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39. Un Frío día de Invierno (25) por dayanstyle

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Ryeowook estaba parado en el porche del frente, retorciéndose las manos y viendo a sus tres hermanos. Estaba feliz de verlos, pero no tan feliz al recordar por qué les había hablado.

Pero no los culpaba, porque él les había llamado para que se encargaran de Yesung, algo de lo que deseaba poder retractarse. Sabía que era demasiado tarde al ver a sus hermanos viéndolo con el ceño fruncido.

Esa era una de las razones por la que había dejado su casa. Sus hermanos nunca lo habían apoyado en nada, así que no estaba seguro de por qué en primer lugar les había llamado. Eso había sido pánico, puro y simple.

Incluso si les dijera que ya no necesitaba de su ayuda, ya les había hablado de Yesung, así que no importaba lo que dijera, irían tras su pareja.

Eso era algo que Ryeowook no podía permitir que sucediera, pero cómo detenerlos.

Había pensado mucho y duro acerca de lo que Pa había dicho y Ryeowook tenía que admitir, que Yesung no había sido más que amable y cariñoso con él. ¿Por qué no había visto la situación con Yesung como realmente era en lugar de escuchar a su padre? Había educado mal a Ryeowook y ahora empeoró las cosas llamando para que arrancaran la cabeza de su pareja.

Maldición, se sentía estúpido.

 

Eso probablemente era su más idiota movimiento en una cita.

—¿Dónde está él, Ryeowook?

 

Ryeowook cruzó los brazos sobre su pecho con las piernas abiertas en una postura de batalla mientras veía a sus tres hermanos. Sabía que su mirada no los intimidaría, pero tenía que hacerles saber que eso era su asunto. No quería que dañaran a Yesung, y tenía que convencerlos de eso.

—He cambiado de opinión.

Changbum, su hermano mayor, lo veía incrédulo, su boca se abría y se cerraba antes de retraer los labios y gruñir. —¿Quieres emparejarte con un asqueroso shifter?

Ryeowook se llenó de ira ante el término que su hermano utilizó para su pareja. ¡Yesung no era un asqueroso shifter! El padre de Ryeowook no solo había envenado su mente sino también la de sus hermanos. Sabía que no podría persuadirlos a pensar en algo más que en el odio hacia los shifters. Le había tomado mucho tiempo a Ryeowook llegar a buenos términos con su equivocado pensamiento. Y él era el más tranquilo de todos. Bueno, Sanghoon, el segundo más joven, no era tan vengativo como los otros dos, pero sabía que Sanghoon estaba aquí porque nunca iría a ningún lado sin Changbum y Chanyong.

—Si.

 

Chanyong, el segundo de sus hermanos, con una cara de ira se acercó a Ryeowook. Tragando duro, Ryeowook rezó porque sus hermanos no patearan su culo. Sería la primera vez que Chanyong le pondría la mano encima, pero por la expresión de su cara, estaba realmente enojado.

Eso era una real posibilidad en ese momento.

 

Changbum y Chanyong parecían que quisieran estrangular a Ryeowook. Sanghoon los veía con curiosidad. A Ryeowook no le importaba. Quería estar con Yesung. No importaba lo que ellos pensaran de él.

 

Solo rezaba por respirar después.

 

—¿Qué sucede aquí? —Pa preguntó mientras entraba al porche del frente, su ceño fruncido con ira.

Ryeowook nunca había estado más feliz en su vida de oír la voz del oso y ver la enojada expresión de Pa.

—¿Eres Yesung? —Changbum preguntó mientras jalaba a Ryeowook del escalón superior.

Ryeowook gritó, haciendo su mejor esfuerzo para regresar al porche del frente. Con lo loco que era, se sentía más seguro con Pa que con los de su propia sangre.

—No, pero si no lo dejas ir, voy a bajar por él.

—Inténtalo, shifter —Changbum lo desafió mostrando sus colmillos.

Ryeowook cubrió su cara cuando vio a todo el clan Moon salir al porche. Qué jodido circo se estaba formando. Él no quería esto. La familia había sido demasiado amable con él para que esto sucediera. Y tampoco quería que sus hermanos resultaran heridos.

Eso era una gran jodida, deseaba poder barrerlo bajo la alfombra y olvidar todo. Todo lo que quería ahora era acurrucarse bajo una roca en algún lado. Había causado esto. Había llamado a sus hermanos y les había dicho que había sido destinado a ser pareja de un psicótico shifter que quería matarlo.

Uff, ¿cómo la había jodido tanto? Su ira hacia la prejuiciosa crianza de su padre hacia todos los que no eran vampiros aumentó. Era el veneno de su padre lo que estaba reuniéndose ahora.

Sintió los dedos de Changbum soltar lentamente su brazo.   Ryeowook levantó la vista y vio la preocupación en los oscuros ojos de  su hermano. —¿Estás a salvo aquí, Ryeowook?

 

Ryeowook asintió mientras subía los escalones. —Estoy a salvo. Ellos son osos shifters y han sido muy amables conmigo.

—Pero ellos son shifters, Ryeowook. Sabes lo que nuestro padre dice de los shifters —Chanyong le recordó incrédulo.

Si, Ryeowook sabía exactamente lo que su padre pensaba de las asquerosas bestias. Le recordaban a diario que evitara a los salvajes. Pero Ryeowook tenía una opinión diferente de ellos, y no iba a permitir que sus hermanos causaran problemas.

—Papá mintió.

—¡Retráctate! —Changbum gritó furioso.

—No, no lo haré. Eso es la verdad. Ellos no son furiosos maniáticos que asesinan indiscriminadamente. Ellos son gente amable, que cuidaron de mí cuando no tenían que hacerlo.

—Veremos eso. Encontraremos a Yesung, y cuando lo hagamos, aprenderá que los vampiros y los shifters no son pareja —Chanyong amenazó.

 

Ryeowook se llevó la mano a la boca cuando sus hermanos se alejaron. Sabía que no se detendrían. Tenía que advertirle a Yesung.

«Qué maldito lio».

 

Yesung iba a odiarlo por esto.

 

Hyesung veía por la ventana del frente con Yoo Geun seguro en sus brazos.  No  tenía  ni  idea  de  lo  que  sucedía,  pero    estaba agradecido de que no fuera su tribu los que estuvieran ahí.  Su corazón había saltado en su pecho cuando Seung Ho había entrado al cuarto anunciando que tenían visitas.

Hyesung se había preparado para tomar a Yoo Geun y huir, pero Seung Ho lo detuvo diciéndole que eran vampiros los que estaban ante la puerta. Podía ver la pregunta en la mirada de Seung Ho, pero Hyesung solo asintió y siguió al oso por las crujientes escaleras.

Temía confesar que su tribu estaba detrás de él. Hyesung no quería ser echado al frío sin ningún lugar a donde ir. Yoo Geun estaba caliente y seguro y planeaba mantenerlo de esa manera. Pero la culpa de meter a una amable familia en el peligro lo carcomía.

Cuando vio a los vampiros girarse e irse, Hyesung sabía que no podía quedarse aquí. Ver a los osos defender a Ryeowook despertó su consciencia. El único hecho era que necesitaba salir de aquí. Hyun Joong no lo dejaría tan fácilmente. No, Hyun Joong podría llegar aquí y pelear contra los lobos por una oportunidad para tener a Yoo Geun.

El viejo líder se había vuelto frío y cruel. El que una vez fue un gran hombre se había quebrado en la batalla, solo cuidaba de si mismo. Reclamaba que necesitaba a Yoo Geun para salvar su raza, pero Hyesung sabía que había más en eso.

Lo sabía cuando Hyun Joong exigió a Yoo Geun. Ningún hombre debería de ser separado de su hijo y solo una sádica persona podía exigir tal cosa.

La calculadora manera en que Hyun Joong veía a Yoo Geun hacía que se le helara la sangre. Hyun Joong quería a su hijo para algo malo. Hyesung lo sabía. El hombre podría quemarse en el mismo infierno para lo que a él le importara. No le entregaría a su hijo. No le importaba si toda la raza muriera. Su hijo era importante para él.

Hyesung besó la frente de su hijo y apoyó su mejilla en los negros rizos de Yoo Geun. Moriría protegiendo a su hijo y tenía la sensación de que eso exactamente iba a suceder. Si solo pudiera quitarse el brazalete, podría desaparecer y llevarse a su hijo  lo más lejos posible de Hyun Joong. 

Pero eso significaba dejar a su pareja atrás. Con lo mucho que quería a su pareja, quería más a su hijo. Sus ojos seguían cada movimiento de Eric mientras regresaba a la casa con Ryeowook.

—Necesito hablar con Jongin —dijo Eric cansado dejando a Hyesung. Era una seria vista ver al fuerte hombre tan derrotado. Hyesung quería ir tras esos vampiros y golpearlos hasta que sangraran por hacer que su pareja se viera de esa forma.

—Dámelo —dijo Seung Ho, tomando a Yoo Geun—. Ve con mi Pa.

Hyesung vaciló un momento, no quería perder de vista a Yoo Geun ni por un segundo.

—Está a salvo. Ve.

 

Hyesung con renuencia dejó a su hijo al cuidado de Seung Ho y se apresuró hacia la cocina. Vio a Eric en el teléfono, su voz baja, apoyado contra la pared. Hyesung no estaba seguro qué debería de hacer, así que caminó hacia su pareja y se apoyó en él.

Eric envolvió uno de sus fuertes brazos alrededor y siguió hablando por teléfono. Hyesung no estaba seguro de estar ayudando a Eric en nada, pero el gran y corpulento hombre   no lo soltaba.

—Está asustado, Jongin. Hizo un movimiento estúpido, pero no fue intencional.

Hyesung se acercó más cuando vio que Eric hizo un gesto de dolor. —Sé que llamó a sus hermanos para que se encargaran de Yesung, pero…

Eric dejó de hablar y solo escuchaba, asintiendo de vez en cuando. Hyesung no podía oír lo que Jongin decía, pero por la expresión de Eric, no lo estaba invitando a tomar el té.

 

—Es uno de los míos, Jongin. No puedo hacer eso.

r13;Eric asintió de nuevo—. Entiendo.

 

Hyesung se aferró a su pareja cuando Eric colgó el teléfono. —¿Es tan malo?

Eric se veía como si hubiera envejecido diez años desde que llamó por teléfono. Líneas de preocupación se formaban en sus ojos y su cara tenía un profundo ceño fruncido.

—Jongin no está feliz de que su manada sea amenazada.

—Pero le explicaste que Ryeowook lo siente, ¿verdad?

 

Eric sacudió la cabeza, sus ojos grises se suavizaron cuando vio a Hyesung. —Algunas cosas requieren más que un ‘lo siento, no tenía intención de enviar a un grupo de vampiros contra tu primo’. Quiere que le entregue a Ryeowook.

Hyesung había oído sobre Jongin. El Alfa de los lobos Timber les había dado a los elves del bosque quinientos acres, pero Hyun Joong también maldecía al Alfa. El líder de su tribu describía a Jongin como rudo y bárbaro. Decía que la única razón de que les diera las tierras era porque Tao ahora era la puta de la manada.

¿Podría Ryeowook enfrentar el mismo destino?

 

—No puedes entregarle a Ryeowook. No merece el castigo que Jongin le impondría por un malentendido. —Hyesung tenía que convencer a Eric de mantener a Ryeowook a salvo. También había oído cosas horribles de los vampiros, pero por lo que había visto en Ryeowook, Hyesung creía que él también había sido engañado.

¿Qué otras mentiras le habría dicho Hyun Joong?

 

Hyesung empezaba a cuestionarse todo lo que le había enseñado el líder. Ahora que lo pensaba, Hyun Joong era el único que había sido rudo y bárbaro durante la última década o algo   así.

 

Hyesung  había oído historiaS de cómo Hyun Joong había  matado hombres inocentes, pero Hyesung se había rehusado a creerlas.

 Ahora no estaba tan seguro.

 

—Él es familia, Hyesung. No puedo darle la espalda a él, como no puedo hacerlo por ninguno de mis propios cachorros. Jongin está de acuerdo en ese punto, pero él dice que hasta que esto se resuelva, estaremos por nuestra propia cuenta.

Hyesung se sobresaltó cuando timbró el teléfono. Después de los pasados días huyendo de su tribu, atravesando incontables acres para alejarse, encontrar a su pareja, Hyesung estaba nervioso como el infierno. No estaba seguro qué más esperar.

Sus nervios estaban expuestos mientras seguía parado ahí.

 

—Moon —Eric contestó el teléfono. Su expresión se volvió tensa mientras soltaba el aliento—. Espera un minuto.

Hyesung vio a Eric salir de la cocina y regresar unos segundos después con Ryeowook siguiéndolo. Eric señaló el teléfono.

Los ojos de Ryeowook se nublaron mientras se mordía el labio inferior, su mano temblaba en el teléfono. —¿Hola?

Hyesung sintió un gruñido formándose en su pecho cuando vio el gesto de dolor de Ryeowook y entonces volverse más pálido de lo que ya era. —Pero yo…

Asentía mientras pasaba su mano por la cabeza, su mirada baja. —Lo siento, Yesung, no sabía.

Hyesung vio cómo Ryeowook colgaba el teléfono y salía corriendo del cuarto dirigiéndose a las escaleras. Sollozando. Hyesung vio a Eric y siguió al vampiro. Lo vio dirigirse al último cuarto. Hyesung lo siguió.

Ryeowook estaba acostado en la cama, acurrucado con sus rodillas dobladas con todo su cuerpo temblando. Hyesung no estaba seguro de qué decirle al hombre, pero él no podía dejar que se hundiera en la desesperación. No era correcto. No debería sentirse así.

—¿ Ryeowook?

 

El vampiro se giró, lágrimas de sangre bajaban por sus mejillas mientras veía a Hyesung como si fuera un fantasma. Sus ojos ya estaban hinchados y rojos. Podría ser por la sangre que había derramado con el llanto, aunque Hyesung lo dudaba.

—Dijo que me liberaba del reclamo. — Ryeowook sollozó, limpiándose la nariz con el brazo—. E… él dice que dado que lo quiero muerto, entonces lo está, para mí. —Nuevas lágrimas caían de los oscuros ojos de Ryeowook, entonces se giró y le dio la espalda a Hyesung.

«Maldición, eso fue muy duro».

 

Pero ¿cómo se sentiría Hyesung si descubriera que Eric llamaba a sus parientes para que se encargaran de él? ¿Cómo se sentía si un desconocido intentara encargarse de Eric?

No había una respuesta fácil.

 

Hyesung palmeó el hombro de Ryeowook antes de salir, cerrando la puerta detrás de él. Sabía que nada que dijera podría darle consuelo a Ryeowook ahora. El hombre estaba inundándose en la miseria y solo Yesung podría sacarlo.

Hyesung pensó en lo que el Alfa había dicho. ¿Qué si su tribu se aparecía ahora? Ellos no los respaldarían. Hyesung sentía como si trajera un mundo de problemas a la puerta de su pareja y Eric Moon no se lo merecía.

Hyesung bajó las escaleras y buscó a Yoo Geun, tan pronto como tomara a su hijo se iría. Prefería valerse por si mismo que arriesgar a su pareja de esa forma. No iba a permitir que su lucha afectara a Eric.

Tomó  a  Yoo Geun  de  los  brazos de Seung Ho y la pañalera.

Seung Ho lo veía mientras Hyesung se dirigía a la puerta del    frente, sintiendo que todo su mundo se derrumbaba a su alrededor.

 

—¡Pa!

 

Hyesung oyó a Seung Ho gritar, pero estaba demasiado concentrado en encontrar refugio para Yoo Geun y él sin poner a nadie en peligro. Los Moon ya tenían suficiente en su plato sin que él les agregara más.

—¿A dónde crees que vas? —la voz de Eric recorrió el patio, enviando un estremecimiento que recorrió la columna de Hyesung.

Hyesung siguió caminando.

 

Hyesung podía oír los pasos de Eric detrás de él. Y entonces tenía al oso en frente. —Te dije que aquí estabas a salvo. Regresa a nuestro hijo a la casa.

Hyesung trató de rodear a Eric, pero el hombre probó ser una fuerza de la naturaleza. Seguía firme, rehusándose a permitir que Hyesung pasara. —Hay toda una tribu completa detrás de mi, Eric. Con lo fuerte que eres y lo fuertes que son tus hijos, ocho no pueden luchar contra una tribu completa de elves.

Aunque Hyesung amaría ver que Hyun Joong perdiera poder. El hombre era un consumado bastardo que merecía que le quitaran el título. Hyesung rezaba estar ahí cuando Hyun Joong finalmente cayera.

—Eres familia, Hyesung —dijo Eric mientras rodeaba con sus fuertes brazos a Hyesung y lo levantaba aplastándolo contra su pecho con Yoo Geun entre ellos.

—¡Bájame!

—No en esta vida. —Eric se dirigió de regreso a la casa, subiendo a Hyesung y a su hijo por las escaleras del frente  y entrando a la calidez de la casa—. Deja a Yoo Geun con Seung Ho.

—No —Hyesung argumentó mientras trataba de liberarse. Esa no era una tarea fácil, pero Hyesung estaba determinado a alejar la amenaza de los osos.

—Bien —Eric gruñó bajando a Hyesung y tomando a Yoo Geun de sus brazos.

—¡Devuélvemelo! —Hyesung gritó mientras Eric entregaba su hijo a Seung Ho.

—No hasta que hablemos, ¡pareja!

 

Hyesung podía ver los ojos de Seung Ho más grandes y redondos mientras se apartaba rehusándose a soltar a Yoo Geun. Más Moon se reunieron en la sala, todos se veían impactados mientras Eric lanzaba a Hyesung al hombro y subía las escaleras.

Hyesung pateaba y arañaba la espalda de Eric mientras trataba de liberarse de la enorme montaña. No lo hizo bien. Eric lo llevaba.

Eric entró en la recámara, cerró la puerta y dejó a Hyesung en la cama.

—Eres mi pareja, moriría protegiéndote. Logra que eso entre en tu dura cabeza.

Eso exactamente era lo que Hyesung trataba de evitar. —Eso sucedería si me quedo aquí, Eric. Tienes que dejarme ir. r13;Sus palabras eran suaves, rogando mientras veía los ojos grises más bonitos que hubiera visto.

Eric se inclinó hacia adelante, sus labios apenas a un par de centímetros de los de Hyesung mientras sus ojos se volvían de un gris tormenta. —No te dejaré ir, Hyesung. El destino te entregó conmigo para que te protegiera y eso es exactamente lo que  voy a hacer.

 

Y Hyesung tenía la sensación de que hasta el último de los Moon estarían de acuerdo con la convicción de Eric.

 

 Continuara...


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