Yuuri.
Nacer siendo un doncel no es nada fácil, suma le el echó que tu madre sea una drogadicta y que cambié de pareja así como cambia de ropa es algo tedioso.
Madre siempre me dejo en claro que yo era una carga y que por mi culpa mí padre nos había dejado.
Cuando tenía 3 mi madre me durmió y me llevó a un prostíbulo.
Por fortuna llegó mi abuelo y con eso una oportunidad para mí, yo quería tanto a mi progenitora que no dude en ofrecer mí vida a cambio de la de ella, claro que no supe, que quería hacer conmigo hasta mucho después.
– ¡No la mates! – había gritado.
Él me dijo que debía ir con él si quería que no le pase nada.
Durante los siguientes años me sometí al más duró de los entrenamientos, a veces había días en los que me sentía morir, pero siempre que veía la sonrisa de mi madre me sentía real mente feliz y quería superar todo por ella.
Cada fin de semana iba a visitar a mí progenitora, pues desde hace mucho le había dejado de ver como mi madre, pues para mí, una madre era la que te da amor, y ese amor me lo habría brindado ella, pero al igual que mi hermano... sigo sonriéndole a Talia, la misma razón por la aún esperamos sus cartas y a la vez rehuimos de su presencia. No podemos cambiar ambas días tan dispares entre nuestros padres. Al igual que mi hermano, ambos adoramos a nuestra madre, pues es la que nos crio a pesar de que a mí me violo, para mí y mi hermano la misma mujer que nos acunaba, nos dormía en sus brazos, y nos decía que éramos sus pedacitos de universo, es la misma persona que nos hizo escalar una montaña nevada cuando solo teníamos 4 y 5 años de edad.
En cambio mi progenitora, solo era la persona que me dio la vida.
Cuando cumplí 15 años deje a la liga y fui a vivir con mi progenitora.
Fue un error.
Vivir con ella y su mantenido esposo (estafador) fue un martirio. Cuando estaba a punto de cumplir 17 años, lo conocí, conocí al hombre que por 16 años había desaparecido y ni siquiera había dado rastros de vida.
Todo comenzó en una tarde:
– ¡Ni muerto! – le grite a mi madre.
– Cariño tienes que ir, él te quiere conocer. – dijo ella.
– ¿Y qué te hace pensar que yo lo quiero conocer, Madre? – dije seriamente, por lo general yo era del tipo que mostraba sus sentimientos, pero cuando estaba con Yui, la mujer que me trajo al mundo... era un témpano de hielo.
– pero... Yuuri.... – dijo ella, tratando de persuadirme.
– porque tanto interés ahora, me vale, no lo quiero conocer. ¿Que acaso se está muriendo o es que te pago?– el silencio por su parte, solo confirmo mi respuesta, él le había pagado – ¿es en serio Yui?
– Necesitaba el dinero...- trato inútilmente de justificarse.
– ¡te doy más que suficiente! Katsuki, no lo puedo creer._ era el colmo, sé que siendo un Doncel no tengo muchas oportunidades, y que el trabajo que tengo apenas si gano lo suficiente para mantener a todos.
_ no me hables así, jovencito.
_ te hablo como se me da la regala gana.: Y sin más me levanté y caminé asía la salida.
– ¡SOLO SIENDO SECUESTRADO ES COMO LO VOY A VER! y cree me, no cometeré ese error. – dijo usando una voz tan fría que congeló a la mujer que se hacía llamar mi madre en su lugar.
Salí a caminar, todo estaba en oscuridad pues era de noche. Camine al parque, estaba devastado, en momentos como estos odiaba mi vida, y deseaba nunca haber salido de la casa de mi mamá y mi abuelo, estaban tan sumido en mis pensamientos que no vi que había una persona detrás de mi...
Horrible error.
Quien diría que el hombre que contribuyó a mi existencia fuera de la mafia Rusa, y no cualquiera sino que fuera la cabeza de una gran organización.
Cuando desperté lo encontré a él, un nombre de cabellos plata. El me llevo con mi padre después de comer, tenía que mantener mi perfil bajo.
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