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LO QUE SE PERDIO por Amaya Kurau

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VIII
 
REPRIMIR
 
 


 
Se tocó el pecho; ahí estaba nuevamente esa sensación extraña, no era dolor, era más bien como una opresión, pero no una relacionada con algún tipo de sentimiento o presentimiento; sino a algo diferente, algo que no era capaz de explicar. Quizá debería ir a que lo examinara el médico de la asociación, aunque, ¿no se suponía que los vampiros no enfermaban?. Dio vuelta en la esquina del pasillo y miró el exterior a través de los ventanales decidido a dejar de pensar en esa posibilidad. Era una noche cálida y el cielo estaba completamente despejado. Se detuvo por un momento, a lo lejos podía ver las luces en las habitaciones de los dormitorios del sol; suspiró, al menos algo bueno había resultado de ese maldito juego en que se vio arrastrado, e incluso también del actual caos; la clase nocturna no había vuelto a la academia todavía, así que no había necesidad de guardianes que se encargaran de la seguridad durante las noches como en antaño. El recuerdo de él junto a Yuuki haciendo ese trabajo, vino a su mente y casi de inmediato frunció el ceño; no tenía por qué pensar en ella tampoco, ni en ella, ni en él. 
 
Reanudó su camino. Hoy su día había sido solo un poco menos complicado que los anteriores; después de algunas horas en la universidad y posteriormente un poco de trabajo administrativo en la asociación, en vez de ser enviado a cazar, lo habían enviado a entregar unos documentos a Cross, no era que le molestara, pero con tantos ataques en la ciudad se le hacia una pérdida de tiempo y sospechaba que Yagari tenía que ver al respecto. Como fuera, ya había cumplido, lo mejor tal vez sería darse prisa y llegar a dormir como era debido, al menos un día para variar, a su apartamento. 
 
Con esa idea en mente aceleró un poco el paso. ¿Luka se encontraría allá?; agitó la cabeza, ¿Por qué pensaba en él?, de todos modos, con su supuesto empleo lo más probable es que no. Recordaba haberle dicho que no era necesario, que era su invitado, pero de todos modos el demonio no accedió; al menos ya no lo tenía insistiendo en ayudarlo con su trabajo como cazador. Aun así, no podía evitar sentirse culpable, le había prometido que lo ayudaría, pero hasta ahora no había hecho nada por él; y aunque Luka era poderoso y parecía que nadie, tanto en el senado como en la asociación, reparaba en él, eso no evitaba que le preocupara. Nuevamente suspiró. Ojalá toda esta maldita situación con los vampiros terminara pronto y pudiesen regresar a la relativa normalidad de siempre. 
 
Pensaba en eso cuando llegó a lo alto de las escaleras, pero entonces sintió que el piso bajo sus pies se sacudió provocándole una sensación de vértigo. Estaba tan concentrado que ni siquiera lo había sentido, no se había percatado; pero Kuran Kaname, acompañado de su guardiana, estaba parado a mitad de las escaleras y lo miraba completamente sorprendido. Al verlo la sensación de un nudo se formó en su garganta, era la primera vez en tres meses que se encontraban de frente y prácticamente a solas; pero no podía huir, Kiryuu Zero no era de ese tipo. Pese a la ira que sintió emerger desde lo profundo de su ser, tragó con dificultad y comenzó a bajar las escaleras intentando mantenerse lo más tranquilo posible y que su rostro no reflejara sus emociones. 
 
Como si el tiempo se enlenteciera, pasó al lado de Kaname y rogó porque éste simplemente lo ignorara, después de todo había sido él quien le pidió que olvidara lo sucedido ¿no?, no había motivo alguno para que se dirigieran la palabra.
 
Por su parte, Kaname efectivamente lo vio bajar en silencio. Sentir su presencia lo había hecho detenerse en medio de las escaleras; pero verlo lo había dejado clavado en su sitio sin saber qué decir ni cómo actuar; sin embargo, en el momento en que Zero pasó a su lado sintió que su corazón le dio un vuelco; y justo cuando el cazador había bajado tres peldaños desde donde se encontraba parado él, la certeza de que si lo dejaba marchar marcaría el final de todo, le hizo que en un impulso repentino se girara y lograra alcázar a sujetarlo del brazo. 
 
Zero se tensó y al instante volvió el rostro hacia él, fulminándolo con la mirada.
 
-   ¡¿Qué diablos haces?!, ¡suéltame!
 
Sacudió con fuerza su brazo logrando zafarse del agarre y continuó bajando las escaleras más rápido. Kaname lanzó una mirada rápida a Seiren, y ésta, sin inmutarse por lo que sucedía, continuó subiendo entendiendo lo que tenía que hacer. En tanto, Kaname, en un movimiento veloz, nuevamente dio alcance a Zero y tomándolo por la muñeca, lo giró cuando estaba por cruzar la puerta.
 
-   Espera Zero, tenemos que hablar.
 
-   Tu y yo no tenemos nada de qué hablar.
 
-   Sabes que sí.
 
-   Pues no, no sé. ¡Suéltame!
 
-   No te voy a soltar hasta que hablemos.
 
Zero sintió que no podría contenerse más. Sus ojos relucieron en carmesí y sus colmillos se extendieron amenazadoramente; estaba furioso. Se llevó la mano libre al pecho para extraer a la Bloody Rose y Kaname no hizo nada para detenerlo. 
 
El arma, al ser expuesta lanzó un ligero destello debido al reflejo de las luces de las lámparas y en un segundo Zero lo tenía encañonado; pero nuevamente él no hizo nada por detenerlo o apartarse, simplemente lo miró suplicante.
 
-   Necesito explicarte.
 
-    ¿Explicarme, qué?, ¿Lo que pasó aquella noche?, lo dejaste bastante claro en esa nota. - La voz de Zero sonaba bastante llana.
 
-    Zero...
 
-     No me llames por mi nombre; además está olvidado, no me molestes ni te molestes en explicar nada. Ahora suéltame o te dispararé.
 
Kaname apretó su muñeca al escuchar eso.
 
-    Así que lo has olvidado.
 
-    ¿A caso no fuiste tú quien me lo sugirió amablemente?
 
-    Lo hice y dejar esa nota...
 
-    Fue una estupidez, todo lo que sucedió aquella noche lo fue; algo sin importancia.
 
-    Si no tuvo importancia, ¿Por qué me estás apuntado con tu arma? – Zero apretó ligeramente la mandíbula, pero no respondió ni apartó la pistola - Aunque temples tu voz, estás enojado y lo comprendo.
 
-    ¿Crees que es por eso?; como siempre, eres bastante arrogante. Te apunto porque me estás deteniendo y simplemente no quiero tener nada que ver con los vampiros, en especial con los sangrepura, no a menos que se trate de eliminarlos.
 
-    Baja tu arma por favor, hay que hablar.
 
-    ¿De nuevo con eso?, ¡Ya suéltame, Kuran!, ¿Acaso se te olvida que soy un cazador?, pues a mí no. Tu eres un vampiro y yo un cazador, no tenemos nada en comun salvo el ser enemigos, y aunque en este momento nada me gustaría más que matarte, no has hecho nada que lo amerite. No estás en nuestras listas, así que no lo haré. Y sobre lo que pasó esa noche, ya todo quedó muy claro, fue una perfecta estupidez, incluso yo lo comprendí inmediatamente. Lo dijiste, usaste tu poder para doblegarme, esa fue la verdad de lo que sucedió y lo que me hizo no sentirme miserable después, porque ¿Cómo podría haberse explicado que algo así sucediera?, después de todo lo que perdí por tu causa era simplemente imposible que yo hiciera algo así contigo por voluntad propia –. Kaname oprimió más fuerte su muñeca, pero él no hizo ningún gesto de dolor. - ¿Sabes?, me alegró de cierta forma saberlo, aunque eso no quita la humillación y el asco que sentí y que todavía siento cada vez que te miro. Pensar en lo desagradable de aquello; saber que me dominaste con tu poder y que yo por ser un maldito vampiro cedí, realmente se me revuelve el estómago de solo pensarlo. Pero incluso sé que eso quedará en el pasado fácilmente, ya que no hubo sentimientos de por medio; y como no me interesa hablar más al respecto, espero que esta sea la última vez que lo mencionas.
 
Zero bajó la pistola y volvió a jalar su brazo, esta vez Kaname lo soltó y él sin decir nada más, guardó la Bloody Rose y le dio la espalda, cruzó la puerta y comenzó a bajar la escalinata dejándolo atrás. Kaname apretó los puños con fuerza, no quería dejarlo ir, no podía. Zero tenía que saber la verdad.
 
-   Perdóname, Zero.
 
Al escucharlo, el cazador se detuvo de golpe; entonces volvió el rostro hacia él y sonrió burlonamente.
 
-    No me hagas reír, ¿tu pidiéndome perdón, a mí, un vampiro de nivel inferior?, que ridiculez – volvió a mirar al frente y reanudó su camino - Quien debería olvidar ya ese asunto eres tu Kuran; a mí no me afecta como suponías. Además, yo tengo a alguien más.
 
Kaname al escuchar eso, sintió que su corazón era atravesado; sus ojos se encendieron en carmesí e iba a ir tras el cazador cuando de pronto una presencia apareció de golpe y otra más se acercaba aprisa escaleras arriba. 
 
Tanto Zero como él se detuvieron y guardaron silencio. Crosszeria Luka se encontraba ahora parado frente a Zero y solo unos segundos más tarde, apareció Kaien en lo alto de las escaleras.
 
-    Luka – susurró Zero al ver al opast. No sabía si éste o el director habían escuchado algo de toda aquella conversación, en especial lo último.
 
-    ¿Estás bien? – preguntó Luka acercándose a él.
 
-     ¿Qué... ¿Qué haces aquí? – el opast lo miró un instante y sonrió.
 
-    ¿No es obvio?, vine por ti, -. Luka levantó el rostro y miró a Kaname, quien simplemente apretó más los puños intentado tranquilizarse. – Buenas noches Kuran-san, también a usted, director.
 
Cross ahora se encontraba al lado de Kaname.
 
-    Buenas noches Luka-san, ¿sucedió algo?
 
-    No, nada, sólo vine a recoger a Zero.
 
-    ¿Kaname-kun?
 
-     Yo vine a tratar algunos asuntos, creo que Seiren ya le mostró de que se trata.
 
-    Sí, claro, pero sentí el aura de Zero y la tuya un poco alteradas, por eso bajé.
 
-     Todo está bien director, no pasó nada – dijo Zero – Nosotros nos vamos ya, le dejamos atender sus asuntos.
 
-    Oh, sí claro, cuídense.
 
Ambos se alejaron sin volver la vista atrás, Kaname pudo ver como Luka se acercaba a Zero y se inclinaba para ver mejor su rostro. Su conversación estaba fuera de su rango de audición; pero eso no evitó que los celos comenzaran a emerger, sin embargo, se obligó a controlarse, a reprimirse, después de todo esa era su especialidad, fingir y ocultar tras una máscara su verdadero yo, lo que era y lo que sentía. Ocultar que amaba a Zero con toda el alma y fingir que no le dolía verlo con ese hombre.
 
-    ¿Está bien, Kaname-kun?
 
Miró al director tranquilamente. Usando su máscara de imperturbable sangrepura.
 
-    ¿Disculpe?
 
-    ¿Está bien para ti que Zero esté con él?
 
 
 
[...]
 
 
 
-    Todavía no ha despertado – dijo Toko mientras tomaba la mano de Yuki entre las suyas.
 
-    Estará bien, hoy usó mucho de su poder y sólo ñnecesita descansar para recuperarse. Ustedes también deberían hacer lo mismo.
 
-    Yo ya he descansado lo suficiente y no quisiera dejarlo.
 
-    No hay nada que puedan hacer por ahora.
 
-    Pero...
 
-    Toko-chan – Tsukumo se acercó a su hermana y posó una mano sobre su hombro -Takashiro-sama tiene razón, dejémoslo tranquilo; además Sodom se quedará a su lado velando su sueño, ¿no es así?
 
El demonio, en su pequeña forma, al escucharlo agitó la cabeza afirmativamente y saltó a la cama acurrucándose junto al durmiente Yuki. La joven le sonrió con agradecimiento y luego observó a Yuki un tanto preocupada, pero finalmente acarició su mejilla y se levantó de la cama mientras lo arropaba un poco más.
 
-    Está bien, vamos.
 
Takashiro observó a Yuki un instante más, para luego salir de la habitación después de Toko y Tsukumo.
 
-    Tengo varias cosas que hacer por ahora y él no despertara pronto – les dijo apenas cerró la puerta – infórmenme cuando lo haga.
 
-    Takashiro-sama, ¿en verdad va a estar bien?, nunca lo había visto colapsar de esa manera.
 
-    Cadenza ya de por sí es muy fuerte solo, y hoy Elegy estaba con él. Ustedes no eran rivales para esos dos. Si Yuki no hubiese actuado, Hotsuma, Shusei y ustedes...
 
-    Lo sé, pero no es justo; cada vez que nos sana se pone más débil – la joven apretó los puños - Si tan solo fuésemos más fuertes él no tendría que sufrir.
 
-    Toko-chan...
 
-    No te culpes. Todos tenemos una misión y Yuki es consciente de eso.
 
-    Ojalá Zess estuviese aquí para protegerlo.
 
-     Continúo rastreándolo, no creo que Reiga lo haya eliminado así que estoy seguro que pronto daré con su paradero. En tanto, ustedes preocúpense por terminar de recuperarse y cuidar de Yuki cuando despierte.
 
Takashiro los miró tranquilamente; luego se dio la vuelta y frunciendo el ceño se alejó por el pasillo. 
 
Efectivamente, estaba rastreando a Luka y sabía que tenía que darse prisa y localizarlo, pero no solo al él, sino también al vínculo. Tenía la ligera sospecha de que probablemente ambos estaban en el mismo sitio. Reiga no era tonto, debió haberse dado cuenta desde un principio lo que había hecho Yuki y que quizá Luka estaba ligado a eso de alguna forma; por eso lo había capturado. 
 
Para nadie era un secreto que Yuki en su anterior vida amó al opast y que por él, después de tantas reencarnaciones, por primera vez había deseado poder escapar de su destino. Afortunadamente los acontecimientos y su propia personalidad lo impidieron; pero no fueron suficientes para evitar que hiciera lo que hizo. Aun no comprendía sus motivos para reencarnar como hombre y olvidar su vida pasada incluyendo sus sentimientos por el demonio, pero sobre todo, el hecho de dividir su poder y sellar una parte en un vínculo que se encontraba vaya a saber dónde, pero del cual sin duda Reiga buscaba apoderase. Favorablemente él seguía teniendo a Yuki y mientras tuviese su confianza, eso limitaría a Reiga.
 
-    ¿Takashiro-sama? – Ibuki se acercó a él de camino a su despacho.
 
-    Los trajiste.
 
-    Si, Fuyutoki dijo que son todos los talismanes que localizó.
 
-    Bien. Démonos prisa.
 
 
 
[...]
 
 
 
-    No hablaste en todo el camino – Dijo Luka cerrando la puerta tras de sí.
 
-    Estoy cansado.
 
-    Por supuesto.
 
-    A todo esto – Zero se volvió hacia él - ¿Qué hacías en la academia?
 
-    Fui a buscarte –. El cazador le sonrió.
 
-    Hablo en serio.
 
-    No miento.
 
-    ¿Y cómo supiste que estaba allá?
 
-    Lo supuse.
 
Zero lo escudriñó como si quisiera descubrir si mentía, Luka permaneció tranquilo.
 
-    ¿Lo supusiste? – preguntó al fin.
 
-    Si. Solo fue eso. No te estoy siguiendo ni nada por el estilo, no pienses mal.
 
-    Pues decirme eso, no ayuda mucho ¿sabes?
 
Luka sonrió, pero casi de inmediato se llevó una mano al bolsillo de su gabardina y extrajo el anillo que el director le había dado y se lo mostró.
 
-    También creí que podría hablar con el director – dijo - Últimamente la gema del anillo ha lanzado destellos débiles.
 
-    ¿Qué?, eso es muy importante.
 
-    Lo sé, pero no es constante y no dura mucho. Él dijo que cuando Takashiro supo que podía volver, fue porque la gema reaccionó, pero no me dijo de qué forma lo había hecho y pensé en preguntarle.
 
-    Podría ser posible que tus amigos estén intentando rescatarte.
 
-    O podría tratarse de Reiga. Como sea, el punto es que ya he intentado crear un puente con varios conjuros, pero no ­­ha resultado todavía.
 
-    No debiste seguirme. Debiste quedarte y hablar con el director.
 
-    Bueno, parecía tener asuntos importantes que atender con Kuran Kaname; y... tu no parecías estar bien.
 
-    ¿Yo? - Zero abrió los ojos con sorpresa.
 
-    Sé que no es de mi incumbencia pero, tú y Kuran pelearon, ¿cierto?
 
-    Algo así.
 
-    Zero, ¿tú y él son... fueron...?
 
-    No.
 
Zero no lo dejó concluir y respondió de manera tajante; y aunque en realidad no le molestaba que Luka preguntara algo como eso, era humillante para él responder; no importaba quien hiciera la pregunta.
 
-    Lo siento, no debí...
 
-    Está bien, no te preocupes. Estoy cansado, creo que iré a dormir.
 
-    Sí, claro.
 
Zero le dio la espalda, pero apenas avanzó unos pasos hacia su habitación, se tambaleó. Luka que se dio cuenta, en un instante estuvo a su lado sirviéndole de apoyo para evitar que cayera al piso. Zero se aferró a las solapas de su gabardina y él pudo percibir que estaba comenzando a temblar.
 
-    ¿Zero?
 
-    No te preocupes... estoy bien.
 
Aunque el joven dijo eso, su voz se escuchaba levemente ahogada. Le estaba costando hablar, y aunque no podía ver su rostro, era claro que estaba sintiendo dolor.
 
-    Zero – volvió a llamarlo e intentó levantar su rostro, pero el joven se negó y se encogió más.
 
-    Estoy bien... yo solo... necesito un momento.
 
-    No, no estás bien, mírame.
 
Con algo de brusquedad, Luka sujetó su rostro y lo levantó para mirarlo. Zero tenía los ojos cerrados con fuerza y la mandíbula apretada
 
-    ¿Qué te sucede?, dime para poder ayudarte.
 
-    No puedes... estaré bien...
 
Zero alejó la mano de Luka y finalmente quedó de rodillas sobre el piso abrazándose a sí mismo con fuerza. La expresión del opast por lo general tranquila, reflejo cierta angustia.
 
-    Estás enfermo, ¿cierto? y no has tomado tus pastillas, esas que te dio el director; las necesitas ¿no es así?, no te las he visto tomar ni una sola vez.
 
-    Es más... complicado.
 
-    Por favor, tenme confianza.
 
Zero dudo varios segundos, pero al final levantó el rostro y lo miró. Luka no pudo evitar una expresión de sorpresa y desconcierto también. Colmillos sobresalían entre sus labios y sus ojos brillaban en carmesí, entonces lo comprendió.
 
-    ¿Eres...?
 
-    Si, lo soy... y esas tabletas... son sangre sintética... pero no logro asimilarlas... ya que yo... yo... originalmente fui humano.
 
Una nueva oleada de dolor acudió al joven y se encogió más sobre su cuerpo. Luka reaccionó rápidamente y lo ayudó a ponerse en pie y llegar al sofá donde lo sentó.
 
-    Entonces... ¿Necesitas sangre, sangre real?
 
Zero no respondió, solo apretó los puños con fuerza. Luka no podía ver sus ojos ya que su pelo los cubría, pero comprendió.
 
-    Bebe la mía entonces – dijo con seguridad. Zero abrió los ojos con sorpresa y levantó el rostro hacia él.
 
-    ¿Qué?
 
-    Soy un demonio, y quizá no sirva, pero podríamos probar.
 
Los ojos de Zero seguían brillando en carmesí y gotas de sudor descendían por su piel; pero en medio del dolor comprendió que Luka sabía que estaba sufriendo y no había duda en su mirada al decirle aquello.
 
-    No...
 
-    Zero, si lo necesitas no veo el problema.
 
-    Podría matarte.
 
-    Hmmp, ¿me tomas por alguien débil?
 
-    No es eso.
 
-    He visto a aquellos vampiros que enloquecen si no beben sangre, tú no eres como ellos, lo sé; y yo no voy a permitir que sufras. Anda.
 
-    Es algo... el que yo necesite de eso para vivir es...
 
-    No importa si con ello vives, no importa si puedo ayudarte. No te reprimas.
 
Zero lo miró unos instantes más y entonces se inclinó, tomó su brazo y descubrió su muñeca. En este punto podía ver la sangre correr por las venas del demonio. Sólo dudó un instante más y entonces clavó sus colmillos; la sangre comenzó a brotar de inmediato. Era diferente a cualquier otra que hubiese probado, tenía un sabor peculiar pero no desagradable y era ligeramente espesa. Cerró los ojos con fuerza al comenzar a percibir imágenes relacionadas con el demonio y su vida y se avergonzó por estar husmeando sin intención, así que se alejó.
 
-    ¿Qué sucede?
 
-    No pienses en nada.
 
-    ¿Qué?
 
-    Un vampiro puede ver recuerdos o pensamientos a través de la sangre – Luka lo miró un poco desconcertado, pero asintió.
 
-    Está bien.
 
Zero se inclinó nuevamente y volvió a clavar sus colmillos. Luka intentó poner su mente en blanco y se dedicó a observar a Zero beber de él. La mordida había dolido, pero no demasiado, y ver a Zero en esa posición, con unas gotas de sangre filtrándose fuera de sus labios cayendo al piso, por alguna razón le pareció una imagen erótica. Rápidamente agitó la cabeza para ahuyentar ese pensamiento y miró hacia el exterior. La luna iluminaba tenuemente el cielo y varias estrellas refulgían en él; ¿qué hora era?, el anillo finalmente había mostrado algo; pronto podría, podría... volvió el rostro a Zero, lo recorrió con la vista, su pelo plateado rozando su brazo, la piel de su cuello blanca, la sensación de sus labios sobre su piel. Aferraba su brazo con fuerza y podía percibir cierta desesperación mientras bebía; estaba sediento, y estaba bebiendo de él. Su respiración comenzó a acelerarse junto a los latidos de su corazón.
 
Zero finalmente dejó de beber y como última acción pasó su lengua por los orificios de su mordida. Luka incómodo tragó saliva. 
 
La sangre dejó de fluir y Zero se alejó sin mirar al opast. Luka se quedó mirándolo y luego a su muñeca, una extraña sensación  de pérdida lo embargó y también se dio cuenta de su propia respiración acelerada al igual que los latidos de su corazón; pero el cazador no había bebido casi nada, o al menos eso le había parecido, como para sentirse así.
 
-    Gracias.
 
-    No tienes que agradecer nada.
 
Zero pasó el dorso de su mano sobre sus labios aún sin mirarlo, pero sus ojos habían retornado a su color original y sus colmillos se había retraído también.
 
-    Luka, esto... - Zero guardó silencio, se sentía avergonzado.
 
-    ¿Si?
 
-    No, nada.
 
-    Un vampiro necesita principalmente sangre para subsistir, me lo dijo el director.
 
-    Si.
 
-    ¿Por qué no me dijiste que eres uno? – Zero lo miró por un instante a los ojos y luego volvió a desviar la vista.
 
-    Porque odio serlo.
 
-    ¿Por qué eres un cazador?
 
-    No. Yo era humano, uno que pertenecía al linaje de los más poderosos cazadores de vampiros, pero todavía no era cazador cuando sucedio. Una noche cuando tenía trece años, una sangrepura atacó mi hogar por venganza y asesinó a mis padres, se llevó consigo a mi hermano menor y a mí me mordió condenándome a este destino.  
 

Notas finales:

Después de mucho tiempo, lo siento. Les dejo el nuevo capítulo. Muchas gracias a quienes continúan siguiendo mis historias. Un beso ^.* Hasta pronto.


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