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33. La tentación de Tae Yong (02) por dayanstyle

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Jaehyun no podía ni siquiera empezar a describir lo aliviado que estaba cuando vio a Tae Yong y Jaehyo entrar en la habitación que le recordaba a Jaehyun a la de un castillo medieval. No  tenía idea de dónde estaba, pero estaba agradecido de que Tae Yong lo hubiera encontrado.

—¿Estás herido? —preguntó Tae Yong. Jaehyun cerró los ojos a la voz de su amante. Le sirvió de consuelo mientras sentía que su mundo era un caos.

—No —pero seguía jodidamente desnudo. El muy cabrón ni siquiera le había  dado  nada  para  ponerse.  Había  hecho  que Jaehyun se sentara en una alfombra de piel sin darle una manta o algo  para  cubrir  su desnudez.

Jaehyun tenía la sensación de que el hombre lo  había hecho para humillarlo. El Anciano parecía un poco fuera de sí. No estaba seguro de si era así cómo un Anciano normalmente actuaba, pero al hombre  parecía que  le  faltaba un  tornillo.

—¿Qué juego es éste que estás jugando? —preguntó Jaehyo—. Esos no son mis parejas. —Señaló con su mano hacia los guls. Jaehyun esperaba que ellos fueran guls. Le había dicho a Tae Yong que lo eran, pero en realidad esperaba no estar haciéndose ilusiones. Si ellos no lo eran, la mierda por aquí estaba a punto de llegar a un tope bien feo.

Jaehyun sentía ganas de llorar por el Príncipe. Si los guls se parecían a sus parejas, entonces los dos pequeños hombres estaban muertos. La pérdida de su mejor amigo le era difícil de aceptar, pero perder a los dos hombres que amaba, seguramente enviaría al Príncipe por el borde. Jaehyun se preguntaba cómo el hombre podía estar tan tranquilo mientras miraba a los dos hombres.

 

—No, Príncipe. Ellos no lo son. Son guls. ¿Sabes lo que eso significa? —el bastardo enfermo le preguntó con alegría. Jaehyun tenía ganas de patearle el culo al hombre. Sentía felicidad por la pérdida del Príncipe. Eso simplemente estaba mal desde cualquier punto  de vista.

—No tengo ni idea qué provecho piensas sacar con  esto. Pero mis parejas están muy bien.  No  sé  cómo  lograste  eso,  pero esa no es manera de presionarme para que entre en tu círculo, Jung Mo.

—¿Mi círculo? —se rio Jung Mo mientras los falsos  Yu Kwon y Min Hyuk se acercaron al Príncipe. Jaehyun se puso de pie de un salto, empujando a Jaehyo fuera del camino cuando uno de los dos guls sacó algo de detrás de su espalda y se lo arrojó  al Príncipe. No estaba seguro de qué lo hizo entrar en acción, pero el que alguno saliera herido por haberlo venido ayudar no iba a suceder.

Jaehyun gritó cuando Tae Yong lo tomó entre sus fuertes brazos. Estaba muriendo por ser sostenido por su amante. Jaehyun lloró mientras Tae Yong lo envolvía dentro de un capullo de seguridad.

—No te quiero en mi círculo, Príncipe —escupió el Anciano como  si  estuviera  gruñendo las  palabras—.  ¡Quiero  tus poderes!

—Oh, cielos. —Jaehyo rodó sus ojos, chasqueando con la lengua—. No otro.

Jaehyun no estaba seguro qué poderes Jung Mo quería, pero Jaehyo no parecía estar demasiado molesto por la situación. Sintió un nuevo respeto por el Príncipe. El hombre sabía cómo mantener la cabeza fría. A diferencia de Jaehyun, que estaba cagado del susto.

Jaehyun gritó cuando Tae Yong trató de desmaterializarse. Le dio un codazo a su amante en sus costillas. —No te   atrevas.

—Créeme, mi amor. Jaehyo puede cuidar de sí  mismo.

 

Jaehyun negó firmemente con la cabeza. —No. No  lo  voy  a dejar. Además, ¿crees que podrá matar a los guls que se parecen a sus  parejas?  ¿Hmm?

 

Tae Yong  parecía  arrepentido  cuando  negó con  la  cabeza. —Buen punto.

 

Jaehyun se sintió mejor de que ellos se  quedaran  para ayudar al Príncipe por si los llegaba a necesitar, pero mirando alrededor de la habitación, viéndola en su totalidad, se dio cuenta de que las pesadillas, de hecho, existían. Estaba ahí de pie, en medio de una mierda muy real y de la que temía no poder salir. Estaba siendo valiente por Jaehyo. El hombre debía estar sufriendo terriblemente, pero por dentro Jaehyun no estaba muy seguro de que haberse quedado hubiera sido una  de  sus ideas más brillantes.

De todos modos, no era ningún cobarde, y él no iba a dejar a un hombre atrás, incluso si era el Príncipe de los  Vampiros.

—He escuchado esa misma línea muchas veces en mi vida. ¿Crees  que  eres  el  primero  con  ansias  de  obtener  lo  que   poseo? r13;preguntó Jaehyo sonriendo mientras colocaba sus manos detrás de su espalda—. Me temo que no.  Y,  sin  duda,  vas a intentar algo estúpido.

Jung Mo parecía enojado, como si quisiera  romper a Jaehyo a la mitad. Jaehyun miró a los guls de reojo, y fue ahí cuando  notó  el  cuerpo  tendido  en  un  rincón  de  la   habitación.

¿Cómo no había notado eso? Dio un paso  para  acercarse, pero Tae Yong lo agarró del brazo y lo jaló hacia atrás.

—Quédate conmigo, bebé.

—Mira. —Jaehyun asintió con la cabeza en dirección al cuerpo tendido en el suelo de tierra en una posición extraña. Quería ir hacia el hombre muerto  y  ayudarlo.  Era  una  idea ridícula, pero Jaehyun se sentía obligado en  ayudar  al  pobre hombre.

—Se trata de un truco. No caigas en su  trampa. Los vampiros pueden ser muy sádicos. Está jugando  con  tu compasión, Jaehyun r13;le advirtió Tae Yong. Aun así, Jaehyun  no  podía dejar de sentir ganas de ayudar al hombre. Jadeó cuando vio a uno de sus dedos temblar.

 

—Está vivo —le susurró Jaehyun a Tae Yong mientras trataba de liberarse del agarre de su amante. ¿Cómo diablos podía el hombre estar con vida y verse como eso? Se consoló dentro del abrazo de Tae Yong que lo envolvía, que jalaba a Jaehyun contra su  pecho.

—No soy estúpido, Jaehyo. No por el momento. Has encontrado a tu igual —continuó Jung Mo, pero  Jaehyun  solo escuchó la mitad. Él quería ir a examinar al hombre. Sentía  pena de la cáscara rota de alguien que ya no tendría la alegría de vivir.

Su atención fue arrebatada del hombre roto  cuando Jaehyo alzó los brazos en alto, haciendo que los dos guls que se parecían a sus parejas chocaran contra la pared, sus cuerpos se derrumbaron en el suelo. Jaehyun no sabía cómo el Príncipe había hecho eso, pero ahora veía que Jaehyo no jugaba. El Príncipe de los Vampiros era  feroz.

—Deja de jugar estos juegos tan infantiles  conmigo.  Veo que fuiste tú quien trajo a estos guls aquí. ¿Por qué, Jung Mo? Lo tenías todo, dinero, prestigio, posición de autoridad. ¿Por qué tirarlo todo por tus ansias frívolas de poder?

—¡No son frívolas!  Tú eres el único que lo tiene todo. ¡Debería ser yo quien gobernara a nuestro mundo! —Jung Mo se puso rojo como un tomate, cuando comenzó a mostrar su ira. El hombre estaba perdiendo el control rápidamente, era como si ya no lo tuviera, y se iba a joder. Jaehyun podía  sentirlo.

Jaehyo levantó ambas manos en esta  ocasión,  y Jaehyun vio con horror cómo los dos guls gritaban de dolor cuando el Príncipe los desgarró en el aire. Era la cosa más enferma  que había visto alguna vez. Quería frotar su cerebro con una esponjilla para deshacerse de la imagen.

—De hecho, esos eran tus parejas —Jung Mo intentó confundir al Príncipe una última vez. Jaehyun no creía que ellos lo fueran, pero una pequeña parte de él se preguntaba si tal vez el hijo de puta psicópata estaba diciendo la verdad.

Jaehyun no estaba seguro de lo que debía hacer. Se quedó allí congelado mientras veía cómo Jaehyo se convertía en algo monstruoso justo ante sus propios ojos. Su piel se tornó de un color  violáceo,  sus  colmillos  crecieron  hasta  llegar  al    mentón.

 

Incluso creció en tamaño, al menos sesenta centímetros de alto. Jaehyun estaba listo para mearse sobre sí mismo. Y entonces vio las garras.

—¿Quieres desafiarme? —Jaehyo se rio de forma maniática con los brazos extendidos—. Ven y demuéstrame lo que vales, Jung Mo. He matado a hombres más poderosos que tú. Eres solo un marica más en mi  libro.  La  mancha  en  las sábanas después de una mala jodida.

Santa. Mierda. Jaehyun preferiría tener en frente a Satanás. Empezó a temblar ante el enorme tamaño del Príncipe. Si el apocalipsis los golpeara ahora, Jaehyun estaría en el equipo del Príncipe, indiscutiblemente.

—No te hará daño —Tae Yong lo tranquilizó. Sí, esa tranquilidad costaba un largo camino. Se sentiría seguro una vez que salieran con una jodida de ahí. Tae Yong no estaba bromeando cuando dijo que Jaehyo podía cuidar de sí mismo.  Mierda.

Jaehyun se acercó más al hombre caído cuando Jaehyo y Jung Mo comenzaron a dar vueltas entre sí, preparándose para la batalla.  Cayó  de  rodillas  cuando  se  dio cuenta  de  quién se trataba.

¡No! No podía ser. No había manera. —Oh maldito infierno.

 

Jaehyun no estaba seguro de en dónde podía tocar. Dino había sido maltratado y quebrado más allá del reconocimiento. La única razón por la que Jaehyun sabía quién era él, había sido porque lo conocía de toda la vida. —Dino, cariño, te voy a mover. No voy a mentirte, va a doler como una perra —sollozó Jaehyun preguntándose en dónde debía tocar a su mejor amigo.

Dino no hizo ninguna señal de que hubiera  oído  hablar  a Jaehyun. Miró por encima del  hombro  a  Tae Yong.  —Tenemos  que sacarlo  de aquí.

Tae Yong echó un vistazo a Jaehyo por un  momento.

 

—Él puede defenderse por sí  mismo.  Es  Dino  quien  necesita de nuestra ayuda. Por favor, Tae Yong. Por favor, ayúdame —suplicó Jaehyun mientras lentamente empujaba el brazo por debajo de los hombros  de  Dino,  poniendo  la  otra  debajo  de  las  rodillas  de  su mejor amigo. Respiró hondo y luego alzó a Dino del suelo. El hombre ni  siquiera  hizo  ruido alguno.

—Está apenas con vida —dijo Tae Yong cuando envolvió sus brazos alrededor de Jaehyun—. Tenemos que darnos prisa.

—¿Qué hay de Jaehyo? —A pesar de que Jaehyun estaba desesperado por conseguir ayuda para Dino,  sinceramente, no quería dejar al Príncipe luchando solo contra el Anciano. La culpa le inundó haciéndolo sentir como si estuviera atrapado entre la espada y la pared.

—Puedo hacerme cargo de eso. —Tae Yong inclinó la  cabeza hacia atrás, sus ojos se asemejaban a los  de  una  persona  en sueño REM y luego bajó la cabeza—. Hong Bin y Tae Ho deben estar aquí en cualquier momento.

—Entonces los esperaremos —dijo Jaehyun mientras  miraba a su mejor amigo que yacía inerte en sus brazos—. Lo siento, amigo, pero él nos ayudó. No puedo dejarlo aquí solo. —Podía sentir las lágrimas rodando por su rostro mientras echaba un vistazo a las contusiones que cubrían el cuerpo de Dino. Era un macramé de marcas de dientes y lo que parecía ser marcas de azotes. Jaehyun apretó la mandíbula. Quería acostar a  Dino  en  el suelo e ir y golpear a Jung Mo.

—Tenemos que irnos, Jaehyun. Dino no puede  esperar.

 

Antes de que Jaehyun pudiera protestar,  estaban  en la oficina del Príncipe.

—¡Dónde está mi pareja! —gritó Yu Kwon soltando a Min Hyuk y rodeando el escritorio—. ¡Lo dejaste morir!

—No —Tae Yong negó con la cabeza—. Hong Bin y Tae Ho fueron a ayudarle. Este hombre es el mejor amigo de mi pareja. Él necesita de mi ayuda, algo que no podía darle en la  caverna.

Min Hyuk se tambaleó hacia Jaehyun. —Recuéstalo en el sofá, Jaehyun.

Siguió al par hasta el sofá de cuero. —Voy a tener que convertirlo. —Tae Yong miró a Jaehyun, estando de rodillas.

—Haz todo lo posible para salvarlo. No lo voy a perder de nuevo. —Jaehyun empezó a pasearse por la oficina mientras Tae Yong trabajaba sobre Dino. Oraba para que no fuera demasiado tarde. Estaba muy emocionado de que Dino  estuviera vivo, pero se preguntó si salvarlo era la decisión correcta.  ¿Qué  había  tenido que atravesar su mejor amigo? ¿Incluso estaría cuerdo? ¿Dino lo odiaría por esto?

—Aquí está la leche, Príncipe.

 

—Gracias, D.K.. —Min Hyuk tomó el vaso con el blanco líquido. Jaehyun se estremeció ante la idea de tomar esa mierda. Ni siquiera antes de su conversión le había gustado la leche. Era espesa y asquerosa.

Jaehyun saltó hacia atrás cuando el hombre llamado D.K. rugió ante el sofá. —¡Mío!

 D.K., negaba con la cabeza mientras miraba al frágil y quebrado hombre. —¿Quién le hizo esto?

—Uno de  los Ancianos —la pareja de Tae Yong le informó.

D.K. estaba desconcertado. —¿Un Anciano  hizo  esto? — No tenía sentido para él. Los Ancianos eran los defensores de las leyes vampíricas. Eran los chicos buenos, la mayoría de las veces. Pero el hacerle algo como esto a un inocente humano era bárbaro, incluso para un vampiro—. ¿Qué coño le estás  haciendo?  —le rugió a Tae Yong cuando el vampiro mordió a su pareja.

—Salvándolo. Jaehyo me transfirió parte de sus poderes cuando tuvimos que salvar a Jaehyun. Ahora mantente un infierno fuera de mi vista y déjame salvar a tu jodida pareja.

D.K. dio un paso atrás. No sabía nada acerca de la conversión, y él no iba a interponerse. —¿Cuál es su nombre? — preguntó, mientras Tae Yong convertía a su pequeña pareja de cabello castaño.

—Dino —Jaehyun le informó.

«Dino». A D.K. le gustó. Su nombre era diferente, al igual que el de D.K.. Ya sentía un vínculo con el pequeño hombre. — ¿Puedes hacerlo, Tae Yong? ¿Puedes salvarlo?

—Si me dejas hacerlo. Esto no es del todo tan fácil, ¿sabes?

 

D.K. curvó los labios, quedándose ahí de pie como si tuviera piedras en su estómago.

—¿Es tu pareja? —preguntó Min Hyuk colocando  con suavidad una mano en el brazo de  D.K..

—Sí, Min Hyuk. Lo es. —D.K. tuvo que tragar unas cuantas veces mientras miraba a su pareja. Estaba muy herido y algunas de sus extremidades estaban fracturadas. Quería jalar al pequeño hombre a sus brazos y abrazarlo.

—Él va a estar bien. —Min Hyuk le sonrió—. Tú eres un buen hombre. Es muy afortunado.

—Yo soy el afortunado. —Y esa era la verdad. El destino le había regalado a un duendecillo, y D.K. iba a atesorar al hombre para siempre.

E iba a averiguar qué Anciano le había hecho esto a Dino. El hombre no iba a vivir. No sólo porque el Anciano había tratado de matar a su pareja, sino porque el vampiro le había hecho daño  a un inocente. Eso no estaba permitido. Sabía que todo lo que tenía que hacer era decirle a su hermano, Tae Ho, lo que había sucedido y su hermano lo respaldaría. Ellos eran muy  cercanos.

—¿Dónde está el príncipe? —le preguntó a  Jaehyun.

—Bueno, eso es una extraña historia. —Jaehyun miró a Yu Kwon y luego a Min Hyuk cuando el hombre embarazado le preguntó lo que había sucedido  en  la  caverna.  No  estaba  seguro de si debía decirle a alguien  embarazado  lo  que  había  pasado  en esa extraña habitación. ¿Podría  hacerlo  entrar  en  trabajo  de parto?

 

—Te escucho —dijo Yu Kwon sin ningún tipo de humor en su cara.

Jaehyun adivinó que iba tener que  informarlos.  —Ahí estaban dos guls que se parecían a ustedes dos. Jaehyo se convirtió en este monstruo que parecía que iba a comerse a todo el mundo, mató a los guls, y ahora  está  luchando  con  Jung Mo. Bueno, él mató a los guls antes de cambiar, pero aun así era una mierda jodidamente rara.

Yu Kwon gruñó  mientras  Min Hyuk  lo  miraba boquiabierto.

—¿Se veían como nosotros?

 

Jaehyun asintió con la cabeza. —Y  Jaehyo  era  un monstruo. ¿Escuchaste esa parte,  cierto?

Yu Kwon resopló. —Esa es su verdadera forma. Lo que me interesa es que mi pareja me arrojó y luego me mató.

Jaehyun rodó los ojos.   —No eras tú. Él lo sabía.

r13;Independientemente de todo cuanto les había transmitido, ¿Yu Kwon  se  había  quedado  atascado  en  esa  parte?—.  Era   un monstruo.

 

Min Hyuk se rio. —Es sexi cuando se ve   así.

 

Jaehyun frunció los labios hacia atrás. —Si tú lo dices. —Se estremeció mientras volvía su mirada hacia Tae Yong y Dino. No podía dejar de ver cómo D.K. languidecía por Dino. Esto iba a ser algo digno de ver. Jaehyun lo sabía, Dino aún no había revelado que era homosexual. Sí, esto iba a ser muy  interesante.

—Está dormido ahora. Deja que la conversión haga su trabajo. Tiene muchas cosas que reparar —dijo Tae Yong mientras se ponía  de  pie—.  No  lo  muevas, D.K..

—No lo haré —dijo el enorme hombre que estaba sentado en el suelo junto a Dino. El hombre prácticamente suspiraba por Dino mientras lo miraba.

—Oye, chico grande, a Dino le encanta el chocolate. O le encantaba antes. También le gustan las bromas y  los  largos paseos por la playa.

 

Tae Yong gruñó, jalando a Jaehyun por la oficina. —¿Qué?  Le gustan las bromas.

—¿Largas caminatas por la playa? D.K., te tomará la palabra.

Jaehyun soltó una risita. —Eso tengo que verlo. —Se puso serio cuando volteó a mirar de nuevo a su mejor amigo—. Va a estar bien, ¿verdad?

No  le  gustaba  el  encogimiento  de  hombros  que  Tae Yong  le dio.

—No se sabrá hasta que despierte.

 

Jaehyun se mordió el labio inferior, cuando   Jaehyo, Hong Bin y Tae Ho aparecieron en la oficina. —¿Qué pasó? —espetó antes de que pudiera contenerse. Estaba ansioso por saber que el enfermo hijo de puta estaba muerto. La idea de que estuviera suelto  por  ahí  enfermaba  a Jaehyun.

—De algún modo se escapó —dijo Jaehyo con voz cansada—. Todavía estoy intentando averiguar cómo lo hizo. La única cosa que me viene a la mente es que  tuvo  ayuda.  Aun siendo un Anciano, no debería tener esos poderes.

El estómago de Jaehyun dio un vuelco. Mierda. Ese psicópata enfermo todavía estaba por ahí. Oyó a D.K. gruñir cuando el Príncipe se sentó detrás de su escritorio, abriendo sus brazos para que Min Hyuk se sentara sobre su regazo,  Yu Kwon  ocupó  su puesto habitual detrás de su silla. Jaehyun empujó su cuerpo hacia los brazos de Tae Yong, su amante envolvió sus  fuertes  brazos alrededor de él. Se sentía bien tener a alguien que lo amara de esta manera.

Vio cómo el Príncipe  miraba  con  adoración  a  sus  parejas y se alegró de que él tuviera a alguien con quien hacer lo mismo. — Lo siento.

Tae Yong lo besó a un lado de la cabeza. —Estabas sufriendo. No voy a decirte que no me dolió, pero lo entiendo.

Jaehyun odiaba el hecho de que hubiera  herido  al hombre que amaba más que a nada en el mundo. Era mejor que Dino   saliera adelante, o iba a tener que patearse el culo para que  Jaehyun actuara de la manera que tenía que  hacerlo.

Jaehyun le echó un último vistazo a D.K. antes de seguir a Tae Yong fuera de la oficina. Si una persona más se  metía  con  él, Jaehyun se lo iba a  comer.

 

 

continuara....


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