-Despierta, ey, despierta de una buena vez.-Decía una voz conocida.-Si sigues durmiendo meteré mi dedo ensalivado en tu oído.
-Ugh, eso es asqueroso Emily.- Gruñó Alice con una mueca.
-Jeje, bueno, despertaste por fin.-Le sonreía una linda chica de gabardina larga y vestimenta demasiado reveladora para el gusto de una señorita como Alice.
La chica mas de una vez había pensado que ese atuendo era extraño, le recordaba a los hombres que trabajaban con el ganado que llamaban vaqueros.
-¿Ya casi llegamos?
Preguntó Emily ansiosa.
Alice le echó un vistazo al panorama. El tren se estaba deteniendo.
-Pronto.
-¡Que bien! ¡Ya quiero conocer a tu pequeño!
-No es mi peque-
-¡Debe ser muy lindo!
-Emily...
-¡Quiero estrujarlo en mis brazos!
-Emy...
-¡Y apretar sus mejillas!
Alice comenzó a perder la paciencia.
-¡Aaauh! ¡Sera como nuestro pequeño hijo!
-¡EMILY!-Gritó Alice sonrojada.-¡No digas tonterías!
-Bueno, solo espero que no tenga el mismo mal carácter como tu.
-¡Cierra el pico! ¡Idiota!
...
Iba en aumento, como si se expandiera en el brazo de Alfred y al hacerlo el dolor se acentuara.
Había sido muy rápido. Como ese día que el ojiazul lo había visto cazar. De una sola mordida lo neutralizó y arremetiendo contra su presa, le engulló.
Sus ojos esmeraldas se volvieron opacos y fríos. Una rendija negra se alargaba como pupila que todo lo ve. Los músculos fuertes de la cola se enroscaron deprisa y Alfred sintió a demás del dolor que comenzó a quemarle, como su corazón se aceleraba por culpa de la adrenalina que recorría su cuerpo.
El porque Arthur le había atacado era incierto, había dejado la mente en blanco, Alfred solo había interpuesto el antebrazo ante la mordida logrando cubrir su cuello.
Dolía. Dolía mucho, pero no solo donde blancos colmillos afilados penetraban su piel.
<<Esto no es como en la mañana...>> Pensó Alfred de pronto como si lo que estuviera pasando fuera demasiado increíble como para que le estuviera pasando a él, porque, no creía lo que estaba haciendo Arhur. <<No, el no haria algo como esto. El dijo que me cuidaría...el dijo que...>>
Se escuchó un ruido seco cuando Alfred cayó al suelo y Arthur con él, ejerciendo fuerza sobre la mordida.
-AGH.
Alfred se quejó y Arthur siseó furioso.
<<¿Por qué... Arthur? >>
Alfred rechinó los dientes y logró alzar su mano, debía liberarse del ataque, debía quitarse a Arthur de enzima. Entonces recordó su navaja. La hoja era pequeña pero útil y siempre la cargaba, solo era cuestión de buscarla en sus bolsillos y...
-Ssshss...
Alfred miró la furia y ferocidad en el rostro de Arthur y el dolor que sentía viajó a su garganta, se ahogaba y no por la fuerza de la cola de Arthur si no por que el dolor seguía torturándole de una forma diferente. A Alfred le dolió ver a Arthur de esa forma.
El atardecer caía como sus parpados cerrando sus ojos, despacio y con aire casi irreal. Era un sueño, una pesadilla.
<<No quiero...no quiero verlo así>>
La mano de Alfred se deslizó pasando su bolsillo y dejo escapar la oportunidad de tomar su navaja, en vez de eso, hizo lo mas estúpido que podía hacer en ese momento de peligro.
-Arthur. Esta bien...esta todo bien.
Sus palabras temblaban pero eran sinceras. Con su mano libre comenzó a acariciar la cabeza de Arthur. Cortos movimientos y palabras de amor.
- No te preocupes...Arthur...
<< ¿ Que es...esto? Yo...>>
Alfred comenzó a tener dificultad para respirar. Sus ojos se cerraban, eran tan pesados que no podía mantenerlos abiertos. Su boca se secaba y las palabras tuvieron que cesar.
<< De pronto...de pronto, tengo ganas de dormir...>>
El soplo del viento que entraba por la ventana hojeó el libro que Arthur estaba leyendo antes de que llegara Alfred, deteniéndose en una donde los estornudos eran rosados*, el viento dejó el libro a medio hojear y paseó un rato por la habitación, peinando los cabellos de Arthur, refrescando la nuca de Alfred que comenzaba a perlarse con gotitas de sudor frio, llevando el aroma de la sangre a Arthur.
-A-Ar-thur...
La mano de Alfred resbaló.
Y el dolor persistió hasta llevarlo a un sueño brumoso.
-...
Solo basto un hilo carmín perteneciente al ojiazul para que Arthur se diera cuenta de lo que estaba haciendo.
Alejándose de golpe, como si hubiera recibido una descarga eléctrica, Arthur desenvolvió el cuerpo de Al y lo miró perplejo. Sus labios comenzaron a temblar y el rojizo de su boca corrió suavemente por su barbilla en compañía de algo mas. Lagrimas.
-A-Alssh...
Arthur había perdido la claridad de su voz, de nuevo sonaba mas como una serpiente.
Su pecho subió y bajo deprisa, comenzaba a temblar de pies a cabeza mientras asimilaba a Alfred con una princesa que dormía en suelo como en los cuentos que leía, como aquella que había caído por una manzana envenenada.
Veneno.
Arthur palideció al mirar la mordida de su brazo.
-Assh...ashhhss...-Trató de hablar de nuevo con claridad pero no podía. Su corazón lleno de miedo y confusión no le dejaba articular las palabras que le habían enseñado.-Assh...sssh...yu...
Arrastrándose, tomó de nuevo a Alfred con mucho cuidado en brazos mientras su nariz goteaba e intentaba pedir ayuda, pero solo se escuchaban siseos extraños. Las lagrimas siguieron brotando cayendo cual perlas sin brillo.
-Alsssh...ayu....alsshhh...
Alfred estaba muriendo por el veneno de Arthur.
Estallando con el dolor que derramaba por fin la serpiente habló.
-¡AYUDA! -gritó con fuerza, con toda su fuerza y lloró.-¡AA-DAAA! ¡Al! ¡Al! -Gritaba con dolor.-¡Al!
Los gritos llorosos de Arthur habían ocultado el crujido de la madera ceder con los pasos de un visitante. A pesar de la escena que contemplaba, no había ni una pizca de asombro en sus ojos calculadores. Entrando a la habitación dejando el anonimato, se mostró ante Arthur. Sus botas rechinaron y su voz resonó.
-Era de suponerse....-Arthur se congeló un segundo al escucharle por fin y poco a poco movió su cola para hacer un circulo protector para Alfred.- ese chiquillo es el único que podría darte techo. En el pueblo solo hay ancianos y personas de mente cerrada, en cambio él, seguro sintió curiosidad por ti y te conservo como una exótica mascota. Eres una criatura estúpida...debiste arrástrate hasta que ya no pudieras más o esconderte en el agujero mas profundo que pudiera existir...te di una oportunidad, pero ahora. Ya no podrás escapar.
Allistor chisteó.
-Alssh...-Siseó Arthur agachándose un poco mas hacia Alfred.-No herir...
Allistor alzó una ceja.
-Hablas un poco mas ¿Eh? Pero eso no le resta bestialidad a tu esencia. mira lo que has hecho. Le atacaste, lo heriste...
-No..Alsh no...herir...ayuda... ayuda Alssh...
Allistor suspiró y se adentró un poco mas en el cuarto, se movía como Arthur cuando cazaba, como un depredador al rededor de Arthur mientras despacio, buscaba su arma oculta.
-¿Ayudarle? ¿Estas preocupado por ese mocoso, cuando tu fuiste el que lo lastimo?
-¡Yo no herir!
Arthur mostró por fin su rostro enrojecido e hinchado por sus lagrimas.
Allistor frunció el cejo y sintiendo el metal frio por fin en sus dedos decidió que era el momento de llevar de vuelta a la Joya, ya no había mas opciones.
-¡Alfred!
Arthur se giró al distraerse con esa nueva voz femenina, momento en el que Allistor aprovecho para disparar al cuerpo de la serpiente. Silbantes, dos dardos con tranquilizantes acertaron.
Alice gritó de nuevo y antes de que Arthur pudiera atacar a Allistor, este, cayó al suelo.
-Alsssh...
De las ultimas palabras de Arthur un silencio reino la habitación hasta que Alice reaccionó.
-¡Oh dios mío! ¡Al! ¡Al!
Allistor le echó una hojeada rápida a la mujer que había entrado. Ella no había asistido a la fiesta en el pueblo.
-Lamento que haya tenido que ver eso. Pero...me temo que ese niño...
Alice miró de reojo al pelirrojo y con un movimiento rápido le apuntó con una pequeña pistola negra como el carbón que ocultaba en un bolsillo escondido en los pliegues de su falda.
- Que sorpresa.-Sonrió socarronamente Allistor ante la reacción agresiva de la chica.
-Usted es un intruso en mi hogar, salga ahora mismo de aqui si no quiere ser un cadáver...ahora.
Emily estaba en el umbral de la puerta, sonriendo tranquilamente. Allistor le miró y sus ojos despues de recorrer su escultural cuerpo, se detuvieron un momento en la colt que había desenfundado.
-Si yo fuera usted. Haria lo que la bella dama dijo, sin hacer mucho escandalo ¿Quiere?
-Je.
Allitor bufó con sorna al ver que por ahora era lo mejor.
Con paso largo Allistor se dirigió a la puerta, Emily se hizo a un lado como Alice y este salió.
Alice, tan pronto escuchó la puerta principal abrir y cerrarse de golpe, soltó la pequeña arma y corrió hacia Alfred.
-¡Emily!...
La chica se apresuró a ayudar a cargar a Alfred.
-Esta empapado con sudor...esta temblando y se ve muy pálido...-Decía Alice repasando sus signos.-Llévalo abajo a la ultima habitación y...
Las dos miraron nerviosas aquella criatura que estaba en el suelo.
-Va-vamos...nuestra prioridad es Alfred.
-Si.
...
Emily y Alice se movieron rápido, lo mas rápido que habían podido. Alice había identificado que pasaba con Alfred pero...
No sabía con que veneno trataba, ni cuanto tiempo disponía para contrarrestarlo. Tenía que esperar y eso era angustioso. El suero que le había colocado a Alfred era lo único que tenía a la mano y lo que podía ayudar.
La luz de la habitación dejaba en claro que la noche había llegado y con ella una paz que incomodaba.
-Alice...
Emily contempló la espalda de la chica que vigilaba a Alfred desde un pequeño banco al lado de la cama donde decenas de personas habían sido atendidas por sus manos. Sonreia ahora tan pequeña con ese momento de falsa tranquilidad.
-Cure sus heridas...-Decía Alice acomodando el fomento de agua fria que le ayudaba a Alfred a combatir la reciente fiebre.- Alfred...Alfred es muy fuerte...se que...
Alice mordió sus labios. Emily sabía que estaba a punto de llorar.
-Eso...que esta haya arriba...
-No se lo que es...
-¿Entonces porque?
-...
Alice negó.
-Cuando entre al cuarto y lo vi...por un segundo...me pareció ver que...creí...creí ver que protegía a Alfred...
-Pero...esa mordida...
- si...lo sé, es de serpiente. Y esa cosa, esa criatura parece ser una especie de hibrido. Realmente no se como llamarlo.
-Alice, si tu lo quieres yo...puedo encargarme de eso. Subí a verlo. Sigue inconsciente y eh echado cerrojo a la habitación.
Hubo una pausa.
Alice acarició la mejilla de Alfred. Ardía. Sus labios temblaron y resistió llorar de nuevo. Debía ser fuerte como Al, llorar no marcaría ninguna diferencia.
-Yo...
El llamado en la puerta principal interrumpió su platica. Alice miró sobre su hombro. Hubo mas golpes llamando.
Alice tomó aire y levantándose, besó a Alfred en la mejilla. Debía acudir a la puerta. Emily le siguió.
-Usted.
Soltó Alice con una sombra en el rostro al ver primero al pelirrojo de la tarde, esta vez no acudia solo.
-¡Ooh! ¡Se conocen!
Decía un hombre mas bajo que el pelirrojo pero mas alto que Alice. Su apariencia llamó la atención de la chica pero no le sorpendio. En la cuidad había hombres con su tez y vestimenta.
-No se si decirlo de esa manera.-Gruñó.- ¿Quiénes son ustedes? ¿Y que desean?
Preguntó enseguida Alice sin apartarse ni un milímetro de la puerta.
-Es usted una señorita muy directa a demas de hermosa.-Seguia diciendo el extraño con una afable sonrisa.-Eso me gusta. Bien, entonces déjeme presentarme .- haciendo una pequeña reverencia apenas inclinando la cabeza, el hombre tomó la mano de Alice.-Soy el príncipe Ranjit del clan Sahonta y eh venido aquí por lo que me pertenece.
...