...
...Esmeraldas por orbes extravagantes y llenos de misticismo, finos hilos de oro, piel tan suave como las sedas mas finas de la tierra del sol, cada escama minuciosamente esculpida en preciosa jade... en si mismo su existencia es un tesoro, solo reyes pueden usarle cual joya de una corona, como tocado de su grandeza...
...
El aroma del perfecto té servido por Alice era disgustado por sus visitas; las cuales ahora estarían en la calle si no fuera porque Alice era una dama con modales, una, que observaba con atención al par de hombres que tenía por invitados. Ranjit príncipe exótico de tierras lejanas y Allistor, un buen amigo según las palabras de Ranjit.
-Alice.-Susurró Emily desde atrás donde Alice tomaba el té.- ¿Por qué dejaste que esos dos entraran? ¿No era mas fácil mandarlos al carajo?
-Emily, por favor, no uses ese vocabulario.-Decía con una calma extraña.-Alguien como tu debería darse cuenta que estos caballeros no se encuentran solos...-Alice tomó un sorbo del té y despues con gala dejó la taza de porcelana en la mesa del centro.-...Lamento que sus hombres deban pasar el rato afuera, pero creo que sera lo mejor. No podría atenderlos a todos como es debido.
Emily chisteó la lengua comprendiendo que era lo que quería decir Alice. Había mas personas afuera, vigilándoles.
-No se preocupe por eso Madame Alice. Solo piense que aquí solo somos nosotros.-Contestó Ranjit con una sonrisa indescifrable.-Por cierto, su té es ¡esplendido!
-Gracias por sus palabras.-Alice dudó un segundo.-Príncipe Ranjit.
El fuego encendido y el tintinar de la porcelana comenzaban a volver pesado el ambiente. Alice tenía que ser clara pero cuidadosa con estas personas, ya que no sabia que podía esperar de ellas.
-No quiero ser grosera de nuevo.-Comenzó a decir de nuevo Alice.-Pero me temo que aun no me parece clara su intención en mi hogar ¿Qué hace un príncipe como usted en estas tierras tan lejanas y apartadas de la sociedad?
-A decir verdad.-Hubo otro "clinc" cuando Ranjit dejó el té a medio beber en la mesa.-Eh venido por mi preciosa Joya. Un tesoro que al parecer ah resultado ser muy travieso.
-¿Disculpe? -A Alice le molestaba las palabras de Ranjit, porque solo la confundían mas.-¿Aquí? Mi hogar es humilde por lo que puede observar.
-Su humilde hogar aloja mi Joya madame Alice. Una Joya que se escabulló hace algunas semanas de...¿Cómo decirlo? Su jaula de oro.-Completó con una gran sonrisa.-Aun no entiendo como lo hizo pero logro dejarme. Perder algo tan valioso, usted sabe, es algo que mortifica a cualquiera.
-¡Basta! ¡Odio como habla!-Vociferó Emily por tanta palabrería.-¿De que demonios habla? Dice que una Joya se escapó de no se donde ¡Los tesoros no tienen pies!
Ranjit rio bajo mientras que Alice suspiraba por la estupidez de su compañera.
-Hemos venido por el chico serpiente.-Dijo secamente Allistor cruzando los brazos. El tambien parecía cansado por tanta charla.-Ese "bicho" escapó de uno de los trenes que se dirigían a la gran ciudad donde seria "participe" de una fiesta de gala ofrecida para un circulo intimo de la familia de Ranjit.
-Un resumen muy completo Allistor.-Señaló Ranjit colocándose mas cómodo en el sillón.-Pero lo haces sonar muy efímero. Pero sí, en efecto, la "Joya" como lo llamo, es algo único en este mundo y como sucesor, quería presentarlo en la fiesta.
-En pocas palabras. Deseaba lucir a esa criatura en su fiesta como un accesorio.-Musitó Alice con cierto desagrado.
-Deberías tener cuidado con esa lengua niña.-Señaló Allistor dedicándole una mirada aplastante.
-Y tu deberías hacer lo mismo, "amigo".-Sonrió con peligro Emily alzando una ceja.
-¡Wow wow! Por favor! ¡Cálmense todos!-Intervino Ranjit pero la verdad estaba divirtiéndose con el asunto.-No me mal interpreten señoritas. La Joya se describe algo así como ...un tesoro:: "Esmeraldas por orbes extravagantes y llenos de misticismo, finos hilos de oro, piel tan suave como las sedas mas finas de la tierra del sol, cada escama minuciosamente esculpida en preciosa jade... en si mismo su existencia es un tesoro, solo reyes pueden usarle cual joya de una corona, como tocado de su grandeza..."-Relató y continuó.-Pero no quiere decir que este encerrado como un prisionero o sea maltratado ¿Quién en su sano juicio le quitaría brillo a una piedra preciosa? La Joya es valorada, es cuidada y sobretodo, nadie le teme al verle, si no todo lo contrario. Ojos maravillados le contemplan y alaban su belleza ¿Ustedes creen que si la Joya paseara por sus calles sea tratado de la misma forma que en mi hogar? No, claro que no. Cualquiera que le viera, tendría miedo de ella. Es por eso que debe de regresar a donde pertenece, él es mío.
Emily frunció el entrecejo y buscó alguna reacción de Alice, pero ella estaba callada.
-¡Basta! Es hora de que ese bicho regrese y nosotros nos vayamos.-Sentenció Allistor dando un manotazo a la mesa donde su taza y otras dos mas temblaron dando un brinquito.-No hagan esto mas difícil...o si no...
-Tsk, o si no ¿que?-Preguntó Emily sin una pizca de miedo pasando al frente del sillón y de Alice.
-¡Ja! No creas que por tener un par de melones en vez de huevos no me atreveré a...
-¡Suficiente!-Vociferó Alice.-No permitiré que le faltes al respeto a mi compañera y...
Las miradas se posaron a una nueva persona que aparecía sin haber sido escuchado por culpa de los gritos. Alice corrió de inmediato a su lado con un semblante de madre preocupada.
-¡Alfred! ¿Qué haces levantado? ¡debes descansar!
Alfred respiraba de forma entrecortada, peleando para estar en pie. Sus manos temblaban al igual que su quijada y sus ojos se encontraba el cristal de la enfermedad. Estaba débil aun con fiebre, pero se había levantado y había llegado a donde discutían. Sus ropas blancas dejaban ver su herida vendada y Ranjit soltó un bajito "¡Oh!" al verlo.
-Habla...habla de Arthur como una cosa.-Dijo Alfred con dificultad.-él...Ar-thur...
-Alfred, es mejor que regreses a la cama, tu estado es...
Alfred colocó una mano en la majilla de Alice y sonrió.
-Por favor... mamá...
Alice abrió los ojos como platos ante esas palabras. Sus manos inconscientemente cubrieron sus labios porque temió que un quejido lloroso saliera de ellos. Alfred jamás le había llamado de esa forma.
Ranjit se levantó y Alfred se acercó a él, sus pies estaban desnudos y parecía que en cualquier momento se desvanecería.
-Él no es una cosa.-Siguió.-Arthur es un ser viviente como yo.-Tomó aire.-Él no es una pertenecía. Él...-Alfred agachó la mirada.-Él puede reír, llorar, puede asustarse y preocuparse por otros, puede enfadarse y aprender muchas cosas, él...el puede hacer feliz a otro...por eso...por eso no quiero que hable de él como si fuera una cosa...además...-Dio un paso mas y se tambaleó, dio otro pero esta vez fue firme.
Ranjit de nueva cuenta soltó un "oh" sorprendido, Allistor en vez de eso gruñó mientras Alice por fin se rompía con una lagrima prófuga al ver a Alfred en ese estado .
-Además...si fuera necesario...lo haria mío...solo para darle libertad, para que pueda vivir como él desee...¡EL ES MÍO! ¡Él no es una estúpida Joya! ¡Es Arthur!
Crack...el tronco en la chimenea se partió con el fuego que lo consumía.
-¡Al! ¡Alfred! -Gritó Alice asustada cuando este perdió la conciencia por el esfuerzo.
-Lo tengo.-Dijo Emily al pillar a Alfred en brazos antes de que callera de lleno al suelo.
-Ese mocoso...-Allistor miró de reojo a las chicas y luego a Ranjit, sabia lo que pasaría a continuación.
-Deben irse.-Dijo Alice.-Debo atender a mi paciente...ahora.
Emily dejó a Alfred en los brazos de Alice por un momento, para tomar su arma bajo sus ropas.
-Lo entiendo.-Contestó Ranjit.-Gracias por el té madame Alice, fue toda una delicia.-Dijo con su amable sonrisa.-Sera un placer regresar de nuevo cuando Alfred se encuentre mejor. Es obvio que no puedo dejar esto así. Disculpen.
Ranjit dio media vuelta y se dirigió a la puerta mientras que Allistor permaneció parado donde estaba contemplando la escena. Suspirando de una forma resignada, buscó algo en sus ropas haciendo que Emily desfundara en un parpadeo.
-Tranquila.-Rio.-Esto es el antídoto.- Dijo mostrándoles una diminuta botella cortada en cristal rosado.-Si la usan esta noche, el mocoso no morirá.
Allistor dejó la botellita en la mesa y salió.
Emily y Alice se miraron un par de segundos despues de que sus invitados se marcharan.
-¿Crees que eso?...-Preguntó a medias Emily que de nuevo cargaba a Alfred.
-No lo se...pero su fiebre no baja...tal vez el suero no este funcionando. Y...si en efecto es un veneno, necesitamos su antídoto.
...
Alfred había regresado a la cama y Alice, esperando lo mejor y teniendo fe en que esa botella en verdad tenía un antídoto, esperó a que Alfred mostrara signos de recuperación.
-Emily...¿Qué piensas de esos sujetos? -Soltó de la nada Alice despues de una media hora en completo silencio.
Emily contempló la espalda de Alice y sin que la viera esbozó una pequeña sonrisa.
-La verdad, no lo sé. Yo, solo puedo pensar en Alfred y lo cabeza dura que parece ser. Al, a pesar de su estado, defendió ha ese chico mitad serpiente. Eso...fue asombroso.
-Dios mío Emily, no digas eso...si Alfred escucha que apruebas su actitud él...
Emily se acercó a Alice y con un toque liguero en su hombro, besó su cabeza.
-Alfred es muy fuerte, ya lo viste. Por eso, debes esperar a que te cuente su versión de todo esto. Mientras tanto, te prometo que no dejare que los lastimen, ni que se lleven a su amigo rarito.
-Emily.-Alice tomó su mano.-Gracias.
...
La noche se alargaba pesadamente, se convertía en un manto frio y oscuro que doblegaba el cuerpo y tomaba la fuerza de este. En todo ese tiempo Alice no se alejo de Alfred. Ni siquiera cuando la fiebre disminuyo gradualmente y desapareció por fin con la helada madrugada.
Emily tambien pasó en vela el tiempo con Alice, saliendo de vez en cuando de la habitación para buscar una manta para Alice o algo caliente que beber, bostezaba y se restiraba a cada rato, pero no durmió.
Tocando la mejilla y luego la frente de Alfred, Alice se cercioró por vigésima vez que la temperatura de Alfred no hubiera regresado. Cada vez que lo hacia, Alice sonreia al recordar la voz de Alfred llamarle mamá. Sabia que tal vez había sido el delirio de la enfermedad pero, Alfred, lo había dicho con una sinceridad que la desarmó al instante.
-Parece que esta mucho mejor. Comentó Emily desde la puerta.
-Si. Es una fortuna...
-¿Crees que haya sido por aquella botella que dejo el pelirrojo?
Alice dejó escapar un suspiro largo que mostraba su fatiga.
-No lo sé. Es una posibilidad.
-Alice...si Alfred esta mejor...
-No quiero apárteme de su lado.-Atajó.
-Lo sé. Pero yo no quiero que ahora tu caigas enferma ¿Qué pasara si Alfred te ve en ese estado? Es mejor que duermas un par de horas. Ya casi amanece. Vamos. Por favor.-Pidió Emily.
Alice lo penso unos segundos. Sabia que Alfred ya no corría riesgo, pero, aún así...
-Alice...
-Esta bien. Solo un par de horas. Luego bajare para ver como esta.
-Bien. No te preocupes Alice, Al despertara como si nada, ya veras.
...
"¡Él es mío!"
Alfred recordaba esas palabras. Había sentido tanta rabia cuando alguien mas las había dicho y ahora era vergonzoso pensar que el tambien las había utilizado a pesar que tenían un sentido diferente. Aun así, no se arrepentía de haberlo dicho.
<<Arthur debe de estar preocupado...lo deje solo...Arthur esta solo...>>
Pensaba cuando sus sueños se volvieron ligeros.
<<Debo regresar con él... Él...>>
Alfred sintió una punzada dolorosa en donde había sido mordido.
<<Arthur. Ese no era Arthur. Arthur... >>
Alfred escuchó su nombre, tan mal pronunciado y con un siseó que solo podía significar una cosa.
<<El verdadero Arthur, debo...debo ir con él>>
-Arthur.
<<Me esta llamando>>
Alfred despertó. Sus ojos seguían arenosos y su cuerpo entumido. Tardo un par de segundos darse cuenta de donde estaba. Giró un poco su cabeza y sintió el firme vendaje de Alice y un leve dolor bajo las blancas vendas.
-Arthur.
Repitió y se movió bajo las sabanas. Debia levantarse a pesar de que su estomago advirtiera que se le saldría por la boca si se movía mucho. No importaba, debia dejar la cama e ir con Arthur.
La punta de sus pies tocaron la madera fria y esta rechinó enfadada por ser pisada. Alfred se quedo sentado un momento en la orilla de la cama y con un impulso por fin se levantó. Sus dedos se sentían gordos y torpes al tomar la manija de la puerta para abrirla, sus piernas eran perezosas y débiles al subir las escaleras despacio como una tortuga. Pero ya estaba cerca, muy cerca y estaría frente la entrada de su habitación, donde había visto a Arthur por ultima vez.
Plantándose frente a la puerta giró la llave del picaporte <<Que raro ¿Por qué estaría bajo llave? >> Se preguntó al escuchar un "clac" y empujó.
Un chirrido advirtió su intrusión. Un par de pasos lo llevaron adentro.
Y ahí estaba.
Era mucho mas bonito que cualquier tesoro, era mucho mas que eso. Era único y especial para Alfred.
-Arthur.
La luz de un nuevo amanecer surgió con su sonrisa y sus ojos llorosos por la felicidad que comenzaba a desbordarse al verlo.
Arthur mordió su labio y sus colmillos relucieron si provocarle ningún tipo de temor a Alfred ¿Cómo podia temerle a ese rostro lloroso y penoso que veía?
-Al-ssh...¡Alfred!
Al le sonrió y se acercó a Arthur para abrazarlo.
-Tranquilo. Se que no fue tu culpa.
Decía Al dándole mas fuerza a su abrazo aunque su cuerpo siguiera débil.
-Yo...
Alfred cerró sus ojos sintiendo el corazón acelerado de Arthur sobre su pecho. Arthur temblaba bajo sus brazos
¿Era por el miedo? ¿Remordimiento? ¿Qué?
-Alshh, yo...no querer irme...no...yo...a tu lado...
¿Lo sabía? ¿Arthur sabia que venían por el?
-No Arthur. No los dejare. No dejare que te lleven. Tu eres mío. Se los dije.-Dijo en un arrebato de miedo y frustración.-Si es necesario, escaparemos lejos de aquí. De todos. Yo te cuidare.
Prometió en un momento de amor.