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NUEVO TRABAJO por SkDany

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Notas del capitulo:

¡Saludos, mis queridos lectores!

Hoy les he traído un capítulo nuevo, y esta vez todo gira en torno a Takano Masamune, y el proceso que hizo durante la amarga experiencia de Ritsu. 

Espero que lo disfruten.~ 

Las horas más largas que había tenido Takano Masamune. Nada iba bien con su trabajo, estaban en la última etapa del ciclo de edición, la imprenta los acosaba como de costumbre, y para variar, su jefe mayor Isaka, le había enviado a un niño para que empezara a trabajar. Eso sí que había sido un dolor de cabeza, ya tenía suficiente con sus problemas matutinos como para preocuparse por un novato sin experiencia alguna; eso no le ayudaba mucho. – “¿En qué diablos estaba pensado ese idiota de Isaka? … Ah, ya sé. Si será idiota. – Al detallarse más al castaño que tenía parado junto a él, se pudo dar de cuenta que el mocoso no estaba tan mal. Tenía una buena figura, cabello lacio y se veía suave al tacto, su rostro estaba bien formado, casi redondo y de piel blanca, además de que poseía unos ojos verdes que parecían un par de esmeraldas. Un buen partido. Aunque tenía las facciones de una chica. – “Sin duda otro niño mimado, hijo de papi y mami. Como me molestan ese tipo de personas.” – En sí, Takano odiaba a las personas que conseguían las cosas fáciles. El apellido “Onodera” no era un secreto de estado. Una de las empresas editoriales más grandes de Japón y que le hacía una gran competencia a Marukawa. Rivales de negocios.

Tenía que deshacerse del chico por lo menos por unas horas, y de paso demostrarle que ese trabajo no es tan fácil como creía. – Encárgate de organizar este lugar, es todo un basurero. – ¡Bingo! Una buena idea después de todo, y era obvio que al castaño no le había gustado la idea en lo absoluto, ese puchero de disgusto fue fácilmente visible. No le replicó, y tan sólo le vigiló en los pocos lapsos de tiempo que podía. Hasta llegaba a burlarse de lo torpe que era, sobre todo cuando una avalancha de documentos se le venía encima, y maldecía por ello.

Las horas pasaron y el azabache tenía que salir a encargarse de la edición de algunas hojas en la casa de una problemática mangaka. Sin esperar que se tomarían tanto tiempo, consiguió terminar todo a tiempo, y entregar el manuscrito. Misión cumplida, ahora a regresar a la oficina por sus cosas y de paso mirar cómo le estaba yendo al novato.

No le tomó demasiado llegar a Marukawa, y al entrar a Emerald, descubrió que todo estaba perfectamente en orden. – Nada mal. Parece que no es tan inepto como lo aparenta. – Buscó en varias direcciones, esperando encontrarle, pero no había ni rastro de él. Ya se había marchado a casa. No era de sorprender, ya estaba siendo tarde.

Tuvo tiempo de recoger y organizar sus cosas y su escritorio, hasta que recibió una llamada. Al ver su celular, era un número desconocido; eso nunca eran buenas noticias. – Takano al habla, ¿Qué sucede? – Sin miedo y con la frialdad que le caracterizaban demostró total control, aun cuando desconocía la situación a la que se enfrentaría. – ¡Ta-Ka-no – Chaan ~! ¿Dónde te habías metido? Tenemos un problema. Ven al centro de inmediato. – Esa voz de hecho casi le deja sordo, pero tenía que mantener la compostura. – Demonios, Chiaki. Te golpearé cuando te vea. Voy para allá. – Finalizada la conversación, cortó la llamada y salió de inmediato.

Tuvo que caminar un par de calles hacia el sur, hasta llegar a un callejón  desolado y sin salida. Al final de éste, una puerta que a simple vista lucía abandonada. Se acercó a ella, y colocando la palma de su mano derecha sobre una lámina metálica, espero un par de segundos. Las apariencias engañaban, y aquel trozo de metal era tan sólo un lector de huellas digitales, que le identificó enseguida dándole luz verde para ingresar.

Avanzó por un extenso pasillo, hasta llegar a un elevador, que le llevaría a los pisos inferiores. Una vez en el último nivel, las puertas se abrieron, y lo primero que vio, fue a un pequeño castaño de ojos azules lanzarse hacia él para abrazarle con fuerza. – ¡¡Takano – Chaaan!! ¡Bienvenido! –  Ese abrazo casi hace caer a ambos, y sin duda le sorprendió. Se trataba de Yoshino Chiaki; un pequeño integrante con la actitud de un niño de diez años, pero que escondía una personalidad un poco más sombría. Era el experto en tecnología y armas, y estaba a cargo de la actividad hostil que ocurriera en el sector. Pero no cualquiera, una en particular y eran ataques sobrenaturales o de vampiros.

– Demonios, no sé cuántas veces tengo que decirte que no me llames así, Chiaki. – Por fin podía desquitarse, y con los nudillos empezó a presionar la cabeza del menor con algo de fuerza, suficiente como para hacerle llorar. – ¡Waaah! ¡Lo sientooo! ¡Duele! ¡Dueeele! – Algo que no era tan difícil de lograr. – Bien, para qué me llamaste aquí. ¿Qué tan grave es? –  Después de escucha su disculpa, liberó al menor. No tenía tiempo que perder, ya tenía planeado descansar esa noche, pero ahora sus planes se habían frustrado. – Cómo siempre eres tan cruel… Bien, la situación es la siguiente: Hace aproximadamente 15 minutos, las cámaras de la estación detectaron actividad hostil. Tenemos a una víctima fatal, y según pudimos captar, hay una segunda persona. Alcanzó a huir, pero ingresó al tren. – Cuando Chiaki se refería a trabajo, cambiaba totalmente, y se volvía alguien más serio. Era sorprendente ese cambio de actitud. – Que desastre. ¿Y está confirmado si los dos siguen en el tren? – Preguntó, mientras miraba la pantalla frente a él, en donde mostraba varios cuadros, equivalentes a las cámaras de seguridad, cada uno con una perspectiva diferente. – Em, eso es negativo. Mira, según las cámaras que hay en el interior del tren, tal parece que ese chico corrió y saltó de él. Estaba siendo perseguido después de todo. No tenemos imagen dentro de los túneles, así que tendrás que ir a investigar. Probablemente ya esté muerto, pero debes confirmar eso. – Comentó el ojiazul, mientras que empezaba a preparar todo para iniciar con la misión. – Muy bien, Takano, necesito que uses esto lentes de contacto, no son tan malos y los modifiqué yo mismo~. Usan una nanotecnología que permite el uso de la realidad aumentada, te permitirá identificar a tu enemigo en un radio de 100mts, y de paso nos mostrará lo que tu veas. Así será más sencillo asesorarte. – El azabache aún se asombraba de la tecnología que usaban en esa organización, aun así no le molestaba. Siguió la sugerencia del otro y procedió a ponerse los lentes de contacto. No le incomodaban, y con pequeños letreros, podía ver las especificaciones de cada objeto y persona que divisara. Una brillante idea. – ¡Perfecto! Ahora tus armas. Estarás equipado con dos, tus únicas y favoritas: La Five-Seven, calibre 5,7 mm, en una las balas son bañadas en plata obtenida de una cruz bendecida en el Vaticano. De un tamaño estable, y con un retroceso controlado para que sea más sencillo disparar. Pueden atravesar hasta un chaleco antibalas, por lo que como verás, son muy poderosas. La otra está equipada con balas que utilizan un gel paralizador. En el punto correcto, detiene la comunicación del sistema nervioso en el cuerpo de la víctima, dejándole inconsciente de inmediato. Son una joya. Ah! Por cierto, también tu intercomunicador, especial para zonas dónde la señal para cualquier dispositivo de comunicación es nula. Te servirá. –

Tenía lo necesario para ir de cacería y estaba satisfecho con ello. No era alguien que necesitara cosas extravagantes; era simple y efectivo. Se equipó con todo, y se puso en marcha, claro que no dejó de pensar en el chico que había visto en la pantalla, sin duda era él. Enserio, meterse en ese problema el primer día de trabajo. No parecía tener mucha suerte ese pobre chico.

Llegó a la entrada de la estación, y al bajar las escaleras, la primera imagen fue la del vagabundo, desangrado sobre el frío suelo, mientras que la sangre corría sobre su desnivel hasta una canal de desagüe. Se acercó al sujeto que estaba boca abajo, para darle la vuelta y descubrir cómo terminó de esa forma. En su pecho había casi un cráter,  justo dónde debería estar su corazón, y de paso tenía una mordedura fatal en el cuello. – Argh, sin duda se trata de un novato que sólo quiere llamar la atención. Chiaki, necesito que cierres las puertas de la estación… No queremos que alguien más venga y vea esto… Además de que posiblemente sería un daño colateral. – Reportó, mientras que revisaba el bolso que se encontraba justo sobre la banca. Al revisar la billetera, encontró los documentos de su respectivo dueño. Onodera Ritsu, 25 años de edad. Origen Japonés.   – Entendido~. Entrando en el sistema de seguridad de la estación… Y cerrando puertas. –  Las puertas descendieron justo al final de las escaleras y ahora si todo era enserio. Ahora estaba sólo con un psicópata y dudando si ahora tendría un sobreviviente. – Bien hecho. Voy a ingresar al túnel. – Dejó los documentos sobre la banca, y continuó su camino. La visibilidad era casi nula… si tuviera una vista normal, pero esos jodidos lentes de contacto eran perfectos. A no más de  100 mts, se podía percibir fácilmente a través de la oscuridad, la actividad de dos personas. Al parecer, uno de los dos, estaba contra la pared.

– Chiaki, estás viendo eso ¿no? Parece que ese rehén aún está con vida. Heh, no creí que ahora a los vampiros les gustara jugar con la comida. – Le parecía gracioso en cierta forma al azabache la situación. Todo por saber que se trataba de un simple aficionado, que sólo quería llamar la atención. – Recibido. Oye, tienes órdenes de salvar a esa persona y acabar con el sujeto hostil. Eres un experto, así que piensa bien en lo que vas a hacer. Eso si no quieres ganarte un problema. – Cómo siempre, ese joven al otro lado del intercomunicador sabía bien como cambiar sus emociones. No respondió, pero eso contaba cómo un ‘Entendido’.

Takano, no se tomó las molestias de ocultarse o ser discreto en lo absoluto. No era un principiante, había sido entrenado desde años anteriores por la organización, convirtiéndolo en una máquina de matar.

– Sí que eres una vergüenza para tu especie. Un tremendo escándalo ¿sólo para devorar a un simple chico? Qué patético eres. – Comentó, en un tono burlesco y confiado, para sólo ser iluminado por la linterna del vampiro, quién al conocer el rostro de su adversario, entró en un estado de pánico. Justo como si se tratara de un fantasma o algo peor; claro que no era el único quien le miraba así, el castaño hacía lo mismo, a excepción que su reacción era más por sorpresa.

Esperaba no tener que realizar un enfrentamiento extenso. Las órdenes habían sido bastante claras y alguien allí tendría que morir. Lo único que quería ahora era tener que sacar un solo cadáver de ése túnel y no dos.

El tiempo era esencial, y las vagas excusas del otro, ya se estaban convirtiendo en una molestia. Así que sin esperar más, hizo el primer movimiento, destrozando el brazo que se aferraba al aterrorizado chico. Pero ahora el azabache, no pudo prever lo que sucedería a continuación: Esperaba a que ese castaño saliera corriendo, o gritara, cualquier cosa, pero no lo hizo, estaba extrañamente calmado. Al fijarse más en la expresión de su rostro, éste se veía agitado, su respiración era irregular. Parecía como si tuviera fiebre. ¿Acaso estaba en estado de shock? Quizás, sin embargo, en tan sólo segundos supo que estaba totalmente equivocado.

No lo vio venir, en ese instante, ese que era el aterrorizado conejito, se había transformado en un salvaje y agresivo lobo, sentándose sobre su presa para iniciar con su ‘cena’.

Por primera vez, un extraño escalofrío había recorrido su cuerpo. ¿Se había asustado? Era absurdo solo pensarlo, pero ahora se encontraba a tan  sólo un par de metros de esa impactante imagen, mientras que apuntaba su arma contra el castaño.

Quería matarle enseguida, sin embargo hubo un cambio de planes. Ritsu tenía que ser trasladado con vida.

No le gustaba demasiado la idea, pero no era como si pudiera decir algo en contra. Cambió su arma, por aquella que tenía las balas paralizadoras y sólo bastó con unas cuantas palabras para obtener la atención de Ritsu. Sus ojos, ya no eran de ese verde que le caracterizaba tanto, ahora eran de con color rojo brillante, mientras que su ropa, y parte de su rostro estaban manchados del color carmesí de la sangre.

Se detonó un disparo y el silencio invadió el lugar… Onodera Ritsu se encontraba ahora inconsciente en el suelo y por el momento, sólo quedaba esperar el equipo para extraerlo.

Cinco minutos después, varias personas con trajes protectores, se encargaron de hacer la limpieza de los dos cadáveres, metiéndolos en bolsas negras y eliminando cualquier rastro de sangre que hubiera en el sector. Mientras que a Ritsu, le sacaban en camilla, directo hacia un auto que simulaba ser una ambulancia.

Pasados 15 minutos, la estación estaba en orden, limpia y los registros de las cámaras de seguridad ya habían sido eliminados.

Takano se encargó de irse en la Ambulancia, acompañando a Ritsu y asegurándose de que no despertara. Durante ese tiempo, no podía evitarlo, estuvo mirando a ese castaño todo el camino y hasta sintió lástima por él, ya que para la edad que tenía y ese aspecto tan inocente, su vida empezaría a ser un infierno en el instante en que entrara al cuartel.

Notas finales:

Bueno, para el azabache las cosas se van a complicar a  partir de ahora, y parece que está empezando a sentir algo por Ritsu. No se confundan, tampoco es un alma de hielo. Pero le tomará tiempo darse cuenta de ello.

Espero que hayan disfrutado de éste capítulo, y trataré de ser lo más cumplida al subirlos. *-* Aunque ya se me están acabando las vacaciones y tendré que retomar el trabajo... Pero todavía existe la madrugada 7u7

En el capítulo que viene ya habrá más interacción entre Ritsu y Takano, así que sean pacientes. La rikura llegará pronto.(?)


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