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Desconocido por Mokona negra

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Notas del capitulo:

Disfrútenlo ?

 

...

Era importante, lo mas imprescindible que debía hacer. Era tan vital , como respirar. Esa día Alice debía de pulir aquellos frascos vacíos en su despacho. Dejarlos limpios para luego ordenarlos con singular manía para luego usarlos ¿Para que? ¡No lo sabía! Pero debia hacerlo. Sus cristales tenían que estar estériles ni una mancha debían poseer, ni un rayón; eso seria, inaceptable.

Sus ojos estaban enfrascados en uno en particular. No daban crédito a lo que veia. Una mancha ambar se aferraba en el frasco que tenía en sus manos. El paño con alcohol no la sabacaba ¿Por qué?

-Sigh.

Alice frotó con mas ganas mientras gruñía y aspiraba ese olor caracteristico que desprendia el trapo.

-Alice...

Emily la llamó desde la silla, mirándole con mohin preocupado.

-¿Qué haces? No deberias, umh- Emily se balanceó sobre las patas traseras de la silla y se preguntó como seguir sin que sus palabras la condenaran a una muerte segura, pero como no sabía de todas formas como decirlo, lo dijo.- ¿No deberias ayuda-

Alice golpeó la mesa cercana con el frasco que tenía en la mano. Por suerte no se había hecho añicos.

-¡No quiero escucharlo!

Gritó la chica anfuruñada. Emily suspiró sabiendo que tenía que intervenir, ya que la actitud de Alice no ayudaria en nada.

-Alice. Alfred ya lo decidió...

-¡Pero es un niño!

-No Alice. Ya te lo dije.-Emily se levantó de la silla y acercándose a Alice tomó con cariño su mano.-Él es un hombre. Debes de entenderle.

-¡Pero!...-Alice miró con ojos preocupados a Emily. Su iris derrochaba su angustia, su miedo ante esa idea.-Pero...yo...

-Alice ¿Es por eso que fuiste a la cuidad no? Querias que Alfred saliera de este pequeño pueblo ¿No? ¿Acaso no es, por eso que estoy aquí?

-Tu veniste aquí porque quisiste, no era que te quisiera aqui.-Alice hizo una mueca haciendo reír a Emily.-¡Y no es como si fuera lo mismo! ¡La cuidad no era lejana! Podría verlo, podría...estar con él de vez en cuando...-Iba diciendo con voz cada vez mas apagada.

-Vamos Alice, dime ¿Por qué ahora no quieres dejarle ir? ¿Acaso no confias en Alfred?

Alice miró con ferocidad a Emily, pero su mirada enfadada se apagó como una vela cuando Emily le ofreció un hombro para ocultar sus ojos llorosos.

-¡Confio en Alfred! -Chilló Alice.-¡Pero no quiero que se vaya! ¿Qué pasa si se encuentra en problemas? -Cuestionó ahogándose en lagrimas mientras Emily acariciaba sus cabellos.-¿Y si se lastima? ¿O enferma?

-Estará bien Alice...tranquila, Alfred es un chico fuerte y listo.-Fue lo único que pudo decir Emily para consolar a una madre preocupada.-Vamos...ayudemos a Alfred a prepararse ¿Si?

...

Despues del intento de huida de Alfred y Arthur y, el encuentro con Ranjit. El benevolente príncipe le ofreció un trato al ojiazul.

Alfred debía viajar con él. Lo tentaría con los tesoros existentes en el exterior, con el afan de que se desprendiera de su Joya, Arthur. Ranjit, estaba seguro que el niño sería seducido y que jamás volvería por Arthur y así, de esa forma, Arthur regresaria a su lado.

¿Qué podía salir mal? Alfred era joven y no conocía el exterior. Lo desconocido era una aventura y ¿Quién se negaría a tenerla? Solo un idiota.

Dándole tiempo para prepararse, Ranjit prometió regresar el dia siguiente. Faltaba poco para su regreso y Alfred tendría que irse con él. Por eso, había pasado todo el tiempo al lado de Arthur.

Alfred había explicado lo mas claro que podía la situacion a Arthur pero...

-Arthur, por favor...

La serpiente, enroscada en una de las ramas mas altas del árbol de moras, se negó a bajar.

-¡Arthur!

Gritó por decima vez el ojiazul para que Arthur bajara pero este se negaba rotundamente. Alfred miró las sombras y calculó la hora. Tenía mucho que hacer antes de irse, pero no podía dejar a Arthur ahí.

-¿Por qué eres tan testarudo? -Murmuró Alfred rascándose la cabeza.

Él quería dejar las cosas en claro con Arthur. Le había explicado que regresaría, que jamás le abandonaría, pero era algo wue debía hacer para que por fin desistieran en llevárselo de su lado. Pero Arthur simplemente al escuchar la larga explicacion de Alfred había salido disparado a esconderse.

-¡Arthur! ¡Sabes que no te dejare aquí!-Intentó una vez mas.-¡¿En serio crees que te abandonare!?

Gritó a pulmón pero no hubo ni un movimiento en la copa del árbol que Alfred pudiera interpretar como que lo estaban escuchando siquiera.

-Bien. Si no quieres bajar...-Gruñó Alfred y luego tomando aire gritó.-¡Eres un tonto! ¡Si quieres puedes quedarte ahí!

En lo Alto. Arthur siseaba molesto. Rompiendo ramitas mientras ignoraba a Alfred. No quería bajar, no quería despedirse de Alfred. Si fuera por Arthur, Al podía seguir gritando y gritando y él no bajaría. Pero despues de un rato, los gritos se detuvieron.

Arthur asomó la cabeza atreves del follaje y buscó a Alfred en el suelo. No lo veía. Sintiendo como se le presionaba el pecho, la serpiente mostró los dientes dolido.

-¡Te atrape!

Gritó Alfred de la nada atrapando a Arthur por la espalda haciendo que soltara de la rama por el susto.

-¡Hahaha! ¿Te asuste? ¿En serio creias que te dejaria?

-¡Sshsshh!

Arthur siseó furiosó y le dio un golpesito a Alfred en la cabeza con la punta de su cola como castigo por asustarlo.

-Perdon, perdon. Pero no querias bajar, asi que tube que subir por ti.-Decía Alfred acomodandose al lado de Arthur en lo alto de la rama.-Ya te lo dije. No pienso dejarte.

Dijo Alfred y Arthur hizo un puchero.

-¡Alfred mentira! ¡Alfred irse! -Gritó la serpiente de mal humor.

-Arthur. No quiero irme, pero tengo que hacerlo para...

Alfred suspiró y miró el sonrojo de la serpiente. Arthur no le miraba, su iris veia la lejania. El reflejo de un lago que debieron de cruzar para escapar. Al, sabía que Arthur estaba molesto y sentido por su ida y que no escucharia razones tan superficiales.

-Arthur tu...¿Tu me quieres?

Arthur le miró confundido con esa pregunta tan repentina. Alfred había tensado su cuerpo y la serpiente escuchaba un ritmico golpeteo ¿Era su corazón? O ¿Era el de Alfred?

-Yo querersssh a Alfred.-Contestó la serpiente y Al pareció inquietarse.

-Me alegra escucharlo.-Alfred se aclaró la garganta y con evidente vergüenza buscó a tientas la mano de Arthur y logró reunir valor para tomarla, pero no para mirarle.-¿Sabes porque? Porque...buneno...yo...

Arthur sintió como la mamo de Alfred temblaba ¡Todo el temblaba! ¿Por qué? Si otras veces habían estado cerca ¿Qué era esta vez diferente?

-¿Alssh?

El ojiazul sonrió con nerviosismo, pero pudo ver a Arthur a los ojos por fin.

Lo que veían los dos era algo muy bien escondido, era algo invisible pero que hacia eco en sus seres.

-Arthur, sabes...yo tambien t-te quiero.-Soltó Alfred apretando mas la mano de Arthur. Lo había dicho.

Simples palabras, unas pocas, pero que escondían un puro sentimiento que quería ser acogido, deseaba llegar a esa persona para trasmitirle lo que sentía.

Arthur inclinó un poco la cabeza sin desviar sus ojos de Alfred. No quería romper esa conexión por alguna razon.

Ese momento parecio durar un suspiró, adronado de colores claros y un cantar de un ruiseñor a lo lejos, perfumado con el aroma del campo y el aire fresco. Era su corto momento en el que lo sabian.

Sus sentimientos eran los mismos a pesar de sus grandes diferencias.

-Arthur, te quiero.

Repitió Alfred y sonrio un poco más. Arthur cerró un poco sus ojos y devolviendo esa pequeña sonrisa asintió.

-Yo tambien te quiero, Alfred.

Al se acercó un pelín más a Arthur.

-Arthur, recuerda, esto no es un adios, solo un hasta luego.

-sshi...lo sé.

Y cerrando los ojos, su tierno y joven amor comenzó a florecer con un toque suave de sus labios.

...

Era un cielo despejado. Pocas personas visitaban la estacion y otras mas se alistaban a abordar el tren de locomotora oscura que esperaba paciente a que todo estubiera listo para poder partir.

El sol había coloreado el azul de rosado y el naranja se aferraba a aparecer en el atardecer. Era un buen día sin duda para partir a una aventura.

-Prometeme que te cuidaras mucho.

-Lo hare.

-Y no hagas cosas imprudentes.

-No lo hare Alice.-Decía Alfred con cierta paciencia y compostura. No queria alterar mas a su pobre tutora.

Era ovbio que Alice había estado llorando todo el rato que Alfred estuvo fuera con Arthur y lo habia querido evitar cuando este, llegó a casa con pretextos como, que debía tener todo su equipaje listo para que pudiera salir esa tarde.

-Escribe todos los dias ¿Entendido? Y no olvides que si te llega a pasar algo....ugh, no dudes en decírmelo, iré a ayudarte sin importar que te encuentres al otro lado del mundo.-Logró decir Alice antes de que su voz se quebrara.

-¿Estas bien Alice?

-¡Claro que lo estoy!-estalló.

Alfred no parecía convencido.

-No te preocupes Alfred, yo estare aquí. Ademas, nosotras cuidaremos a Arthur hasta que regreses a casa.-Le aseguró Emily.

-Gracias Emily. Confió en eso. Las extrañare mucho.

Casi todo estaba listo. El saquito del príncipe estaba preparado y Ranjit se había despedido del pueblo con regalos y colores (todo un "adiós" demasiado llamativo) pero había tenido la consideración de darle su espacio a Alfred y su familia.

-Cuídate Alfred.

El silvato de partida se escucho y enseguida el pregoneró llamó a todos los pasajeros a abordar. La pesada maquina se marcharia ya.

Alfred abarazó a Alicemy esta no pudo soportarlo mas. Lagrimas gordas desbordaban mojando sus pestañas.

-Cuidate mucho Alfred. Te amo. -Decía Alice besando la frente de Alfred. Había crecido tanto que ya no debía agacharse.

-Yo tambien te amo Alice. Gracias por todo. Y....esperen que regrese a casa.

-Lo hare.

Con pañuelo en mano y un adiós que dolía. Alice se despidió de Alfred quien subía al tren que lo alejaria del pequeño pueblo.

-¡Adiós! ¡Emily! ¡Alice! ¡Cuiden a Arthur!

-¡Adiós Alfred!

-¡Arthur estará en buenas manos! -Lo prometió Emliy por que Alice ya no podía hablar.

Con su manos arriba despidiéndose, la marcha del tren comenzó, era el momento de partir.

...

Tranquilo, el viento gentil entraba por la ventana, acariciando las mejillas de Arthur que escuchaba las noticias que le traía.

-Al...

Mirando la lejanía se imaginó su sonrisa cuando un silbato canto en dirección de la estación. Se marchaba. Alfred se iba.

Dolía en el pecho de Arthur, dolía mucho y sacudió su cola para que le envolviera. Sus manos temblaron y tratando de calmar su corazón, sostuvo su pecho.

-Al.

-No tiene nada de malo que llores.-Dijo Allistor desde la puerta.-Esta bien, porque lo quieres y por él, debes ser paciente. Volverá. Lo sé.

Arthur se agazapó un poco más.

-Despues de todo, él tambien siente lo mismo que tú.

El pelirrojo salió de la habitación dejándole un momento.

Arthur cerró sus ojos y recordando su ultimó segundo con Alfred, observó el bello atardecer tomando en sus brazos el ultimo libro que Alfred le había enseñado a leer.

-Regresa pronto. Alfred.

Le dijo al viento con la esperanza que este llevara sus palabras.

...

...

  

 

Notas finales:

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Fin..... Jajaja ok no, no es el fin, solo quería molestar XD y antes de que me maten, dejen les digo que decidí darle un capitulo cortito y sencillo a la despedida y hacer ahora si el final de esto donde verán que paso con estos dos y...oooh dios! Que le paso a Arthur?! O.O!....pues se los diré en el ultimo cap.


-Huye italianamente-


XD


Espero que hayan disfrutado de este corto cap. Gracias por sus comentarios y su apoyo! Muchas muchas gracias! Saludos! ?????


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