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33. La tentación de Tae Yong (02) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

donde estan mis paisanas???? 

leyeron las notas??? 

que pasa con sus rw?

si señores esto esta que pica y se extiende, y mas porque fue hoy que me puse a investigar mas de esta saga y me di cuenta que me faltan al menos unos 10 libros mas que adaptar ademas de los que no he adaptado que tengo descargados y estoy asi que O_O 

AGRADECE A MI ASISTENTE MILI-CHAN DAME UN TOQUE AL MAIL

Jaehyun se perdió en la salsa. No entendía un carajo lo que estaba pasando. Su cabeza daba vueltas después de lo que el Príncipe le acababa de decir. —¿Así que estás diciendo que para que el gul pudiera tomar la forma de Dino, tenía primero que comerse a Dino? —Él iba a vomitar. Las lágrimas brotaron de  sus ojos mientras pensaba en su amigo de la infancia—. ¿Estaba vivo cuando pasó? r13;susurró mientras miraba sus manos en su  regazo.

Tae Yong se acercó y agarró las temblorosas manos de Jaehyun en su regazo, apretándolas suavemente. Jaehyun sabía que Tae Yong sólo estaba tratando de tranquilizarlo, haciéndole saber que estaba allí para él. Pero la cuestión era, que Jaehyun no podía ser consolado en estos momentos. Su mente estaba agitada, y su corazón  dolía.

—En verdad lo siento, Jaehyun —dijo el Príncipe  a  un aturdido Jaehyun quien asintió con la cabeza. ¿Qué iba  a hacer  sin su mejor amigo? Atajó los sollozos que trataban de desgarrarse desde su pecho. Lloraría en privado. No haría una escena en público. Lo que había entre él y su mejor amigo, nadie lo entendería. ¿Cómo podrían? Dino había estado allí para él en las buenas y en las malas, en todos sus altibajos y le enojaba pensar en cómo había encontrado su mejor amigo su final.

—Quiero irme a casa —dijo mientras pensaba en lo aterrorizado que habría estado su mejor amigo en su  momento final. Y Jaehyun no había estado allí para él.

—No  es  seguro que…

—¡Me importa  una  mierda! —gritó Jaehyun  poniéndose  de pie y golpeando su puño contra la palma de su mano—. ¡No he conseguido más que dolor desde que te conocí! ¡Llévame a mi maldita casa ahora! A decir verdad, no te necesito ni para una jodida  mierda.  Mantente  jodidamente  lejos  de  mí,  Tae Yong.  —Él giró sobre sus talones, cerrando la puerta  de  la  oficina  de  golpe, saliendo  hecho  una  furia  del club.

Una vez estuvo fuera, Jaehyun inclinó la cabeza hacia atrás, mirando a la luna cuando el dolor se apoderó de él. Las lágrimas ardieron en sus ojos cuando empezó a caminar rápidamente por la calle. Se limpió la cara, cuando los sollozos finalmente rasgaron desde su pecho. Su pérdida era  tan dura  que  Jaehyun  sentía como si alguien estuviera rasgándolo a pedazos en ese instante.

Se dejó caer de rodillas sobre un poco de césped junto a un árbol mientras su cuerpo se sacudía. Pasaba las manos arriba y abajo de sus muslos, mientras su cabeza colgaba. Las lágrimas caían libremente mientras Jaehyun se rendía ante su  dolor.

—¡Mierda!  —gritó mientras golpeaba el suelo con los puños.

¡Dino era una buena persona! No se merecía lo que le  había sucedido. Jaehyun se limpió el rostro cuando se puso en pie, continuando su camino hacia su   casa.

Le hizo señas a un taxi que pasaba por ahí. Las luces de los frenos se iluminaron, y entonces el taxi dio reversa hasta donde él se encontraba aturdido, esperándolo. Jaehyun se deslizó en el asiento de atrás y cerró la puerta. Le dio al taxista su dirección cuando se acomodaba hacia atrás, haciendo su mejor  esfuerzo para serenarse. Esta había sido una maldita jodida  noche.  Lo único que quería era tomar una ducha de agua caliente y meterse en la cama, olvidando que el mundo existía. ¿Qué diablos le iba a decir a la familia de Dino?

Los frenos del taxi chirriaron cuando se detuvo frente a su casa. Jaehyun sacó su billetera, pagándole al hombre mientras salía deslizándose del asiento de atrás. Sacó las llaves de su bolsillo y luego entró.

Encendió una luz, tirando sus llaves en el recipiente al lado de la puerta principal. Jaehyun se quedó ahí de pie en la puerta, mirando alrededor de su pequeña casa. Se sentía tan vacía y fría sin Dino invadiéndola, haciéndola su hogar. Su mejor amigo había sido una constante aquí.

Jaehyun caminó hacia el cuarto de baño, desnudándose y abrió  la  ducha.  Nada  tenía  sentido  para  él,  y  a  estas      alturas, honestamente no le importaba. Se metió bajo el agua, dejando que el calor relajara sus hombros. Él comenzó a llorar de nuevo, sintiendo como si se estuviera ahogando sin un chaleco salvavidas a la vista. Jaehyun observó el remolino de agua alrededor del desagüe, una coloración roja caía por este junto con el agua, eran sus lágrimas.

¿Qué iba a decirles a su mamá y hermana? Era un maldito vampiro. ¿Irene lo entendería? ¿Su botón le tendría miedo ahora? Jaehyun golpeó la pared de azulejos, preguntándose cómo su mundo había cambiado tan drásticamente en los últimos dos días.

Lo peor de todo era lo que le había dicho a Tae Yong. Fue imperdonable la manera en cómo se impuso ante su amante. El hombre había estado a su lado desde que se le lanzó, y Jaehyun, básicamente, le arrancó el corazón al hombre. Salió de la ducha, secándose, y luego se dirigió a su dormitorio.

Jaehyun se metió debajo de las cobijas, tirando de ellas hasta llevarlas sobre su cabeza, quedándose dormido, olvidándose del mundo exterior y el dolor en su interior.

 

 

 

Tae Yong se sentó en el porche trasero de Jaehyun, con las manos colgando entre sus rodillas mientras miraba el césped bajo sus pies. No había manera que dejara solo a  su  pareja  después de todo lo que le había sucedido, incluso si Jaehyun  no  lo  quería nunca más. Le dolía un infierno, pero Tae Yong no era tan egoísta como para dejar a su pareja sin protección.

Vio la luz de la habitación  de  su  pareja  apagarse.  Tae Yong  se echó hacia atrás, mirando el patio trasero. ¿En qué momento  las cosas se pusieron tan mal? Hace tan solo un rato ellos estaban sentados a la barra, pasando un buen rato, profesándose su amor el uno al otro. Y ahora su pareja, básicamente, le había arrancado el corazón de su pecho, con un cuchillo para bistec. Tae Yong estaba cabreado más allá de las palabras. Sabía que Jaehyun tenía derecho a estar enojado por lo que le había sucedido a Elí. Pero el que hubiera volcado su ira en él  le  era difícil de   perdonar.

 

Tae Yong sabía que no sería capaz de permanecer mucho tiempo aquí. El sol lo obligaría a buscar refugio. Echó un vistazo hacia la habitación de su pareja sintiendo que la tristeza se apoderaba de él. Su vida había sido muy solitaria antes  de  Jaehyun.  Una existencia que no se había dado cuenta que odiaba hasta que encontró a Jaehyun.

Había pensado que esos días finalmente habían quedado atrás. Pero después del arrebato de cólera de Jaehyun, Tae Yong sabía que esos días siempre estarían con él, atormentándolo, adueñándose de él.

Se paró, suspirando mientras se difundía, llevándose consigo la sensación de que había pedido la razón de su existir.

 

 

 

Jaehyun se despertó con un sobresalto, cuando una mano aterrizó sobre su boca. Se quedó completamente inmóvil mientras sentía que quienquiera que fuera se inclinaba  más  cerca, sintiendo su caliente aliento jugando a través de su oreja. — Finalmente estamos solos,  Jaehyun.

Jaehyun tragó mientras llevaba lentamente su vista hacia el intruso. Santa jodida. Era uno de los hombres que Tae Yong le había dicho que era un Anciano.

El rostro del hombre tenía marcadas líneas de expresión mientras miraba a Jaehyun. —Ya que no pude atrapar a uno de las parejas del Príncipe, tú lo harás muy bien. —El hombre retiró su mano y con los ojos retó a Jaehyun a que se atreviera a tratar de luchar contra él. No era tan estúpido. El hombre era un Anciano por alguna razón. Un título que Jaehyun no estaba dispuesto a probar. Le gustaba respirar a través de su  boca.

—¿Vas a usarme como rehén? —preguntó incrédulamente, mientras ladeaba la cabeza—. No te ofendas, pero podrías haber elegido a  alguien  más arriba  en el árbol familiar.  —Maldita    sea, ¿por qué tenía que abrir la boca? ¿Estaba realmente tratando de morir?  Sabía que él estaba nervioso.  Demonios, estaba aterrorizado,  por  lo  que  su  boca  iba  a  una  milla  por  minuto.

«Maldito tic nervioso».

—Yo aconsejaría a mi lengua si fuera tú. No te equivocaste al suponer que eres desechable. Ten eso en cuenta antes de permitir que tus palabras vuelen libremente.

Díselo a su tic nervioso. —Todo lo que estoy diciendo es que no obtendrás ni un centavo por mí. —«¿Los vampiros realmenteretenían a las personas para obtener algún rescate?» Le parecía un poco extraño, pero también lo había sido la noche entera. A estas alturas, Jaehyun podía creer casi en cualquier cosa. Diablos,  él podría comprar el Puente Brooklyn ahora mismo si alguien tratara de vendérselo.

—Tonto. Me importa un bledo el dinero. Se trata de tener a Jaehyo en nuestro círculo después de mí. El viajar juntos con el Príncipe nos daría una posición muy superior. Nadie pensaría dos veces antes de cuestionar a los Ancianos, si el Príncipe, el vampiro original, estuviera a nuestro lado.

—Oh, así que estás en ello por la gloria. Lo entiendo. ¿Has considerado el hecho de que su pareja está embarazado? Creo que sus maletas son cosa del pasado ahora. —Dios mío, ¿por qué su boca no podía quedarse cerrada? Jaehyun no podía controlarse. Estaba ahí acostado, desnudo bajo las mantas, con un chico jodidamente caliente a horcajadas sobre él,  y  quien además resultó ser todo un psicópata. ¿No era ese siempre el caso? ¿Por qué a los hombres sexis siempre les tenía que  faltar  algún tornillo?

Se acordó cuando Tae Yong le contó cómo había oído a Jaehyun llamarlo. Jaehyun se preguntó si podría funcionar de nuevo. No estaba siquiera seguro de cómo funcionaba o si Tae Yong le daría la hora del día después de que él había dado de brincos encima de su corazón, pero tenía que tratar y conseguir que este loco lo dejara ir.

Se relajó lo mejor que pudo, dadas las circunstancias  y llamó al hombre que amaba. Él podría haberlo herido, y sabía que había cometido un tremendo error al alejar a Tae Yong, pero Jaehyun amaba al hombre con cada fibra de su ser. Mataría una roca para proteger y amar a Tae Yong. Qué lástima que hubiera actuado como un imbécil rematado.

¡Tae Yong! Ayúdame, Tae Yong. Ayúdame, por favor. —Jaehyun repitió su declaración una y otra vez en su cabeza mientras oraba para que el hombre lo escuchara. No estaba seguro de si  Tae Yong escucharía sus palabras o si simplemente sentiría su desesperación. No le importaba. Jaehyun no tenía vergüenza—. Pido perdón por lo que te he dicho. Estaba sufriendo, pero  eso  no significa que quiera alejarme de ti. Te amo.

Oraba porque Tae Yong no creyera que él estaba diciéndole todo eso porque que necesitaba de su ayuda. Realmente lo sentía y amaba a Tae Yong. El hombre se había plantado en él. Además, era un loco sexi, pero era el loco sexi de Jaehyun.

—Eso es, llama a tu pareja —el Anciano rio amenazadoramente entre dientes mientras cambiaba de posición, haciendo sentir a Jaehyun jodidamente incómodo—. Eso es exactamente lo que quiero que hagas.

¿Pareja? Esta no era la primera vez que escuchaba esa palabra. Jaehyun  tenía  que  averiguar  lo  que  exactamente significaba, si sobrevivía a esto. El Anciano parecía no tener conciencia. El hombre probablemente mató a su desayuno y ni le habrá  importado.

—Mientras esperamos que tu plan funcione, ¿te importaría bajarte de mí? —Jaehyun curvó sus labios cuando el Anciano le siseó. Aquellos colmillos eran jodidamente largos. ¿Se volvían así con la edad? Eso hizo que Jaehyun orara porque nunca llegara a ser tan malditamente viejo. Estos no eran para nada atractivos.

—¿Esto te hace sentir incómodo? —preguntó el Anciano. Jaehyun tenía la sensación de que estaba jugando con él. Se negó a responder a la pregunta. Él  no  iba  a  jugar  mientras  estuviera  en las manos del hombre. Jaehyun temía a lo que el Anciano le haría si supiera lo aterrado que  realmente   estaba.

—Nop. Simplemente no estoy acostumbrado a que un culo tan gordo esté sentado sobre mí. —Maldita sea. ¿Por qué tenía que ir y decir eso? Palabras demasiado malas no podían ser   retiradas.

 

Si pudiera, borraría lo que le había dicho a Tae Yong. «A la mierda con el Sr. Frodo aquí». No le importaba lo que le dijera al Anciano en este momento. No era que el hombre lo fuera a dejar en libertad de todos modos.

—Un neófito insolente. Me gusta. —El hombre deslizó sus manos sobre el desnudo pecho de Jaehyun, haciéndolo temblar  del asco. No le gustaba estar con hombres jodidamente dementes y menos ser jodido por  ellos.

Quería a Tae Yong. Por segunda vez en solo dos noches, Jaehyun estaba desesperado por ver a su amante. Cerró los ojos con fuerza y lo llamó una vez más, la desesperación persiguiendo sus palabras.

Nunca creyó que un hombre pudiera ser violado, pero rápidamente estaba cambiando de opinión. El brillo en los ojos del Anciano le estaba diciendo una historia diferente. Una retorcida historia en la que Jaehyun no quería ser su protagonista. El hombre podría ser más fuerte que él, pero Jaehyun no iba a quedarse ahí sin luchar si intentaba alguna  cosa.

—No te hagas ilusiones, neófito. Nunca he obligado a  nadie, y tú no serás el primero —dijo el hombre como si hubiera sido insultado.

—Ah, él está aquí —dijo el Anciano mientras apretaba los muslos más estrechamente en torno a Jaehyun.  Para  un hombre que no iba a intentar alguna cosa, el Anciano se estaba poniendo terriblemente amigable. Jaehyun quería empujar al vampiro fuera de él. No quería que Tae Yong los viera así. A pesar de que no estaban haciendo absolutamente nada, sabía que la imagen iba a   lastimar a  su amante.

—Tienes cinco segundos para quitarte  de  encima  de  él  — dijo Tae Yong con una tranquila y mortífera voz detrás de ellos. La voz era música para los oídos de Jaehyun. Quería arrojarse a los brazos de Tae Yong y pedirle perdón, pero era imposible por el momento con el crecimiento  sobredimensionado  en  su ingle.

—Lo siento, Tae Yong —dijo Jaehyun con pesar mientras  trataba de transmitir sus sentimientos a través de sus ojos.

 

—Lo sé, mi amor. Lo he oído todo. —Tae Yong se movió alrededor de la cama, abriendo los ojos una fracción de segundo antes de adoptar una expresión civilizada. Jaehyun sabía que tenía que ser un shock ver a un Anciano sentado en su jodido regazo. Aún no lo podía creer ni él mismo.

—Dile a Jaehyo que se una a nosotros, o nunca lo volverás a ver de nuevo —dijo el Anciano antes de que la habitación  desapareciera  justo  ante  los  ojos  de Jaehyun.

 

Tae Yong estaba aturdido  y enfurecido,  todo al mismo     tiempo.

¿Un Anciano? Se difuminó en la casa de Jaehyun, apareciendo en la oficina de Jaehyo. —Un Anciano se ha llevado a mi pareja.

Jaehyo se paró de golpe de su asiento, la rabia  contrajo su rostro en respuesta, mientras gruñía.   —¿Cuál?

—Fue el que miró a mi pareja durante la ceremonia. El tercero en entrar en el club. —Tae Yong comenzó a pasearse de un lado a otro a causa de la preocupación por su pareja. Había visto que estaba desnudo ahí acostado y Tae Yong no estaba seguro qué  tan sádico era el Anciano, y no quería averiguarlo. Pero si dañaba uno solo de los cabellos de la cabeza de Jaehyun, iba a hacer que el hijo de puta se comiera sus propias bolas.

Jaehyo gruñó caminando alrededor de su escritorio, parándose frente a Tae Yong, deteniendo su maniático ritmo. —Jung Mo. Ese hijo de puta ha causado más problemas de lo que él vale últimamente.

—Sí, bueno, él tiene a Jaehyun ahora. Dijo que te dijera que no volvería a ver a mi pareja a menos que te unieras a ellos. Dime, Príncipe. ¿Qué voy a hacer? Él tiene a mi pareja. No me puedo quedar aquí y esperar que todo salga bien. Jaehyun es mío, y haré lo que sea para tenerlo de vuelta. Cueste lo que  cueste.

Jaehyo miró a Yu Kwon y Min Hyuk antes de  volver  a mirar a Tae Yong. —Vamos por él. Tengo la sensación de que sé adónde Jung Mo se lo ha llevado.

 

—No puedes ir sin mí —gritó Yu Kwon—. No voy a  dejar que vayas sin protección. —Sus puños se estrellaron contra el escritorio mientras miraba siniestramente a Tae Yong.

—¿Y qué de Min Hyuk? ¿Y si llega el momento del parto mientras no estamos? Necesita a uno de nosotros.

—Él nos necesita a los dos —respondió Yu Kwon cruzando sus brazos sobre el pecho, mirando al Príncipe en esta ocasión. Min Hyuk caminó lentamente hacia Yu Kwon, colocando su mano sobre su hombro.

—Te necesito, Yu Kwon. Por favor, no luches con  el Príncipe  acerca de  esto. ¿Qué  si se  tratara de  uno de nosotros? ¿Crees que el Príncipe no dudaría en ir por nosotros? Deja que le ayude a Tae Yong.

Los ojos de Yu Kwon se suavizaron cuando miró a Min Hyuk. Tae Yong no podía dejar de sentir como si estuviera viendo algo muy íntimo. Él desvió la mirada, mientras esperaba qué decisión tomaba.

—Está bien. Pero será mejor que traigas a mi pareja de vuelta, Tae Yong —dijo Yu Kwon de mala gana—. No será para nada bonito si no lo haces.

Tae Yong lo sabía muy bien. Yu Kwon era una fuerza a tener en cuenta. —No te preocupes, joven Príncipe. Si algo le ha sucedido a mi pareja, no volveré.

Yu Kwon asintió con la cabeza mientras Jaehyo  le sonreía a sus parejas. El Príncipe le puso una mano sobre el hombro a Tae Yong. r13;Cuida de Min Hyuk por mí, pequeño.

Yu Kwon asintió con la cabeza. —Con mi  vida.

—¡Te amo! —gritó Min Hyuk cuando Tae Yong y Jaehyo desaparecían del club.

Tae Yong exhaló bruscamente cuando el amargo aire frío invadió sus pulmones. Miró a su alrededor en la caverna en la que se habían materializado. Tae Yong podía oír los fuertes vientos aullando a través de la caverna y se estremeció, frotando con las  manos arriba y abajo sus brazos. —¿Dónde  estamos?

 

—En casa de  Jung Mo.

 

Tae Yong miró a su alrededor, preguntándose cómo alguien podía vivir así. El lugar era frío y parecía inaccesible. No  le deseaba este lugar ni siquiera a un oso. Las paredes estaban cubiertas de hielo, el suelo era duro y resbaladizo. Tae Yong pisaba con cuidado mientras miraba alrededor,  preguntándose  si  su Jaehyun se estaría congelando en este momento.

—No dejes que este lugar te engañe. Jung Mo vive muy cómodamente en el vientre de la montaña. Esta caverna es sólo un lugar  para  protegerse  de  huéspedes indeseados.

Jaehyun, ¿puedes oírme, amor? —Nunca había tratado de usar su vínculo mental antes. Con todo lo que había sucedido, no quería asustar más a su pareja. Jaehyun había hablado con él antes a través de su vínculo. Oraba porque su pareja lo hiciera ahora. Podría haber seguido la llamada de la sangre de Jaehyun, pero Tae Yong quería escuchar que su pareja estaba bien. No quería entrar en otra terrible escena. Tae Yong no sería capaz de soportar ver otro espectáculo como el que había tenido que vivir hace tan poco tiempo.

.

 

Tae Yong soltó un suspiro de alivio. Su compañero estaba vivo.

 

No vengas. Es una  trampa.

 

—Mi pareja dice que es una trampa —Tae Yong le dijo a Jaehyo. Aquí no había manera de que pudieran liberar a Jaehyun del Anciano. Trampa o no, Tae Yong iba a lograr recuperar a su pareja.

—Me habría sorprendido que no lo fuera —dijo Jaehyo mientras agitaba una mano sobre una pequeña parte de la pared de la caverna. Tae Yong se sorprendió al ver que tiraba de una piedra al lado de la caverna y luego una puerta  corrediza  se  abría  al  otro lado de la estéril sala—. Sígueme. Pero tendrás que hacer todo lo que  te  diga  sin  dudar. ¿Entendido?

—Sí, Príncipe. —Tae Yong no estaba seguro de qué esperar, pero confiaba en su Príncipe más de lo que pudiera confiar en nadie más,  excepto Jaehyun.

 

Tae Yong siguió a Jaehyo a través del estrecho pasaje. Estaba completamente negro en el interior de la caverna, pero los vampiros tenían una excelente visión nocturna. Tenía que admitir, incluso para sí mismo, que le era difícil ver en la total oscuridad. Podía ver las paredes y al Príncipe delante de él, pero nada  más fuera  de eso.

—Pase lo que pase, recuerda que no te haré daño ni a tu pareja.

Tae Yong asintió con la cabeza a pesar de que Jaehyo no podía verlo. Él había visto la otra forma de Jaehyo y sabía a lo que el Príncipe se estaba refiriendo. Tenía la sensación de que alguien estaba a punto de morir, y votaba a favor de Jung Mo.

Tae Yong se consideraba como un joven entre los de su pueblo, pero aun así Jaehyo le había dado un rango. Lo hacía sentirse orgulloso de luchar al lado de su amado original. Podía ser el cuarto en la clasificación, una posición  por  la  que  él había luchado con todas sus fuerzas, pero no era un neófito cuando se trata de situaciones peligrosas.

Podía sentir cómo descendían dentro de la montaña. Tae Yong se estaba sintiendo cada vez más ansioso por sostener a su pareja entre más se tardaban en llegar a él. ¿Sabes qué tipo de  trampa ha preparado para nosotros?

Tae Yong esperó, pero Jaehyun no le respondió. Comenzaba a sentirse preocupado cuando finalmente  escuchó  la  hermosa  voz de su pareja. —No estoy seguro. Nunca he visto nada igual. Ten cuidado con los guls que tiene custodiando los  pasadizos.  Parecen muy malditamente orgullosos de las cosas. Las dos criaturas se parecen  a los chicos que vi en el club.

Mierda. ¿Cómo había logrado el Anciano llevarse a dos miembros del Aquelarre? Tae Yong quería saber quiénes eran, pero sabía que su pareja en verdad no conocía a nadie por su nombre. Pronto lo descubriría.

Finalmente llegaron a la parte inferior, el aire cálido los saludó. Tae Yong miró a su alrededor con la esperanza de que podría detectar a su pareja. Al entrar en una lejana habitación, Tae Yong puso su mano sobre el brazo de Jaehyo. —Tiene a algunos guls esperando  por nosotros.

Jaehyo asintió con la cabeza mientras caminaban por la abertura. Tae Yong quedó sin aliento ante la vista delante de ellos.

Allí, en medio de la caverna, estaban Yu Kwon y  Min Hyuk.

 

continuara...


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