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IMPERDONABLE por Liss83

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La conversación con su mejor amigo fue millares de veces más fácil de lo que Draco se imaginó. Habían caminado hacia el séptimo piso en busca de un lugar solitario para conversar debido al nerviosismo del rubio mientras pensaba en como contarle todo lo que había descubierto en casa de Skeeter, pero grande fue su sorpresa cuando una puerta se materializo en la pared. Lentamente la empujaron y descubrieron una inmensa sala con las características de su sala común.
Se sentaron en la alfombra frente a la chimenea  y Draco no dejaba de  jugar con sus manos, cuando de pronto frente a él apareció una copa llena de runas antiguas, un pensadero dijo para sí mismo. No supo por unos minutos que hacer hasta que el propio Ron le pregunto si le quería mostrar algo, fue allí cuando Draco tomo valor y saco su varita de entre su ropa. Apunto su propia sien y lentamente fue alejándola mientras se materializaba un hilo transparente que coloco dentro del pensadero. 
 
 
 
- ¿No prefieres decírmelo personalmente? – dijo Ron preocupado
- No. No es cobardía… – dijo Draco de forma apresurada – es…
- … que te salió tu lado Slytherin – dijo Ron y ambos sonrieron
- Cállate – Draco lo empujo –. Mira…, es sobre Ginny y es serio. Harry se está cansando de esta situación…, no queremos… dañar nuestra amistad
- Veamos – dijo Ron serio y se adentraron en el pensadero
 
 
 
Rita Sketter estaba en la cocina de su casa cuando la chimenea se activó pidiéndole permiso para dejar alguien, seguramente su informante en Hogwarts. No lo dudo ni un instante y lo concedió. La rubia que de por si tenía un color pálido de piel, perdió aún más el color al ver un par de ojos verde esmeralda y otros tan azules como un mar en calma, aunque algo le decía que en ellos había todo menos calma
 
 
 
 Buenas noches señorita Sketeer – dijo Harry sonriendo – ¿No nos invita a pasar?
 ¿Qué hacen aquí? – dijo la periodista nerviosa – ¿Qué quieren?
 Conversar – dijo Draco sonriente sentándose cómodamente 
 Por favor ¿nos puede explicar  de dónde saca información para su columna? – dijo Harry con la mayor calma posible
 Es confidencial – replico Skeeter  altiva – la ley me ampara
 Oh, no había pensado en eso – susurro Harry –, ella tiene razón, no podemos ir contra la ley
 ¿Hablas de esa ley en la que todos los animagos se deben registrar o sino irán a Azkaban? – pregunto Draco frunciendo el ceño y Skeeter palideció
 No amor, –dijo Harry tranquilamente – esa es otra. Ella habla en realidad de dos, la que dice que no se puede hablar de la vida privada de menores de edad sin el permiso escrito de sus padres y de la que promete veinte años de cárcel a un periodista si no muestra pruebas fehacientes de lo publicado
 ¿O sea mi papá ni siquiera necesita mover sus influencias? – dijo Draco sorprendido
 No cielo – dijo Harry –  ni tu papá, ni el mío
 Sin contar a tu abuelo. Jamás me imagine que sería un nieto – dijo Draco sonriendo, – tan consentido del magnate Flemont Potter
 ¿Ves? – dijo Harry guiñando el ojo – amarme tiene sus ventajas
 Te estas desviando del tema – recordó Draco sonriendo
 Cierto – dijo Harry se volvió hacia la reportera – ¿Qué más sabe de nosotros?
 Nada – dijo la reportera ya nerviosa
 ¿Segura? – dijo Draco – la chimenea pidió permiso para dejar pasar a alguien – ¿Quién es? Y no me mienta
 Mi contacto – dijo Sketter nerviosa 
 Que pase – ordeno Harry – y ni se le ocurra mencionar nuestra presencia. 
 
 
 
La bruja miro hacia atrás y al volver la vista ya no estaban los jóvenes, pero sintió como dos varitas se clavaban en sus costillas y una voz que susurro: “Ni se atreva”. Concedió el permiso y  las llamas dieron paso a una pelirroja con túnica negra y el escudo de Gryffindor sobre el corazón
 
 
 
 Querida Rita – dijo Ginny sonriendo – te cuento que tal como te lo dije ya todos están enterados de su lazo, y al ser magia negra la que los unió, todos sienten terror de ellos. Yo estoy haciendo correr el chisme de que Malfoy es mortífago y tiene a Harry bajo un Imperius – termina sentándose en un sofá
 ¿Cómo estás tan segura que eso te hará conseguir el amor de Ryddle? – pregunto Rita intrigada
 ¿Amor? – dijo Ginny sonriente - ¿Quién dijo que yo quiero conseguir su amor? No me pienso conformar con niñerías cuando puedo conseguir el dinero y el poder que brinda ser miembro de la familia Potter – cruzando las piernas 
 Malfoy no te la pondrá  tan fácil – dijo Skeeter 
 Ya te dije que no te diré todos mis planes – dijo la pelirroja alzando una ceja
 ¿A qué viniste? – dijo la periodista
 Toma – dijo entregándole tres frascos con un sustancias cristalinas – ya sabes qué hacer con ella 
 ¿Estas segura que quieres iniciar esta guerra? – dijo Skeeter
 Eres sorda o idiota – siseo Ginny – esto es solo parte del plan. Mira, tú solo obedece que solo sirves para eso. Y no olvides que tengo gente muy poderosa ayudándome, y supongo que no quieres problemas con ellos ¿o sí?
 Mañana mismo saldrá – dijo Skeeter
 Bien – dijo Ginny poniéndose de pie – ya sabes que hacer y lo que te pasara si desobedeces, pero… Silentium – dijo sonriendo señalándola con la varita – para asegurarnos de que no se te ira la lengua sobre mi identidad. Que tengas un buen día Skeeter – entra en la chimenea  y se va
 Vaya vaya – dijo Harry saliendo de debajo de la capa – sí que resulto toda una fichita
 Creo que me deberías agradecer haberme cruzado en tu camino – dijo Draco sonriendo
 Finite… – dijo Harry señalando a la mujer
 Espera Harry – lo detuvo Draco – no se lo quites tengo una idea
 
 
 
Ron salió del pensadero y a medida que los minutos pasaban se negaba a mirar al rubio a la cara, por lo que Draco se inquietaba más. Para darle tiempo al pelirrojo volvió a echar otro recuerdo en el pensadero. 
 
 
 
 ¿Y ese de que es? – pregunto Ron – claro – susurro cerrando los ojos – el que le dio Ginny a Sketter
 Perdóname – dijo Draco – este es más fuerte que el anterior, pero necesito que entiendas 
 Supongo que no quieres verlo de nuevo – dijo Ron mirándolo 
 Eres mi mejor amigo Ron – dijo el Rubio – no te voy a dejar solo en esto
 Vamos – dijo este respira hondo lo más hondo que pudo
 
 
Ginny estaba en la sala de Menesteres haciendo un hechizo frente a un armario evanescente cuando la puerta se abrió y del salió un grupo de hombres vestidos de negro con máscaras blancas. El más bajo se la levanto y le sonrió a su hermana que contesto de la misma manera.
 
 
 
 Recuérdalo – dijo la pelirroja – tu objetivo central es Malfoy. ¡Lo quiero muerto hoy mismo!
 No te defraudaré – dijo el hombre lanzándose a la pelea
 
 
 
El recuerdo se disipo y ahora estaban en la batalla en el gran comedor. Todos luchaban, Harry y Draco peleaban cerca. Harry lanzo un Expelliarmus, mientras Draco lanzo un Desmayus, pero en ese momento quedo de espalda a la puerta que lleva al vestíbulo, justo cuando un hombre lanzo una luz verde que golpeo de pleno en la espalda de Draco que al instante quedo estático, para desplomarse hacia adelante al segundo siguiente. Se escuchó el grito desgarrador de Harry. 
Ron no quiso ver más, sabía perfectamente lo que venía, por respeto a su amigo y por vergüenza propia salió del recuerdo y sin decir nada más hizo una floritura con su varita devolviendo los recuerdos a los frascos para salir con paso decidido. Draco lo siguió llamándolo desesperadamente, pero este no se detuvo hasta llegar a la oficina del director de donde estaba saliendo el profesor Snape. Sin importar los gritos de este que le ordenaba detenerse llego hasta el director, seguido de su compañero y profesor
 
 
 
 Se quien provoco el ataque de antes de navidad – dijo con voz firme 
 ¿De qué habla señor Weasley? – grito Severus
 ¡Ron, no lo hagas! – suplico Draco – piensa bien las cosas
 Severus cálmate – exigió Dumbledore
 ¿Quién fue? – exigió Severus fuera de si
 Ginny Weasley – dijo con voz calmada pero firme mientras le entregaba los frascos –, mi hermana
 
 
 
Severus no lo pensó dos veces y salió del lugar casi a la carrera, mientras Draco gritaba  “¿Qué hiciste Ron?”
 
 
 
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Había sido un día tranquilo en la oficina de aurores, al menos para el resto de agentes, excepto para James Ryddle quien hacia papeleo en su oficina intentando desesperadamente ignorar la mirada penetrante de su compañera. Había logrado un acuerdo tácito entre Tom y él, que consistía en que él estaría en casa a más tardar a las siete de la noche y el empresario llegaría a casa  a la misma hora sin importar que reunión quede pendiente, pero la presencia de su nueva compañera lo perturbaba. No es que sintiera algo por ella aun, pero…
Tom paso por él a la hora indicada y con un leve movimiento de cabeza ambos se despidieron de la pelirroja y se fueron a casa vía chimenea. Esa noche cenarían con ellos los Black, ya que Remus intentaba supuestamente convencerlo de que fuera a la universidad donde él pasaba clase para dar una charla sobre defensa contra la magia negra sin recurrir a ella. Sirius se había mostrado ofendido al no ser él el invitado, pero Remus se había defendido alegando que no quería adolescentes hormonales cerca de su sexi esposo. 
La cena había resulto divertida con James haciéndole caras a Pollux mientras lo cargaba, según él para volverse a ambientar de tener un bebe entre los brazos. Luego de la sobremesa, Remus le pidió a James que lo acompañase para cambiar a Pollux, y este como hipnotizado acepto.
 
 
 
 Me siento mal por no ser  honesto con él – dijo Tom con la voz entre cortada
 Piensa que lo haces precisamente por él, por los chicos – dijo Sirius – por tu familia
 Vamos – susurro Tom
 
 
 
En completo silencio se dirigieron a su estudio. Sirius no dijo nada cuando Tom movió un cuadro de Salazar que lo condujo a una habitación elegante con una chimenea, entraron en ella y al salir el auror quedo anonadado por la inmensidad del lugar, sin embargo no pregunto dónde estaban, aunque las esculturas demostraban que era una propiedad de la familia Slytherin.
Se dirigieron al fondo del lugar y entraron a una biblioteca
 
 
 
 ¿Dónde estamos? – pregunto Sirius sorprendido
 Bienvenido a la biblioteca privada de Salazar Slytherin – dijo Tom con voz grave – solamente James y yo conocemos este lugar – y obviamente los nuevos merodeadores pensó, pero no dijo nada
 
 
 
Al entrar, el cuadro de Salazar les dio la bienvenida. Un área del lugar ya había sido despejada y ahora era ocupado por una cama
 
 
 
 Desvístete – dijo Sirius
 Soy un hombre casado y fiel – dijo Tom mortalmente serio
 ¿Desde cuándo los Slytherin tiene sentido del humor? – dijo Sirius sonriendo con malicia
 Desde que queremos revivir solamente para que nuestros hijos nos maten – dijo Tom con ironía
 Nadie va morir – dijo Sirius con firmeza – te di mi palabra y voy a cumplirla.
 Independientemente de todo – dijo Tom –... gracias. No solo por esto, sino también porque sé que si falto, James y mis hijos no quedaran desamparados
 Deja de decir estupideces y acuéstate – ordeno Sirius – mira que Remus tiene que corregir algunas pruebas y tengo que cuidar a Pollux o sino… - dijo cerrando los ojos a causa de un estremecimiento 
 
 
 
En cuanto Tom se acostó, Sirius le lanzó un Desmayus. Luego se giró hacia la mesa donde estaba Nagini inconsciente también junto a la diadema, el anillo, el diario, el guardapelo, la copa. Paso la varita sobre cada objeto y un anillo blanco se posesiono encima de cada uno. Con otro movimiento, cada anillo bajo hacia la mesa envolviendo a su objeto y a Nagini respectivamente. A medida que los anillos se acercaban a la mesa cambiaban de color a verde de diferentes tonos y después a negro. Cuando tocaron finalmente la mesa eran de un color negro intenso. La magia negra que desprendían era casi asfixiante para Sirius, pero aun así traslado cada anillo hasta ubicarlo por encima del cuerpo desnudo de Tom. Los anillos se distribuyeron quedando sobre la cabeza, pechó, abdomen, pelvis, rodillas y pies respectivamente, a medida que cada anillo tocaba la piel de Tom, este lanzaba alaridos de dolor, dejando la piel al rojo vivo cuando se adentraba en esta.
Una bruma negra salió ahora del cuerpo de Tom mucho más intensa que la que desprendió los objetos. El lugar donde toco cada anillo brillo intensamente y una luz blanca envolvió todo el cuerpo. Ahora era cuestión de tiempo. Tom debía descansar para que su alma se readecue nuevamente a  estar unida y dentro de su cuerpo. 
 
 
 
Sirius sabía que lo peor aún estaba por venir, cuándo Harry descubriese la verdad, y en ese momento nadie podría asistir a Lord Voldemort. Solo esperaba que llegado el momento, su ahijado demostrara, que a pesar de todo, en el fondo se parecía más a James que a su padre 
 

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