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Ruleta del destino por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

Hooola mis hermosos lectores, tiempo sin vernos, queria.... Ah, para que me molesto nadie lee esto u_u

Me tarde porque no sabia como unir el cap 2 con el tres, si, los escribo en desorden ya que no me salia bien la idea del cap 2 asi que solo continue con la siguiente como si fuese pregunta de prueba. En fin, luego no sabia como seguir el 2 y me quede estancada en eso unos muy buenos laaargos meses. Fin de la explicacion.


Otro hecho es que me faltan comentarios que responder pero lo hare luego ya que sino asi no cumplire mi promesa de hacerlo hoy el lanzamiento (aparte ya he respondido 45 comentarios, cuenta no? :'v)

En fin, no quiero atrasarlos mas asi que sin mas, a leer se a dicho.

BIENVENIDOS A LA SEGUNDA TEMPORADA <3

Nos vemos abajo ^w^

T.2. Capitulo 1. Insert Coin/Start.

 

 

 

- ¡Gracias por su compra y vuelva pronto-ttebayo! – Sonrió abiertamente a un muy satisfecho cliente por tal atención.

Naruto continuó con aquella sonrisa hasta que el señor salió por la puerta haciendo sonar la campanita y ahí se permitió exhalar un suspiro cansado. Últimamente llevaba un ritmo bastante acelerado. Habían comenzado las clases y los dobles turnos le pasaban factura. Pero es lo que se gana por gastar dinero que no tiene. Malditos viajes.

Ya hace casi dos meses de aquel evento con la familia Uchiha. Estaba de vez en cuando en contacto con la madre del que sería su “prometido”. También de vez en cuando recibía los saludos de Fugaku cuando preguntaba por él pero este no estaba “en condiciones” para hablar, escuchar eso no le daba buena espina, lo inquietaba bastante. De Itachi no sabía mucho, el loco hacia lo suyo como si nada. Y con respecto a Sasuke… no hay nada que decir. Naruto muy de vez en cuando manda mensajes con cursilerías que saca, copia y pega del bendito Google-san. El Teme le indicó que era necesario un par de veces al día para no levantar sospechas o la situación lo requería. Aun la segunda no pasa.

Debía decir que era escalofriante recibir “piropos” del demonio, pero… también era gracioso. Incluso después de mandar aquellos poemas clandestinos ellos se escribían burlándose o reclamando tal absurdo mensaje del supuesto amor que se tienen. Por lo cual la situación era ver quien mandaba el poema más estúpido de los dos.

Y al parecer, muy temprano en la mañana el bastardo le mando el código de “S.O.S” ¿Era enserio? Aquello solo significaba problemas de ese tipo. Pues o el teme era un galán (¡Jah!) o las locas madrugaban y perdían neuronas. Seguramente era lo segundo. Esas pobres, pobres cegatonas. Recibió el segundo mensaje. Veamos que copió y pegó esta vez.

--**-- Mensaje nuevo de: Maldito Teme.  Asunto: Saludar.

De nadie seré, solo de ti. Hasta que mis huesos se vuelvan cenizas y mi corazón deje de latir. --**--**--

- JAJAJA – No pudo evitar estallar en carcajadas. El bastardo ni se dedicaba a buscar como la gente mejores cosas por Internet, es más, era estúpido. Porque ese poema ya se la había mandando antes. – Muy bien… mi turno.

Sonrió malignamente cuando encontró el indicado, le haría unas modificaciones.

--**-- Mensaje enviado: Maldito Teme  Asunto: Te saludo también.

Me asusta la manera en que “te amo”. Es como si antes no hubiera nada y después de ti tampoco.

(Luego mandó otro)

De hecho no hay NADA en ti. Inserte corazón <3 --**--**--

Se contuvo la risa. Ya vería lo que le esperaba, ahora debía serenarse, la gente lo mira como a un loco. Hotaru, la jefa, se acercó.

- Esto… Naruto-kun ¿Estás bien? – Pensando que tenía fiebre.

- ¡Hai! Solo me reía de un chiste que me contaron por ahí  - ¿Quién no consideraría algo como esto un chiste? Era divertidísimo. - ¡Ouch! ¡¿Qué te pasa maldito?! – Mirando al culpable del coscorrón propinado a su cabeza.

- ¡¿Te parece bonito holgazanear con el celular en el trabajo?! ¡No pensé que fueses tan estúpido! – Shii miraba mal al doncel.

- ¡Eso no te da el derecho a pegarme! – Sacando el baguette duro, las castaña se alarmó.

- ¡¿Enserio?! ¡¿Dónde escondes esa cosa?! – Matsuri le ponía freno al ataque.

- Vaya, vaya. Es una pena que Sari justo tuviera el día libre – Ya que al menos era más tranquila que sus otros empleados; por lo menos eso pensaba la jefa.

Los comensales ya estaban acostumbrados, debían decir que era raro pero divertido verlos, no podían negar que salían de ahí con buen humor. Shii ahora apretaba y estiraba las mejillas de Naruto quien se dejaba hacer ya que Matsuri lo sujetaba y la jefa le dijo que se quede quietecito, lo cual Shii aprovechó para eso y de paso quitarle el móvil.

- ¡Devuélvemelo-ttebayo! – Tratando de aventársele encima y así recuperar su celular.

- ¡No! Como manager debo imponer el orden ya que la bondadosa jefa no lo puede hacer – Hotaru sonrió resbalándose una gotita - ¡Además! Los chistes para otro día. Estás trabajando, trabajando Naruto – Ensombreciendo su mirada con molestia. La cara del de marquitas se puso azul.

- Vamos Shii, no seas tan dramático – La castaña rió con nerviosismo. Pero Shii no cambio su expresión seria.

- ¿Quién exagera? ¿Crees que solo por agradarle a todo el mundo conservarás el trabajo? – Frunció el ceño – Naruto, a veces te tomas muchas libertades que son bastantes sancionadas. Si no mejoras eso… – Mirándolo seriamente. Todos quedaron nerviosamente mudos, menos Hotaru - ¡Te pondré a limpiar el sótano! – Naruto abrió la cara impactado.

- ¡No puedes! – Con lagrimillas en los ojos - ¡No me puedes mandar ahí, no eres el jefe! – Lanzando puños que Shii evitaba alejando la cabeza del rubio más bajito con una mano estirada.

- Pues demuéstralo. Deja de usar el celular. Es para emergencias y descansos. Ya lo sabes – Naruto hizo un puchero. Shii sonrió. – Ya, ve a limpiar los pisos de la cocina. Ese será tu castigo entonces. – Alzó su índice como quien determina una buena idea o trato.

Naruto se fue mascullando cosas que a todos les daban gracia. Era mejor eso que el sótano. Mientras se perdía por las puertas de la cocina la sonrisa de Shii se volvió algo dulce, pero esta expresión fue interrumpida por el zumbar del celular en su mano. Sintió curiosidad por mirar pero no era su asunto.

- ¿Qué pasa Shii? – Hotaru le sonríe.

- Mmm, nada. Guardaré esto y de paso lavaré los platos – Dirigiéndose a la cocina donde Naruto fregaba el piso algo malhumorado y se puso aun más molesto cuando el rubio alto con una sonrisa pedante ingresó aparentemente para molestarlo, infló sus cachetes. La puerta se cerró en esa escena.

Hotaru cubrió su risa con el puño, a veces Shii podía ser tan transparente.

**--**--**--**--**--**

- ¡Volveré! – Gritó una loca mientras era escoltada (arrastrada) a la salida. - ¡No se desharán tan fácil de mí! – En ese momento pasaban junto a un azabache - ¡UUUhh! ¡Itachi-sama! – Gritó aun más, todos se cubrieron los oídos menos el pobre guardia - ¡También te amo, Itachi-sama! ¡ITACHI-SAMA! – Y se fue gritando.

El Uchiha no cambió su expresión, ya era típico esos escenarios por aquí. No entendía por qué. En la vida real la gente no tendría que meterse en un lugar así, tener ese comportamiento y actuar de esa manera solo por ver a un hombre que cree muy apuesto era inimaginable. Entendería si fuese alguna celebridad, pero ellos solo eran gente común y corriente.

Entró al despacho de su hermano menor quien se miraba bastante irritado, se notaba en su aura, pero al menos seguía trabajando.

- ¿No es muy temprano para que seas acosado? – Ladeando un poco la cabeza y entregándole unos informes.

- No entiendo – Tomando aquella carpeta - ¿Qué es lo que quieren? No somos celebridades o algo semejante – Comenzó a leerlos. El mayor hizo una mueca, simulando una sonrisa de gracia, porque era lo que había pensando antes.

- Ni idea – Respondió – Hoy tengo la agenda ocupada Sasuke. Te pediré que te encargues de reunirte con los agropecuarios. – La cara de Sasuke le miró asombrado.

- ¿Conseguiste que quisieran vender partes de sus tierras? – Impresionado. Esas personas eran luchadoras con respecto a sus propiedades.

- Si no fuese así, entonces ni siguiera te pediría esto – Revisando su celular – Tengo que irme. Nos vemos mañana – El menor arqueó la ceja – Como dije, mis horarios están saturados. Así que no podre volver – Comenzó a caminar hacia la salida.

- A mi también… - Itachi frenó - …también me saturaba de esa manera la agenda. Hasta que el sol se iba, hasta que la madrugada llegara o hasta que el sueño me ganara… - Sasuke cerró sus ojos – Por eso, no te detendré, pero te desearé… suerte – Volviendo a los documentos – Nos vemos mañana – Itachi escuchó hasta el final y sin decir nada salió.

Sasuke miró la puerta una vez su hermano mayor la cerró. Esperaba que se acostumbrara al ritmo. Aunque… él mismo se dio cuenta recién… que ya no se saturaba tanto como antes.

- O será que me acostumbré – No quería divagar en aquello, había trabajo.

Las horas pasaron cuando en su oficina entró Karin. Ella era silenciosa, no quería interrumpir el trabajo de su jefe. Mientras avanzaba por la habitación se quedaba mirando embelesada la expresión de Sasuke. Tan serio, tan concentrado, tan apuesto. Su corazón bombeó y oculto un poco su rostro en su tablet, que vergüenza, no podía dejar que su jefe la vea en un estado para nada profesional.

- Ejem… Buenos días señor – Se anunció la pelirroja. Sasuke no apartó su mirada del ordenador pero hizo una seña para dar a entender que la escuchaba, lo cual ella si notó. Karin sonrió – Disculpe que le interrumpa. Pero acaban de llamar unas personas diciendo que quieren reunirse con usted a las tres de la tarde. Como no hicieron cita previa les informé que les llamaría en cuanto tuviera una confirmación con el jefe. Hice tal decisión porque se anunciaron como vendedores de unas tierras… creí que podría ser importante, señor – Algo nerviosa. - ¿Algún problema?

- No. Está bien Karin. Lo hiciste bien. – Dejando de teclear para mirarla – Agenda la cita para hoy a esa hora. – Volviendo a los suyo – Si ves que después de eso tengo otro asunto muy ajustado, avísales que me retrasaré o de lo contrario lo pasaremos a otra fecha – Pensando que puede que aquella reunión se extienda, dependiendo de que tanto quieran pelear y negociar aquellos agricultores.

- Entendido señor – Sonrió contenta – Entonces lo agendaré así. Les informaré a los señores. – Le expresó su dicha en otra sonrisa con los ojos cerrados – Me retiro – Salió elegantemente.

Al estar afuera quiso calmar los palpitares de su corazón. Aquellos sentimientos que guardaba por Sasuke Uchiha los había sellado cuando este se unió con Sakura Haruno…. Más nunca se fueron, solo se escondieron y así pudo controlarlos. Pero ahora que su jefe llevaba ya un año, y tantos meses, soltero… quizás haya una oportunidad. Rezaba porque si, ella si lo haría feliz. Más motivada que nunca se dirigió a hacer sus pendientes.

Entre tanto Sasuke, quien seguía en lo suyo sin enterarse de nada, dejó unos segundos el ordenador y descansó su vista. Miró el techo. Se sentía… raro. No, raro no, algo era raro…

-… - En blanco aun mirando el techo - ¿Mm? – De la nada su mirada se posó a su celular que estaba cargando. Desinteresadamente lo tomó y se fijo. Frunció el ceño – Ese dobe aun no responde. – Molesto dejó el celular – Agg, no importa. Seguiré en mis cosas – Volviendo a lo suyo.

**--**--**--**--**--**

- ¡Waaa! – Los ojos claros de la chica brillaban de asombro - ¡Es hermoso! – Girando con una prenda en mano - ¡Deidara eres fantástico! – Mirando al doncel que estaba medio muerto recostado en la mesa.

- Mmm, si, lo sé… soy genial… yupi – Su arrastrada voz daba a entender el ligero sarcasmo.

- Vamos, Dei. Anímate. Al menos hoy dormirás – Le consoló Konan.

- Yuuuupiiiii – Volvió a arrastrar las palabras pero se oía algo de felicidad en ellas. Como si oyera coros de ángeles.

- Acaba de finalizar ¿Y ya se murió?

- Si, Nagato. Siempre es lo mismo, pero diferente. La otra vez colgó su cuerpo en el tendedero ¿Te acuerdas? – Rió al recordar.

- Jaja, sí, me acuerdo – Dejando varias telas dobladas en la mesa. – Vamos Dei, aun queda algunas cositas por menores que hacer – Sobando sus hombros – Dei, vamos Dei. Deeeeiiiiii – Alargando con gracia el nombre, pero el rubio aun estaba “muerto”. Nagato arqueo la ceja, en su rostro una sonrisa picara se formó y seguidamente apoyó su cabeza en la del rubio – Deiiiii-chaaan – Con un tonito meloso.

- ¡Ya escuché insoportable! – Gruñó irritado alejando lentamente la cabeza ajena. – Y no me digas así – Le miró mal, y cansado, ya sentándose derecho.

- Pero si algunos de vez en cuando te dicen así – Le sonrió como si nada.

- Pero ellos son mayores – Entrecerró los ojos e hizo un ligerísimo mohín – Son casos especiales – Levantándose y tomando las telas – Oh, algunas son de encaje.

- Es para la confección de las almohadas. La clienta llamó para decirnos que quería usar este tipo de tela – Sonriendo con cierto nerviosismo.

- Ya… pero, si ese es el caso ¿Por qué están las de patrones? – Arqueando la ceja.

- Bueno…. Es que también los va a usar – Mirando a Konan pidiendo auxilio pero esta se fue hace rato. – Mier…

- ¿Entonces quiere qué usemos ambas telas en el confeccionado? –Nagato no respondió. – Nagato… - Comenzando a intuir algo.

- Quiere usar solo una – Queriendo escapar.

- ¡Ve al punto, maldición! – Perdiendo los estribos.

- ¡Ya! La clienta quedo fascinada con uno de tus trabajos y encargó dos almohadas más hechas por ti – Tomando un  bastidor con un bordado de rosa, al cual le colgaba la aguja, y cubriéndose. Dei comenzó a deprender su ira en llamas.

- ¡¿Y aceptaste  el trabajo como si fuera un maldito esclavo?! – Tirando las telas, acercándose al pelirrojo para pegarle tan duro que hasta su madre lo iba a sentir. – Dame una razón para no darte una paliza y renunciar – Nagato rodeaba la mesa para no estar cerca de Dei.

- Porque me quieres – A Dei solo le crecía el instinto asesino. – Porque entre todo, amas tu trabajo – Aun así iba a matarlo. Nagato se desesperaba  – Porque necesitas el trabajo por tus estudios – “Puedo conseguir otro” fueron sus pensamientos mientras se subía a la mesa – Porque… porque… - Preparando para saltar “¡Voy a morir! D:. Pensaba el pobre - ¡Porque si estás aquí tienes la probabilidad de verlo otra vez! – Dei se detuvo en seco. Nagato aprovecho - ¡Aparte! La señora fue consciente de su petición. Ella estuvo de acuerdo porque comenzaras con ese otro trabajo dentro de un par de días – Dei exhaló fuertemente.

- ¿Seguro?

- Si.

- ¿Completamente? – Arqueando la ceja.

- Por supuesto  n_n

-…

-… n_nU

-… Bien – Bajando de la mesa – Por cierto, golpe bajo aquello – Mirándolo mal mientras tomaba las telas otra vez.

- Perdón, me asuste – Con cara de circunstancia.

- Bueno, será mejor que acabe con esto para descansar bien esos días – Retirándose a su sección.

Una vez ahí, tomo una tela gruesa color blanco y comenzó la costura de la almohada. La creación del contenedor del relleno era sencilla. Si lo hacía rápido podía irse temprano. Se lo merecía. En eso sintió el zumbido de su celular en su bolsillo.

--**-- Mensaje nuevo de: Maestro   Asunto: Actualízate.

Ey, mocoso ¿Cuándo dejaras esto de los correos y usaras Lime como la gente? --**--

Dei bufó, exactamente por eso no usaba Lime, porque sino cualquier pendejo puede mandarle mensaje estúpidos, prefería ser más reservado, era otra cosa que tenía en común con Naru.

--**-- Mensaje enviado a: Maestro   Asunto: NO.

Ni cagando uso esa aplicación de viciados ignorantes, aparte ¿Qué te importa? Escribir así es mejor. Aparte somos AMIGUIS, y debes RESPETAR mis gustos --**--

O si, así se llevaban. Pero todo bien, a Dei le agradaba mucho Sasori.

--**-- Mensaje nuevo de: Maestro  Asunto: Ni tanto.

“Al menos es esto y no tu mal gusto por el arte” --**--

Oh no, fibra sensible, ahora ese pendejo sabría con quien hablaba.

**--**--**--**--**--**

En otra parte, exactamente en Tokio donde Sasori estaba en su estudio dando las ultimas pinceladas a su trabajo, se escucho un tonito de mensaje. El bermejo tomó su Apple Iphone Xs Max, si, así de presumido, y miró el nuevo correo.

--**-- Mensaje nuevo de: “Mocoso”   Asunto: Aguarda un cachito.

Estoy trabajando pero en cuanto me desocupe ya verás cabrón, ya verás. Ve preparando el ungüento porque te pateare tan fuerte el trasero que se te caerá. --**--

Sasori suspiró, tan vulgar. El sonido se hizo otra vez presente.

--**-- Mensaje nuevo de: “Mocoso”  Asunto: Ya que estamos.

¿Cómo te sientes? --**--

Sasori sonrió un poquito. A Deidara se le subía tan rápido en el enojo como se le bajaba. Sin dudas aun era un niño en su corazón y mente, por eso no era tan malo hablar con él de vez en cuando, para quitar un poco la pesadez de los días.

Realmente tener a alguien como Dei era conveniente, lo distraía y ayudaba a despejar sus pesares. Itachi aun no ha querido hablar con él. No entendía por qué era así de terco, si le dejaba expresar todos sus motivos y razones como contarle sus planes él llegaría a entender mejor sin armar tanto drama. Jamás creyó que enserio llegaría a ese punto de…. No sabía cómo catalogar bien su actitud. Porque jamás fue así.

- Será que… - Suspiró - ¿En verdad puede estar así de enojado? – Aunque era una pregunta retorica aun dudaba de su resultado, o tal vez lo negaba inconscientemente.

Ya sea una u otra, lo iba a resolver después. Estaba con mucho trabajo, tanto que hasta podría llorar de la frustración. Pero no iba a hacerlo; después de todo era un trabajo que ama hacer.

Siguió en lo suyo después de responderle a Deidara con un “Ocupado. Hablaremos más tarde”, no hace falta decir que el rubio se ofendió un poco y le respondió que él había hablado primero y otras cosas, aun así lo entendió despidiéndose con un “Da lo mejor de ti”. Así el pelirrojo se lo infligió y puso manos en la obra.

**--**--**--**--**--**

Miró por su ventana al oír un bocinazo del exterior, debió haberse sumergido mucho en su trabajo porque ya estaba atardeciendo, casi haciéndose de noche. Afuera los autos se movían y se perdían por el camino, algunos modelos se repetían y otros ocupaban colores extravagantes, las múltiples cabezas que iban en un curso autómata sobre la acera con sus cuerpos programados  ya con sus destinos bien vistos mientras sus mentes viajaban en otros asuntos mundanos o aquella atención era acaparada para sus grupos o sus celulares. Una vista que para un filósofo enriquecía en mil versos referente a la monotonía de la actual era, pero para él, aun con toda esa redundancia… la envidiaba.

Porque aquellas personas pueden vivir sus vidas como si nada. Centrados en sus existencias y aspiraciones sin preocupaciones más allá de lo habitual. Ellos, no tenían un agujero en su pecho.

Ellos, no eran cascarones que solo portaban dolor y resentimiento.

Ellos, no comprendían cuanto la gente en su misma condición los envidiaría.

Sin guerras internas.

Sin futuros rotos.

Sin ilusiones.

Con  ganas de vivir.

Algo que él… en este momento no podía sentir.

En su corazón solo había lo ya mencionado. Dolor y resentimiento.

El dolor de que la personas más importante para ti te haya clavado un puñal en el corazón y te pateara en la cara. Profesando mil maldiciones sobre tus planes con él, riéndose de tus sentimientos, mirándote como si tú fueras el culpable y sádicamente agrandaba la herida queriendo hacerte creer que él no era el problema. Y por ese desplante surgía el resentimiento. Ese Odio que te causa haber dedicado parte de tu vida a esa persona, queriéndole dar más de lo que recibías, haciendo lo que fuera por él para ser pagado así. Llenándote de rencor al recordar que el culpable de eso, eras tú. Dejándote manipular por “amor”. Nunca, nunca más… jamás…

- Nunca – Murmuro con su grave voz mirando a la nada a través de esa ventana.

- Itachi-sama – Sin impresionarse ni un poco Itachi hizo soltó un ligero gruñido para darle a entender que la escuchaba – Señor, ya todos se fueron, y usted está a oscuras en su oficina – La secretaria se acomodo sus lentes de descanso para recibir alguna palabra de su jefe.

- Ya veo… Está bien, ya puedes ir a casa Suiren – La rubia de ojos castaños asintió con una sonrisa.

- Hasta mañana, Itachi-sama – Reverencia y salió por la puerta.

Otra vez se quedó ahí pero esta vez pensando en las estupideces que estuvo pensando hasta hace unos minutos. Absolutamente impermisible. Meneo lentamente el cuello buscando relajarse un poco el estrés y acto seguido tomó sus cosas para irse. Antes de siguiera poder llegar a la puerta un sonido lo detuvo. Se estaba olvidando el celular pero este tintineó convenientemente.

--**-- Mensaje nuevo de: Katzuki-san  Asunto: Lo que sea.

Hey maquinita, dime que ya estás en tu casa, porque sabes es tarde. No quiero enterarme que aun estas en esa condenada prisión refinada. --**--

¿Quién más aparte de Katzuki podía enviar semejante e-mail? Ante todo es un caballero y no podía dejarlo sin respuesta.

--**--  Enviar a: Katzuki-san  Asunto: En trayecto.

Buenas Katzuki-san, le informo que ya estaba saliendo de mi oficina pero regresé al olvidarme mi teléfono móvil. No debe estar tan al pendiente y haga lo suyo. Buenas noches. --**--

Y es que el doncel se puso como meta ser niñera. A la mañana le pregunta si ya desayuno, que desayuno, si almorzó, que si estaba por dormir. Agradecía que no le preguntara si se baña o situaciones más personales, pero esto se estaba saliendo de control. Tendría una charla con su madre para que dejara de meterle en la cabeza de ese joven ideas de cuidarlo. Él era un adulto y no necesitaba que se metieran en su vida.

--**--  Mensaje de: Katzuki-san   Asunto: Humano.

Creo que no hace falta decir que me dejes de tratar de usted o como si fuera un empleado tuyo o algo parecido. Empieza a eliminar distancias. Ya te dije, RE-LA-CIO-NA-TE. Eres un trabajador sí, pero fuera de eso eres una persona. Debemos trabajar más en tratar a la gente como par, en fin.

Cuídate. Y come, no me este enterando que no, como alguien que va al gimnasio debes nutrirte o te pegarás un porrazo por ahí y a ver quién te levanta.

Buenas noches ^_^ --**--

¡Si que escribió mucho! No era que esté prohibido, pero… ¿En tan poco tiempo? Seguro si que tiene tiempo disponible para tener entrenado su rápida escritura.

Suspiró y decidió ya irse, en 10 minutos debía empezar su serie de entrenamiento en el gimnasio.

Hoy tenia energía mental demás, una hora más, llegaría a casa duchado, almorzaría a la fuerza algo, revisaría unos documentos y ya se iría a la cama.

Que buen cronograma.

**--**--**--**--**--**

Estiró la espalda liberando sus pobres tensiones de su pobre cuerpecito. Hoy si que fue un día de trabajo duro, ese maldito de Shii lo tenía como mula y lo peor de todo es que la mula sería mejor tratada.

- ¿Te estás quejando en tu cabeza otra vez? – El rubio brincó y miró a Shii, quien estaba con una expresión incrédula.

- No, no. para nada-ttebayo – Meneando su cabeza de un lado a otro mientras se balanceaba con las manos hacia atrás.

-… - Entrecerrando sus ojos con una gotita de sudor – No sabes mentir.

- ¡¿Y qué esperabas?! ¡Me tienes como perro!

- Como te atreves a insinuar que maltrato a los perros.

- ¡Lo ves! Hasta admites que me maltratas – Gruñendo.

- A ti te implemente una merecida disciplina laboral.

- Eres tan malo Shii, por eso no te invitan a las fiestas – Le sacó la lengua.

- No responderé a esa estupidez infantil – Sacando algo de su bolsillo - ¿Quieres esto o no? ¿Me pregunto a cuanto me lo podrían comprar?

- ¡¿GEEEHH?! – Mirando su precioso siendo sostenido en manos de ese carcelero sin corazón - ¡Dámelo! – Buscando arrebatárselo.

- Oopps, fallaste – Con carita de feliz cumpleaños y coloretes en las mejillas Shii zarandeaba el teléfono en lo alto haciendo que Naruto brinque por él.

- Ya basta ¡Madura, Shii! – Saltando. En un punto Naru vio que no era efectivo.

- ¿Qué pasa? ¿Te cansaste? – Burlándose.

¡PAF!

Naruto le dio con un trapo sucio en la cara. La cara de Shii era un poema.

- ¡¿Qué te pasa?! ¡Eso es asqueroso! – Sintiendo el líquido bajar por su mejilla.

- ¡No lo mereces por sangrón! - ¡PAF! El paño fue devuelto a la cara de Naruto - ¡Ahg! ¡¿Qué te pasa?!

- ¡Tu empezaste!

- Serás…

- Ya basta – Hotaru apareció. Le quito el celular a Shii y se lo extendió a Naruto quien se puso feliz – Hoy hiciste un buen trabajo Naru, así que quiero compensártelo – El rubio puso cara de sorpresa y prestó atención.

- En realidad Hotaru-chan, el estreñido de Shii tiene razón. No fue profesional de mi parte usar el celular en horarios de trabajo si no era importante – Rascándose la nuca.

- Si, pero Shii es consciente de que se pasó contigo – Lo miró con sus bellos ojos verdes turquesas y este solo desvió la suya algo avergonzado. La rubia sonrió. – Por eso queremos darte esto – Ofreciéndole a Naruto una invitación a una exposición de comidas exóticas, los ojitos de Naru brillaron.

- ¡¿Enserio?! – Tomándolo.

- Si. Yo no lo voy a usar así que se lo iba a dar a alguien y Shii me sugirió dártelo a ti. Creo que con esto quiso decir un “Lo siento” – Naru miró al rubio.

- Bueno, tomando en cuenta de que fuiste un cretino – Una vena en la cabeza de Shii – Más aparte que la invitación es de Hotaru y no tuya, así que para nada cuenta como disculpa – Haciéndose el chulo. Shii le miraba algo irritado. – Lo aceptaré… - Cerrando sus ojitos - … pero quiero de tu parte ramen ¿Entendido?

A esta altura de la charla la cara de Shii era totalmente en blanco. Se resignó a aceptar. Naru de unos segundos de puchero molesto paso a una linda sonrisa.

- ¡Mhn! – Asintió – Iremos otro día – Sonrió feliz - ¡GAHH! – Su cara se espantó al ver la hora - ¡Ya es tarde! ¡Mi serie! – Y salió corriendo de la tienda. Unos segundos después volvió - ¡Mis cosas! – Se escuchó un escándalo en el cuarto de empleados - ¡Adiós! Hasta mañana – Agitó su brazo y salió a todo dar.

Ahí en el local Hotaru seguía sonriendo y Shii tenía una expresión abatida/resignada. Largó un suspiro y fue hasta la habitación de empleados, al volver se acercó hasta la máquina de fichar y pasó la tarjeta de identificación de Naruto.

- Que bueno que aun no lo cambie a huella dactilar.

- Es tan despistado – Suspiró amargamente.

- Y aun así… lo aprecias tanto que le das tu pase a ese almuerzo y le marcas su salida – Shii chasqueo la lengua sintiéndose estúpido.

- Como sea, iré haciendo el cierre de caja para ya irnos – Escapando de la escena.

Hotaru se rió un poco. Era tan poco honesto pero dulce.

**--**--**--**--**--**

- “Wow, suena bastante bueno” – Naruto conversaba por teléfono con Deidara – “¿Estás seguro de querer invitarme? ¿Qué hay de tus otros amigos?”

- ¡Dei, tu eres familia! Y quiero que vengas conmigo-ttebayo – Parando su labor de cortar zanahorias, tenia puestos los auriculares para poder charlar calmadamente – Además, quiero agradecerte por todo el apoyo que me diste desde que encontré la sortija de la discordia – Volviendo a su tarea de hacerse la cena - ¿Irás conmigo?

<<<<Con Deidara>>>>

- Mmm… No lo sé Naru – Deteniéndose un momento de coser el patrón que diseñó – Tengo un gran trabajo y debo terminarlo ¿Cuándo me dijiste que era? – Mirando de reojo la olla con su cena. Estaba sentado en la silla de la mesa del comedor (Comedor-cocina separado por una barra con arco).

- “Este sábado-ttebayo”

- Ósea mañana… – Meditando y viendo lo que hacía, estaba adelantando el trabajo   que debía empezar dentro de dos días - …mmm. Está bien. Iré.

<<<<De vuelta con Naruto>>>>

- ¡¿De verdad?! – Soltando el cucharón, que siguió batiendo solito, Naru brinco - ¡Hurra! ¡Creí que iría solito-ttebayo! – Muy emocionado - ¡Va a ser increíble!  ¡Divirtámonos Dei!

Se quedaron hablando un rato más sobre lo asombrosamente divertido que seria y como llegarían rodando como pelotas.

Después de todo… ¿Qué podría salir mal?

**--**--**--**--**--**

Bufó.

- Que fastidio – Murmuró alto para que su hermano lo escuchara.

- Solo va a ser una tarde Sasuke. Necesitamos asistir para poder hacer la siguiente maniobra del negocio – Itachi leía un libro tranquilamente en la habitación del vagón del tren.

- Contigo hubiera bastado – Mirando por la ventana sin mirar nada particularmente.

- Nos convocaron a ambos y ya sabes como es este socio con respecto a las presencias convocadas y la asistencia. Ni tú ni yo podemos dispersarnos de esto – Volviendo a su lectura.

- Tks, lo sé – Pero no lo aceptaba. Solo rogaba que sea rápido.

No debía ser nada difícil. Sería un encuentro de degustación de paladares exóticos en un buen restaurante como lo era el gran Hotel Ana Crowne Plaza Hiroshima, donde en ese hermoso hall se servirán variaciones de platos. Dónde irían gente de buena sociedad y gente normal, con invitación especial, a pasar un tranquilo almuerzo.

Si, no debía disgustarse tanto. Sería una buena oportunidad para emprender más negocios de ser necesario. Lo tomaría como algo positivo. Yendo su hermano y él…

¿Qué podría salir mal?

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

Chan chan chan!!!

Ya saben lo que dicen, Nunca digas eso!!!! Ahora la pregunta es...

Que tanto la van a cagar? :3 Ya lo veremos en el siguiente cap

Les gusto el cap? :'v 

Fue feo, malo? 

Que opionan? Me van a matar? D':

Dejenme sus comentarios llenos de amor o veneno y yo los recibo con amor ^w^

Nos vemos n_n/


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