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Ruleta del destino por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

Holiiis aqui con la actualización muy tarde, en esta plataforma, perdonen, les prometo que mañana ya subire la siguiente parte :D

T.2. Capitulo 8. Casa llena.

 

 

 

 

No lo podían creer.

Jamás de los jamases se hubieran esperado tal resultado, aun cuando estaba frente a sus ojos.

Todo era como una mala broma; como el vértigo que se siente cuando sabes que la has cagado y ahora debes responder ante ello. Todo ese remolino de emociones era lo que nuestro pobre doncel sentía cuando miraba la larga fila de personas que se estaba formando.

¡¿Cómo pasó esto?!

Esa era la pregunta, sencilla y complicada, que tenía como respuesta una muy chocante verdad.

Y pensar que todo parecía tan bonito en la mañana.

 

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 7:30 A.M **--**--**--**--**--**

 

Se había levantado con gran energía, debía estarlo para lo que sería el evento de hoy, y como todo buen día, este debe empezar con un buen desayuno. La sensación de la mañana que era acompañado con el sonido de la cocina era muy relajante,  cocinaba con alegría, y mientras revolvía los huevos en el bol, cierto huésped moreno entró en la cocina con cara recién levantada. Sasuke  tomó una taza y se sirvió el café que ya estaba listo en la cafetera. Naruto lo miró de reojo.

- ¿Quieres leche? – Sin dejar de hacer los rollos de huevos.

- Prefiero beber mi café así  – Somnoliento.

- El desayuno ya casi está listo – Agitaba la sartén y se ayudaba con los palillos – ¿Podrías llenar hasta la mitad mi taza con café por favor? – Terminando el rollo de huevo, el cual comenzó a cortar en cuadrados más pequeños.

- Mmm… ¿Es esta? – Mostrando una taza de ranita con un espiral en su barriga.

- Siip – Contesto con una sonrisa. Sasuke vertió la cantidad pedida de café y salió a sentarse en la mesa ya puesta.

Increíblemente  todo era tranquilo, refrescante; hasta Sasuke se sentía un poco más ligero como hace… nunca, y Naruto estaba en paz, aun con el intruso en su casa.

El rubio escuchó el tonito de su celular y lo tomó con una mano, ya que en la otra tenía un cuenco de arroz, y miró la pantalla. Sonrió ya que era otro de sus amigos confirmando que iría y llevaría algo a la fiesta. No habia necesidad de confirmación al correo, podian simplemente escribirle, pensándolo así fue un poco tonto agregar el correo para confimar.

La mesa ya estaba puesta y lista para desayunar mientras miraban la TV con tranquilidad. No había nada nuevo en las noticias, todo muy normal, con uno que otro incidente menor en el tránsito.

- Me sigue pareciendo una pantalla muy pequeña para esta distancia. – Achicaba los ojos para ver mejor, tenía los palillos cerca de su boca.

- Pues si quieres una tele que ocupe toooda la pared, para eso está TÚ casa señor millonario – Comentó con tono gracioso bebiendo su café con leche.

- Ya quisiera, pero estoy atrapado aquí – Comía  resignado con los ojos cerrados.

- Que yo sepa no te he cerrado la puerta. Sí te tuviera secuestrado aquí no estoy viendo mis ganancias – Apuntándolo con los palillos mirándolo algo mal. – De hecho, hasta salgo perdiendo – Sonrió con burla viendo al Uchiha tragar haciéndose el loco.

- Hmph – Se llevo otro bocado grande de arroz. Naru sonrió de medio lado al sentir que ganó.

 

Acomodó mejor sus zapatillas puestas, estaba listo para irse a trabajar, por suerte hoy tenía media jornada así que tenia tiempo para poder preparar todo para la noche. Miró a Sasuke, quien miraba unos documentos, y negó divertido con la cabeza y se acomodó mejor la mochila a su espalda.

- Ya me voy. No olvides que debes estar listo a la hora que llegue. Tu disfraz ya está preparado en la mesa de café. Deidara vendrá mas tarde a maquillarnos un poco – Sasuke chasqueó la lengua.

- No puedo creer todo esto – Apretando un poco el puente de su nariz – Lejos de casa, estando aquí y que además tenga que pintarme la cara. – Dejó dichos papeles en la mesa, estaba organizando su agenda para cuando vuelva a casa.

- Hablo enserio-ttebayo – Con tono medio serio aunque portaba una mueca graciosa en los labios.

- Tks, de acuerdo – Resignado y sacando su laptop.

- Bien, nos vemos. – Risueño salió de casa.

- Si, si, si. – Tecleando despreocupado.

La puerta se cerró y Sasuke quedó en silencio haciendo lo suyo por un buen rato. Al tiempo le entró algo de sed por lo que se levantó del sillón para beber un vaso de agua o algo.

En la cocina abrió los estantes buscando los vasos, tomó uno y se dirigió hasta la pequeña (para él) nevera de Naruto, la cual estaba llena de colores. Decidio servirse la limonada y volvió a su asiento.

Cuando dio un sorbo y refrescó su seca garganta, quedó meditando unos segundos con los ojos cerrados; después se golpeó la frente  sintiéndose disgustado ¿Qué se supone que estaba haciendo? Habia  pasado la mañana como si fuese de lo más común. Era una muy extraña sensación, el rubio seguía siendo un insoportable y aun así llego a despedirse de él tan llanamente que era muy raro… era él, pero no se estaba sintiendo como él.

Definitivamente debía volver a casa.

Ciertamente la manera que se trataron hoy  era mejor que estar peleando como bestias, por lo cual lo dejó a un lado como si en silencio hubiesen hecho un acuerdo de convivencia temporal a corto plazo. Sería mejor seguir con sus cosas antes de que el rubio volviera.

 

 

Mientras tanto, Naruto, al salir de casa, quedó un rato parado en la puerta con los mismos pensamientos que los del moreno, solo que los de este son un poco más consciente sobre la situación actual. Era insólito como hasta ahora, recién, procuró  el escenario en el que estaba metido.

Había un hombre, un varón, en su casa ya hace varios días por lo que se podría decir que estaban como conviviendo.

La idea en su cabeza le cayó como balde de agua y no pudo más que correr con la cara roja hasta llegar donde estaba su bicicleta aparcada en la cochera común del condominio y se agachó en cuchillas cubriendo su cara. Él jamás tuvo vergüenza de estar cerca de los varones, el siempre era él mismo con todo el mundo, pero esta situación le estaba superando ¡Si hasta parecía real su farsa!

- ¡No! – Auto cachetazo – Cálmate.  Vamos, Naruto, has estado encerrado mucho rato con ese loco y ya te estás volviendo uno, solo es eso-ttebayo. – Asentía convenciéndose de aquello para no caer en la locura.

 

Simplemente tomo su bicicleta y se fue a trabajar. En el camino pensó que en su descaso revisaría su correo electrónico.

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 8:30 A.M **--**--**--**--**--**

- Ya veo, pero el itinerario continuará según como se ha acordado en la agenda desde el mes pasado, regresaré a mi jordana para el Lunes – Abotonándose las mangas. – Mantenme informado cualquier inconveniente si es necesario, pero no consumas tu descaso. Adiós señorita Suiren. – Tomó mejor el celular y colgó.

La llamada se alargó más de lo necesario y  aun debía ponerse al corriente para lo que sería el inicio de semana en la oficina. Realmente no entendía como también se había envuelto en las “vacaciones” de Sasuke, pero él no es una persona que lleva la contraria a lo que sus padres le piden como favor, claro que esto siempre y cuando sea razonable, y aunque ahora no está conforme con el asunto ya había accedido.

- Debería empezar a decir no – Murmuró para sí mismo.

Realmente si se lo pensaba un poco, no es que él fuese complaciente, solo era que no veía  en la otra parte algo que mostrara alguna razón o incoherencia como para que haya lugar a que se negara o contradijera, por eso siempre estaba por la labor. Para resumir: como no veía razón para negarse no veía por qué no. Muchos de sus compañeros y amigos le hacían gracia esa mentalidad o hábito en él, hubo veces que lo cuestionaron mucho por eso. Seguramente era por eso que hasta Sasori llegó a un límite y por eso decía que se había cansado de cómo se tornó su relación.

Hablar con un robot ¿Eh? Esa fue la manera en que varias personas lo habían asociado. Una maquina que siempre te a va a responder de manera certera, práctica, automática o simplemente con lo que quieres escuchar. Pero él era un ser humano, obviamente a veces no quería hacer cosas, también tenía sus preferencias, se enojaba y se sentía feliz, también detestaba las mentiras, oh, como odiaba las mentiras, es por eso mismo que no podía perdonar a Sasori.

El era humano… no una maquina.

Humano…

Su cuerpo se sacudió por el sonido de su celular. Un mensaje.

--**--  Mensaje de: Katzuki-san   Asunto: ¡Fiesta!

¡¿Estás preparado para esta noche?! Aunque no lo estés iré a buscarte, advertido estás. Recuerda, en casa de Naru-chan a la 17 hs. Verás que te vas a divertir.

 Hasta ahora ^_^ --**--

Sus ojos parpadearon reaccionado a su entorno. Lentamente miró la hora en la pantalla, había estado divagando un buen rato pero tenía algo de tiempo antes de que el joven Katzuki lo llamara para asistir a la reunión ¿Por qué se ponía a perder el valioso tiempo? Cerró sus ojos para enfocarse en lo que había que hacer. Cuando los abrió sus ojos el brillo de estos se opacaron…

Fue como si hubiera encerrado sus pequeñas emociones otra vez y volvió a estar sereno. Como siempre.

Respondió al mensaje de Katzuki-san y tomó sus carpetas. Ya que estaba en Hiroshima se puso a hacer unos pequeños negocios. Que buen tiempo invertido seria. Estaba seguro que sus padres se pondrían contentos.

La puerta de la habitación de ese hotel se cerró lentamente. Solo quedó… el vacio.

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 10:30 A.M **--**--**--**--**--**

- ¡Esto es explotación! ¡Explotación digo! – La vocecita cabreada era ignorada por los compañeros de trabajo.

- Gracias, vuelva pronto. – Sonrió con su serenidad.

- ¡Nagato! – Dei aleteó los brazos como pollito.

- Dei-chan, me alegra mucho tenerte como mi empleado, tus trabajos son siempre fenomenales – Su sonrisa le pareció tan descarada que Dei tenía ganas de meterle un puñetazo.

- ¿Cómo se puede ser un jefe tan hijo de put*? – Con una expresión que absoluto desprecio.

- Al parecer no tanto ya que te permito llamarme así – Tomando una pequeña pila de ropa doblada para colocarla en un estante.

- Ya sus encontronazos son tan típicos como mi cappuccino en la mañana – Entró Konan bebiendo un sorbo de dicho café del SterDuks

- Konan ¿Dónde estás tus remendados? Hoy la clienta viene por ellas a la una – Le miró un poco serio.

- Oh, jefe. No estés tan serio. Mis trabajos ya están aquí – Haciéndose la loca mientras coloca la bolsa con su trabajo en la mesa.

- Bien, lo revisaré en un momento – De repente se puso un poco serio. Los otros dos se miraron y luego vieron a su jefe, quien sacaba su celular y tipiaba en el con el seño algo fruncido. Ambos suspiraron, estaba peleando con su pareja.

- Dei ¿Cómo va los preparativos para hoy? – Colocándose el delantal.

- Muy bien. Ayer ya dejamos todo listo para que hoy solo lleguemos y acomodemos los aperitivos – Sonrió con suficiencia por lo genial que era organizando estas cosas.

- Ya veo. Yo iré con Yahiko – Dei asintió con una sonrisa.

- Yo iré solo – Suspiró conteniendo el enojo.

- Oye, deberías… - Dei calló a Konan antes que esta dijera algo que podría encender la mecha de Nagato.

- ¿Qué? – Mirando fijamente a Konan, esta sudó un poco.

- Deberías revisar las ultimas costuras, ya sabes, porque si no puede que no te dé el tiempo para prepararte – Ocultado muy mal su nerviosismo.

- Mmm…. Sí, eso debería hacer. – Tomando el registro y las costuras.

Ambos empleados suspiraron de alivio. Su jefe era paciente y todo, pero si en verdad se enojaba se volvía un poco… exagerado, y se cobraba con todo sus sentimientos heridos.

- ¡¿Estás Lorenza?! ¿Cómo se te ocurrió casi soltar semejante estupidez? – Susurraba con enojo.

- ¡Ni siguiera terminé lo que iba a decir! ¡¿Cómo sabes que iba a decir algo estúpido?! – Pegando su sien a la de Dei demostrando en su mirada que estaba ofendida.

- ¡Porque te conozco cabrona!

- ¡Serás!

- ¿Saben que los estoy escuchando, no? – Mirándolos con molestia.

- ¡Ah, que tenemos que trabajar! – Se dispersaron bajo la mirada escrutadora de su jefe.

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 11:15 A.M **--**--**--**--**--**

- Hoy es noche de fiesta Akamaru ¿Listo para divertirte? – El perro ladro feliz a su dueño, quien lo estaba bañando para estar más que listo para la noche.

- Yo no quería este disfraz – Shino miraba mal el atuendo que escogió su amigo.

- Créeme que te queda perfecto ese, serás como mucho uno de los mejores disfraces – Sonrió. A Shino seguía sin convencerle

- Pero tu iras con algo muy obvio – Acomodó sus lentes.

- Lo obvio es sorprendente también – Sonrió con orgullo.

- Mmm… Bueno. Al menos todo será entre amigos – Bebiendo su limonada. A todo esto estaban en el patio de la casa de la familia Inuzuka.

- Ese es el espíritu – Animo. El canino ladró en acuerdo con su dueño y luego se sacudió el agua – No, Akamaru, todavía no – Cubriéndose – Espera un poco – Enjuagando lo restante. - ¿Sabes? Quisiera que hubiera algunos mas, ósea, como una fiesta donde podamos conocer más gente – Sonrió entusiasmándose.

- Eso es mucho pedir. Si quieres eso puedes ir a…

- Lo sé, lo sé. Solo era un pensamiento fugar – Terminado el baño de su perro – Okey, Akamaru, ya está listo – El perro ladró feliz y se sacudió.

- … Solo el destino lo dirá… es Naruto después de todo… - Murmuró Shino mirando el cielo.

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 13:19 P.M **--**--**--**--**--**

- No puedo creer que tengas todo esto – Ten-ten no cabía del asombro, y la extrañeza, que alguien en su casa tuviera esa cantidad insana de vendas.

- No debería extrañarte Ten-ten ¡Cuando uno entrena lo que yo créeme que te quedas corto de vendas! – Alzando el puño.

- Si… pero aun así…

- No le busques vueltas, ya suficiente que hayamos accedido a ir combinados – Dándole algo de pena su atuendo – Podemos intercambiar.

- ¡Negativo, Neji! Hicimos un reto por la repartición de trajes y ganaste de manera justa. Cambiarlo así como así deshonraría nuestro orgullo y de muchos que aman los…

- Ya entendí – No queriendo escuchar ese discurso…otra vez.

- Al principio no estaba muy convencida, pero debo admitir que me parece ahora muy divertido – Sonrió feliz – ¿Creen que alguien más ira combinado?

- Si es asa ¡Con más razón deberíamos batirnos en un duelo para buscar al mejor equipo!

- Eh… no Lee, no creo que…

- Vamos Ten-Ten – La miró con ojitos suplicantes.

- Arg, no. Además a mi no debías suplicarle, sino a quienes lo organizan.

- ¡Que excelente idea! – Alzó el pulgar.

- Ay no… - Neji negó y Ten-Ten se lamentó por abrir la boca – Lo siento Naru – Lloró.

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 15:30 P.M **--**--**--**--**--**

- Ya verás como aunque muerta, serás la novia cadáver más hermosa del mundo – Ino estaba en su salsa, se sentía tan realizada mientras maquillaba a Hinata.

- ¿Estás segura? – No convenciéndole que le este pintando de un tono azulado la piel.

-  Absolutamente – Sacando humito de la nariz, estaba súper emocionado - ¡Tal vez hoy será el día que tengas novio! – Sus ojos eran puros brillos.

- ¡¿Eh?! – Enrojeciendo – P-Pero solo seremos los de-e si-siempre – Nerviosa.

- Ay ay ay, mi pobre nena. Nunca debes subestimar lo inesperado – Negando con los brazos en jarra – Sobre todo si es Naruto quien ha organizado esto – Afirmo con su dedo índice y la mirada determinada.

- Eh, bueno no… yo-o…

- Tú debes solo dejármelo a mí. Tu tranquila y yo como Diosa hare un destino ¡Jo jo jo! – Llevó la muñeca a los labios riéndose con vanidad.

- Mmmmm….

- Ya, ya. Vas a asustarla – Ten-ten estaba terminado de planchar el traje que usaría.

- Solo trato de incentivarla a vivir la vida como si fuera la última – Pose diva.

- Sí, bueno, pero no la presiones o se va a romper la niña – Rascándose la mejilla con algo de nervio.

- Bueno, bueno. Continuemos – Volviendo al maquillaje.

Hinata no le gusta llamar la atención, pero este era una situación de esas que uno piensa ¿Debo ser yo? No es que sea algo malo, pero ¿No sería mejor animarse un poco más? Creía que podía ser divertido salirse de su zona de confort. En silencio y solo con el sonido de la música de fondo, la que Ino puso en su laptop, Hina apretó los puños sobre sus rodillas.

- …Sí – Murmuró animándose.

Ino y Ten-ten aun así lo entendieron y sonrieron muy satisfechas.

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 16:47 P.M **--**--**--**--**--**

- Viejo ¿Cómo se te ocurre hacer todo a último momento? – Trotando junto a un agitadísimo Chouji.

- No…. E-Es… Mi… Cul…Pa – El aire se le escapaba.

- ¡Te vas a morir! ¡No hables! – Regañándolo al darse cuenta que con cada silaba se quedaba atrás.

- Mi…dis…. Fraz…. Uuff, mi….

- ¡Que te calles! – La paciencia, así como el aire en Chouji, se le estaba acabando.

¿Por qué él, el más vago, estaba corriendo como loco por algo que ni siguiera es para él? Sencillo, porque aceptó acompañarlo antes de saber que debían correr o no llegaban y la tienda cierra a las 17 hs. La excusa de su retrasado amigo era que su disfraz era algo tan alucinante que debió encargarlo y justo llegaba hoy al medio día ¡Medio día! ¡¿Por qué estaban yendo ahora era la cuestión?! ¿Cuánto faltaba? Como 15 minutos de caminata ¡Así que debían correr!

- Juro que en cuanto tengamos tu cochino disfraz, voy a pegarte – Le espetó encontrándose también ya agitado.

- Lo-o… siiiieenn….

- ¡Shh!

Corrieron como alma en pena durante 5 minutos, Chouji ni que decir porque hace 3 se quedó muy atrás, pero Shikamaru ya divisó la tienda y entró por la puerta asustando a los empleados. Hora 16:54

- Yo-o…. vengo… uuff… por… uff un… un segundo… aire…. – Recargado sobre sus rodillas - … ¡Jaahh! Un pedido…. De-e…. disfraz…. Chouji…

- ¡Oh! ¿Eres Chouji Akimichi? – Una dependienta le miraba con curiosidad ya que por su voz lo imaginaba más robusto.

- No… él es mi amigo – Un poco mas compuesto se erguió. – Está llegando, yo solo me adelante antes que cerraran – Sintiéndose apenado porque ahora sentía las miradas algo molestas de los trabajadores.

- Bueno sí, ya estábamos organizando el cierre – Con brazos en jarra. – Pero igual aun es horario de atención, adelante – La mujer suspiró restándole importancia – Sígame por favor – Caminó al mostrador siendo seguido por un cabizbajo moreno.

- El dijo que ya estaba la mitad pagada – Sacó su billetera – Dígame – La mujer tecleo en el ordenador buscando los datos del comprador.

- … Chouji Akimichi – Ingresando más datos – Nosotros no entregamos el paquete a nadie más que al comprador, pero él nos dejó las instrucciones de que si él no podía presentarse, dejaba a alguien más autorizado a recibirlo – Shika achicó los ojos asimilando algunas cosas ¿Así que ya lo había planeado? – Aquí… Nara ¿Verdad? – Shika asintió.

- Sí, Shikamaru Nara – La mujer asintió y después de teclear un poco más sonrió.

- Orden N°7485 – Cantó a otro empleado que estaba un poco más atrás, en los anaqueles, este asintió y desapareció entre estos.

- El resto a abonar es de 1614¥ - Le sonrió a Shikamaru quien solo le pagó el importe, ya que por dentro se preguntaba ¿Qué carajos se compró?

- Orden N°7485 – El muchacho dejó el paquete en mostrador, y volvió a desaparecer. Otros empleados ya habían guardado y comenzaron a bajar las rejas. Qué vergüenza. El sonido de la impresión de ticket lo sacó de su bochorno.

- Listo – Abrochando el ticket a la bolsa – Gracias por elegirnos, por favor vuelva – Shika sonrió tomando la bolsa.

- Muchas gracias, y otra vez lo siento mucho – Reverenciándose. Los otros empleados sonrieron.

- No se preocupe, a veces pasa – Sonrió la mujer. Shika volvió a reverenciarse ya cuando salió y los empleados del lugar hicieron lo mismo.

Una vez afuera camino un poco y como un perro con la cola entre las patas apareció su amigo con una sonrisa nerviosa.

- Hola, Shika ¿Y cómo fue? – Rascándose la cabeza. Un tremendo golpe se escuchó - ¡Aargg!

- Te dije que te iba a pegar – Con abriendo y cerrando el puño – Toma tu porquería – Estampando el paquete en el pecho de Chouji.

- Gracias amigo, sabía que podía contar contigo – Riéndose, con dolor, pero victorioso.

- Tramposo – Negando con la cabeza. – Anda vamos, que pierdo tiempo y ahora yo estoy apurado.

- ¿Te acompaño?

- ¡No! – Más fuerte de lo que pretendía – Ya te vi la cara lo suficiente en el día. Te veré en la noche – Ambos separaron sus caminos.

Chouji quedó mirando a su amigo un poco, aquella reacción no era muy propia de Shikamaru ¿Qué oculta?

**--**--**--**--**--**  Ese Sábado 18:47 P.M **--**--**--**--**--**

- Decías que yo estuviera listo, pero tú ni siguiera empiezas – Mirando al rubio corretear de aquí para allá con el atuendo en manos.

- Salí tarde del trabajo a pesar que pedí permiso para salir temprano – Llorando. – No sé cómo ponerme esto – Viendo las cintas, los accesorios - ¡Aiuda! (TxT)

- Maldita sea – Se cubrió la cara orando por paciencia.

- Naruto, ya llegamos…  ¿No estás listo? – Dei entró a la casa con Itachi siguiéndole el paso.

- Eso digo yo – Ya resignado con el codo apoyando en la mesa del comedor.

- Mmm… Bueno Vistamos a los hermanos simpatía y luego te ayudo ¡Vamos! – Tomando el desastre del atuendo de Naru y haciendo señas al moreno mayor que se acercara.

- ¿Todavía cuerdo? – Mirando a su hermano quien no cambiaba la cara ni aunque se acercara el fin del mundo.

- No es algo por lo cual perder la compostura – Así de digno, a Sasuke aquello se lo cargaba el diablo.

- Oye, bastardo – Y otro dolor de cabeza lo seguía - ¡Vamos! – Agarrándolo la silla donde estaba y arrastrándolo más lejos para comenzar a maquillarlo. Sasuke quedo (O_O)

Luego de un rato…. Sasuke estaba con un juego de tres piezas de tonos granates. Un jersy de manga larga con cuello de color negro, arriba de este un chaleco granate con deliñados blancos que se ajustaba a través de tres hebillas. Un pantalón de del mismo cono con cadenas y cuerdas, zapatos negros. Era un diablillo muy moderno y hasta sexy.

- Vaya, vaya. Mírate nomás, es como tu segunda piel-ttebayo – Se burlaba abiertamente.

- Te voy a…

- Falta solo esto – Dei colocó unos majestuosos cuernos que iban de curva hacia abajo para completar el disfraz de diablillo.

- ¿Por qué debo vestirme así? – Viendo su ridícula apariencia.

- Porque ser el señor del inframundo era un cargo muy bueno para ti. Así que mejor eres un sirviente jeje – Riéndose por dentro. Sip, le pusieron lore y todo.

- Ya estoy hast-

- ¡Siguiente! – Dei apartó a Uchiha chico y trajo al mayor. – A ver mi señor con cara de poker, listo para un cambio – Sonrió emocionado. Itachi solo asintió y cerró los ojos obedientemente, Dei bufó, comenzaron el maquillaje.

Un tiempo después. Itachi estaba con una camisa blanca hueso, chaleco canelo con algunas decoraciones de cadenas doradas que tenían pequeños relojes, un pantalón jean obscuro y unas botas color grano de café con cordones negros, este atuendo era cubierto por una túnica con capucha de color marrón. En sus manos, vestidas con guantes que llegaban a media palma de color negro, tenía una hoz.

- Sip, definitivamente… Perfección – Dei hizo una pose de completa satisfacción, ósea la pose del meme de Pacha. – Eres perfecto como Shinigami – Sonrió feliz.

- …- Itachi se miró en el espejo de varios lados. No entendía bien la razón de porque la gente se disfraza, pero no le quedaba mal ni le era incomodo – Eres bueno en tu trabajo – Alabando la costura.

- Lo sé, nene, lo sé – Con la nariz en punto alardeando. – Bueno, seguimos nosotros Naru – Este sonrió y ambos se fueron al cuarto.

 

Ambos hermanos quedaron solos en la sala-comedor, se miraron y decidieron sentarse. Ita aprovechó este momento para ver su celular. Aun no abría los mensajes de Sasori y debía admitir que poco a poco flaqueaba.

- No lo hagas, solo agrandaras una herida – Sasuke recostó su cabeza hacia atrás.

- … Lo sé – Se limitó a responder algo cansado.

Esa fue toda la conversación que tuvieron hasta que de acá a un tiempo volvieron los donceles.

Hora 19:09

- Aquí con ustedes dos parece un funeral – Ambos hermanos alzaron las miradas para encontrarse a los rubios mirándolos con la ceja alzada, ambos ya vestidos.

La carita de Naruto estaba pintada, sus marquitas eran cubiertas con pintura roja obscura en forma de rectángulos finos, sus parpados tenían el mismo color resaltando sus ojos azules. Tenía puesto un hermoso y despampánate yukata de color naranja y blanco de mangas largas como las sacerdotisas. Un collar de cuentas verdes y de complemento en la parte trasera se veían como 3 colas y en su cabeza unas orejas de zorro. Un Youkai.

Dei por otro lado, su cara era toda una creación, era un maquillaje pálido con muchos detalles que hacían parecer que tuviera costuras a lo largo y ancho de la cara. Su camiseta era una combinación de muchos tipos de tela con botones de todo tipo y pings, su pantalón también se veía viejo, de una pierna rota por la mitad y la otra algo rasgada dejando ver sus medias a rayas. Sus zapatos eran botas negras. Su cabello se hizo una trenza a un lado y en su cabeza había un sombrero de copa con parques y agujas (falsas), todo salpicado con marchas rojas como sangre.

- ¿El Dobe no debería ser una momia? Por lo podrido y feo que esta por dentro y por fuera – Se mofó mirando a un lado.

- Dilo mirándome a los ojos maldita sabandija – Le agarro de la ropa y mirándolo de muerte.

- Sasuke-san, te recuerdo que irán Sai y Gaara.  – Cruzándose de brazos – ¿Esos comentarios no serán una amenaza en tu brillante plan de compromiso? – Sasuke le devolvió la mirada y largó un fuerte quejido.

- Ya escuchaste bastardo, trátame bonito – Sasuke hizo cara de asco.

- Feo, feo, feo – Murmuraba para quitarse las ganas.

- Voy a…

El celular de Deidara hizo ruido en ese momento. Dei buscó en su mochila y sonrió al ver que era Shikamaru.

- Hola Shika, ahora en un rato… - Los presentes fueron testigos de cómo la sonrisa de Dei se desfiguró en una cara contrariada - ¡¿Qué?!

**--**--**--**--**--**  Actualidad **--**--**--**--**--**

Bajaron del taxi, pero no era necesario caminar más, con solo ver la cola afuera sabían que todo se fue a la mierda.

Shikamaru había llamado para avisar que en el lugar de la fiesta estaban llegando gente que no sabía qué onda. Fueron ni bien terminaron la llamada pero aunque estaba frente a sus ojos aun no lo podían creer.

Todo era como una mala broma; como el vértigo que se siente cuando sabes que la has cagado y ahora debes responder ante ello. Todo ese remolino de emociones era lo que nuestros pobres donceles sentían cuando miraba la larga fila de personas que se estaba formando.

¡¿Cómo pasó esto?!

- ¡Naruto! ¡¿Cómo paso esto?! – Dei se alteró un poco.

- ¡Estoy tan confundido como tú! – Naru se puso a la defensiva – No estoy seguro de cómo pasó, pero… - La vista de Naru se enfocó en las manos de unos pocos. – Mis… volantes…

Dei miró en la dirección donde apuntaba Naruto. Pudo divisar a dos o tres personas con los volantes de Naru, se nota que estaban jugando al juego en estos. Dei trató de rememorar ¿Cómo era posible que gente a azar tuviera esas invitaciones a una fiesta privada? Recordó algo…

- La tienda…

- ¿Eh? – Con lagrimillas pensando que otra vez hizo un desastre.

- Yo dejé tus volantes en el mostrador de la tienda cuando se las estaba mostrando a Konan, ella sacó todos porque quería jugar cada juego – Con la mano en la frente – Me distraje cuando llegaron clientes… solo al final del día tomé los volantes cuando los vi – Se cubrió la cara – Lo siento Naru, esto es mi culpa, no tuya.

Naru trataba de calmarse, Dei le estaba confesando ser el culpable de todo esto, pero él no podía tomársela con él. Dei estuvo muy ocupado y cansado, obvio que podía olvidarse de  papelitos en una mesa, además que cada papel tenía su correo electrónico para la confirmación… no quería ni entrar en su bandeja de entrada que no abría hace casi dos días.

- No es solo tu culpa Dei – Quiso aguantar el llanto pero toda la presión lo estaba pudiendo ¿Qué le diría a toda esta gente? Cada uno vino disfrazado, se notaban emocionados, el corazón le latía a mil igual que la cabeza le giraba buscando una solución.

- Tranquilo Naru… podemos hacer algo. Hablemos con todos… - Vio que llegaron un par de personas más, escucharon como es que vinieron desde mas lejos tomando el tren para divertirse con sus amigos.

- Naruto, Deidara-san – Shikamaru llegó con los rubios. – Es un desastre, quise hablar con unos pero empezaron a enojarse. No me hicieron caso cuando dije que yo no era el organizador – Negó con la cabeza y volvió a mirar la fila.

El lugar alquilado era espacioso, iban a usarlo para jugar al escondite… pero ahora con tanta gente no iba a poderse.

- Ya sabía que nada puede salir de acuerdo al plan aquí – Sasuke no ayudaba en el ambiente.

- ¿No deberíamos ayudar? – Ita iba a sacar su teléfono.

- ¿Ayudar? Ellos deben hacerse responsables de sus actos. No siempre habrá alguien para corregirlos. Déjales aprender eso. – Sasuke se cruzó de brazos y miró a un lado.

- Pero Uzumaki-san y Katzuki-san han invertido mucho tiempo y se han esmerado en esto, también fuiste testigo de eso – Ita intentaba razonar con su hermano.

- Déjalo – No iba a cambiar de idea. Miró de reojo la situación. La gente llegaba, no habría mucho para ofrecer y aunque los dejaran pasar seria una celebración mediocre. Los atacarían de igual modo, haya o no haya fiesta. Los donceles se veían algo descompuestos, Naruto parecía más… pálido. No estaban brillando.

- Sasuke…

- No… - Firme. Sus manos apretaban con fuerza sus antebrazos.

Los donceles trataron de ver como remontar la situación pero las ideas se acababan y ya debía comenzar la fiesta.

- ¿Qué hacemos Shika-kun? – Dei esperaba que al menos Shikamaru haya pensado en algo, él era muy listo. Pero cuando vio la cara del Nara supo que no había nada que hacer.

Debían dar la mala noticia, tal vez serian gritados, incluso atacados. Seguro les pedirían reembolso de todo lo que gastaron en llegar. Que desastre. Dei se abrazó a si mismo buscando ser fuerte, por Naruto.

- Dei – Naru puso su brazo en el hombre del mencionado – Yo lo haré, no te preocupes – Sonrió dudosamente – Algo se me ocurrirá, todo estará bien-ttebayo.

Era increíble como Naru aun en esta situación buscara confortarlo a él.

- Naru… lo haremos juntos…

- Dei

- No hay lugar para peros. En este momento no sirve. Vamos a dar las malas noticas – Buscando reunir la fuerza suficiente. Cuando iba a dar el primer paso…

- Oh no ¿Hay malas noticias? – Todos voltearon a ver al que habló – Que cara de muertos. Sé que es noche de brujas, pero no se  lo tomen tan literal – Sonrió feliz – Por cierto… - Flash de foto – Se ven espectaculares, linduras – Alzó el pulgar – Aunque ninguno es más lindo que mi bebé – Abrazando al susodicho que estaba a su lado.

- ¿A pasado algo? – La otra persona ladeó la cabeza.

-  ¡Gaara, Sai! – Los donceles fueron a recibir a la pareja. – Me alegran que hayan venido, pero… sentimos mucho lo que vamos a decir pero ha ocurrido un imprevisto – Naru se sobó el brazo algo avergonzado.

- Pues dígannos. Si podemos ayudar lo haremos encantados ¿Verdad, amor? – Este asintió. Sai muy enamorado lo abrazó.

- No, no se puede arreglar. Pero gracias. – Sonrió Dei.

- Pero dígannos primero, y si en verdad no se puede arreglar desistiremos. Pero cuenten ¿Qué pasó? – Los rubios se miraron y algo dudosos decidieron contarle todo a Sai y Gaara. Los otros tres morenos miraban.

Un relato después.

- Mmm… ya veo – Sai se sobó la barbilla razonando todo lo acontecido.

- Es una pena que haya pasado eso pero…

- No es el fin del mundo – Terminando la frase de su esposo.

- ¿Eh? No, Sai no es eso, pero es grave. Y estamos perdiendo el tiempo. Debo irme a avisar a toda esta gente – Dándose la vuelta para enfrentar la muchedumbre. Su muñeca fue retenida por Sai.

- Ha  ha ha – Agitó el dedo índice frente a Naru antes que este replicara – Mi hermoso bebé quiere una fiesta con sus amigos ¡Y una fiesta con sus amigas tendrá! – Abrió su celular. – Denme 30 minutos, una hora como mucho – Comenzó a marcar antes de que los donceles pudieran replicar y se alejó.

- ¿Eh? ¡No! – Naru quiso detenerlo pero ahora Gaara se puso frente - ¡Gaara! Por favor detenlo. No es necesario que arregle nada, ese es nuestro problema… no podemos meter a los demás – Naru quiso razonar. Sasuke a lo lejos estaba algo sorprendido, su mirada se desvió a un lado.

- Queremos ayudarlos – Habló con suavidad – Por favor, por esta vez déjenme ser egoísta y querer ayudar – Se reverenció.

- ¡No Gaara-chan! No te inclines – Dei lo hizo levantar.

Los donceles rubios trataban de hacer entrar en razón a Gaara quien tenía carita tranquila mientras los otros parecían pollitos alterados. Itachi miró a Sasuke y este chasqueó la lengua y se alejó. El mayor de los Uchiha solo negó con una muy diminuta sonrisa.

- ¡Listo! – Sai terminó las llamadas y todos le quedaron mirando. – No se me altere mi gente, en 30 minutos todos estará más que listo para iniciar la fiesta – Alzó la mano antes que Naru o Dei dijeran algo – Mejor vayan a avisarle a le gente – Sonrió (^_^) – No vaya a ser que empiecen un motín.

Los donceles rieron un poquito y asintieron. Ambos fueron a decirles a todos que pronto las puertas abrirán y lamentaban el retraso. La gente se quejó pero esperaban pacientes.

Como un hechizo de Halloween un camión llegó al lugar y de él bajaron muchas personas. Pidieron las llaves del lugar, cosa que Dei le entregó aun anonadado, y todos se adentraron al lugar y en fila iban pasándose las cosas del camión. Globos, un arco de globos, comida, decoración, luces, mas cosas de Halloween, mesas, sillas, de todo. La gente en la fila sacó sus celulares grabando todo ese desplante tan coordinado y estaban asombrados ya que esas escenas solo se ven en las películas.

Sasuke se acercó a Sai para verlo con la ceja arqueada.

- Presumido – Le escupió.

- Me sorprende que TÚ no hayas ayudado a tu prometido – Con una sonrisa algo cínica.

- Estaba esperando que me lo pidiera – Afilando la mirada.

- Oh mi querido hermano, Naruto-kun es el tipo de persona que jamás rogaría algo. Tu como su futuro esposo, no… como hombre ¿No crees que debiste reconfortarlo en vez de dejarlo todo ansioso? – Ahora mostrando un regaño en la mirada. Sasuke solo agachó la mirada – Iba a ayudar…

- Pues fue un poco tarde – Serio – Porque ahora Naru-chan me ve a mí como su héroe de brillante armadura – Ahora jocoso – Jo j jo jo  - Sintiéndose victorioso.

De la nada otra camioneta salió de la nada. De ahí salieron más personas pero vestidas para la ocasión, bajaron más decoración, más luces, y todo un equipo de sonido. Un auto llegó y de él bajo un DJ que era muy conocido en las redes y todos se volvieron locos en la fila. Sai quedo desconcertado.

- Como dije, iba a ayudar, metiche – Le sonrió de lado con sorna. Sai le miró mal.

Dei sonrió aliviado, era increíble como todo parecía perdido pero de la nada ya estaba bien. Miró a Shikamaru quien estaba que no entendía mucho.

- Luego te explico – Le dio un pequeño golpe – Ey…. Muchas gracias por todo – Le sonrió. Shika sintió el calor subirle a la cara.

- No hice nada realmente…

- Tú te enfrentaste a la turba solo antes de que llegáramos, me avisaste, y llegaste antes como te pedí de favor. En serio muchas gracias – Le sonrió abiertamente. Shika se tensó.

- Iré a ver… que onda adentro – Caminando rápido hacia el galpón.

- ¡Shikamaru-kun! – Este volteo.

- Te ves genial – Le sonrió. Shikamaru estaba disfrazado de Zombi. El moreno se le estaba cruzando los cables, asintió y apresuró el paso adentro.

- ¡Dei! Me dijeron que en 15 minutos estará todo listo – Naru no creía lo rápido que fue todo.

- Bueno entonces solo queda una cosa….

 

 

¡Prepararnos para la fiesta!

 

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Muchisimas cosas van a pasar, se nota no? jajaja

En serio lamento la tardanza, ojala disfruten.

Nos vemos n_n/


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