Entonces… “cariño~”. Tienes 30 segundos para explicarme aquella mierda que pasó frente a la librería y en el cual me obligaste a formar parte. O si no, te sacaré la información de una forma que no te gustará y muy probablemente terminarías suplicando por piedad. –  Había aprovechado la distracción de Ritsu, y cuando menos lo pensó el castaño, ya le tenían acorralado contra una pared, recibiendo una mirada totalmente amenazante por parte del azabache, quién no dejaba de apuntarle con su arma en el lado izquierdo de su cabeza. Si quería respuestas, no se iría a poner con juegos… Si algo le caracterizaba al azabache, era eso, su excelente capacidad de obtener lo que quería, y cuando se lo proponía, podía ser alguien bastante peligroso.

–  ¿Y bien? ¿Qué decidiste? Te sugiero que hagas esto por las buenas… Habla ahora… 

Notas finales:

Y aquí de nuevo. 7u7 

Se preguntarán el por qué YukiRitsu... Emmm... Siempre los he shippeado y pues fue algo personal, larga historia :'v - huye gaymente -

Bueno, aquí, a partir de ésto, es cuando Takano dejará de ser comprensivo~ y hará algunas cositas malas. Después de todo, de alguna forma tendrá que cobrar(?)

Espero que les haya gustado y perdón si en la parte hot(?) no fue tan descriptiva, aún sigo trabajando en ello y como hacerlo más específico.

Nos vemos en el próximo capítulo.~

Gracias por leer hasta el final.~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).