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33. La tentación de Tae Yong (02) por dayanstyle

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Tae Yong se quedó perplejo. Había conocido a Jaehyun cuando lo salvó afuera del Club, The Manacle, donde los humanos iban de fiesta y los vampiros se alimentaban de ellos,  y este  humano era su pareja. Lo había estado vigilando desde fuera de su casa y trabajo hace semanas, tratando de conocer a su compañero a distancia. Esta noche había decidido que era hora de acercarse a Jaehyun.

Nunca se imaginó que su pareja lo rechazaría. Ahora Tae Yong estaba ahí preguntándose qué debía hacer. No había previsto esto.

No era como si pudiera  tomar  al  chico,  jalarlo  por  encima de la barra y llevarlo a la mansión en donde el aquelarre residía. Estaba muy seguro de que Jaehyun se opondría. Y probablemente también... en parte  sería ilegal como el    infierno.

Pero el factor más importante que lo detuvo de tomar lo que era suyo, es que Tae Yong nunca había obligado a nadie a estar con él, y no iba empezar   ahora.

Pequeños gruñidos salían de sus labios mientras observaba a muchos de los hombres sentados a la barra comerse con los ojos a su pareja. Una desesperada necesidad de protegerlo brotó en su interior al ver la inocencia en los ojos de su pareja.  Sentía  un crudo deseo recorriéndolo a través de sus venas mientras Jaehyun caminaba de un lado a otro a lo largo de la barra, su culo fuertemente compactado se balanceaba mientras tomaba las órdenes de los humanos borrachos.

Tae Yong lo quería.

 

Tae Yong  lo  quería urgentemente.

 

Jaehyun hizo a Tae Yong consciente de que era un hombre muy necesitado, un hombre que deseaba a ese humano más de lo que podía  imaginar.   Se   sentó  de   nuevo  en  el  taburete,   sus  ojos observando cada movimiento que hacía su pareja. Tae Yong recordó la noche que encontró a Jaehyun siendo drenado por dos vampiros rebeldes a las afueras de The  Manacle.  Enfureció cuando descubrió que Jaehyun era su pareja y que los dos rebeldes estaban tratando de tomar hasta la última gota de sangre de su  cuerpo.

Se quedó con Jaehyun hasta que su pareja recuperó la conciencia. Una vez que persuadió a Jaehyun de que le diera su dirección, Tae Yong procedió a borrar de su mente los acontecimientos que habían tenido lugar esa noche. No quería que Jaehyun quedara traumatizado. Si no hubiera borrado los recuerdos de Jaehyun, su pareja le habría tenido miedo a los vampiros, algo que Tae Yong no podía permitir que sucediera teniendo en cuenta que era uno.

Tae Yong volteó la cabeza bruscamente hacia un lado cuando escuchó a dos humanos hablando a su lado. Se dio cuenta que estaban tratando de mantener sus voces a un volumen bajo, pero en un bar lleno de ruidos, no era una tarea  fácil.

—Es gay. ¿Qué le va a importar que nosotros dos se lo hagamos en equipo? Todos los gay son pervertidos. A Jaehyun le gustará —dijo uno de ellos en un tono antipático—. Ten en cuenta mis palabras.

—Pero conocemos desde hace mucho  tiempo a  Jaehyun. No es correcto. No quiero hacerlo —el otro protestó—. Y creo que tú tampoco deberías hacerlo. Vamos, conocemos a su madre por el amor de Dios.

—¿Desde   cuándo   te   convertiste   en  un  marica, Jun Seop? Pensé que disfrutabas con el sexo duro.

—Sexo duro, no violación, Sang Chul. Y además, no lo hago con hombres. —Jun Seop dijo con desdén mientras se alejaba.

Tae Yong miró por encima de su hombro cómo Jun Seop se empujaba a través de la multitud de cuerpos  humanos.  La aversión del hombre al forzado plan fue la única cosa que le salvó la vida. Ahora el otro...

 

Sus ojos fueron hacia atrás, aterrizando de nuevo en el hombre que quería violar a su pareja. Tae Yong pasó la lengua por sus colmillos mientras sentía cómo surgía el asesino en su interior. La oscuridad envolvía sus pensamientos mientras observaba  a Sang Chul mirar a Jaehyun. La idea de matar al enfermo hijo de puta le trajo muchos malos recuerdos. A Tae Yong no le gustaba recordar el tiempo cuando era joven, antes de venir a vivir con Jaehyo, el Príncipe de los vampiros.

—Hey  —dijo Tae Yong  cuando le  tocó el hombro  a  Sang Chul.

El hombre dio media vuelta, mirando de arriba abajo a Tae Yong con desaprobación. —¿Qué?

—¿Era en serio lo que tú y el otro hu… —Tae Yong se aclaró la garganta, atajando su desliz—, el otro tipo estaban  hablando?

La expresión irritada de Sang Chul se volvió a una de curiosidad, una oscura ansia se encendió en sus ojos ante la pregunta de Tae Yong. Este tipo sin lugar a dudas era una mala semilla. Las autoridades humanas deberían  encerrar  a  esta mierda enferma por el resto de su miserable vida. Las calles estarían más seguras. Tae Yong no tenía ningún problema con asegurarse de que el hombre recibiera lo que se merecía y algo más.

Llámenlo hipócrita. Le importaba una mierda. Las perversiones de Sang Chul estaban siendo dirigidas hacia su pareja. Los guantes estaban fuera.

—¿Y si así fuera? —Sang Chul se dio la vuelta completamente, apoyando el codo sobre la barra mientras que con una de sus manos acunaba un vaso con líquido oscuro. Tae Yong podía oler el alcohol desprenderse del hombre.

Se encogió de hombros alcanzando a ver a Jaehyun desde el rabillo del ojo. —Tal vez quiera entrar en eso.

—¿Cómo sé que no eres un policía? —preguntó Sang Chul mientras miraba de nuevo a Jaehyun. Tae Yong quería masacrarlo en el acto.

 

Tae Yong rio bajo y profundo. Levantó una ceja mientras levantaba los brazos abiertos por delante de su cuerpo. —¿Te parezco un puto policía?

Los ojos de Sang Chul recorrieron de arriba abajo el cuerpo de Tae Yong mientras se lamía los labios. ¿Cómo diablos podía el hombre hacerle tanto daño a los homosexuales, cuando era evidente que ansiaba joder a uno? No podía entender para nada a los  humanos.

Sang Chul negó con la cabeza. —No, me parece  que  te  ves como un maldito vampiro.

«¡Bingo!» Tae Yong se rio de Sang Chul. Si él supiera cuán  ciertas habían sido sus palabras. —Deberíamos salir para hablar de cómo vamos a hacer eso —asintió con la cabeza en dirección a Jaehyun—. No quiero que nadie nos escuche, ¿o lo hacemos ahora?

Sang Chul dejó su vaso en la barra, alegría brillaba en sus ojos. La sangre de Tae Yong ardía ante el ansia que se veía en el humano. — No, nosotros no debemos.

Tae Yong  se  puso  de  pie,  sosteniendo  el  brazo  hacia  un  lado.

r13;Después de ti. —Siguió a Sang Chul a través de la multitud y en  el aire de la noche. Tae Yong respiró hondo, tomando una bocanada  de aire limpio y fresco antes de girar sobre sus talones y seguir al humano a un lado del edificio, que resultó ser un callejón. Dios, algunos humanos eran demasiado tontos para vivir.

El humano estaba tan absorto  en  sus  perversiones  como para ver el verdadero peligro que lo acechaba en la oscuridad. Estúpida  mierda.

Sang Chul se detuvo y se volvió, cruzando los brazos sobre su pecho. —Hablemos.

Tae Yong se lanzó, golpeando a Sang Chul duro contra la pared de hormigón. Hundió sus colmillos en el cuello del humano, tomando su sangre y viendo en su mente. Jaehyun no habría sido la primera víctima de este puto imbécil. Parecía que Sang Chul gustaba de los hombres, de la más brutal y atroz  manera.

 

Tae Yong extrajo sus colmillos, con ganas de escupir en el suelo para echar fuera de su boca la sangre  del psicópata.  Incluso  en sus días más oscuros, Tae Yong nunca había sido tan   monstruoso.

—Suéltame, Joder —gritó Sang Chul  mientras  pateaba, tratando desesperadamente de liberarse. Lo único que logró hacer fue patear una botella vacía, enviándola a pocos metros de distancia, haciéndola añicos. Tae Yong se apoderó de la barbilla de Sang Chul, bajando su rostro hasta que sus narices estaban a pocas pulgadas de distancia.

—Vas a ir hasta la estación de policía más cercana y confesarás todo lo enfermo y vil que has cometido en contra de todos esos hombres. Vas a reparar el daño que le has causado a todos y cada uno de los que violaste, y vas a pasar el resto de tu vida en prisión por el hombre que asesinaste. ¿Entendiste,  Sang Chul?

Sang Chul dejó de luchar mientras miraba vacíamente los ojos de  Tae Yong. —Sí.

Tae Yong liberó el agarre de muerte que ejercía en la mandíbula del humano, pero no sin antes darle una  fuerte  bofetada.  — Bueno, hombre. Ahora vete. Ve y canta todos tus crímenes. No dejes nada fuera.

Sang Chul asintió con la cabeza, Tae Yong dio un paso atrás, lo que le permitió al humano seguir. Dios, se había vuelto tan blando. De vuelta en los  días...

Tae Yong hizo a un lado ese pensamiento mientras caminaba de regreso por el callejón y entraba al bar. Se estremeció al pensar en lo que podría haberle pasado a Jaehyun si no hubiera estado allí y escuchado esa conversación. Escoria como esa no merecía vivir, pero Tae Yong no tenía derecho a... ya no  más.

Acomodó con una mano su cabello mientras estaba en el interior al píe de la entrada. Tae Yong miró a su alrededor,  a  la multitud de humanos dando vueltas o bailando. Qué desperdicio. Estas personas estarían mejor en The Manacle donde podrían ser de utilidad. Vio a Jun Seop a través del bar, apoyado  contra  la pared mientras se limpiaba con las manos su  cara.

 

Tae Yong echó un vistazo hacia la barra, asegurándose de que su pareja estuviera a salvo antes de empujarse a  través  de la multitud y dirigirse directamente hacia Jun Seop. Se detuvo  frente al decaído humano. —Sabes, eso no habría sucedido si hubieras ido de fiesta a un lugar diferente.

La cabeza de Jun Seop se disparó hacia arriba para mirar a Tae Yong, su rostro pálido. —No sé de qué me estás  hablando.

 

—Sí  —resopló  Tae Yong—.  Hacerte  el  tonto,  es  más  seguro  para ti.

 

Los ojos deJun Seop se precipitaron alrededor del bar antes de mirar de nuevo a Tae Yong. —No iba  a  hacerlo.  Eso  solo  estaba... mal.

Tae Yong asintió con la cabeza. —Estoy de acuerdo. —Sacó una tarjeta del club de su bolsillo y la metió en el bolsillo delantero de la camisa color verde de Jun Seop—. Ve a este lugar. Te puedo garantizar que no te encontrarás con cualquier pendejo ahí. Diles que Tae Yong te ha enviado. Ahora vete a casa.

Jun Seop lo estudió por un momento antes de apresurarse a través de la pared de clientes y dirigirse directamente hacia la puerta  principal.

Tae Yong suspiró. Algunos días se sentía como un vaquero guiando al ganado. Los humanos necesitaban niñeras para que dejaran de ser tan tontos. Tae Yong oyó a otra persona gritar el nombre de su pareja, por lo que se entretejió a través de la multitud para ir y asegurarse de que su pareja estaba a  salvo.

Se estaba convirtiendo en un trabajo a tiempo completo. Jaehyun trabajaba en la barra de  manera  muy  profesional,  sin saber del peligro que le acechaba por todos los rincones. Su hombre era sexi como el infierno y no parecía ser consciente de ese hecho. Les daba a todos una sonrisa y reía mucho mientras trabajaba.

Tae Yong quería sacarles los ojos a todos con sus garras. Frunció el ceño cuando sintió que alguien le daba golpecitos en la espalda. Tae Yong se volvió para ver a una hermosa rubia de pie detrás de él.

 

—Eres lindo. —Ella se rio tontamente a causa de la borrachera.

Tae Yong le sonrió mientras inclinaba la espalda contra la barra, apoyando los brazos sobre esta. —¿Te parece? —Aunque  Tae Yong sabía quién era su pareja, tenía debilidad por las mujeres. Él era bisexual, amante de hombres y mujeres. La  trataría  con delicadeza. Ser un pendejo con el sexo opuesto no estaba en su naturaleza.

—Sí. —Ella se rio de nuevo—. ¿Puedo irme a casa contigo? Tae Yong rio ante el rubor que cubrió la cara de la rubia.   —Vaya, ¿puedo saber por qué le estás pidiendo eso a un completo extraño, cariño?

Ella se tambaleó un poco, sus ojos parpadearon un par de veces antes de mirar a Tae Yong como si acabara de darse cuenta que él estaba allí. —Eres  lindo.

Tae Yong negó con la cabeza. —Toma un taxi y ve a casa, amorcito. No deberías hacer esta clase de proposiciones en ese estado. —Hizo que ella entendiera perfectamente lo que le estaba diciendo. Un empujoncito mental no dolía tanto.

—¿Sabes qué, guapo? Mejor tomaré un taxi y me iré a   casa.

—Buena idea. —Le sonrió antes de volverse a ver a  su pareja que estaba parado ahí frente a sus  ojos.

—¿Tuviste suerte con la dama? —preguntó Jaehyun mientras alcanzaba de debajo de la barra una botella de agua, la destapó haciendo crujir la tapa y tomó un trago, sus ojos en Tae Yong todo el tiempo.

«¡Mierda!» ¿Cómo se las arreglaba para  meterse  en  estos líos? r13;No. Acabo de sugerirle que se fuera a casa. Estaba demasiado ebria para estar  sola por la ciudad.

Jaehyun lo miró por un momento mientras dejaba el recipiente de plástico sobre el mostrador, sus dedos jugaban con la etiqueta. Quería ser la etiqueta en estos momentos. —¿Y el tipo con el que saliste?

 

¿Por qué su pareja tenía que ser tan condenadamente observador? Eso hizo que el corazón de Tae Yong se hinchara al saber que Jaehyun lo había estado observando, pero lo que vio su pareja no había sido gran cosa. —Estaba borracho  y  causando problemas. Simplemente lo escolté fuera. —Era la verdad. Casi. Algo.

Jaehyun le dio un bravo, justo cuando sus dedos se cerraron en torno a la botella de plástico, estrujándola un poco y llegando el sonido a los oídos de Tae Yong. Dios, deseaba que su pene estuviera en la mano de Jaehyun en estos  momentos.

—Así que, ¿has reconsiderado el salir conmigo? —preguntó Tae Yong echando un rápido vistazo alrededor. El ambiente se estaba poniendo un poco  extraño,  pero  no podía  dar  con la  causa.

—No. Te lo dije. No puedo.

—Pero no me  dijiste  por qué  no puedes hacerlo.

 

Jaehyun le arqueó una ceja a  Tae Yong,  sus  dedos  apretaron un poco más el rededor  de  la  botella.  —Porque… ¿sí?

—No es lo suficientemente bueno —dijo Tae Yong. Estaba cansado de eso. Tenía que haber alguna manera de convencer a Jaehyun de ir a otro lado con  él.

—¿Por qué no nos encontramos en The Manacle,  conoces ese club?

Los ojos de Jaehyun se redujeron al mismo tiempo que sus labios se apretaron en una línea. —No, gracias. La última vez que estuve allí, yo... no, gracias. No soy de los que les gusta repetir malas experiencias.

Tae Yong estaba a punto de perder la paciencia.  No  estaba seguro de cómo iba hacer para conocer mejor a su pareja si el hombre no quería tener nada que ver con él. Casi enseña los colmillos cuando la ira empezaba a montarse en él. Estaba demasiado malditamente viejo como para seguirle el juego a su pareja. Estaba listo para llevarse a casa a Jaehyun y  mostrarle  lo que era ser tomado por un vampiro.

 

Pero fue él quien fue tomado por sorpresa cuando Jaehyun comenzó a sonreír. No estaba seguro  de  que  pudiera  confiar  en esa hermosa sonrisa. —Sabes qué.  Termino  en  una  hora.  Si todavía estás interesado en hablar, te veré entonces.

Su pareja se alejó, viéndose como si hubiese ganado la batalla con un desenfadado vaivén en sus  caderas.

Tae Yong no estaba seguro de lo que acaba de suceder. Estaba confundido como el infierno, pero Jaehyun había accedido  a reunirse con él.

Era un comienzo.

 

 

 

Jaehyun tenía que haber perdido la cabeza. No había otra explicación para haber accedido a conectar en el trabajo, y nada menos que con un extraño. Jaehyun sacudió la cabeza. No estaba seguro de por qué había estado de acuerdo, pero lo hecho, hecho estaba.

Jaehyun miró el reloj, poniéndose  nervioso  cuando  vio  que sólo quedaban diez minutos para  que  terminara  su  turno.  Echó un vistazo alrededor del bar, pero no vio a Tae Yong por ninguna parte. Tal vez el hombre había cambiado de parecer. Se decepcionó y se sintió aliviado al mismo   tiempo.

—Hey, Jaehyun —dijo Dino mientras agarraba una  silla y tomaba asiento—. Me preguntaba si podría aterrizar en  tu sofá esta noche.

Jaehyun miró a su mejor  amigo.  Normalmente  habría  dicho que sí, sin siquiera pensarlo. Pero ¿y si realmente tenía suerte con Tae Yong? Le sería difícil llevar a un hombre a su casa con su amigo desmayado por la borrachera en su sofá.

—Esta noche no —dijo con indecisión. Le hubiera gustado haber tenido la oportunidad de estar con ese hombre tan caliente, pero sólo tal vez. ¿A quién pretendía engañar? Jaehyun lanzó el limpión sobre la barra mientras se dirigía a marcar su hora de salida.  Bueno,  al  menos  ahora  tenía  una  imagen  de   un     chico caliente de cabello oscuro para usar cuando se masturbara esta noche. Y tener a Dino en su casa cuando hiciera eso sería   raro.

—Nos vemos luego  entonces  —dijo  Dino  mientras  saltaba  de la silla y se alejaba de la barra. Vio a su amigo parado cerca de la puerta comenzando a hablar con un tipo. Dino miró a su alrededor y luego salió rápidamente  con  el  hombre.

Lo que sea. Jaehyun tenía  otras  cosas  más  importantes  en qué pensar que el ver a Dino tratando de mantener su preferencia sexual oculta. Cómo no iba a saber  que  su  mejor  amigo  era  gay, por favor.

Dino no sabía que Jaehyun lo sabía, y si  su  mejor  amigo  no quería que él lo supiera, Jaehyun no le iba a soltar que ya lo sabía. No lo veía  como un  problema en  absoluto.

Cogió su chaqueta y se dirigió a la puerta, unas pocas personas intentaron detenerlo para sostener una conversación. Jaehyun no estaba de humor para eso. En parte se sentía un poco decepcionado de que Tae Yong no hubiera vuelto como dijo que  lo haría.

Salió a la fría noche, se colocó su chaqueta y luego comenzó a caminar hacia su casa. The Cave no quedaba lejos de donde él vivía, lo que era una bendición. Lo salvaba de gastar dinero en gasolina.

—¿Te vas sin mí?

 

Jaehyun miró sobre su hombro para ver a Tae Yong caminando lentamente detrás de él. Se volvió, preguntándose por qué se sentía tan atraído por el hombre. —No estabas allí cuando marqué mi salida.

—¿Así que pensaste que me había olvidado de ti? — preguntó Tae Yong mientras caminaba uniéndose a Jaehyun. Extendió la mano, apenas rozando con sus nudillos la mandíbula de Jaehyun—. Nunca.

Jaehyun miró los ojos oscuros de  Tae Yong,  sintiéndose atraído por el hombre de una manera que le daba miedo. —¿Qué tienes planeado? —¿Qué otra cosa el hombre podría haber planeado a   la una de la madrugada? Pensó que sabía en lo que se estaba metiendo cuando había accedido a reunirse con  Tae Yong,  pero mirando a los cautivadores ojos del hombre, Jaehyun ya no estaba tan seguro.

Tenía la sensación de que hablar era la última cosa en la mente de Tae Yong.

—¿Puedo  ir contigo?

 

Jaehyun mordió sus labios por un momento antes de encogerse de hombros. —Claro. —Metió las manos en los bolsillos delanteros mientras comenzaban a caminar las pocas cuadras que quedaban para llegar a su casa, nervioso como el infierno de llevarse a Tae Yong con él.

Quería preguntarle a Tae Yong acerca de esa noche cuando estuvo en The Manacle, pero tenía miedo de sonar como un loco, así que  mantuvo las preguntas para sí  mismo.

—No suelo llevarme a casa chicos que acabo de conocer  en el trabajo —Jaehyun comentó sin darle importancia. No estaba seguro del porqué, pero no quería que Tae Yong pensara que era una puta. De alguna manera, parecía importante para  él.

—No pensé que  lo hicieras  —respondió  Tae Yong.

 

Jaehyun miró los ojos oscuros de Tae Yong cuando daban vuelta en la esquina de su calle. Rápidamente miró hacia otro lado. Cuanto más se acercaban a su casa, más sus nervios se tensaban. Realmente no había llevado a nadie a su casa, y el nudo en el estómago daba testimonio de eso.

Sacando las llaves de su bolsillo delantero,  Jaehyun desbloqueó la puerta de entrada. Era la una de la mañana, y sólo se oían el sonido de los grillos y un perro ladrando. Echó un vistazo alrededor de su barrio antes de abrir la  puerta, permitiéndole  a  Tae Yong  entrar en  su casa.

—¿Estás invitándome a entrar? —preguntó Tae Yong mientras permanecía de  pie  en el umbral.

Jaehyun ladeó la cabeza. Pensó que era obvio lo que estaba haciendo.  Una  pequeña  parte  de  su  cerebro  estaba  tratando de empujar a la vanguardia una advertencia, pero Jaehyun la hizo a un lado y asintió con la cabeza. —Lo  hago.

Tae Yong sonrió mientras atravesaba el umbral entrando en la casa  de Jaehyun. Y fue entonces cuando Jaehyun vio los colmillos.


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