Tae Yong se acomodó de nuevo en una de las salitas de la parte superior del club The Manacle. Acarició la suave piel de Jaehyun con el dorso de sus nudillos mientras miraba hacia el club.
Min Hyuk había dado a luz a un sano bebé vampírico. Jaehyo y Yu Kwon no se habían ido del lado del pequeño hombre desde entonces. Nadie había visto a Hong Seok desde que nació. Tae Yong lo entendía. Era su tiempo en familia.
—Sabes, puedo ser de utilidad por aquí. No solo soy tu chico florero —dijo Jaehyun mientras hacía patrones en forma de remolino en el dorso de la mano de Tae Yong.
—¿Ah, sí? ¿Y tendré que matar a alguien por tu utilidad?
Jaehyun se echó a reír. —No. Ese es un talento que solo deseo compartir contigo. Soy barman, ya sabes.
Tae Yong consideró la idea en su cabeza. Sabría dónde estaría su pareja en todo momento y Jae Kyung estaría allí para asegurarse de que nadie le pusiera las manos encima, aunque Tae Yong tenía confianza de que Jaehyun podría defenderse por su propia cuenta.
—Hablaré con Jaehyo cuando lo vea.
—Buena esa, amigo. Sabes que Jaehyo no se alejará de sus hombres o su hijo por un tiempo —se quejó de Jaehyun—. ¿Por qué no solo puedo ir a preguntarle a Jae Kyung?
Tae Yong extendió los brazos, permitiendo que su compañero se sentara. —Ve a preguntarle, mi amor.
Jaehyun salió disparado, corriendo por las escaleras, mientras Tae Yong se empujaba fuera de la salita. ¿Estaba el hombre excitado o qué? Sonrió mientras descendía por las escaleras, viendo a su pareja hablar con Jae Kyung. El barman miró hacia Tae Yong, una pregunta en sus ojos. Tae Yong asintió con la cabeza.
Jaehyun hizo un gesto con la mano hacia Tae Yong. —No tienes que pedirle permiso. Soy capaz de tomar mis propias decisiones.
Jae Kyung se echó a reír mientras limpiaba con un trapo alrededor del mostrador. —Me gusta. Tiene una boca pegada a él.
Tae Yong estuvo de acuerdo. —¿Así que no te importa que Jaehyun te ayude?
—Por supuesto que no. Podría necesitar mucho más que su ayuda. Los humanos son borrachos, y los vampiros los cubren con alcohol. Deberías venir a ver algunas noches. Apenas puedo seguir el ritmo.
—¡Dulce! —Jaehyun bombeó sus brazos hacia atrás y adelante y luego caminó alrededor de la barra, tomando su puesto junto a Jae Kyung—. ¿Qué puedo hacer para ti, sexi?
Tae Yong gruñó. —Mejor que no uses esa línea que utilizas con todo el mundo.
—Lo dije sin pensar. Ahora, ¿qué puedo hacer para ti?
—Crimson.
Jaehyun miró a Jae Kyung mordiéndose el labio inferior. —Está bien, es posible que necesite ayuda con eso.
Jae Kyung rodó los ojos y le mostró a Jaehyun en dónde se almacenaba la sangre y cómo se preparaba para el consumo. Tae Yong tomó asiento en la barra, sintiendo como si hubiera estado en esta situación antes. Recordó la noche que había ido a donde trabajaba Jaehyun y vio a su pareja mientras atendía la barra. Habían recorrido un largo camino desde entonces.
—Bueno, creo que conseguí hacer este de manera correcta
—dijo Jaehyun mientras deslizaba el vaso de vidrio hacia Tae Yong. Lo levantó y tomó un sorbo, escupiéndolo tratando de limpiar su lengua.
—Supongo que no.
—Definitivamente no, pero lo lograrás. —Y su pareja tendría que practicar con cualquier otra persona. No había manera de que Tae Yong se sometiera a probar esa asquerosa mierda de nuevo.
—Vamos, Jaehyun. Una vez más —dijo Jae Kyung mientras volvía a guiarlo a través de los mismos pasos. Jaehyun asentía con la cabeza, mirando fijamente a Winston tratando de absorber lo que el vampiro le estaba diciendo.
Tae Yong no dudaba que su pareja llegaría a dominarlo... siempre y cuando alguien más fuera su conejillo de indias. Vio a Jae Kyung negar con la cabeza y luego ayudar a su pareja con la bebida. Tenía que tener la temperatura perfecta y ser bien mezclada. A algunos vampiros les gustaba una mezcla de diferentes tipos de sangre mientras que a otros les gustaba directamente de la fuente.
—¿Dónde está el Príncipe?
Tae Yong miró sobre su hombro y luego se frotó la cara. ¿Esto era en serio? —¡Lárgate, Sang Gon! —El hombre era un masoquista. ¿El sol no le habría enseñado la lección?
—Dije que tengo que ver al Príncipe. ¡Ahora!
Tae Yong estaba a cinco segundos de darle una patada al lamentable culo de Sang Gon. Estaba realmente cansado de ese vampiro y sus mierdas. No había causado nada más que problemas desde el principio. —Está con su hijo. Así que vete a la mierda.
—¿Su hijo?
Tae Yong se dio la vuelta, mostrando los colmillos. —Sí. ¿No te acuerdas del hombre embarazado que derribaste? Ese era su pareja, Min Hyuk. Duh. Ya sabes, con todo el asunto del parto y demás, no creo que él quiera verte, y si yo fuera tú, no lo presionaría.
—Pero yo no sabía que el hombre estaba embarazado. Pensé que solo estaba gordito.
Tae Yong quedó boquiabierto ante Sang Gon. —De verdad eres demasiado estúpido para las palabras.
Sang Gon mostró los colmillos a causa de las palabras de Tae Yong. r13;Retira lo dicho. ¡No soy estúpido!
—¿Qué significa esto?
Oh, diablos. Tae Yong se frotó la cara una vez más cuando Jaehyo, junto con sus parejas y su hijo se acercaban a Tae Yong y Sang Gon. Yu Kwon había colocado su cuerpo entre Min Hyuk y Hong Seok, y el resto del club. Tae Yong trató de echarle un vistazo al bebé, pero Yu Kwon era un maldito buen muro, bloqueaba cualquier vista del niño.
—¡Quiero que se me haga justicia! —replicó Sang Gon.
Jaehyo se veía tan molesto como Tae Yong se sentía. —Te voy a decir una cosa, Sang Gon. Ya que pareces ser como una cucaracha a la que no se le puede matar, voy a darte un trabajo.
—¡Qué! —gritó Tae Yong.
Jaehyo alzó la mano. —No he hecho ninguna cosa caritativa desde hace un par de cientos de años. Tienes suerte de que me sienta de esta manera, Sang Gon. Puedes agradecerle a mis parejas e hijo por eso.
Sang Gon trató de mirar alrededor de Yu Kwon también, pero se encontró con hostilidad y gruñidos de la mitad del Aquelarre. Sang Gon se echó hacia atrás y miró a Jaehyo. —No necesito ningún trabajo.
Jaehyo agarró a Sang Gon por su garganta, sus garras alargándose mientras siseaba. —No te pregunté si necesitabas algún trabajo. A partir de este día y hasta que puedas aprender algo de humildad y de respeto hacia los demás, trabajarás en la barra, aquí. Si oigo una sola palabra desagradable de tus labios, terminaré el trabajo que comencé contigo. ¿Entendido? —preguntó Jaehyo cuando sus colmillos se alargaron y su piel comenzó a tornarse de color púrpura.
Los ojos de Sang Gon se abrieron de par en par, asintiendo con la cabeza. Tae Yong se rio entre dientes. Así que el hombre no era tan estúpido después de todo. «Esperen». —Mi pareja está trabajando detrás de la barra, Príncipe. —Tae Yong agitó una mano hacia Jaehyun.
Jaehyo miró a Jaehyun y luego volvió a posar sus ojos en Sang Gon. —Si le dices una palabra equivocada o lo tocas, te mataré yo mismo.
—No lo haré. —Sang Gon palideció cuando se comprometió a mantenerse lo más lejos posible de Jaehyun. A Tae Yong no le gustaba ni un poco. Quería decirle a su pareja que saliera de allí, pero sabía que Jaehyun discutiría con él.
Tae Yong se inclinó hacia delante y le susurró al oído a Sang Gon r13;Pero no antes de que te despelleje vivo si lo acosas de alguna manera.
Jaehyo sonrió dando su aprobación, mientras lanzaba a Sang Gon. —Hay una habitación arriba que puedes utilizar como hogar. No se te permitirá dormir con el resto del Aquelarre.
—Pero…
—¡Silencio! —Jaehyo gritó—. Una palabra más y te cortaré la lengua. No pienses ni por un segundo que yo no sé quién hizo caer a mi pareja de culo.
Guau. Sang Gon se las arregló para palidecer aún más. Tae Yong casi sentía lastima por el hijo de puta. Casi.
—Vamos —dijo Jae Kyung, moviendo su cabeza de adelante hacia atrás—. Ven aquí atrás antes de que logres tener tu estúpido culo muerto.
Tae Yong gruñó cuando Sang Gon caminó detrás de la barra y miró a Jaehyun una fracción de segundo antes de alejarse. Hombre inteligente.
—¿De acuerdo? —le preguntó Jaehyo a Tae Yong.
—Por ahora —dijo Tae Yong antes acercarse al bebé—. ¿Puedo?
Yu Kwon negó con la cabeza, colocando los brazos sobre su pecho. Jaehyo hizo a su pareja a un lado. —Se trata de tu Aquelarre, pequeño. —Sonrió.
Yu Kwon miró a Jaehyun antes de pararse junto a Min Hyuk. —Un movimiento gracioso y sus bolas se caen.
Tae Yong levantó las manos. —Debidamente anotado, joven Príncipe.
Min Hyuk descubrió la cara de Hong Soeok, mostrando a su hijo con orgullo. —Es guapo como su padre.
Tae Yong le sonrió a Min Hyuk. —Debes estar refiriéndose a ti mismo.
Min Hyuk se ruborizó mientras acunaba al bebé en sus brazos. Min Hyuk estaba en lo cierto. El recién nacido simplemente era hermoso. Tenía la cabeza llena de cabello negro mientras dormía en brazos de Min Hyuk. Tae Yong podía sentir a Jaehyo de pie directamente detrás de él.
No había duda de que a cualquiera lo suficientemente loco que se atreviera a tocar al Príncipe y su familia, el Aquelarre lo diezmaría por completo. El pequeño chico iba a tenerlos a todos envueltos alrededor de su dedo meñique.
Jaehyun entró en The Cave junto con Tae Yong. Miró a su alrededor a la gente con la que había trabajado. Vio al primo de Leroy detrás de la barra, se veía jodidamente perdido. Jaehyun se sentía mal por él y por todo el mundo que había conocido a Leroy.
Habían encontrado el cuerpo de Leroy unos días después de la experiencia vivida por Jaehyun en la cripta. Su jefe no había sobrevivido como lo había hecho Dino, lo que era una lástima. Leroy había sido un buen hombre.
—¡Jaehyun! —el primo de Leroy gritó cuando lo vio—. Cuánto tiempo sin verte.
Tae Yong lo había hecho parecer como un accidente automovilístico. Los vampiros lo habían escenificado con el cuerpo de Leroy. Por un lado, ellos no necesitaban el ardor. Y en segundo lugar, aunque la pérdida era devastadora, era mucho mejor que creyeran que había muerto en un accidente automovilístico, en el que el coche se incendió, en lugar de que se lo hubieran comido vivo. Ninguna familia podría enfrentar algo tan terrible como eso.
—He venido a darte mis condolencias —dijo Jaehyun mientras Tae Yong se movía más cerca al primo de Leroy.
El hombre miró alrededor de la barra, con los ojos llenos de lágrimas. —Lo echo de menos. Él dejó el lugar para mí, pero no tengo ni puta idea de qué hacer.
Y por eso Tae Yong estaba aquí. Jaehyun sabía a ciencia cierta que Shane sabía cómo dirigir un negocio. El hombre había ido a la universidad y se había graduado en administración de empresas. Al hombre sólo le faltaba confianza.
Algo que Tae Yong estaba a punto de darle.
—Perdóname —dijo Tae Yong detrás de Shane. Cuando el primo de Leroy se volvió, Tae Yong golpeó. Jaehyun gruñó al ver a su pareja. Él finalmente se había enterado de lo que significaba esa palabra; y muchacho, Tae Yong estaría en problemas si no se contenía con éste — beber de otra persona.
—Te convertirás en un hombre muy seguro y pondrás a marchar tu negocio. Sabrás qué hacer y manejar este bar muy bien —dijo Tae Yong antes de dar un paso atrás.
Jaehyun sonrió cuando Shane parpadeó un par de veces. — Se supone que no debe estar aquí, señor. Por favor, vuelva al otro lado.
Tae Yong se rio entre dientes. —Mi error.
Jaehyun miró alrededor del bar antes de que Tae Yong agarrara su mano y lo llevara afuera. Tenían una fiesta de té con Wendy a las nueve. Gracias a Dios los días se estaban acortando. Podían estar allí a las siete, con tiempo suficiente para su fiesta y luego a la cama.
—¿Listo? —le preguntó Tae Yong apretándole la mano a Jaehyun.
—Sí. —Y así era. Jaehyun estaba listo para cualquier otra cosa que la vida le echara encima. Siempre y cuando el hombre sexi que llamaba pareja estuviera a su lado.
Y si no lo hacía, Jaehyun conocía un pequeño botón que podía hacérselo entender con un gruñido.
continuara...