Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi vecino Levi! por HATOaneue

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Me desperté lentamente, despegando de a apoco mis párpados unidos. Los sentía húmedos. Me senté sin mucha dificultad y estiré mis extremidades. Ladeando la cabeza vi a Levi, sentado en la silla correspondiente a mi escritorio, aparentemente dormido. En ese momento una serie de sucesos revivieron en mi memoria: “Que te gusten los hombres no tiene nada de malo, sólo eres tú mismo. Aunque seas condenado por la sociedad, que los jodan, nadie será tan feliz como tú cuando cuando consigas lo que quieres. Ser doctor y vivir al lado del hombre a quien amas”. Sentí aquello como una suave caricia en mis sentimientos. Mi notoria mejoría me permitió ponerme de pie y caminar hacia el susodicho. Curioso me acerqué dirigiendo mi rostro al suyo, juraría que no nos separaban más que cinco centímetros. Sus finas cejas estaban tensas al igual que sus labios, sentía la suave y al mismo tiempo profunda respiración. Me preocupó el hecho de que durmiese sentado. Tomé una colcha limpia de mi placard y lo acobijé torpe.


No había nadie en el cuarto de mis padres, en la sala de estar y en la cocina tampoco. Extrañado consulte la hora en el reloj de pared que daba las 5:20 AM. Mientras bebía agua un par de dudas surgieron palpitantes ¿Qué harían mis padres? Y ¿Qué demonios iba a hacer con el cadáver medio dormido de Levi en una silla? Tratando de razonar los dos interrogantes al mismo tiempo vuelvo a mi habitación, el momento en el que uno de ellos desaparece. El cadáver abrió los ojos.


-Ah, Levi- Él me miró sugiriendo una sonrisa.


-¿Te sientes mejor?.


-Si! Gracias- Se levanta con la cobija sobre los hombros.


-Me voy entonces- Me exaltó.


-Espera!- Siento haber levantado la voz -¿Sabes dónde están mis padres?.


-No, sé que tuvieron algo urgente y se fueron pero no sé a dónde.


-Y ¿no te puedes quedar un rato más?- Me encojo de hombros.


-Mocoso egoísta, me duele la espalda, no soy niñera ni dama de compañía- Me mira con su cara de oler algo feo.


-Tampoco digo eso, pero- Bajo la mirada -No me quiero quedar sólo- Con una rapidez que me asustó se tumbó boca abajo en una mitad de la cama tapando la totalidad de su cuerpo con el edredón que le proporcioné. Indeciso hice lo mismo en la otra mitad de la cama, él me tapó.


-No hay remedio que sirva contigo- Me mira por debajo de la cobija, siento mi corazón a mil. Río entrecerrando los ojos.


-Aún no los has probado todos- Otra de sus reacciones que no entendía. Tapó la mitad de su rostro con una mano, de vuelta con ese aire de cansancio. Hipnotizado no mido mis palabras -A Levi... ¿Le gustan las chicas?- Me mira inmediatamente a los ojos con extrañeza. Digo adolorido -A Levi... Le gustaba alguien.


-Ah, eso- Me preparo, de alguna forma, para ser lastimado -Es un chico- Responde mirando deliberadamente a otra dirección.


-¿Te has confesado?.


-No.


-¿Por qué?- Reacciona apático.


-Deja dormir, por el amor de dios, mocoso- Lo miro sin pestañear, suspira resignación -Hace mucho tiempo atrás, tal vez no tanto, me dejó en la zona del amigo- Me divirtió verlo avergonzado darme la espalda, aunque doliera al mismo tiempo. Sin pensarlo mucho apoyé mi cabeza sobre su nuca llenándome de su esencia. Me dormí, sin nada en mente.


Mi nuca dolía y sangre no dejaba de fluir, manos cálidas me sostenían. Un constante pitido me sacó de esa situación, el despertador. Con rapidez pude apagarlo pero luego el volver a la pose original se complicó. Aún más por el hecho de que mi cabeza reposaba sobre el pecho de Levi. Notar esa situación me puso nervioso. El reloj supuestamente marcaría que es hora de salir al colegio. Perezoso traté de levantarme cuando el brazo pesado del pelinegro me hundió. Él se giró hacia mi y desde un ángulo inferior pude apreciar lo dormido que estaba. Aunque hacía apenas dos horas nos habíamos ido a dormir yo estaba con energías para empezar el día, pero Levi seguía dormido. “Esto no es bueno” Como pude me zafé de sus brazos y de la cualquier cantidad de cobijas en las que estábamos enredados. Ante mi ausencia empezó a abrazar la almohada “Nunca lo hubiera imaginado” reí para mi mismo y me dirigí a la ducha. Con el uniforme ya puesto preparé el desayuno, pancakes ¿Por qué no? Al darme vuelta para buscar la miel veo que Levi entra a la cocina.


-Buenos días- Le saludo.


-Hola Mocoso...- Saluda grave y ronco.


-¿Quieres desayunar?- Lo miro, se veía enojado ¿Habría yo hecho algo mal?


-¿Tus padres?- Me quedo un rato meditando, veloz y silencioso voy hasta su cuarto y regreso nuevamente a la cocina.


-Están durmiendo- Respondo con un susurro.


-Me voy.


-¿Eh?- Lo sigo hasta la puerta.


-Tengo sueño- Comprendiéndolo lo despido. Todo se sentía un poco incómodo. Luego de desayunar rápido salgo al instituto.


No fue un día fácil pero tampoco presento muchas complicaciones, aún no me sentía del todo bien. Entré a casa agotado. Mamá limpiaba como de costumbre, papá creí que estaría en el hospital.


-Ya estoy en casa.


-Bienvenido, Eren- Me recibe -Al rato salimos, hoy en la madrugada falleció tu tía- Me asusté, la única tía que tenía era la hermana de mi padre y él la quería un montón -Su enfermedad empeoró, fuimos de urgencia y en el hospital se fue. Ahora tenemos el velorio- Asentí cabizbajo, entré a mi cuarto. Poniéndome unos pantalones con un pulóver negro cené y me calcé unos zapatos de cuero. Así salimos, la noche se me hizo larguísima. El ambiente se sentía pesado. Mi madre se quedó con mi padre y yo traté de irme lo antes posible, me había vuelto la fiebre. Quería lo antes posible tirarme a dormir, idea que fue interrumpida a causa de cierto sujeto que parecía volver de la universidad.


-Mocoso, te ves molido- Menciona parando la marcha y mirándome directamente a los ojos.


-¿Tanto se nota?- Reímos. Caminó hasta la puerta de su departamento.


-¿Quieres pasar? Haré de cenar y cuéntame qué te pasó- Me invitó a pasar a su departamento.


-Levi, no me siento bien- Me rehusé -Tengo fiebre- Desvíe la mirada -Y no quiero molestarte con mis problemas- Cerré mi puño -Ni con nada.


-Si tanto no quieres no hay de otra- Terminó de hablar estando a punto de cerrar la puerta -Pero jamás me sentiría molesto con tu presencia- La puerta ya estaba casi cerrada así que a duras penas pude oír -Me hace feliz tenerte cerca- La puerta se cerró sigilosa con el metálico sonido del girar de las llaves seguido del fiel pestillo que aseguraba el cierre. Un eco infinito que se extendía por ese endemoniado pasillo. Mi rostro ardía, con escasas fuerzas entré a mi casa donde me encontraba solo. Tambaleando escuchaba la voz de Levi, estaba volando en fiebre, tenía que hacer algo. Lo más ágil que ese infierno me permitía tomé unas pastillas y me zambullí en mi cama deshecha. Sacándome los pantalones y el abrigo pude taparme para adentrar en el mundo de los sueños. Inconscientemente disfruté del aroma que Levi había dejado en aquella almohada.


¿Habría alucinado lo que dijo Levi? O será que ¿Realmente se sentía igual que yo?


Luego de volver a la vida mi papá estaba superando la muerte de su hermana, mi madre lo acompañaba por lo que no me prestó mucha atención a mi ese último tiempo. Pero de ese modo pude reflexionar más sobre mi mismo y entenderme mejor, pasó un tiempo hasta que pude volver a ver a Levi.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).