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20. Ricky (01) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

a leer

Ricky tomó una profunda respiración. Él no estaba seguro de lo que había acordado, pero si eso detenía la cuña entre ellos, estaba bien con eso. Su orgullo había sido muy herido cuando su pareja salió de la recámara haciendo que él sintiera como si le hubiera dado una bofetada.

 

Él se lo atribuyó a los nervios y a la discusión, claro. Conocer a alguien y empezar de nuevo lo aterrorizaba. Ayudaba cuando tienes a alguien de tu lado, pero él no conocía a nadie aquí. Ricky estaba dispuesto a intentarlo. Todo lo que pedía era que Changjo hiciera algo de esfuerzo.

 

Se estremeció cuando Changjo lo jaló a la V de sus piernas y una gran mano recorrió su columna. Su pene inmediatamente cobró vida debido a la caricia y a meses de celibato. La urgencia de subir sobre su pareja y empalarse en el pene de Changjo era abrumadora. Ricky gimió cuando el Alfa caminó con él hacia atrás y sus piernas golpearon el sofá.

 

—Voy a tomarte aquí —dijo Changjo en la más profunda y oscura voz que hizo que el frente de sus pantalones se empujara y comenzara a humedecerse.

 

—Infiernos, puedes tomarme donde sea, chico grande. —Él movió sus ojos. «¡Detén eso! Eso es lo que te puso en este lio en primer lugar,imbécil».

 

Changjo lamió sus labios y empujó su lengua pidiendo entrar. Oh Dios, ese era su primer beso. Ricky abrió avariciosamente y chupó el maravilloso apéndice, gimiendo ante el sabor.

 

Su cuello empezó a doler por tenerlo inclinado hacia atrás. Changjo debió leer sus pensamientos. Levantó a Ricky y Ricky envolvió sus piernas alrededor de la cintura.

 

«Oh, joder», sintió lo que parecía un duro misil entre las piernas de su pareja. ¿Podría manejar todo eso? Seguro como el infierno que lo iba a intentar. Ricky empujó el culo hacia abajo al tentador pene, su cuerpo rogaba porque Changjo entrara en él.

 

Ricky sintió sus caninos descender, la necesidad de ser reclamado nublaba su cerebro y la necesidad de ser jodido hacía corto circuito en lo que quedaba. —Por favor —rogó dentro de la boca de Changjo.

 

—Me hiciste esperar mucho tiempo por ti. Yo debería esperar r13;Changjo se rió.

—Entonces tendré que encargarme de mi erección solo mientras tú observas.

 

Las fosas nasales de Changjo se movían, sus ojos nublados y un bajo gruñido vibró en su pecho. «Hablando de sexy».

 

Ricky desanudó sus piernas, se deslizó por el pecho de su pareja mientras Changjo lo veía. Se quitó los zapatos, y los pantalones y los pateó lejos, jaló la camisa por sobre su cabeza. —Ven y reclámame.

 

—Ricky sonrió mientras abría más sus brazos.

 

Changjo estuvo sobre él en milisegundos, tomando a Ricky como un lobo a su presa. Ricky se movió alrededor, tratando de ajustarse al pesado cuerpo de su pareja que estaba sobre él. Amigo, era pesado como el infierno.

 

Ricky pasó sus manos sobre la cabeza de su pareja, disfrutando la sensación. Su cabeza se inclinó hacia atrás y su ingle ardía por atención y su pareja lo atendía.

 

Changjo lamió alrededor de los pezones de Ricky, chupándolos y mordiéndolos ligeramente. El ardor irradió hasta la punta de sus pies que se doblaron con la magnitud de las sensaciones que lo recorrían.

 

El corazón de Ricky comenzó a acelerarse cuando Changjo empujó dos de sus largos dedos dentro de su boca dejando que se cubrieran de saliva y entonces los llevó entre sus piernas. Él se abrió dándole espacio a su pareja para jugar.

 

—Oh mierda —Ricky gimió cuando dos dedos entraron en su apretado agujero. Él había olvidado lo bien que se sentía ser penetrado—. Más.

 

Changjo besó el pecho de Ricky en su camino hacia abajo y deslizó un tercer dedo. Él se sobresaltó, atrapado totalmente por la sorpresa. Ricky jaló las rodillas a su pecho, deleitándose con la sensación de ser jodido por los largos dedos de su pareja.

 

Ricky se agarró de la alfombra cuando Changjo se tragó su pene. Sus ojos giraron hacia atrás y su agujero se cerró alrededor de esos dedos como salchichas. —Jódeme —gimió.

 

Changjo chupó todo el eje antes de sacarlo de entre sus labios. r13;Gírate.

 

Ricky se colocó sobre sus manos y rodillas, viendo sobre su hombro cómo Changjo se desnudaba y entonces fue a su escritorio y sacó una botella de lubricante. —¿Usas mucho eso aquí?

—Nunca se sabe cuándo la urgencia te golpea.

 

Ricky dejó el tema en paz, no quería saber si su pareja lo usaba con él mismo cuando la urgencia lo golpeaba o alguien más le ayudaba. No era su asunto con quién Changjo había jodido antes de que él llegara pero sus caninos aun así hormigueaban por desgarrar la garganta del jodido

 

Su pareja resopló. —¿Celoso?— preguntó.

 

—¿Tu nariz es un detector de humor, no es así?— Ricky tenía que detener su tono irritado. No estaba siendo justo, y él lo sabía.

 

—No te preocupes, pareja. Nunca he jodido a nadie en esta casa. Este es mi santuario —dijo Changjo mientras se acomodaba detrás de Ricky. Por insignificante que fuera eso, Ricky se sintió mejor. Él no quería ser reclamado en un cuarto donde Changjo hubiera tomado a alguien más.

 

Este era su momento especial, y Ricky se iba a asegurar que siguiera de esa manera.

 

Ricky jadeó cuando Changjo entró. Santa, santa, santa, mierda, el hombre iba a partirlo a la mitad. Respiraba a pesar del dolor sabiendo que el placer vendría depués.

 

Él empujó sus músculos anales, aliviando algo de presión. Changjo lentamente empujaba su pene hasta que estuvo totalmente dentro.

 

—¿Estás bien?— le preguntó tiernamente a Ricky.

Seguro, es solo que siento que voy a desgarrarme a la mitad. r13;Sí.

 

—Ricky levantó el pulgar sobre su hombro y empezó a mecerse sobre sus manos y rodillas, para calmar el dolor tenía que moverse.

 

Oh si, él tenía razón. El dolor se transformó en placer, llevándolo a bordo.

 

Changjo deslizó su mano derecha bajo el pecho de Ricky levantándolo con un brazo, mostrando a su pareja su fuerza y Ricky estaba impresionado. Ricky jaló su brazo hacia atrás y rodeó el cuello de Changjo sosteniéndose por su vida mientras su pareja lo jodía totalmente.

 

Ricky gemía cuando ese grueso pene se apartaba y entonces se empujaba hacia adentro. Llevándolo a nuevas alturas de placer. La mano en su pecho calentaba su piel, haciendo que Ricky quisiera hundirse dentro de su pareja y nunca salir.

 

—Santa mierda, sabes cómo usar tu pene —Ricky gimió. Changjo solo gruñó y siguió empujándose a su interior. Está bien, así que él no habla sucio, eso apesta—. Joder, quita el esmalte de uñas de mis pies. —Ricky siguió determinado a que Changjo dijera algo.

 

Cuando su pareja solo deslizó su mano por el costado de Ricky y besó su cuello, Ricky sacó la artillería pesada. —Empuja ese pene tan dentro de mí que mi cabello se aplaste.

 

Changjo se detuvo. —¿Siempre eres tan ruidoso?

 

Ricky mordió su labio inferior, avergonzado por la obvia desaprobación de su pareja. Al parecer no se le iba a permitir ser quien era ni siquiera durante el sexo. Negó con la cabeza silenciando su ruidosa boca mientras Changjo se inclinaba y comenzaba a besar su columna.

 

No podía quejarse de la forma en que Changjo le hacía el amor. Solo que se sentía que algo faltaba. Ricky dejó sus depresivos pensamientos y se permitió perderse en las sensaciones del cuerpo de su pareja en el suyo.

 

Changjo movió sus brazos del pecho de Ricky hasta posicionarlos por debajo de sus brazos, luego los levantó y rodeó los hombros de Ricky, poniéndose de pie. Las manos de Ricky salieron disparadas detrás de él, preguntándose qué infiernos Changjo estaba haciendo.

 

Su pareja estiró el brazo, tumbando todo lo que había encima del escritorio, entonces colocó a Ricky sobre sus manos y rodillas sosteniéndolo de las caderas y empujándose más duro, tuvo que morder el interior de su boca para mantener sus felices cumplidos para sí mismo.

 

Cuando Changjo tomó el pene de Ricky, él supo que su pareja estaba cerca. La acción fue la única señal que recibió. Ninguna comunicación verbal llegó.

 

Ricky se tensó, sintiendo la explosión recorrerlo cuando se corrió. Él se iba malditamente a arrancar el labio inferior de mordérselo si seguía callado mientras se corría. Saboreó el sabor a cobre de la herida que sus caninos habían hecho al romper la piel del labio.

 

Changjo rugía detrás de él, empujándose a la velocidad de la luz. Ricky estaba siendo lentamente empujado hasta el borde del escritorio mientras el enorme cuerpo de Changjo golpeaba dentro de él.

 

Su pareja jadeaba detrás de él, su sudor caía en la espalda de Ricky. Apoyó su mejilla en el escritorio preguntándose si la persona que él era lentamente sería extinguida.

 

Cuando Changjo comenzó a retirarse, Ricky estaba confundido. r13;¿Eso es todo? ¿No hay palabras rituales para unirnos?— Ricky se sintió engañado. Había oído durante toda la vida de cómo los lobos Timber reclamaban a sus parejas, era muy espiritual, pero nada de eso ocurrió ahora. ¿Quizás ellos no eran pareja? No, él sentía la atracción hacia Changjo. Entonces, «¿qué sucedía?»

 

—Es diferente entre razas. Nosotros los lobos grises solo necesitamos consumar el lazo con sexo.

 

¿Por qué eso se oía tan clínico? Todo lo que repentinamente quería Ricky era alejarse, necesitaba tiempo para pensar. Se levantó del escritorio, quitó un clip de su mejilla lanzándolo a un lado, mientras se movía alrededor, diciéndole a su pareja con ello que se fuera al infierno, pero de una manera educada.

 

—¿Sucede algo malo?— Changjo alzó a Ricky con preocupación en su expresión.

 

Ricky no podía hacer esto, de cualquier manera no ahora. r13;Tengo que ir a orinar —dijo la primera excusa que se le ocurrió y salió de los brazos de Changjo.

 

Se inclinó para tomar su ropa y rápidamente se vistió. —Ahora regreso. —Se dirigió hacia la puerta sintiendo la necesidad de llorar la cual aumentaba rápidamente. Tan pronto como salió de la oficina, Ricky corrió a llorar a su recámara.

 

Esto no podía estar sucediéndole. Él era extrovertido, parlanchín, amaba divertirse y bromear. Él se iba a convertir en una cripta como el primer pensamiento que tuvo cuando entró en este lugar. Sentía que su amor a la vida estaba siendo lentamente chupado.

 

—Hey, ¿qué sucede?— Yoochun preguntó, pero Ricky lo ignoró, y corrió escaleras arriba directo a su recámara.

 

Ese fue el más desapegado sexo que hubiera tenido. Eso fue como si él ni siquiera hubiera estado ahí. Changjo parecía estar jodiendo con cualquiera por la manera en que había actuado. Su pareja había efectuado los movimientos del sexo y eso fue todo.

 

Ricky siempre había necesitado aprobación verbal. Que le dijeran cómo hacía sentir a su pareja. Él no recibió nada de eso con Changjo.

 

Cerró la puerta de la recámara y se lanzó a la cama llorando. Él quería ir a casa. Este lugar era demasiado estéril, sin emociones.

 

—¿Ricky?

 

Ricky se secó los ojos, sentándose cuando Yoochun lentamente abrió la puerta. —¿Si?

 

—Solo quería ver si estabas bien. —El soldado nunca entró al cuarto. Se quedó en el marco de la puerta, su cara llena de compasión. Al menos eso era como Ricky lo veía y no le gustaba ni un poco.

 

—Estoy bien. Por favor déjame solo.

 

Yoochun asintió, tomó la perilla de la puerta cerrándola con un clic.

 

—Odio este estúpido lugar. —Ricky golpeó la almohada bajo él—. Quiero ir a casa. —Lágrimas caían mientras Ricky llorando se quedó dormido.

 

—¿Él está bien?— Young Bin le preguntó a Yoochun, cuando entró en la sala. Rápidamente estaba cambiando de opinión acerca del pelirrojo.

 

—No estoy seguro. —Algo no estaba bien. Él pudo oler la desesperación de Ricky cuando corría por las escaleras, entonces de nuevo cuando lo revisó.

 

¿Changjo habría tratado mal a su pareja? Él era el Alfa desde hacía poco tiempo. Yoochun y el resto de los soldados inmediatamente lo aceptaron cuando Changjo ganó el desafío contra el imbécil psicótico de Ji Hoon, así que él no estaba seguro de cómo Changjo trataba a sus amantes. Pero Ricky era su pareja. No debería haber lágrimas.

 

—Quizás un día fuera, explorar la ciudad y lo que ofrece pueda ayudar —Young BIn ofreció.

 

Yoochun se sentó en el sofá y cruzó las piernas pensando en la sugerencia de Young Bin. Eso podría ayudar. Él no estaba seguro de qué había sucedido, pero ir a la ciudad siempre lo ponía de buen humor. —Voy a ver si Changjo lo aprueba.

 

Yoochun encontró a su Alfa sentado detrás del escritorio con la cara entre sus manos. ¿Qué exactamente había sucedido? r13;Discúlpame.

 

Changjo levantó la cabeza y vio tristeza en sus ojos. —¿Qué?— preguntó después de limpiarse la garganta.

 

—Me preguntaba si estaría bien que lleve a Ricky a la ciudad por un rato.

 

Changjo se encogió de hombros, despidiéndolo con la mano. r13;Adelante. —Changjo le dio la espalda a Yoochun, viendo a la pared detrás de él.

 

Yoochun salió de la oficina. Era completamente inútil tratar de sacarle a su Alfa lo que le molestaba. El tipo era inamovible.

 

Encontró a Young Bin sentado en la sala. —Hey, vamos de paseo.

 

Young Bin se puso de pie y siguió a Yoochun a buscar a Ricky. El chico seguía sollozando en su recámara. —Hey, vamos a la ciudad. ¿Quieres acompañarnos?

 

—Infiernos si, quizás ahora no me encuentren muerto en algún lugar de completo aburrimiento. —Ricky se puso de pie, se limpió las lágrimas y les sonrió—. Vamos.

 

Ricky sintió su espíritu levantarse. Salir pareció ser la cura. Los dos soldados iban detrás de él mientras vagabundeaba de una tienda a la siguiente. Había una dulcería y compró medio kilo de pasas cubiertas de chocolate y una librería en donde compró una novela de apasionado romance.

 

Él podría necesitar eso. También encontró una tienda de ropa que tenía las decoradas camisas que él amaba.

 

Ricky estaba cansado de las compras. Cuando vio un pequeño deli(tienda de comidas frías) en donde podría descansar los pies y comer algo. —Vamos, amigos, tiempo de comer.

 

—Ya era tiempo, estoy hambriento —Young Bin gruñó, sosteniendo la puerta abierta para Ricky.

 

—Ah, y yo aquí pensando que estabas teniendo el momento de tu vida —Ricky se rió mientras se acercaba al mostrador.

 

—Yo había planeado ir al supermercado, no participar en una maníaca salida de compras.

 

Ricky podría haberse sentido molesto si no hubiera notado la sonrisa en la cara de Young Bin.

 

—Amas esto, lo sé. —Ricky vio la selección que estaba en el tablero con el menú detrás del mostrador. Había muchas elecciones. ¿Debería de escoger un sándwich de carnes frías o una de esas tentadoras sopas? Su estómago gruñó, diciéndole que no importaba y que se diera maldita prisa en decidir.

 

Dejó las bolsas a un lado, preguntándose dónde se encontraba el encargado. Bien, al menos tendría más tiempo para decidir. Justo cuando se había decidido por un Sándwich, un hombre salió del fondo y los sentidos de Ricky se volvieron locos.

 

«¡Mío!»

 

Su cabeza se fue hacia atrás con la sorpresa. ¿Qué jodidos estaba mal con él?

 

Dio un paso hacia atrás y miró a los soldados a su izquierda, viendo si ellos habían captado su reacción. Ellos parecían estar mirando el tablero con el menú, pero Young Bin olfateó el aire y lentamente lo volteó a mirar, sus cejas se juntaron. Él miró a Ricky como si le estuviera preguntando qué estaba mal.

 

Ricky solo se encogió de hombros y miró hacia el mostrador. El joven hombre veía a Ricky con curiosidad. Podía decir que el chico era humano. Dado que Changjo le había dicho que los propietarios de los negocios eran de la manada, este debería ser un empleado.

 

—Quiero el sándwich Reuben —Ricky logró que su voz saliera firme, pero todo el tiempo veía fijamente al rubio preguntándose por qué sus alambres estaban cruzados. Changjo era su pareja, entonces, ¿por qué en la tierra sentía atracción por este chico?

 

Plantó sus pies firmemente en el piso. La urgencia de rodear el mostrador y reclamar al jovencito, estaba desgarrando sus sentidos. ¿Por qué la vida era tan jodidamente complicada?

 

—¿Y usted, señor?— El jovencito se giró hacia los soldados y Ricky quería arrancarles los ojos por alejar la atención del chico.

 

—Yo tomaré lo mismo —dijo Young Bin mientras lentamente miraba de nuevo a Ricky, con su cabeza inclinada de lado. Ricky de nuevo se encogió de hombros, viendo alrededor como si todo estuviera bien. Él levantó las bolsas y se apresuró a la mesa más cercana dejándose caer en el asiento.

 

Trató de calmar su acelerado corazón, su mirada regresaba al mostrador, viendo los más impactantes ojos azules que hubiera visto antes. Ricky bajó la mirada, la culpa lo carcomía por la lujuria que lo recorría.

 

—¿Qué infiernos sucede?— Young Bin preguntó cuando se le unió.

 

—No sé de qué hablas. —Ricky fingió ignorancia rezando para que lo dejara el tema en paz.

 

Debería conocerlo mejor.

 

—Estás tan malditamente caliente ahora. Mi jodido pene está duro. ¿Qué sucede?— gruñó suavemente.

 

—Un sandwich Reuben siempre me pone caliente e irritable. —Ricky se rió nerviosamente y tomó una servilleta del contenedor y comenzó a desgarrarla.

 

—¿Qué infiernos sucede?— Yoochun preguntó cuando llegó con la bandeja con la comida. Jaló una silla y tomó asiento viendo a Ricky.

 

—Nada. —Joder, él necesitaba salir de aquí. Forzó a sus ojos a mantenerse en la bandeja aunque ellos jalaron la cabeza y vieron al humano.

 

Joder, joder, joder, joder. Eso no era nada bueno.

 

Se dedicó a comer su comida, metiendo una papa frita dentro de una pequeña taza de papel con ketchup y forzando a sus ojos con todo su poder a no levantar la vista y buscar a su pareja.

 

«¿Pareja?»

 

Ricky se disculpó y se apresuró hacia el cuarto de baño, cerró la puerta y dejó salir una larga exhalación. —¿Qué infiernos está sucediendo?— Se lavó la cara en el lavabo, se la secó, y entonces él miró su reflejo en el espejo.

 

—Eres un loco. ¿Sabes eso?— preguntó enojado a su imagen en el espejo—. Tienes pareja. Deja de ser tan jodidamente avaricioso. —Ricky apoyó sus manos en el lavabo y bajó la cabeza.

 

Esto no podía estar sucediendo. Él podría querer negarlo pero cada fibra de él le decía que ese hombre de afuera era su pareja.

 

¿Cómo? ¿Cómo podía tener dos parejas? ¿Eso sería solo un desbalance hormonal? Bueno, él podría detenerse en la farmacia y encontrar alguna cura.

 

No había manera de que él tuviera dos parejas.

 

Alejándose del lavabo, Ricky abrió la puerta y se enfrentó cara a cara con el humano. Estaba ahí, inseguro de cómo manejar esto.

 

—Hola. —El chico le sonrió tímidamente.

 

«Oh infiernos, ¿no es él adorable?» No, no es adorable, ¡manos fuera!

 

—Ah, hola. —El chico caminó por un lado de Ricky, ruborizándose mientras entraba al cuarto de baño. Ricky tuvo que detener su mano abriendo la puerta, para que no fuera detrás de él.

 

«Lo quiero», su voz interna lloriqueó.

 

«Bien. Muy mal».

 

Ricky sentía como si tuviera a un ángel bueno en un hombro y a un diablillo en el otro. ¿A quién escuchar?

 

Tomándose un tiempo para calmar sus nervios, Ricky regresó a la mesa. —¿Están listos para irnos?— Si él se quedaba más tiempo aquí, no iba a ser capaz de controlarse.

 

Podía verlo ahora, él trataría de joder al pequeño humano, mientras que Yoochun y Young Bin tratarían de golpearlo. Aunque era una imagen divertida, no había diversión en esa situación.

 

—Pero no has comido —Yoochun señaló su apenas tocada comida. Ricky tomó asiento, sintiendo que sus nervios saltaban en sus piernas haciendo que las moviera maniáticamente.

 

Empujó medio sándwich hacia su garganta, masticó con la boca abierta por la gran cantidad de comida que se había metido. Tomó la pajilla de su bebida y la bebió tratando de que la comida bajara.

 

—Eso es extraño. Nunca había visto a alguien comer así antes r13;Young Bin se carcajeó.

 

Ricky no podía contestar. Infiernos, él apenas podía respirar. Se dirigió al bote de basura y escupió la bola de comida, limpiándose la boca con una servilleta. Nunca en su vida había hecho algo tan asqueroso, pero momentos desesperados requieren medidas desesperadas.

 

—Ya terminé. ¿Podemos irnos ahora?— Ricky mantuvo la cabeza firme. Pero algo lo presionaba para que se girara y se encontrara con el hombre que no era su pareja.

 

Levantando las bolsas, Ricky cedió, mirando sobre su hombro.

 

El humano estaba detrás del mostrador con sus brazos apoyados arriba del mostrador viendo fijamente a Ricky. Había anhelo en los ojos que se comían a Ricky.

 

El pequeño humano debía de estar sintiendo la atracción, y Ricky desesperadamente quería ir y calmar ese anhelo.

 

No quería dejarlo, pero quedarse no era una opción.

 

Sonriéndole débilmente al humano, salió.

 

 continuara....

Notas finales:

ya saben lo que tienen que hacer


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