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LO QUE SE PERDIO por Amaya Kurau

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XI
AFINIDAD
 


 
 
 
Cuando Luka salió, el director hizo lo mismo sin decir nada más y cerró la puerta. Kaname miró entonces a Zero por unos segundos, pero el joven simplemente lo ignoró, eso sin duda le dolió. Se acercó a la cama mientras desabotonaba el cuello de su camisa, estaba molesto, con ese hombre por darle su sangre a Zero, con Zero por beberla y consigo mismo por no haber podido impedirlo. ¿Acaso Zero no comprendía lo que significaba beber de alguien más después de lo que había sucedido entre ellos?; él no podía beber de Yuuki ni tocarla, no más; pero Zero y ese hombre...
 
Su aura se volvió más fría. Se paró al lado de la cama y miró a Zero, éste continuó con la vista clavada en las sabanas, aunque sus ojos en carmesí delataban la sed que estaba sintiendo.
 
—Ni lo sueñes —dijo Zero sin mirarlo, como si leyera su mente. Kaname frunció el ceño.
 
—¿Por qué no? —preguntó —. No te importó beber de él, qué más da que lo hagas de mí. A diferencia de la suya, mi sangre te sanará al instante y hará que recuperes tu poder.
 
—¿Acaso olvidaste lo que te dije?, no quiero nada de ti, aun si dices que lo haces por Yuuki, no por mí.
 
—Lo hago por ti. Todo es por ti, Zero.
 
—Hmmp... ¿De qué hablas?
 
—Lo sabes perfectamente.
 
—No, no sé. De hecho, no entiendo, no comprendo nada de ti, y no me importa hacerlo ya, como tampoco me importa nada que tenga que ver contigo, así que no volveré a beber de ti, no importa que.
 
—Mírame Zero.
 
Aunque esa petición sonó ligeramente a suplica, Zero, testarudo, continuó sin levantar la vista. ¿Por qué tenía que sentir como si hubiese traicionado al sangrepura?; apretó la mandíbula con fuerza, quería que se largara ya, no se sentía de ánimos para discutir y tampoco sabía si podría seguir resistiendo esa maldita sed que lo aquejaba y hacía que su cuerpo prácticamente ardiera por saciarla.
 
—Zero.
 
—Vete por favor. No entiendo qué quieres de mí. Deja de seguir inmiscuyéndote en mis asuntos.
 
—¿Tus asuntos?, ¡te atacaron por estar con Yuuki!, ¡te atacaron por mi culpa! 
 
Al escuchar eso, Zero volvió su rostro hacia él de golpe y pudo observar un atisbo de tristeza en los ojos del sangrepura, pero de inmediato supo que solo era su imaginación y nuevamente apartó sus ojos de él.
 
—De ser así, sigue sin tener nada que ver contigo, ya que fue mi decisión protegerla y pelear, yo soy el único responsable de mis actos. Por favor márchate.
 
—No lo haré. —Dicho esto, Kaname apretó con fuerza su puño de tal forma que sus uñas perforaron la piel de la palma de su mano haciendo brotar la sangre inmediatamente, y se la mostró a Zero. Él muchacho volvió a mirarlo, sus ojos en carmesí, resplandecieron con mayor intensidad. 
 
—¿Q-qué haces?
 
Kaname lo miró un instante antes de bajar la mirada y sonreír débilmente.
 
—Agradeciéndote... por proteger a Yuuki.
 
Zero sintió un nudo en la garganta, esas palabras lo lastimaron a pesar de que se esforzaba por olvidar lo que sentía. 
 
—No tienes nada que agradecer —dijo con voz grave pero segura—. Después de la bajeza que le hice, mi vida sería un buen pago para...
 
Antes de que Zero terminara de hablar, Kaname prácticamente se abalanzó contra él y lo empujo de espaldas contra la cama.
 
—No te atrevas a decirlo...—dijo molesto—, no te atrevas, nada vale lo suficiente para pagarlo con tu vida. 
 
Zero se quedó mirándolo a los ojos, Kaname sujetaba con fuerza sus hombros impidiéndole levantarse, pero, aunque no lo hubiese hecho, tampoco estaba seguro que hubiese intentando levantarse, los ojos borgoña del vampiro puestos sobre él reflejaban cierta angustia en medio de la molestia. Tragó saliva y desvió su vista de él; estaba rindiéndose, su estúpido corazón estaba comenzando a traicionarlo. 
 
—Quítate, —suplicó en cambio.
 
—No...
 
—Por favor, deja de jugar conmigo.
 
—No estoy jugando...
 
En ese momento los ojos del sangrepura se tornaron carmesí también y liberando los primeros botones de su camisa, hizo un pequeño corte en su cuello. Al percibir esa nueva oleada del aroma de la sangre, Zero volvió el rostro nuevamente hacia él y sin poderlo evitar, siguió el camino de ese pequeño hilo de sangre que decencia lentamente por el blanco cuello del vampiro, cuando una gota se desprendió para caer sobre él, el tiempo pareció enlentecerse y pudo ver su trayecto de caída como en cámara lenta, entonces rindiéndose a sus instintos y deseos, sin más se abalanzó sobre el cuello del sangrepura, pero antes de perforarlo, hizo un último intento por controlarse, sin embargo el aroma embriagador terminó por nublar sus instintos. Deslizó su lengua por la piel limpiando la sangre y finalmente extendiendo sus colmillos, la perforó. 
 
La sangre brotó de inmediato, abundantemente. Cuanto había añorado por ella en estos meses. Se aferró a las solapas de la gabardina del vampiro y agresivamente lo atrajo más contra sí y de un rápido movimiento le dio la vuelta quedando ahora sobre él. 
 
Kaname no opuso resistencia alguna, al contrario, su cuerpo pareció relajarse dejándolo hacer a conveniencia. Zero no se detuvo a pensar en el motivo de eso, simplemente se dedicó a beber y embriagarse de esa maldita sangre, que a su pesar era la más exquisita que había probado, no tenía el sabor ferroso y anodino que tenía la sangre de sus presas, o el sabor suave y dulzón de la sangre de Yuuki, o el fuerte de la de Luka, ésta era perfecta, era única.
 
Kaname miró el techo de la habitación, sus ojos se mantenían en carmesí y sus pupilas se habían dilatado a causa del placer; y la erección que ahora experimentaba urgía por una liberación. Sin embargo, Zero era ajeno a su situación, sólo continuaba bebiendo, pero incluso para Kaname eso era tan erótico como tenerlo desnudo entre sus brazos o estar en su interior.
 
El tiempo pareció alentarse y nuevamente volvían a ser solo los dos, únicamente los dos en este mundo. El sonido de la respiración agitada del joven junto al sonido de los latidos de su propio corazón sincronizándose con los de él, pronto se convirtieron en lo único en que podía pensar, eso hasta que la sensación de escalofríos recorriendo su cuerpo junto al calor aumentando a cada segundo, terminaron por nublar su mente haciéndolo alcanzar el éxtasis. 
 
Zero continuó bebiendo por un rato más, hasta que finalmente se alejó, para entonces el vampiro se había debilitado demasiado, al contrario de él cuyas heridas habían terminado por sanar y sus ojos volvían a ser amatistas. 
 
Al ver al vampiro debajo de él, con los ojos cerrados y más pálido, el corazón de Zero le dio un vuelco.
 
—¿K-Kuran? —Tomó su rostro y golpeó ligeramente su mejilla, pero parecía que había perdido el conocimiento. Era obvio que se había excedido al beber —. ¿Kuran?, ¿Me escuchas?... despierta... yo... —La ansiedad comenzó a invadirlo.
 
—Humm... —Al escucharlo, Zero sintió una oleada de alivio recorrer su cuerpo, el vampiro pareció reaccionar y sin darse cuenta del malestar de Zero, se llevó una mano al rostro cubriéndose los ojos. — Z-Zero, ¿te sientes... mejor? —le preguntó.
 
—Esa debería ser mi pregunta.
 
—Je... me parece que te dejé beber demasiado —dijo sin descubrirse los ojos. 
 
No era que no quisiera ver a Zero, sino lo contrario, si lo veía se abalanzaría sobre él. Respiró profundamente para controlar sus instintos, pero mientras lo hacía, percibió que Zero se sentaba en la orilla de la cama; descubrió su rostro y rápidamente intentó atrapar la mano del joven cuando éste se incorporaba, sin embargo, no fue lo suficientemente rápido y no logró alcanzarla y aunque bien hubiese podido incorporarse también, e ir por él, algo en el joven se lo impidió. Zero se dirigió hacia la puerta y se detuvo con la mano en el pomo de ésta.
 
—Gracias Kuran —dijo con suma tranquilidad y sin girarse—. Te juro que ésta será la última vez que necesite de tu sangre. No volveré a permitir que me hieran por proteger a Yuuki, así no te sentirás en la obligación de ayudarme nuevamente. Por cierto, dale saludos de mi parte, no te pregunté por ella, pero supongo que está bien. —Dicho esto abrió la puerta y salió sin mirar atrás.
 
Kaname pudo escuchar cómo se alejaba por el pasillo, una dolorosa punzada le hizo llevar un puño a su pecho. 
 
—Zero —susurró mientras se incorporaba de la cama, un nudo en su garganta le impedía respirar. 
 
Miró nuevamente la puerta por donde había salido el cazador.
 
"Gracias Kuran. Te juro que ésta será la última vez que necesite de tu sangre. No volveré a permitir que me hieran por proteger a Yuuki, así no te sentirás en la obligación de ayudarme nuevamente"
 
¿Lo había perdido? 
 
No, eso no podía suceder. Se incorporó con dificultad, pero un mareo le impidió levantarse por completo. Bajó el rostro y apretó con más fuerza su puño contra su pecho, dolía. No era por la pérdida de sangre, era por lo que sintió ante el hecho de que Zero había hablado con suma tranquilidad, sin un rastro de rencor en la voz.
 
Buscó en su bolsillo el pastillero que últimamente solía llevar y vacío el contenido en su boca tragando con dificultad. Inhaló profundamente mientras sentía que las tabletas comenzaban a hacer efecto, posteriormente logró ponerse de pie sin ninguna dificultad y se dirigió hacia la puerta. 
 
Si iba por Zero en este momento, si le decía la verdad... ¿le creería?, a su mente vino la imagen de la expresión dolida en el rostro del muchacho y también el rostro de Yuuki con manchas de sangre. 
 
—Le diré la verdad, se la diré y ambos protegeremos a Yuuki. No pienso perderlo, no voy a perderlo.
 
Giró la manija de la puerta, pero no llegó a abrirla ya que un repentino y terrible pensamiento lo detuvo. ¿Por qué atacaron solo a Zero con armas de cazador?, Yuuki no fue herida con ninguna, ni Ruka, ni Akatsuki, solo él. El piso bajo sus pies pareció temblar y tuvo que apoyar su cuerpo contra la puerta. 
 
Ningún atacante había sobrevivido, el único que dejó con vida para interrogarlo, se la quitó usando un puñal de cazador; y él ni siquiera se había percatado que las heridas de Zero habían sido provocadas por una de ellas hasta que el director se lo dijo. Zero había estado al borde de la muerte porque fue atacado con ese tipo de armas.
 
El miedo embargó su cuerpo. Eso no podía tratarse de una coincidencia. Habían atacado a Zero con total intensión. El principal blanco de ese ataque no había sido Yuuki, sino él. Frunció el ceño y apretó los puños y la mandíbula con rabia, sus ojos volvieron a relucir en carmesí.
 
"Hoy recibió muchos obsequios, Kaname-sama. Algunos más especiales que otros, ¿cierto?"
 
—Lo sabe.
 
Contra lo que deseaba, usando su poder mental abrió de golpe las ventanas de la habitación. Se llevó una mano al interior de su gabardina, extrajo la Bloody Rose y la dejó sobre la cama del cazador deslizando delicadamente la punta de sus dedos una última vez sobre ella, recibiendo una ligera descarga eléctrica.
 
—La encontraré, sea quien sea, la encontraré y le arrancaré el corazón; lo juro Zero. Pagará por lo que te hizo a ti y a Yuuki. 
 
Dicho esto, desmaterializándose salió del lugar convertido en una nube de murciélagos.
 
 
 
 
 
 
[...]
 
 
 
 
 
 
Todo estaba rodeado por un profundo y tenebroso silencio, incluso el viento parecía haber abandonado el lugar. Se apoyó en el tronco del árbol junto a él y se puso de pie con dificultad, el dolor en el costado le provocó una fuerte punzada que le cortó por un instante la respiración, sin embargo, se obligó a tolerarlo. 
 
¿Dónde estaba?, miró a su alrededor, continuaba en el parque, podía reconocerlo, pero al parecer se encontraba en otra sección y no había señales de Kuroto, Senshiro, Touko ni Tsukumo; tampoco veía a los Duras que los habían atacado repentinamente. 
 
A su pesar comenzó a sentir miedo, si lastimaban a sus amigos y él no se encontraba a su lado para ayudarlos... Agitó la cabeza alejando esa idea y de inmediato echo a correr con dificultad por la vereda del parque en busca de ellos. 
 
Aunque sabía que nada de esto no era normal y que bien podría tratarse de una ilusión como las que creaba esa mujer, Elegy, subió las escaleras que llevaban al mirador, era su última opción para poder dar con ellos ya que desde allí la vista del parque era completa; no podían simplemente haber desaparecido todos. 
 
—Giou Yuki.
 
Esa repentina voz a sus espaldas le causo un escalofrió y le hizo detenerse; le sonaba familiar. Se giró de golpe para encontrarse con un individuo increíblemente parecido a Luka al pie de las escaleras, era Crosszeria Luze, su hermano gemelo. 
 
No pudo decir nada, simplemente se quedó viendo al Opast; llevaba un traje militar y el pelo largo recogido en la nuca y lo miraba fríamente. Nunca había hablado con él antes, pero siempre se encontraba cerca de Reiga y parecía odiar a Luka. Instintivamente retrocedió un paso, sabia a la perfección que podía haber ido por él.
 
—Aunque lo intentes no podrás escapar —dijo el Opast al tanto de sus intenciones — tus amigos están ocupados en este momento así que tampoco podrán venir a rescatarte. Tú te encuentras en una ilusión creada por mí con ayuda de Reiga, cerca de donde ellos están, sin embargo son incapaces de verte o rastrearte.
 
—¿Qué es lo que deseas?, ¿tú también intentarás asesinarme?
 
—No puedo negarte que sería lo más fácil de hacer y lo menos complicado para nuestra situación actual; pero si lo hago ahora, si le quito a Takashiro su aparente carta de triunfo, nada garantiza que ganemos la guerra y si eso no sucede, al final simplemente volverías a renacer y todo comenzaría de nuevo, así que no me apetece, y Reiga tiene planes diferentes para ti, así que no, no vengo a asesinarte.
 
Yuki sintió que su corazón le daba un vuelco, Tanaka-san, no, Reiga, ¿no quería asesinarlo?
 
—Entonces, ¿Qué deseas de mí?
 
—Reiga me ha pedido que te entregue esto.
 
Yuki sintió como si un rayo pasara cerca de él, un rayo que impactó contra las escaleras tras él destrozando el pavimento, al volver un poco el rostro pudo ver que un sobre caía al piso, miró nuevamente al Opast, pero éste ya le daba la espalda y se alejaba.
 
—Espera. —El Opast se detuvo y lo miró por encima del hombro.
 
—¿Qué? 
 
—¿Dónde está Luka?
 
—No lo sé y tampoco me importa.
 
—Mientes.
 
—Si así lo quieres creer.
 
—Pero es tu hermano.
 
Una nueva corriente eléctrica pasó cerca, provocándole un ligero corte en la mejilla.
 
—Él no es nada mío, no desde que traicionó a nuestra familia. Será mejor que te ocupes en lo que te he entregado y no creo que haga falta decirte que te conviene ser discreto.
 
Dicho esto, el Opast desapareció y como si de un velo se tratara, el silencio también se desvaneció y nuevamente pudo escuchar el ruido característico de la ciudad.
 
—¡Yuki! –Los repentinos gritos de los demás atrajeron su atención, pudo verlos correr hacia él. Estaban heridos, pero no parecía que fuera de gravedad, aun así, un hueco se formó en su estómago y también bajó corriendo las escaleras hacia ellos para ayudarlos.
 
—¿Estás bien?, ¿estás herido? —Fue lo primero que cuestionó Touko al llegar con él.
 
—Sí, estoy bien, aunque un poco adolorido por el golpe de la caída de cuando fuimos separados. Pero ustedes si están heridos.
 
—Nada de gravedad.
 
—Aun así, los curaré.
 
—No hace falta, Yuki —dijo Touko preocupada —Ninguno tiene heridas de gravedad.
 
—Pero...
 
—Te desgastas mucho cada vez que nos sanas, la última vez perdiste el conocimiento por casi dos días.
 
—Touko-chan tiene razón —intervino Senshiro—, mejor dinos, ¿Te atacó algún Duras?
 
—No, solo quedé separado de ustedes y atrapado en un lugar donde parecía que solo me encontraba yo; no comprendo realmente que sucedió.
 
—Al parecer fue una ilusión con separación de espacio, nosotros quedamos atrapados en ella junto a los duras y separados de ti. No sé quién la creó, pero se desvaneció de la nada, por eso temimos por ti, pensamos que te habían llevado. 
 
—Hay que regresar a la mansión y contarle lo sucedido a Takashiro-sama.
 
—Sí, es lo mejor.
 
Horas más tarde, cuando Yuki se encontraba a solas en su habitación, extrajo el sobre que le habían entregado Crosszeria Luze y lo observó titubeante. Miró hacia la puerta de su habitación y entonces se puso de pie, guardó nuevamente en su bolsillo el sobre y se dirigió al baño. Fue en ese momento que Sodom apareció.
 
—Me daré un baño Sodom —le dijo —, estoy algo cansado. Está bien si quieres adelantarte a cenar, no tienes por qué esperarme.
 
El familiar le sonrió y se dejó caer en la cama en señal de que lo esperaría, era obvio, al igual que Luka, comer no era una necesidad. Sonrío con tristeza al pensar en el Opast y entró al baño; al menos ahí tendría privacidad. 
 
Extrajo nuevamente el sobre y lo observó detenidamente y titubeante lo abrió; a sus pies cayó algo, lo levantó y observó; era un talismán; tambien había una nota. La extrajo. Reconocía la letra a la perfección.
 
 
El talismán que tienes en las manos es muy importante pero no está completo, solo tú puedes terminarlo ya que fuiste tú quien lo creó en tu vida pasada. No tardarás en recordar el motivo. Cuando eso suceda deberás tomar una decisión, de lo contrario tus amigos pagarán las consecuencias; sin embargo, no será porque los lastime yo, simplemente será porque tu no podrás ayudarlos. Tu poder se está consumiendo rápidamente, ya debiste empezar a notarlo, te debilitas cada vez que los sanas. 
 
Cuando llegue el momento de que debas tomar una decisión, yo te ofreceré una opción, hasta entonces...
 

Giou Reiga

 
 
Una vez termino de leer, la nota se volvió cenizas y lo único que le quedó fue el talismán rectangular con la figura de un circulo de runas con una estrella de cinco puntas; en el centro de la estrella había un espacio vacío. Debajo de esa figura, también aparecían el kanji de corazón y otro que podría significar nada, pero parecía haber espacio para más.
 
Al ver el talismán con mayor detenimiento, un fuerte dolor de cabeza lo embargo. La imagen del mismo talismán siendo creado, vino a él, la mano que lo dibujaba era la de una mujer.
 
"Es lo mejor, no puedo seguir así"
 
Se sintió repentinamente mareado y tuvo que recargarse sobre la pared para no caer.
 
 

Notas finales:

Hola después de tanto tiempo. Ya me conocen y saben que tardó mucho en actualizar, pero agradezco mucho que sigan leyendo todos mis  fics. Les mando un beso y hasta pronto ^.*


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